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lunes, 10 de abril de 2023

Marxismo y geopolítica de la dominación imperialista: Estados Unidos desde una perspectiva teórica1

Por Jorge Hernández Martínez1 * http://orcid.org/0000-0001-7264-6984


1 Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU). Universidad de La Habana, Cuba.

RESUMEN

El ensayo reflexiona, desde una perspectiva teórica marxista, sobre las consecuencias de las crisis que vive Estados Unidos y las implicaciones actuales para la dominación geopolítica norteamericana, hegemónica o no. El análisis se organiza en tres partes: la primera expone las premisas o presupuestos de partida, la segunda sintetiza las consideraciones fundamentales desde las que se enlaza teóricamente, en términos objetivos y subjetivos, la dominación y el poder como ejes de la visión dialéctica aplicada y la tercera presenta el entramado conceptual en el que se integra la hegemonía -cual expresión superlativa de la dominación clasista interna y externa-, que complementa y completa el uso de la fuerza con el consenso, como expresión ideológica que añade el poder simbólico ejercido a través de los instrumentos culturales, al de los económicos, financieros, militares y diplomáticos. Se destaca la importancia de asumir como claves interpretativas la teoría y la epistemología marxista con sentido dialéctico en las investigaciones específicas.

Palabras clave: capitalismo norteamericano; crisis; dialéctica; pensamiento crítico; poder

INTRODUCCIÓN

A la memoria de Héctor Castaño, con respeto, admiración y agradecimiento, por su legado al estudio de la hegemonía y a la enseñanza del marxismo

Las estructuras y tramas que han acompañado al desarrollo capitalista en Estados Unidos han condicionado una gran capacidad adaptativa del imperialismo allí, el cual ha sido capaz de realizar reacomodos que le han permitido absorber y superar los efectos recurrentes de sus propias crisis, entre recaídas y recuperaciones, en medio de un debate inconcluso en el plano teórico acerca de su declinación hegemónica y de un posicionamiento global renovado, en el orden práctico, de su sistema de dominación.

A partir de ese contexto, el presente ensayo reflexiona sucintamente, desde una perspectiva teórica marxista, sobre las consecuencias de las crisis que vive Estados Unidos, asumidas solo en calidad de antecedente, referente y contexto, no como objeto o texto del trabajo. Sobre esa base se examinan de modo abreviado las implicaciones actuales para la dominación geopolítica norteamericana, hegemónica o no. El análisis se organiza en tres partes: la primera expone las premisas o presupuestos de partida, la segunda sintetiza las consideraciones fundamentales desde las que se enlaza teóricamente, en términos objetivos y subjetivos, la dominación y el poder como ejes de la visión dialéctica aplicada, mientras la tercera presenta el entramado conceptual en el que se integran la hegemonía -cual expresión superlativa de la dominación clasista interna y externa-, que con el consenso complementa y completa el uso de la fuerza, como expresión ideológica que añade el poder simbólico ejercido a través de los instrumentos culturales, al de los económicos, financieros, militares y diplomáticos. En su unidad analítica, los tres apartados configuran una unidad lógica de lectura progresiva y holística que procura dejar clara la importancia de asumir como claves interpretativas la teoría y la epistemología marxista con sentido dialéctico en las investigaciones específicas. Un texto conocido, como El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, muestra que el análisis del proceso de reconstrucción de la lucha de clases en Francia en el período de referencia realizado por Marx, refleja el ascenso de lo abstracto a lo concreto y la definición de lo concreto pensado, sin que su aproximación sea principalmente económica, sino política (Marx, 1981). Por otra parte, en la famosa obra, El capital, Marx sigue también el proceso de lo abstracto a lo concreto -ante un objeto como el concerniente en Inglaterra al movimiento de la economía, su ciclo, auge y crisis productiva, industrial y comercial, involucrando a las clases-, pero esta vez privilegiando el enfoque económico, variando las contextualizaciones y el abordaje que le lleva al establecimiento de las determinaciones explicativas (Marx, 1996). Como plantea Engels (1962) en el prólogo a El dieciocho brumario…, las luchas históricas son expresión de la lucha de clases y están condicionadas por el grado de desarrollo de la situación económica, pero el elemento fundamental de la explicación radica en las clases y las categorías que reproducen las contradicciones entre la explotación y la dominación, de un lado, y la resistencia y la lucha, de otro. En la acción y reacción de esas clases, opresoras y oprimidas, intervienen múltiples factores, no solo económicos, sino políticos e ideológicos. Expresado teóricamente en los términos más convencionales de la perspectiva marxista -la del materialismo histórico y la economía política-, a riesgo de esquematizar, bastaría con remitir al lector solamente a un par de obras breves, los prólogos realizados a la Contribución a la crítica de la economía política (Marx, 1973) y a Trabajo asalariado y capital (Marx, 2019), respectivamente: se trata de las interrelaciones entre base/superestructura /formas de la conciencia social, o entre capital/trabajo. Y apelando a Estadística y sociología, un escrito poco referido, tan conciso como los que acaban de citarse, pero con una enorme significación metodológica, en el que Lenin (1978) advierte sobre lo imperioso que resulta al interpelar la realidad en las indagaciones empíricas, considerar los hechos con objetividad, sin sacarlos de su contexto, y apreciarlos en sus concatenaciones y movimiento con una mirada totalizadora.

De ahí que el marxismo explique, a través de aproximaciones sucesivas, con particularidades en el método, en consonancia con las especificidades del objeto, las condiciones materiales -no solo económicas- de existencia y dinamismo de las clases y grupos sociales que permiten entender sus comportamientos, más allá de lo coyuntural, penetrando en lo estructural y reteniendo lo histórico.2 Considérese esta puntualización como ilustración del tipo de aproximación que con una perspectiva marxista hace suya este ensayo, desde su título. Ella supone la superposición y exclusión mutua de las tres dimensiones implicadas: coyuntura, estructura e historia.

Por eso, convendría mirar en el presente a Estados Unidos, trascendiendo lo fenoménico, desde una perspectiva teórica transdisciplinaria, afincada en la concepción materialista de la historia, la economía política, la teoría leninista del imperialismo y los aportes a las ciencias sociales del pensamiento crítico contemporáneo, sobre todo latinoamericano.3 Bajo la mirada plural y holística implicada no se excluyen otras aproximaciones enriquecedoras que perfeccionen un marco interpretativo, con un sentido dialéctico, capaz de discernir entre enfoques burgueses u occidentales, presentes en determinados estudios actuales en nuestros medios que ni mencionan al imperialismo y tratan con ligereza las cuestiones mencionadas. El efecto de tal déficit epistemológico lo resume con acierto Pérez (2021) al señalar que «la falta de totalidad, desde y hacia el marxismo, se expresa también desafortunadamente en los proyectos de investigación, los procesos de formación profesional y en los procesos de difusión del marxismo, entre otros».

PRESUPUESTOS TEÓRICOS

Las siguientes consideraciones fijan la perspectiva aludida y los principales referentes teóricos:

  1. Se parte de la noción de imperialismo y se retiene la comprensión marxista desarrollada según la definición que hizo Lenin hace más de un siglo, referida al contexto histórico de la Primera Guerra Mundial y a los años siguientes, cuando este fenómeno adquiría visibilidad y plenitud multidimensional, como resultado de la monopolización y del nacimiento del capital financiero que dejaban atrás la época del capitalismo de libre competencia. Como precisó en su conocida obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, cuyo título resumía lo fundamental de su comprensión, el análisis se enfocaba sobre un periodo histórico específico, era principalmente teórico y se limitaba a sus rasgos económicos fundamentales, sin contemplar otros aspectos importantes, con lo cual indicaba que su aproximación no era exhaustiva, si bien fijaba en términos esenciales la fenomenología de un patrón histórico, que entonces apenas se prefiguraba (Lenin, 1973a). Por eso, al no tratarse de una conceptualización acabada ni ambiciosa, sino más bien metodológica, ha seguido siendo válida como marco de referencia y guía para ulteriores indagaciones. A la vez, su caracterización estructural expuesta en El imperialismo y la escisión del socialismo ha mantenido vigencia para entender la articulación económica global del imperialismo, que como todo fenómeno histórico, se ha transformado (Lenin, 1973b). Hoy su expresión es transnacional y global (Robinson, 2013).

  2. Resulta imperioso retomar esa mirada. Como se señalara, al producirse el llamado «fin» de la Guerra Fría a comienzos de la década de 1990, ante la pujanza del pensamiento único cuya formalización inician Fukuyama y Huntington, y la prosiguen otros ideólogos y estrategas neoconservadores, el término de imperialismo había prácticamente desaparecido del lenguaje periodístico, académico, partidista y gubernamental (Borón, 2004). Y cuando se le utilizaba, se desnaturalizaba su esencia, con interpretaciones unilaterales, economicistas, del enfoque leninista. Se evidenciaba, así, según se advirtiera oportunamente, que no pocos de los teóricos que utilizaban en Europa, Estados Unidos y América Latina la noción de imperialismo, recurrían a un tipo de reduccionismo económico que minimizaba o ignoraba las dimensiones políticas e ideológicas y sacaban de contexto categorías como las de inversiones, comercio y mercados, las cuales se presentaban como entidades alejadas de sus condicionamientos históricos reales (Petras y Veltmeyer, 2012). La narrativa prevaleciente, bajo la confluencia de la globalización neoliberal, el posmodernismo, y un renovado irracionalismo filosófico, se centraba más en visiones apocalípticas distópicas sobre el fin del mundo que en el fin del capitalismo. Con ello se dejaba a un lado al imperialismo como algo anacrónico.

