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sábado, 4 de noviembre de 2023

Las relaciones entre Cuba y China son inquebrantables

 El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, sostuvo este sábado conversaciones oficiales con su homólogo chino, Li Qiang, como parte de su visita a la nación asiática. Posteriormente, fueron rubricados varios documentos que permitirán ampliar la cooperación en sectores de interés como el agroalimentario, transporte, biotecnología y televisión digital


Visita de Gobierno del Primer Ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz a China, recibido por su homólogo el Primer Ministro Chino Foto: Estudios Revolución

SHANGHÁI, China.- «Nuestras relaciones especiales de amistad no se limitan al tiempo ni al espacio, son inquebrantables, cada vez más consolidadas», afirmó este sábado el primer ministro del Consejo de Estado de la República Popular China, Li Qiang, al recibir a su homólogo Manuel Marreo Cruz, y a la delegación que lo acompaña, en su visita oficial a la nación asiática.

En la Casa de Huéspedes Xi Jiao, de Shanghái, el también miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China dio la bienvenida al Jefe de Gobierno cubano y, en nombre del presidente Xi Jinping, le trasladó un caluroso saludo al líder de la Revolución cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y al Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

China y Cuba somos países socialistas, liderados por el Partido Comunista, con los mismos ideales y convicciones, los cuales han superado la distancia geográfica que nos separa para unirnos estrechamente, aseveró Li Qiang.

A lo largo de los más de 60 años de relaciones diplomáticas, añadió, «ambas partes hemos avanzado de la mano, se han profundizado los nexos bajo la dirección estratégica de los líderes de los dos países, y la cooperación entre Cuba y China ha subido nuevos peldaños».

En el intercambio, el Primer Ministro asiático evocó el fructífero encuentro de Xi Jinping y Díaz-Canel en Sudáfrica, en agosto último, donde «ambos mandatarios alcanzaron nuevos consensos en torno a la profundización de las relaciones especiales de amistad entre China y Cuba en la nueva era, y la construcción conjunta de la comunidad de futuro compartido».

China, en palabras de Li Qiang, «está dispuesta a trabajar con Cuba para implementar los consensos, reforzar la confianza política, ampliar la cooperación mutuamente beneficiosa, y traducir los lazos chino- cubanos de alto nivel en más resultados concretos».

En tanto, el miembro del Buró Político y Jefe de Gobierno cubano expresó su satisfacción por la acogida en su primera visita a la República Popular China como Primer Ministro y, en nombre del Partido, el Gobierno y el pueblo, trasladó las más sentidas condolencias por el fallecimiento del compañero Li Keqiang.

También Cuba, aseguró el Primer Ministro antillano, le confiere un carácter especial a las relaciones bilaterales, y valora altamente, sobre todo en los momentos actuales, el liderazgo de China a nivel internacional. «El mundo necesita a China, los países del sur necesitamos a China, y nosotros nos sentimos honrados de ser un amigo de muchos años», afirmó.

Al decir de Marrero Cruz, Cuba valora altamente los nexos con la nación asiática, porque se sustentan en coincidencias en el plano político e ideológico, en un mundo donde los Estados Unidos insisten en imponer su hegemonía; en el intercambio de experiencias sobre la construcción socialista con características propias, y en la amplia cooperación en todos los foros.

Luego de las conversaciones, fueron rubricados varios documentos que permitirán ampliar la cooperación en sectores de interés como el agroalimentario, transporte, biotecnología y televisión digital.

Este domingo, la delegación cubana asistirá a la inauguración de la VI Exposición de Importaciones de China, feria en la que Cuba ha participado ininterrumpidamente desde su lanzamiento en 2018, y que constituye un referente del comercio mundial, la interconexión empresarial y la generación de oportunidades de negocios.

Para la Mayor de las Antillas resulta muy importante estar presente en un escenario donde se darán cita actores económicos de más de 150 países, 3400 expositores y más de 300 000 visitantes registrados, pues deviene oportunidad para abrir nuevos horizontes de negocios y de exportación, tanto de productos tradicionales como de otros novedosos, y también de servicios.

Foto: Estudios Revolución

EL POTENCIAL PARA EXPANDIR LOS NEXOS ECONÓMICOS ES INCALCULABLE

La segunda jornada de la visita oficial a China concedió un espacio privilegiado a la celebración del foro empresarial Oportunidades de Negocios Cuba-China, cita que ratificó las potencialidades para expandir los nexos económicos, comerciales, financieros y de cooperación.

Al intervenir en la sesión inaugural, que contó con una nutrida representación de empresas chinas y cubanas, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, destacó los resultados en el sector de la biotecnología, luego de 20 años de cooperación, los cuales deben convertirse en referente para todas las esferas de la economía.

