Raül heredó una situación agravada por el añejamiento
de los males. Consciente de la necesidad de cambios, inició cautelosos pasos en
tal sentido. La clave simbólica de las
soluciones se depositó en el VI
Congreso del Partido. En la propaganda y documentos alusivos al tema se
insiste en el calificativo modelo económico, término que
otrora no resultaba grato. Sólo era utilizado puertas adentro por
especialistas. Finalmente se vulgarizó y adquirió calidad de eslogan. Hoy se
abusa del término.
La gran incógnita es cómo y cuando se concretará un
modelo redentor.
Entre las vías trazadas en los Lineamientos destacan cuatro variables estratégicas. Tres de ellas reivindican el
sector no estatal de la economía; una se dirige a la recuperación del
campesinado como clase productora. Otra se refiere a los trabajadores por
cuenta propia y la tercera a las inversiones extranjeras. Una cuarta intención
se refiere al mercado interno para insumos y productos. Satanizado en el
pasado, fue sustituido por métodos de asignación con un rotundo fracaso.
Recuperación del campesinado
En julio de 2008 se aprobó un decreto ley estipulando la
entrega en usufructo de tierras ociosas a particulares. En
aquel momento algo más de la mitad de
las fincas del país estaban ociosas y se
importaban alimentos por valor de $1.000 millones anuales. Internamente, los
precios en los mercados libres
agropecuarios eran muy elevados. En su discurso del 26 de Julio de 2008, Raúl
había sentenciado: tenemos que
revertir definitivamente la tendencia al decrecimiento del área de tierra
cultivada, que entre 1998 y 2007, en solo nueve años, disminuyó en 33 por
ciento. Mucho antes, en septiembre de 1993, como parte de las
transformaciones de aquella época, las granjas estatales habían sido
convertidas en cooperativas: las unidades básicas de producción agropecuaria
(UBPA). La medida no fue suficiente para reactivar la agricultura. No basta
con entregar tierras. Es necesario eliminar los eslabones estatales, brindar
incentivos y crear un mercado donde puedan obtener sus insumos. Por otra parte,
las verdaderas cooperativas nacen desde
abajo y no son creadas por decreto. Para apoyar el programa de usufructo, el
gobierno también decidió abaratar los
precios de los insumos y productos del campo, así como la entrega de créditos a
los campesinos. Desde aquella fecha de
2008 y hasta mediados de 2011 se entregaron 1,3 millones de hectáreas de
tierras ociosas a usufructuarios privados. Casi el 80% de ellas estaban ya en
explotación.
Reanimación de los pequeños
PRODUCTORES
Con igual sentido, otro cambio se refiere a los autónomos
urbanos, segmento barrido de la esfera económica en 1968
mediante la Ofensiva Revolucionaria. A mediados de de 2014 su cifra sobrepasa los
400.000; quizás se acerque a su nivel asintótico. Entre ellos no falta el
capital de los cubanos de afuera, a veces a través de una persona de confianza,
e incluso directamente. Se dedican principalmente a restaurantes (paladares)
o alojamiento. No suele haber entre ellos capacidades inversionistas
substanciales. Como punto referencial puede señalarse que en 1987 estaban
registrados oficialmente sólo 28.839
trabajadores por cuenta propia. En esa época eran considerados los malos de
la película.
Inversiones extranjeras
Una tercera medida
trascendente son las inversiones extranjeras. El 29 de
marzo de 2014 se aprobó una nueva Ley que las regula.
Hubo otras dos anteriores pero esta es más agresiva. Tiene como antecedente la
coyuntura actual, pero también la evolución del sistema empresarial del país.
Con el Periodo Especial surgieron entidades diferentes
a los habituales ministerios. Adoptaban la forma de sociedades anónimas pero
todas sus acciones pertenecían al Estado. Se regían por relaciones de costo beneficio y poseían una flexibilidad operativa superior a la de las
entidades puras estatales. Así nacieron las corporaciones CIMEX y Cubalse, las
dos más importantes en su época, pero no únicas.
Con el tiempo se les retiraron facultades y actualmente se asemejan mucho a
vulgares ministerios. Las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR) asumieron también responsabilidades en la
economía. Algunos de sus dirigentes fueron entrenados en técnicas de gestión
capitalista más tarde trasladadas a otras esferas a través del movimiento del
llamado Perfeccionamiento Empresarial. Se trata de un procedimiento que
sigue las recomendaciones habituales de los manuales convencionales de
organización de empresas.
El decreto ley 50 de 1982 reguló las formas de
asociación extranjera permitidas en el país. En 1995 fue ampliado su alcance
con la Ley 77. Al calor de la crisis y bajo este amparo legal surgieron
empresas mixtas. En ellas participaba el capital extranjero, generalmente en
proporciones inferiores al 50%.
