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lunes, 3 de julio de 2023

La anhelada participación de los trabajadores en nombre de la Constitución

 Por: Rr. Teodoro Yan Guzman Hernández, Cubadebate

 


La implicación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa es una de las cuestiones que debe tratar de materializarse cuanto antes, pues con ello está en juego la sostenibilidad del socialismo en Cuba. Para que se entienda bien, la participación de los trabajadores es una de las esencias del modelo socialista cubano, cualquier acción que la niegue, la minimice o la desvirtúe, sin importar quien la acometa, está en contra del principio socialista que rige al Estado y a la sociedad en Cuba, principio que, además, es constitucional desde 1976 y goza de perfecta vigencia en la actualidad.

La real participación de los trabajadores en la gestión de la empresa no ha dejado de ser un anhelo en nuestro país:

  • Posee fundamentos marxistas clásicos y propios (se alude a las tesis del Che Guevara al respecto);
  • ha sido reconocida en la Constitución cubana de 1976, reafirmada con la reforma de esta en 1992 y mantenida con la Constitución del 2019;
  • sobre su importancia y trascendencia político-social se ha discursado en los congresos y plenos del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC);
  • se ha significado su improrrogable necesidad en importantes documentos políticos como lo son los Lineamientos de la Política Social del Partido y la Revolución y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, por solo mencionar dos bien actuales.

¿Qué “dicen” sus fundamentos constitucionales? ¿Hasta dónde alcanza ese concepto actualmente en Cuba? ¿Cuál es su desarrollo legal actualmente? ¿Cuáles sus obstáculos actuales para lograr su concreción real, o sea, con impacto transformador? Estas y otras interrogantes serán respondidas en el presente trabajo que tiene como propósito fundamental resaltar la relevancia de la participación de los trabajadores en la gestión económica, sobre la base de varios de sus fundamentos.

Cuando revisamos las constituciones cubanas desde 1940 a la fecha, podemos comprobar la máxima centralidad que ha tenido el trabajo, así como el trabajador y la trabajadora. En la Constitución de 1940 la palabra trabajo estaba presente en 46 ocasiones. La Ley fundamental de 1959 se hizo eco de la mayoría de los artículos del texto de 1940 que protegían al trabajo y los derechos laborales.

En 1976, el pueblo cubano, que encarnó al poder constituyente, declaró que la República de Cuba es un Estado socialista de obreros y campesinos y demás trabajadores intelectuales; que el poder pertenece al pueblo trabajador; que el Partido Comunista de Cuba es la vanguardia organizada marxista-leninista de la clase obrera, que el Estado socialista realiza la voluntad del pueblo trabajador y protege el trabajo creador del pueblo, y garantiza que no haya hombre o mujer en condiciones de trabajar que no tenga oportunidad de obtener un empleo. En esa primera Constitución socialista se formuló el trabajo como un derecho, un deber y un motivo de honor y se reconocieron importantes derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Además, en sus marcos  se desarrolló una legislación laboral de avanzada, más allá de las deudas que se contrajeron con ella misma en la realización de todos sus preceptos.

Con la reforma constitucional en 1992, el trabajo y los derechos laborales no perdieron la centralidad que tenían. El artículo 1 se modificó con el propósito de lograr un estado más inclusivo, en el contexto de una sociedad diversa y más dinámica, bajo la égida del axioma martiano “con todos y para el bien de todos”, que nos obliga al más constante reencuentro. Es cierto que no se explicitaron los grupos sociales (obreros, campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales), pero se continuó la línea y se reconoció a Cuba como un Estado de trabajadores, además, se conservó el sentido de las normas constitucionales vinculadas al trabajo como entidad jurídico-social y al derecho al trabajo como entorno normativo de protección a quienes laboran o pretenden un empleo. El artículo 1 de la Constitución del 2019 no se aparta de sus precedentes, reconoce que Cuba es un Estado socialista de Derecho y Justicia social, fundada en el trabajo, esto último a semejanza de la Constitución italiana de 1948, exponente del constitucionalismo social.