Nuestro país, reconoció, atraviesa un momento muy complejo; sin embargo, «no nos hemos detenido, apostamos por el desarrollo de la ciencia y la innovación, la inversión extranjera y la cooperación internacional, y tenemos plena confianza en que las relaciones entre Cuba y China van a continuar creciendo de manera exitosa».

El Jefe de Gobierno cubano calificó de «indestructible» la unidad entre nuestros Partidos, Gobiernos y pueblos. Nuestras banderas, dijo, «siempre estarán unidas, levantadas a lo más alto, con dignidad, respeto, y dando un ejemplo al mundo de solidaridad».

En la jornada, la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Cuba, Tania Aguiar Fernández, llamó la atención sobre el saldo positivo de la XXX sesión de la Comisión Intergubernamental Cuba-China, acontecida recientemente, y en la cual se confirmaron entre las líneas estratégicas: la recuperación de la industria azucarera, el desarrollo de las fuentes renovables, así como la reactivación de áreas agrícolas para la producción de arroz, maíz, soya y frijoles.

El turismo, las telecomunicaciones y la biotecnología también figuraron entre las directrices a potenciar, teniendo en cuenta que los dos últimos son pilares reconocidos de la cooperación entre ambos países.

Los empresarios asistentes también conocieron, de primera mano, sobre las oportunidades de negocios que ofrece Cuba, en particular el sector biotecnológico, que lleva la delantera, y este sábado amplió sus alianzas con la rúbrica de tres acuerdos: dos de transferencia de tecnología, entre el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y la empresa mixta Changchun Heber Biological Technology Co. Ltd., y un memorando de entendimiento para la creación de una empresa comercial mixta entre Hubeic&c Pharmaceutical y Dalmer. HHC: negritas nuestras.


Carta de renuncia de Craig Mokhiber, Director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York.

Esta será mi última comunicación oficial como Director de la Oficina de Nueva York de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).


Le escribo en un momento de gran angustia para el mundo, incluidos muchos de nuestros colegas. Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo. Como alguien que ha investigado los derechos humanos en Palestina desde la década de 1980, vivió en Gaza como asesor de derechos humanos de la ONU en la década de 1990 y llevó a cabo varias misiones de derechos humanos en el país antes y después de esos períodos, esta situación me afecta personalmente.

También fue en estas oficinas de la ONU donde trabajé durante los genocidios contra los tutsis, los musulmanes bosnios, los yazidíes y los rohinyás. En cada caso, a medida que se asentaba el polvo sobre los horrores perpetrados contra poblaciones civiles indefensas, se hizo dolorosamente evidente que habíamos fallado en nuestro deber de cumplir con los imperativos de prevenir atrocidades masivas, proteger a los vulnerables y hacer que los perpetradores rindan cuentas. Lo mismo ha ocurrido con las sucesivas oleadas de asesinatos y persecución de palestinos a lo largo de la existencia de las Naciones Unidas.

Alta Comisionada, estamos fracasando una vez más.

Como abogado de derechos humanos con más de treinta años de experiencia en este campo, soy muy consciente de que el concepto de genocidio ha sido a menudo objeto de abusos políticos. Pero la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.

Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de "garantizar el cumplimiento" de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel.

De acuerdo con todo esto, los medios corporativos occidentales, cada vez más a instancias de los gobiernos, están violando completamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, deshumanizando incesantemente a los palestinos para justificar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y llamamientos al odio nacional. declaraciones raciales o religiosas que constituyan incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de redes sociales con sede en Estados Unidos ahogan las voces de los activistas de derechos humanos mientras amplifican la propaganda pro-Israel. Los policías de Internet del lobby israelí y GONGOS acosan y difaman a los defensores de los derechos humanos, y las universidades y los empleadores occidentales colaboran con ellos para castigar a quienes se atreven a denunciar las atrocidades. A raíz de este genocidio, estos actores también tendrán que rendir cuentas, como fue el caso de Radio des Milles Collines en Ruanda.

En tales circunstancias, nuestra organización está más llamada que nunca a actuar de manera eficaz y basada en principios. Pero no estuvimos a la altura de ese desafío. El poder protector del Consejo de Seguridad ha sido bloqueado una vez más por la intransigencia de los Estados Unidos, el Secretario General está siendo atacado por sus mezquinas protestas, y nuestros mecanismos de derechos humanos están siendo objeto de ataques calumniosos apoyados por una red organizada en línea que defiende la impunidad.

Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida decepcionantes de Oslo han distraído a la Organización de su deber esencial de proteger el derecho internacional, los derechos humanos y la propia Carta. El mantra de la "solución de dos Estados" se ha convertido en una broma abierta en los pasillos de las Naciones Unidas, tanto por su absoluta imposibilidad en la práctica como por su total fracaso a la hora de tener en cuenta los derechos humanos inalienables del pueblo palestino. El llamado "Cuarteto" no es más que una hoja de parra para la inacción y la sumisión a un statu quo brutal. La referencia (escrita por Estados Unidos) a "acuerdos entre las propias partes" (en lugar del derecho internacional) siempre ha sido un evidente juego de manos, destinado a fortalecer el poder de Israel contra los derechos de los palestinos ocupados y desposeídos.

Señor Alto Comisionado, me incorporé a esta Organización en el decenio de 1980 porque encontré una institución basada en principios y normas que estaban decididamente del lado de los derechos humanos, incluso en los casos en que los poderosos Estados Unidos, el Reino Unido y Europa no estaban de nuestro lado. Mientras mi propio gobierno, sus instituciones subsidiarias y gran parte de los medios de comunicación norteamericanos seguían apoyando o justificando el apartheid sudafricano, la opresión israelí y los escuadrones de la muerte centroamericanos, las Naciones Unidas defendían a los pueblos oprimidos de esos países. Teníamos el derecho internacional de nuestro lado. Teníamos los derechos humanos de nuestro lado. Teníamos los principios de nuestro lado. Nuestra autoridad estaba arraigada en nuestra integridad. Pero ese ya no es el caso.

En las últimas décadas, importantes miembros de las Naciones Unidas han cedido ante el poder de Estados Unidos y el miedo al lobby israelí, abandonando estos principios y renunciando al propio derecho internacional. Hemos perdido mucho en este abandono, incluida nuestra propia credibilidad global. Pero es el pueblo palestino el que ha sufrido las mayores pérdidas a causa de nuestros fracasos. Irónicamente, la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) fue adoptada el mismo año en que se perpetró la Nakba contra el pueblo palestino.

Al conmemorar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, haríamos bien en abandonar el manido mito de que la DUDH nació de las atrocidades que la precedieron, y admitir que nació al mismo tiempo que uno de los genocidios más atroces del siglo XX, el de la destrucción de Palestina. En cierto modo, los autores de la Declaración prometieron derechos humanos a todos, excepto al pueblo palestino. Tampoco olvidemos que las Naciones Unidas cometieron el pecado original de facilitar el despojo del pueblo palestino al ratificar el proyecto colonial europeo que se apoderó de tierras palestinas y las entregó a los colonos. Tenemos mucho por lo que disculparnos.

Pero el camino de la expiación es claro. Tenemos mucho que aprender de la postura de principios adoptada en los últimos días en ciudades de todo el mundo, donde millones de personas se manifiestan en contra del genocidio, incluso a riesgo de ser golpeadas y detenidas. Los palestinos y sus aliados, los activistas de derechos humanos de todas las tendencias, las organizaciones cristianas y musulmanas, y las voces judías progresistas que dicen "no en nuestro nombre", están liderando el camino. Todo lo que tenemos que hacer es seguirlos.

Ayer, a pocas cuadras de aquí, la Grand Central Station de Nueva York fue completamente invadida por miles de defensores judíos de los derechos humanos, que se solidarizaron con el pueblo palestino y exigieron el fin de la tiranía israelí (muchos de los cuales corren el riesgo de ser arrestados). Al hacerlo, barrieron en un instante el argumento propagandístico de la hasbara israelí (y el viejo cliché del antisemitismo) de que Israel representa de alguna manera al pueblo judío. Este no es el caso. Y, como tal, Israel es el único responsable de sus crímenes. A este respecto, vale la pena repetir, a pesar de las calumnias del lobby israelí, que las críticas a las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel no son antisemitas, como tampoco las críticas a las violaciones saudíes son islamófobas, las críticas a las violaciones de Myanmar son antibudistas o las críticas a las violaciones indias son antihindúes. Cuando buscan silenciarnos calumniándonos, en lugar de silenciarnos, debemos alzar la voz. Espero que esté de acuerdo, Sr. Alto Comisionado, en que esta es la esencia de decir la verdad al poder.

Pero también encuentro esperanza en todos los miembros de las Naciones Unidas que, a pesar de las enormes presiones, se han negado a comprometer los principios de derechos humanos de la Organización. Nuestros relatores especiales independientes, comisiones de investigación y expertos de los órganos creados en virtud de tratados, así como la mayoría de nuestro personal, han seguido defendiendo los derechos humanos del pueblo palestino, incluso cuando otros miembros de las Naciones Unidas (incluso al más alto nivel) se han inclinado vergonzosamente ante los poderosos. En su calidad de guardián de las normas de derechos humanos, el ACNUDH tiene el deber especial de velar por ellas. Nuestra tarea, creo, es hacer oír nuestra voz, desde el Secretario General hasta el último recluta de la ONU y horizontalmente, en todo el sistema de la ONU, insistiendo en que los derechos humanos del pueblo palestino no se debatan, negocien o comprometan en ningún lugar bajo la bandera azul.

