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viernes, 23 de junio de 2017

Remesas y pobreza desde la perspectiva de género

El envío, distribución y uso de las remesas no solo están condicionados por el contexto económico y el mercado, sino también por la situación de pobreza material de las familias que las reciben y las relaciones de poder que se establecen al interior de sus hogares, en particular las relaciones de género, que implican diferentes comportamientos y formas de actuar de mujeres y hombres.



Foto: Jorge Luis Baños

Al otro lado del mar esos seres queridos

Se sentarán a la mesa sin intentar mirar

El lugar que te correspondía en ella

Una boca menos que alimentar

No compensa el vacío que dejó tu ausencia

Nadine Sarreal, poetisa filipina

La perspectiva de género modifica y enriquece notablemente el debate sobre las remesas y la pobreza y permite ir más allá de un discurso que las reduce a la discusión de su potencial para dinamizar el consumo o la inversión productiva dentro de una lógica monetaria mercantil. La mayoría de las investigaciones económicas no toman en cuenta que la cantidad de dinero enviado por las personas migrantes, cómo se envía y se emplea ese dinero están condicionados no solo por la economía de mercado, sino también por la economía política del hogar y las relaciones de poder.

Este estudio se propuso valorar los efectos de las remesas en hogares pobres de un territorio de la capital cubana, con el fin de explicar si existen desiguales comportamientos y si se asocian a factores de género. Para ello se seleccionó el Consejo Popular Santa Fe, del municipio Playa, en La Habana, donde, a pesar de políticas territoriales con enfoque integral y de contar con una situación más favorable que otros territorios, no se ha logrado solucionar la pobreza urbana que allí aún persiste.

A partir de encuestas y entrevistas, se analiza la incidencia de los factores de género en las remesas y se visibilizan sus desiguales consecuencias para hombres y mujeres en los hogares pobres que las reciben. Se caracterizó la condición de privación de las familias estudiadas y se determinaron los perfiles socioeconómicos de las personas migrantes, de los hogares receptores de remesas y las desigualdades de género al interior de esos núcleos. Se explica, además, la relación de esos factores con la pobreza material de las familias seleccionadas y la forma en que la afrontan mujeres y hombres.

Santa Fe y su población

El Consejo Popular Santa Fe, del municipio Playa, en la capital cubana, limita al norte con las aguas del Estrecho de La Florida, al este con el Consejo Popular Jaimanitas, al oeste con el poblado de Baracoa y al sur con el poblado de Cangrejeras, del municipio Bauta. Posee un total de 27.855 habitantes y una densidad de 2. 812 habitantes por km2, tiene una extensión territorial de 8,2 km2 y está dividido en 12 circunscripciones.

Es una localidad de origen pesquero, a la que muchos describen como un poblado peri-urbano. Probablemente por su separación histórica y física de la urbede La Habana, no se puede considerar,entre las definiciones de comunidad, como unbarrio o pueblo. Sin embargo, tampoco llega a abarcar totalmente una zona rural.

Por otro lado, Santa Fe fue considerada por mucho tiempo como un lugar problemático desde el punto de vista político, entre otros aspectos como resultado de haber sido utilizado, por un largo periodo, como base para la salida marítima ilegal por parte de emigrantes del país. La llamada crisis de los balseros de la pasada década del noventa tuvo a esta localidad como un escenario donde se protagonizaron diariamente actos de salidas del país de personas que ponían en riesgo sus vidas.

Su gente se ha ido transformando, como resultado de los cambios demográficos causados por la elevada emigración externa e interna (sobre todo de las provincias orientales hacia la capital del país).En 2012 la población que residía en Santa Fe mostrabauna cantidad mayor de mujeres (14.401) que de hombres (13.454), es relativamente joven y la mayoría de las personas se concentran en el grupo etario de 25 a 59 años (39%), mientras que la población de 60 a 64 años se mantiene por debajo del promedio nacional (11%).