  3. Es necesario no perder de vista que en Estados Unidos el sistema de dominación sufre los efectos de las conmociones sucesivas, determinadas por la propia lógica del imperialismo, acentuadas en la década en curso, la tercera del presente siglo, en un contexto de profundización de la crisis capitalista, palpable en un grueso rango de contradicciones y definida no solo por problemas y dificultades de carácter económico, sino por un complejo de contradicciones que abarca lo político, lo social, lo ideológico, lo cultural, lo ecológico, lo estratégico, manifiestas en una escala internacional cual crisis de restructuración, en vías de adquirir la envergadura de una crisis sistémica, en la medida en que forma parte esencial de la propia dinámica de constante reajuste de la modernidad capitalista que lleva consigo el imperialismo contemporáneo (Harvey, 2013). Ello incluye la recesión económica, los daños provocados por la pandemia de la COVID-19, que la reforzaría, junto a la polarizada contienda electoral de 2020, en una nación signada por la incertidumbre, la crisis de credibilidad y legitimidad de los partidos y los candidatos a la presidencia, todo esto unido a un desgaste de la tradición política liberal y de una sostenida espiral ideológica conservadora, con ribetes incluso fascistas.

  4. Debe quedar claro el significado de «geopolítica», pues su mención es prácticamente constante, pero a menudo, sin mayores referencias. Desde la concepción original clásica, se entiende como una expresión del expansionismo imperialista, es decir, como una geopolítica de la dominación, que remite al ejercicio del poder en determinados espacios, considerados inicialmente en términos geográficos. pero entendido hoy más allá de lo territorial, marítimo y aéreo, también en términos de los espacios productivos, comerciales, financieros, culturales, simbólicos, diplomáticos, astrales y cibernéticos, atendiendo a su significación política. Supone la concepción y la práctica instrumental orientada a garantizar intereses clasistas y a promover acciones de influencia ideológica y política de la democracia burguesa representativa, el modelo de economía neoliberal y la militarización como medios de la dominación imperialista. El caso ejemplar es el de Estados Unidos como Estado que se ha apropiado de los principales espacios internacionales a través de una conjugación de fuerza e influencia, con el fin de controlar territorios, recursos naturales y energéticos. Como contraste, la geopolítica crítica, concebida como una geopolítica de la emancipación, deconstruye la teoría geopolítica clásica; pues muestra sus funciones políticas e ideológicas para el imperialismo; concibe al espacio geográfico cual construcción social compleja que incorpora componentes físicos, históricos y culturales; atiende a su carácter clasista, y propone opciones teóricas y prácticas a la dominación (Valdivia, 2016). De ahí que las contribuciones de Marx y Engels al estudio de las clases sociales y la lucha de clases, las de Lenin a la teoría del imperialismo y las de Gramsci acerca de la hegemonía sigan siendo una base indispensable para la comprensión de la geopolítica imperialista, que es la predominante en el mundo actual signado por el neoliberalismo, retada hoy por la nombrada geopolítica emancipatoria, alternativa o contrahegemónica, que no termina de abrirse paso. Recuérdese que las ideas y prácticas dominantes en un sistema, bien sea una formación social nacional o la realidad internacional, son las que la clase dominante produce, adopta, difunde y establece. Esa relación es extensiva, desde luego, a las contradicciones del presente siglo en la arena geopolítica (Ramonet, 2014 2022).

DOMINACIÓN Y PODER

Desde la perspectiva marxista, viene al caso destacar la cuestión del poder y, en particular, del poder político, si se comprende a partir de las relaciones de clase, de los intereses y objetivos que le dan sentido a su ejercicio, y de la lucha de clases (Montbrun, 2010). Desde este punto de vista, y en su acepción tal vez más básica y elemental, el concepto de poder aparece ligado siempre -en su expresión a través de sujetos sociales individuales- a la capacidad de unas personas de imponer determinadas conductas a otras, aún contra la voluntad de estas, en función de alcanzar determinados propósitos o proteger ciertos intereses, lo cual se extiende a los sujetos colectivos que trascienden la acción personal e involucran a instituciones de connotación política (vinculadas a las relaciones clasistas). El poder no es algo que se posee como un objeto, sino que expresa una relación, palpable, en su ejercicio. Poder es la capacidad de superar resistencias, a fin de imponer voluntades, de introducir cambios a pesar de la oposición que exista (Foucault, 2001). La relación de poder es asimétrica, supone una jerarquía: es decir, existe una persona o instancia, grupo, clase, que manda y una que obedece y se subordina, tomando como referencia una estructura social y clasista dada, sobre la base de relaciones de propiedad y control de los medios de producción. Al entender la política como expresión concentrada de las relaciones económicas y de clases, se comprende la esencia del poder político (Lenin, 1973c).

Para Weber (1993), poder es «la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad» (p. 43). Según su visión, el ejercicio efectivo del poder se traduce en un marco de relaciones de dominación que sigue el esquema asimétrico aludido, que establece relaciones del tipo «mando y obediencia», pero incorpora como variable central de esa relación el concepto de legitimidad, entendida genéricamente como la coherencia entre las decisiones de poder y el sistema de valores de los que deben obedecerlas. De esta idea se concluye que la dominación implica un elemento adicional: la autoridad, que implica una relación subjetiva, es decir, de aceptación de la dominación por los subordinados. Justamente, así radica su criterio, cuando valora como legítima determinada relación de dominación. La autoridad para Weber se define a partir de la combinación de poder y de legitimidad y, en el caso opuesto, sería necesario el uso de la fuerza a fin de garantizar la dominación. La propuesta weberiana resulta útil, aunque su concepción teórica se ve limitada por el desconocimiento del factor clasista, lo cual contrasta con su posicionamiento práctico, como ideólogo clásico del pensamiento burgués, ya que su obra es un definido instrumento de legitimación clasista del capitalismo en ascenso, en contrapunto con la concepción materialista de la historia.

Hannah Arendt considera lamentable que la ciencia política perdiera la capacidad para distinguir los conceptos de poder, autoridad y fuerza, al extremo de que aparecieran en esa disciplina, en su opinión, como sinónimos. Para esta autora, cuya lectura crítica de Marx es bien conocida, si bien polémica, el poder es la capacidad humana de actuar concertadamente. Señala que la autoridad es el poder que ejercen unos pocos con el reconocimiento de aquellos a quienes se les pide obedecer y que no necesita del miedo ni de la coerción. Para ella, el poder solo puede ser realmente efectivo, si incluye el consentimiento de los gobernados (Arendt, 1993). En esa medida, su visión no es desestimable, como contribución compatible con la interpretación, destacada a menudo por Engels, acerca del papel activo del factor ideológico (Engels, 1974). Con base en esta consideración, se comprende que dicho factor sea determinante en la articulación del consenso que establece la clase dominante, incorporando la aceptación de los dominados.

Por otra parte, Manuel Castells se ha aproximado al asunto en varias ocasiones, con una mirada teórica marxista. En uno de sus textos afirma que «definimos las relaciones de poder como relaciones entre clases sociales y las clases sociales como combinaciones de lugares contradictorios definidos en el conjunto de la estructura social, concibiendo al poder como la capacidad de una clase o fracción de clase para realizar sus intereses objetivos, a expensas de las clases, o conjunto de clases, contradictorias, con quienes están en contradicción» (Castells, 1972, p. 289). En otro trabajo apunta que «la política designa el sistema de relaciones de poder. El lugar teórico del concepto de poder es el de las relaciones de clase. Se entiende por poder la capacidad de una clase social para realizar sus intereses objetivos específicos a expensas de las otras. Por intereses objetivos entendemos el predominio de los elementos estructurales (que definen, por su combinación, una clase) sobre los otros elementos que están en contradicción» (Castells, 1973, p. 169). Y en otro texto, añade:

Puesto que, como es sabido, el poder no es un objeto, un atributo, una entidad material que se pueda apropiar, sino una relación social, una capacidad de realizar los intereses de clase […] Pero tal situación no puede desorientar sino a quienes desligan el análisis del poder del análisis de los intereses de las clases en lucha. En cambio, si se parte de la estrecha relación entre unos y otros, si el poder no es dominación, sino dominación para realizar intereses objetivos anclados en la estructura económica, entonces la respuesta puede ser dada a través del análisis de la lucha de clases en las principales contradicciones que caracterizan una sociedad, en particular en aquellas relativas a las relaciones de producción y a la apropiación del producto por ellas determinada. (Castells, 1974, p. 151)

Las ideas expuestas anteriormente muestran las posibilidades de llevar a cabo un análisis teórico fecundo del poder y la dominación con el prisma de la concepción marxista, sin desconocer la posibilidad de incorporar, con un sentido dialéctico y ecuménico, contribuciones que -desde el pensamiento burgués- sean capaces de fertilizar o enriquecer la mencionada concepción. Convendría avanzar desde una óptica semejante en el estudio específico de la realidad norteamericana actual, retomando las tempranas indagaciones de la realidad empírica capitalista europea (en Francia e Inglaterra) que llevaron a cabo Marx y Engels, y que aportan excelentes referencias metodológicas que trascienden sus caracterizaciones sobre las relaciones de poder y la lucha de clases. De la misma forma repercuten las reflexiones teóricas de Lenin en el contexto de la Revolución Rusa, las que también meditaban acerca de dinámica clasista y la lucha por el poder (Marx, 1979 1981Engels, 2020Lenin, 1977 1981). Como ejemplos saltan a la vista los estudios que, concentrados en coyunturas, penetraron en las estructuras y en la perspectiva histórica.

