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domingo, 10 de noviembre de 2024

¿Por qué el “mayor productor independiente de energía de Cuba” no es patrocinador ni figura como orador en la Cumbre Energética de Cuba en diciembre de 2024?

 7 de noviembre de 2024

Cumbre Energética de Cuba 

“Únete al futuro energético de Cuba”

Operaciones Upstream, Midstream, GNL y Refinerías, Transición Energética y Energías Renovables: un vasto potencial en uno de los futuros centros energéticos de la región. IN-VR, como socio de Cuba para atraer inversiones y desarrollos en el país, brindará una oportunidad exclusiva para establecer contactos entre el Gobierno, las IOC, las NOC, los proveedores de servicios y los principales tomadores de decisiones de la región. La Cumbre de Energía de Cuba creará una plataforma única para reunir a empresas internacionales y locales de petróleo y gas, funcionarios gubernamentales, empresas de energía renovable, proveedores de servicios y tomadores de decisiones clave de la región. La conferencia proporcionará información detallada sobre el estado actual y los próximos proyectos, el desarrollo potencial y las futuras oportunidades de inversión en el país”. 

CORPORACIÓN INTERNACIONAL SHERRITT

“Sherritt es líder mundial en el uso de procesos hidrometalúrgicos para extraer y refinar níquel y cobalto, metales considerados críticos para la transición energética. La empresa conjunta Moa de Sherritt tiene una vida útil estimada actual de la mina de 25 años y se ha embarcado en un programa de expansión centrado en aumentar la producción anual de precipitados de sulfuro mixto en aproximadamente un 20% del níquel y cobalto contenidos. La división de Energía de la Corporación, a través de su propiedad en Energas SA, es el mayor productor de energía independiente en Cuba con una capacidad de generación eléctrica instalada de 506 MW, lo que representa aproximadamente el 10% de la capacidad de generación eléctrica nacional en Cuba. Las instalaciones de Energas están compuestas por dos plantas de ciclo combinado que producen electricidad de bajo costo a partir de una de las fuentes de energía con menor emisión de carbono en Cuba. Las acciones ordinarias de Sherritt cotizan en la Bolsa de Valores de Toronto bajo el símbolo "S".

Sherritt es líder mundial en la minería y refinación de níquel y cobalto, metales esenciales para la creciente adopción de vehículos eléctricos. Su Grupo de Tecnologías crea soluciones innovadoras y exclusivas para compañías petroleras y mineras de todo el mundo con el fin de mejorar el desempeño ambiental y aumentar el valor económico. Sherritt es también el mayor productor independiente de energía en Cuba”.



Repensando el futuro económico y social: hacia un modelo de tres techos para la sostenibilidad y el bienestar

En un mundo sacudido por crisis ambientales, desigualdad creciente y un modelo económico que parece agotado, surge la necesidad de establecer un nuevo marco de prioridades. Durante el XXIII Simposio de Renta Básica, celebrado en Las Palmas de Gran Canaria el 25 y 26 de octubre de 2024, presenté una pequeña propuesta que aborda estos desafíos a través de la creación de dos nuevos "techos" que complementen el techo de gasto público, sancta sanctorum de la gobernanza económica del actual sistema capitalista:  el techo de sostenibilidad y el techo de dolor. Esta propuesta parte de la idea de que solo mediante una transformación estructural podremos alcanzar un modelo económico y social que garantice el bienestar de todos sin comprometer la capacidad del planeta para que la especie humana y la biodiversidad sobrevivan en el largo plazo.

El techo de gasto público: de la contención a la responsabilidad fiscal y social

En la Unión Europea, el techo de gasto público es una restricción impuesta desde arriba hacia el resto de administraciones nacionales, regionales y locales con el objetivo de evitar un déficit excesivo y un endeudamiento considerado insostenible. Esta medida se basa en la noción de que "la deuda de hoy son los impuestos del mañana", aunque carece de un fundamento empírico sólido que establezca un umbral óptimo de endeudamiento. Investigaciones como las de Reinhart y Rogoff, sugirieron que niveles de deuda superiores al 90% del PIB podrían ser perjudiciales para el crecimiento económico; sin embargo, posteriores análisis revelaron errores metodológicos en estos estudios y ya no hay una evidencia concluyente que avale esta política de contención fiscal estricta​.

