El año 2023 cerró con 2,436,980 visitantes, lo que representa un cumplimiento del 70% de nuestro plan trazado. Esto significa unos 800,000 visitantes más que el año anterior, según afirmó el ministro del Turismo, Juan Carlos García Granda, durante la Mesa Redonda.
Sin embargo, el ministro expresó su insatisfacción con estas cifras, ya que las metas establecidas tienen como objetivo alcanzar los niveles de actividad turística de 2018 y 2019, con el propósito de impulsar la economía cubana. “A nivel mundial, la industria turística se está recuperando, con un auge turístico en países como España, en Europa y en el Caribe. Aunque el crecimiento no es uniforme en todas las regiones ni en todos los países, se observa una fuerte actividad turística a nivel global”.
A pesar de los resultados del 2023, el ministro afirmó que no se siente desanimado, ya que ningún otro país desarrolla su actividad turística en las mismas condiciones que Cuba. “El país se enfrenta a desafíos desiguales debido al bloqueo económico impuesto por el gobierno estadounidense. La inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo ha tenido serias consecuencias en los flujos de cobros y pagos, así como en el acceso a créditos bancarios. Además, se ha impedido a los clientes de bancos estadounidenses utilizar tarjetas y otros medios de pago electrónicos en Cuba. También se busca intimidar, amedrentar, sancionar y multar a las instituciones extranjeras que trabajan con Cuba”.
El ministro señaló que estas medidas obstaculizan los pagos de acciones de comunicaciones internacionales y las campañas promocionales que se deben llevar a cabo. También recordó que se mantiene la prohibición de viajar a Cuba para los estadounidenses, lo cual tiene un impacto negativo en el país.
El mercado estadounidense representa aproximadamente el 50% de los turistas en la región, y la prohibición de los viajes de cruceros estadounidenses a Cuba ha causado una disminución de más del 10% en los arribos. De no ser por esta medida, podríamos haber tenido 1.2 millones de visitantes adicionales a través de cruceros.
Además, mencionó otro obstáculo que se debe superar, que es la suspensión por parte de Estados Unidos del ESTA (Sistema Electrónico de Autorización de Viaje). Desde el 12 de enero de 2021, todos los ciudadanos que hayan visitado Cuba a partir de esa fecha tienen suspendida la autorización y deben acudir al consulado o la embajada de Estados Unidos para poder viajar al país.
El ministro también destacó la baja disponibilidad de recursos financieros, lo que afecta la promoción del destino y la visibilidad del producto turístico. Asimismo, mencionó que las limitaciones en las aerolíneas cubanas afectan una de las fortalezas turísticas del país, que son las excursiones y los circuitos turísticos. Además, los precios de los combustibles, incluido el turbo combustible, son altos.
En su intervención, el ministro agradeció a los inversores extranjeros que apuestan por el país a pesar de las presiones en su contra.
A pesar de este panorama adverso, el ministro expresó que la proyección para el año 2024 es seguir creciendo. “Se ha logrado establecer conexiones aéreas con 32 países a través de 50 líneas aéreas, con un promedio de 579 frecuencias semanales. En 2019, se contaba con 764 frecuencias semanales, aunque una gran parte de ellas correspondían a vuelos desde Estados Unidos”.
En este sentido, el ministro mencionó que en 2023 se recuperó el principal mercado emisor, que es Canadá. Además, los cubanos residentes en el extranjero constituyen el segundo mercado, mientras que Rusia ascendió al tercer lugar. A pesar de las prohibiciones, Estados Unidos sigue siendo el cuarto mercado, seguido por países europeos como España, Portugal y Alemania. Este año también se trabajará con países latinoamericanos como Colombia, Brasil, Venezuela, Argentina, Perú, Bolivia y México.
El ministro destacó la importante recuperación que se ha logrado este invierno, principalmente debido a la influencia de la, conectividad pesar de contar con solo el 47% de las frecuencias que se tenían en 2019.
Finalmente, el ministro resaltó los reconocimientos obtenidos por la industria turística cubana durante el año pasado, los cuales respaldan su calidad y reconocimiento a nivel internacional.
El turismo, locomotora de la economía cubana
“El turismo no puede avanzar ni sobrevivir sin la economía nacional. Ahí incluimos a todo el que participa de alguna manera, aportando suministros y servicios para que se puedan dar las operaciones e inversiones”, comentó en el inicio de su intervención en la Mesa RedondaMaría del Pilar Macías, directora general de Operaciones y Calidad del Mintur.
Reconoció que el 2023 no ha sido el mejor para el turismo. “También la crisis del país y el bloqueo tocan económicamente al turismo. No solo, porque deja de recibir clientes si no que se afecta el ejercicio y la garantía de sus operaciones. Pensamos que, en la medida, que el turismo salga adelante, arrastre al resto de la economía”.
