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lunes, 10 de marzo de 2025

Economía socialista: ¿hacia dónde apuntan los cambios estructurales en Cuba? ( Transcripcion )

Por: Marxlenin Pérez Valdés

 


Transcripción del programa Cuadrando la Caja, 2 de marzo de 2025

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Hola, ¿qué tal? Qué bueno volver a saludarle en Cuadrando la Caja, una propuesta televisiva para debatir, cuestionar y llegar a consensos desde el socialismo cubano. Soy Marxlenin Pérez y le doy la bienvenida a este cuadre diferente, porque hoy vamos a conversar de un tema que se ha posicionado en los últimos tiempos, la necesidad de que apliquemos en Cuba cambios estructurales.

Para abordarlo, me acompañan el doctor en Ciencias Económicas José Luis Rodríguez, profesor, investigador, asesor, otrora ministro de Finanzas y Precios y de Economía y Planificación; el máster en Ciencias Ramón Labañino, economista, investigador, vicepresidente de la ANEC y Héroe de la República de Cuba, y el máster en Ciencias Rafael Montejo, profesor, investigador, actualmente en el Centro de Estudios de Técnicas de Dirección de la Universidad de La Habana. Bienvenidos.

Es un tema que se nos queda muy abstracto, porque ciertos gurúes lo ponen sobre la mesa, pero no lo concretan. Montejo, ¿de qué estamos hablando cuando decimos cambios estructurales?

M. C. Rafael Montejo Véliz: El de los cambios estructurales es un tema complejo en la economía y ha sido enfocado por la academia y otros muchos especialistas y expertos. Es esencial. Tiene que ver con las relaciones de producción, esencialmente las relaciones de propiedad, el conjunto de sectores de la economía, su entrelazamiento y el entramado de relaciones que se generan a partir de ahí. Se refleja en muchas áreas: los salarios, los precios, el presupuesto, el producto interno bruto. La estructura económica y los cambios estructurales afectan a toda la economía y toda la sociedad. Develar sus principales deformaciones es importante para toda economía, porque cualquier cambio afecta el resto de los componentes de la economía, empresariales y no empresariales, instituciones y el ámbito social.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: ¿Son espontáneos o son intencionados los cambios estructurales?

M. C. Ramón Labañino Salazar: Los cambios estructurales responden a una necesidad de cambio, de transformación para avanzar y reorganizarnos. En nuestro caso, para salvar nuestro modelo socialista basado en el marxismo y el leninismo. Por supuesto, en ellos incide mucho la voluntad de las personas, que llevan adelante esos cambios de acuerdo con las necesidades. Surgen de una necesidad básica de cambiar, porque las dificultades que se enfrentan son grandes y hay que cambiar. La Revolución es cambio, es transformación, y desde el mismo triunfo de la Revolución se ha venido haciendo. El cambio estructural más gigante ha sido la Revolución cubana, que cambió de una sociedad de propiedad privada a una de propiedad social sobre los medios de producción. Eso creó un marco completamente diferente, una visión que implicó a los demás elementos de la sociedad. Se está tratando de imponer en las redes y, sobre todo, en la subversión, la matriz de que los cambios estructurales tienen que ver con un cambio de régimen. Eso es una falsedad. Primero, porque los cambios estructurales en sí mismos no implican un cambio de régimen. Los cambios estructurales pueden ser positivos o negativos para la sociedad.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: No necesariamente tiene que haber un cambio político en el sistema para que podamos hacer cambios estructurales en el orden económico.

M. C. Ramón Labañino Salazar: Sí hay que definir bien cuáles son los cambios estructurales que necesita nuestro socialismo para fortalecerlo, salvarlo, y cuáles son los cambios estructurales que nos llevan al capitalismo y no podemos aceptar.

Dra.C. Marxlenin Pérez Valdés: En ese término, “cambios estructurales”, hay implícita una palabra: estructura. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de estructura? ¿Cuál es la estructura que no ha cambiado, aparentemente, en Cuba? Porque se pide a gritos que “cambie estructuralmente”. ¿A qué estructura se refieren los gurúes que mencionaba al inicio? ¿No hemos cambiado nada en estos últimos años? ¿No se ha hecho ningún cambio estructural en la economía cubana? José Luis, ¿cómo lo ve usted?