La limitación del techo de gasto público ha tenido profundas consecuencias para la economía europea. Por ejemplo, en lugar de invertir en innovación y desarrollo, Europa ha canalizado gran parte de su superávit a economías externas, especialmente a Estados Unidos. Yanis Varoufakis ha descrito a la economía estadounidense como un “minotauro global” que absorbe el capital excedente de otras economías a través de su capacidad de atraer inversión extranjera y emitir deuda en su propia moneda dominante. Este flujo de recursos europeos hacia EE. UU. refleja una dependencia estructural que limita el potencial de Europa para invertir en su propia competitividad, productividad y bienestar social​.

Pero la deuda pública europea tiene otra característica crucial: es mayormente interna, es decir, está en manos de ciudadanos y entidades de la propia Europa, al igual que ocurre en Japón. Este fenómeno, que se denomina la "paradoja del último europeo", significa que, en última instancia, si todos los activos y deudas fueran liquidados, el último europeo tendría una deuda consigo mismo. Esto convierte el problema de la deuda en una cuestión de redistribución más que de sostenibilidad y sugiere que Europa podría aprovechar sus propios superávits para financiar un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible​.

El techo de sostenibilidad: un límite innegociable para proteger el planeta

El techo de sostenibilidad se inspira en los compromisos adquiridos en los Acuerdos de París y otros marcos de política climática que establecen límites a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). No obstante, estos límites son actualmente voluntarios y carecen de mecanismos de sanción en caso de incumplimiento y su reflejo en el Green Budgeting Reference Framework de la Comisión Europea es completamente insuficiente.  Para preservar la habitabilidad del planeta, es urgente implementar un verdadero límite de emisiones que abarque tanto las emisiones directamente generadas por el sector público como las indirectas, y que se aplique de manera integral a todos los sectores económicos, incluyendo el sector privado y el consumo de los hogares​.

Este enfoque implica ir más allá de las políticas ambientales actuales y diseñar un marco que imponga límites precisos a las actividades que excedan la capacidad del planeta. Inspirado en el modelo de la economía del donut (rosquilla) de Kate Raworth, el techo de sostenibilidad representa el límite externo que no podemos sobrepasar si queremos mantener la estabilidad ecológica. Este límite debe desagregarse y bajarse a nivel territorial (empresas, barrios, edificios) e incluso traducirse en presupuestos de carbono personales, lo que incentivará la responsabilidad compartida en la reducción de emisiones​.

La implementación de un techo de sostenibilidad efectivo requiere de normas, impuestos y tasas ambientales que restrinjan o penalicen las actividades con altas emisiones de GEI. Estos mecanismos normativos y fiscales no solo incentivarán prácticas más sostenibles, sino que también reducirá la presión sobre los recursos naturales y deberían limitar el consumo excesivo que caracteriza a los sectores con mayor concentración de riqueza​.

El techo de dolor: garantizar el bienestar mínimo en una sociedad equitativa

El otro nuevo componente de esta propuesta es el techo de dolor, que representa un límite social mínimo por debajo del cual ninguna persona debería caer. A lo largo de los últimos años, las políticas de ingresos mínimos, como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) en España, han fallado en su misión de erradicar la pobreza debido a su complejidad administrativa y a sus restricciones de acceso. Se ha generado además lo que se denomina demanda del fracaso[1]: los costos ocultos asociados a un sistema que no logra cumplir su propósito y que resulta en reclamaciones, trámites burocráticos y gastos administrativos sin mejorar la cobertura social​, además de los costes personales y sociales de quienes aun pudiendo recibir la ayuda no logran acceder a ella.