Detalló que el 69 % de las compras que hacen en el ramo corresponden a la industria nacional. “Vemos con una visión mayor al encadenamiento productivo. Se logra vender, pero también se satisface lo que necesita el sector”.
Comentó que, en los últimos años, varias empresas han modificado sus líneas tecnológicas, temas organizacionales y han sustituido importaciones de disímiles productos. “Ahora utilizamos mucho la sostenibilidad. Un ejemplo de ello es el grupo Iberostar, que cumple con esto y, a la vez, con los estándares internacionales”.
Respecto a los productores agrícolas Macías precisó que hay 259 instalaciones turísticas vinculadas con 1 111 formas productivas, y dentro de ellas se cuenta con 379 productores privados, “que incluso han diseñado su cultivo para garantizar a las instalaciones hoteleras, o sea, piensan en el turismo”.
Explicó que en el empeño de competir con los estándares de calidad contribuye el Ministerio de Industrias. “Si nos fuera por esa ayuda, tendríamos que importar y hay cosas que no se pueden. No hay manera de hacerlo. No tienes acceso por el bloqueo, ni tienes los flujos financieros para ello. Y es que, produciendo nacionalmente, ahorras en costos y gastos y, sobre todo, el costo de oportunidad, que es vital.
“Lo consigues más rápido y no caes en el tema de las navieras, que para llegar a Cuba deben prácticamente darle la vuelta al mundo y eso atrasa mucho”.
Además, se refirió a la importancia de la sostenibilidad en el turismo. “Empezamos un programa de sustitución del plástico en sobreúso. Ahí también hay encadenamiento productivo y tenemos industrias dando respuesta, como la Ciego Montero, en la producción de refresco”.
Igualmente, mencionó el uso de dispensadores en las instalaciones hoteleras, para menos desechos y materia prima generada, sobre todo botellas y latas. “Los Portales hizo su línea para el refresco concentrado y Bucanero amplió para la cerveza dispensada”, ejemplificó.
Destacó a Ecotur, como líder del turismo rural en Cuba, con la tarea de ir “transformando las fincas agropecuarias en agroturísticas. Y esto dará un valor agregado en nuestro país”, aseguró la directiva.
Sobre los diseños de los destinos inteligentes ponderó a Cayo Largo del Sur, se quiere trabajar y declarar como el primero con esas características en el Caribe. “Es un objetivo del Ministerio del Turismo. Se le da seguimiento y prioridad”.
Confirmó la recuperación del turismo nacional, centrado en las cadenas de Campismo e Isla Azul. “Después de la pandemia, este mercado se rehabilitó rápidamente, aunque el costo es en divisa. Representa el 30 % de las estancias totales del país”, indicó.
La calidad es el camino del destino Cuba para diferenciarse del resto. “Lo dirigimos a través de una manera organizada, de un proceso de categorización de los hoteles, que incluye también a los restaurantes. Hay un trabajo sostenido para el cumplimiento de estándares internacionales y eso nos permite avanzar, además de la obtención de licencias, para la seguridad del destino”, concluyó María del Pilar Macías.
En los últimos minutos de laMesa Redonda, el ministro Juan Carlos García Granda se refirió a los retos para este 2024, en el que será vital vencer todos los obstáculos, para en ese escenario “seguir creciendo”. “Primero, superar la barrera de los 3 000 000 de visitantes, después seguir creciendo en la conectividad aérea e incentivar la demanda, y también la mejora de la calidad de la atención a los clientes, para que sus opiniones sean la principal arma para revertir las campañas difamatorias contra Cuba”.
Detalló que se han logrado vuelos directos de Canadá hasta Cienfuegos y Manzanillo, y que se trabaja para llevarlos hacia Camagüey.
Asimismo, dijo que hay nuevas líneas aéreas e incremento de frecuencia. “El mercado ruso está garantizado con más vuelos a Varadero y Cayo Coco y pensamos abrir la ruta Holguín, directamente desde Rusia. Además, en el verano incorporaremos otra lista. Y así tenemos una relación muy estrecha entre el Ministerio de Transporte y todas sus empresas”, concluyó.
Comentario HHC: Agradecer a la Mesa Redonda el abordaje del Turismo en nuestro país, con el ministro en persona.
Evidentemente, los números duros y los problemas económicos y financieros del Turismo y su incidencia para el país, no se abordaron. Así al mencionar las inversiones se trató de justificar con la reciente inauguración del Hotel Península en Trinidad, señalándose que es necesario renovar el producto, que es correcto, y es inversionista extranjero, como si no hubiera que pagarse la misma, y como si el Director de Negocios e Inversiones del MINTUR no hubiera declarado en una entrevista en el 2019, que la mayor fuente de financiamiento del turismo era propia, de nuestro país.
El ministro, dijo aspectos importantes (informativos), pero el 95 % del tiempo se la pasó leyendo lo que ya previamente ¿le habían escrito para decir? , y cuando sé salió del guión brevemente, por ejemplo, con el crecimiento de los turistas 2023 /2022, dijo que 800 turistas, y Randy le rectificó diciéndole que eran 800 000, dejando a deber bastante.
