En un excelente artículo con el título, ASPECTOS CLAVES PARA REPENSAR LA ECONOMIA SOCIALISTA DE LA TRANSICION, el compañero Luis Marcelo Yera, expresa tres afirmaciones que son claves para entender a la luz del pensamiento de Marx y Engels, la relación no contradictoria entre Mercado, Planificación y el Socialismo. Estas son:
1. Hay una idea errónea en que el mercado se contrapone a la planificación. El mercado está asociado en realidad a la competencia, y, por ende, a la existencia del dinero.
2. Mientras exista el dinero habrá compraventa y, por derivación, mercado.
3. Lo que se opondría a la planificación es la competencia y la producción anárquicas, pero no el mercado que es el ambiente de compraventa donde se justifica la producción.
Mientras países como China y Vietnam, gobernados por Partidos Comunistas, organizan su creciente economía utilizando la planificación, pero sin renunciar al mercado en las relaciones entre las empresas, nosotros en Cuba, continuamos negando el papel objetivo del mercado en las relaciones entre las empresas estatales y con la población. No acabamos de convencernos, a pesar de las evidencias objetivas, que la Ley del Valor funciona en todo el periodo de tránsito hacia el Comunismo, al que según Carlos Marx llegara la humanidad, cuando ¨el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo de los individuos en todos los aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ! De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades! ¨.
¿Alguien en su sano juicio puede pensar que nuestra sociedad, y la economía que la sustenta, que hoy tiene dificultades para garantizar la alimentación y la salud de todos sus hijos e hijas, debe continuar negándose a aplicar consecuentemente la Ley del Valor, o sea el mercado, al menos, en las relaciones entre las empresas propiedad del Estado, los trabajadores y la población? ¿Quién debe decidirlo?.
En mi opinión, el Consejo de Estado tiene facultades más que suficientes para decidirlo, dándole facultades al Presidente de la Republica para que comience a actuar en consecuencia e informe al IX Congreso del Partido a celebrarse en el Primer trimestre del 2026. Al menos en la actividad agropecuaria y la industria alimentaria las relaciones económicas basadas en el mercado, deberían de iniciarse a la mayor brevedad posible. No se debería continuar solicitándole a las municipios y provincias que tomen decisiones y hagan propuestas. Se les debería entregar por la Dirección del País, la decisión de cómo actuar, al menos como primer paso, para introducir los principios del mercado en las relaciones entre las empresas estatales, privadas, los productores agrícolas, el banco y la población.
Estamos comenzando a conmemorar el Centenario de Fidel. Estoy convencido que Fidel actuaria. Ya estaría realizando experiencias que le permitieran profundizar en el método de cómo llevar a cabo la introducción del mercado en la economía comenzando por la agricultura y la industria alimentaria.
¿Por qué no actuamos como lo haría Fidel en las presentes circunstancias?
29/09/2025
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Buen tema, estamos muy necesitados de este debate.
ResponderEliminarQuisiera opinar rápidamente sobre el punto siguiente: "Lo que se opondría a la planificación es la competencia y la producción anárquicas".
Creo que en ese punto habría que precisar que lo que se opone a la planificación es la competencia sin una debida regulación. En eso hay un trabajo importante que hacer por la administración pública.
La competencia sin la debida regulación puede generar diferentes dificultades al mercado. La producción anarquía es una dificultad que se genera por una indebida regulación. Pero en eso es necesario también expresar en este tema y momento, que puede ser preferible en varios momentos enfrentar esas dificultades que las que crea una planificación excesivamente centralizada que paralice la iniciativa empresarial de forma generalizada.
La iniciativa empresarial que es limitada a algunos puntos y momentos del mercado, no es suficiente para generar desarrollo en términos macro económicos.
Pero regresando al punto. La competencia no tiene que ser per se un antagonista de la planificación socialista.