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sábado, 30 de diciembre de 2023

Haciendo justicia

Segunda Cita

Desde su aparición el 26 de diciembre en el blog Cuba y su economía, de Humberto Herrera Carles, se han reproducido en algunos sitios unas palabras que escribí a propósito de un comentario que me llegó por correo, titulado "Nueva etapa de la Revolución". 


Algunas cosas fuera de contexto se redimensionan. Contextualizo, sobre todo para hacerle justicia a los compañeros y compañera que provocaron lo que dije. Quizá después de "no hay ideología que se sostenga sin bienestar" debí agregar: "ni revolución posible a la defensiva". No lo puse porque lo había dicho y publicado un par de veces.

srd

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23 dic 2023:


-- Nueva etapa de la Revolución


Nuestros economistas saben que la definición de economía de guerra de esta etapa significa menos economía de mercado y más intervención de estado aunque quizás en el caso de Cuba sea algo mixto

No subestimemos esto

Fue dicho por Marrero y ratificado por Díaz Canel. No se nos debe escapar su importancia práctica aunque se mezclo con otras cosas quizás para quitarle dramatismo

Fraternalmente

Michael Vazquez

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23 dic 2023:


--De acuerdo!

Ileana Yarza

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25 dic 2023:


-- Michael:

En pocas palabras has logrado describir la esencia de la disyuntiva actual del sistema de dirección y planificación de la economía cubana. Ello me estimula a enviarte mis consideraciones al respecto, también en pocas palabras. Considero que la economía de guerra mencionada es muy diferente al “comunismo de guerra” aplicado en la Rusia soviética en tiempos de Lenin. La nuestra es principalmente económica y la de Lenin era principalmente militar. La solución a nuestros problemas radica en el aumento de la producción de bienes y servicios y su productividad, a pesar del bloqueo. En el momento histórico que estamos viviendo esta solución puede lograrse, en mi opinión, avanzando hacia una economía de mercado en la que el mercado sea el regulador de la economía estableciendo los incentivos correspondientes a las empresas estatales y no estatales que actuarían, en general, con plena libertad en su gestión sin interferencias de terceros. A su vez, el objetivo de la intervención estatal consistiría en evitar las tendencias del mercado que afecten la vida social de la población, así como en facilitar la proyección estratégica del país. En este empeño el Estado utilizaría las propias reglas del mercado y, excepcionalmente, medidas administrativas y coercitivas. Comprendo que en la aplicación de lo que aquí propongo pudieran surgir nuevos problemas a corregir, pero estoy convencido que serían de menor impacto en la población que los que nos aquejan hoy. Un abrazo.

Fidel Vascós   

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25 dic 2023:


-- Vascos,

Coincido totalmente contigo en la interpretación que le das al concepto de economia de guerra en nuestro caso. Es asimismo como dices, lo que habrá que hacer para salir de esta crisis.

Joaquin Benavides

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25 dic 2023:


-- Estamos, aún tímidamente, tratando de superar el cataclismo económico -y sin dudas político- que desató la “ofensiva revolucionaria” de 1968, que “se les fue de las manos” en calado y propósitos a quienes la pusieron en marcha, según testimonios de algunos muy altos dirigentes. 

 

En 1985 visité por última vez la URSS y, sin ser especialista político o económico, llegué a la conclusión de que aquello se estaba yendo a pique. Tres años después, viendo acercarse la debacle, un 28 de enero empezamos, en el busto de Martí en el Turquino, una gira que imaginamos sanadora y que titulamos Por la Patria. Luego de 35 conciertos la concluimos en la Plaza de la Revolución. 

 

Poco tiempo después de la desaparición de aquel socialismo Fidel le confesó a un periodista norteamericano que nuestro modelo ya no nos servía. Él tuvo el valor de reconocer su inexperiencia de los primeros años y nos dejó un decálogo presidido por la afirmación de que Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado. 

 

Cuba ha tenido no solo que ingeniárselas para avanzar sino que también ha tenido que resistir invasiones, sabotajes, injerencias de todo tipo y un bloqueo histórico en crueldad y duración. No somos, como país ni como personas, lo que hubiéramos sido sin semejante hostilidad. 

 

Aún así, creo que debiéramos saber ponernos por encima de traumas y condicionamientos. No olvidando, sino siendo capaces de aprender a superar aquello con acciones regeneradoras. 

 

Todos sabemos que el núcleo principal del descontento es por el bienestar dañado. La salud, la educación, la seguridad de cientos de miles de familias que trabajaron con la esperanza de un futuro mejor. No hay ideología que se sostenga sin bienestar. Olvidar eso no sólo es insensato: es inhumano. Por eso todo lo que logremos en esa dirección es lo correcto. 

 

Creo que nuestra primera meta es esa, por simple, por incompleta que pueda parecer. El bienestar del pueblo. Martí lo dijo de la manera más directa y hermosa: “Ganado tengo el pan: hágase el verso. “

 

Silvio

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