La renta básica universal emerge como una solución para abordar este problema. Al eliminar las condiciones restrictivas y la carga burocrática asociada, la renta básica proporciona un nivel de seguridad económica que asegura que ninguna persona se vea forzada a vivir en condiciones de extrema necesidad. Este techo de dolor ofrece una red de protección inclusiva y accesible que, en lugar de gestionar el fracaso del sistema, se enfoca en satisfacer las necesidades reales de la población.

La economía del donut como marco para los tres techos

La economía del donut propone un "espacio seguro y justo" para la humanidad, definido por un anillo interior que garantiza las necesidades básicas y un anillo exterior que limita el impacto ambiental. En este contexto, los tres techos —de gasto, sostenibilidad y dolor— representan un marco integrador que redefine los límites y las prioridades de la economía. La renta básica, al garantizar el umbral mínimo de bienestar (asimilable al techo del dolor), se convierte en una herramienta esencial para cumplir el anillo interno del donut, mientras que el techo de emisiones contribuye a asegurar el respeto por el límite externo​.

La financiación de la renta básica puede lograrse mediante impuestos progresivos sobre la renta y el capital, además de impuestos ambientales. Estos mecanismos redistributivos no solo cubrirán los costos de la renta básica, sino que también limitarán el consumo desmedido de energía y recursos y contribuirán a revertir la creciente acumulación de la riqueza en el estrato más rico de la población[2], dirigiéndola a una economía más equitativa y ecológicamente sostenible. Este modelo fiscal permitirá una convergencia hacia un modelo de desarrollo sostenible que priorice el bienestar social y la preservación del planeta. A diferencia del endeudamiento financiero publico y privado, la deuda ecológica no son apuntes contables cancelables en un futuro, sino que es real y afecta a las condiciones de vida de la humanidad de las generaciones que vendrán.

Conclusión: un llamado a la transformación sistémica

El triple techo —gasto, sostenibilidad y dolor— es más que una propuesta económica; es una llamada a la acción para reestructurar nuestros valores y prioridades. El techo de gasto, en lugar de ser una limitación contable, debe condicionar las inversiones públicas a la consecución de los techos de sostenibilidad y dolor. Esto implica destinar recursos a garantizar un mínimo de bienestar y a evitar la degradación ambiental, y no simplemente limitar el déficit.

La implementación de estos tres techos requiere una voluntad política decidida y un marco regulador que establezca los incentivos necesarios para una transición justa. A nivel macro, el techo de gasto debería guiarse por los otros dos techos, promoviendo una economía que proteja a sus ciudadanos de la inseguridad económica y respete los límites del planeta. En última instancia, esta estructura no solo redefine el papel del Estado, sino que también ofrece una visión alternativa de una sociedad en la que el bienestar no depende de la acumulación de riqueza, sino de la garantía de derechos compartidos ahora y en el futuro.

Es hora de que tomemos en serio la construcción de un modelo económico que respete los límites planetarios y asegure el bienestar de cada individuo, hoy y en el futuro, y no haga depender el bienestar de la población más vulnerable de las migas de un crecimiento depredador que lleva a la destrucción del planeta. Desgraciadamente, y solo tres días después de la finalización del Simposio y mientras redactaba este escrito, la catástrofe de la DANA ha puesto en evidencia las consecuencias de superar el techo de sostenibilidad y de cómo es necesario replantear el techo de gasto y ponerle un techo al dolor (al menos por la parte material, el dolor emocional por la pérdida de vidas es irrecuperable).  La renta básica, como pilar de este enfoque, representa una oportunidad histórica para garantizar una sociedad más justa y resiliente, donde el progreso no se mida en términos de crecimiento desmedido, sino en la capacidad de ofrecer un presente y un futuro digno a todos.


[2] Un estudio de como financiar una renta básica a nivel europeo con impuestos ambientales y sobre los más rícos se puede encontrar en https://ideasforeurope.eu/activity/publication/a-european-universal-basi...

 

 
economista, miembro de la Red Renta Básica y de la Asociación Revo Prosperidad Sostenible.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 10-11-2024

PRESENCIA DE CANADA EN FIHAV-2024 REAFIRMA UNA RELACION DE AMISTAD Y COLABORACION DE 80 AÑOS.

