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martes, 25 de abril de 2023

Nuestra locomotora y sus frenos vs. otras locomotoras

El turismo cubano se recupera a un ritmo inferior que otros destinos similares del área. Lograr una mejor posición competitiva va más allá de resolver debilidades acumuladas o construir más habitaciones.

POR SU PROPIO PESO Humberto Blanco Rosales, economista cubano 24 abril, 2023



El turismo se recupera, aunque lentamente Foto: Archivo IPS-Cuba

El turismo se convirtió en pivote de la economía cubana durante la crisis de los años 90 del siglo pasado, como parte de la estrategia aplicada para remontarla. Formaron parte de las acciones y condiciones que permitieron acometer tal empeño asociaciones con empresas turísticas foráneas de renombre e instituciones financieras orientadas al crecimiento del sector y a la facilitación de encadenamientos con productores nacionales.

Se añade un proceso de creación y remozamiento de infraestructura vial, aeroportuaria y hotelera, más la estabilidad política y seguridad de la sociedad cubana, y por supuesto, sus bondades naturales y otros atributos. También la creación de un tejido empresarial estatal con capacidad de gestión y autonomía, organizado fundamentalmente a partir de experiencias internacionales en el funcionamiento de las corporaciones hoteleras y de la cadena de valor del sector, con un intenso programa de preparación de recursos humanos para sustentar el despegue y crecimiento proyectados.

Lo que a todas luces constituyó un cambio estructural en la economía cubana respecto a la secular dependencia de la industria azucarera arrojó resultados exitosos, posicionando a Cuba como uno de los destinos más dinámicos en la competitiva area geográfica del Caribe, con el consiguiente efecto favorable en la obtención a corto plazo de las tan necesarias divisas. Desde entonces, al turismo se le ha denominado la locomotora de la economía cubana.

Debilidades y signos de recuperación

Y desde entonces, también, han sido señalados por funcionarios y estudiosos del ramo aspectos a mejorar como la calidad del servicio, la dependencia excesiva de insumos importados unida al inestable comportamiento del tejido productivo nacional como proveedor del turismo, la escasa oferta extrahotelera y la insuficiente dinámica de indicadores de rendimiento como los ingresos por visitante.

Todo lo anterior se combina con la presencia de conocidos factores externos desfavorables, más recientemente agravados, léase el bloqueo y su recrudecimiento, su correspondiente efecto sobre los arribos de visitantes norteamericanos, la guerra en Ucrania, y obviamente el enorme impacto de la pandemia de la covid en el desempeño de las economías y en particular del turismo a escala mundial. El mes pasado se celebró el Balance del Ministerio de Turismo correspondiente a 2022. Según reportaron medios de prensa nacionales (el informe discutido en la reunión no está disponible en el sitio Web institucional), comienzan a apreciarse signos de recuperación en el sector, a pesar de que no se cumplieron los pronósticos oficiales de visitantes para dicho año.

Los niveles de ocupación ascendieron a poco más de un 15 %, muy superiores a 2021, pero bastante por debajo de nuestros competidores principales en los destinos de sol y playa. Por ejemplo, República Dominicana superó 70 % y México 63 %, según datos de 2022.

El repunte del principal emisor hacia Cuba, Canadá, seguido de los cubanos residentes en el exterior, fueron determinantes en la cifra alcanzada de algo más de un millón 10 000 visitantes, lejos aún de los niveles prepandemia. Y aunque la recuperación del mercado canadiense y sus perspectivas resulta una buena señal que apunta hacia mayores volúmenes de turistas, parece muy difícil que puedan lograrse los tres y medio millones anunciados para este año, más del triple de lo logrado el año pasado. La recuperación, en otras palabras, no marcha a la velocidad necesaria.

Al menos por lo divulgado, pareciera que continúa siendo el número de visitantes el indicador cumbre del desempeño turístico . Es de esperar que igual importancia se le conceda al crecimiento de otros indicadores tales como los ingresos, las utilidades, la cuota de mercado y la posición competitiva de nuestros destinos respecto a los restantes países del área.



La estructura actual de las inversiones estatales apunta claramente a una desproporción en favor del turismo

En el informe, según reportes de los medios, aparecen nuevamente debilidades a superar como los problemas en la calidad del servicio, la falta de productos e insumos, el mantenimiento de las instalaciones, el reabastecimiento de combustible, la insuficiente oferta de actividades de entretenimiento, así como la conectividad a Internet.

Otro de los problemas señalados durante el balance fue la fluctuación de capital humano. Al cierre de 2022 el turismo contaba con cerca de 117 000 empleados, y exhibió una tasa de fluctuación de 20.1 % que casi cuadruplica la tasa del 2021. Asunto este para nada menor – de no revertirse traerá consecuencias muy negativas para el desarrollo del ramo – , probablemente motivado por el descenso en la actividad turistica y la migración de la fuerza de trabajo hacia otros ámbitos de la producción y los servicios con mayores incentivos, incluyendo la absorción de empleo por los actores económicos no estatales, en particular por la dinámica de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).Ofrecer alimentos saludables y orgánicos destaca entre las tendencias a considerar en el desarrollo turístico

Proyecciones y tendencias

En el citado sitio Web aparecen, por otra parte, proyecciones de desarrollo del turismo que enfatizan en el crecimiento del número de habitaciones hasta 2030. Tema este bastante polémico en tanto la estructura actual de las inversiones estatales apunta a una desproporción a su favor, en detrimento de actividades que debían encadenarse y reducir la dependencia importadora, así como diversificar la cartera exportadora y mejorar la deprimida oferta nacional.

Siendo este tema relativo a las inversiones motivo de los mayores cuestionamientos por varios colegas, hay otros asuntos acerca del desarrollo turístico que también deben considerarse.

Parece bastante obvio que dicho desarrollo no puede reducirse a crecer en habitaciones. Conocer y actuar según las tendencias que exhiban las variables de un sector de negocio (tecnológicas, económicas, socioculturales, mercados y clientes, entre otras) es determinante para diseñar y poner en práctica acciones de diversa índole que lo posicionen sosteniblemente.

De acuerdo con sitios Web especializados, entre esas tendencias (muchas de ellas asociadas a la transformacion digital), hoy se destacan:

-Incremento de los requerimientos de higiene y seguridad

-El crecimiento de los pagos sin contacto

-La búsqueda por voz en internet y el control por voz mediante asistentes inteligentes

-La personalización de la experiencia turística

-El uso de chatbots y tecnologías de reconocimiento

-Aplicaciones de Internet de las cosas

-Alimentos saludables y orgánicos

No responder a estas tendencias y que los competidores de nuestra región lo hagan, seguir con debilidades que aún persisten, en condiciones de pérdida de capital humano en esta esfera más las barreras impuestas por el bloqueo, provocarían una situación estratégica crítica respecto a aquellos. En la gestión empresarial no basta con mejorar respecto a uno mismo. Hay que hacerlo, sobre todo – a pesar de los obstáculos – respecto a quienes concurren en el mismo ámbito de negocios. (2023)

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