A inicios del año 2005 terminó la relativa autonomía
financiera de algunas corporaciones con la centralización del control de
divisas. El Banco Central de Cuba comenzó a recibir aportes en esa moneda
(ganancias, impuestos, etc.) a través de la
Cuenta Única de Ingresos en Divisas del Estado.
Los organismos recibían asignaciones del Ministerio de Finanzas y Precios y las
cantidades efectivamente otorgadas dependían de criterios gubernamentales de
distribución y, sobre todo, de la disponibilidad en el momento de la entrega.
En los últimos años del medio siglo analizado la
difícil situación externa de las divisas obligó a limitar la venta de moneda
convertible a los bancos comerciales locales. Con ello se aplazaron las
transferencias al exterior para honrar deudas y se afectó el crédito del país.
Se llevan a cabo reprogramaciones con los acreedores pero ello es un arma de
doble filo: de una parte se prolonga legalmente la deuda, pero se pierde
credibilidad. Esta situación afecta al consumo por dos vías. Las producciones
nacionales no reciben todos los insumos que requieren y no abastecen
adecuadamente al comercio minorista.
El acoso a la inversión extranjera dejó algunos
sobrevivientes importantes. Las más notorias tienen que ver con la minería del níquel y la
prospección y refinación de petróleo, la generación eléctrica con residuales
del petróleo, el tabaco y el turismo y en algunos casos, con los alimentos.
Casi todos los asociados son transnacionales importantes.
La Ley aprobada en marzo de 2014 cambia el enfoque
eminentemente recaudador de la anterior legislación. La legislación en fase de
desaparición no brindaba tantas ventajas pero pudo haber logrado mejores resultados.
Lo negativo fue el espíritu con que se aplicó.
La nueva Ley considera a las inversiones extranjeras
como parte de una economía en desarrollo. Sus ventajas impositivas son
tentadoras. Exime del pago de impuestos sobre la ganancia durante los primeros
8 años de operación. Se abren a casi todos los sectores económicos. Las
disposiciones sobre la contratación de personal mejoran pero aún pueden ser
objetadas. La Ley en sustitución
obligaba a las empresas inversionistas a solventar en divisas una cantidad
equivalente al doble o más del fondo de salarios. Era como un impuesto.
Procuraba los trabajadores y les pagaba en pesos cubanos. La nueva Ley de
2014 elimina esta fórmula lucrativa,
pero subsiste la centralización del suministro de personal. No se permite la
libre contratación.
Los plazos de negociación, aprobación puesta en marcha
pueden dilatarse varios meses. Es una importante deficiencia. En otros países
los plazos son inferiores y en algunos casos requieren sólo unas semanas.
Algunos han logrado eficiencia en tal sentido.
No hay restricciones respecto a inversionistas
extranjeros, ni siquiera a los cubanos que residen en el exterior. Tan sólo se
exige que no pertenezcan o realicen actos contrarios a la política del Estado
cubano. Internamente pueden ser inversionistas las personas jurídicas cubanas.
La Ley parece enfocada hacia los grandes productores.
Al parecer no toma en cuenta que alrededor de ellos suelen gravitar otras de poca envergadura que los
complementan. Se trata de las pequeñas y medianas empresas (PyMes), entidades
menores y espontáneas cuya sumatoria no es despreciable. Juegan un papel insoslayable en el desarrollo. El espíritu
con que se aplique la nueva Ley pudiera salvar esta situación.
El mayor inconveniente es
exógeno. Radica en las disposiciones extraterritoriales vigentes en los
Estados Unidos. El bloqueo –o embargo como le llaman sus autores – impide a
ciudadanos norteamericanos hacer negocios con Cuba. Por su cercanía y
potencialidad económica el poderoso vecino seria el socio comercial por
excelencia. La restricción afecta también a los propios empresarios
norteamericanos. Esta sería la buena noticia pues, como es sabido, Estados
Unidos no tiene amigos pero tiene intereses. La medida injusta e inmoral aún
persiste.
No se publica información
sobre los costos y beneficios de la inversión extranjera que actualmente aún
radica en el país. Algunos estiman en 500 millones de dólares los dividendos
que marchan al exterior. De ser cierta la apreciación, representaría algo menos
del 1% del PIB actual. El beneficio registrado por el país es, seguramente,
mucho mayor.
La Ley aprobada en marzo de 2014 obedece a necesidades
objetivas.
La tasa de crecimiento del PIB cubano
durante la última década fue de un 1,8% anual, casi la mitad del ritmo promedio
en el conjunto de países de América Latina. El plan de 2014 prevé un 2,2% pero
aun cumpliéndose sería muy inferior a lo necesario. El crecimiento no implica desarrollo. Es
condición necesaria, peo no suficiente. El primero expresa simplemente
el incremento de la producción de bienes y servicios. El crecimiento actual del
PIB cubano no permite el desarrollo. Los niveles de crecimiento son la base de
las transformaciones.