Volvemos a lo mismo, se habla del bloqueo de EEUU a Cuba, para justificar los problemas del sector y es correcto, pero no para gastar el 35 % de las inversiones del país en hoteles e inmobiliarias, que es incorrecto, y que provoca un " recalentamiento" en toda la economía.
La Directora de Calidad del MINTUR, Pilar, mis respetos, abordó los problemas, retos, oportunidades y perspectivas de manera elocuente, demostrando dominio del tema, solo auxiliándose brevemente de sus apuntes, que es lo normal y correcto.
Algunos pendientes relevantes que se debieron tratar en la comparecencia:
1- Indicadores principales económicos y financieros del sector. Asi como Flujo de Caja del sector del turismo en Divisas y ROI de las inversiones.
2- Indicadores operacionales como: por ciento de ocupación que nunca han llegado al 70 % y actualmente ronda el 35 %, ingresos por turistas- días, estancia promedio, etc, todos por polos turísticos, y hoteles.
3- Situación de la planta hotelera, habitaciones fuera de orden, según diferentes fuentes, existen entre 11 000 - 13 000 habitaciones que no se aprovechan.¿Cuántos millones en crear las mismas, fueron invertidos para "renovar y modernizar" la planta hotelera? .
4- ¿Por qué el turismo en Cuba ingresa más en Gastronomía y no en Alojamiento? ¿Qué por ciento (%) e importe ($) de los alimentos que se consumen en el turismo hay que importarlos?.
En medio de una compleja coyuntura internacional, resulta evidente que nuestro país se enfrenta hoy a una situación económica difícil.
Tasas de inflación superiores al 30 %, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en los tres últimos años han erosionado aceleradamente los salarios y pensiones de la población, especialmente en aquellos sectores vinculados a los servicios sociales, en los cuales los ingresos no varían y existen pocas fuentes de retribución adicionales.
En ese contexto, la inflación es un reflejo de las condiciones subyacentes, que por sí sola no es más que el mecanismo mediante el cual se ajustan los desequilibrios de oferta y demanda a través de los precios.
En los orígenes de estos desequilibrios debemos buscar sus causas, que en el caso de nuestro país obedecen a una multiplicidad de factores, agravados y condicionados por un bloqueo económico recrudecido, que, aunque no es el origen de todas nuestras dificultades, sí impacta negativamente –en más de 159 000 millones de dólares– en todos y cada uno de los aspectos de la dinámica económica y productiva de la nación.
En primer lugar, está el descenso sufrido por nuestro sector externo en los años recientes, pues las exportaciones de 2022 se ubicaron un 30 % por debajo de las de 2019, a la par de que los precios de importación crecieron de forma sostenida en los últimos años, por encima de los precios de nuestras exportaciones.
Solo en 2021, el precio de las importaciones creció como promedio un 25 %, mientras los precios de nuestras exportaciones solo 1 %.
En buena medida impulsado por estos desequilibrios en el sector externo, otra causa fundamental de la inflación actual está en la caída de la producción nacional, que en varios de sus sectores claves ha experimentado sensibles descensos: la producción del sector agrícola y ganadero fue, en 2022, un 37,2 % inferior a la de 2019, la industria manufacturera un 32 %, y la generación eléctrica un 25 %, de acuerdo con la ONEI.
Finalmente, la persistencia de déficits fiscales superiores al 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) por cuatro años consecutivos, ha repercutido en un acelerado crecimiento de la cantidad de dinero en la economía, inyectándose solo por este concepto más de 250 000 millones de pesos a la circulación monetaria desde 2019.
LA BATALLA SE GANA CON LA EFICIENCIA INTERNA
En este complejo contexto, que combina una dura restricción de recursos externos con desequilibrios monetarios y productivos domésticos, es necesario afianzar el consenso en que el camino a la recuperación pasa, inexorablemente, por ganancias de eficiencia interna que permitan revertir el círculo vicioso de bajos ingresos externos, baja producción y alta inflación.
En ese difícil camino, la economía cubana enfrenta dos grupos de distorsiones fundamentales:Las macroeconómicas, relacionadas con los desbalances agregados, tales como altos déficits fiscales, el déficit en la balanza comercial, la multiplicidad cambiaria y la dolarización.
Las de carácter microeconómico, vinculadas a problemas en el funcionamiento de los actores económicos en los mercados, los incentivos, deformaciones de precios relativos, deficiencias en la asignación de recursos y rigideces regulatorias.
En ese conjunto, los altos déficits fiscales suponen una distorsión de primer orden por corregir en cualquier estrategia de recuperación económica, tal vez la más transversal, y es la garantía de avanzar sobre bases firmes en otras transformaciones.
