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domingo, 15 de enero de 2023

CUP-MLC-CL: tres variables a despejar

Por Sayli Sosa Barceló. Invasor
Fotos: Sayli

Nuevos actores de la economía en Ciego de Ávila se han insertado en las ventas minoristas en MLC. ¿Cómo les ha ido?, ¿qué futuro tiene esta actividad?

Entre 2019 y 2023 parece que ha transcurrido una década… o más. No únicamente por la pandemia de COVID-19, sino por todas las crisis derivadas o amplificadas por esa calamidad sanitaria global, que terminaron recalando en las costas cubanas como una resaca abrumadora, saladísima. Estar vivos y poder contarlo podría considerarse suficiente; a veces no.

Antes de que el SARS-CoV-2 entrara en escena, en noviembre de 2019 la sucesión de coyunturas económicas y energéticas en Cuba —aupadas por el bloqueo estadounidense arreciado— ya habían golpeado con fuerza. Con el fin de frenar la fuga de capitales que se producía hacia mercados como Panamá o México, el Gobierno cubano autorizó la operación de tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) para la venta de electrodomésticos de amplia demanda que no estaban en la red de establecimientos en CUC ni en CUP.

Las primeras definiciones al respecto hablaban de productos de alta gama cuyas captaciones contribuirían a abastecer el resto de los mercados internos. La medida se anunció como temporal, pero ya cumplió tres años.

En ese lapso vimos que la estratificación por gamas desapareció, así como el CUC y la oferta en esa moneda, al tiempo que la inflación comenzó a ganar terreno desde el Día Cero de la Tarea Ordenamiento. Al cierre de noviembre de 2022 —dato estadístico más reciente—, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se estimó en 260,29 con respecto a la base (cálculo hecho en 2010), la variación mensual fue de 4,11 por ciento, la variación acumulada de 34,05 y una variación interanual de 40,26. Para la división Alimentos y bebidas no alcohólicas, en cambio, la variación mensual fue de 70,2 por ciento. Es decir, los precios de estos productos han crecido más de un 70 por ciento con respecto a 12 años atrás. Todo ello en un contexto de profundo desabastecimiento que puede entenderse como causa y efecto.

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Cuba, 2023

Buscando inyectar mercancías a esa red comercial disminuida, desde mediados de 2021, con la publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba de las resoluciones 52/2021, del Ministerio de Economía y Planificación, y la 222/2021, del Banco Central de Cuba, se pudo implementar una de las medidas encaminadas a recuperar la economía: la contratación de las formas de gestión no estatal como suministradoras de la red comercial en moneda libremente convertible.

A partir de ese momento, micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), trabajadores por cuenta propia, cooperativas no agropecuarias y proyectos de desarrollo local pudieron insertarse en las cadenas de tiendas que operan en MLC, aunque el proceso no ha sido vertiginoso ni ha estado exento de tropiezos.

Primeros pasos

Al cierre de 2022, una docena de nuevos actores en Ciego de Ávila ya habían recorrido ese último tramo del camino de los emprendimientos, al establecer relaciones contractuales con la Sucursal avileña de la Corporación Cimex. Évora Alicia Blanco Alejo, gerente general, se muestra satisfecha e insatisfecha, al mismo tiempo. “Se avanza, pero el desafío está en la permanencia y estabilidad”.

Entre esa docena de “pioneros” están las mipymes radicadas en la provincia: Media Luna, La Ceiba y Carnes D´tres, y la habanera El Rey.

Además, están insertados los PDL Guamajales, Delavida, La Candelaria y El Placer, asociadas las dos últimas a las Cooperativas de Crédito y Servicios Patricio Sierralta y Reinaldo Maning, respectivamente; así como algunos TCP, incluso de otros territorios.



Especializadas en productos cárnicos, las mipymes El Rey y Carnes D’tres se han insertado en la venta minorista con buenos resultados y aceptación (a pesar de los altos precios)

Tanto la directiva como los actores no estatales de la economía entrevistados por Invasor identificaron como un escenario inmejorable para la concertación y la presentación de intenciones y productos las rondas de negocio desarrolladas aquí el pasado año, oportunidades para ver y tocar, más allá de las palabras. También ha sido decisiva la gestión comercial desde las propias cadenas de tiendas y la negociación con los proveedores.

Del avance mencionado por Blanco Alejo, da cuentas Aymé García León, gerente comercial, al afirmar que la sucursal de la provincia es la que más contrataciones realizó en el país durante el pasado año, pero coincide en que no se logra mantener un stock de productos en todos los establecimientos, todo el tiempo. ¿Por qué?

“A pesar de que codificamos y ese código es válido en todo el territorio nacional, lo cual es muy beneficioso para todos, con algunos productores los términos del contrato establecen que hasta que no se vende la totalidad del stock no volvemos a reabastecer”, explica Évora.