Entonces, ¿cómo sería una posición basada en las normas de la ONU? ¿En qué estaríamos trabajando si fuéramos fieles a nuestras exhortaciones retóricas sobre los derechos humanos y la igualdad para todos, la rendición de cuentas de los delincuentes, la reparación de las víctimas, la protección de los vulnerables y el empoderamiento de los titulares de derechos, todo ello en el marco del Estado de Derecho? La respuesta, creo, es simple: si tenemos la lucidez para ver más allá de las cortinas de humo propagandísticas que distorsionan la visión de justicia a la que hemos hecho un juramento, el coraje para abandonar el miedo y la deferencia a los Estados poderosos y la voluntad de levantar la bandera de los derechos humanos y la paz. Es cierto que se trata de un proyecto a largo plazo y de un camino empinado. Pero debemos empezar ahora, a menos que nos rindamos a un horror indescriptible. Veo diez puntos clave:

1. Acción legítima: En primer lugar, en las Naciones Unidas debemos abandonar el paradigma fallido (y en gran medida falaz) de Oslo, su ilusoria solución de dos Estados, su Cuarteto impotente y cómplice, y la subversión del derecho internacional a los dictados de sus supuestos méritos políticos. Nuestras posiciones deben basarse inequívocamente en los derechos humanos y en el derecho internacional.

2. Una visión clara: Debemos dejar de fingir que se trata simplemente de un conflicto territorial o religioso entre dos partes enfrentadas y admitir la realidad de la situación, que es que un Estado con un poder desproporcionado está colonizando, persiguiendo y despojando a una población indígena por su etnia.

3. Un Estado único basado en los derechos humanos: Debemos apoyar el establecimiento de un Estado único, democrático y laico en toda la Palestina histórica, con igualdad de derechos para cristianos, musulmanes y judíos, y, en consecuencia, el desmantelamiento del proyecto colonialista profundamente racista y el fin del apartheid en todo el territorio.

4. Lucha contra el apartheid: Debemos reorientar todos los esfuerzos y recursos de la ONU a la lucha contra el apartheid, como hicimos con Sudáfrica en las décadas de 1970, 1980 y principios de la de 1990.

5. Retorno e indemnización: Debemos reafirmar e insistir en el derecho al retorno y a la plena indemnización para todos los palestinos y sus familias que viven actualmente en los territorios ocupados, el Líbano, Jordania, Siria y la diáspora en todo el mundo.

6. Verdad y justicia: Debemos exigir un proceso de justicia transicional, que aproveche al máximo las décadas de investigaciones, investigaciones e informes acumulados por la ONU, con el fin de documentar la verdad y garantizar la rendición de cuentas de todos los criminales, la compensación de todas las víctimas y la reparación de las injusticias documentadas.

7. Protección: Debemos insistir en el despliegue de una fuerza de protección de la ONU con recursos suficientes y un mandato firme para proteger a los civiles desde el río hasta el mar.

8. Desarme: Debemos abogar por la retirada y destrucción de los arsenales masivos de armas nucleares, químicas y biológicas de Israel, evitando así que el conflicto conduzca a la destrucción total de la región y, quién sabe, más allá.

9. Mediación: Debemos reconocer que Estados Unidos y otras potencias occidentales no son mediadores creíbles, sino partes en el conflicto, que son cómplices de Israel en la violación de los derechos palestinos, y debemos enfrentarlos como tales.

10. Solidaridad: debemos abrir nuestras puertas (y las de la Secretaría General) a las legiones de defensores de los derechos humanos palestinos, israelíes, judíos, musulmanes y cristianos que se solidarizan con el pueblo de Palestina y sus derechos, y poner fin al flujo incontrolado de grupos de presión israelíes a las oficinas de los líderes de la ONU, donde abogan por la continuación de la guerra. la persecución, el apartheid y la impunidad, al tiempo que denigran a nuestros defensores de los derechos humanos por su postura de principios sobre los derechos palestinos.