La denominación país en vías de desarrollo es
un eufemismo con el que se elude el empleo del
término subdesarrollo, de sabor
peyorativo. Son también calificativos edulcorados, país del tercer mundo,
periferia y otros abundantes en la literatura económica. El
subdesarrollo obedece a una deformación
histórica nacida de la evolución del capitalismo mundial. Es un defecto que hay
que corregir, lo cual no es fácil. Las inversiones son parte de la solución.
Hasta el momento anterior a la eclosión del Periodo
Especial también se puso énfasis en la inversión. Se realizó con aportes
estatales, ayuda externa y el ajuste interno del cinturón. Bajo estas
condiciones no resultó. El país continúa
siendo subdesarrollado y gran parte de aquel esfuerzo se ha esfumado. Las
circunstancias y mentalidad actuales son diferentes.
Cuba no puede hacer frente a sus necesidades de
inversión por si sola. El ahorro interno no es suficiente y a ello obedece la
actual Ley.
El desarrollo exige cifras de crecimiento económico
superiores a un 5%. Se insiste en un 7%, quizás porque es el nivel registrado
por China. Para ello, según experiencias internacionales, se requiere una tasa
de acumulación de alrededor de un 25%.
Algunos piensan que incluso debe ser superior. El nuevo valor creado por el
país sólo permite alrededor de un 13%. El consumo asimila la mayor parte del
PIB y no es recomendable menoscabarlo
para no afectar la productividad del trabajo. Tampoco debe dañarse el balance
externo que empeoraría la situación de la deuda foránea.
Esta es la causa esencial de la Ley, pero no la única.
El aporte extranjero puede significar tecnología y
mercados. El desarrollo exitoso de una producción demanda 4 momentos. En
principio se requiere la tecnología del producto consistente en su
diseño. Le sigue una tecnología de producción que lo traslada del
laboratorio a la producción masiva. Ello debe realizarse en condiciones de
eficiencia y se impone entonces la tecnología de administración empresarial.
Ahí no termina el proceso. El producto debe ser situado ante un consumidor
potencial y para ello se requiere una tecnología de marketing. Muchos
productos cubanos cuentan con la primera de estas tecnologías pero carecen de
las demás. La asociación extranjera es una vía importante para resolver el
conjunto.
En el debate de la ley los
diputados se pronunciaron por no repetir errores y por recuperar prestigio.
Según la nueva normativa, la inversión extranjera está orientada a la ampliación de los actuales mercados, la
incorporación de tecnologías avanzadas, la sustitución de importaciones, la
creación de empleo, la asimilación de métodos gerenciales, la participación en
encadenamientos productivos y el cambio de la matriz energética del país en
base a fuentes renovables.
Otras medidas condicionadas por los Lineamientos
Además de estas medidas estratégicas, se han adoptado
otras que no son despreciables. Una es la racionalización de numerosas plazas
en el aparato estatal. En su origen la meta fue millonaria y ha quedado
enmarcada en un cronograma ralentizado. Entre 2010 y 2013, en el sector de la
salud solamente, se redujeron 109.000 trabajadores con un gasto de alrededor de
2.000 millones de pesos presupuestarios.
Se proyecta también descentralizar la gestión de las
empresas estatales dentro del marco de la planificaron; serán
autofinanciadas y las que fracasen se liquidarán o fusionarán. No se
permitirá la concentración de la propiedad en la esfera privada. La inversión
extranjera continuará circunscrita a las actividades de interés para el país.
Muchos de los objetivos fijados son cualitativos: eliminación de la
dualidad monetaria; recuperación de la capacidad exportadora en productos
tradicionales; reducción de la dependencia de las importaciones y otras
similares. Es lo que establecen los Lineamientos.
La praxis política cubana ha estado plagada de regulaciones.
Muchas de ellas han perdido sentido, si es que lo tuvieron. En febrero de 2008,
Raúl señalaba:
.. En diciembre
hablé del exceso de prohibiciones y regulaciones, y en las próximas semanas
comenzaremos a eliminar las más sencillas. Muchas de ellas tuvieron como único
objetivo evitar el surgimiento de nuevas desigualdades, en un momento de
escasez generalizada, incluso a costa de dejar de percibir ciertos ingresos….
La supresión de disposiciones absurdas forma parte del
paquete. Algunas comenzaron a efectuarse
con anterioridad e incluso dentro del primer intento a inicios de los 90.
Llegado el momento de liquidar sinrazones dejó de ser delito poseer
divisas; se eliminaron las restricciones a las salidas migratorias, y cesó el
prejuicio religioso y sexual. Posteriormente los cubanos residentes accedieron
a facilidades turísticas y hoteleras con pago en divisas; también a la telefonía celular. A mediados de 2014
aún el acceso particular a Internet sigue siendo exclusivo para extranjeros
residentes.