Agotar las existencias, en la actual circunstancia del país, no depende tanto de la demanda como del precio de las ofertas. Está clarísimo que más personas quisieran comprar los condimentos secos de Guamajales, los encurtidos de El Placer, las bolsas de néctares de Media Luna o los cortes de carne de cerdo de Carnes D´tres, pero el costo, en una moneda que no se vende en ninguna casa de cambio y que en el mercado informal supera los 160.00 CUP por un MLC, disuade a los más amplios bolsillos.

El precio final de cara a la población se forma, en el caso de Cimex, aplicándole un margen comercial de 1,35, que termina elevando a lo impagable cualquiera de estos productos, según dijeron algunos usuarios consultados y que pasaron de largo frente a las neveras.

“Es un margen comercial mínimo y centralizado”, acota Évora Blanco, para dejar sentado que una decisión que mejore el costo de salida no depende de la sucursal avileña, sino de la casa matriz.

Siguiendo la lógica de lo accesible o no de las producciones locales llevadas a la venta minorista, cabría suponer que las mercancías se añejarían en las vitrinas, pero no es el caso, siempre. Esta semana, por ejemplo, no nos fue posible encontrar cortes de carne en todas las carnicerías de la ciudad. O sea, sí se venden, aunque los ciclos de aprovisionamiento no son estables. Volvamos al por qué.

Moneda sin respaldo

Leonel Duarte Pla, uno de los titulares de la mipyme Carnes D´tres califica de provechosa y saludable su inserción en la venta minorista a través de las cadenas de tiendas. Habla de pagos en tiempo, de excelentes relaciones con comerciales y compradores, pero se queja de ese margen comercial que hace a su producto más caro de lo que inicialmente ya es. Él, no obstante, introduce una nueva variable.

“Las ventas en MLC son beneficiosas, porque permiten ofrecer al pueblo un producto de calidad, pero a nosotros como organización esa moneda ya no nos sirve de mucho. No se puede comprar nada con ella que tribute a nuestro ciclo productivo. Hoy todos los proveedores exigen pago en divisas, el llamado CL (capacidad de liquidez).

“La MLC tampoco sirve para importar. Podría decirte que ninguna importadora acepta pagos en esa moneda, pero sería muy absoluto. En nuestro caso, las compras en el exterior deben hacerse desde cuentas asentadas afuera”.

Si el ciclo productivo no garantiza el reaprovisionamiento financiero hay una falla en la lógica económica que tiene implicaciones a todos los niveles. El propio Duarte Pla lo hacía notar recientemente en un encuentro de un grupo de nuevos actores no estatales con las máximas autoridades de la provincia.

Cuando los pagos se hacen desde el exterior —que es el caso de la mayoría de quienes están importando hoy—, en dólares o euros, en algún momento se pierde la trazabilidad y no se debería acreditar que lo recaudado por concepto de la venta de esos productos es ganancia neta. “¿Cómo la Oficina Nacional de Administración Tributaria puede comprobar que esa mercancía costó lo que costó y, por tanto, deducirla como gasto, si a mí, poner un kilogramo de carne de cerdo importada en Cuba, me cuesta 4,30 dólares?”, se preguntaba.

Y si esta es la realidad en el comercio minorista en MLC, los pronósticos para el comercio en CUP no son mejores, porque el mercado de proveedores en CUP también está desabastecido. Todas estas formas productivas que hoy tienen relaciones contractuales con las cadenas de tiendas, comercializan en moneda nacional mediante puntos de venta y ferias, pero el grueso va a otros destinos como la venta al Turismo, en frontera o electrónica con pago desde el exterior.

Nadie podría condenar a los nuevos empresarios por tratar de mantener a flote sus negocios, y todos deberíamos preguntarnos cuál es la fórmula correcta para acceder a bienes y servicios sin quedar en bancarrota en el intento.

No obstante, el fin de año la provincia “ensayó” métodos de comercialización para acercar productos alimenticios a la población en moneda nacional e intentar controlar la especulación, mediante el compromiso no solo de las entidades estatales, sino de los nuevos actores, a vender sus mercancías a precios razonables. Esos mecanismos se estudian actualmente para que no constituyan excepciones, sino norma.

En ese camino, sin embargo, habría que acabar de solucionar las distorsiones del sistema económico mencionadas. Hay principios inviolables de la Economía que no pueden dejarse para después.

1 comentario:

  1. La experiencia latinoamericana dice que una vez dolarizada una economía es muy difícil abandonar el patrón dolar. Cuba es el mayor ejemplo, dolarizada de una u otra manera desde hace decadas. Dependiente de las remesas y el turismo. Y por ende de los EE.UU y la EU.

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