Tardará años en llegar allí, y las potencias occidentales lucharán contra nosotros en cada paso del camino, por lo que tenemos que ser firmes. Debemos trabajar por un alto el fuego inmediato y el fin del asedio de Gaza, oponernos a la limpieza étnica de Gaza, Jerusalén, Cisjordania (y otros lugares), documentar el ataque genocida contra Gaza, ayudar a proporcionar a los palestinos ayuda humanitaria masiva y reconstrucción, cuidar a nuestros colegas traumatizados y sus familias, y luchar con todas sus fuerzas para garantizar que el enfoque de las oficinas políticas de las Naciones Unidas se base en principios.

El fracaso de las Naciones Unidas en Palestina hasta ahora no es razón para que nos demos por vencidos. Por el contrario, debería alentarnos a abandonar el paradigma del pasado que ha fracasado y a adoptar plenamente un curso de acción más basado en principios.

Como ACNUDH, unámonos con valentía y orgullo al movimiento contra el apartheid que está creciendo en todo el mundo, añadiendo nuestro logotipo a la bandera de la igualdad y los derechos humanos del pueblo palestino. El mundo está mirando. Todos tendremos que rendir cuentas de nuestra posición en este momento crucial de la historia. Pongámonos del lado de la justicia.

Gracias, Alto Comisionado Volker, por escuchar este último llamamiento de mi oficina. Dentro de unos días dejaré la Oficina por última vez, después de más de tres décadas de servicio. Pero no dude en ponerse en contacto conmigo si puedo ser útil en el futuro.

Le ruego acepte, señor Presidente, la expresión de mis distinguidos saludos,

Craig Mokhiber

Cuba a las puertas de su más importante foro comercial


Por Fidel Rendón Matienzo el 04 Noviembre 2023. Publicado en Economía.
Foto: Cartel del evento

La Habana, 4 nov (ACN) A las puertas de la XXXIX edición de su foro comercial más importante, la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), está Cuba, cuando a partir del lunes y hasta el 11 de noviembre el recinto ferial de Expocuba acoja a empresarios y delegaciones oficiales de unos 60 países.

Aunque desde hace meses el habitual enclave de esos encuentros viene preparándose, por estos días en medio de las inclemencias del tiempo sus áreas expositivas y de servicios han recibido los toques finales, en aras de satisfacer las expectativas de los participantes, entre ellos, potenciales inversionistas foráneos en busca de oportunidades de negocio y colaboración.

Reiniciada en 2022, tras dos años sin realizarse debido a la COVID-19, en FIHAV se presenta como una plataforma clave para fomentar el desarrollo económico de la nación antillana el VI Foro de Inversiones, los días 7 y 8, en que los empresarios extranjeros recibirán una actualización de las potencialidades de Cuba en este campo.

Cristina Ramos, subdirectora general de Inversión Extranjera del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), declaró a medios locales que el evento abarca varios paneles temáticos, referidos a sectores estratégicos.

Habrá uno sobre la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), otro de las exportaciones cubanas, un tercero acerca de las capacidades industriales con potencialidades de desarrollo y participación extranjera, y dos paneles especiales dedicados a la Unión Económica Euroasiática y a los países del Golfo Pérsico, mercados con los que queremos fortalecer nuestras relaciones, acotó.

Recientemente en un chequeo de los preparativos de la Feria Internacional de La Habana Manuel Marrero Cruz, miembro del Buró Político y Primer Ministro de la República afirmó que aunque la cita tendrá lugar en medio de un contexto complejo, su realización exitosa continúa siendo muy importante para nuestro país.

Permitirá, por un lado -dijo - reflejar el fracaso de la política estadounidense de aislamiento contra Cuba y, por otro, reafirmar el valor estratégico de esta bolsa comercial como espacio para consolidar negocios, crear y fortalecer alianzas y, sobre todo, presentar las oportunidades de inversión de la mayor de las Antillas

Estados Unidos ha mantenido sanciones y un bloqueo contra Cuba y su pueblo por más de 60 años

 Por Fernando M. García Bielsa, noviembre 2023


El 3 de febrero de 1962, hace ya más de 60 años, el presidente Kennedy anunció un embargo total sobre el comercio con Cuba, con lo que amplió prohibiciones  adoptadas en los dos años precedentes y se inició el carácter extraterritorial del bloqueo.

Este jueves 2 de noviembre, y como cada año en más de treinta ocasiones anteriores, la Asamblea general de Naciones Unidas acaba de aprobar nuevamente, con el voto favorable de 187 países y dos en contra (Estados Unidos e Israel) una resolución que pide a Estados Unidos poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que es calificado como violatorio del derecho internacional.

De modo que el levantamiento del bloqueo además de ser una demanda de Cuba, lo es también de la mayoría de los países de la comunidad internacional y de los amigos de Cuba en todo el mundo. Durante tres décadas Estados Unidos ha hecho oídos sordos a resoluciones en las que es emplazado por su nombre a detener esa cruel política de sanciones. 