Ya en el 2011 desaparecerían las prohibiciones
relacionadas con la compra venta de autos y viviendas entre particulares. El
mercado abrió modestamente la oferta de
artículos relacionados con los trabajos autónomos aprobados y la construcción
por cuenta propia. Pareciera que la vida
económica se normalizaba, pero faltaba mucho. Fuera de la tutela estatal el
ciudadano común no accede a muchas mercancías; en ocasiones por falta de oferta
y en otras debido al desfase entre los precios externos y los internos. Tales
bienes no se habían vendido normalmente a la población en el medio siglo
anterior. Tanto en el mercado en pesos cubanos como en el de pesos convertibles
persiste la crónica inconsistencia estructural de la oferta.
Un difícil problema a resolver es el de la doble
moneda. Prevalecerá el CUP, que oportunamente habrá de tornarse convertible. La
primera e imprescindible medida es el establecimiento de una tasa factible para
las actividades estatales. Es absurda la actual equiparación entre esta moneda
y el dólar. Otro es el caso del CUC, o sea, la moneda también cubana pero
convertible utilizada por la población. Se tasa actualmente a 24 y 25 pesos CUP
por un CUC. La eliminación de este último no puede obedecer a un simple
decreto. Rigen las relaciones monetarias que no admiten imposiciones
burocráticas. Incluso, según parece, se han realizado emisiones
desproporcionadas de CUC, lo que afecta su valor de cambio. Es una práctica
peligrosa.
Los mecanismos absolutos de mercado no son el
instrumento idóneo para decidir la asignación de recursos. Es lo que proponen
los neoliberales. La fórmula keynesiana tiene el pecado original de ser capitalista.
No parecen soluciones en las condiciones actuales de Cuba. La regresión
al modelo soviético seria absurda pues es lo que se intenta superar. La fracasada variante yugoslava
tampoco es paradigmática. Las experiencias china y vietnamita son alentadoras
pero no pueden clonarse fielmente. Según Díaz Vázquez
hay serias diferencias estructurales, geográficas, climáticas, comerciales y
culturales que lo dificultan o impiden.
Señala dicho autor que lo
aprovechable de ambas es que prueban que el modelo soviético no era
reformable.
Las reformas introducidas
en Cuba después de 1990 permitieron sobrevivir. El remake actual pretende
reverdecer el intento. Las alternativas son escasas y obligadas. No obstante, en
el fondo del túnel parpadea una luz. Dice
un comentarista argentino al respecto
…. el de la producción-productividad-igualdad es un
tema que no sólo compete a Cuba, sino a todas las sociedades. La paradoja es
que el país más urgido a resolver el problema, Cuba, resulta ser el que está en
mejores condiciones de lograrlo. Y de paso, ayudar a los demás por esa senda.
No sería extraño, en todo caso es de esperar, que el pueblo cubano y sus
dirigentes afronten el desafío con el mismo valor, desenfado y creatividad con
que asombraron y entusiasmaron al mundo entero hace 48 años.
¡Dios lo oiga!
País pequeño y de economía
abierta, la isla seguirá
dependiendo del sector externo y de ser competitiva. El desarrollo tropieza con
la falta de capital propio y el difícil acceso a créditos. La carencia de
posibilidades de ahorro obliga a la asociación con capital extranjero. La
actividad de los autónomos deberá desbordar lo personal y rudimentario y dar
paso a PyMes de más envergadura. Una de las tareas más
importantes será la ampliación y
transformación del mercado doméstico, sobre todo el detallista. Habrá de
superar la crónica insuficiencia cuantitativa, cualitativa y estructural de la
oferta para que los ingresos constituyan una motivación práctica.
Pero también será necesario abrir nuevas esferas
mercantiles. Los productores privados y, porque no, los estatales, deberán
tener la posibilidad de comprar sin depender de asignaciones administrativas de
tufo burocrático. Ello es válido para sus insumos y también para los bienes de
capital que requieran.
Actualmente prolifera una concepción contraria a la
gestión estatal. El mítico Rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba.
Algunos piensan que todo lo que manosea el gobierno se convierte en chatarra.
Es la reacción simplista ante los descalabros experimentados, aún latentes.
Pero la economía estatal no puede ser tan mala como los decepcionados piensan. Tampoco es la solución
mágica del socialismo. Los fundamentalistas creen religiosamente en la
metamorfosis positiva del actual modelo. Piensan en la validez de los
remiendos, la eficacia del control y la buena fe de los dirigentes de entidades
estatales omnímodas. Los enemigos aspiran a un
indeseable retorno al statu quo de 1956. Las mentes analíticas
piensan que olvidar el pasado conlleva repetirlo, pero no vislumbran como será
el modelo redentor. Todo dependerá de esa gran desconocida que es la voluntad
efectiva de cambio. Lo más probable es que la combinación ideal incluya
diversas modalidades de propiedad de los medios: estatal, privada y
cooperativa.
