Cuba: ante la puerta de entrada a la inseguridad alimentaria

Por Jorge Rodríguez Hernández

"La seguridad alimentaria a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana."

(Cumbre Mundial de Alimentos 1996)

El concepto de seguridad alimentaria expuesto al inicio de este post a modo de exergo, está muy lejos de cumplirse en el caso de Cuba. Un Foro de Economía Cubana dedicado al tema, auspiciado por el Centro de Estudios de la Economía Cubana( CEEC), en la Quinta de los Molinos, de La Habana, durante los días 19 y 20 de septiembre, ofreció suficientes elementos de juicio, como para asegurar que la Isla está ante la puerta de entrada de la inseguridad alimentaria.

Las doctoras en Ciencias Betsy Anaya Cruz y Anicia Garcia Alvarez, quienes, desde los saberes acumulados durante años de estudio e investigación sobre el vital asunto, esbozaron las políticas y desafíos para concretar la seguridad alimentaria en Cuba.

En sus respectivas exposiciones, ambas expertas no obviaron las problemáticas que obstaculizan ese propósito: azote de la pandemia de la COVID-19; contracción del balance externo entre 2011-2019, lo cual incide en el pago de importaciones y de bienes intermedios para garantizar la producción de alimentos y otros rubros; e incremento de precios exacerbado por anuncio de una devaluación como parte del ordenamiento monetario, con nueva resolución de precios máximos para La Habana.

Amen de los reconocidos efectos del bloqueo norteamericano, Cuba arrastra una cultura importadora de alimentos desde la etapa previa a los años 90 del pasado siglo XX, con negativas afectaciones en su balanza de pago, y se advierten escasos estímulos e insuficiente inversión en el sector-no llega al 3%-, además de reportar una muy baja productividad, a lo cual se suman las perdidas que tienen lugar anualmente de manera sistemática por razones diversas.

Contrastando con experiencias exitosas de varios países de la región, se ofrecieron suficientes evidencias de que el sector agropecuario no cumple a plenitud la función relacionada con el incremento de la oferta de alimentos, y se subrayaron ideas al respecto, algunas de las cuales relaciono a continuación.

> La alimentacion es una necesidad basica del ser humano cuya solucion esta pendiente en el caso de Cuba.

>Existe una brecha entre la prioridad concedida al tema en el discurso y los diferentes documentos rectores y la realidad que enfrenta la poblacion de la Isla.

>Las medidas adoptadas para dinamizar la produccion agropecuaria resulta insuficiente .

>Los esfuerzos por sustituir importaciones tampoco muestran resultados previos.

>El hecho de diseñar la canasta basica de referencia para 2 100 kilocalorias para el ordenamiento monetario una situacion de vulnerabilidad alimentaria a personas con salarios y pensiones minimas.

>El gasto en alimentacion sigue siendo el mas importante dentro del gasto familiar, dejando sin posibilidades a las personas para realizar otros gastos necesarios para la reproduccion de la vida.

Tras la exposición de las ponentes, se originó un debate entre los participantes, quienes señalaron lo imperioso de que exista coherencia entre el discurso y los hechos, así como que la prioridad tiene que estar en producir alimentos y subvencionarlos cuando sea necesario, tal como expreso el doctor en Ciencias Juan Triana Cordovi .

Se hizo mucho énfasis en la necesidad de que exista una política de fomento agrícola, con la concesión de créditos en un ambiente financiero más amigable, como considero la doctora en Ciencias Mayra Paula Espina Prieto .

Esta ultima, experta en temas sociales, alerto que la grave problemática alimentaria descrita en el Foro, impacta en 1/3 de la población cubana, situada en la línea de pobreza sin amparo, lo cual contrasta con un 13% de ciudadanos, considerados como clase media, con una situación económico-social mucho más favorable, lo cual demuestra las crecientes asimetrías en este ámbito.

Por su parte, el doctor en Ciencias Oscar Fernández considero que estamos en fase de emergencia nacional en el tema alimentario, no de alerta, parafraseando la terminología propia para la temporada ciclónica, y lo peor está en que no se avistan soluciones en el camino, no hay procesos que modifiquen la grave situación descrita durante dicho foro económico.

Expreso que existen paradigmas que hay que volarlos en pedazos, porque hay ciudadanos que están en una situación alimentaria muy crítica.

Fernández señaló además que ante la aguda crisis de oferta, de carácter estructural, hay que cuestionarse los microfundamentos del modelo económico actual.

Hay que generar incentivos, porque no es lo mismo importar cervezas que importar piensos, subrayo Oscar Fernandez , quien se preguntó acerca de como vamos a crear capacidades productivas.

Un criterio compartido entre las ponentes y participantes en dicho foro económico fue que lo importante, lo primero aquí y ahora, es que haya comida , dada la naturaleza emergente de la crisis. Hay que poner el foco- no hay otra centralidad en este asunto de Seguridad Nacional- en el incremento de la producción de alimentos e insumos. Otra cosa no cabe ni resulta más estratégica, cuando Cuba está en el umbral de la puerta de entrada a la inseguridad alimentaria.