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miércoles, 14 de diciembre de 2022

Díaz-Canel rinde cuenta de su gestión: Hay que escuchar al pueblo y gobernar en consecuencia

Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Lissett Izquierdo Ferrer, Abel Padrón Padilla, Karina Rodríguez Martínez, Claudia Fonseca Sosa

 


El presidente cubano Miguel Díaz-Canel rindió cuenta de su gestión en 2022. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate

En el décimo periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en su novena legislatura, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, rindió cuenta de su gestión en 2022, “un año extremadamente complicado en el escenario internacional”. 

Destacó que asume este mecanismo con responsabilidad y con la convicción de su importancia para el fortalecimiento de la institucionalidad.

La rendición de cuenta, a todos los niveles, es un mecanismo que debemos perfeccionar, sistematizar y desarrollar con rigor ante el pueblo, con transparencia y como una vía para superarnos y perfeccionar la labor de dirección en busca de resultados de mayor impacto en la sociedad, dijo en el Palacio de Convenciones de La Habana. 

“Acepto esta responsabilidad con compromiso y entrega”, dijo, y agregó que lo hace protegiendo la unidad y asumiendo la continuidad desde una perspectiva dialéctica, en defensa de la Revolución y de su rumbo en el camino de la construcción socialista.

El presidente rindió cuenta refiriéndose al contexto en que ha vivido Cuba y su política exterior, y valoró las situaciones por las que ha transitado el país y de las cuales, dijo, se siente el principal responsable.

Díaz-Canel mencionó los desafíos y adversidades que nos han impedido avanzar como nos propusimos. “Espero que nadie los reciba como justificación”.

El que finaliza “ha sido un año marcadamente complicado en el escenario internacional, que sucede a dos años también extremadamente complicados”, apuntó.

Estamos convencidos de la importancia de la integración

“El conflicto militar en Europa ha generado nuevos problemas y agravado muchos de los ya existentes en un mundo castigado por crecientes desigualdades, con la ausencia de un compromiso real para hacer frente a las amenazas contra el medioambiente, por los efectos socioeconómicos y sanitarios de la pandemia de covid-19 y sus consecuencias para los precios de los alimentos y las medicinas, el transporte, la logística y los requerimientos esenciales de los países en desarrollo”, afirmó el mandatario.

Insistió en que “es un escenario amenazado, además, por el nocivo empeño imperialista de pretender dividir al mundo y generar exclusiones y estigmatizaciones”, a lo que se suma “la tendencia a abusar del desproporcionado poder económico y financiero de Estados Unidos para aplicar la coerción económica como instrumento preferido de política exterior”. 

En el año que culmina avanzamos en las relaciones con nuestra región, donde “los cambios experimentados posibilitaron la llegada al Gobierno de fuerzas políticas comprometidas con proyectos orientados a la justicia social y la defensa de la soberanía”.

Ratificó que “estamos convencidos de la importancia de la integración y de la defensa de una región de paz unida y solidaria”.

Señaló, asimismo, que la región continúa marcada por niveles alarmantes de pobreza, desempleo, desigualdad y exclusión, que “a la larga favorecen el ascenso de fuerzas políticas de extrema derecha y corte fascista, que intentan detener el avance de los movimientos progresistas comprometidos con los intereses y necesidades de las mayorías”.

En referencia a la pasada Cumbre de las Américas, manifestó que “el evento continental y excluyente que depende de Estados Unidos en la ciudad de Los Ángeles terminó siendo un fracaso político y una demostración del aislamiento que sufre la política imperialista de ese país en la región que José Martí llamó Nuestra América”. 

“Constituyó un duro golpe a la OEA y su dirigencia institucional actual, cuyo desprestigio no tiene comparación”, subrayó, y reiteró el reconocimiento a los países que rechazaron la exclusión de Cuba de ese evento. “Lo denunciaron y además condenaron la política de bloqueo recrudecida”.