No se puede valorar la connotación política y social de la centralidad del trabajo y de los derechos vinculados, desentendidos de las variables constitucionales participación, democracia socialista y socialismo como modelo económico y social, visto cada uno desde su evolución en el marco del ordenamiento jurídico cubano. El derecho de los trabajadores a participar en la gestión económica de la empresa es un principio constitucional que concentra en sí los fundamentos de esas tres variables y se ha formulado con mayor concreción y extensión en cada reforma de la carta magna. Lamentablemente sus resultados y concreciones no han estado en correspondencia con las pretensiones que se deducen a primera vista de las normas constitucionales.

Para que se tenga una idea de la evolución de la regulación constitucional de este principio. En la Constitución de 1976 se reconoció en el artículo 16, que reguló los principios de economía estatal y planificación de la economía, que los trabajadores de todas sus ramas y demás esferas de la vida social participan activa y conscientemente en la elaboración y ejecución del plan de la economía. Con la reforma de 1992, el principio se mantuvo dentro del mismo artículo, pero el legislador revisor de la Constitución aportó a la concreción del principio, al prever la participación de los trabajadores, igualmente en la elaboración y ejecución, pero de los programas de producción y desarrollo de la economía. En ambas regulaciones los trabajadores quedaron fuera del control de la gestión económica.

La Constitución del 2019 es cualitativamente superior en la regulación del principio de participación de los trabajadores en la gestión económica de la empresa, no solo lo prevé de manera independiente en el artículo 20, sino que además lanza un gran reto, no obstante las deudas que se contrajeron con las regulaciones anteriores que eran más moderadas.

El artículo 20 lleva a sus extremos la participación de los trabajadores y desagrega en cuatro esferas o actividades de la gestión económica en las que debe regularse y ponerse en práctica esta, que son la planificaciónla regulaciónla gestión y el control de la actividad económica. Además, da un encargo directo al legislador para que regule la participación de los colectivos laborales en la administración y gestión de las entidades empresariales estatales y unidades presupuestadas.

Con la Constitución del 2019 se pretenden superar los problemas de realización que en más de 40 años de constitucionalización ha tenido un principio vertebral del socialismo, tanto desde el punto de vista formal (su viabilización a través de las “leyes” de desarrollo), como desde lo material (su manifestación en la vida económica y laboral de la empresa cubana). A más de cuatro años de su vigencia, la realidad no ha cambiado mucho. Diversos factores se confabulan para que este principio se mantenga prácticamente “envitrinado” en la Constitución.

Los trabajadores y la administración no podrán internalizar la trascendencia de este principio constitucional si no logran contender las consecuencias reales del principio de economía socialista y dentro de este, del “hecho socialista” de que los medios fundamentales de producción son propiedad de todo el pueblo y, consecuentemente, es la forma de propiedad principal. La propiedad socialista sobre los medios fundamentales de producción es una cláusula axiológica abierta, que se contextualizó en 1992, pero que no deja de colocar al trabajador otra vez en el epicentro del modelo económico y social cubano, pues su participación real y efectiva en la gestión económica es la manera de apropiarse legítimamente de esos medios. Esto no excluye que las trabajadoras y los trabajadores no hagan valer el principio de propiedad socialista sobre los medios que no son fundamentales, porque a través de la actividad económica en la empresa estatal socialista han de satisfacer los intereses colectivos e individuales, en beneficio de la sociedad.

Sin pretensión de agotarlos, pasemos a enumerar algunos factores que han venido atentando contra la participación real de los trabajadores en la gestión económica. En primer orden, la estructura del sistema empresarial. Si bien en la actualidad se dan pasos hacia la autonomía empresarial, durante más de medio siglo el sistema ha estado signado por diversas formas de centralización (algunas todavía muy persistentes): se planifican centralmente los recursos, se reproducen a diversas escalas comportamientos de centralización de las decisiones y la gestión, y se termina enajenando al trabajador.

Otros factores son la formalidad y poca importancia del convenio colectivo de trabajo y la poca pujanza de las organizaciones sindicales dentro de las entidades laborales. En el entendido de que, por un lado, es en el convenio colectivo de trabajo donde los trabajadores y la administración deben pactar para cumplir las diversas formas de participación de los primeros, según lo que establece la ley y la dinámica de la empresa, y, por otro lado, el sindicato debe actuar como fuerza y guía de los trabajadores para que estos asuman el empoderamiento que la Constitución le asigna. El Partido debe coadyuvar a lo anterior.

