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domingo, 5 de marzo de 2023

De nuevo sobre el socialismo, el mercado y la democracia, mis conceptos al respecto, todo a debate.

Por Dr Julio Carranza

A propósito del intercambio de varios amigos sobre el tema esencial de la democracia el mercado y el socialismo, me permito exponer de manera muy sintética mis conceptos  al respecto, mismos que de una u otra manera ya hemos expuesto en textos anteriores.

El socialismo no es la primera sociedad no mercantil, es, quizás, la última de las sociedades mercantiles. Lo que lo define no es la eliminación total de la propiedad privada, tampoco del mercado, al socialismo lo define la eliminación de la hegemonía del capital.

Esto supone propiedades económicas múltiples, pero en un sistema que desde lo político y de manera extraeconómica (el poder del estado) garantice la preeminencia y liderazgo claro de la propiedad pública (eficiente) con límites y regulaciones (legales y fiscales) y sin estar sometida a una planificación burocrática y arbitraria, sino a una planificación estratégica de carácter mas financiero. Todos los actores económicos actuando en un mismo sistema económico que los articula y les ofrece las condiciones para operar con eficiencia, sin restricciones y prohibiciones innecesarias. Solo las regulaciones y las limitaciones imprescindibles para contar con las garantías socialistas del sistema.

De manera que, desde la política, se impida la reproducción de la hegemonía del capital, esto supone la coexistencia de la propiedad pública, la propiedad cooperativa y la propiedad privada fundamentalmente en el sector de empresas medias y pequeñas, así como la inversión extranjera que se considere útil, también bajo regulaciones, pero con el liderazgo de la propiedad pública y el interés popular. El sistema político (parlamentario) debe garantizar la representación de esa diversidad socioeconómica.

Si me preguntan cuáles han sido las dos grandes insuficiencias del socialismo histórico, respondería que: una falta de respuesta adecuada a la cuestión del mercado y a la cuestión de la democracia.

El capitalismo que estableció la democracia en importantes países, con la división de poderes, la libre expresión, el debate público, las elecciones (no ratificaciones), la proclamación de los derechos humanos, etc, rápidamente la deformó e impidió que esta se realizara plenamente, debido a la intervención determinante de los poderes económicos dominantes y al libertinaje de un mercado sin las regulaciones democráticas necesarias, la discriminación racial, la represión y exclusión de las organizaciones populares, la corrupción, el sometimiento de los principales medios de comunicación a los poderes financieros, la imposición del imperialismo a nivel global con el saqueo del mundo pobre, etc.

El socialismo histórico que en sus propuestas teóricas reivindica la importancia del fortalecimiento de la democracia popular y que da pasos importantes en ese sentido, con las nacionalizaciones a la gran propiedad, el acceso a los servicios sociales de educación, salud, seguridad social, la defensa de la soberanía, etc, comete el error, es mi opinión, de liquidar también los no menos importantes componentes formales de la democracia que el capitalismo había aportado y que sin dudas son un factor muy importante de las grandes conquistas de la humanidad, o sea en vez de despojar a la democracia de los factores que en el capitalismo la deformaban, esencialmente el dominio y la permanente intervención de los poderes anti populares del capital, lo que hizo fue liquidar también sus componentes positivos, para usar la frase conocida “con el agua sucia botaron también la criatura”.

Una mala concepción y peor implementación de la dictadura del proletariado (sustituido por la burocracia) tuvo que ver mucho con este resultado. Tener en cuenta los problemas del stalinismo y también las advertencias de Rosa Luxemburgo al respecto.

Es cierto y no se puede olvidar, que todas las revoluciones concitan la despiadada agresión imperialista, lo cual condiciona muchas cosas y obliga a determinadas restricciones, al colocar al naciente estado en una trinchera que se debe defender, en eso no caben las ingenuidades, tampoco los excesos, estas restricciones deben ser solo las absolutamente necesarias, no pueden ser permanentes, ni convertirse en principios del socialismo, gran error hay en confundir las necesidades con virtudes y lo peor, que las necesidades hagan perder el rumbo estratégico del socialismo que son la eficiencia en lo económico y las más amplias libertades en lo social, dentro de un sistema político claramente popular que permita el avance de esos objetivos y a la vez impida el restablecimiento de la esencialmente antidemocrática hegemonía del capital, factor que determina el carácter capitalista o socialista de una sociedad.

5 de Marzo 2023

1 comentario:

  1. Bien que Martí apuntaba como riesgos: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras:—el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas:—y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”. Esos peligros deben correrse en aras de la justicia, pero hay saber que existen y toman cuerpo en la burocracia, y que deben ser enfrentados resueltamente para la construcción de una patria socialista y próspera!

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