La existencia de un déficit fiscal alto –como es el de más de 147 000 millones de pesos, previsto para 2024–, aunque parezca algo alejado de la realidad cotidiana, es un proceso con múltiples consecuencias en la vida de cada cubano.
Y es que la emisión monetaria en que se incurre para financiar este déficit es un motor de la inflación que vivimos, puesto que, al incrementarse cantidad de dinero en circulación, se incrementa la demanda de bienes y servicios, lo que termina elevando los precios finales en los mercados liberados.
Asimismo, el déficit fiscal y la expansión monetaria asociados a la inflación condicionan un deterioro progresivo de las funciones de la moneda doméstica, que impacta en una mayor depreciación del tipo de cambio informal, incapacidad de cerrar ciclos productivos con moneda nacional y, finalmente, el desplazamiento de esta de los circuitos empresariales, lo que crea condiciones para una mayor y persistente dolarización de la economía.
Muy relacionadas con lo anterior, se encuentran las deformaciones cambiarias: Multiplicidad de tipos de cambio, que genera muchas distorsiones, barreras y desincentivos a los encadenamientos productivos internos y al dinamismo del sector exportador.
La existencia de un mercado informal de divisas, que ha ido ganando espacios en los últimos años.
El mercado cambiario informal es una distorsión, más que por su carácter ilegal, porque implica un esquema que genera grandes brechas de ineficiencia, pues condiciona un acceso dispar a las divisas que entran al país vía remesas y a través de los derrames del turismo, privilegiando a actores económicos no estatales muchas veces de bajo valor agregado, a la par que excluye de dicho acceso a las empresas estatales y a todo su potencial productivo instalado.
Corregir esta distorsión –como una cuestión urgente– supone avanzar en un esquema cambiario que permita, en primer lugar, un funcionamiento en igualdad de condiciones de un mercado cambiario oficial erigido sobre la participación activa del sistema financiero y un tipo de cambio fundamentado, que responda a las condiciones reales de la oferta y la demanda de divisas en este segmento de la economía.
ESTABILIZACIÓN Y CRECIMIENTO: CLAVES DE LA RECUPERACIÓN
La recuperación del mercado cambiario oficial deberá ser un primer paso en una transformación cambiaria más sustantiva y abarcadora, que fije su objetivo final en la definitiva unificación cambiaria, y que, junto a la estabilidad fiscal y la desdolarización, permita poner finalmente la moneda nacional como centro del sistema económico y financiero del país.
De este modo, a la par de la estabilización macroeconómica a corto plazo, la consolidación de la recuperación de nuestra economía transita por profundas transformaciones microeconómicas, de los esquemas regulatorios, de incentivos, de funcionamiento de los mercados y del tejido empresarial, que deberán impulsar un crecimiento sostenido de la actividad productiva a corto y mediano plazos en la Isla.
Diversas tareas estarían contenidas en este segundo grupo, desde las transformaciones en la empresa estatal socialista, en especial a sus mecanismos de gobernanza, esquemas de incentivos, estructura organizativa, así como procedimiento de quiebras y reorganización, hasta modificaciones en los mecanismos de planificación, que contribuyan a una verdadera descentralización en el acceso a los recursos mediante el establecimiento de mercados formales y ordenados de divisas e insumos que sustituyan, paulatinamente, la distribución centralizada como mecanismo fundamental de asignación, y ayuden a una verdadera autonomía financiera y económica del tejido empresarial.
Junto a lo anterior, es necesario avanzar en un marco más abarcador para las alianzas público-privadas en forma de empresas mixtas nacionales u otras formas, que beneficien a ambos actores económicos, así como emprender una reforma tributaria que logre compaginar los objetivos recaudatorios y de estímulo productivo de nuestro esquema fiscal.
Todas estas acciones podrían constituir transformaciones estructurales para dinamizar nuestro sector productivo a mediano plazo.
Si bien la estabilización macroeconómica es un punto de partida indispensable para reducir la inflación y encaminar la economía hacia la recuperación, por sí sola no es suficiente.
Es necesario, igualmente, corregir distorsiones microeconómicas y modificar marcos institucionales que faciliten a la economía crecer sobre la base de utilizar reservas de eficiencia y un mejor empleo de los recursos que podamos generar.
En el camino a la recuperación tocará asumir, sin duda, momentos difíciles, y la corrección de distorsiones que vienen lastrando nuestra economía no se logrará sin incurrir en mayores esfuerzos; pero la alternativa no será esperar por un milagro salvador que no vendrá de ninguna parte.
La voluntad de avanzar por nosotros mismos es la mayor fortaleza que reside en las nuevas Proyecciones de Gobierno para 2024, expuestas en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular de diciembre de 2023.
En la integralidad de la estrategia de recuperación que implementemos y en la capacidad de generar los consensos para llevarla adelante estará la clave de nuestro éxito.