Sindicato y administración se han venido entendiendo como formas organizacionales que no pueden tener intereses contrapuestos, porque todavía se carga con la falsa idea de que en Cuba todo o casi todo es “razón de Estado”. El hecho de que el sindicato se oponga a la administración en defensa de los intereses de los trabajadores no solo es legítimo y posible, sino que también es saludable, porque siguiendo una tesis marxista, en la contradicción está el desarrollo, y el marxismo es fundamento de la Constitución. Incluso, podría darse la situación de que los trabajadores se opongan al sindicato cuando este último no defienda sus intereses.

La legislación laboral y económica en Cuba tampoco ha ayudado a desarrollar la participación de los trabajadores en la gestión económica. Las diferentes disposiciones jurídicas, generalmente, han reproducido el principio constitucional o han optado por indicar que la participación ha de ser directa o indirecta, han identificado las actividades o los procesos de la empresa en los que la participación de los trabajadores puede darse, pero no han regulado las vías concretas, los mecanismos tradicionales o innovadores y la metodología para hacerla efectiva. Una muestra de lo antes dicho son las leyes No. 49 y No. 116, correspondiente al Código de trabajo anterior y al vigente, por ese orden, también el Decreto-Ley No. 252 y en el Decreto No. 281, ambos de 2007, estos últimos relacionados con la continuidad y el fortalecimiento del sistema de dirección y gestión empresarial cubano.

Los moldes y esquematismos también atentan contra la participación real de los trabajadores. Es impensable que, dada la diversidad organizacional de la empresa y la heterogeneidad de los colectivos laborales existentes –no es lo mismo una fábrica de galletas que un centro docente– se pueden replicar el mismo proceder en las formas de participación de los trabajadores. Al repetirse esquemas y hacerse formalmente, poniendo en evidencia un compromiso con los medios (lo previsto y lo planificado) y no con los resultados (el impacto real de esa participación en la gestión económica y en el empoderamiento de los trabajadores) se termina desmotivando a las fuerzas laborales y asestando un golpe a la Constitución y su supremacía.

Pudieran seguirse mencionando factores o causas, pero lo más importante es que la real participación de los trabajadores en la gestión económica sigue siento un asunto pendiente en Cuba. Las modificaciones en el ordenamiento jurídico, a raíz de la Constitución del 2019, han hecho un guiño al tema, pero todavía muy insuficiente. Tres normas pueden aportar más luces a este importante principio, el nuevo Código de trabajo, la Ley de empresa y una Ley de participación, que no debe limitarse a la participación política, sino también a la social y a la económica. La Democracia (Socialista) empieza por casa y la Familia, debe pasar por el Trabajo para instaurarse como principio de verdadero Poder Popular. Trabajadores y trabajadoras, sindicato y administración deben volver a pensar bien el tema.

Espejo de agua

 

 
SOCIEDAD
 


Este es Yosvany, sin apellidos, porque de eso no hablamos y porque Yosvany podría ser cualquiera. Fotos: Katia

Presiento que en los ojos de Yosvany podrían verse otros hombres, aunque nunca hayan ido a La Turbina a matar el tiempo y los peces

Los ojos de Yosvany no son “alegres e invictos”, como los del viejo flaco y desgarbado que hacía 84 días no cogía un pez. No estaba en un bote en medio del mar ni era tampoco un pescador empecinado que hubiese perdido todo, menos la esperanza.

Sus ojos son turbios como las aguas que mira y estas son, a su vez, un espejo de agua que las excavaciones de otro siglo fueron bordeando hasta dar con un manantial. De ahí salía el balastro para las líneas férreas y los temporales de aquella época terminaron rematando el hueco. Finalmente, las turbinas que instalaron para aliviar la inundación no pudieran hacer otra cosa que legarnos el nombre.

Esas aguas de La Turbina que nunca van a ningún lado, a menos que los temporales de esta época la desborden y corran por la cañada mientras las malanguetas no hagan de carnada y las retengan en su propio estanque, tienen los ojos de Yosvany. Entre pardos y carmelitas. En su viejo carné de identidad podrían haber aclarado: ojos turbina, y aquí en Ciego de Ávila hubiésemos entendido de qué color eran.

Su mirada, sin embargo, sí se ve definida, nítida. Tiene el tono de quien se sienta a pescar algo. A esperar apacible lo mucho y lo poco. O la nada.