Con una economía principalmente de servicios, el territorio cuenta con diversos establecimientos comerciales, importantes centros turísticos y de manera especial con la cercanía de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), que impulsa con mucha fuerza la actividad cuentapropista de esta localidad.

El Consejo presenta serios problemas con el deficiente estado de las redes alcantarilladas y las constantes inundaciones provocadas por el deficiente drenaje de las calles, junto con la proliferación de escombros y basura acumulada que no es recogida periódicamente por las autoridades locales encargadas del mantenimiento de la limpieza del territorio.

El deterioro del fondo habitacional es también un problema serio en el municipio y también del Consejo, donde se puede encontrar una gran número de viviendas y de establecimientos estatales (como escuelas, centros de salud) en mal estado constructivo. Además, por su condición de zona costera, es altamente vulnerable a una serie de eventos climatológicos extremos como los huracanes, que ponen en peligro a gran número de familias pobres y sus viviendas.

Perfil de hogares seleccionados

Lo primero que llama la atención, al examinar los ingresos per cápita (descontando los ingresos por las remesas), es que la totalidad (50) de los hogares de este estudio están por debajo de esa línea. El 94 por ciento (47) de los hogares de este estudio tienen ingresos per cápita de 420.00 pesos y menos, de modo que apenas pueden llegar a cubrir la canasta básica alimentaria. Esto revela las condiciones de pobreza de ingresos y vulnerabilidad que caracterizan a estos hogares y lo que significa para ellos contar con las remesas.

Per cápita en moneda nacional según escalas



De un total de 182 personas, 56 por ciento (102) no cuenta con ingresos propios. La mayoría de los hogares encuestados se encuentra en la segunda escala de ingresos. Uno de los factores que pesa en los bajos ingresos de estas familias es la carga de dependientes (menores de 5 años, estudiantes, desocupados y trabajadoras domésticas).El cuadro que se muestra a continuación recoge la estructura ocupacional de los miembros de las familias.

Cuadro 1

Distribución de las ocupaciones de los miembros de las familias


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de Hogares[1]

Del cuadro también puede inferirse que, entre las ocupaciones de los miembros de las familias que aportan ingresos, las que tienen los valores mayores de ocupados son los trabajadores de los servicios (16,5%), categoría de ingresos son bajos. El número de cuentapropistas (4,9%) es superior a otras ocupaciones en el sector estatal, como los obreros y técnicos, que es una señal de la flexibilización de las regulaciones a la actividad no estatal en el país.

La cifra más elevada se halla entre los estudiantes, 21,4 por ciento, y también las trabajadoras del hogar[2], que representan 13,2 por ciento. Entre estas últimas, cuatro realizan trabajo informal, cuyos ingresos del mes declararon, pero este es un ingreso muy inestable y bajo.

El análisis de la estructura de las fuentes de ingresos también arroja información sobre las ocupaciones que tienen un mayor peso en la formación de los ingresos en los hogares y, de alguna manera, explican su precariedad.En 72 por ciento de los hogares (36), el ingreso es en moneda nacional(cup), le sigue el trabajo informal en 56 por ciento (28), las pensiones en 34 por ciento (17), otros ingresos en moneda convertible (CUC[3])por el Estado representan 28 por ciento (14) y trabajo por cuenta propia, 10 por ciento (11).

En las condiciones actuales del país, contar con una fuente de divisas define sustancialmente la calidad de las condiciones de vida para una familia cubana. Una entrada con cierta estabilidad es decisiva para cubrir la canasta alimentaria y otros gastos esenciales para la reproducción de la vida cotidiana, incluyendo los de medicina, transporte, entre otros.

La estructura de los gastos promedios en que incurren estas familias se recoge en el siguiente cuadro.