Dr. C. José Luis Rodríguez García: El enfoque puede verse, como planteaba el compañero, con respecto a las relaciones de propiedad. Es un cambio estructural importante que fija el contexto de cuáles son los actores principales de la sociedad. Debemos tener claro que la economía es una ciencia que tiene leyes y esas leyes fijan determinadas regularidades. Los cambios estructurales suponen que usted atienda esas regularidades dictadas por la práctica, por la teoría marxista, por todo, en función de resolver los problemas que presentan en su movimiento. Usted puede tener una economía socialista basada en todos los principios de solidaridad, de búsqueda de una sociedad mejor, de que todos se beneficien y, sin embargo, la forma en que usted pretende resolver ese problema tiene un defecto dado por la estructura de la riqueza que se crea, el producto interno bruto. Porque, en el caso de Cuba, hemos tenido un retroceso que, en mi opinión, es explicable hasta cierto punto, pero que ha puesto un plano demasiado voluminoso, el sector de los servicios, y no así el sector secundario que es el industrial ni el sector primario que es la agricultura.

Hay una determinada proporcionalidad necesaria para que haya servicios sociales, educación y salud públicas… Eso tiene que darse sobre una base, la producción. Si usted no atiende adecuadamente la proporción que corresponde a la producción agrícola o a ciertas empresas del sector industrial para satisfacer directamente necesidades, no puede cumplir con los objetivos de servicios de amplia escala como los sociales o los que puede brindar la sociedad en la cultura, el deporte. Se requiere una base, y esa base la está dando la economía política, porque es la base material la que determina la superestructura. Estas cuestiones tenemos que tomarlas muy en consideración al plantearnos un cambio estructural.

¿Qué tenemos que hacer para que la estructura sea adecuada al nivel de desarrollo al que queremos llevar la sociedad? Hay cifras, que se analizaron hace ya algunos años, del peso que tenían determinados sectores y del peso que debían tener. Se hizo un modelo. Para que la economía cubana crezca y se desarrolle −porque para desarrollarse hay que crecer−, no solamente cuenta esa condición; tiene que haber un contenido social. Pero, en principio, tiene que haber un crecimiento de la economía. ¿Qué proporción tiene que crecer el sector agrícola, que ha estado en los últimos años en torno al 3% del PIB, ocupando el 18% de la fuerza de trabajo? Cuando hay mucha fuerza de trabajo y poco aporte, eso es baja productividad y ya se está incumpliendo una de las proporciones básicas.

¿Qué proporción se ponía en aquel modelo que se hizo hace algunos años?: el sector agropecuario debía tener un peso aproximado de un 10%. Y no lo hemos logrado a lo largo de estos años; al contrario, hemos ido hacia atrás. El último año que estuvo en ese entorno fue en 1989, cuando abarcó el 11% del producto interno bruto. Desde entonces, ha bajado; ha habido un peso cada vez relativamente menor de la agricultura, partiendo de que se iba a desarrollar sobre la ciencia y la técnica, la automatización, etc. Procesos que no han culminado, porque todo eso requiere inversión. Hay que tener claro que la gasolina que mueve el carro del cambio estructural es la inversión. Si usted no tiene una estructura de inversiones adecuada para producir un cambio estructural adecuado, no va a caminar. Y ahí también tenemos problemas con las inversiones en la agricultura, porque han estado bajando, lejos de subir.

Hoy hablamos de un programa de seguridad alimentaria y, sin embargo, es mínimo lo que se destina a la agricultura. En el capítulo de inversión está en el entorno de poco más de un 2, de un 3%. Evidentemente, requerimos un cambio estructural. Tiene que haber una productividad mayor en la agricultura para satisfacer las necesidades sociales. Ese es un tipo de cambio estructural dictado por leyes económicas, por proporciones, que es necesario cumplir. Porque no puede haber superestructura si no hay base y eso lógicamente entra en los análisis del cambio estructural. ¿Qué pasa? −y entro aquí en el terreno del debate que hay en torno a estos temas−, que hay propuestas técnicas, de cambio estructural, para hacer más eficiente la agricultura; por ejemplo, introduciendo el mercado. Si eso se toma como receta absoluta, conduce a un cambio en que la sociedad va a funcionar a partir de lo que diga el mercado. Y eso no es lo que queremos, porque sabemos a que lleva esto, la concentración de la propiedad y una economía de mercado, y todo eso empieza a chocar con los objetivos del socialismo. Es decir, no todo cambio estructural puede dejarse de la mano y decir “vamos a introducir el mercado y no nos ocupamos más del problema”.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Introducimos el mercado y lo dejamos a la espontaneidad de las leyes del capitalismo.

Dr. C. José Luis Rodríguez García: Ya sabemos lo que pasó con el socialismo de mercado. En esa composición se fue el socialismo y se quedó el mercado.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Socialismo y mercado no deberían estar en la misma oración, sin oraciones subordinadas que digan cómo debe ser.

