Dos buques atracados frente a la refinería Ñico López, situada en La Habana. Rusia aparece entre los principales abastecedores de combustible de Cuba. Es además uno de los 10 principales socios comerciales del país y en 2022, el intercambio comercial rondó los 452 millones de dólares. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS
LA HABANA. IPS – La revisión de acuerdos y firma de nuevos convenios con diferentes países moldean un escenario más favorable para Cuba, además de abrir oportunidades dirigidas a aumentar el comercio, inversiones y reactivar su deprimida economía.
Destacan los planes con Rusia, con la cual este país insular del Caribe mantiene relaciones consideradas “estratégicas”, aunque aún distantes y con condiciones distintas a las mantenidas durante tres décadas con la antigua Unión Soviética, exaliado ideológico.
Hasta la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, La Habana y Moscú mantuvieron una estrecha alianza política y económica. Cuba disponía de un mercado preferencial para sus principales productos de exportación, como el azúcar, mientras los soviéticos la abastecían con unos 13 millones de toneladas de petróleo anuales y otros productos a precios subsidiados.
Rusia es el quinto socio comercial de la isla y en 2022 el intercambio comercial fue de 452 millones de dólares.
Además de oportunidades de negocios, la nación eslava tendría en Cuba la posibilidad de reforzar su presencia en América Latina y el Caribe ante el reacomodo del escenario geopolítico, aumento de tensiones con Estados Unidos debido a la guerra con Ucrania, y sanciones de Washington y la Unión Europea (UE) que limitan o promueven el boicot de sus materias primas y productos.
“Construir alianzas y relaciones con otros países siempre serán esenciales para una economía abierta como la cubana, y no solo en respuesta a una crisis, o por no ser visible un final próximo del bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba”: Ariel Terrero.
En el caso de La Habana, la recepción de inversiones rusas podría oxigenar a sectores urgidos de inversiones millonarias como la energía, transporte, minería, aviación civil, agricultura y la agroindustria azucarera, entre otros esenciales para el cumplimiento del Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030.
“Las acciones para construir alianzas y relaciones con otros países siempre serán esenciales para una economía abierta como la cubana, y no solo en respuesta a una crisis, o por no ser visible un final próximo del bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba”, valoró en diálogo con IPS el especialista en temas económicos Ariel Terrero.
Terrero opinó que incluso, ante un hipotético mejoramiento de relaciones con esa nación vecina, uno de los principales mercados del planeta y distante a 90 millas náuticas (unos 167 kilómetros) de la isla, “sería doblemente recomendable multiplicar, diversificar, los aliados comerciales y financieros con el exterior, para que no se repita un error histórico de monodependencia externa”.
El experto subrayó que esas alianzas “se convierten en una urgencia inaplazable” para un problema esencial de la economía del país caribeño: “la falta de capital”.
En el último lustro, el fortalecimiento del embargo de Washington contra La Habana, la covid y los efectos del conflicto entre Rusia y Ucrania, mellaron aún más la economía cubana, cuyas bajas tasas de crecimiento siguen distantes de 6 % recomendable para sostener planes de desarrollo.
Aunque el gobierno flexibilizó políticas “para promover las inversiones extranjeras, incluso en espacios que permanecían cerrados a esta opción, como el comercio mayorista y minorista interno… no ha logrado mucho por el momento”, contrastó Terrero, periodista de profesión.
Mencionó como una de las causas la persistencia “arbitrariamente en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Bajo ese criterio, Washington sanciona a bancos y empresas de terceros países que construyan relaciones comerciales y financieras con Cuba”.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrel, confirmó el respaldo del bloque al proceso de modernización de la economía de Cuba, durante un encuentro con emprendedores del país en La Habana, el 25 de mayo. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS
Rusia
Del 17 al 19 de mayo se efectuó en La Habana el Foro Económico Empresarial Cuba-Rusia, en el contexto de la XX Sesión de la Comisión Intergubernamental para la colaboración económico-comercial y científico-técnica, así como la XI Sesión del Comité Empresarial bilateral.
En la cita participaron el viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko, y Boris Titov, comisionado ante el presidente de la Federación de Rusia para los derechos de los empresarios y presidente de la sección rusa del Comité Empresarial.
Titov aseguró que se negocia la explotación de tierras cubanas en usufructo por 30 años y la importación libre de impuestos de equipamiento agrícola, destacó el medio de noticias ruso Sputnik.
Sin otros detalles sobre el posible acuerdo, las inversiones rusas en la agricultura cubana podrían dar un espaldarazo a un sector urgido de significativas reformas, y marcado por bajas producciones.
Pese a decenas de medidas gubernamentales para intentar estimular producciones y una Ley de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, Cuba debe importar de 70 % a 80 % de los alimentos que consume.