Poniendo el cascabel al gato
El cambio del patrón económico es urgente y puede
hacerse de dos formas. Una seria la vía cartesiana de partir de cero: Consumo,
luego existo. El nuevo diseño tendría que ser elaborado por
especialistas; no puede surgir en asambleas de barrio. Como única condición se
establecería situar al ser humano como objetivo central. Ello le daría
el espaldarazo de progresista y emancipador. Esta versión tecnocrática pudiera
considerarse como ponencia y ser sometida a discusión popular. De este modo se
llegaría a un modelo ideal avalado democráticamente. Entonces habría que compararlo con el actual y
establecer un cronograma de transformación que probablemente requeriría mucho
tiempo.
La otra forma de transformar el modelo es la que se
está siguiendo. Una propuesta inicial fue prolijamente elaborada por 11 grupos
de trabajo diseñados por el Partido Comunista de Cuba. Unos 9 millones de cubanos las conocieron en asambleas en las que
tuvieron oportunidad de opinar. Los 291 lineamientos originales aumentaron
a 313, pero en general las
modificaciones fueron formales.
En este caso se partió de un esquema apriorístico bajado desde arriba. Ello constituye una reminiscencia
estalinista, seguramente inconsciente.
Ojalá que las transformaciones
esperadas sean tales que superen las debilidades del modelo de partida. No se
le ha fijado fecha. Se sigue este procedimiento y no cambiará. Sólo es de
lamentar el retardo. Pudo haberse iniciado hace 20 años.
Las señales
Hasta el momento – mediados del 2014 – se han adoptado
medidas que desembarazan al gobierno de
actividades menores que se convierten en autónomas o cooperativas. La única
objeción es que estas formas parten del gobierno y no surgen como voluntad de
la base. Complemento indispensable ha sido la normalización de relaciones
comerciales y otras gestiones vinculadas a la comercialización de casas,
vehículos particulares, salidas al extranjero, etc.
Todavía no se aprecian resultados notables en la
economía ni en el consumo de la población. La prensa dedica espacios a noticias
triunfalistas, pero fragmentarias y con un marcado carácter propagandístico.
Una golondrina no hace verano.
En medio de la incertidumbre pueden tomarse algunos
signos como pivotes para aventurar conjeturas.
En agosto de 2009, en discurso ante el Parlamento,
Raúl expresó
A mí no me eligieron Presidente para restaurar el
capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender,
mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo.
En diciembre de 2010, en la
Asamblea Nacional, lanzó un ultimátum dramático:
No volveremos a copiar de nadie. Bastantes problemas
nos trajo hacerlo y además copiamos mal. No ignoramos las experiencias de
otros, incluyendo las positivas de los capitalistas…. O rectificamos o nos
hundimos….. no habrá marcha atrás en la apertura permitida al trabajo privado.
Sin embargo, en abril de 2011, la Resolución
Aprobatoria de los Lineamientos establece como propósito
…actualizar el modelo económico cubano con el objetivo
de garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo, del desarrollo
económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugados
con la necesaria formación de valores éticos y políticos de nuestros
ciudadanos..… el sistema económico que prevalecerá continuará basándose en la
propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de
producción”.
Esta
última retórica equivale a una etiqueta. Variaciones sobre un mismo tema,
diría un músico. Los
lineamientos así precisados pueden conducir a un simple ejercicio de reformismo
encaminado a zurcir el patrón soviético. Ojala no sea así y que se logre algo
semejante a lo del método cartesiano antes señalado. Los
condicionamientos son frenos que actúan como abrasivos a la capacidad de
maniobra. Un lineamiento significa dirección, tendencia. Los 313
aprobados no implican un freno en sí. El peligro está en el espíritu que los
anime, en navegar hacia un cambio para que no cambie nada.
Las etiquetas políticas son engañosas. No siempre
coinciden con aquello que anuncian. Son
simples letreros. Lo único que
garantiza la justeza en una sociedad es la intención de los gobernantes. Como obstáculo interno se
enfrentan los hábitos forjados durante medio siglo. Conforman una inercia residual que
probablemente desaparezca con el cambio generacional, que ya se viene
produciendo, sobre todo entre la población. La confrontación con el vecino del
Norte puede ceder: el embargo no les conviene. La asunción de un nuevo
equipo de dirección en Cuba puede contribuir a cicatrizar las heridas del
orgullo imperial.
Hay
un determinismo geográfico, más bien geopolítico, que Cuba ha sido capaz de
superar. Ello le costó la animadversión de Washington. Además de la honrilla
lacerada, significó un mal ejemplo para el traspatio. Como quiera que sea,
entre la isla rebelde y el prepotente imperio median, inexorablemente, sólo 80 millas náuticas de distancia.
Geográficamente están obligados a convivir como vecinos.
