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lunes, 1 de agosto de 2022

El culebrón Pelosi

Por Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China


La anunciada gira por Asia (Japón, Corea del Sur, Malasia, Singapur) de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, tiene como principal morbo si hará o no escala en Taiwán. Por el momento, sigue sin estar claro, figurando como itinerario “tentativo”.

Pelosi justifica su visita en la necesidad de expresar apoyo político a la democracia taiwanesa y escenificar el compromiso con la seguridad de la isla. El gasto en defensa de Taiwán ronda el 2% del PIB y EEUU quiere que lo iguale al suyo, en torno al 3,2%. Mientras, otras voces autorizadas en Washington reclaman el final de la política de una sola China y de la ambigüedad estratégica.

A primera vista, si EEUU pretende atraer a China hacia las posiciones de Occidente en su mayor quebradero de cabeza actual (la guerra en Ucrania y sus consecuencias), no parece que esta sea la mejor manera. Por el contrario, la aleja y empuja con más rotundidad a China hacia Rusia, aunque quizá sea eso lo que se ha buscado desde el primer momento. Sin duda, vendría como anillo al dedo para escenificar lo “irremediable” de la guerra fría que en Washington intentan asentar para apuntalar su hegemonía global. Europa, con importantes intereses en esta evolución, calla. Bruselas, con mayoría conservadora en todas sus instituciones, cada vez más dependiente de la política de EEUU, parece tener las manos atadas y su silencio ante esta iniciativa es sorprendente, más cuando el titular de la cartera de exteriores se ha caracterizado por ser un severo azote del independentismo catalán, cuestión que igualmente subyace en el affaire taiwanés.

La hipotética visita de Pelosi se daría en un contexto crecientemente perverso de las relaciones sino-estadounidenses. O la Casa Blanca es ya un circo o se juega deliberadamente a la confusión. El presidente Biden da a entender un día que está dispuesto a ir a la guerra con China para “defender a Taiwán”; sus asesores directos le matizan a renglón seguido. A Xi, directamente, le dice que no se preocupe, que la política de EEUU no ha cambiado. Mientras tanto, la tercera en la jerarquía institucional del país (y del mismo partido) parece ir por libre desoyendo el parecer presidencial que desaconseja la visita. Y del ejército, que también desaprueba el viaje. Así las cosas, es comprensible que el embajador chino en Washington, Qin Gang, dijera en su día que “ustedes dicen una cosa y hacen otra”; y apostilla, pero “nosotros haremos lo que decimos”.

Desde 2016, con la llegada de Donald Trump, la política de EEUU hacia Taiwán ha cambiado, como también hacia China, naturalmente. Biden sigue la misma estela. Republicanos y demócratas comparten la idea de que Taiwán es un importante talón de Aquiles de China y meterán el dedo en el ojo cuanto puedan mientras le convenga. Ambos partidos se han afanado en establecer un nuevo marco legal para agilizar y multiplicar las ventas de armas a Taipéi, incrementar los vínculos económicos, comerciales, financieros y tecnológicos, contener la sangría de aliados diplomáticos y elevar el perfil político de los intercambios.

La posible visita de Pelosi está precedida de otras significativas en los últimos meses como la del ex secretario de Estado Mike Pompeo (que reclama ahora el establecimiento de relaciones diplomáticas formales con Taiwán, como también John Bolton) o, por referirse a los últimos días, la participación de varios ex secretarios de defensa como Mark Esper, hoy en el consejo de administración de una empresa de defensa, o Jim Mattis, o Janet Napolitano, ex secretaria de Seguridad Nacional, en el Foro Ketagalan de Seguridad. EEUU, además, da alas sobre todo a Japón, la ex potencia ocupante de la isla entre 1895 y 1945, para que se sume a la presión. Estos días visita también Taiwán el ex ministro de Defensa japonés Shigeru Ishiba, al frente de una importante delegación parlamentaria.