Encajan en el rostro de un cincuentón desgastado que habla poquísimo y no parece pertenecer al nombre que tiene. No tiene cara de Yosvany, pero sí la de un hombre que se sienta al borde de un puente sobre las aguas de La Turbina a “despejar porque la cosa está mala”. Y mientras despeja saca su cordel y engaña con lombrices a las clarias que dice que están zangandongas, aunque de esas él no ha cogido ninguna.



Aquí Yosvany con una de las tres tilapias que pescó mientras Invasor le arrebataba su calma

Lo cuenta sin abatirse por su aparente mala suerte. De hecho; la expresión en su rostro curtido de otros soles es de felicidad cuando asegura que bajo sus pies hay bichos más grandes que él. Se le estiran las arrugas al abrir los ojos y sonreír desde su flanco derecho al que le faltan algunas piezas. Por ahí también se le cuela el tiempo que no aparenta y del que creo que presume. ¿Tendrá ya el vicio de los viejos cuenteros?

― ¡Que no, que yo no las he pescado, pero he visto como las sacan de aquí mismo!

Sentada a su lado puedo tener cierta idea. Me guío por sus hombros, por los pies colgantes que casi van parejos, ras al agua, y concluyo que Yosvany debe medir 1.60. Y la claria, entonces, ¿dos metros?, pregunto.

“¡Coñoooooó!”, dice un chiquillo acentuando y alargando la o, a medio metro de Yosvany. “Eso debe ser más grande que un negrón”. Así ha salido de su mente y ha pasado por su vocabulario.

“Ay, estos muchachos de hoy en día”, podría haber dicho Yosvany con cierto dejo de reproche, si hablara por voluntad y no solo cuando uno le pregunta.

―¿Es su hijo?

―No, yo no tengo hijos. Nunca tuve―, corrige, y vuelve a sentirse más viejo, a creer que el tiempo de los hijos ya no es el de él.

―Este de aquí vino y se me sentó, sin cordel, sin carná, sin ná, y le tuve que dar de tó―, refunfuña cariñoso. Lo mismo sucedió con el otro, más alejado, y ya las rémoras fueron dos. Literalmente rémoras hasta que pescaron una tilapia con su propia suerte y Yosvany empezó a hablar por sí solo.

Que no importaba si él se iba sin nada o con poco, que él estaba allí para despejar la mente, ¡que la cosa estaba muy mala!, repetía ahora y le agregaba el muy, como si del quinto párrafo a este decimocuarto la cosa hubiera empeorado. O quizás no y “muy mala” estuviera ya desde el principio de la conversación y él no repare tanto en esos detalles. En el cambio.

Yo sí.

Dejo silencios intermedios, le hago algunas fotos y observo que ciertamente no ha venido a pescar. Lleva camiseta y unas botas de goma embarradas de cemento que ni se quita para aligerarse (creo que está acostumbrado). Trabaja en la construcción por el día y hace guardias en otro lugar por las noches. Si está sentado un jueves a la 1:00 de la tarde sobre el puente de plástico negro que une los extremos de La Turbina, es porque ese día de lluvia hubo poco trabajo. El chinchineo de ese 7 de junio disipaba algunas labores.

El puente sin piso es un tubo flotante que hay que cruzar zigzagueando hasta el único lugar que la malangueta no ha “cerrado”

Yosvany, paradójico, se sometía a la intemperie, y tal vez ni un aguacero, de esos que pican en el lomo, lo hubiera hecho desistir. Allí estaba él, contra todo pronóstico: con un nailito de culeros desechables donde no cabría ni la cola de los pejes gordos que, asegura, se encuentran por esa zona.

Su jamo era la clara estampa del no pescador que yo insistía en no ver; convencida de que tatuarse un pulpo en el brazo izquierdo debía significar algo. “No, no significada nada, me gustó la imagen y me lo hice yo mismo. Y yo mismo me tatué los nombres de mis sobrinas aquí y esta de aquí es Rosa Tomasa, que es el de mi madre, y esta corona con estas iniciales son de una mujer que tuve y me falta el nombre de mi padre que me lo voy a escribir en el pecho”.