La
superación de las actuales debilidades es espinosa. El General de Ejército
tiene en su haber más de medio siglo de historia política consecuente. Su
posición es difícil. Ya anunció que el
presente será su último mandato. Tal afirmación es
obviamente producto de la edad y de regulaciones al respecto.
Independientemente de estos imperativos objetivos, la circunstancia se
convierte en expresión del inminente cambio generacional. Ello ocurrirá en pocos años y tendrá
resonancias internas y externas. Dicho de otro modo, hay también un
determinismo generacional también ineludible.
No
hace mucho el ex presidente norteamericano James Carter realizó un
viaje a Cuba. Su informe iría a parar a Washington, por supuesto. Algunos
signos indican que el tema se mueve en aquellos lares; no en alta voz, pero si
en susurros sugerentes. Los
anticastristas trasnochados han perdido fuerza. Continúan propugnando el
bloqueo y su odio desmedido afecta a los negocios norteamericanos. El
Establishment no tiene amigos pero tiene intereses y los lobbies económicos no
quieren perder prendas. Aunque la ética no es su fuerte, quizás no pierden de
vista el apabullante voto mundial contra el
embargo.
En sus 47 años en el poder Fidel Castro humilló a la
prepotencia de Estados Unidos y mostró que se puede enfrentar al lobo. Ya
retirado se atenúa el resquemor y pueden
soplar brisas de concordia. Pero aún Raúl constituye un signo de
continuidad. De todas formas ellos
también necesitan una reconciliación que requerirá tiempo. El embargo, como lo
llaman sus autores, ha sido desarrollado sobre una complicada madeja legal. No
puede liquidarse de un plumazo presidencial, pero es posible, prácticamente,
atenuar y casi eliminar las consecuencias.
Condiciones internas
En la isla, tras medio siglo, casi todos los
revolucionarios fundadores han sido amortizados. Surgen nuevas generaciones que
junto a sus ansias de cambio heredan débitos políticos. Existe un compromiso
histórico pero en rigor éste se remonta a una época anterior a la adopción del
modelo soviético y es recogido en La Historia me Absolverá. Tiene más de
50 años. Aquel proyecto prístino pretendía seguir el camino iniciado audazmente
por Guiteras en 1933. De asumirse tal criterio no se produciría ruptura con lo
esencial, sólo con lo accesorio adoptado en el camino. De ser así y apelando a una socorrida expresión comunista,
el modelo soviético no pasaría de ser un compañero de viaje.
La coyuntura internacional no ayuda. La economía está
en crisis. Por doquier cabalgan jinetes apocalípticos y revolotean fantasmas
ideológicos. En medio de la incertidumbre reinante el neoliberalismo hace
aguas. Seguramente Keynes sonríe en el Olimpo de los pensadores. Stalin rumiará
su fracaso con acento georgiano y olor a sulfuro. Lenin se dolerá de otra
oportunidad perdida y recordará nostálgico su Nueva Política Económica (NEP).
Puede que la proliferación de calamidades despierte esperanzas en Malthus. More
seguirá soñando en Utopía -su ínsula imaginaria- donde el oro se emplea para fabricar
orinales.
En la otra isla, la mayor de las Antillas, cesaron los
milagros a crédito. Agoniza el modelo
soviético tropicalizado que aún patalea contumazmente mientras se le agota el
oxigeno. Dejó como saldo positivo una afirmación de la identidad nacional, la
independencia respecto al coloso del Norte
y una ética social. En el plano material, una posición destacada en la
educación, la cultura y la salud, pero estos logros de repertorio peligran
sacudidos por la tormenta. Como saldo negativo quedó la perpetuación del
subdesarrollo económico y, sobre todo, una ineficiencia insostenible en la
explotación de la economía. La brújula zigzaguea y la cautela pone freno a la
prisa. En la Valhala criolla los héroes posiblemente se
pregunten si medio siglo de aprendizaje
no resulta excesivo.
El desiderátum buscado es un modelo que se movería
entre dos extremos: de una parte el inadmisible neoliberalismo: del otro, su
antítesis, el modelo estatalizado. La solución apropiada parece hallarse en
algún punto intermedio. Hasta ahora las medidas que se van adoptando, los
autónomos y el cooperativismo incluidos, parecen contaminadas con el excesivo
control gubernamental enraizado tras años de práctica infecunda. En realidad y
a pesar de los cambios experimentados hasta el momento - mediados de 2014 - el
consumidor cubano continúa afrontando muchas de las desventajas del capitalismo
y muy pocas del socialismo. Los mercados minoristas continúan en crisis, incluso
aquellos en moneda convertibla.
La nave es impulsada por los Lineamientos. Pero es
necesario que los navegantes aseguren el gobernalle para llegar a puerto
seguro. Nada
de ello ocurrirá mañana mismo. Un periodo de 4 a 5 años parece un término
prudente para alcanzar resultados; si se actúa correctamente, por supuesto.
Ello dependerá de la voluntad y audacia de los gobernantes.