Los caminos para transitar no serán sencillos, como no lo han sido nunca durante la Revolución, pero al final, la inteligencia y la perseverancia de este pueblo terminará por superar los momentos más difíciles.
Repaso crítico de las medidas económicas aprobadas por el gobierno para su aplicación gradual durante 2024 y su probable impacto social.
Cuba atraviesa una de las crisis económicas más profundas desde los años 90, con enormes desequilibrios macroeconómicos, una población vulnerable que alcanza cifras nunca vistas, derivada de la fuerte inflación existente, con desigualdades sociales profundas y una emigración que supera el medio millón de personas en apenas dos años y medio.
¿Qué hacer para superar esa situación? El gobierno diseñó una serie de medidas económicas, las cuales fueron analizadas por los diputados cubanos y aprobadas finalmente en la Asamblea Nacional del Poder Popular el pasado 20 de diciembre, para su aplicación anunciada como gradual, en el transcuro de 2024.
Se explicó en esas sesiones que se estaba estudiando y se establecería un plan de estabilización macroeconómica como una condición para el crecimiento económico, y realmente es así, lo que no fueron precisos en qué consistiría ese plan, excepto que:
2.- Se incrementarían las exportaciones de bienes y servicios, especialmente los profesionales de la salud.
3.- Se trabajaría para incrementar las producciones de níquel, tabaco, ron y otros rubros exportables.
Tales ideas no son del todo novedosas, ya que ya han sido expuestas en periodos anteriores y en concreto no se logró cumplir los planes previstos. Para ello se necesitaban, entre otros aspectos, inversiones, que hoy tienen una estructura deformada debido a que se continúa priorizando las construcciones inmobiliarias, especialmente hoteles, mientras muy pocas van a la industria y a la agricultura.
Mercado cambiario
Una utopía, y a la vez, una necesidad, es el planteo de redimensionar el mercado cambiario, “intervención del informal” y el control del tipo de cambio en el país, lo cual incluye la determinación de la tasa de cambio y la formación de precios. La palabra “intervención”puede significar la adopción de medidas drásticas. Ojalá no sea así.
En las condiciones de crisis económica actual y los amplios desequilibrios estructurales existentes, es muy difícil el logro de esos objetivos, que más bien parecen una lista de deseos.
Se propone para este año 2024 determinar la tasa de cambio que debería tener el peso cubano. Y es una necesidad imperiosa, pero necesariamente para lograr una tasa de cambio fundamentada, debe haber un mercado cambiario en el cual se pueda acceder libremente a esas divisas. La paradoja es que el estado carece de las reservas monetarias necesarias para interactuar en ese mercado.
De otra parte, el sistema bancario cubano no resulta del todo confiable. Se acumulan deudas y se atrasan los pagos a proveedores, entre otros problemas. Entonces, ¿cómo se podría, en estas condiciones, incentivar la captación y recuperar los flujos de remesas y otros ingresos? Además, lo real es que parte importante de las remesas que llegan al país toman otros caminos y no pasan por las instituciones financieras, debido a la pérdida de confianza.
Las nuevas formas de propiedad, como las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), necesitan obtener materias primas para el funcionamiento de su negocio, las cuales, lamentablemente, en pesos cubanos y en el país no se consiguen. Estas empresas se ven obligadas a realizar enormes erogaciones monetarias en el exterior para garantizar sus insumos. Esas divisas se adquieren en el mercado informal que se acercaba 280 pesos por un dólar, al iniciar el año en curso.
Habría que esperar a ver como se utilizarán los nuevos medios de pago o tarjetas en divisas, como las nuevas tarjetas Clásica que serán en dólares, ya que se plantea que se les aplicarán incentivos para la compra de bienes y servicios, y que se podrán recargar desde el exterior o en efectivo, e implementar medidas para que las formas de gestión no estatal realicen sus importaciones con pagos desde Cuba y no desde el exterior.
La realidad hasta hoy ha demostrado que una empresa que deposita divisas en el banco, cuando las necesita para pagar a un proveedor extranjero, se le niega o se demora el pago a la empresa en el exterior.
Tampoco es sólida la idea de aplicar nuevos proyectos de negocios y mecanismos que permitan inyectar liquidez en las cuentas en divisa digital (MLC), fondos que respaldarán las operaciones comerciales y de aprovisionamiento.
Por ejemplo, cómo es posible que los nuevos servicentros que operarían en dólares o en medios de pago del extranjero, ahora no acepten los MLC que existen en las tarjetas de los usuarios, si ese MLC fue dólar, euro o divisa extranjera antes de depositarse en bancos. Entonces, ¿donde está ese dinero que debería respaldar las cuentas MLC existentes?
Fue muy certero el pronunciamiento de la Asamblea de“continuar el proceso de renegociación de la deuda externa con países estratégicos para el desarrollo económico y social de la nación”. Como es lógico, eso podría destrabar nuevas líneas de crédito necesarias para la importación de materias primas, pero no se ve con claridad el origen de las divisas para cumplir ese objetivo.