Dr. C. José Luis Rodríguez García: Eso parte de un error en la teoría desde los años 20, que no se logró delimitar claramente. ¿Qué cosa es el mercado en las condiciones del socialismo? No es el mismo mercado que puede haber en las condiciones del capitalismo. Y esa insuficiencia llevó al error de considerar el mercado como algo formal, que se usa para mover la aritmética de la producción, etc., pero que no contiene relaciones sociales.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Un intercambio entre equivalentes y ya, sin apellidos.

Dr. C. José Luis Rodríguez García: Y eso condujo al error de considerar que con el mercado en el socialismo no teníamos por qué preocuparnos, porque, en definitiva, era un segmento subordinado que no tenía otro papel que el formal de dar números a los costos, a los precios… Ese es un grave error, porque el mercado tiene sus propias leyes que conducen a la propiedad privada y a la concentración de esa propiedad y de la riqueza si se deja que vaya por su camino. Eso es llegar al capitalismo. No podemos ignorar que hay cambios que se deben introducir, pero no es lo mismo el mercado en las condiciones del socialismo que en la sociedad capitalista o la sociedad mercantilizada. Debemos tenerlo muy en cuenta al analizar propuestas de cambio estructural: ¿hasta dónde podemos llegar?, ¿hasta dónde no podemos llegar? No podemos ignorar al mercado, se ha demostrado también a lo largo de años. Se pretendió que el mercado no jugaba ningún papel. Eso no dio el resultado que se esperaba; tampoco la aceptación de formas de propiedad subordinadas. Durante años pretendimos que todo fuera propiedad estatal prácticamente, desde las nacionalizaciones de la ofensiva revolucionaria del año 68, que dejaron solo un pequeño sector privado en el transporte, y la vida demostró que los escenarios son cambiantes. Se puede abrir un espacio al mercado, porque es necesario. Mientras mejor es el nivel de desarrollo, más espacio ocupa el mercado; eso lo estamos viendo hoy día. ¿Por qué?, porque el Estado no ha sido capaz de satisfacer un conjunto de necesidades, pero hay un sector que sí puede hacerlo, pues tiene fuentes de financiamiento, tiene remesas, tiene otras facilidades. Y antes de que opere en la clandestinidad, en la economía informal, hay que buscar una forma de conducir ese proceso para que contribuya al objetivo general de la sociedad. No se puede olvidar que las formas de gestión −como se les llama− no estatales ocupan solo el 16% del producto interno bruto. El 84% lo crea el Estado. Tenemos que ver cómo movemos una proporción en función de direccionar una cosa u otra en relación con cómo se mueven las relaciones de propiedad, que, además, relaciones sociales. Porque en el nivel de empleo sí tenemos una proporción mucho mayor. Es más del 35% hoy el empleo en el sector no estatal que en el sector estatal, y eso lógicamente mueve también a meditación: ¿qué vamos a hacer con esto?

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Estamos hablando de cambios estructurales en Cuba sin misticismos ni abstracciones. Enfocado en nuestra cotidianidad y en esos puntos débiles que tenemos que reforzar para dinamizar nuestra economía. Montejo quería agregar algunas líneas ya abiertas anteriormente, sobre todo por José Luis.

M. C. Rafael Montejo Véliz: La intervención de José Luis nos dice que en términos de estructura económica las proporciones son importantes, porque la proporcionalidad es la que conforma cómo van a ser los intercambios, y esos intercambios ponen equilibrios o desequilibrios en la economía. Mirando a la agricultura, por ejemplo, la mayoría de la población cubana, el 75%, vive en ciudades y hay una parte de esa estructura que la heredamos. También heredamos una estructura que tiene que ver con cómo está distribuida la tierra y se hicieron reformas agrarias, pero también hemos fragmentado excesivamente, a mi juicio, la tierra. La tenencia de la tierra está excesivamente fragmentada, porque si ahora hay una producción que es a gran escala, pero la tierra está fragmentada, ¿cómo lo resolvemos? Hay otros elementos estructurales también en lo profundo de la economía. Por ejemplo, hablando solo de agricultura, ¿cuál es la calidad de los suelos?, ¿tenemos suficiente agua? ¿Cuáles son las unidades productivas, cooperativas o personas solas? La estructura nos va a guiar por cuáles son las proporciones que debe haber en la economía y darnos visiones sobre posibles soluciones. Porque, además, hay otros elementos. Tú preguntabas, ¿son planificados o espontáneos? Una parte pueden ser planificados y una parte pueden ser orientados, pero hasta un punto; hay efectos que pueden ser no deseados tratando de solucionar un problema. Y si no hay integralidad, se generan otras deformaciones. Nosotros siempre nos preguntamos: ¿cambios estructurales? Sí, correcto, pero, ¿para quién?, ¿en qué momento?, ¿cómo, con qué gradualidad?… ¿Con qué elementos podemos resolver determinados problemas y cuál es la capacidad de prever otros problemas que pueden surgir? De eso es de lo que se trata, a mi juicio, cuando se habla de cambios estructurales.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Cambios estructurales hemos estado haciendo también con énfasis en los últimos tiempos, porque el mayor protagonismo dado a ese nuevo sujeto económico privado es un cambio estructural. ¿O me equivoco? Es un cambio justamente en la línea que abordaba José Luis, de las relaciones sociales de producción; relaciones materiales que están condicionando nuevas formas de entender las dinámicas del país. Esos son cambios estructurales. Ahora, la pregunta, ¿esos cambios estructurales han sido, hasta cierto punto, un elemento sensible a la hora de introducirlos en nuestro país? Porque cambian dinámicas en la socialización, en la estatización de la propiedad y la producción. ¿Nos han alejado o acercado a esa economía que queremos y necesitamos? ¿Cómo están influyendo esos cambios estructurales en las actuales condiciones de vida en Cuba?