Sobre los aspectos relacionados con la temática examinada, pero referido específicamente a Estados Unidos -el principal y primer referente teórico con trascendencia para ulteriores indagaciones- con una visión que toma elementos del marxismo, no puede obviarse el libro La élite del poder, del sociólogo crítico norteamericano Charles Wright Mills. Sus tesis, si bien no reconocen explícitamente una filiación marxista ni utilizan las nociones clasistas en el mismo sentido que la emplea tal perspectiva, constituyen intentos avanzados de penetrar en el estudio del poder y los procesos políticos en Estados Unidos, y donde se entiende que esos procesos consistían en luchas por el dominio y el prestigio. Habla de «clase altas», de sectores de «cuello blanco» y «azul», aludiendo a la clase media y obrera, y de élites. Con ello fertiliza con creatividad y sentido de compromiso crítico la caracterización de las desigualdades en la sociedad estadounidense, y establece así una bisagra funcional o vaso comunicante con la visión marxista (Mills, 1969).

Asimismo, Valdés (2009) ha insistido, con razón, en que el análisis de la dominación capitalista debe realizarse teniendo en cuenta sus dimensiones económica, política, social, educativa, cultural y simbólica. En ese sentido, señala:

El campo económico y social del capital completa su fortaleza con su conversión en capital simbólico, lo que ha hecho de la enajenación mediático-cultural la norma de la vida contemporánea en las sociedades capitalistas, generando a la vez ilusiones y tensiones insolubles tanto en el centro como en la periferia del sistema. La hegemonía se presenta como lo que es: una praxis y un modo de pensamiento, de subjetividad, que se elabora desde las matrices ideológicas de los dominadores. (pp. 12-13)

A partir de esas reflexiones, ese autor propone una interesante y fecunda aproximación teórica, la cual constituye un funcional referente. Ademas considera que «con la categoría de sistema de dominación múltiple podremos visualizar el conjunto de formas de dominio y sujeción, algunas de las cuales han permanecido invisibilizadas para el pensamiento crítico» (Valdés, 2009, p. 14). En su concepción, este sistema abarca las prácticas de explotación económica y exclusión social; la opresión política en el marco de la democracia formal; la discriminación étnica, racial, de género, de edades, de opciones sociales, por diferencias regionales, entre otras; la enajenación mediático-cultural; así como la depredación ecológica.

La utilización de la categoría propuesta facilita el análisis integral de las prácticas de dominación en las condiciones del capitalismo transnacional actual. Su esencia coincide con la formulación que hace Meszárov (2002) para caracterizar lo que llama la «civilización del capital». En sus palabras, «el capital no es simplemente un conjunto de mecanismos económicos, como a menudo se le conceptualiza, sino un modo multifacético de producción metabólica social, que lo abarca todo y que afecta profundamente cada aspecto de la vida, desde lo directamente material y económico, hasta las relaciones culturales más mediadas». La concepción dialéctica concibe, como elementos inseparables, la economía y la política. Lenin definía la segunda como expresión concentrada de la primera, en términos histórico-genético, y en términos de funcionalidad, que la segunda es determinante con respecto a la primera. Sobre la importancia teórica de no olvidar ese nexo, Kohan (2011) advertiría sobre las consecuencias que ha tenido la infiltración del pensamiento dicotómico burgués de los siglos XVII y XVIII en el pensamiento social del siglo XX, incluido el de fundamento marxista. La más conocida y nociva de esas dicotomías ha sido, justamente, la separación entre economía y política, derivada de las lecturas simplistas y de la vulgarización de la metáfora de Marx sobre la relación entre la base y la superestructura, que propicia las visiones deterministas y mecanicistas, ajenas a la concepción materialista de la historia. La comprensión de las relaciones de poder y dominación, incluyendo la hegemonía en las condiciones del imperialismo contemporáneo exige no perder de vista la dialéctica entre esas dos esferas, como base de un enfoque totalizador. Por eso conviene, una vez más, destacar la importancia del concepto de imperialismo.

HEGEMONÍA E IDEOLOGÍA

La hegemonía, como se conoce, es una de las cuestiones centrales en los estudios sobre la realidad imperialista norteamericana, que aparece y reaparece en todo tipo de literatura especializada, con tratamientos disímiles. En opinión de Kohan (2005), se ha vuelto algo tan común en el lenguaje académico y político en los últimos años que, a menudo, la palabra misma parece correr el riesgo de trivializarse. Si bien la hegemonía adquiere una renovada presencia en el pensamiento social, a veces se desdibujan sus contornos teóricos, y se le asume más desde el punto de vista terminológico que conceptual (Poulantzas, 1975). En otras ocasiones, se aborda la hegemonía desde una perspectiva reduccionista, mecanicista, simplificadora, que remite al positivismo y al marxismo dogmático. En ambos casos se pierden de vista tanto la esencia de la misma como alguna de sus diversas dimensiones. Y también se suele obviar el entramado de cuestiones en el que ella se inserta, sin cuya consideración su análisis se empobrece o mutila. La hegemonía no puede comprenderse sino en su entrelazamiento dialéctico con otras cuestiones, como las concernientes a la legitimidad y el consenso, configurando fibras de un mismo tejido ideológico y político.

Castaño (2008) enunció este tema casi de modo gráfico:

La formulación del concepto de hegemonía presupone la inclusión de los aspectos cualitativos del conflicto de poder que subyace en las relaciones económicas capitalistas […]. El concepto de hegemonía es fundamental para la crítica del capitalismo, al referirse al contexto de las relaciones de poder desde el punto de vista de las actividades que resultan esenciales para la reproducción del sistema capitalista, cuyo control implica el mantenimiento del liderazgo económico a nivel internacional. (p. 12)

A fin de clarificar más sus ideas, Castaño (2008) agrega:

La recuperación del concepto de hegemonía resulta fundamental para explicar la situación actual. La hegemonía es una construcción social que tiene en la coerción y en el consenso sus medios generales de acción. La hegemonía está constituida por tres dimensiones principales: la político-militar, la económica y la cultural. Lo anterior posibilita evitar los enfoques reduccionistas no solo de la economía convencional, sino también de buena parte de la producción teórica crítica, que tienden a no considerar la importancia de las relaciones de poder en sus análisis de los procesos económicos. (p. 12)

Las reflexiones de Castaño son de las que más tempranamente clarifican el asunto bajo un lente metodológico marxista, desde la economía política, pero con derivaciones para la sociología y la ciencia política.

Por su parte, para Gandasegui (2007) la hegemonía es un concepto de vieja presencia en el pensamiento social, que recibe tratamientos heterogéneos. En sus palabras, se trata de un asunto que «tiene una larga historia que se inicia con los griegos antiguos y pasa por Lenin […]. La noción de hegemonía no puede desentenderse, en la actualidad, de conceptos como globalización y neoliberalismo. Estas nociones han dominado los trabajos teóricos de los científicos sociales en los últimos decenios. Igualmente, el concepto de imperialismo ha retornado con fuerza al estudiar el mundo a principios del siglo XXI (p. 17).

Desde el pensamiento crítico ha ido ganando cuerpo el enfoque que hace suyo el significado de la dimensión cultural cuando se aborda el estudio de la hegemonía. Con esa perspectiva, se retoma la interpretación gramsciana, al advertirse que el ejercicio hegemónico se completa precisamente en la esfera de la cultura y al destacar la importancia de la legitimación ideológica -especialmente simbólica- del consenso, que refuerza al resto de las dimensiones o esferas, como la económica, la política o la militar.

En su definición tradicional, Gramsci (1974) distingue entre dominio y hegemonía. Concibe el primero expresado en formas directamente políticas, que en tiempos de crisis se tornan coercitivas; y el segundo como una expresión de la dominación, pero desde un complejo entrecruzamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales, donde la ideología actúa como factor unificador. La ideología constituye un sistema de significados, valores y creencias relativamente formal y articulado; en su definición, se parte de una abstracción que la concibe como una concepción universal o una perspectiva de clase. El concepto de hegemonía constituye el soporte, desde el punto de vista teórico, cuando se trata de penetrar el grueso tejido que recubre la sociedad norteamericana y que se expresa mediante la cultura política (Williams, 1980).