La idea de aumentar la participación de la inversión extranjera, priorizando la producción de alimentos es loable. Sin embargo, resulta necesario alertar que se trata de algo que viene diciéndose desde hace más de 10 años, sin los resultados que se necesitan.
En igual sentido, resalta lo expresado en relación con incentivar los contratos de producción cooperada con inversionistas extranjeros y actores económicos no estatales que aporten financiamiento en divisas y materias primas. Pero se trata solo de intenciones, pues la realidad demuestra que persisten las trabas internas que no favorecen esos negocios. Tampoco se puede desconocer la presión sobre los inversionistas extranjeros para que no inviertan en Cuba, resultado del bloqueo estadounidense vigente desde 1962 y recrudecido en la actualidad.
Agricultura y sector empresarial
La idea en relación con la agricultura es interesante, ya que se prevé perfeccionar y desarrollar el proceso de contratación con las formas productivas no estatales en el sector agrícola. “Hay que sembrar más caña, entre las medidas hemos autorizado a Azcuba la venta en divisa de azúcar a empresas mixtas, para reinvertir esos ingresos en la industria”, anunció el primer ministro Manuel Marrero en las sesiones parlamentarias dedicadas a la economía. La idea es promover negocios que contribuyan a recuperar la industria azucarera e incrementar los rendimientos agrícolas en los campos cañeros.
Tales enunciados reflejan que fue un error el haberle quitado prioridad a la agroindustria azucarera, que no se analizó suficientemente el cierre de una parte de los centrales existentes, pero también que no escucharon las advertencias de muchos economistas en cuanto a permitir su recuperación con recursos extranjeros. Además, la industria azucarera fue la que menos inversión recibió en los últimos cinco años.
El planteamiento de reducir en un 50%, para todos los actores económicos, el pago de aranceles por las importaciones de materias primas y bienes intermedios, con especial énfasis en la producción agropecuaria y de otros alimentos, e incrementar las tarifas arancelarias a la importación de algunos productos listos para la venta, como tabacos, cigarros, rones, cervezas y otros, de los que hay producciones en el país, son propuestas aceptables para eliminar barreras que aún existen, pero no necesariamente garantizan el éxito. Ojalá que lo fueran.
Es preocupante el planteamiento siguiente, ya que lo mismo se dijo cuando se crearon este tipo de tiendas y no se observaron los resultados: “Se crearán las condiciones que permitan la sostenibilidad de la oferta en el sistema de tiendas en divisas con precios competitivos, y con esto el mejoramiento en las tiendas en moneda nacional”.
Las autoridades cubanas comprendieron que necesariamente en esta etapa por la que atraviesa Cuba, es necesario dolarizar una parte de la economía. Sin embargo, los discursos de los dirigentes no resaltaban esa idea anteriormente, podría decirse un paso adelante y al poco tiempo un paso atrás.
“Para nada la visión del gobierno es la dolarización, porque disponemos de un programa de desdolarización, pero para llegar a esa meta debemos transitar por dolarizaciones parciales para restaurar y potenciar la compra de bienes y servicios”, afirmó Marrero.
Aunque es una realidad, el momento es inadecuado para la idea de actualizar los valores referenciales de las viviendas y aplicar los impuestos asociados a la compraventa entre personas naturales. La regulación del pago al momento de formalizar la transmisión, solo lleva a más pérdida del poder adquisitivo de los cubanos, ya que con el déficit actual de viviendas, si estas encarecen, habrá menos personas con posibilidad de adquirir su casa.
Nos referimos a quienes aspiran a seguir en el país. Se conoce que el mercado de compraventa de viviendas en la actualidad sufre cierto estancamiento, a pesar de que una parte del fondo habitacional está sin uso en estos momentos, derivado de la emigración en curso.
Incongruencias
En la sesión del parlamento en que se analizó todo lo referente a la economía se notaron ciertas incongruencias, ya que por un lado se expresaron pasos para centralizar más las decisiones económicas y a la vez se habló de apertura:
Al respecto, el primer ministro aseguró: “Hemos dado pasos para que el Gobierno abra la economía y que no se concentre ese proceso en pequeños negocios, sino en la empresa estatal socialista”.
Lo llamativo es que se sigue hablando de empresas estatales en vez de empresas estatales estratégicas. Ya el país ha recorrido un largo periodo de un camino socialista, y la historia refrenda que las empresas estatales, como han funcionado hasta el momento, tienen un lastre de ineficiencia y de baja productiva, con marcadas excepciones de algunas que han funcionado bajo otras reglas, como el ciclo cerrado. Es hora de convertir a la empresa estatal en empresas públicas, y con una verdadera autonomía.