Ha sido un año de importantes acontecimientos en el ejercicio de la política exterior cubana

Díaz-Canel recordó que ha sido un año de importantes acontecimientos en el ejercicio de la política exterior cubana, “lo que ha exigido constancia, pensamiento y riguroso accionar apegado a los principios y tradiciones de la política exterior de la Revolución”.

Resaltó que se mantuvo la estrecha concertación política y cooperación con la hermana República Bolivariana de Venezuela, y reiteró el agradecimiento a ese país por su apoyo en el enfrentamiento a los desastres naturales y accidentes que sufrió Cuba este año.

Igualmente, Cuba consolidó las relaciones con México, lo que fue ratificado con la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien también agradeció la solidaridad ante los eventos que vivió la Isla.  

El mandatario cubano reiteró la solidaridad con el Estado Plurinacional de Bolivia y su presidente, Luis Arce, frente a los intentos de desestabilización promovidos y orquestados por fuerzas de derecha, al tiempo que saludó al comandante Daniel Ortega Saavedra y al pueblo de Nicaragua.

Comentó que fueron identificadas áreas de cooperación, de beneficio mutuo, con la Argentina, se contribuyó a la reanudación de los esfuerzos de paz en Colombia y se mantuvo la disposición de continuar como garantes de la mesa de diálogo.

El bloqueo sigue siendo el obstáculo fundamental para el desempeño de nuestra economía

En el caso de Estados Unidos, la característica fundamental y definitoria del vínculo bilateral continúa siendo el bloqueo económico, “como arma de coerción, cruel, ilegítima e inmoral” que “constituye el obstáculo fundamental para el desempeño de nuestra economía”.

Díaz-Canel denunció que es evidente la abierta política de subvenciones y los intentos de desestabilizar el país promovidos desde EE.UU.. “Con el respaldo de decenas de millones de dólares del presupuesto federal, junto a la tolerancia frente a quienes desde territorio de Estados Unidos orientan, financian y hasta entrenan a individuos para que cometan actos violentos contra Cuba”.

Recordó que todas estas situaciones han sido denunciadas directamente por los canales diplomáticos y de forma pública, y señaló que, hace pocos días, el Gobierno de EE.UU. dio muestra de la conducta deshonesta de su política exterior, al designar a Cuba como un país en el que supuestamente se persigue la religiosidad.

“Se trata de una falsedad más de un Gobierno que no encuentra justificación para cumplir con el sistema de medidas económicas coercitivas más abarcador aplicado contra un Estado”, dijo, y manifestó que, no obstante, “se han dado pasos muy discretos, dirigidos a encaminar la cooperación bilateral para el cumplimiento de los acuerdos migratorios y también en otras áreas de prioridad entre ambos países”.

Cuando ocurrió el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, el Gobierno estadounidense ofreció asesoría técnica, recordó el presidente, y agregó que esta iniciativa fue agradecida y aceptada.

También aceptamos –dijo– el ofrecimiento de unos 100 trajes de bomberos con el correspondiente equipamiento de protección, que llegaron al país la semana pasada y se están distribuyendo entre las brigadas del cuerpo de bomberos.

De igual modo, el Gobierno norteamericano ofreció ayuda material, valorada en dos millones de dólares, con motivo del huracán que afectó a Pinar del Río en septiembre pasado. “Al igual que con el caso de Matanzas, fue ofrecida sin condicionamientos, por lo que también la agradecimos y aceptamos”.

“Nuestro objetivo sigue siendo promover lazos más amplios con ese país y su pueblo, que incluye ya cerca de dos millones de personas de origen cubano o descendientes de ellas”, sostuvo el mandatario.

Recalcó que el Gobierno de Cuba mantiene la disposición de construir una relación respetuosa y mutuamente beneficiosa, con pleno apego al derecho internacional y las prerrogativas soberanas de cada país. “Esto lo conoce el Gobierno de Estados Unidos y se lo hemos expresado directa y públicamente”.