La hegemonía es expresión de la capacidad de dominación a través de la ideología que se ejerce mediante los aparatos ideológicos del Estado. De modo que incluye a la ideología, si bien no se reduce a ella. Se refleja en niveles de consenso que legitiman, según lo explica De Sousa (2009), a través de representaciones simbólicas difundidas por las escuelas, los medios de comunicación, las publicaciones académicas, las instituciones culturales y religiosas, los intereses de las clases dominantes.

Es imperioso repensar el arsenal teórico del marxismo como herramienta cognoscitiva y metodológica, en función del conocimiento objetivo de la nueva dinámica de la dominación y el poder, mirando hacia dentro de Estados Unidos, con una brújula que permita distinguir lo utilizable y lo descartable entre la amplia y diversa literatura de las ciencias sociales, en el camino hacia la verdad atendiendo al desarrollo histórico-concreto del capitalismo allí. Como ha planteado Pérez (2021):

La ofensiva teórica de la acumulación del capital, en su versión neoliberal, viene realizando con «éxito» un renombramiento de fenómenos y procesos; es como si se estuviera hablando de los mismos problemas, pero en otra lengua. Ha sido un proceso de alfabetización para las ciencias sociales desde la lógica del capital. Es esta una lengua silenciosamente ideológica y positivista, describe la realidad tal cual, logra ser atractiva por su descripción de parte de ella y, por lo tanto, es de rápida difusión. (p. 2)

La noticia positiva es que ya existe la conciencia del problema a superar; la negativa es que -como han mostrado Piaget (1980) y Freire (1985) con sus respectivas contribuciones a la psicología cognitiva y la educación popular- aprender a desaprender es un difícil proceso educativo y epistemológico). En determinados campos de disciplinas en la academia cubana se registra con nitidez, y de manera a veces alarmante, la situación descrita. En los estudios sobre Estados Unidos, por ejemplo, en ocasiones se le atribuye la connotación de polarizaciones a meras diferenciaciones, y se obvian las contradicciones, como noción dialéctica; se consideran posturas de izquierda a posiciones de las habitualmente identificadas como liberales, que en realidad son expresiones de la ideología burguesa; se habla de sistema social en la versión del estructural-funcionalismo, en lugar de utilizar el concepto de formación económico-social, y lo mismo ocurre con la teoría de la estratificación social, empleada como sustituto de la de lucha de clases. 4 En determinados casos, la atención unilateral a la coyuntura subestima lo estructural o lo histórico, así como el énfasis en lo formal y fenoménico descuida el contenido y lo esencial. En otros, la prioridad otorgada a procesos políticos, como los electorales y los relativos a la política exterior, pierden de vista los nexos con las determinaciones económicas.

En otro sentido, ciertos estudios que no son considerados patrimonio de un pensamiento marxista, como los de Bourdieu (2000) y Thompson (1991), podrían revalorizarse desde el punto de vista epistemológico. Algo similar ocurre con los trabajos de Laclau y Mouffe (1987), exponentes de la corriente denominada posmarxista, dada su potencialidad como complementos en el análisis de la geopolítica imperialista, desde una perspectiva marxista creadora. Se trata de avanzar con una advertencia como la que formula Medina (2021) al alertar sobre cierta «pluralidad de discursos sobre el tema a partir de diferentes puntos de partida, formalizados en diversas perspectivas teóricas […] unido a la tendencia al eclecticismo teórico, conducente a una supuesta convergencia donde parece conciliarse los intereses de todos los implicados», acompañado de «un discurso multiclasista», que en realidad a donde lleva es a determinados «retrocesos teórico-prácticos». Lo señalado constituye un oportuno llamado de atención, cuya consideración requiere tanto de una profunda comprensión del sentido dialéctico que debe acompañar la indagación en la temática tratada, que garantice que no se incurra en las distorsiones descritas, como de un no menos hondo conocimiento de la producción académica reciente, la cubana incluida.

CONSIDERACIONES FINALES

El análisis expuesto no deja lugar a dudas acerca de urgencias y pertinencias. Exponentes de la tradición actual del marxismo y de un pensamiento crítico alejado del dogmatismo que se nutre de ella o que de forma selectiva utiliza al menos algunas de sus herramientas teóricas y metodológicas en diferentes latitudes, evitando verdades absolutas y mecánicas leyes universales, han alertado y llamado a la necesidad de repensar el fenómeno imperialista, relegado como objeto de las ciencias sociales hasta hace unos años o abordado con visiones limitadas, desde la perspectiva de Marx, Engels, Lenin, Gramsci. Con ello se intenta recuperar, actualizar y reformular, según el caso, referentes conceptuales de esta perspectiva, cual es el caso de cuestiones como la geopolítica, la hegemonía, las contradicciones del sistema, la dinámica clasista. 5 En ese empeño se ha contado con contribuciones significativas a la investigación y la docencia de profesionales e instituciones cubanas, cuyo reconocimiento, en opinión del autor de este trabajo, no ha estado en correspondencia con el alcance de su obra escrita y de la labor cotidiana frente al aula universitaria, que a menudo ha transcurrido durante décadas, con la sencillez y modestia de sus protagonistas.6

En tal sentido, la reciente convocatoria partidista y gubernamental a revitalizar el estudio y aplicación del marxismo en Cuba define un oportuno contexto para asumir esa tarea epistemológica e ideológica. 7 Dar continuidad al esfuerzo de quienes en nuestros medios ya desbrozaban el camino -y lo han proyectado hacia el entorno internacional, comenzando por el de Nuestra América, donde existen espacios institucionales y voluntades individuales, si bien no mayoritarios, que enfrentan al neoliberalismo prevaleciente en centros científicos y de educación superior- es una urgencia intelectual y política.

En este marco resulta pertinente y sugerente traer al caso una anécdota referida en alguna entrevista por Adolfo Sánchez Vázquez, para quién, como se sabe, el marxismo conllevaba una filosofía de la praxis, inseparable de sus funciones ideológica, política, gnoseológica, crítica y autocrítica. Relataba alarmado ese consecuente pensador marxista que constató, al participar en la década de 1990 en un Encuentro Internacional de la revista Vuelta -organizado por Octavio Paz, entonces ya definido como crítico severo del socialismo, la izquierda y la Revolución Cubana-, que en todo el encuentro no se empleó ni una sola vez la palabra «capitalismo» ni otra equivalente (Echeverría, 2009). Aunque la situación no es la misma, lo que simboliza sí lo es. Su preocupación no está superada hoy. Treinta años después resuena aquel eco en América Latina y en Cuba. En este último caso, la situación se agrava por el hecho de que la secuela nociva de las concepciones que florecieron durante buen tiempo, a través de la docencia y las publicaciones -con efectos en la formación política y académica, incluyendo a cuadros, estudiantes y profesionales que asistían a cursos, fuesen de capacitación o de carácter universitario, en formatos diurnos, nocturnos o dirigidos, a distancia-, dejarían huellas de mecanicismo, simplificación y manualismo que no se han borrado y atentan contra la asimilación de la teoría y la metodología dialéctica (Castaño, 2002). Este reconocimiento refuerza la urgencia de actuar, retomando el desvelo de Sánchez Vázquez.

El estudio de Estados Unidos requiere de las contribuciones del pensamiento crítico, con una mirada marxista actualizada, complementada, renovada, para entender la geopolítica de la dominación imperialista contemporánea y desarrollar una geopolítica de la emancipación comprometida con la transformación del capitalismo y la construcción de un mundo mejor, que es posible.

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NOTAS ACLARATORIAS

11 Este trabajo resume ideas, como avance investigativo del autor, que forman parte del resultado del proyecto del centro en que labora, asociado al Programa Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica (PNCT) sobre ciencias sociales, con financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).

22 El análisis gira en torno a los principios epistemológicos o metodológicos utilizados por los clásicos marxistas, ajenos al esquematismo, en sus estudios sobre la dinámica clasista como trasfondo de las contradicciones económicas políticas que entrañan las relaciones de poder (dominantes o hegemónicas), adquierendo formatos diferentes y dependiendo del objeto de estudio. Esa distinción se aprecia en un caso como El Capital, cuyo foco responde a un objeto estructural,y en otro como El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, en el que el foco difiere al ser propio de un objeto distinto, conformado por una coyuntura política. Los sujetos o actores que intervienen son diferentes: en este último son más concretos que en El Capital, pues aquí solo eran las clases sociales, en tanto que en El dieciocho brumario…, además de las clases, aparecen otros sujetos sociales, como el ejército, el clero o bien, fracciones de clase de la burguesía industrial, financiera.

33 El contenido de este trabajo forma parte de un estudio más amplio, que se relaciona con ideas plasmadas en anteriores publicaciones del autor (Hernández, 20202021 2021a).