M. C. Ramón Labañino Salazar: Sin duda, es uno de los cambios estructurales que más repercusión ha tenido en los últimos tiempos. Fue en agosto de 2021 cuando se autorizó la creación de las nuevas formas de gestión no estatal por una necesidad. Y esto es, efectivamente, un cambio estructural. Ante una necesidad del país, ante el bloqueo, ante la crisis económica que estamos enfrentando. ¿Cómo enfocarlo?, ¿qué proporción, como decía José Luis, debe tener dentro del peso de la economía nacional? Pero, además de eso, hay que tomar en cuenta la necesidad de enfrentar uno de los problemas que tenemos, la fuga del capital humano de las empresas estatales al sector privado. ¿Cómo podemos revertir ese proceso? ¿Cómo retener la fuerza de trabajo? Vamos a introducir la ciencia y la técnica, utilizar métodos más avanzados en este proceso, subir los salarios…

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Los incentivos de los que hemos conversado en otras ocasiones.

M. C. Ramón Labañino Salazar: Exacto. Cada vez que se enfrenta un proceso de cambio estructural, debe ser un proceso de un modelo de aproximaciones, y hay muchos factores a tomar en cuenta. Porque no puedes subir el salario si no hay producción; necesitas un respaldo productivo. Si hace falta invertir y te hace falta la inversión, tienes que exportar más, porque es la mejor forma. Tienes que pagar la deuda para acceder a créditos internacionales. Todo esto se concatena. Hay que ver el proceso de cambios estructurales como un sistema, un problema sistémico que no puedes resolver con una sola medida.

Tienes que aplicar varias medidas a la vez y, muy importante, tener un paliativo para que dar atención o respuesta a los más afectados con un cambio estructural. Estoy hablando de los más vulnerables en la sociedad; de la economía política, que es importantísima en los cambios estructurales que hacemos, y de que no podemos olvidar nunca nuestro modelo. En cuanto a si nos estamos acercando o alejando, hay medidas que estamos aplicando por necesidad y creo que lo importante es que seamos conscientes todos de que se hace por una necesidad y por el momento histórico que estamos viviendo. Se han cometido errores de aplicación en algún momento, errores de cálculo, pero, en esencia, se mantiene el poder del pueblo representado en su Partido y sus instituciones de gobierno. A veces nos hemos alejado un poquito de este proceso, pero estamos ahora en el camino de reorganizarnos, de orientar bien. Por ejemplo, el mercado mayorista de las mipymes, tenemos que organizar este proceso. Hay una experiencia que quiero mencionar, y solamente por mencionarla, no porque nosotros copiemos modelos ni a nadie. En el modelo chino se aplica, y ahí sí hay mercado, un mercado socialista; sí hay propiedad privada y ellos lo permiten libremente, pero lo controla el Partido. Número uno, el partido es el factor rector de la sociedad y define adónde se deben encaminar los esfuerzos y en qué medida se encaminan, cuáles son las reglas del juego. El que no cumpla con esas reglas de juego, no funciona. Y lo segundo, y más importante: todas estas nuevas formas de gestión tienen que ser en beneficio del pueblo, responder a nuestra realidad, complementarse con la empresa estatal socialista, que es el actor principal de la economía, y formar un tejido que todavía no acabamos de formar, que está en un proceso de reestructuración, de cambio. Pero tenemos que crear ese tejido sistémico para avanzar. Ese es el camino. Pienso que son muy importantes en este momento los debates populares. Cuando proponemos un cambio, que el pueblo sepa, que el pueblo opine, que el pueblo diga lo que considera sobre los cambios…

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Lo que quiere para su propia suerte.

