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domingo, 24 de marzo de 2024

¿ECONOMIA DE GUERRA O MERCADO EN LA ECONOMIA?

Por Joaquín Benavides Rodríguez* 

El Primer Ministro viene insistiendo en que estamos en una economía de guerra. Insistió en ese concepto nuevamente en la reunión anual del Ministerio de Economía. El concepto de economía de guerra requeriría ser explicado. Ello sugiere mando centralizado y ordenes de jefes que no se discuten ni se modifican. ¿Eso es a lo que se refiere el compañero Primer Ministro cuando  expresa ese concepto? Sería deseable que lo explicara. La economía son las empresas y no la Administración Publica.  En la Administración Publica, pienso yo, podría justificarse, hasta cierto punto, sobre todo cuando se está en un proceso como el actual en que se están creando instancias municipales de gobierno en que habría que garantizar una disciplina. Pero sin embargo, para las empresas estatales el concepto de economía de guerra puede ser muy confuso y contraproducente. 

Por otra parte hablar de eliminar distorsiones y tendencias negativas, sin explicar bien de qué se trata y a qué distorsiones y tendencias negativas se refiere puede crear también confusión en los cuadros y en las masas. Debemos tratar de evitar que de pronto se comience a hablar por todos y por la Prensa de que hay que eliminar las distorsiones y las tendencias negativas, convirtiéndola en una campaña que no va a ayudar a nadie, y menos a eliminar las reales distorsiones y tendencias negativas. 

Yo defiendo para las empresas estatales, y para las no estatales el concepto de que trabajen en condiciones de mercado. Eso es lo nuevo y lo que realmente puede sacarnos de la trampa productiva en que se encuentra la economía del País. Conceptos claros para las empresas y para el resto de la economía y también para nuestra población es lo que se necesita. Conceptos que hay que expresar sin miedos y explicárselo bien a nuestro Pueblo. Y explicarles bien a todos que en las condiciones del Socialismo cubano, nadie se quedará desamparado a su suerte. Pero que es imprescindible reorganizar las bases de la economía, que ya no tienen sentido ni en Cuba, ni en este mundo real en que estamos obligados a vivir y convivir, para no quedarnos atrás. Eso es ya obvio para la mayoría, pero hay que acabar de decirlo sin temores, y tiene que decirlo la alta dirección del País, sin subterfugios, con palabras claras. Y explicar bien los pasos y los riesgos de cada paso, de tal forma que los riesgos sean asumidos conscientemente por todos. Así nos enseñó Fidel que había que actuar. El Pueblo siempre tiene que tener claridad en lo que hay que hacer para salir adelante, porque hay que hacerlo y los riesgos que se corren, para que estos se asuman conscientemente por todos. 

Peor de lo que está, es difícil que pueda estar la economía del País. No debe de haber dudas de que este es el momento de actuar y comenzar el cambio. La economía cubana es una de las más abiertas del mundo, lo que quiere decir que no puede producir sin importar y que no puede exportar sin importar. Para ello necesita que su moneda, el peso, tenga valor internacional y que ese valor se lo garantice el Banco Central del País. Por ahí habrá que comenzar. Concentrar los recursos   financieros necesarios según la táctica que decida el Gobierno, y decidirse. Sin ello, no podrán existir como tales, en las condiciones de Cuba, las empresas estatales ni la agricultura. Y como sabemos todos, si las empresas estatales y los productores agrícolas  no pueden adquirir del  mercado internacional a través del comercio lo que requieren para producir, no será posible salir de la situación que tiene la economía. Si en algo han contribuido las Mipymes a la comprensión del problema de la economía cubana y de su solución, es haber demostrado que pequeñas empresas con capital privado y a partir de un peso que se devalua constantemente han sido capaces de comerciar con el exterior y convertirse en una fuente de suministros. Hay que permitir y facilitarle a las empresas estatales, y a los agricultores que accedan a un mercado formal de divisas que establezca el Banco Central para que accedan libremente al comercio exterior,  que encuentren las formas de eludir las sanciones y el bloqueo norteamericano y que operen a su vez en un mercado nacional de productos regulado centralmente. 

No es economía de guerra lo que necesita el País, es mercado en la economía. 

24/03/24


*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.

5 comentarios:

  1. Todo está claro.
    Del programa Cuadrando la Caja se ve un ministerio lleno de jóvenes e inteligentes especialistas que no tienen poder de decisión a nivel de Gobierno , y un Gobierno que no sabe que demonio hacer después de haber gastado un capital en Hoteles y tener la economia por el piso.

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  2. Esa es la verdadera guerra , amén de las otras.

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  3. La burocracia del primer ministro y del consejo de ministro es el freno a kas propuestas de grupos temporakes
    No se habla de la reducciin y fusiin de ministerios como primera accion para reducur deficit fiscal

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  4. En lis agris prefiern botar los priductos antes de bajar precios
    Rso es Mercado o batbarie en un pais bloqueado y con canpesinos especuladores q se unen a lis del mercado

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  5. En una economía de guerra, las medidas deben estar dirigidas hacia la movilización de recursos para apoyar el esfuerzo bélico y garantizar la supervivencia y seguridad del país. Algunas medidas clave podrían incluir:

    1. Aumento de la producción de bienes y servicios necesarios para la guerra, como armamento, suministros médicos y alimentos para las tropas.
    2. Racionamiento de recursos escasos para garantizar que sean utilizados de manera eficiente y equitativa.
    3. Movilización de la mano de obra para apoyar las necesidades militares, posiblemente a través de un servicio militar obligatorio.
    4. Implementación de controles de precios y salarios para evitar la inflación y garantizar la estabilidad económica.
    5. Aumento de impuestos y emisión de bonos de guerra para financiar el esfuerzo bélico.
    6. Establecimiento de programas de apoyo a las familias de los soldados y a los veteranos de guerra.

    En resumen, las medidas en una economía de guerra deben estar orientadas a garantizar la supervivencia y la victoria en el conflicto, priorizando las necesidades militares y la seguridad nacional sobre otros aspectos económicos.
    Esto anterior es lo que según la experiencia internacional se debe hacer. Nosotros estaremos haciendo esto? Me parece que no

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