Por Dr Jose Luis Perelló

Las relaciones entre Cuba y Canadá se remontan al siglo XVIII, cuando barcos procedentes de las provincias canadienses con costas en el Atlántico comerciaban y hacían trueques de bacalao y cerveza por ron y azúcar. La primera misión diplomática de Canadá en el Caribe se estableció en Cuba en 1945. En 1959, Canadá reconoció al gobierno de Cuba. En marzo de 2025 acogeremos el 80 aniversario de las relaciones diplomáticas Canadá-Cuba.

La relación de Canadá con Cuba, está basada en un compromiso con el diálogo abierto, la cooperación y el avance del comercio y las inversiones; lo que se reafirma con la presencia en la 40 edición de la Feria Internacional de La Habana (Fihav-2024). El enfoque de Canadá es el de relacionarse, sin restricciones, con todos los elementos de la sociedad cubana: el gobierno, el sector de negocios, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil.

Cuba es el principal mercado de Canadá en el Caribe/Subregión de América Central y es el mayor mercado de exportación en esa región. Canadá es la segunda fuente de inversión directa en Cuba con una importante inversión en minería, energía, petróleo y gas, y algunas inversiones en energía renovable, agricultura/equipo pesado y Turismo.

Es conocido que el turismo canadiense ha constituido a partir de los años 80 del siglo XX, el principal emisor de visitantes internacionales hacia Cuba. En 1985, cuando la Isla recibió 243.026 turistas internacionales, 40.727 procedían de Canadá.

Para los cubanos, Canadá es algo más que esa nación que comparte una larga frontera con un solo país: Estados Unidos. Es territorio de aborígenes cercanos al círculo polar, con descendientes de colonos británicos y franceses prerrevolucionarios, junto a muchos latinoamericanos y caribeños francófonos y anglófonos emigrados; asiáticos, chinos y vietnamitas.

Estos últimos años posteriores a la pandemia de covid-19, han mostrado los peores resultados en el desempeño del turismo para Cuba, en que han coincidido fuertes y repetidos fenómenos meteorológicos, fallas del sistema electroenergético nacional y una profundización en la crisis económica y financiera, que atentan significativamente al sector turismo.

Al cierre del mes de octubre de 2024, cuando el acumulado de visitantes internacionales al país alcanzó 1.844.858 visitantes internacionales; como siempre, los turistas canadienses con el 39,4% de participación ocuparon la primera posición con 727.204 arribos.


De esta manera la nación norteña continúa ocupando el primer lugar entre los principales mercados, afirmó el Ministro de Turismo de Cuba Juan Carlos García Granda, durante la inauguración del pabellón de Canadá en la segunda jornada de la 40 edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV2024), una “muestra más de los estrechos lazos entre nuestros países”, declaró el Ministro.

El titular del Mintur aprovechó el corte de cinta del recinto para dar la “la bienvenida a la nueva embajadora de Canadá en Cuba, la excelentísima señora Marianick Tremblay, y le deseamos muchos éxitos en su misión”, expreso García Granda.

La Embajadora de Canadá en Cuba, Exma Sra. Marianick Tremblay presentó a finales del mes de octubre, las copias de sus cartas credenciales a la viceministra de Relaciones Exteriores Anayansi Rodríguez, resaltando la importancia de las relaciones bilaterales entre Cuba y Canadá, las cuales arriban a su 80 aniversario el venidero mes de marzo de 2025.

LA NATURALEZA PARTICIPO PARA MAL….

Lamentablemente, como consecuencia del paso del huracán Rafael por el Occidente de Cuba, el comité organizador de FIHAV-2024, decidió suspender este evento, por causas de fuerza mayor. El ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera Oscar Pérez-Oliva expresó, el reconocimiento a expositores, representaciones camerales y agencias que promueven el comercio; y agradeció a las empresas que ofrecieron su ayuda tras el paso del fuerte huracán.

El ministro Pérez-Oliva explicó que, a partir de la experiencia, se consideró la posibilidad de trasladar la fecha de próximas ediciones, para que esta no coincida con la temporada ciclónica.