Durante el Foro, Titov también mencionó que tres bancos rusos presentaron solicitudes al Banco Central de Cuba (BCC), para abrir sucursales en la isla.
Desde marzo, el sistema bancario en la isla acepta las tarjetas del sistema de pago ruso MIR, y se pueden realizar extracciones convirtiendo rublos en pesos cubanos, lo cual busca generar incentivos para turistas y empresarios de aquella nación.
Chernyshenko señaló que esperan “en un futuro muy cercano”, pagar con las tarjetas rusas en tiendas, cafés y restaurantes cubanos.
“Dentro de los proyectos a priorizar están los asociados al desarrollo de las fuentes renovables de energía. Se valora la instalación de 300 megavatios o más de potencia como parte de inversiones rusas en parques fotovoltaicos en Cuba”, explicó Rafael Ernesto Lage, presidente de la sección cubana del Comité Empresarial Cuba-Rusia.
En Cuba las energías renovables aportan apenas 5 % de la generación eléctrica, basada fundamentalmente en el uso de fuentes fósiles, aunque existe una ambiciosa meta gubernamental para elevar a 37 % el aporte de las fuentes limpias en 2030.
En declaraciones a IPS, Lage apuntó que también se prevé inversiones “en el sector agropecuario para la producción de alimentos, así como el uso de biomasa, además de potenciar las exportaciones, tanto en el sector estatal como con los nuevos actores económicos (sector cooperativo y privado)”.
Rusia es un principal suministrador de combustible de la isla, y se encuentra pendiente la utilización de un crédito de 1200 millones de dólares para construir cuatro bloques de generación térmica con tecnología de esa nación.
Cuba mantiene tensiones con el suministro eléctrico debido al déficit de generación. La red de envejecidas termoeléctricas exigen continuas reparaciones y presentan constantes roturas.
Un factor clave en este proceso resultó la condonación en 2014 de 90 % de la deuda cubana de unos 27 000 millones de dólares que Rusia heredó de la extinta Unión Soviética. El pago del restante 10 %, unos 3500 millones será reinvertido en Cuba, según lo acordado.
Empaques de pañales desechables de la marca vietnamita TB Kids producidos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, enclave económico cubano ubicado a 45 kilómetros al oeste de La Habana y donde la nación asiática ocupa el segundo lugar en la emisión de negocios. Ambos países prevén que las inversiones vietnamitas en la isla se dirijan además a proyectos de energías renovables, turismo, producción alimentaria, construcción y biotecnología. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS
Unión Europea y Vietnam
Durante su visita a Cuba del 25 al 27 de mayo, Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, confirmó el respaldo del bloque al proceso de modernización de la economía de la isla.
Durante el tercer Consejo Conjunto Cuba-UE, efectuado el 26 de este mes de mayo en La Habana, el también vicepresidente de la Comisión Europea subrayó que el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación firmado en 2016, y que se aplica de forma provisional desde 2017, resulta clave para “fortalecer nuestras relaciones en las áreas del diálogo político, de la cooperación y del comercio”.
Borrell significó que el programa de cooperación para el periodo 2021-2024 ronda los 100 millones de dólares “que se invertirán en proyectos en áreas de agricultura sostenible, transición energética y ecológica, modernización económica y apoyo al incipiente sector privado”.
Remarcó la oposición unánime de la UE al mantenimiento del embargo estadounidense, y criticó la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo elaborada por Washington.
La UE es considerado el primer socio comercial de este país caribeño, por delante de Rusia y China, y existen unas 700 empresas europeas instaladas en la isla, trascendió.
Vietnam se ha consolidado como el principal inversor de Asia y Oceanía en Cuba y el segundo socio comercial de esa región.
La nación asiática ocupa el segundo lugar en la emisión de negocios en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), a 45 kilómetros al oeste de La Habana, un proyecto estratégico proyectado como un hub o centro logístico regional para la producción y redistribución de mercancías, en el tránsito de rutas comerciales marítimas que conectan a América del Norte con el Canal de Panamá.
En abril vino a La Habana Vuong Dinh Hue, presidente del parlamento vietnamita, quien participó en el foro empresarial Vietnam-Cuba. Ambos países han identificado potenciales áreas de inversiones en proyectos de energías renovables, turismo, producción alimentaria, construcción y biotecnología.
Se estima que los intercambios comerciales con la nación asiática pudieran alcanzar unos 500 millones de dólares anuales, desde los 350 millones de dólares actuales.
De acuerdo con Terrero, como alternativa imprescindible queda la construcción de alianzas con otros países y bloques comerciales internacionales.
“Es la opción que se abre en un entorno geopolítico global que se torna cada vez más marcadamente multipolar. El desafío para Cuba será, entonces, construir o innovar salidas en un entorno global diferente”, argumentó.
ED: EG