POR JOSEP CÒNSOLA, DE LA UNIVERSIDAD COMUNISTA DE LOS PAÍSES CATALANES (UCPC)
"Cambiaron incluso el significado normal de las palabras en relación a los hechos, para ponerlos en sintonía a su interpretación de los mismos" (Tucídides. Guerra del Peloponés, III)
"On doit exiger de moi que je cherche la vérité, mais non que je la trouve" (D. Diderot. Pensées Philosophiques, XXI)
"La televisión no es comunicación de masas, sino recepción individual" (Peter Winterhoff-Spurk)
"El público es enormemente incauto" The Public Relations Journal
Según Walter Benjamin, antes de que hayamos podido informarnos de un estado de las cosas, ya se han alterado muchas veces, así es como siempre nos enteramos demasiado tarde de lo que ha pasado. (1)
Ahora más que nunca hay que decir las cosas por su nombre, y en cuanto a los diferentes tipos de noticias que llegan constante y aclamadoramente, que actúan bajo un nombre de "medios", concepto difundido que engloba a radio, prensa, televisión y espacios digitales, esconde una definición que debería ser más precisa: INDUSTRIA, al igual que una industria que fabrica armamento, productos químicos, drogas y similares, etc.
Hemos vivido un aclamado bombardeo de "noticias" en estos últimos dos años, como nunca había ocurrido, tanto por la agresividad de sus consignas, como por la uniformidad abarcadora del mundo entero. En un caso la construcción del relato pandémico y en el otro la construcción de un relato bélico. En ambos casos la industria de la comunicación ha hecho estragos en los ánimos de la población, al tiempo que ha utilizado el concepto de "solidaridad" tanto para hacer referencia a la aceptación voluntaria del estado de excepción con la excusa de la pandemia lanzando anatemas hacia los que lo ponían en duda, calificándolos de insolidarios; cuanto más recientemente con motivo de la escalada defensiva de Rusia respecto a la amenaza de la OTAN sobre su país, en la que de nuevo haciendo estragos por medio de "la amenaza rusa" ha esperó a la población a hacerse solidaria con el gobierno de Ucrania y organizando recaudos de todo tipo, tachando de nuevo, de insolidarios a los que ponen en duda el relato oficial.
Si solidaridad implica conciencia conjunta de derechos y responsabilidades, nos deberemos preguntar si la solidaridad con el gobierno de Ucrania también implica una conciencia conjunta, es decir una conciencia de carácter nazi, corrupta y subordinada a la estrategia militar de la OTAN. Seguramente esta reflexión no la han hacer centenares de personas que han aportado simbólicamente un paquete de arroz a los centros de recogida. Al igual que en la guerra de Estados Unidos contra Siria, centenares de voluntarios hacían recaudo de material y dinero sin saber distinguir entre la bandera siriana y la de los mercenarios europeos y norteamericanos.
Los organizadores profesionales de colectas, (la industria de la solidaridad), por lo general no dan nunca la cara, pues los presuntos donantes, si se dan cuenta de quién lo organiza, no participarían en las donaciones. Estos organizadores profesionales de colectas son de la opinión de que existen diversas causas que estimulan a las personas a donar dinero por causas caritativas o a hacer de voluntarios por las recaudaciones, entre ellas la propaganda dirigida a hacer sentir un cierto sentimiento de culpa, la recreación de imágenes con un gran contenido emocional, el apoyo de personajes famosos y empresas conocidas e incluso un enaltecimiento del ego de personas con pocos recursos. que se les hace ver como "iguales" a las grandes fortunas en el campo de la solidaridad.
Cuando esta solidaridad no es gestionada por este tipo de industria, ocurre como Ángeles Maestro y otros dos militantes de Red Roja, a las que el Juzgado nº6 de la Audiencia Nacional la imputó un delito de "financiación del terrorismo" por recabar fondos para colaborar en la reconstrucción de los centros de salud palestinos destruidos por el ejército de Israel en las ofensivas de los años 2014 y 2015. Mientras a los nazis españoles que en esas mismas fechas organizaron colectas y transferencias bancarias hacia los homónimos ucranianos, nadie les molestó.