China puede vencer la deflación

Por MICHAEL SPENCE, Nobel de Economía ,  PS


Sería fácil hacer un diagnóstico erróneo de los desafíos que enfrenta la economía china y subestimar su potencial de crecimiento a largo plazo. De hecho, los desequilibrios internos y la incertidumbre inducida por las políticas –no un entorno externo hostil– están generando los obstáculos más poderosos para el crecimiento, y estos problemas son totalmente superables.

MILÁN – Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, China ha estado experimentando algo desconocido: condiciones deflacionarias. En esta etapa del desarrollo económico de China, el crecimiento potencial del PIB probablemente se encuentre en el rango del 5-6% , pero, en relación con la capacidad productiva, la demanda agregada es demasiado baja para materializar ese potencial.

No es difícil identificar factores que podrían haber debilitado la demanda externa. Las economías desarrolladas, especialmente Estados Unidos, han impuesto aranceles elevados a los productos chinos y han introducido restricciones a la exportación de ciertas tecnologías avanzadas a China. Mientras tanto, las fricciones comerciales más amplias están aumentando, impulsadas en parte por las sanciones impuestas en respuesta a la invasión rusa de Ucrania en 2022. La reelección del expresidente Donald Trump probablemente presagie más restricciones comerciales y de otro tipo, y otro paso hacia el nacionalismo, el unilateralismo y la fragmentación en el sistema global. Esto no es necesariamente un cambio radical en las relaciones entre Estados Unidos y China, aunque los aranceles del 100% lo serían. Sin embargo, la reconstrucción de alguna versión de un orden multilateral parece considerablemente menos probable en el corto plazo.

Dicho esto, China ha llegado a una etapa de desarrollo en la que la demanda interna, no la externa (especialmente en los sectores de servicios no transables), debería representar la mayor parte de la demanda agregada. Con un PIB de 13.000 dólares per cápita, China se ha convertido en una economía de ingresos medios altos que se acerca a la categoría de ingresos altos. Por lo tanto, la parte no transable de su economía debería acercarse al tamaño observado en los países de altos ingresos: dos tercios del PIB.

Esto significa que ni siquiera una demanda muy fuerte de exportaciones chinas, o una fuerte demanda de bienes transables en términos más generales, podría compensar una gran escasez de demanda de bienes no transables. Las barreras al crecimiento chino reflejan principalmente una débil demanda interna agregada, en gran medida debido a una escasez del consumo de los hogares.

Un desempleo relativamente alto, combinado con la incertidumbre sobre las perspectivas de la economía, ha alentado a los hogares chinos –que ya son grandes ahorradores según los estándares mundiales– a redoblar sus ahorros precautorios. Más importante aún, el valor decreciente de los bienes raíces, que representan aproximadamente el 70% de la riqueza de los hogares chinos, tiene efectos negativos significativos sobre el consumo. Como aprendió Estados Unidos después de la crisis de las hipotecas de alto riesgo de 2007-2010, reparar los daños en los balances del sector de los hogares no es una tarea fácil, y mucho menos una que se pueda lograr rápidamente.

La actividad inmobiliaria moderada también ha afectado las finanzas de los gobiernos locales, que durante mucho tiempo han dependido en gran medida de las ventas de terrenos y de los ingresos inmobiliarios. La creciente angustia fiscal de los gobiernos locales agrava las presiones deflacionarias.

Una segunda razón para el déficit de demanda interna de China es la baja inversión en el sector corporativo privado. La débil demanda interna de bienes y servicios finales es un factor subyacente; la pérdida de confianza, arraigada en una falta de claridad sobre la relación entre el sector privado y el gran sector corporativo estatal, es otro. La inversión extranjera directa entrante también ha disminuido, debido a las restricciones comerciales y de inversión y a las tensiones geopolíticas, aunque el impacto en la economía de China es menos significativo.