M. C. Ramón Labañino Salazar: Y avanzar con pasos firmes. Ese es el proceso que estamos viviendo y, en esencia, nuestra sociedad está bien dirigida en este sentido. El Partido nuestro es un partido rector, que sabe dirigir la sociedad. Es el que lleva adelante los cambios estructurales, los análisis, el planteamiento de la política económica que estamos impulsando. El primer ministro Manuel Marrero expuso claramente en la Asamblea que son cambios estructurales. Estamos hablando de reestructuración de empresas, reorganización de los organismos de la Administración Central del Estado, de las OSDE; de problemas en la sociedad, y todo forma parte del programa de la política económica de nuestro país en la corrección de las desviaciones para reimpulsar la economía, en el plan de estabilización macroeconómica. Es un plan que comprende muchas acciones que son cambios estructurales para disminuir el déficit fiscal, para exportar, para llegar a tener un salario correcto, para bajar los precios y la inflación, para pagar la deuda externa. En esencia, son también cambios estructurales.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Sí, de cambios estructurales estamos rodeados, prácticamente. José Luis quería agregar algo.

Dr. C. José Luis Rodríguez García: Me parece que a la hora de enfocar el tema de los cambios estructurales tenemos que ser conscientes de que hay cambios coyunturales también. No todo se va a poder cambiar integralmente, porque son muchas las cosas y hay que ir paso a paso cambiando cosas. Y ahí hay un orden de secuencia importante y son las medidas que urgentemente hay que tomar para que la economía no solo se desarrolle, sino que supere deformaciones que hoy la están lacerando fuertemente. Lo vemos en la producción de alimentos, que no está satisfaciendo las necesidades de la sociedad. Hay que atender esos problemas con urgencia. Es decir, tienes que tener eso presente. ¿Cómo lo haces?: hay que ir a determinadas concesiones, no de principios, pero tienes que hacerlo. Necesitamos financiamiento, ¿qué podemos hacer para conseguir financiamiento? Bueno, tenemos que negociar nuevamente la deuda, de manera tal que podamos pagar de alguna forma, con quienes nos han prestado y les debemos dinero. Hay fórmulas para pagar con mínimo de liquidez, cuando no hay dinero, y eso debe producir un redimensionamiento de financiamiento externo que el país necesita. Ese financiamiento es el que nos puede dar dinero para exportar y, a partir de ahí, empezar a ingresar dinero por nuestras propias fuerzas y con nuestras propias entidades. Pero lo primario es que se requiere destrabar ese punto y atender el problema inflacionario, porque es el elemento, entre los desequilibrios actuales en la sociedad cubana, que más golpea a la población: la subida de los precios. ¿Qué se puede hacer en ese sentido? Cuando se hizo un planteo, hace unos cuatro años, de cuál era el programa antiinflacionario dentro del programa de estabilización macroeconómica, se habló de la compensación por los efectos negativos que muchas medidas tienen, porque tienen costos. ¿Qué vamos a hacer con la gente que gana menos dinero, que no tienen para comprar tal o cual cosa? Todo eso debe ser tomado en consideración. Eso no se tiene en cuenta en un programa neoliberal: cada uno se ajusta como puede. En Cuba no es así y eso introduce costos para el Estado. No podemos insertar medidas compensatorias y volver a desequilibrar el presupuesto, por ejemplo, o mantener el desequilibrio del presupuesto debido al déficit fiscal. Entonces, ¿cómo lo haces?, ¿cómo cumples con ese mandato del modelo y, por otro lado, empiezas a resolver un problema concreto de la economía? Es una cuestión muy importante a dilucidar. Y eso está dentro de las medidas urgentes, al igual que la producción de alimentos y el restablecimiento del sistema electroenergético nacional. El sistema electroenergético no estaba previsto originalmente dentro de los objetivos a atender a corto plazo y, sin embargo, hubo que introducirlo por los problemas que se presentaron. Ya vimos el cambio radical que se está planteando con los proyectos de nuevas fuentes de generación. Vamos a pasar, a la velocidad que nos permitan nuestros recursos, a formas de gestión de fuentes renovables de energía, porque no podemos con el petróleo que tenemos y con las dificultades para abastecernos en un mercado mundial complejo, incluso para los socios nuestros: el caso de Venezuela, el caso de Rusia también y el caso de México, las tres fuentes externas de suministro de combustible que tenemos.