Los países de Caricom se consolidan

En su intervención ante el plenario del Parlamento, Díaz-Canel afirmó que los vínculos con los países de la Caricom se consolidan, cuando se cumplen los 50 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas con Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago, en momentos de mayor aislamiento promovido por el imperialismo contra Cuba.

Comentó que durante la reciente gira por naciones del Caribe reafirmó la vigencia del legado del Comandante en Jefe, continuado por el General de Ejército, en las relaciones con la región, “que se basan en la hermandad, la cooperación y el respeto”, y destacó la voluntad común de avanzar en planes de integración y desarrollo.

“La Comunidad del Caribe ratificó su apoyo al reclamo por el levantamiento del bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, así como la eliminación del país de la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo”, dijo.

Reiteró la solidaridad con el hermano pueblo puertorriqueño y su derecho a la autodeterminación. “Nos animan los procesos políticos que se inician en Brasil, Colombia y Honduras. Nuestra región reclamó independencia y justicia social”.

Se refuerzan los lazos con Argelia, Rusia, Türkiye y China

El presidente cubano se refirió también a las recientes visitas a Argelia, Rusia, Türkiye y China, que respondieron a invitaciones de sus Gobiernos y al interés de promover y consolidar lazos con esos países, tanto políticos como económicos y comerciales.

Calificó de trascendentales los resultados en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde la comunidad internacional volvió a pronunciarse este año casi unánimemente contra el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos, calificando esta política como cruel o injusta.

“Estamos muy conscientes de la naturaleza polarizada y la agenda de la política estadounidense, que puede ayudar a que el bloqueo económico se prolongue por muchos años más.

“Es por ello de máxima prioridad aunar los esfuerzos y la creatividad popular en función de resolver los más agudos problemas que enfrentamos, las limitaciones, y encauzar el rumbo del desarrollo.

“También asumimos la responsabilidad de denunciar esa política cruel e inhumana en cada oportunidad y cada escenario”.

A la próxima legislatura le corresponderá igualmente enfrentar un alto trabajo legislativo

Díaz-Canel hizo referencia al amplio ejercicio legislativo que ha sido favorecido para que, en el menor tiempo posible, se promulguen las leyes que desarrollan la Constitución.

Resaltó la aprobación del nuevo Código de las Familias después de una amplia consulta popular y un referendo, ejercicio que fue una evidencia más del carácter democrático del sistema socialista cubano y del amplio consenso social alrededor de temas muy complejos y diversos.

Otro de los momentos destacados por el presidente fueron las recientes elecciones de delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, y la aprobación en esta sesión del Parlamento de cuatro leyes con un papel determinante en el ámbito económico y social de la nación.

A la próxima legislatura de la ANPP le corresponderá igualmente “enfrentar un alto trabajo legislativo y conformar, desde sus inicios, un nuevo cronograma que dé respuesta a nuestra demanda normativa”.

A su juicio, estas sesiones de la Asamblea han sido intensas para abordar los problemas de la difícil cotidianidad cubana.

La economía cubana transita por una compleja situación

El mandatario cubano señaló que la economía nacional transita por una compleja situación, debido al efecto combinado del recrudecimiento del bloqueo, la pandemia y la inflación internacional, entre otros factores adversos.

De cara al 2023, manifestó que es importante innovar y romper el cerco, y apuntó que en el plan de la economía se definen objetivos que resultan de vital importancia para enfrentar todas las problemáticas ya diagnosticadas en la economía nacional, así como para continuar avanzando en la creación de capacidades y entornos institucionales que permitan progresar con mayor efectividad y rapidez.

“Las medidas aprobadas con ese fin deben crear las condiciones para avanzar con mayor dinamismo si se implementan con celeridad, sin frenos, siempre identificando los riesgos para minimizar sus impactos”.