En el antebrazo izquierdo, las marcas que Yosvany lleva consigo. En el brazo derecho, la carnada, el cordel, la suerte echada

Lo dicho; solo quiere despejar y no importuno demasiado. Suficiente tiene con los dos niños que se pegaron como escamas y piden a Invasor que no los muestre, que sus madres los “traquean” ―es el término que usan― si se enteran de que no están en la escuela. Niños de primaria que se tiran al agua para demostrar que saben nadar.

Y con el alboroto él ni se inmuta. Le da igual si espantan las tilapias que iban a picarle esa tarde su carnada, porque Yosvany solo quería pescar el tiempo, soltarlo, dejarlo pasar. Por eso no lo tiene en el anzuelo: lo lleva en su mirada.

Todo eso fue, pregunta tras pregunta, aprovechando que el cordel lo sostenía con la izquierda y el cúbito de su antebrazo quedaba expuesto a la intrusa que hablaba de otra cosa, pues hasta para ella la pesca había sido un pretexto. Aunque seguía creyendo que se podía despejar la mente y pescar de verdad, con deseos. Con premeditación.

O cazar patos, por ejemplo. En el copo de los árboles los patos se balancean en filas y daba la sensación de que tampoco pescaban, que se lanzaban al agua sin una táctica definida, solo a remansar.

Error. Dice Yosvany que ellos pescan de las dos formas, al estilo más común de los pelícanos o nadando por abajo del agua. Ahí es cuando uno tira una red, les hace trampa y los pesca por abajo. De ese modo los ha cogido, lo que “hay que meterse en el agua y ¡qué va! …”

Hoy tampoco es día para pescar patos.

Estos patos, podrían pescarse bajo el agua, pero ahora están muy altos, muy lejos

Muebles Lídex decoran hoteles en Jardines del Rey. Comentario HHC

Lunes, 3 de Julio del 2023

 
ECONOMÍA
 



Muebles Lídex dec
Foto: Alejandro García

Muebles elaborados por el colectivo de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Camilo Cienfuegos, de Ciego de Ávila, decoran el hotel Roca Norte 1, en cayo Paredón Grande, del polo turístico Jardines del Rey, que en los venideros meses se inaugurará.

• En imágenes Muebles Lídex

Emilio González Sorí, jefe de operaciones de Muebles Lídex, nombre comercial de la entidad y reconocida entre las de su tipo en el territorio nacional, precisó a la Agencia Cubana de Noticias que el convenio con la industria del ocio en 2023 es amueblar las habitaciones y áreas comunes de esa instalación.

El contrato también incluye realizar mantenimientos y reparaciones capitales a todo el mobiliario de las habitaciones de los hoteles Sol Coco, Meliá Coco, Vigía y Pullman, ubicados en ese balneario del norte avileño, que acogerá la Feria del Turismo del 2024, puntualizó González Sorí.

A finales de este año comenzaremos a elaborar los pedidos para el Roca Norte 2, que debe entrar en funcionamiento el año que viene, dijo el directivo.

Entre las principales producciones aparecen respaldos de cama, minibares, maleteros, interiores de clósets, mesas de noche, sillas y mesas.

Jardines del Rey, uno de los principales destinos turísticos en Cuba, se abrió al mercado internacional en noviembre de 1993 y desde entonces recibe a millones de excursionistas de diversas partes del mundo, fundamentalmente canadienses y europeos.

Los hoteles Gran Muthu y el cinco estrellas Resort Kempinski, en cayo Guillermo, Jardines del Rey; San Agustín y Laguna del Este 5, en cayo Santa María, en el norte de Villa Clara; el Internacional de Varadero; y el Rueda, de la ciudad capital avileña, son algunos de los que están habilitados con el sello Lídex, que distingue por su belleza, decorado y perfección.

Esta UEB tributa, además, al Programa Materno infantil (PAMI) del país, con el cual el compromiso es confeccionar tres mil cunas, que se comercializan mediante el Ministerio de Comercio Interior, apuntó González Sorí.

Una parte de sus creaciones se vende en las tiendas por moneda libremente convertible (MLC) y, desde hace un par de meses atrás las comercializa, también, a través de las plataformas virtuales al inaugurar en su sede un local para expender de forma directa a la población en moneda nacional, informó el directivo.