El pragmatismo de Raúl lo hace más confiable que el
idealismo de Fidel. En años inmediatos terminará su mandato, que será el último
según palabras propias. Seguramente dejará dirigentes de su mismo estilo.
Sería inviable clonar ad litteram el modelo chino, pero parece insoslayable
adoptar la iconoclastia y el sentido realista que ha permitido al gigante
asiático escapar de moldes inoperantes y liberarse de dogmas. Los resultados
son elocuentes.
En una ocasión Tales de
Mileto fue objeto de reproches debido a su pobreza. Afirmaban sus zafios
coetáneos que la filosofía no rendía provecho. Los conocimientos del sabio le
permitieron prever una buena cosecha de aceitunas. No lo divulgó. Empleó su
escaso caudal en el arriendo de todos los molinos locales cuyos precios eran
irrisorios tras varios años de cosechas ruinosas. Quizás pidió crédito. Llegada la temporada de varear las olivas se
cumplió el pronóstico y la competencia por los molinos enriqueció al filósofo.
Utilizando expresiones
actuales pudiera decirse que Tales jugó al alza, controló el mercado e impuso
precios de monopolio. La anécdota
revela el manejo empírico de las leyes de la oferta y la demanda en la
lejana época en que vivió el sabio de Mileto (642 a 546 ANE). Transcurrirían
más de dos milenios antes de apareciera la Economía como disciplina de estudio.
Esta historia, narrada por
Aristóteles, sugiere que el pionero de los científicos, aportó además el primer
pronóstico económico de que se tenga
noticias.
Las profecías religiosas son ejercicios de fe
portadores de supuestos designios divinos. Algo similar ocurre con el augurio,
el presagio, el presentimiento y otras expresiones que diseñan el futuro de
manera intuitiva, como inspiración.
El pronóstico, categoría superior de la predicción,
constituye una afirmación basada en razonamientos. Incorpora elementos históricos, estadísticos
y de otras disciplinas que permiten diseñar
un probable comportamiento futuro. No siempre se cumple y los meteorólogos
bien lo saben; también los economistas. En las disciplinas sociales –la
economía entre ellas- suele manifestarse
como tendencia y no de manera puntual como pudiera ocurrir en una ciencia
exacta. Un pronóstico no deja de ser una aventura intelectual. Puede
proyectarse a corto, mediano o largo plazo.
El modelo POLÍTICO
Un modelo económico se asienta en otro político. Es un
tema incomodo que apenas se menciona. En China y Vietnam, pero también en Corea
del Norte y Cuba se mantiene el esquema monopartidista. Hay una pirámide en
cuyo vértice se funden el Partido, el Estado y el Gobierno. En otros países que
se proclaman socialistas o que aspiran a serlo, existe el multipartidismo y los
gobiernos han de ganarse el poder a fuerza de votos. Son actualidad en América
Latina. Para quienes gobiernan, un régimen monopartidista tiene la ventaja del
control absoluto; es un cómodo monopolio. Los gobernados no pueden elegir otra
vía que no sea la proclamada por el Estado omnímodo. En las llamadas
democracias multipartidistas, junto con el supuesto derecho de la elección, se
confronta el peligro de la manipulación mediática politiquera. Son armas
poderosas a las que se deben los casos
de sometimiento que perduran. Hay un renacer político latinoamericano y democrático.
Al ejemplo de Fidel se debe en buena medida, la toma de conciencia en tal sentido.
Economía
mixta
Las palabras forman una selva en la cual es difícil
abrirse un sendero, pero fácil extraviarse. Es lo que
afirma un viejo proverbio azteca. Marx se refirió a los modos de producción.
Clasificó una comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo y el
capitalismo; un modo final socialista, inexistente en su época, constituía una
fase previa al comunismo.
Estos modos no se manifiestan en forma pura. En el
capitalismo suele haber elementos de economía social, y en el socialismo
sobreviven las economías individuales. Lo que pueden definir una u otra
etiqueta es el predominio, pero las formalidades pueden resultar engañosas.
Podrá calificarse de capitalista si el gobierno efectivo es ejercido por los
grupos financieros. Será socialista si
es ejercido por representantes genuinos de los intereses mayoritarios de la población.
Soslayando esta proyección social se aplican otros patrones convencionales que generalizan la cuestión en términos light y se despojan de olores
políticos: economía de mercado, dirigida y mixta. Esta última es
mestiza y como tal muestra matices diversos. Calificaría de capitalista si
obedece al patrón antes señalado. Pudiera considerarse socialista en caso contrario.
¿A cuales de estas tres categorías corresponderá el
mencionado modelo redentor cubano?
Cualquiera que sea la respuesta es importante no perder de vista que no
deben confundirse los conceptos modelo económico y sistema
económico social. Brus alertó en tal sentido.