Las empresas públicas y las empresas estatales son propiedad del Estado, pero difieren en su estructura y funcionamiento. En general, las empresas públicas se conforman por mandato legal y están obligadas a hacer pública su información financiera. En el caso específico de las empresas públicas, la mayoría de las leyes aplicadas a estas instituciones poseen como finalidad la distribución equitativa de los ingresos.
Una “empresa pública” es una organización gubernamental que forma parte o pertenece al Estado. Por otro lado, una “empresa estatal” es una empresa cuyo propietario es el Estado y por consiguiente es dirigida, administrada y controlada –ya sea de forma total o parcial– por las instituciones y organismos correspondientes emanados del gobierno de un país o de una entidad subnacional.
La preocupación que persiste en algunos académicos es saber cuáles causas se han esgrimido para seguir postergando la ley de empresas. ¿Quién frena la elaboración y terminación de la Ley de Empresas?
La tan necesaria ley de empresas en Cuba debía aprobarse en 2022. Se postergó para 2023 y ahora se pasa para 2024. Sin esa ley es muy difícil que las empresas cubanas salgan de la situación desfavorecida en que se encuentran.
Nuevos actores
La incoherencia sigue desde el mismo momento en que se plantea: “Consideramos que la decisión de aprobar las mipymes fue correcta y responde a una política de los trabajadores por cuenta propia. El Estado no es para administrar chinchales”.
Pero seguidamente se aclaró que se adoptarían nuevas normas, aunque con ciertas indicaciones, “que no son para retroceder ni prohibir”.
Sí es muy atinada la idea de “Actualizar las actividades no autorizadas a realizar por los actores económicos no estatales”. Ojalá aparezca la aprobación de los oficios prohibidos, pero demandados como ingenieros civiles, arquitectos, guía de turismo, entre otros. Sería además una contribución al tema del empleo.
De acuerdo a informes oficiales, 2023 cerró con una disminución del 4% de los ocupados y se implementarán medidas para detener esta tendencia. Se obviaron, sin embargo, aspectos esenciales como el de la emigración a otros destinos, por la situación política y económica cubana.
Entre muchos economistas persiste el criterio de que se debe crear una institución para atender a los nuevos actores económicos. Fue por ello importante el anuncio en el parlamento unicameral de “crear el Instituto para la atención a los actores económicos no estatales”. Ojalá tenga la autonomía que se necesita y que sea lidereado por un cuadro que provenga del sector privado, es decir, que conozca las interioridades del trabajo con otras reglas.
Es una realidad cuando el gobierno anuncia “Condicionar que, para el desarrollo de operaciones de comercio exterior, los actores económicos no estatales deben hacer constar y declarar fondos con liquidez real”.
Ya se cumplirá un año de la exhortación a la bancarizacion y no se han logrado los resultados esperados. Ojalá se acelere esta propuesta ya que se planteó que la bancarización tiene que ser una prioridad. Resolver los problemas con los mecanismos de pago electrónico en los primeros meses del año. Consolidar la bancarización, perfeccionar el sistema bancario, es otra de las consideraciones incluidas en el plan de medidas económicas.
Impacto social
Es importante conocer que el estado trabaja en la actualización del costo de la canasta familiar normada y de la canasta de bienes y servicios de referencia, con los precios de los alimentos de producción nacional y los de importación. Era algo que debió hacerse cada cierto periodo por la elevada inflación presente en la economía del país. Las dudas que persisten son cuales serían las referencias a la tasa de cambio que tomará el estado, es decir, si tomará la de 1 usd x 120 CUP CUP. O la vigente como promedio en el mercado informal que se ha acercado a 1 usd x 295 CUP.
No es muy comprendido el incremento en un 25% de la tarifa eléctrica del sector residencial, solo para los altos consumidores a partir de los 500 kWh como mecanismo de contención de la demanda. Estamos hablando para el 6% de los consumidores y el ahorro que se podría lograr en estos. Pero lo preocupante es que dentro de estos “altos consumidores” están incluidas las mipymes productivas, panaderías, dulcerías, de materiales de la construcción, entre otras.
El resultado de esa medida será un incremento de precios con la afectación del consumidor final. Un ejemplo ilustrativo: si una mipyme de panadería paga más por la electricidad, el incremento de su costo se lo agregará al pan que venderá. Y como el estado no tiene suficientes materias primas para elaborar panes y hacer la competencia, se seguirá utilizando el circuito privado y con más altos precios.
Resulta complicado manejar una economía con diferentes tipos de precios para el combustible. No solo que hay precios mayoristas y minoristas, sino que hay precios en dólares y en moneda nacional, pero el MLC no se considera dólar, según el esquema presentado. Además, se toma esa decisión en el momento de la mayor escasez de combustibles en los servicentros del país ¿No hubiera sido más apropiado estabilizar la entrega de combustibles a los servicentros y después proceder al incremento de precios?
Las cifras de importaciones y producción nacional ilustran ese desabastecimiento en los servicentros, tanto de diésel como gasolina, de acuerdo al consumo anual.