¿Cómo lo hacemos? Todas estas medidas son de carácter urgente. ¿Por qué?, porque es necesario ir a un nivel de estabilización que permita que regularidades de la economía funcionen. ¿Qué pasó con la Tarea Ordenamiento? Diseñada en frío, tenía una serie de reequilibrios y fórmulas para salir de los desequilibrios que había, pero se implementó en un momento en el que la pandemia había paralizado la economía. Entonces, no funciona. Es decir, tienes que crear determinadas condiciones. Por eso hay un programa de estabilización macroeconómica, que es general. Para que las cosas puedan funcionar, tienen que cumplirse determinados requisitos en inflación, en inversiones, en inversión extranjera, en cómo obtener financiamiento externo renegociando deudas. Todo eso está enfocado en medidas de carácter urgente para generar una estabilización y, a partir de esa estabilización que se va logrando poco a poco, relanzar el modelo de crecimiento. El modelo de crecimiento está estudiado. Para alcanzar niveles de desarrollo, Cuba tiene que crecer entre 5 y 7%, pero eso demanda un 25% de inversión en relación con el producto interno bruto y hoy tenemos 10 o 12%. Es decir, hay que invertir. Pero, a la vez, cuando te metes en las inversiones tienes que priorizar aquellas que producen resultados a corto plazo, no inversiones de una larga maduración. Y ahí está la discusión de si invertimos en la agricultura o invertimos en la industria o en el turismo. Aún los caminos que están señalados tienen proporcionalidades internas que hay que atender y todo eso produce cambios de estructura dentro del sistema mismo.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Ustedes están hablando de cambios estructurales con los que vivimos cotidianamente, así que parece que hay cierto misterio cuando esos gurúes nos hablan de que necesitamos ya cambios estructurales en Cuba. Vamos a ver qué tiene que decir un gurú amigo desde Jatibonico.

El Gurú de Jatibonico:

Es el cambio estructural,

como su nombre procura,

un reset de la estructura

un terremoto social.

Y aunque un cambio radical

lo tuvimos con el sismo

que enterró el capitalismo

el año cincuenta y nueve,

yo creo que aún se debe

cambiar a más socialismo.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Yo prefiero a este gurú, el de nuestro Cuadrando la Caja, porque nos dice que sí, es un reset, que necesitamos cambios estructurales, pero para más socialismo. Y esa es la idea de este programa. ¿Qué cambios estructurales se necesita seguir implementando desde nuestra realidad y desde nuestra Revolución? Porque, sin dudas, hay un límite para que ese cambio no signifique que el tránsito se nos vaya hacia el capitalismo, para que sigamos por el camino certero de lo que hemos querido desde el 59.

M. C. Rafael Montejo Véliz: Recordemos que los cambios estructurales y la estructura económica son elementos estables en el tiempo, no se cambian tan rápidamente, con un efecto casi inmediato. Algunos los pueden tener, pero, por lo general, los cambios estructurales son a mediano y más largo plazos.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Como su nombre indica: estructura, es lo que soporta.

M. C. Rafael Montejo Véliz: Es lo que soporta el resto de la economía y las proporcionalidades de las que hablaba José Luis. En los años 70 y 80 hubo profundos cambios estructurales relacionados con la industrialización del país. Había un crecimiento extraordinario de la industrialización, alrededor de un 22% anual, y eso generó una columna vertebral que no hubiéramos tenido si no se hubiera hecho ese esfuerzo en aquellas décadas. Poco antes de los 90, no hablábamos de biotecnología ni de turismo; los desarrollos y avances en esos sectores fueron cambios estructurales, porque ahora están presentes. En los cambios estructurales siempre vas a tener lo que has ido heredando, haya salido bien o no tan bien, o haya tenido efectos negativos. Hay que lidiar con esos asuntos.

Mirándolo desde la actualidad, también tenemos un factor que ha transcurrido prácticamente durante toda la Revolución y probablemente desde antes, si lo analizamos bien: la dependencia del sector externo de la economía. Tenemos una gran dependencia del vínculo con el exterior, de la cantidad de dinero que se tenga para proporcionar. Entonces, hay una relación entre importación y exportación que también es relevante y pesa mucho. Y no olvidemos que en esos cambios estructurales que hemos mencionado los hacemos bajo condiciones especiales, de sanciones, de bloqueo, etcétera…

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: De guerra económica.

M.Cs. Rafael Montejo Véliz: De guerra económica, lo cual genera también determinadas desproporciones aun cuando no sea el propósito inicial. Muchas veces, medidas que apuntan a cambios estructurales se truncan y fracasan en alguna medida debido a esas condiciones. Es en ese escenario que deben ser implementados esos cambios estructurales. Porque no olvidemos que ahora hay nuevos actores. Y lo importante de los cambios estructurales es la integración. ¿Hacia dónde deben apuntar?: hacia integrarse dentro de una hegemonía de las relaciones de producción socialista, que es lo importante. Por eso, siempre, en todos los congresos del Partido se ratifica la empresa estatal socialista, la planificación, elementos que son esenciales al socialismo. Y en ese marco es que deben considerarse esos cambios estructurales que nunca van a tener un efecto inmediato.