44 En tal sentido, Díaz-Canel (2021) expresó en una intervención en el en el debate del Pleno del CC-PCC, efectuado en diciembre de 2021, que «se han identificado en todos los debates que hemos estado realizando en varios espacios, una cantidad de términos, una cantidad de conceptos, que se han asimilado en determinados ámbitos, de manera automática, por falta de ejercer un pensamiento crítico desde el marxismo y la economía política, que son propios del liberalismo, del positivismo y del neoliberalismo».

55 Entre los pensadores marxistas, se encuentran los latinoamericanos Theotonio Dos Santos, Pablo González Casanova, Atilio Borón, Marco A. Gandásegui, Claudio Katz, Néstor Kohan y de otras partes del mundo como Francois Houtart, Samir Amin, William Robinson, James Petras, István Meszárov, Manuel Castells, David Harvey e Ignacio Ramonet, entre otros.

66 Entre las más trascendentes, no es posible omitir la referencia a las Facultades de Economía y Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana, al área de Ciencias Sociales y Estudios Latinoamericanos de la Universidad Central de Las Villas, desde donde se han realizado aportes descollantes al marxismo, especialmente en el campo de la economía política.

77 El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, señaló en una sesión del Pleno realizado en diciembre de 2021, la necesidad de «incorporar, de la manera más natural, el método científico que nos aporta el Marxismo desde el materialismo histórico, desde el materialismo dialéctico, desde la economía política a lo cotidiano, a nuestro país, a la vida cotidiana, al análisis cotidiano que desde la Revolución tenemos que hacer de todos los procesos que estamos enfrentando en lo político, en lo económico y en lo social» (Puig, 2021).

Recibido: 15 de Marzo de 2022; Aprobado: 23 de Mayo de 2022

* Autor para la correspondencia: jhernand@cehseu.uh.cu

Cuadrando la Caja , Transcripcion. Empresas y Socialismo en Cuba, un debate necesario

 Publicado en: Actualización del modelo socialista cubano, Cuadrando la Caja



TRANSCRIPCIÓN DEL PROGRAMA CUADRANDO LA CAJA

 EMISIÓN NO.  34

19 DE FEBRERO DE 2023

Empresas y socialismo en Cuba

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Hola, qué tal, qué bueno volverle a saludar Cuadrando la Caja, un espacio televisivo para debatir, cuestionar y llegar a consenso desde el socialismo cubano. Yo soy Marxlenin Pérez y estoy muy feliz de volverme a encontrar con usted para un cuadre diferente.

Hoy vamos a conversar sobre empresas y socialismo en Cuba, si a usted le cuadra el tema, acompáñenos.

(Collage de noticias relevantes de la semana) 

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Noticias relevantes de la última semana con las que siempre queremos comenzar para contextualizar. Estoy hoy acompañada por tres panelistas, dos de los cuales son nuevos en nuestro equipo. Me refiero al doctor en ciencias Eulogio Pimentel, quien es el vicepresidente del grupo empresarial BioCubafarma.

Dr. C. Eulogio Pimentel: Muchas gracias por la invitación.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: A usted, y también la licenciada Ivonne Rodríguez, quien es la directora jurídica del Ministerio de Economía y Planificación.

Lic. Ivonne Rodríguez: Gracias por la invitación.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Y por segunda vez con nosotros alguien que causó efecto, impacto en aquel programa sobre cooperativismo en nuestro espacio, me refiero a Ernesto Guzmán, quien es miembro fundador de la Cooperativa No Agropecuaria: “Crea Entorno”.

Lic. Ernesto Guzmán: Muchas gracias por la invitación.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Bienvenidos a los tres y muchas gracias por aceptar la invitación. ¿Están listos para el debate?

Bueno pues no me dejará mentir aquellos que siguen nuestro programa sobre que hemos dedicado muchos temas, muchos espacios a discutir sobre la empresa estatal socialista desde la centralidad que debe ocupar, pero también cuando no ha sido el eje principal del programa siempre hemos abordado ese tema de un modo u otro.

Hoy que vamos a conversar sobre empresas y socialismo en Cuba, debo comenzar recordando aquello  que se lee en nuestra constitución que dice: “La empresa estatal socialista es el sujeto principal de la economía nacional”.

Y quiero comenzar con usted Ivonne y por esta parte. ¿Cómo entender desde la cotidianidad, desde nuestra práctica, desde el día a día del socialismo, si es así que se percibe que la empresa estatal socialista es el sujeto principal de nuestra economía? ¿En qué sentidos lo es? ¿Y en qué sentido podemos decir que no?

Lic. Ivonne Rodríguez: Bueno, Marxlenin tal como usted plantea ciertamente nuestro texto constitucional establece que la empresa total socialistas es el sujeto principal en la inserción efectiva que debe tener en la economía y lo es porque es ella la que gestiona, la que administra los bienes fundamentales de producción, de bienes y servicios.

Es la empresa estatal la que provee los servicios básicos esenciales a nuestra sociedad, es la que, el cimiento fundamental de la prosperidad, del bienestar del país, es el actor, el ente que genera los mayores empleos en Cuba, es además donde se realizan las mayores y más importantes inversiones en el país, donde incluso tienen mayor presencia la investigación, el desarrollo, la innovación.

Es el actor donde podemos decir que es donde fundamentalmente o mayormente la ciencia, se transforma en bienes y servicios de unos altares estándares de calidad en función de ese bienestar social a que está llamada la empresa estatal socialista. Por tanto, como actor económico fundamental, evidentemente también tenemos el reto de transformarla, de fortalecerla, de enriquecerla y a eso es que esta llamada a la empresa estatal socialista en nuestro país.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Y esto es en los casos en los que sí. Me podrían argumentar ustedes los casos en los que no. En los que no es el sujeto principal de nuestra economía, porque supongo que no sea todo el tiempo por ejemplo en cuanto a los ingresos, en cuanto a otras áreas, de la economía.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Bueno, en el contexto en el entramado de empresas en Cuba, evidentemente no como plantea Ivonne, la empresa estatal socialista es incluso, es un mandato constitucional y es consecuencia sustantiva del propio sistema social que tenemos, es la encargada de garantizar los servicios básicos, preguntabas que, ¿cómo vemos eso en el en el día a día? Bueno, como se puede entender un sistema de salud, sin el soporte, el apoyo, de un sistema empresarial que haga posible ese beneficio social a través de aportes económicos, cómo se puede entender un sistema educacional sin un sistema de empresas estatales que contribuyan con su rendimiento al estado y en consecuencia permitan la financiación en su gran mayoría de estos servicios.

Ahora, como empresa estatal socialista que es y además como el diseño propio de nuestro sistema empresarial que ha ido tomando estructura y madurando en los últimos 2, 3 años, que por cierto ha sido una maduración muy compleja porque han sido los últimos 2, 3 años los más complejos y esto es una variable que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar cómo ha evolucionado el sistema empresarial cubano. Pero ahí caben todos los actores. Es decir, en estos momentos entre la evolución del sistema empresarial cubano está que tenemos actores no solo desde la dimensión de la propiedad social, sino actores también desde la dimensión de la propiedad, la manera de gestionar esa propiedad que ya no solo es estatal, sino una propiedad privada.

Tenemos actores que nos acompañan hace mucho más tiempo, pero como Cooperativa No Agropecuaria, alrededor de diez años que también contribuyen a llenar esos espacios o hacer mucho más eficiente una realización económica, ya sea de producto o servicio en aquellos espacios donde la empresa estatal socialista realmente lo deja descubierto. Entonces en ese sentido, contradicción, no creo que exista. De hecho, hoy desde el sector de las empresas estatales nosotros formamos parte o ayudamos a cerrar el ciclo a través de los otros modelos de gestión empresarial, cooperativo o no cooperativo el cerrar el ciclo de nuestros procesos.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: De eso vamos a conversar más adelante, Ernesto ¿Cómo ve usted esta relación?

Lic. Ernesto Guzmán: Yo quería apoyarlo, lo que ellos plantean,  es decir durante décadas la empresa estatal socialistas, ha garantizado los servicios básicos de la población y garantiza la soberanía producciones de todo tipo soberanía nacional, la defensa, tantas cosas son garantizadas por la empresa estatal socialista, donde encajan los otros modelos de gestión como la nuestra por ejemplo, una Cooperativa No Agropecuaria, en aquellos nichos como explicaba el compañero Eulogio que nosotros podemos ser más eficientes a partir de ser estructuras más agiles y dinámicas más pequeñas, que se adaptan se longan, se recogen en función de determinadas producciones.

Nosotros por ejemplo en estos diez años de trabajo estamos en nuestro onceno ejercicio económico, nosotros tenemos proveedores estatales  socialistas es decir empresas estatales socialistas que nos proveen la materia prima y destinatarios de nuestras producciones, de nuestros productos terminados que son empresas estatales socialistas, es decir que ahí tenemos también una manera en que ellos, la empresa estatal socialista se vuelve mercado principal de nuestros productos básicamente el sector de la industria, somos del ministerio de industria y además de los productos de la materia prima también.