Como antecedente curioso valga recordar lo que ocurrió
el 7 de diciembre de 1989. En esa fecha se llevó a cabo el sepelio masivo de
los combatientes cubanos caídos en tierras africanas. Inopinadamente se produjo
una situación chocante, quizás inadvertida debido a la solemnidad del momento.
Antes de que se iniciare el acto central, la televisión cubana presentó una
entrevista al presidente angoleño José Eduardo Dos Santos quien se hallaba en
Cuba para participar en la ceremonia.
Fue realizada dos meses antes en Luanda. El gobernante hizo una fluida exposición sobre la estrategia económica
del nuevo Estado. Entre los temas abordados expresó que Angola adoptaría
una economía mixta. Señaló, más o menos textualmente, que resultaba
ridículo que un gobierno intentase dirigir pequeños negocios como
cafeterías, barberías y otros por el estilo. La afirmación resultó un tanto
insólita en la Cuba de aquel tiempo, aún devota del socialismo científico
para el cual la economía mixta era un engendro revisionista. Cuando Dos
Santos hizo estas declaraciones no pensaba visitar la isla pero evidenció que
ya entonces brotaban variantes heterodoxas que pudieran corresponder a formas
no fundamentalistas. Quizás resultaron inoportunas en aquella ocasión. No era
ni el right moment ni el right place. Dos Santos, por
supuesto, no pretendió dar lecciones ni tuvo ninguna responsabilidad en el
desatino.
El callado incidente no se comentó en la prensa, por
supuesto, pero seguramente originó situaciones embarazosas en los medios
cubanos y angolanos.
Renacer de viejas formas
La adopción del modelo soviético en la década de los
60 implicó cambios estructurales pero también formales. Todo lo que oliera a
capitalismo era satanizado. Los señores fueron sustituidos por los compañeros.
El Partido impuso su ritual y se expandió el estudio de la filosofía marxista y
su jerga característica. Se mencionaban respuestas a los contrarios ideológicos
sin exponer textualmente sus argumentos. El desinterés era norma. La pobreza se
convirtió en virtud. En las autobiografías solicitadas en determinados trámites
políticos era realzado el origen humilde. La demanda se convirtió en suministro
y los clientes en usuarios. Etc., etc.,
Ahora renacen viejos valores. Los trabajadores por
cuenta propia, o autónomos como son llamados en otras latitudes, son
denominados cuentapropistas. Es un cubanismo de sabor vergonzante,
incluso ridículo. En el fondo son capitalistas de poca monta; pequeño burgueses
que se convierten en burgueses cuando contratan trabajadores asalariados. Antes
repudiados, ahora son la salvación de la economía. Sic transit gloria mundis.
Deudas condonadas
En ocasiones la prensa internacional se ha referido a
la deuda externa cubana, considerada una de las más abultadas del mundo. Es una
mácula crediticia. En julio de 2014 la
Duma rusa resolvió condonar el 90% de los compromisos financieros cubanos con
Moscú ascendentes a $35.000 millones. Según Vladimir Putin es una decisión sin
precedentes. Dicha suma procede principalmente de la época soviética. El 10%
restante será invertido en proyectos conjuntos en la isla. Este adeudo
constituía un obstáculo para la obtención de créditos blandos a corto y mediano
plazo por parte de acreedores integrantes del Club de Paris.
Según BBC al condonar la deuda, Putin también está
enviando un mensaje político sobre su alianza con La Habana….La visita de Putin
a Cuba se inscribe en una política rusa más activa hacia América Latina, una
política motivada por la búsqueda de nuevos balances en el equilibrio de
poderes, ante los problemas que Rusia está experimentando en su vecindad. Fue
lo que expuso a BBC un analista de la Universidad de Denver. La propia fuente señala que la deuda
con Japón rondaba los 1.400 millones de dólares. De
acuerdo con lo negociado, el gobierno nipón acordó condonarle al gobierno
cubano el 80% de la deuda…...Por otra parte, en la primera semana de noviembre
se anunció que México condonaría al gobierno cubano el 70% de su deuda de 478
millones de dólares ascendente a 341 millones de dólares. Después de La
Habana Putin viajó a Argentina y Brasil, donde
participó en una importante cumbre del grupo BRICS.
Algunos piensan que la deuda de Cuba con Rusia habría
esperado por las calendas griegas; de cualquier modo se había originado en la
época soviética y formaba parte de los milagros a crédito ostentados por la
isla. Al parecer la deuda nominal original era mayor y se redujo a la
mencionada cantidad mediante malabarismos de actualización monetaria.
Este borrón y cuenta nueva aliviará la presión
financiera que afectaba los pasivos cubanos. Simbólicamente puede tomarse como
una aprobación del nuevo modelo económico que ha de gestarse.
La visita del mandatario ruso
a Cuba el propio mes de julio de 2014 incluyo 28 acuerdos comerciales, algunos
vinculados a la exploración petrolífera