Ayer 1ro de marzo nos reunimos más de 300 antiguos compañeros de Piñeiro, en la Casa Cultural del Alba en línea y D en el vedado para conmemorar el 90 aniversario de un Revolucionario con mayúscula, que acompaño con lealtad y eficiencia mientras vivió, en primer lugar a Fidel, también al Che y a Raúl, como quedo de manifiesto en las intervenciones e historias de vida de varios de los que fueron sus compañeros de lucha en determinadas etapas de su fecunda actividad revolucionaria y antiimperialista.
Yo fui su amigo desde que ambos estudiábamos en el Instituto de Matanzas. Nunca dejamos de ser amigos. Siempre lo respete como al jefe revolucionario que supo interpretar y ejecutar con mucha inteligencia y habilidad el pensamiento de Fidel de como conducir la lucha antiimperialista en América Latina.
Al concluir el acto me encontré y salude a viejos compañeros de muchos años, que para mi sorpresa, casi en su totalidad me expresaron que leían todo lo que venía escribiendo en los últimos años, no en Granma ni en Cubadebate, sino en una especie de Circuito, por correo electrónico, que varios compañeros, economistas todos, que ocupamos responsabilidades en distintas etapas de nuestro Gobierno y también en el Partido, hacemos un esfuerzo, infructuoso hasta ahora, porque nuestro gobierno, el de ahora, al menos nos oiga en una forma presencial, que permita debatir. Uno de ellos, me dijo, no te han hecho caso y quizás sigan sin tomarte en cuenta, pero sigue escribiendo. Ese fue el mensaje muy claro y directo que me dieron todos, combatientes revolucionarios de todas las etapas, preocupados por supuesto por las dificultades, en especial económicas, que enfrenta el País de todos para salir de la crisis.
Y estoy
convencido que Piñeiro, BARBAROJA, nos habría dicho lo mismo, continúen
escribiendo.
Estoy seguro que Humberto Pérez, Fidel Vascos, Julio Carranza, Juan Triana, Pedro Monreal, Miguel Figueras, Humberto Herrera Carles, otros y también yo, continuaremos escribiendo, muy alejados de protagonismos, pero si con la convicción de que el peor servicio que se le puede hacer a nuestra Patria, es quedarnos callados no aportar para tratar de evitar errores evitables. Recordemos que fue Martí y también Fidel quienes nos enseñaron, que UNA VERDAD DESDE EL FONDO DE UNA CUEVA PUEDE MAS QUE UN EJERCITO.
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