Mueblería Dujo, que así es como se llama el recinto, cuenta con 70 u 80 productos, entre ellos juegos de sala tapizados, de comedor (madera y tubos), repisas, cuchilleros, almohadas, palos de escobas, trapeadores, toalleros, cojines, cómodas, mesitas de noche y cubrecamas, detalló.

Explicó que una cantidad importante de esos surtidos la entrega el taller de Producciones Alternativas, que cada mes aporta, como promedio, unos 350 mil pesos a la entidad mediante la elaboración de artículos con materiales (recortería) que se derivan de los procesos industriales.

El dinero recaudado de las ventas en MLC y a través de Mueblería Dujo le permitirá a la UEB contar con financiamiento propio para comprar la materia prima que necesitan en los cinco talleres de producción (macizo, tapicería, metales, paneles y el de producciones alternativas).

Para el actual año el plan de ventas netas totales asciende a 87 millones de pesos, siete millones más que el anterior, y la cifra hasta el cierre de junio es de 49 millones.

Comentario HHC: Nada nuevo, lo importante es que no se ha abandonado del todo y se retoma. Desde que en la década del 90 que se creó FONATUR, permitía el abastecimiento al turismo y este a su vez poveía a las empresas abastecedoras,  de las divisas necesarias para continuar el ciclo productivo.  Esta entidad financiera se perdió o se disolvió, lo que era una buena práactica. 

El turismo puede proveer de divisas a sectores de la economía nacional que lo abastezcan. 


Avicultura familiar, ¿alternativa o necesidad?

 Varios productores y dirigentes creen en lo imperativo de producir huevos y carne de forma alternativa, sin tener que depender de la llegada del barco de pienso

Este tipo de avicultura alternativa se aplica como opción de crianza familiar en condiciones de sostenibilidad, por ser una línea de gallinas muy resistentes y de fácil adaptación. Foto: Freddy Pérez Cabrera

El productor Leonel Carmenate Alonso, dueño de la finca Tres Marías, es uno de los criadores que en el municipio villaclareño de Corralillo apuesta por la avicultura alternativa y otras opciones de la agricultura familiar para garantizar su sustento y el de la comunidad donde reside.

Hoy este guajiro emprendedor cuenta con 600 ponedoras semirrústicas y 150 pollos de engorde, además de 74 cabezas de ganado mayor, con los que prevé abastecer de carne, huevos y leche a las comunidades de San Pedro y La Sierra, además de aportar a la cabecera municipal. Tiene en mente fomentar un patio con 500 codornices que provean de huevos a centros asistenciales de la localidad.

Junto a su esposa, Irenia Álvarez Díaz, sicóloga de profesión, Carmenate decidió probar suerte en un área despoblada e inhóspita, donde solo se escuchaban el canto de los pájaros y algún que otro animal que merodeara la zona.

«Aquí no había luz eléctrica ni condiciones de ningún tipo, solo una casa abandonada que arreglé, poco a poco, tratando de probar fortuna», dice Leonel, con el acento campesino que lo caracteriza. Con su trabajo se ganó la instalación de varios paneles solares que hoy le garantizan la electricidad en su terruño.

Un día escuchó que había un programa mediante el cual les facilitaban a las personas las gallinas rústicas o semirrústicas para su cría, y fue tal el embullo que resultó ser uno de los primeros que en Villa Clara asumiera el reto de fomentar la avicultura familiar.

Como parte de un proyecto de desarrollo local del municipio, construyó las facilidades requeridas, además de producir todo el alimento que necesitan los animales.

«No crea que es fácil, pero a mí me gustan los retos. Empecé sembrando la base alimentaria, a partir del cultivo de plantas proteicas, maíz, sorgo, yuca y boniato, en lo fundamental; además de crear las naves donde se alojarían las gallinas, y las corraletas para el pastoreo», explica el labriego, quien pensó también en las mejores maneras de agenciarse las fuentes de proteína que necesitan las aves.

En ese caso plantó gandul y soya, entre otros cultivos, los que mezcla con harina de pescado elaborada de manera artesanal, cáscara de huevos y hasta cangrejos triturados, todo lo cual garantiza el balance alimenticio necesario, expone Irenia, la esposa del campesino, quien se ha convertido en la veterinaria del proyecto.

