Motivado por un texto reciente del colega Manuel David Orrio, vuelvo sobre este asunto fundamental del mercado cambiario, ahora desde el enfoque de su presencia en el debate público y en los principales medios oficiales de comunicación.
En Marzo de este año se publicó en Granma un artículo del colega y compañero Joel Ernesto Marill titulado Estabilización macroeconómica: ¿qué hacer en política cambiaria? (I), que en mi caso reconocí inmediatamente como muy bueno y relevante, hace 3 meses de esto.
De hecho, es bastante coincidente con lo que venimos diciendo y proponiendo desde hace muchísimo tiempo varios economistas, todas esas propuestas y conceptos han estado incluidos en nuestros artículos (los textos están disponibles y a la vista en diferentes plataformas), que bueno que alguien los haya podido publicar en Granma, otros no accedemos a ese espacio, pero esto último es lo menos importante.
Se debe señalar que, esos acertados argumentos después de aquella publicación no se han mantenido coherentemente en los principales órganos masivos de comunicación (se anunció una segunda parte que hasta ahora no ha sido publicada) a pesar de que el problema que aborda es cada vez más agudo.
Debe ser de conocimiento común, que la falta de control del mercado cambiario, en el contexto general de la economía, es uno de los factores que impacta directamente en el notable problema inflacionario que sufre el país y que no cede, más bien arrecia. Según cifras oficiales, la inflación acumulada en los primeros 5 meses del 2024 es del 15,24 % y la inflación inter anual se sitúa en más de un 30% (ver estadísticas de la ONEI y los comentarios al respecto del economista Pedro Monreal en un reciente hilo de tweets) (II)
El texto acertadamente publicado en Granma en Marzo pasado daría lugar a un debate serio, yo le señalaría que le falta hacer referencia a que el acceso de todos los actores económicos al mercado de divisas, propuesto en el artículo, lo cual, como hemos insistido sistemáticamente, es imprescindible para la transformación de la economía, debe ser parte de una profunda reforma de la empresa estatal y del carácter de la actual planificación burocrática, sin eso cualquier avance sería efímero.
Además, también se debe incluir la necesaria decisión del estado de dedicar recursos en divisas para mantener bajo control ese mercado, el argumento de que no hay divisas que lo permitan es muy débil, claro que no sobran, claro que los efectos de la guerra económica que se le hace al país son enormes, pero las que hay disponibles se dedican a otros propósitos como la excesiva construcción de hoteles, por ejemplo, por supuesto que para actuar con rigor habría que hacer los cálculos necesarios, cosa totalmente factible cuando se cuente con toda la información necesaria, misma que ahora no es toda pública.
Hacer política económica y hacer política es esencialmente, entre otras cosas, establecer prioridades. ¿ Acaso no es esta una cuestión de la mayor importancia económica, social y política, directamente relacionada con el terrible problema de la inflación?
El impacto de estas decisiones y prioridades sobre la vida cotidiana de la población es de tal magnitud, que el tema debería ser objeto de un debate nacional formal, en definitiva se trata de decidir acerca de cómo emplear recursos escasos que le pertenecen a todo el pueblo y la opinión de este al respecto debe ser muy tomada en cuenta para cualquier decisión de esta naturaleza, ese es, debe ser, un componente esencial de la democracia socialista.
Pero insisto, es un muy buen y valiente artículo el del colega Marill, ojalá no quedara atrapado en el ya lejano mes de Marzo.
15 de junio 2024
Están buscando el "consenso", el eufemismo del inmovilismo. Ah, y atrás de las "distorsiones".... creadas muchas de ellas por las "medidas audaces", "acciones innovadoras " y los "macroprogramas intersectoriales y transversales".
ResponderEliminarSi la Asamblea Nacional no sustituye al Primer Ministro y le encomienda formar un nuevo equipo de gobierno con herederos de Maceo y no plañideras del bloqueo, perderá toda la legitimidad, si alguna le queda. Diputados, los ministros no son sus jefes!!!! Sus jefes es el PUEBLO, ese que está emigrando y tiene a más un millón de cubanos en la pobreza. A ese es que UD. responden. Está Asamblea no pude ser de aplausos no declaraciones de fidelidad . La cosa está muy jodida y la lealtad es al pueblo.
ResponderEliminarEl Presidente, teóricamente fue el que propuso al 1er Ministro, y teóricamente también puede proponer a la Asamblea su destitución. Haber si tiene Coj... para eso. Incluso, el Presidente está de quitar hace mucho rato, eso lo debe proponer a la asamblea el Buró Político, creo.
EliminarDe nuevo con el Toque. Me aburro.
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