El secesionismo taiwanés constata que en este momento cuenta con el mayor apoyo de EEUU que nunca hubiera soñado. Y no solo. De Europa a Australia, el rechazo a la reunificación goza hoy de plena prédica por cuanto cualquier paso en dicha dirección estratégicamente reforzaría a China. El amparo a la defensa, como mínimo del statu quo, pero también de la independencia, se justifica en el discurso del compromiso con la libertad frente al autoritarismo….

China, por su parte, dice seguir apostando en firme por la reunificación, reitera que Taiwán es una línea roja, y que la vía pacífica sigue siendo su prioridad sin descartar el recurso a la fuerza en caso de alteración sustancial del statu quo. Xi ha urgido prisa, pero no parece que el fondo de esta política vaya a cambiar.

El viaje de Pelosi se produciría en un momento complejo para Beijing: de una parte, la inminencia del XX Congreso del PCCh en el que Xi debe revalidarse como hombre fuerte, lo que le obligaría a mostrar adicional firmeza en esta cuestión; de otra, problemas delicados en la economía. En las últimas semanas, Xi se ha prodigado en los cuarteles del ejército, circunstancia probablemente relacionada con el XX Congreso y la celebración del 1 de Agosto, aniversario de la fundación del Ejército Rojo, pero también con esta coyuntura. Ejercicios castrenses y otras acciones en el entorno de Taiwán están al orden del día. Los militares dicen que no se quedarán de brazos cruzados. Beijing ha dejado entrever incluso una eventual respuesta militar si Pelosi pisa suelo taiwanés.

Pero el culebrón no viene del todo mal a Xi Jinping. Lo cierto es que con este tema, EEUU facilita también el desvío de la atención en China hacia otros problemas y propicia que la inmensa mayoría de la opinión pública se aglutine en torno al PCCh, cuando otros quisieran poner precisamente en duda su magisterio en la gestión de la estabilidad y la economía.

Los sectores más conservadores de EEUU claman a Belosi que “no se doblegue ante China”. Algunos le recuerdan que la suspensión de su prevista visita en abril fue un “positivo táctico” de Covid-19 que provocó la mofa de los medios chinos. Si China gana esta partida, puede envalentonarse, dicen otros. Tras tanto ruido, frente a terceros en la región, el coste de la decisión de no ir puede ser significativo.

Pero de darse la escala de Pelosi se alimentaría el convencimiento de que el diálogo preventivo al máximo nivel sirve para bien poco, que no se respeta el interés central de cada parte y que hay que prepararse para lo peor pues será difícilmente evitable. El suceso puede desencadenar una espiral de reacciones cuyo final es difícil de prever pero en cualquier caso, nos llevaría a un brete mucho más delicado. Una escalada sería previsible y los errores de cálculo podrían ser fatales. La radicalización, en todo caso, está servida.

El Plan de la Economía y el Presupuesto debe ser humanista y revolucionario. Comentario HHC

Debe primar el enfoque participativo de los trabajadores, delegados, presidentes de consejos populares, actores económicos del territorio y de la población, en función de lograr un resultado lo más cercano posible a las realidades y prioridades de cada municipio, en correspondencia con las respectivas estrategias de desarrollo

Foto: Tony Hernández Mena

A partir de las propuestas de la población y las potencialidades municipales, el Plan de la Economía y el Presupuesto para 2023 debe generar soluciones a las necesidades y problemáticas locales, con énfasis en la transformación de los barrios, la atención a las personas y familias en situaciones de vulnerabilidad, el mejoramiento del fondo habitacional, y los proyectos de soberanía alimentaria y educación nutricional.

Así lo afirmó el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido, Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la sesión ordinaria de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Arroyo Naranjo, en La Habana.

Según reseñó el sitio web del Parlamento, en el debate, en esa instancia, del anteproyecto del Plan y el Presupuesto, Lazo dijo que, en esencia, este proceso debe distinguirse por la participación y control popular, y por su carácter profundamente humanista, transformador y revolucionario.