C. Moya señala la posibilidad de que el concepto de solidaridad cumpla una función de tipo ideológico, como por ejemplo legitimar con un carácter pretendidamente científico unos imperativos de unidad, eliminando a nivel teórico y conceptual la lucha de clases (2)
En cuanto a la integración social, es decir, a insertar a los individuos o grupos en una colectividad para adquirir sus cualidades, es similar con la noción de solidaridad de Durkheim, donde plantea que se trata de un proceso asegurado por modelos de cultura normativa, cuyo resultado es la armonía social, por ello Durkheim utiliza indistintamente el concepto de cohesión y solidaridad (3)
El proceso de fabricación
La fabricación del tiempo por parte de las agencias de prensa no está basado en lo que se nombra como "informes". Las industrias de la información sobre la actualidad no registran "lo que pasa" porque entonces deberían registrar "todo lo que pasa"; así pues, según estas agencias, "lo que pasa" no es el todo, y de esta manera, dejando de lado "el todo", la información de lo que pasa está seleccionada y entonces se le da el nombre de evento y, este solo tiene lugar o pasa allí donde está cubierto por los informadores. De esta forma, miles de eventos quedan escondidos, sin tener lugar o sin ocurrencia, por lo tanto la sensación de los receptores de las informaciones será que según qué eventos no habrán tenido lugar y por lo tanto no habrán sucedido nunca. Lo "que pasa" se convierte en la fabricación industrial del presente. (4)
Las industrias de programas de la información, producen masivamente objetos temporales que tienen la característica de ser mirados o escuchados simultáneamente por millones o centenares de millones de conciencias, y esta "coincidencia temporal masiva determina nuevas formas de conciencia y de inconsciencia colectivas". (5)
Esta inconsciencia impone unos modelos de conducta en una guerra sin precedentes y sin piedad en la que las redes digitales están en primer lugar, y cada vez lo serán más, instrumentos para la conquista del mercado mundial de las ideas. (6)
La producción industrial de la comunicación
Los productores de esta industria han elaborado unos productos que, al igual que la industria alimentaria o químico - farmacéutica, esconde los efectos secundarios de los componentes de sus productos.
En este caso también se trata de un proceso industrial en el que intervienen unas materias primas (eventos), una producción de semi elaborados (la selección de los mismos) y finalmente la puesta en el mercado del producto resultante. En todo este proceso intervienen, al igual que en las manufacturas industriales o agrarias, personas que hacen las tareas de peones, es decir los nombrados periodistas que escriben unos guiones de acuerdo con las exigencias del proceso productivo recibiendo órdenes estrictas de cómo se debe seleccionar el material que debe ponerse en el mercado. Si lo hacen bien tienen una recompensa, si estropean la "pieza" son despedidos.
Tenemos que hablar en términos económicos, tanto del proceso de producción como en su puesta en el mercado. Para poner una industria en funcionamiento se va en busca de capitales que quieran invertir en la producción prevista. Si esta es del gusto de los capitalistas, pondrán recursos para que el producto que surja esté de acuerdo con el beneficio que quieren sacar de ella.
Este beneficio está directamente relacionado con la cantidad de personas, empresas e instituciones que "compran" el producto con el fin de utilizarlo como reclamo. Es la industria de la propaganda, aunque no supone ninguna novedad, pues Vance Packard, en 1960 ya hizo una radiografía de esta industria en la que los constructores de imágenes y mensajes ofrecían pruebas sorprendentes de cómo los consumidores norteamericanos se convertían en compradores de sus propias imágenes. Aunque hace muchos años que fue escrito su libro lo podríamos calificar como la "Primera guía de la Edad de la Manipulación". (7)
Lloyd Warner, profesor de la Universidad de Chicago, en 1948 publicó el libro "Social Class in America", y el Journal of Marketing valoró el análisis de las clases social en EE. UU. como "el paso más importante en la búsqueda del mercado que se ha hecho nunca". Dentro de este análisis que distribuye las clases en seis categorías (1.alta superior, 2.baja superior, 3.alta media, 4.baja media, 5.alta inferior, y 6.baja inferior) que van desde la más alta (los más ricos) hasta la más baja (pobre e inmigrantes). Las tres primeras clases más altas constituían un 15% de la población. La clase más baja constituía el 20%, pero las clases cuarta y quinta (la media baja y la alta inferior) constituían el 65% de la población y era a estas clases que se tenía que dirigir la propaganda.
Packard pone un ejemplo de la persona que compra una resaca de caramelos por 1,95 $, da mucha importancia a la envoltura, y la que compra los caramelos a 3,50 $ le da poca importancia pues prioriza el contenido. Sin embargo hoy la industria de la información selecciona "noticias" y las envuelca para que el continente supere el contenido para que las consuma ese 65% de la población que decía Warner, que solo mira el aspecto exterior de las cosas.
La función más importante de la ingeniería social, la gradual reorganización de la sociedad humana, pieza por pieza y estructura por estructura debe pasar a manos de los expertos en relaciones públicas, pues hay que modelar las mentes a gran escala. Según A. Stouffer, director del Laboratorio de Relaciones Sociales de la Universidad de Harvard afirmaba a mediados de siglo XX: "Una buena práctica debe tener en cuenta que la influencia aumenta más fácilmente en las actitudes de las personas por medio de las emociones que por medio del intelecto". (8)
Y en este aspecto la fugacidad de los mensajes merma la disposición de sus receptores a tener en cuenta otras comunicaciones más detalladas... La verdad necesita tiempo (9)
La industria electoral
Uno de los momentos apoteósicos de la industria de la comunicación, como explica Packard, es la venta de propuestas políticas, mejor dicho, de candidatos a propuestas políticas. En las elecciones presidenciales de 1960 en Estados Unidos la pelea electoral no fue entre el candidato demócrata y el republicano, sino entre dos grandes agencias de publicidad: la "Reade and Bratton" por parte de los republicanos, y "B.S.&J.", por parte de los demócratas.