Hay sectores donde evidentemente ese servicio pequeño que puede necesitar la población, algún detalle determinado, durante años se estuvo dando respuesta por aquellos consolidado en MINCIN, hoy en día hay otros actores: un trabajo por cuenta propia puede ser muy eficiente en ese sector y en esa actualización del modelo económico cubano donde todos participan de la economía socialista nuestra, pues ahí se intervienen otros, otros factores.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Así planteado veo que hay armonía en este deber ser, de funcionamiento de la empresa estatal socialista como sistema principal, como sujeto principal de nuestra economía en su interrelación con los demás. Ahora, yo sé y en este programa hemos varias veces analizado diferentes medidas que se han ido tomando para dinamizar nuestra economía y teniendo a la empresa como centro de estas, de estas medidas de estas nuevas transformaciones. ¿Qué falta? ¿Cómo se han llevado a cabo estas transformaciones? ¿Pero qué falta que todavía no se logra ese despegue en impulsar, dinamizar cómo queremos nuestra economía tomando a las empresas como centro de este de este asunto?

Lic. Ivonne Rodríguez: Bueno, por ejemplo, desde mi especialidad que soy licenciada en derecho, hay que reconocer que las normas jurídicas no tratan a la empresa desde su especificidad, desde su atipicidad. Son normas jurídicas que son transversales a cualquier actor económico y por ejemplo en la actividad de Eulogio en la actividad de BioCubafarma prácticamente las normas jurídicas tienen tolerancia cero prácticamente a lo que es a riesgo, a la incertidumbre, a la exploración, las normas jurídicas evidentemente de hecho les puedo asegurar que se trabaja en ello, en un poco ir clasificando las empresas para un poco diseñarle un traje a la medida y que cada una tanto en política fiscal, tributaria, en materia inversionista, de precio, utilidad de incentivo, pues diseñarle un traje a la medida porque no todas las empresas en dependencia del sector o las ramas son igual.

También es justo decir que existe una rigidez, una homogeneidad en la estructura empresarial. Tenemos que decirla hoy la estructura del sistema empresarial es OSDE, Empresa, Empresa Filial y UBB. Bueno porque no pueden haber otras formas organizativas jurídicas de la empresa estatal. En consecuencia con ello, consideramos que también ha habido una deformación del rol y las funciones de las OSDE.

En las OSDE prácticamente muchas veces asumen funciones que son de directores de empresas y entonces evidentemente esas funciones realmente en las OSDE hoy incluso estamos en análisis desde el grupo de trabajo que preside el ministerio de economía en la elaboración de la ley de empresa, realmente las funciones de las OSDE deben ser exclusivamente de dirección, coordinación y control. Entonces esos son los debates, cuál realmente debe ser el papel de las OSDE, que realmente le dé un valor agregado a ese sistema empresarial que se le integra.

Entonces lo que le quiero decir que hemos identificado determinadas distorsiones en las propias estructuras que tiene nuestro sistema empresarial y bueno se está trabajando para corregirlas de a poco, a partir de precisamente la primera pregunta que nos hacía lo primero que hablábamos, si es el sujeto principal de la economía pues evidentemente que tiene todo un ropaje jurídico que lo abrigue en un mejor funcionamiento dentro de la sociedad. 

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Eulogio, ¿Cómo se ven estas contradicciones dentro de BioCubafarma?

Dr.C. Eulogio Pimentel: Te preguntaba eso precisamente, es decir esto que explicamos inicialmente, por supuesto no excluye la marcha imperfecta como cualquier obra humana del que estamos emprendiendo. Lo primero es que lograr la conciencia, lograr la cultura en el sistema empresarial o en los empresarios cubanos, es de las cosas más difíciles, porque dictar una norma es consecuencia de un grupo de expertos hacerlo, debatirlas entre diferentes actores y llegar y firmar una norma. Pero desde que esa norma o a partir de ser expuesto en Gaceta esa norma, a que se forme parte de la cultura empresarial, el trecho puede ser en función de la capacidad de aprendizaje de la empresa como ser vivo, desde meses hasta años en lograr comprender y es cierto que todavía existen prejuicios al llamado encadenamiento entre los diferentes sectores empresarial en Cuba todavía existe el prejuicio en acercarse a una forma de gestión no estatal y complementar realmente el ciclo productivo, el proceso productivo que sea o de servicio.

Entonces que conceptualmente son actores que son necesarios. Como mismo explicaba o eres cliente o eres proveedor de servicio o de producto. Eso conceptualmente es correcto el entramado de resoluciones, decretos leyes, lo permiten pero hay que entenderlo, hay que tener la capacidad como empresa, como ser vivo que es de aprovechar ese contexto jurídico como oportunidad de crecimiento para la empresa.

Desde ese punto de vista no es un panorama hoy  que podamos decir que está fluyendo de la manera de la cual se pretende o se pretendió o se diseñó. Entonces en ese sentido nos queda mucho por andar desde la dimensión de la empresa estatal socialista.

También los prejuicios son simultáneos, no obstante, como cliente. La empresa estatal socialista es un cliente más seguro en términos de volumen, en términos incluso de diversidad de servicios que requiere del actor, ya sea cooperativista, ya sea…

Lic. Ivonne Rodríguez: Una lectura de que necesariamente hay que capacitar al sistema del sector empresarial porque es como dice Eulogio no basta que la norma salga publicada en gaceta que entre en vigor. No basta. Eso requiere una capacitación, incluso muchas veces razonamos en nuestros grupos de trabajo y decimos, bueno y porque en el país no se da la carrera de licenciatura en administración empresarial, porque muchas veces quien está enfrente de la empresa, muchas veces  es un licenciado en español, sin demeritar para nada, ¿no?, es un ingeniero, es un abogado, es un médico, que haber uno se quita el sombrero entre la labor  que realizan porque está bien ajena a su especialidad pero realmente dirigir una empresa es un arte.

Hay que saber hacer, eso requiere una capacitación, la formación, exactamente. Entonces son de las cuestiones en que trabajando porque evidentemente Eulogio que es empresario lo refiere. Hay que dominarlo.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Aquí estamos hablando de la necesidad del cambio de mentalidad, compañeros, sin dudas.

Lic. Ernesto Guzmán: Eso es  los que quería nosotros referirnos. Nosotros lo hemos vivido a lo largo de esta década como norma, sucesivas  norma que además ha sido una década de un gran ejercicio legislativo. No es menos cierto que ha sido una década no sólo del punto vista constitucional y  todo sino  del sector empresarial al que nos referimos en nuestro programa. Ha sido una década de una gran cantidad y de complejidad, pero el cambio mentalidad y la preparación de los empresarios ha sido un eslabón a tener en cuenta en este tema que relentece toda la voluntad política de lo que se quiere hacer.

Entonces nosotros desde el punto de vista de la cooperativa, no mucho tiempo atrás todavía estábamos tocando algunas puertas y lugares donde hay personas que te dicen no, nosotros con cooperativas no agropecuarias, no trabajamos. Como si estuvieran subordinados a otro planeta a otra constitución. Y entonces eso uno en lo personal se siente un poco triste con ese asunto, pero evidentemente los aparatos jurídicos de las empresas, las entidades, hay que fortalecerlo.

Creo que ahí hay un campo como decía la Licenciada Ivonne, que hay que tratar de fortalecer porque a veces muchos directores de empresas o compañeros que trabajan en una dirección determinada de esta estructura empresarial del sistema nacional que no son ni siquiera tiene la carrera tampoco de ingeniería industrial que por otra parte complementa un poco, es más afín con el tema y entonces tienen que apoyar si no dan un paso si el abogado no le dice y se demora contratos meses esperando que el abogado  le diga pero no tienen abogado tampoco.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Les propongo que, no seguir este rumbo para dejarlo para el final en la cuestión propositiva. Vamos hacer una pausa, Eulogio.  Vamos hacer una pausa para ver el siguiente material y volvemos a cuadrar la caja.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Bueno, antes de hacer esta pausa y ver este material que le agradecemos a nuestros colaboradores hacérnoslos llegar. Estábamos aquí empezando un buen debate que no quería cortar.

Lic. Ernesto Guzmán: Estábamos en el debate porque también hay que mirar que no siempre las cosas han salido bien en nuestro sector. Y a veces la reticencia el sector estatal empresarial a contratar con las formas de gestión cooperativa u otras están fundada en algún determinado suceso

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Prejuicio, desconocimiento.

Lic. Ernesto Guzmán: Prejuicio, pero muchas veces también con sustento de situaciones determinada que hay porque tampoco hemos tenido la capacitación. Estamos hablando de capacitar al sector empresarial; pero un buen día uno era una persona natural y un buen día llega con un esqueleto de un boceto de un proyecto y de buena primera a  la semana, a los quince días eres un empresario y mi perfil es otro, y la vorágine es otra y de buena  primera eres adulto y mayor de edad y entonces también tenemos que acompañarnos todo para que esta actualización de modelo económico y social salga bien porque lo que tenemos que apostar todo porque salga bien todo este esfuerzo legislativo.