La hostilidad de los gobiernos estadounidenses hacia la nación cubana se potenció con el triunfo de la Revolución de 1959, al establecer esta una política de rescate de sus recursos nacionales y de su soberanía, y al superar su condición de país neocolonial y dependiente. Por ello, junto al añejo afán de adueñarse de la isla vecina, para los gestores de la política yanqui devino esencial acabar con el mal ejemplo en la región de una Cuba soberana y rebelde.

Se recurrió a la subversión, al terrorismo, a una invasión mercenaria, a planes de atentado contra Fidel Castro y mucho más. Y desde temprano se fue perfilando la política de bloqueo: económico, financiero, extraterritorial, totalizador. 

¿En qué consiste?

Una formulación oficial, el Memorando de Lester Mallory, Vicesecretario de Estado Asistente para Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, que fue puesto a la atención del presidente Dwight Eisenhower, y fechado 6 de abril de 1960, sintetiza las intenciones para establecer el bloqueo, al señalar:

La mayoría de los cubanos apoya a Castro… No existe una oposición política efectiva… La influencia comunista está impregnando el gobierno… Todos los medios posibles deben emprenderse con prontitud para debilitar la vida económica de Cuba… Realizar los mayores avances para negar dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios monetarios y reales, para provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno…”.[1] 

Con el espíritu de aquella nota, y con la fuerza de una directiva llevada a cabo y reforzada por doce administraciones, tanto demócratas como republicanas, la mayor potencia que jamás haya existido ha pretendido durante seis décadas doblegar al pueblo de una pequeña isla y destruir sus esfuerzos para desarrollarse y vivir en paz. ¿El pecado?: lo que consideran un mal ejemplo, al persistir Cuba en sus empeños de defender su independencia y soberanía. 

El tenor general de la posición de EE. UU. hacia la República de Cuba es un enfoque de línea dura en lo que considera su patio trasero al estilo de la Doctrina Monroe, y de su temprano afán durante más de un siglo por anexarse la isla. Esa política ha sido acompañada con agresiones militares, sabotajes, el uso de mercenarios y renovados planes y acciones subversivas que intentan el llamado “cambio de régimen”. 

El bloqueo económico, financiero, comercial, con pretensiones totalizadoras contra Cuba y de alcance extraterritorial, es llamado por ellos eufemísticamente un “embargo”. Aunque algunas medidas lo antecedieron desde 1960, fue establecido a comienzos de 1962 y han generado pérdidas de entre dos y cuatro mil millones de dólares anuales durante sesenta años; un daño acumulado de más de $254 mil millones de dólares.   Al margen de la magnitud de esas cifras es difícil aquilatar la dimensión y todos los ámbitos en que el bloqueo estadounidense ha ocasionado incalculables dificultades cotidianas y sufrimientos a la población cubana. E incluso, de manera sostenida y hasta el dia de hoy, ha dificultado o impedido la obtención de medicamentos que se necesitan para salvar vidas. 

Jurídicamente hablando es un crimen, por injusto, ilegal e inhumano; un conjunto de acciones ilícitas de alcance extraterritorial que pretende rendir por hambre al pueblo cubano. Es una masiva y sistemática violación de los derechos humanos de todo un pueblo, incluyendo el derecho al desarrollo. Es una permanente saturación de acciones hostiles de todo tipo y sin apenas ropaje de derecho, que excede las facultades de un Estado integrante de la comunidad internacional. 

Las sanciones (¡una verdadera guerra económico-financiera contra Cuba!) fueron impuestas mediante directivas del Ejecutivo y luego promulgadas por el Congreso. Este bloqueo es una carga dolorosa para todos y cada uno de los cubanos. 

No es solo denegarle a Cuba tener acceso al mercado estadounidense: las medidas tienen proyección e impacto extraterritorial y sobre terceros países. Debe tenerse en cuenta que:  el asedio obliga al país a comerciar con la mayor desventaja; se ve en la necesidad de utilizar costosos préstamos comerciales a corto plazo; no es posible realizar transacciones directamente en dólares estadounidenses; terceros países no pueden vender sus productos en el mercado estadounidense si contienen insumos cubanos; las entidades cubanas tienen prohibido comprar en ningún lugar del mundo productos o componentes en los cuales parte de su valor total esté representado por contenidos originarios de los Estados Unidos; un barco  de cualquier procedencia que hace escala en la isla, en sus costas, debe esperar seis meses antes de poder visitar cualquier puerto de los Estados Unidos, lo que eleva aún más los costos de nuestro comercio; debido al bloqueo el país no puede acceder a tecnologías de los Estados Unidos ni, a veces, a las de muchos otros países desarrollados; se llega al punto de obstaculizar la adquisición de equipos y medicamentos necesarios para salvar vidas. 