En el pasado, la inversión pública ha sido un motor importante de la demanda agregada china. Durante las tres décadas de crecimiento muy rápido de China, la formación bruta de capital –gran parte de ella dirigida por el gobierno– ascendió a más del 40% del PIB . Pero los gobiernos locales, con dificultades fiscales, tienen menos margen para realizar los tipos de inversiones masivas que se vieron en el pasado, y una recuperación de la inversión tendría sólo un impacto limitado en el crecimiento futuro. Invertir en exceso sólo para llenar un vacío en la demanda agregada es imprudente, como bien saben los responsables políticos chinos.

Las condiciones deflacionarias actuales pueden resultar desconocidas para China, pero no son del todo sorprendentes. La transición de un modelo de crecimiento impulsado por las exportaciones y la inversión a otro basado en el consumo interno y la innovación supone una transformación estructural fundamental. Sería más sorprendente si todos los componentes de ese cambio estuvieran perfectamente sincronizados.

En cualquier caso, la respuesta política ya está en marcha. Para empezar, el gobierno está aplicando un conjunto de medidas destinadas a estabilizar el sector inmobiliario sin alimentar una nueva burbuja. Por ejemplo, China casi duplicará las líneas de crédito para proyectos inmobiliarios inacabados, a fin de permitir su finalización y proteger a los hogares que han comprado apartamentos con antelación de perder toda su inversión. Como el exceso de capacidad no se puede revertir, la mejor opción es amortizarlo rápidamente.

Al mismo tiempo, el gobierno chino ha estado trabajando para aclarar las funciones de los sectores privado y estatal. Con el tiempo, esto debería restablecer la confianza y estimular la inversión del sector privado (siempre que el mensaje siga siendo coherente). Los esfuerzos recientes para alentar a los sectores público y privado a adoptar una mentalidad más emprendedora también ayudarán a vigorizar sectores de la economía y la burocracia que están siendo frenados por el miedo a cometer errores.

Una evaluación integral de las perspectivas económicas de China no debe centrarse únicamente en sus debilidades. La economía tiene muchas fortalezas importantes, entre ellas un abundante talento científico, tecnológico y empresarial. Esto ya ha contribuido al progreso de China –y, en algunos casos, al liderazgo– en una serie de tecnologías avanzadas, entre ellas la inteligencia artificial, la computación cuántica, los vehículos eléctricos, las baterías, la energía solar y algunas áreas de las ciencias biomédicas y de la vida. Traerá beneficios aún mayores una vez que se aborden los desequilibrios actuales.

China tiene otra ventaja importante: muchas economías en desarrollo no logran materializar su potencial de crecimiento porque las políticas gubernamentales no apoyan el cambio estructural y, en algunos casos, lo resisten activamente. China no tiene ese problema: su gobierno reconoce la importancia de la transformación estructural impulsada por la tecnología y diseña políticas (y dirige la inversión) en consecuencia.

En este sentido, puede considerarse una buena noticia que los obstáculos que enfrenta China para su crecimiento no sean principalmente resultado de un entorno externo más hostil (aunque esto no ayuda), sino que se deben en gran medida a desequilibrios internos e incertidumbre inducida por las políticas, problemas que el gobierno chino tiene la capacidad y la habilidad para abordar. Por ejemplo, un estímulo fiscal centrado en apoyar el consumo puede ayudar a suavizar el proceso de reequilibrio y evitar una espiral descendente que se retroalimente.

Los desafíos que enfrenta China son enormes, pero no insuperables. Con una estrategia política clara y bien orientada, se puede recuperar el impulso del crecimiento en dos o tres años.


Michael Spence, premio Nobel de Economía, es profesor emérito de Economía y exdecano de la Escuela de Posgrado de Negocios de la Universidad de Stanford. Es miembro sénior de la Hoover Institution, asesor sénior de General Atlantic y presidente del Global Growth Institute de la firma. Es presidente del consejo asesor del Asia Global Institute y forma parte del comité académico de la Luohan Academy. Es expresidente de la Comisión de Crecimiento y Desarrollo y coautor (con Mohamed A. El-Erian, Gordon Brown y Reid Lidow) de Permacrisis: A Plan to Fix a Fractured World (Simon & Schuster, 2023).