«El reto es alcanzar, en un futuro inmediato, las 1 200 gallinas semirrústicas, lo que permitirá superar el acopio de unos 500 huevos diarios, y según lo pactado con la dirección del municipio, no serán vendidos a los precios abusivos que hoy tiene el vital alimento en el mercado informal. Aquí no hay nada importado, solo alimentos naturales producidos en estas tierras o sitios cercanos», reconoce Leonel Carmenate.

De la finca de este productor salen a diario 75 litros de leche, a razón de poco más de cinco por vaca en ordeño; y el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor resulta nulo, al igual que la mortalidad de terneros. Con similares propósitos para aumentar la producción pecuaria, se afanan en el mejoramiento racial del rebaño, recalcó el criador.

Otros productores como Yordan Rodríguez Suárez, residente en las inmediaciones de la finca Irma, también en Corralillo, ya asume, junto a sus hermanos, la cría de 250 aves semirrústicas, y asegura que llegará a las 500 antes de septiembre próximo.

«Este tipo de avicultura alternativa se aplica como opción de crianza familiar en condiciones de sostenibilidad, por ser una línea de gallinas muy resistentes y de fácil adaptación a las características de país tropical», comenta el joven campesino, quien señala en tono jocoso que él no concibe que el Estado tenga que venderles a las personas que viven en el campo los huevos que hoy consumen.

«Esto lleva trabajo y mucha consagración, pero también garantiza economía», reconoce Yordan, a quien no se le ha muerto un solo animal desde que los trajo, lo que demuestra las destrezas adquiridas por él y su familia en el manejo de las aves.

También en el barrio de Santa Teresa, en Quemado de Güines, laboran con igual propósito Elpidio Hernández Santana y su hijo Nelson, convertidos en avicultores alternativos en un territorio que, en su primera etapa, dispondrá de unas 9 700 gallinas.

En la finca Los Elpidios, esos productores, asociados a la cooperativa de créditos y servicios Ñico López, ya atienden su rebaño, para lo cual cuentan con siembras de viandas, granos y vegetales con el propósito de alimentar las ponedoras, y en la dieta prevén incluir, además, pescado y lombrices, entre otros alimentos.

AUTOABASTECIMIENTO MUNICIPAL EN LA MIRA

El programa de desarrollo de la avicultura alternativa forma parte de las iniciativas que fomenta el país para lograr el autoabastecimiento territorial, la soberanía alimentaria y la educación nutricional; que, en el caso de Villa Clara, tiene en los municipios de Corralillo, Manicaragua y Quemado de Güines a sus pilares fundamentales.

Según el gobernador de la provincia, Alberto López Díaz, aquí existen condiciones materiales para asumir este importante programa que pretende beneficiar al pueblo con ofertas de huevo y carne.

«En estos momentos la provincia tiene en desarrollo unas 5 000  gallinas, con más de 80 días de nacidas, ya repartidas a criadores, y la meta será completar las 74 000 aves, a partir de 22 000 reproductoras de huevo existentes en instalaciones estatales del sector».

Explicó, además, que se labora en la montaña en la ubicación de patios familiares que puedan acoger este tipo de aves, lo cual dará sostenibilidad al área del Plan Turquino, a la vez que se trabaja en otros municipios en la recuperación de naves para el desarrollo de esa ponedora, de manera que puedan buscarse mayores niveles de producción.

Como ejemplo de lo que puede alcanzarse en esta tarea, puso al municipio de Corralillo, que tiene la proyección de completar las 12 000 gallinas al cierre de 2023, y llegar el próximo año a los 24 000 ejemplares, cifra necesaria para satisfacer la demanda del norteño territorio.

Para ello, lo más importante es que el animal llegue a la base productiva con el peso y la talla necesarios, de modo que empiece a consumir los alimentos disponibles en el lugar, a la vez que existan siembras en el terreno que permitan pastorear el rebaño y aspirar en el mes a un nivel de puesta de entre 12 y 14 huevos por ave.

López Díaz destacó la trascendencia de esta idea de producir huevos y carne de forma alternativa, sin tener que depender de la llegada del barco de pienso, lo cual se corresponde con las complejidades que vive la economía cubana. De ahí la importancia de lograr el apoyo de las estructuras políticas y de Gobierno en cada territorio para que la iniciativa no se malogre.