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sábado, 1 de octubre de 2022

De nuevo Sea Señora

Por Silvio Rodríguez



A la manifestación de anoche en la avenida 31 le vi algo positivo: fue custodiada por las fuerzas del orden, pero no reprimida (hasta donde sé). Aunque también me dio tristeza, porque no parecían de clases privilegiadas quienes increpaban a un gobierno heredero de una Revolución que se hizo a sangre y fuego, a favor de los humildes.

¿Cómo es posible que se haya llegado a semejante distorsión? ¿Acaso es un espejismo por el recrudecimiento de un bloqueo de 6 décadas, o por lo difícil que se ha vuelto conseguir comida después de la pandemia, o por los estragos que nos ha hecho un huracán?

Creo que cabe preguntarse cuánta responsabilidad nos toca a los que hemos apostado, más que nuestra vida nuestra historia, por un proyecto emancipador. En lo esencial, seguro estoy de que no nos equivocamos –y no enumero las virtudes, los rotundos beneficios para el pueblo cubano que significó el proceso revolucionario–.

Estoy consciente de que las tensiones actuales no son privilegio de Cuba: el planeta está en crisis. La inflación tampoco es sólo aquí: está haciendo estragos en todas partes. Los diarios del mundo lo reportan.

Los imperios responden más a su naturaleza egoísta que a la conciencia de ser parte importante de un mundo cada vez más poblado; con instinto suicida siguen estimulando el consumo, a pesar de unos recursos universales cada vez más escasos. Se lanzan unos contra otros destruyendo lo que sea, en busca de la supremacía, y arrastran al resto que se defiende como puede.

Es gigantesco lo que nos diferencia de semejantes ambiciones, no sólo en lo material. La práctica solidaria de Cuba ha sido y es ejemplarísima. Sin embargo, con nosotros mismos, hemos sido morosos en cambiar lo que la experiencia demuestra que debe ser cambiado.

Se sigue vacilando. No hay noticias de que los economistas, que llevan años en polémica constructiva, hayan tenido la oportunidad de sentarse a discutir –de tú a tú– con los ideólogos. Todavía, para ocupar una responsabilidad, es más importante ser de cierto tipo de “confianza” que saber de la materia. La prensa a duras penas reporta los matices y las contradicciones que vivimos. Los canales oficiales siguen pintando una realidad que no se reconoce. Lo que se proyectaba como justicia ha ido retrocediendo a simple supervivencia.

¿En qué circunstancia, para un pueblo, podrá ser más importante seguir al dedillo una teoría que conseguir su propio bienestar? ¿Quién tuvo que admitir una vez –cierto que dolido–: “Ganado tengo el pan: hágase el verso”?

Un buen gobierno puede sostener –o luchar por sostener– conquistas nobles; pero a la defensiva ningún gobierno puede ser revolucionario, y llevamos demasiados años a la defensiva. Por eso a veces la oposición a un gobierno –incluso a uno heredero de una Revolución de los humildes– puede venderse como revolucionaria. Y por eso, como dije en la canción Sea Señora, considero que hay que evolucionar.

¿Qué no nos deja hacerlo?

En nuestro río revuelto, ahora mismo, brillan las muy diversas cuentas de colores de quienes no nos quieren soberanos.

Abajo el bloqueo. Viva Cuba libre.

 

 

Sea señora 

 

Sea señora la que fue doncella.

Hágase libre lo que fue deber.

Profundícese el surco de la huella;

reverdézcanse sol, luna y estrellas

en esta tierra que me vio nacer.

 

A desencanto, opóngase deseo.

Superen la erre de revolución.

Restauren lo decrépito que veo,

pero déjenme el brazo de Maceo

y, para conducirlo, su razón.

 

Seguimos aspirantes de lo mismo

que todo niño quiere atesorar:

una mano apretada en el abismo,

la vida como único extremismo

y una pequeña luz para soñar.

 

Las fronteras son ansias sin coraje.

Quiero que conste de una vez aquí.

Cuando las alas se vuelven herrajes,

es hora de volver a hacer el viaje

a la semilla de José Martí.

 

                     (2008)

2 comentarios:

  1. Creo que fundamentalmente se han alejado de las bases. La burocracia ha tomado riendas de la situación y las decisiones son tomadas todas a nivel de ministerios. Las masas tienen que sentir que tienen el control sobre las decisiones que se tomen en el pais. Aunque existen gran cantidad de instituciones que responden a los intereses del pueblo no son controladas por el, por lo que se sienten distantes y no responden a las expectativas de la población, pues sus directivas siempre vienen de arriba. Las masas en cuba deben organizarse y plantear unas bases socialistas, y a partir de ese programa lograr enviar un mensaje fuerte al gobierno, poniendo sobre la mesa la fuerza de los trabajadores. De no cumplir acudir a la lucha de clases y movilizar la fuerza trabajadora para tomar el control.

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  2. No creo que en ningún momento la dirección del país EN PLENO ha estado más cerca del pueblo. Se ve a diario y no solo en los eventos que le ha tocado enfrentar, no creo necesario enumerarlos. Nunca pensé que pudiera contradecir a Silvio, ha sido siempre un intérprete de mi pensamiento revolucionario menos ahora.
    Desde el día primero de enero de 1959 la revolución ha estado a la defensiva, el hostigamiento del mayor imperio del mundo no ha dejado un solo resquicio por donde oxigene la revolución. Siempre de forma agresiva y criminal.
    Tiene Silvio la solución en sus manos?
    Creo que las protestas son injustas cusndo hay miles de cubanos en condición precaria, la diferencia es que la mayoría de ellos están junto a los cientos de cubanos que están dando todo su esfuerzo por reducir el tiempo de esas penurias. Los protestones son de la Habana, donde hay personal de más de 5 provincias para disminuir el impacto del ciclón. Quizás si ayudaran podrían “quitarle un pedacito al problema”
    Desapruebo la posición del Sr. Silvio

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