Otras Paginas WEB

sábado, 29 de junio de 2024

Sembrar mucho, contratarlo todo y controlar bien

 Del esfuerzo desplegado han salido hasta la fecha 6 504 toneladas de arroz. La provincia, sin embargo, demanda más de 22 000; unas 18 000 para la canasta familiar normada

La contratación es fundamental para lograr los propósitos del programa. Foto: Mailenys Oliva Ferrales

La Sierpe, Sancti Spíritus.–Si en estos momentos los niveles de siembra de arroz, rendimientos, volúmenes productivos y satisfacción de necesidades distan mucho de ser los que potencialmente puede y necesita el país, no es solo por la aguda y real falta de insumos y de recursos en general, para un programa que acentúa su carácter estratégico y consiguiente prioridad a escala nacional.

Lo acaba de mostrar el intercambio que este jueves tuvo aquí el miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, con directivos y productores vinculados directamente a ese renglón económico.

Razonamientos por parte de quienes viven «del grano y para el grano» dejaron claro que no en todas partes se aprovecha bien el área destinada a ese cultivo, tanto dentro del entorno estatal como fuera de él.

Y este combate tenemos que echarlo entre todos –insistió Nelson González González, al frente del programa arrocero en Cuba–, sobre la base de lo que le corresponde hacer a las ocho empresas existentes en el archipiélago, a los 70 municipios que pueden fomentar el cultivo del cereal y a todas las estructuras con que cuenta el sistema de la Agricultura, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, sectores como los del azúcar y la construcción, así como todo el que social y familiarmente pueda aportar.

Actualizaciones de ese programa han demostrado la aspiración de sembrar no menos de 200 000 hectáreas, cuyos rendimientos, si se comportan según lo previsto, podrían aportar aproximadamente el 86 % del volumen que hace falta.

Se dice y se escribe fácil, pero eso lleva muchísima consagración, recursos (nadie lo niega), conocimiento, ciencia, inteligencia, rigor en todo el proceso y… control.

Casos como el de la UBPC Las Nuevas devienen ejemplo del modo en que debiera actuar todo el mundo: jefes y trabajadores montan un sistema de guardia, sobre todo nocturna, para proteger las plantaciones. Días, semanas, meses de vigilancia terminan moldeando un resultado que revierte totalmente la situación de la cooperativa, e incide «fantásticamente» en los ingresos de productores y su familia.

¿RENDIMIENTO?

La vieja frase «confía, pero controla», le viene como faja de seguridad a la cintura de cada grano de arroz. No por gusto Deivy Pérez Martín, primera secretaria del Partido en Sancti Spíritus, insiste en cuidarlo y protegerlo todo, desde el saco de urea o de arroz, hasta los almacenes y el destino final de la producción.

A continuación, comenta un fenómeno que hace daño, porque hay quienes informan rendimientos inferiores a las potencialidades y resultados reales, lo que, de hecho, abre el camino para que volúmenes significativos de «excedente», o logrados «por encima» remonten precios abusivos «a la izquierda del mercado», generando al propio tiempo disgusto, preocupación y hasta lógica irritación en la población.

Por ello, en más de una ocasión el Vicepresidente cubano remarcó el medular asunto del control y de la contratación objetiva, como soporte para que haya más hectáreas sembradas de arroz, más rendimiento, más producción, menos dinero gastado en el exterior, y una respuesta superior frente a la demanda de un producto insustituible en la mesa hogareña.

También recalcó que la empresa arrocera –rectora de la producción y de la función social que tienen las distintas formas productivas– tiene que dominar todo lo relacionado con ese renglón, hasta el último cordel que se siembre, por quien lo plante, no para quitarle a nadie su arroz, sino para ordenar de una vez el proceso y contribuir más al cumplimiento de los objetivos del país.

Sancti Spíritus afinca la bota en ese empeño. Del esfuerzo desplegado han salido hasta la fecha 6 504 toneladas de arroz. La provincia, sin embargo, demanda más de 22 000: unas 18 000 de ellas para la canasta familiar normada.

Hay que hilar fino y duro. La idea de lograr autoabastecerse y aportarle a la nación es tan viable como la decisión de que a La Sierpe no llegue ni una libra más de arroz desde fuera, porque ese municipio tiene suficiente tierra, agua, productores, equipos, tecnología y experiencia para –sin incumplir su compromiso con Cuba– garantizar por sí mismo lo que internamente necesita.

1 comentario:

  1. Cuando uno lee esto, es cuando puede realmente valorar lo profundo de la crisis cubana, un gobierno sin ideas y un Estado fallido incapaz de producir arroz hay azúcar. Terrible.

    ResponderEliminar