Recuérdense que todo esto que se está haciendo parte de aquel discurso memorable de General de Ejército que se llevó a consulta popular y que genero más de setecientos cincuenta mil planteamientos y todo aquello derivó en los lineamientos y todo es lo que estamos hoy implementando una década después y lo que queremos todos los cubanos que esto salga bien.

Entonces aprobamos un grupo de actores. A veces hay que dirigirnos algunos lugares para buscar capacitación y no siempre está la disposición a ayudar en estos temas.

Creo que en ambos, todo el sector empresarial debe requerir permanentemente de una actualización de leyes, de normas y de saber hacer, no y de estar a tono con todo.

Dr. C. Eulogio Pimentel: Y también que no necesariamente ese axioma que pudiera existir en algunos de qué manera de gestionar la propiedad social suele ser ineficiente y aquel que gestiona una propiedad privada una propiedad cooperativa es eficiente. Eso no es así.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Que bueno que usted dice eso Eulogio porque hay un prejuicio. Hay un prejuicio bien instaurado en cierto sentido común, cotidiano, que trata de identificar justamente al socialismo con la ineficiencia  económica. ¿Qué piensan ustedes sobre esto? ¿Tenemos empresas eficientes en Cuba?

Lic. Ivonne Rodríguez: Como no.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: ¿Productivas, rentables?

Dr.C. Eulogio Pimentel: Por supuesto.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Ud. esta aquí no de casualidad.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Bueno, pero lo que quería decirte también es el hecho de que el prejuicio por falta de cultura empresarial lo hablamos ya, pero también hay prejuicios por ineficiencias propio de ese sistema de gestión como empresa diferente o cooperativo.

Es decir, la esencia de ser eficiente no necesariamente radica en la propiedad que tú gestiona, si no radica en la capacidad que tengas como sujeto jurídico y como sujetos naturales que componen ese sujeto jurídico de gestionar correctamente los procesos que está llevando.

A mí realmente, yo bueno, represento un sistema empresarial que tiene aproximadamente, bueno cumplió diez años en diciembre, algo parecido a la cooperativa de nuestro panelista.

Es una empresa que surge de un sistema presupuestado con tratamiento diferencial y de un sistema de industria farmacéutica basada sobre todo en síntesis químicas. Sus  ingredientes farmacéutico activos.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Hablando de prejuicio. También se dice que BioCubafarma es un grupo empresarial privilegiado.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Esa frase la he escuchado.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Que justamente son efectivos, tienen productividad, son eficientes porque son muy privilegiados.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Y yo he tratado de entender a mi manera, no, que significa para nosotros ser privilegiado Y bueno lo compartía con  él. Tenemos un gran privilegio que es quién nos formó, de que cultura bebemos, de qué manera de actuar bebemos, de qué manera de proyectar de qué manera de innovar, de qué manera de ver la realidad y transformarla venimos y es bueno del creador del sistema de industrias biotecnológica y farmacéutica en  Cuba que es Fidel.

Fidel, bueno, permítanme hablar en presente, ¿no? Una persona con una capacidad innovativa innata y esa cultura de nunca ver el obstáculo sino ver la solución, forma parte realmente del ADN cultural de nuestros trabajadores y de nuestras empresas en consecuencia.

Este sistema empresarial en el que trabajo, bueno, es un sistema empresarial que tiene grandes responsabilidades sociales, hablando de la importancia de la empresa estatal socialista. Es un sistema empresarial que tiene la responsabilidad de garantizar más del sesenta por ciento de los medicamentos en el país.

Es un sistema empresarial que tiene además la responsabilidad de trabajar con la innovación y conectar la ciencia y la innovación que hace con la economía y en ese sentido…

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: ¿Cómo? Porque esto es vital en todas las empresas diría yo, no? Unas más que en otras pero debe ser un factor común. Ivonne ¿Cómo considera usted que esto podría hacerse extensivo desde su posición al resto de las empresas cubana? Este ejemplo y este modo de emplear la ciencia. Este esquema de trabajo.

Lic. Ivonne Rodríguez:   Precisamente digamos potenciando todo lo que allí se realiza en BioCubafarma con espacios de diálogo, con capacitación, incluso BioCubafarma tiene una gran acción en lo que es la responsabilidad social que cree que hemos visto incluso el paso del huracán Ian por Pinar del Río. Se vio como BioCubafarma  asumió muchas labores allí. Y yo pienso que bueno, efectivamente desde el accionar del grupo BioCubafarma, que irradia, toda la digamos el buen hacer, el emprendimiento, el diálogo, los espacios de diálogo que pueden tener con los trabajadores, digamos el sentido de pertenencia, la audacia y la eficiencia.

Evidentemente eso es un ejemplo del modelo porque además les puedo decir realmente este sistema empresarial no es beneficiado digamos con recursos adicionales, o con prebendas o con incentivos quizás que no tengan otros sistemas empresariales, no. Lo que pasa es que como muy bien decía Eulogio tuvieron un ejemplo vivo desde que eran polos científico que evidentemente hay un saber hacer innato desde ahí desde ese grupo de BioCubafarma, pero perfectamente nosotros decimos que ellos son un ejemplo de que el socialismo sí puede ser eficiente, de que la empresa estatal socialista, sí puede ser eficiente, de que la empresa estatal socialista es el fundamento de la prosperidad fundamental de este país, el ejemplo de todas las vacunas que ellos han, bueno míranos aquí sin nasobuco. En nuestro país evidentemente ha jugado en papel esencial el grupo BioCubafarma que así ha sido reconocido y además sentimos un gran agradecimiento hacia ellos.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Me alegro que no tenga que decirlo yo, para que no parezca vanidoso, pero la esencia fundamental es la intranquilidad, la insatisfacción con lo que uno hace cada día. Aunque parezca una frase colgada, trillada. Mira nosotros el lema es que por qué no hacemos hoy lo que tú quieres hacer mañana porque realmente la capacidad de crear la tenemos todos como ser humanos que somos, y la motivación por crear este sector al que pertenezco es una cosa consustancial con él. Yo solamente decirte que en el sistema empresarial nuestro, tenemos muchos elementos de verdad por mejorar, por establecer. Tenemos críticas constantes que nos hacemos nosotros mismos y los que nos dirigen también.

Estamos insatisfechos con las cosas que hemos hecho pero  nosotros tenemos, por ejemplo, las siete empresas de alta tecnología del país, seis son  de BioCubafarma y para mostrarte qué significa ser una empresa de alta tecnología, quiero hacerlo, si me lo permites con datos reales. Qué pasó en el 2022  en BioCubafarma.

Mira en el 2022 en BioCubafarma, el setenta y cuatro por ciento de los recursos financieros que generaron las utilidades y que se entregaron al dueño que es el Estado provino de las seis empresas de alta tecnología.

El doble de la productividad, las empresas de tuvieron una productividad el año pasado en nuestro sistema empresarial de más de novecientos mil pesos, el doble del resto de las empresas de BioCubafarma, el ochenta por ciento de lo que se exportó provino de las empresas de alta tecnología.

¿Cuál es la meta nuestra? Ir cada vez incorporando más de nuestras empresas en ese sector de alta tecnología, que no hace otra cosa que hacer más productivos los gastos financieros que se hacen comprando materias primas, materiales.

Esto es un reflejo de realmente en qué consiste en el sistema empresarial en BioCubafarma, en términos de ingreso hemos tenido empresas que el ingreso promedio de los trabajadores ha sido ingresos altos por qué, por qué no una empresa estatal socialista puede generar en sus trabajadores la capacidad de satisfacer con su salario y sus ingresos las demandas de su familia.

Dra. C. Marxlenin Pérez: Desde la centralidad del trabajo, que también lo hablamos en el programa anterior.

Dr. C. Eulogio Pimentel: Desde la necesidad de crear valores, me refiero a valores económicos en este caso en particular.

Nosotros por supuesto no es en todas nuestras empresas. Nosotros voy a poner un ejemplo el laboratorio farmacéutico de Oriente es una de las empresas que menos ingresos por trabajador tuvo el año pasado, pero se enfrentó un proceso inversionista que imposibilitó que las líneas productoras, varias líneas productoras estuvieran en funcionamiento y qué provocó que sus trabajadores estuvieron un semestre realmente abocado, convencido que resolviendo y terminando la inversión, le iba a generar un año con utilidades y la empresa terminó con utilidades.

Ninguna de nuestras empresas ha terminado en pérdida en estos años y bueno en el 2022 tampoco fue el caso, pero tenemos una particularidad un por ciento de los trabajadores de nuestra empresa no generan el valor económico contable ¿Por qué? Porque son los trabajadores que tenemos en la investigación y el desarrollo y estas resoluciones, leyes que se implantan para mejorar y flexibilizar las decisiones de las empresas no nos benefician del todo porque bueno, si puede ser que lo dejemos para adelante ¿no?, de qué elementos a nuestros juicios pudieran contribuir y ser parte de la mejora ahora en la descripción de utilidades…

Dra. C. Marxlenin Pérez: Vamos dejarlo ahí, vamos a hacer una pausa pequeñita, esta es más pequeñita todavía.