El titular del Parlamento enfatizó en que debe primar el enfoque participativo de los trabajadores, delegados, presidentes de consejos populares, actores económicos del territorio y de la población, en función de lograr un resultado lo más cercano posible a las realidades y prioridades de cada municipio, en correspondencia con las respectivas estrategias de desarrollo.

Recordó que el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha subrayado que el Plan de la Economía debe coincidir con la solución y con la atención de los principales problemas de los territorios, debe tributar a la generación de los ingresos que requiere el municipio, contribuir al desarrollo de los sistemas productivos locales, integrar los diferentes actores económicos, y estar basado en la ciencia y la innovación.

Comentario HHC: Lo más importante es que nuestra economia sea sustentable, y que crezca donde mas necesita la población, y donde mas hay oportunidades de desarrollo.  De lo contrario, no tendremos reproducción ampliada de la sociedad.

Hay tantas necesidades, que a nivel municipal deben darse una conjuncion de soluciones de los problemas mas apremiantes, pero que sea tambien, creando riquezas. De lo contrario hay una solucion temporal de los problemas, que se reproduciran, como ha ocurrido.

Este país tiene que garantizar, en cualquier circunstancia, por nosotros mismos, la alimentación, la producción de energía, la vivienda, el transporte, educación y salud como minimo, para toda la población.

Sin pausa, pero a toda prisa

Once años después de iniciada la reforma económica no se ha logrado el necesario despegue y en el plano social se observa un deterioro en las condiciones de vida de la población cubana.



Quizás una de las medidas más relevantes con impacto económico y social positivo, ha sido autorizar la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

Resulta evidente que la reforma económica comenzada en Cuba hace más de una década no ha logrado sus principales cometidos. La situación del país es bien compleja, y abundan las medidas de todo tipo que buscan una salida al actual panorama.

Existen, por solo mencionar algunas: las presentes en la estrategia económico social aprobada en 2020, 15 medidas para fortalecer la empresa estatal, 63 para el sector agropecuario, 92 para la industria azucarera y se acaban de anunciar 76 para la recuperación económica. Estas últimas tienen el propósito de incrementar los ingresos en divisas y aumentar y diversificar las exportaciones.

Vale destacar que estos propósitos se repiten en todos los documentos aprobados desde el inicio de la actualización a la fecha: los Lineamientos para la Política Económica y Social del Partido y la Revolución del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (2011) , que fueron revisados y actualizados en el Séptimo  (2016)  y Octavo  ( 2021) encuentro del comunismo cubano.

Se trata de  la Conceptualización del Modelo Económico y Social y las Bases del Plan Nacional a 2030 resultado del séptimo Congreso y la actualización de ese  texto, surgido del octavo Congreso.

Resultados poco halagueños

De 2011 a la fecha, son abundantes los documentos programáticos y aún más los paquetes de medidas diseñados para rescatar la economía en diferentes coyunturas adversas. Sin embargo, los resultados distan de lo deseado. Si se analiza el período 2011-2019 se puede constatarse que:

Del 5 % como promedio de crecimiento anual, solo se alcanzó un 2 %.

Las exportaciones de bienes se contrajeron un 65 % y las de servicios en 14 %.

El hecho de que entre 2011 y 2019 no se hayan alcanzado los resultados previstos, da muestras de que  el camino seguido no es efectivo. Ha faltado secuencialidad en las medidas, así como celeridad en los cambios y transformaciones radicales de carácter estructural.

Las importaciones de bienes se contrajeron en un 29 % y no precisamente por sustitución de estas por producción nacional (uno de los objetivos de la actualización), sino por la carencia de recursos financieros para acometerlas.

No se logró captar los montos deseados de divisas a través de la inversión extranjera directa, calculados en unos 2 500 millones de dólares al año.