Apuntó que en los últimos años se han producido importantes desequilibrios macroeconómicos, como resultado de la pérdida de ingresos en divisas, los elevados déficits fiscales, el incremento de los ingresos de personas naturales sin respaldo productivo, la parcial dolarización de la economía y la poca respuesta productiva para generar la oferta de bienes y servicios, entre otras causas.

Esos desequilibrio se expresan principalmente en los niveles de inflación, escasez de oferta, depreciación e inconvertibilidad de la moneda nacional, “fenómenos que han producido un deterioro sustancial del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y pensionados y de las condiciones de vida de la población”.

La mejora del bienestar del pueblo requiere reactivar las capacidades productivas nacionales y captar un nivel de divisas que garanticen el incremento gradual, pero sostenido, de las ofertas de bienes y servicios, sostuvo el mandatario cubano ante los diputados.

El plan de la economía para 2023 incluye la implementación de un programa de estabilización macroeconómica que supone una transformación esencial en la gestión macroeconómica y la coordinación entre el plan, el presupuesto del Estado y la programación monetaria.

Díaz-Canel aclaró que un programa de este tipo no impulsa por sí solo el crecimiento económico, pero sí sienta las bases para que el resto de las políticas de carácter sectorial, como la transformación productiva o el desarrollo local, sean efectivas y cumplan sus objetivos.

Recordó las explicaciones ofrecidas por el ministro de Economía y Planificación sobre el plan y el presupuesto del Estado para 2023. “Aunque arroja luces para alcanzar esas metas se debe trabajar duro, innovar, aplicar la economía circular, exportar y aumentar la competitividad de las producciones”. 

Por otra parte, “se requiere continuar implementando medidas que garanticen que la empresa estatal verdaderamente ejerza su papel como sujeto económico principal del modelo de desarrollo económico y social”.

Subrayó que es imprescindible alcanzar las exportaciones proyectadas en el plan para respaldar las importaciones con el objetivo de asegurar los niveles de producción que se planifican y que son la fuente fundamental del crecimiento.

“La atención a las comunidades y personas en situación de vulnerabilidad, el tránsito definitivo del subsidio a productos hacia el subsidio a personas para comenzar la verdadera transformación social, aplicando un enfoque no asistencialista, forma parte del necesario perfeccionamiento de la sociedad y deben priorizarse el próximo año”, dijo.

El 2023 debe ser un año mejor, afirmó el presidente cubano y señaló que para lograrlo se demanda más que un plan integral. “Exige sacudir la inercia, desterrar el burocratismo, quitar más trabas y superar la autocomplacencia”.

“Confío en la dirección colectiva. He actuado y actuaré como fiel defensor de lo acordado en el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba”. 

Díaz-Canel afirmó que en su condición de presidente de la República, como servidor público, ha velado por el respeto a la Constitución, por el cumplimiento de la legalidad socialista y por mantener un vínculo permanente con el pueblo.

De cada adversidad se saca un aprendizaje

En su intervención, el presidente cubano dijo estar convencido de la naturaleza popular del sistema político cubano e insistió en la necesidad de promover el perfeccionamiento del sistema del Poder Popular, propiciando más democracia y participación.

“El socialismo requiere de una ciudadanía activa y del involucramiento popular en todas las esferas”, manifestó, y añadió que en cada visita a los territorios, en los encuentros con los diferentes sectores de la sociedad y en el trabajo diario desde la presidencia, escucha al pueblo y gobierna en consecuencia. 

Reiteró que la participación popular es la esencia de la democracia y sin ella no es posible el socialismo. “Debemos privilegiar las diferentes formas del control popular sin que implique ir en detrimento del control administrativo”.

Sostuvo que, en virtud de estas convicciones, se ha propiciado el desarrollo de diversos programas orientados a buscar soluciones a los más acuciantes problemas económicos y sociales que afectan la realidad cubana, entre ellos el Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, la estrategia para lograr la estabilidad del sistema electroenergético nacional, el enfrentamiento a los planes de la subversión político-ideológica, el desarrollo y la estrategia para controlar la pandemia de covid-19 y programas sociales para reducir las desigualdades y las situaciones de vulnerabilidad.