En España las elecciones también son una competencia entre agencias de publicidad encargadas de construir una imagen de los correspondientes candidatos, y los electores, sin saberlo votan por una u otra agencia de publicidad. En las elecciones del año 2015 el electorado podía elegir entre votar por la agencia de publicidad "Shackleton" cuando pensaba votar al PP, y la agencia "Contrapunto BBDO" cuando pensaba votar al PSOE (10)
En 2019 el PP contrató a la empresa "The Messina Group", empresa de asesoría política que diseñó la campaña de Barack Obama en 2012, y la de 2016 de David Cameron. (11)
El mismo año, el PSOE contrató a la agencia "Kitchen", que según Gema Arias, directora de estrategia de la empresa, decía que sugirieron las dos consignas "La España que quieres" en la fase preelectoral, y "Haz que pase" en la electoral. Añadía que "En las marcas que ayudamos a posicionar, cada una dispone de unos rasgos diferenciadores. Pensamos que para el PSOE también tenía que ser así, principalmente buscábamos emociones y conectar con la gente". (12)
Y el gobierno del PSOE, contento con los resultados electorales obtenidos, también contrató a la propia agencia para organizar toda la campaña de la pandemia, (13) durante la que consiguieron «inhabilitar las circunstancias propias» de las personas y «fabricar artificiosamente» otras que se asumieron y consideraron como las mejores o más apropiadas, en definitiva bombardearon emocionalmente a la población con una estructura de mensaje ajeno totalmente a sus necesidades pero intentando convencer como las que «le convenían».
En definitiva; la verdad y la honestidad es lo que menos importa, lo que cuenta es «vender un producto» que sintonice entre emisor y receptor del mensaje, ya que no se pretende que el elector o receptor sea elemento activo del proyecto político, económico, social o cultural, sino la justificación para la posterior toma de decisiones, por más lesivas que sean.
El profesor de la Universidad de Virginia, Philip J. Allen diseñó lo que nombraba como Programa Sistemático, señalando que tal programa requería suficiente apoyo financiero para la utilización regular de la comunicación de masas, a fin de transmitir de forma constante los objetivos deseados, para crear de forma deliberada valores nuevos y que se los haga suyos como metas personales. Pero lo que hagan las principales instituciones sociales, particularmente las de carácter educativo y recreativo, debe realizarse con la cooperación de los que controlan la industria de comunicación de masas, por una parte, y por otra los grandes creadores de mercancías y servicios que compran los espacios publicitarios para anunciar sus artículos. "Al utilizar los diferentes recursos, nuestro moderno genio de la propaganda puede utilizar frases sencillas bien organizadas coordinadas con otras instituciones para realizar el "gran proyecto". Pero este requerirá muchos operarios cualificados y abundante apoyo financiero" (14)
Como parodia Juan Ignacio Ferreras, "Estamos ante una sociedad del espectáculo y la primera consecuencia del reinado de la Sociedad del Espectáculo, consiste en esconder primero, y en la posible desaparición después, de la realidad. La realidad se aleja del hombre en un primer momento, para ser sustituida por una imagen obligatoriamente espectacular de la misma" (15)
Como conclusión de estas apreciaciones, hay que estar alerta con los mensajes que nos envían , hay que buscar, dentro de una visión de totalidad, la relajación de las cosas y si tenemos suficiente capacidad de análisis no nos dejaremos embrutecer el cerebro con los productos allegados por la industria de la comunicación ya que su objetivo es dirigir nuestra opinión hacia una finalidad pre-establecida por medio de un arte interpretativo para hacer creíble el mensaje, cual obra teatral que emocione y penetre dentro de los receptores de la información que actúan cual espectador de un espectáculo.
(1) (Walter Benjamin. La dialéctica del suspenso. Ed. Lom. Pág. 87)
(2) (C.Moya. Conceptos fundamentales de teoría sociológica. Sociólogos y sociología. Ed. Siglo XXI. 1975)
(3) (Javier de Lucas. El concepto de solidaridad. Fontamara. 1993. Pág. 20)
(4) (Bernard Stiegler. La técnica y el tiempo. Volumen 2. Hiru. Pág. 176)
(5) (Bernard Stiegler. La técnica y el tiempo. Volumen 2. Hiru. Pág. 370)
(6) (Bernard Stiegler. La técnica y el tiempo. Volumen 3. Hiru. Pág. 224)
(7) (Vance Packard. The Hidden Persuaders. Ed. Sudamericana. 1974)
(8) (Vance Packard. The Hidden Persuaders. Ed. Sudamericana. 1974. Pág. 238)
(9) (Vicente Romano. El tiempo y el espacio en la comunicación. Hiru. Pág. 103)
(10) (https://historico.prnoticias.com/marketing/20147072-spots-partidos-campana-electoral#inline-auto1611)
(11) (https://www.elmundo.es/espana/2019/11/02/5dbc8f6821efa075198b4648.html)
(12) (https://controlpublicidad.com/campanas-publicitarias/la-agencia-que-ha-ayudado-al-triunfo-del-psoe/)
(13) (OK DIARIO 27/09/2021)
(14) (Vance Packard. The Hidden Persuaders. Ed. Sudamericana. 1974. Pág. 285)
(15) (Juan Ignacio Ferreras. La gran parodia. Ed. Endymion 2000. Pág 85)