Han perseguido y tratado de frustrar cuanta oportunidad de negocio Cuba gestiona en el mundo; aprietan las tuercas hasta el más mínimo detalle para impedir cualquier vía de ingreso de divisas al país y han tratado de impedir nuestros programas de cooperación Sur-Sur; dificultan el envío de remesas y el turismo; prohíben la llegada de cruceros y establecen limitaciones a los vuelos aéreos; funcionarios estadounidenses se dedican a presionar, con amenazas y/o la aplicación de fuertes sanciones a bancos, entidades privadas, instituciones y gobiernos de todo el mundo para que se abstengan de relacionarse con Cuba; tiene el efecto de limitar el marco de suministradores disponibles y los encarece; han intentado y en ocasiones propiciado el robo de marcas comerciales, por ejemplo marcas de ron y de tabaco; la embestida se extiende al campo de las nuevas tecnologías digitales y las telecomunicaciones; asimismo, el gobierno de los Estados Unidos llegó hasta el punto de recompensar a elementos terroristas del exilio en Miami con activos y depósitos bancarios cubanos congelados..., etcétera. 

El comercio recíproco está vedado. Las pocas operaciones permitidas de compras cubanas en el mercado de Estados Unidos se realizan bajo condiciones onerosas, sin créditos y mediante pagos por adelantado. 

Agreguemos que muchas transacciones globales que no involucran directamente a los EE. UU. tienen que realizarse, no obstante, a través de instituciones o bancos sujetos directa o indirectamente a la legislación estadounidense. 

En el marco de esa política se dificulta la reunificación familiar con quienes residen en ese país y paralelamente se mantiene la prohibición de viajar a Cuba aplicada a los ciudadanos estadounidenses, lo cual, con ese carácter permanente, no se establece respecto a ningún otro país del mundo. 

Al menos 10 agencias diferentes son responsables de hacer cumplir las diferentes disposiciones del llamado embargo y, según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, el gobierno de EE. UU. dedica cientos de millones de dólares y decenas de miles de horas hombre a administrar el “embargo” cada año. Las llamadas regulaciones han venido complejizándose y detallan las sanciones, prohibiciones y los blancos de sus ataques, tanto hacia Cuba como respecto a entidades en terceros países que entren en tratos con la isla. En los Informes presentados por Cuba en la ONU en estos años abundan los testimonios y ejemplos concretos de esas acciones extraterritoriales.              

En los últimos cinco años el gobierno  estadounidense ha adoptado unas 250 nuevas medidas hostiles. Con cada nueva administración se agregan nuevos pretextos y acciones hostiles en ámbitos que bordean y amplían la política de bloqueo. Entre esos ámbitos están el migratorio y cuestiones que deberían facilitar los vínculos entre Cuba y las personas de origen cubano radicadas en Estados Unidos. 

Tradicionalmente la política migratoria ha sido instrumentalizada para atacar a Cuba con fines desestabilizadores y de crear dificultades bilaterales. Un ejemplo fue la campaña anticubana orquestada acerca de supuestos “ataques” sónicos de naturaleza desconocida que denominaron “síndrome de La Habana” que sirvió como pretexto para cerrar el Consulado en La Habana, dejar de cumplir la entrega de visados fijada en los acuerdos migratorios bilaterales y aumentar tensiones y amenazas. Finalmente varias agencias estadounidenses reconocieron que no había base para tales sospechas. 

Otra acción arbitraria y unilateral que afecta grandemente a la ciudadanía, a las gestiones externas del país y le agrega vulnerabilidades en el sistema financiero internacional fue la inclusión de Cuba en una espuria lista de países patrocinadores del terrorismo dictada por el presidente Trump el 12 de enero de 2021, días antes de entregar el cargo. Es otro acto arrogante y cínico por parte del gobierno que propicia el terrorismo en todo el mundo para proveerse de un argumento que utilizan para aplicar nuevas sanciones contra Cuba y a terceros países. El presidente Biden no ha hecho nada para revertir esa medida luego de tres años de mandato. 

¿Puede ser eliminado el bloqueo? 

Los obstáculos son muchos y muy difíciles de superar. El mismo está codificado – consolidado como un cuerpo de leyes metódico y sistemático - y solo lo puede eliminar el Congreso en votaciones por mayoría simple en cada una de ambas cámaras, lo cual en la actualidad está muy lejos de ser posible dado el ambiente hostil y la imagen caricaturesca que los políticos de Washington y los grandes medios de difusión han construido acerca de Cuba. 