Evidentemente el incremento de las importaciones de gasolina a los precios del mercado respondió a la baja producción de ese producto en el país, según el gráfico siguiente, y donde no se han publicado las cifras de los últimos 2 años.
Los incrementos en los precios minoristas del gas licuado –el cilindro de 10 kg de 180 a 225 CUP, y de 810 a 1 014 CUP el de 45 kg–, no parecen significativos, pero afectarían la vida de los asalariados y jubilados si no se hace un incremento de ingresos que compense esa subida de tarifas.
En este mismo sentido, la aplicación de nuevas tarifas incrementadas en los servicios de transportación de pasajeros deteriora aún más los ingresos de los trabajadores, sobre todos los que necesitan moverse de una provincia a otra, incluso porque tienen que ir en busca de determinados servicios médicos o educativos.
De otra parte, en la actual carencia de bienes alimenticios es muy importante “prorrogar las exenciones arancelarias a la importación de alimentos y aseo por personas naturales”, como se afirma en el plan de medidas económicas.
Lo anunciado es un paquete de austeridad, de recorte de gastos y de incrementos de tarifas de servicios, ya que no son visibles los planes concretos de incrementos de la producción, es decir, de aumentos de ofertas”.
Omar Everleny Pérez Villanueva
Con un déficit fiscal del 18% para el 2024 es difícil que los recursos que se logren permitan avanzar hacia una estabilidad macroeconómica, aunque se incrementen vía precios o impuestos los ingresos al presupuesto. No se puede olvidar que Cuba tiene el mayor déficit fiscal de los últimos años, según el siguiente gráfico:
Lo anunciado es un paquete de austeridad, de recorte de gastos y de incrementos de tarifas de servicios, ya que no son visibles los planes concretos de incrementos de la producción, es decir, de aumentos de ofertas.
La situación económica cubana adversa es derivada, entre otros aspectos, de la disminución de las ofertas de bienes y servicios, es decir, de la producción. Sin embargo, las medidas económicas gubernamentales se concentran especialmente en la esfera de la circulación.
En la mayoría de los casos los cuadros institucionales del país tienen la tendencia a comparar los precios internos con los internacionales y eso no sería incorrecto, pero también tienen que compararse con los salarios internacionales y lo que se puede adquirir con ellos, especialmente correlacionar qué cantidad de la “canasta básica alimenticia” se puede adquirir con los salarios que se pagan en cada país.
Resulta complejo saber cuál es la equivalencia en dólares del salario de los cubanos.
En un ejercicio lineal estadístico, si se toma el salario promedio de 2022 en pesos cubanos de 4219 y se divide con respecto a la tasa oficial de 1 usd x 24 CUP, ese salario es 168,76 dólares, pero si lo hacemos por la tasa de cambio de Cadeca de 1 usd x 120 CUP, el salario sería unos 35 dólares, y por la tasa informal de 295 pesos por dólar sería de unos 14 dólares. Se estaría en el último lugar de América Latina, excepto Venezuela.
Se sabe que en el caso cubano el estado ofrecía a través de los Fondos Sociales de Consumo un complemento a esos bajos salarios. Pero la realidad actual demuestra que hay un deterioro en los productos o servicios que antes se entregaban de forma gratuita o subsidiada. Inclusive en la sagrada cartilla de racionamiento, hoy no se cumplen ni los plazos de entrega, ni la entrega de una serie de productos.
En general, las medidas económicas ya anunciadas y con fecha de implementación –algunas de ellas entre febrero y marzo de 2024– afectarán a los consumidores finales, es decir, a la población. Se incrementará la inflación entre 2 y 3 dígitos este año y, aunque el estado incremente sus ingresos al presupuesto, es casi imposible cambiar el desequilibrio fiscal existente.
Una conclusión de todas las medidas económicas tomadas es que habrá más inflación en 2024 y eso viene aparejado a un menor poder adquisitivo de los ingresos de los cubanos. Todo incremento de precios o tarifas de alcance transversal como combustibles, electricidad y otros se traslada a los costos de los productos o servicios y estos a la vez al precio final de los productos.
Ya ha sucedido con la elevación de las tarifas del transporte no regular en la Ciudad de la Habana. Multar a los choferes solo conllevaría a la retirada de sus servicios, y el estado no tiene medios de transporte para cubrir la necesidad de transportación de su población.
Hay que considerar que los ingresos del personal de la Salud y Educación fueron incrementados en el 2024, pero aun resultan insuficientes para el nivel de precios existentes, especialmente los alimentos. Sin embargo los más vulnerables de la sociedad, los jubilados y asistenciados, aun tienen pensiones aprobadas en 2021 en el comienzo de la tarea Ordenamiento.
Tener presente que el índice de precios al consumidor continúa creciendo cada mes, a veces con desaceleración, pero incremento al fin. Por ejemplo en diciembre de 2023 los precios se incrementaron 33%. (2024)