Vamos a ver qué tiene que decirnos sobre esto nuestro Gurú desde Jatibonico.

Hay quien dice “economía”

y se imagina vivir

solo para consumir

con su repleta alcancía.

Pero esa no es la vía

que propone el socialismo.

Promover  el altruismo

y la justicia social

es la meta principal

no pensar solo en sí mismo.

 

Dra. C. Marxlenin Pérez: Y yo me voy a quedar con los últimos versos del Gurú de Jatibonico.

Como vamos a hacer para reproducir la justicia social, el altruismo y no el pensar sólo en sí mismos.

Y yo quisiera entonces recordar una frase que por estos días dijo el presidente Díaz-Canel, diciendo: “Yo siempre hablo de un solo sector empresarial cubano-socialista, que tiene empresas estatales y tiene cooperativas y tiene el sector privado”.

¿Cómo ven ustedes este fenómeno a partir de este pie forzado de una visión de totalidad de sistema, del sistema empresarial cubano? ¿Y qué piensan ustedes sobre ese pensamiento que identifica que la empresa estatal socialista es como la única garante, su único objetivo es garantizar la justicia social como si fuera un privilegio solo del sector estatal y por otra parte y totalmente divorciado de ella está el sector no estatal como el responsable de maximizar la ganancia? ¿Qué creen ustedes de esto?

Lic. Ernesto Guzmán: Creo que es incorrecto tener esas esas dos visiones. Es decir, la empresa estatal socialista tiene que ser eficiente, lo ha sido y tiene también la responsabilidad como se ha marcado con lo que él le estaba refiriendo el compañero Eulogio, de también ser un elemento regulador de precios y de todo eso, porque también estamos viviendo un proceso en el que algunos sectores tiene una escalada galopante de aumento de precios en el sector empresarial, estatal socialista cubano y que está afectando también todo el encadenamiento del sistema. Podemos poner muchos ejemplos.

Y tampoco es así que el sector no estatal, en el caso nuestro como cooperativa, que quiero definir que es una propiedad social una propiedad colectiva parte de un capital ajeno a los fondos estatales, digamos son personas que se unen para bienes y servicios, para fomentar bienes y servicios con su aporte capital, pero hay muchos ejemplos de…; todos los días lo vemos del sector cooperativo y sector privado que también muestran un gran una gran carga social y un compromiso con el sistema.

Yo creo que ninguna de las formas de gestión de Cuba está ajena la formación que hemos tenido todos. Y al país que queremos lograr con aquella justicia para todos, para bien de todos, aquella máxima Martiana y toda la labor de Fidel de ser tratado y tratar a los demás como seres humanos. Es decir, la entidad organizacional económica de cualquier tipo privada, cooperativa o estatal socialista que deje de un lado la atención a sus recursos humanos, ese compromiso social medioambiental también es insostenible. Va a ser insostenible en el tiempo, de ejemplo de todos los días hablaba el compañero Eulogio y le quería comentar, hay ese estigma de que en el capitalismo las empresas son todas eficientes; cincuenta mil empresas pequeñas y micro quiebran todos los días, de sectores en todas partes en Europa, en América Latina en todas partes y nosotros aquí también, es decir, hay compañeros que se acercan a este sector sin experiencia…

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Están aquellas también que desde el capitalismo no quiebra, porque el Estado interviene…

Lic. Ernesto Guzmán: Por supuesto, el ejemplo de los bancos, de todos los bancos del 2008, en Ellen en Brothers toda esa cantidad, ojalá decían ojalá el planeta fuera un banco lo hubieran salvado y nos hubiéramos salvado y no tenemos ahorita que permutar de Galaxia, ahorita hay que permutar al no ser que nuestros queridos científicos le busquen soluciones a esos temas pero yo creo que esos estigma en ambos lados no es correcto es una visión muy primaria.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Hay una estadística al cierre del año 2022 se decía que se habían creado 6 273 micro medianas y pequeñas empresas micro pequeña y mediana empresa Mipymes, de esta cifra sólo 75 son Mipymes estatales y 70 cooperativas. ¿Cómo ven ustedes esto? ¿Qué causas, qué consecuencias traen estas sobre todo estas dos últimas cifras para las empresas y para la sociedad en general?

Lic. Ivonne Rodríguez: Es que digamos los números fríamente con honestidad no dicen prácticamente nada. En el caso de la Mipyme estatal precisamente es estatal porque tiene una participación en la propiedad socialista de todo el pueblo si inicialmente empezamos el programa diciendo que la empresa estatales el actor económico fundamental; ahí es donde están los medios fundamentales y ahí es donde están digamos en la mayor realización de la riqueza, pero la Mipyme estatal, recuerden que tiene un techo.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: No hay contradicción en esto Ivonne.

Lic. Ivonne Rodríguez: Para nada solamente recuerden que la Mipyme estatal tiene hasta cien personas tiene un techo, por tanto la Mipyme es complemento de la empresa estatal porque gestiona igualmente los medios fundamentales de protección. Entonces es un complemento y ella va en una menor escala donde sólo llego hasta cien trabajadores, donde solo y digamos me inserto en aquellos espacios donde no está la gran infraestructura del país donde no están los grandes servicios esenciales o monopolio del país como la electricidad, el agua con ferrocarril, la a etcétera etcétera.

Entonces evidentemente digamos la comparación así fría por número no es haber no va la magnitud realmente del tema para nada, como bien decían no podemos yo bando el estatal y otro bando, no para nada. Nos complementa ambos como bien decía Ernesto somos complemento todos tributamos al bienestar nacional de desarrollo; bienestar y prosperidad de la nación, somos una cooperación mutua de otros uno complementan a otro.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: En otros espacios de Cuadrando la Caja nosotros decíamos me acuesto que Agustín decía tenemos que tener más Mipymes estatales, ustedes coinciden con Agustín en eso.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Totalmente. Primero decir que desde la visión de la empresa estatal socialista, la capacidad de poder generar sociedades mercantiles hasta ese tope de trabajadores incrementa y amplía y hace más flexible la capacidad de innovar un términos de gestión, digamos dentro del propio BioCubafarma, hay procesos de servicios que pueden constituir Mipymes y de hecho ya existen propuestas dentro de empresas de BioCubafarma de creación de Mipymes que lleguen a cerrar el ciclo o hagan más eficiente de terminado servicio.

Ahora cuál es la misión de BioCubafarma que esa iniciativa de una o varias empresas de BioCubafarma ponerla en función del entorno y del contexto del sistema empresarial de Biocubafarma; es una manera de gestión diferente donde tú puedes simplificar un proceso en términos de carga burocrática, en términos de carga documental y dedicarlo y hacerlo más eficiente en ese proceso es te da la flexibilidad de gestionar de una manera diferente, siempre el dueño en este caso de las Mipypes que es de la que estamos hablando, se está pensando en Biocubafarma es ciento por ciento una de las empresas de Biocubafarma e incluso puede ser una participación también como dueño de la oficina central de la OSDE. Ahora, eso lo vemos como una versatilidad más, lo normalmente bueno en el mundo muy conocido que de las universidades se desprenden empresas spinof dicen por el término inglés eso es un tipo de Mipyme.

Nosotros tenemos la capacidad también desde Biocubafarma del reto de por qué no construir una Mipyme; y además las Mipymes al menos como lo vemos nosotros dentro de nuestro sector, tienen nacimiento pero están diseñadas a morir también, donde su fruto sea crear transformar un proyecto del valor A al valor B.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Eulogio le propongo dejar eso para un programa porque eso lleva, amerita un programa completo.

Bueno no nos queda tiempo para más, les voy a pedir que en una palabra me digan por favor para resumir: una propuesta ¿Qué le falta? Qué debemos? ¿Hacia dónde debemos avanzar desde las empresas en una palabra? ¿Quién empieza?

Lic. Ernesto Guzmán: Yo quisiera que se supiera qué hacemos

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: En una palabra.

Lic. Ernesto Guzmán: Saber que se hacen las empresas, en el sector empresarial, hay que saber qué se hace.

Dr.C. Eulogio Pimentel: Nosotros hemos pensado incluso de que muchas resoluciones que se dictan y que se ponen en vigor adolecen de una estructura a nivel estatal o del gobierno que velen porque ninguna de las medidas tomaba entre en contradicción con los diferentes actores y diferentes sistemas empresarial.

Lic. Ivonne Rodríguez: Y yo diría hacer del desarrollo territorial el eje del desarrollo de la nación.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Perfecto.

Bueno muchas gracias a ustedes tres por su tiempo que voló. Por sus comentarios por sus conocimientos, le doy las gracias y los invito a seguir con este tema en nuestros espacios, nuestras plataformas que también se genera debate.

A usted las gracias también. ¿Qué piensas sobre lo que aquí hemos abordado?

Recuerde que nuestra realidad, nuestra cotidianidad no basta con ser interpretada, descrita, comenta, sino que juntos debemos transformarla.

Yo cuento con usted para hacerlo desde el socialismo cubano.

Nos vemos pronto.

 

Transcripción: Lianet Preval, Yanet Muñoz y Geidy Acosta