Asimismo, como antes mencionamos, las leyes y regulaciones del bloqueo se han ido complejizando en el curso de los años, con nuevos añadidos y complementos. La variedad de entidades que aplican las sanciones, así como las múltiples obligaciones legales establecidas y sus vericuetos harán que se requiera una diversidad de complejos procedimientos para levantar el bloqueo. 

Un importante factor de política interna en Estados Unidos con el cual justifican y les sirve de excusa para buena parte de la política hacia Cuba, es el peso que tiene el Estado de la Florida en los cálculos electoreros y la determinación del triunfo o derrota en las elecciones presidenciales estadounidenses, donde se dan votaciones cerradas que pueden inclinar la balanza electoral nacional. Esa situación potencia permanentemente la influencia de la claque política y económica anti cubana de ese Estado sobre los funcionarios electos y las maquinarias políticas nacionales de ambos partidos del sistema, para quienes, lo que cuenta es cortejar especialmente al electorado y los sectores pudientes en ese estado. 

Al propio tiempo, desde el gobierno aducen que el tema Cuba no es una prioridad, y ciertamente no se dan pasos para modificar la política vigente. En realidad la oposición a la mejora de las relaciones bilaterales es central, en alguna medida, solo en ciertos medios políticos influyentes en Washington y en estados como la Florida y Nueva Jersey. 

Varios elementos indican la existencia de una situación diferente en la mayor parte de la nación donde la opinión anticubana predominante es bastante epidérmica y sería moldeable en caso de que se manifiesten con mayor determinación los sectores empresariales, exportadores agrícolas, y otros que pueden beneficiarse con la mejoría de las relaciones entre ambos países.  Sin embargo para muchos de ellos Cuba tampoco es una prioridad. Por tanto no llegan ni remotamente a servir de contrapeso ante las fuerzas anticubanas – de hecho minoritarias, pero que por su naturaleza acometen su labor de presión de forma permanente, militante y agresiva.  

No obstante, por la naturaleza imperialista de la política de Estados Unidos y por la complejidad de su coyuntura interna, no está en los cálculos de las elites del poder revisar sustantivamente la política hacia Cuba y por tanto tampoco está en el orden del día de sus gobiernos de turno, sean ellos de los partidos Demócrata o Republicano. 

La evolución política del panorama latinoamericano y la ubicación de Cuba como un factor prestigiado y activo en la región son elementos no menores, pero más bien latentes, que pesan y no pueden ser ignorados en los cálculos del gobierno de Estados Unidos en su política hacia Cuba. 

En resumen, se requeriría una modificación de los alineamientos en el Congreso que puedan generar un balance de fuerzas como para conformar una mayoría capaz de votar por el levantamiento del bloqueo que, como apuntamos, fue codificado y no depende solo del Poder Ejecutivo. 

Obviamente el objetivo perseguido con el bloqueo de rendir por hambre al pueblo cubano y provocar un alzamiento o derrocamiento de la Revolución no ha sido ni será alcanzado. 

Pero ello no debe opacar que ese fracaso en lo político ha sido acompañado por un impacto real nefasto sobre la sociedad y la economía cubanas. Mucho daño y sufrimiento ha generado para la población, para el ciudadano de a pie, lo cual testifica el carácter ilegal, cínico y criminal de esa política anticuada, hipócrita y contraproducente. Ante ello la inmensa mayoría del pueblo cubano ha dado muestra de una impresionante capacidad de resistencia y para enfrentar sacrificios. 

Hace unos años, el entonces presidente Barack Obama reconoció abiertamente el fracaso de tal política. En algunos aspectos, esa política junto a las agresiones de todo tipo por parte de la mayor potencia de todos los tiempos, les ha resultado contraproducente pues ha catalizado la capacidad de resistencia de los cubanos y ha concitado una mayor simpatía y la solidaridad para con Cuba en el resto del mundo. 

A la par con ello, el gobierno cubano ha reiterado una y otra vez la disposición para desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relaciones con los Estados Unidos, sin pretensiones de que Cuba renuncie a los principios de la Revolución y el Socialismo, ni que realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, o ceda en el ejercicio de su política exterior comprometida con las causas justas, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el histórico apoyo a países hermanos. 

Mientras el bloqueo y la hostilidad de los gobiernos estadounidenses no se modifiquen y no se dispongan a un trato respetuoso y de igual a igual entre nuestros países es y será siempre fundamental que Cuba y el pueblo cubano sigan adelante, sin ceder en lo esencial de su soberanía y demostrando como hasta ahora su capacidad de mantener la estabilidad, el desarrollo, el incremento de sus vínculos internacionales y su inserción económica con el resto del mundo.


[1]https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1958-60v06/d499