Coincido con José Luis no solo en la gradualidad, sino también en que los tiempos son importantes. Creo que para cambios estructurales importantes no se puede dejar de resolver problemas previos como el déficit fiscal y la inflación, tener controlados esos elementos; todo lo que hagamos entonces se puede emprender ya con unas finanzas más saneadas. Y eso también permite influir en los salarios, en los incentivos. También hay que destrabar todo lo que podamos respecto a las exportaciones, para captar las divisas que permitan después pagar. Sin eso, no es posible. Creo que se han creado potencialidades, que es otro elemento en el que tenemos que ver bien: ¿cuáles son las reales potencialidades que tenemos en lo estructural y que no aprovechamos lo suficiente, aun con todas las desventajas que afrontamos? Hacia ahí apuntan también esos cambios, a buscar las reservas que realmente tenemos.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Ramón, ¿qué puedes aportar sobre estas cuestiones cuando vamos llegando al final del programa?

M. C. Ramon Labañino Salazar: En el ámbito de los cambios estructurales, una cosa importante es establecer prioridades. Primero, por la situación tan difícil que estamos enfrentando, el bloqueo y todas las condiciones críticas. Hay que tener prioridades para saber cómo encaminarnos. Es decir, vamos a enfocarnos en tales áreas de la economía, la agricultura, producir más bienes y servicios para el pueblo. Y desde ahí, todo lo que tiene vínculos con ese objetivo y los resultados, porque, como explicaban José Luis y Montejo, tienen muchas implicaciones en otros sectores de la economía.

Nosotros estamos haciendo cambios estructurales muy importantes hoy en día. La bancarización es un cambio estructural importantísimo; la informatización de la sociedad,; la aplicación de la ciencia y la técnica en los cambios en la biotecnología, incluso como reglón exportable, en BioCubaFarma, en los productos biofarmacéuticos nacionales.

Hay una nueva opción que yo pienso que pudiera afectar positivamente, y mucho, el presente y futuro de Cuba desde el punto de vista estructural y mucho más allá de lo estructural: Cuba como país invitado del Brics. Estamos hablando de un panorama diferente en el cual hay relaciones de intercambio diferentes, basadas en principios de ganar ambas partes; donde hay respeto a la soberanía nacional; donde nadie te impone el criterio. Y tenemos un mercado importantísimo que podemos explotar mejor. Incluso, puede constribuir en el proceso de desdolarización. Con el Brics hay potencialidades para pagar en otras monedas; incluso, nuestra propia moneda con algunos mecanismos financieros que se creen, o pagar en monedas que no sean dólares. Son potencialidades. Hay que ver cómo y cuánto podemos avanzar, pero ese sería un cambio estructural enorme para la realidad cubana en la cual estamos enfocados hoy en día.

Dentro de este panorama, van a tener mucho peso el desarrollo y la aplicación de la ciencia y la técnica, tal y como dice nuestro presidente. Debemos enfocarnos en la innovación, en la ciencia y la técnica, en los métodos de dirección más sofisticados, en mecanismos que nos permitan avanzar más. Nuestros cambios estructurales son siempre, y vamos a la esencia del debate, para defender nuestro socialismo, perfeccionarlo, hacerlo más eficiente; para seguir adelante por la vía del socialismo. Y hay cosas que no se pueden hacer.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Esa idea me parece central: los cambios estructurales que no podemos hacer.

M. C. Ramon Labañino Salazar: Un cambio estructural económico es, por ejemplo, el libre mercado, las ideas neoliberales de liberar el mercado como el gran estabilizador universal, que las leyes de oferta y demanda del mercado regulen todo y que el Estado sea pequeño, que prácticamente no tenga decisión sobre el mercado y la economía. Eso es un desastre, nos lleva al capitalismo. Hemos visto las fórmulas aplicadas en países como Argentina, Uruguay, con la pérdida de todos los programas sociales, el aumento de la pobreza. Eso no es posible en las condiciones de cambios estructurales en Cuba. No es la vía. Tampoco es la vía privatizar los medios fundamentales de producción, pero yo te diría que hay una fuerza importantísima que no se puede tocar bajo ningún concepto, que va mucho más allá que la economía, y es el papel director del Partido Comunista de Cuba al frente de la dirección del país. Es el Partido el que nos une a todos los cubanos y tiene que haber un solo partido, que es el partido nuestro. Todo lo que tenga que ver con tratar de dividirnos, crear otros partidos políticos y las supuestas elecciones burguesas, etc., nos haría un daño tremendo y eso no puede pasar. Todas las concesiones que vayan en ese camino no son cambios estructurales que nos llevarían a defender el socialismo; a,l contrario nos llevarían a la senda del capitalismo. Los mismos medios de comunicación… privatizar los medios de comunicación es como privatizar la conciencia política e ideológica de la nación. Eso es otra de las cosas que no deben hacerse.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Un partido con la claridad teórica, conceptual, política, justamente para tener la línea y el equilibrio entre cuáles son los cambios estructurales que necesitamos y cuáles los que, bajo ningún concepto, porque son cuestiones de principio, no podemos hacer. José Luis, hacia los minutos finales, las ideas más importantes que usted todavía necesita exponer.