Se mantiene una situación compleja en cuanto a la deuda externa del país, de largo y de corto plazo.

Los sectores productivos, dígase agricultura e industria no logran el necesario despegue. En particular el sector agropecuario, que ha sido objeto de múltiples acciones desde 2008, muestra resultados para nada favorables. El sector agropecuario creció de manera acumulada un 5 % y la industria un 14 % en nueve años.

Los años 2020 y 2021, han sido aún más complejos por la combinación del azote de la pandemia del coronavirus y el recrudecimiento oportunista del bloqueo estadounidense bajo la administración de Donald Trump (2017-2021). A ello se añade la implementación extemporánea de la llamada Tarea Ordenamiento, y los errores reconocidos desde su diseño hasta su puesta en marcha.

En medio de este panorama, los científicos cubanos lograron producir vacunas de elevadísima efectividad, para que con ellas pudiera inmunizarse toda la población cubana. El resultado fue encomiable, posible gracias a la inversión en la rama biotecnológica y en la formación de científicos competentes.


Las últimas medidas anunciadas tienen el propósito de incrementar los ingresos en divisas y aumentar y diversificar las exportaciones.

¿Qué ha faltado?

El hecho de que entre 2011 y 2019 no se hayan alcanzado los resultados previstos, da muestras de que  el camino seguido no es efectivo. Ha faltado secuencialidad en las medidas, así como celeridad en los cambios y transformaciones radicales de carácter estructural.

Todo lo que ocurre a nivel macroeconómico, tiene un reflejo en las condiciones de vida de la población cubana. A ello se añade que en aras de la eficiencia económica que se buscaba con las trasformaciones comenzadas en 2011, se llevaron a cabo procesos de reestructuración y compactación de dos servicios clave para la nación cubana: educación y salud. Tales procesos han tenido un impacto negativo en el acceso, sobre todo de las poblaciones en zonas no urbanas.

Once años después, pareciera que estos sacrificios resultaron en vano. No se ha logrado el necesario despegue económico y en el plano social es visible el deterioro en las condiciones de vida de la población cubana.

Carencias de bienes de todo tipo con énfasis en alimentos y medicamentos, inflación galopante, dolarización parcial de la economía, servicios básicos deficientes (salud, transporte, generación eléctrica), son parte de la cotidianeidad con la que lidia la población día tras día.

Las migraciones externas, sobre todo por la vía ilegal, han alcanzado cifras realmente alarmantes. Entre octubre de 2021 y mayo de 2022, habían llegado a Estados Unidos por vía terrestres casi 79 000 migrantes de nacionalidad cubana. Este es el mayor destino receptor a partir de la eliminación para los cubanos del requisito de visado por parte de Nicaragua.

Quizás una de las medidas más relevantes con impacto económico y social positivo, ha sido la aprobación el año pasado de la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), de conjunto con las posibilidades de crear nuevamente cooperativas no agropecuarias. Hoy suman más de 4 000 las mipymes constituidas. Esta medida está contemplada desde los primeros lineamientos y, sin embargo, su implementación tardó diez años en concretarse.

Aun cuando el tejido empresarial cubano es hoy mucho más grande y diverso, se continúa afirmando que no es momento para permitir las importaciones de carácter comercial. Se sigue apostando por el monopolio del comercio exterior, queda pendiente la reforma del sector empresarial estatal (que cada año se anuncia como prioridad para el período) y se adolece de un programa antinflacionario, por solo citar transformaciones elementales que no deben continuar aplazándose.

Una frase del entonces presidente (2008- 2018), Raúl Castro, se hizo popular hace algunos años: sin pausa, pero sin prisa. En la actual coyuntura socioeconómica, tales cambios deben ser introducidos sin pausa, pero a toda prisa, si de veras se desea cambiar el rumbo de la economía cubana para alcanzar el añorado despegue y que este se vea reflejado en la vida cotidiana de la población. (2022)