“Enfrentar adversidad tras adversidad, en paralelo con el bloqueo y una pandemia que nos paralizó durante dos años, no ha sido motivo para el desaliento. De cada adversidad se saca un aprendizaje. Ya lo dije una vez, ‘la confianza en la victoria cuando se tiene una historia descomunal empujando tus pasos y un pueblo heroico dando y exigiendo más’”, reafirmó.

Dijo sentir “una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr desde la conducción del país, los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad.

“Pero creo en la dirección colectiva. He velado por el respeto a la Constitución y por mantener un vínculo permanente con el pueblo del que soy parte. He insistido en el perfeccionamiento del sistema del poder popular. El socialismo necesita participación activa. Hay que escuchar al pueblo y gobernar en consecuencia”. 

El presidente destacó la importancia de las ciencias sociales para enfrentar los desafíos del país e insistió en continuar fortaleciendo estrategias para el enfrentamiento de los planes de subversión política e ideológica del enemigo.

“Es imprescindible barrer con la burocratización que se ha instalado en muchos espacios, ámbitos y dimensiones del Gobierno”, que “no podemos seguir consintiendo”.

Reafirmó que desde el Estado se promueve un sistema garante de los derechos y de la dignidad humana que los sustentan, “pese al permanente esfuerzo de los enemigos de Cuba por establecer una mitología de mentiras y difamación en cuanto al tema.

Me niego a aceptar la satanización del socialismo, particularmente en el tema de los derechos humanos, porque el socialismo es, por esencia, un sistema orientado a conquistar la mayor justicia social posible, mostrándolo como un sistema enemigo de las libertades y los derechos políticos en general”, dijo.

Añadió que “el ideal socialista considera siempre insuficiente lo que se haga por la protección integral de los derechos humanos, y en Cuba nos interesa profundizar en ese ideal, tomando como referente nuestros valores y consolidando nuestra democracia, pero una democracia coherente con nuestras necesidades y demandas. Una democracia socialista genuina, no importada. Una democracia cubana”.

Díaz-Canel también se refirió a los logros del sistema cubano de salud, con acceso universal y gratuito, algo históricamente disputado por las mayorías en el mundo y que los cubanos disfrutamos.

“Por supuesto que no conquistamos ya toda la justicia”, afirmó, y agregó que “se ha elevado el propósito, orientando los esfuerzos y acciones, conscientes de que siempre será preciso hacer más”.

Por eso, “en nuestra gestión marcamos la necesidad de alcanzar mayores niveles de educación, cultura cívica, formación ciudadana, comunicación social, indispensables para formar conciencia en derechos humanos dentro del sistema socialista”.

El mandatario cubano declaró que “sus insatisfacciones son personales”. Reconocerlas –dijo– le ayuda a visibilizar los caminos para superarlas. En ellos están las únicas fuerzas capaces de enfrentar y vencer cada reto.

“El Gobierno, más desafiado que todos a innovar y a crear; los órganos del Poder Popular de los municipios, de provincia, convocados a dar el salto definitivo sobre sus indicaciones actuales; los legisladores, claves en el empuje a cuanto aprobamos y acordamos; las organizaciones políticas y de masas, para completar el círculo de fuerzas con la más alta participación ciudadana”, afirmó.

Díaz-Canel  agradeció a Fidel, a Raúl y a la generación histórica, que nos educaron en el optimismo frente a las adversidades.

“Gracias por toda la fuerza de la que nos nutre la Revolución que ustedes forjaron.

“Al bravo pueblo cubano, gratitud infinita y nuestras felicitaciones en el año 65 de la Revolución cubana. Venga la esperanza. Hasta la victoria siempre”, concluyó.

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