Dr. C. José Luis Rodríguez García: Una síntesis es la siguiente: estamos enfocados en una serie de cambios contenidos en los 10 objetivos del programa de gobierno aprobados para este año, en el hay medidas concretas en esta dirección. Empezando −es el primer objetivo− por la aplicación del programa de estabilización macroeconómica. Nosotros, los que no somos decisores, tenemos un papel que jugar también para tratar de llevarlo a la academia, para tratar de llevarlo a la población por vía de la prensa, de programas como estos. La realidad de nuestra situación en este momento, que es una situación bien complicada, no es comparable, pienso yo, con la que vivimos en el Período especial, cuando había otras cuestiones que estaban peor. Pero requerimos partir de principios que el Comandante Jefe siempre defendió, que hay que explicar las cosas muchas veces. Porque todos estos temas de que estamos hablando, de mercado cambiario, de renegociación de la deuda, son complejos y no se resuelven con una política de choque. Eso requiere explicación y, junto a eso, también, mantener el principio del cual el Comandante fue un paladín: hacer cosas que den resultados, que la gente lo viva, que la gente lo sienta.

Yo estaba meditando, por ejemplo, en las proporciones de las inversiones que se hicieron en los 60, concentradas en la agricultura para la caña, el plan de los 10 millones. El peso que tuvieron las inversiones sociales… Fidel fue muy claro en ese sentido. Nosotros veníamos de una sociedad capitalista donde la lucha por la sobrevivencia era “el hombre contra el hombre”. ¿Qué podía hacer el Estado para llevar un mejor nivel de vida a la gente? Muy rápido: la rebaja de los precios de los servicios básicos; las facilidades para adquirir una vivienda primero y después, mediante un sistema de pago, hacerse propietario; la alimentación de las personas, que se incrementó mucho en esos años (se estableció la norma de igualdad en el consumo a partir de la libreta de abastecimiento en marzo del 62). Es decir, fueron resultados muy concretos en medio de una situación en que teníamos la lucha contra bandidos, el bloqueo a todo tren, la Crisis de Octubre. Se fueron dando resultados y la gente identificaba el socialismo con esos resultados, con las perspectivas, con, por ejemplo, “mis hijos pueden ir a la universidad con la Reforma Universitaria”. Hoy tenemos que lograr eso en la dimensión y en las condiciones actuales. Lo que propongamos tiene que generar determinados resultados; si no, hay que retroceder y rectificar.

El año pasado, en los balances en la Asamblea Nacional se dijo que no habíamos logrado incidir lo equerido en las áreas que más le repercuten en la población. Ese es un análisis autocrítico y realmente hay cosas que no han salido bien. Se han estado haciendo balances en los organismos y se están enfocando precisamente en qué aspectos no nos salieron bien para ir a rectificar. Eso es muy importante. Los cambios que se hagan tienen que dar determinado resultados, a más largo plazo, cambios más profundos, o coyunturalmente, porque tenemos que tener la libreta, cumplir con la libreta… Cosas tan simples aparentemente como ese elemento tienen que irse resolviendo y hay que implementar medidas concretas, que a veces no son las nos gustaría aplicar. Una de las cosas que abordamos en un programa anterior fue la dolarización. ¿Por qué dolarizamos ahora?, porque hay que estabilizar el sistema de monedas de cambio, de manera tal que podamos tomar decisiones sobre la base de una moneda estable y luego, cuando empiece la recuperación, desdolarizar, igual que se hizo con el CUC en el año 94 y después, en el 2004, pudimos desdolarizar. Todos estos son requisitos de los cambios que nos estamos planteando ahora.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Son cambios estructurales que hemos venido acometiendo y, por supuesto, otros que hay que seguir emprendiendo y pensando entre todos. Les agradezco que hayan venido hoy a dar sus criterios, sus experiencias y conocimientos.

Recuerde usted que puede participar, no solo de los comentarios, sino que debe, sobre todo, participar en conjunto con todo el pueblo cubano en la transformación de nuestra realidad. Yo cuento con usted para hacerlo, sí, desde el socialismo cubano. Nos vemos pronto.

Transcripción: Anaylet Rodríguez Espinosa, Ana Elena Hidalgo Reyes y Yanet Muñoz Hernández/ IDEAS Multimedios

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