Cuadro 2

Estructura de los gastos declarados por las familias según tipo


Como beneficio, la mayoría de estas familias tiene en usufructo gratuito sus viviendas y, por tanto, solo tres declararon pagos por ese concepto, lo que determina que el monto de los gastos por vivienda sea el más bajo. Otro gasto bajo es el que resume el pago por todos los servicios de: agua, gas, electricidad y teléfono.La mayoría de los hogares cuenta con teléfono fijo.

El mayor porcentaje de los gastos mensuales de estas familias se concentra en alimentos, la media de los gastos per cápita de los alimentos es de 1.710 pesos y la del per cápita de todos los gastos es de 1.955 pesos. Por segmentos de mercados se observa que son menores los gastos en el mercado racionado (se ha reducido la cantidad de productos racionados que se ofertan), mientras que tienen un mayor peso los gastos en el mercado liberado en cup y en el mercado negro, al que acuden como algo típico muchas familias cubanas, teniendo en cuenta los altos precios en el mercado en divisas (cuc).

En la mayoría de las familias, 64 por ciento (32), el monto de los ingresos declarados estaba por debajo de los gastos, mientras 34 por ciento (17) gasta menos de lo que ingresa. Hay que tener en cuenta que, con frecuencia, algún miembro de estas familias realiza trabajos informales para poder cubrir sus gastos y no siempre todos están dispuestos a declarar la totalidad de lo que ingresan en el mes. En ocasiones no lo controlan, pues se trata de un trabajo inestable, de riesgo y de pocos ingresos; casi siempre lo que se declara es el ingreso estable.

Otra de las privaciones de estos hogares tiene que ver con la calidad constructiva de las viviendas. La mayoría cuenta con casas (82%),mientras el resto de las familias vive en apartamentos, viviendas improvisadas o habitación de solar; pero el estado constructivo de los inmuebles oscila entre regular (68%) y malo (22%). Con las limitaciones de los ingresos, resulta difícil emprender reparaciones importantes, sino se cuenta con ingresos adicionales.

Aun cuando casi todos los hogares tienen el baño dentro de la vivienda (87,5%), eso no significa que hayan resuelto el problema de saneamiento.

En las edificaciones donde viven estas familias existen conexiones domiciliarias para el acceso al agua en 86 por ciento de los casos (43), tres no tienen tuberías (6%) y cinco tienen que cargar agua (8%).Pero, como la entrada del agua tiene horarios limitados, es necesario almacenarla y casi todos se han visto en la obligación de realizar inversiones para instalar tanques dentro de la casa, en una pequeña azotea o en el pasillo; o sea, de manera desordenada.

Los problemas ambientales se evidencian en la suciedad de las calles por la acumulación de escombros de las construcciones y la inestabilidad en la recogida de la basura por parte de las autoridades municipales, lo que a su vez ha provocado que se manifiesten de forma persistente focos del mosquito aedesaegypti y casos de dengue.

Un rasgo de las familias encuestadas es que muestran, en primer lugar, un mayor porcentaje de hogares con jefatura femenina (38) y, en segundo lugar, la incidencia de hogares monoparentales (jefe o jefa sin cónyuge) y familia extensa monoparental. En el trabajo de campo se encontró un predominio de hogares monoparentales con jefatura de mujeres.

Otra de las características de las familias pobres es la carencia de activos líquidos y fijos: 98 por ciento no posee cuenta de ahorro; la totalidad dice que ningún miembro de su familia posee otra vivienda o terreno; 82 por ciento no posee ningún negocio particular y 87,5 por ciento no posee ningún medio de transporte (los que declararon tener se refieren a una bicicleta).

La situación con la tenencia de bienes domésticos no se comporta tan mal como la de los otros activos y la vivienda. En cuanto al equipamiento electrodoméstico, se distribuye de la siguiente manera:

Cuadro 3

Distribución de equipos domésticos esenciales para la vida cotidiana


Como se puede observar, la posesión de bienes esenciales es alta, incluso en algunas familias se encuentran varios, como grabadoras, computadoras, DVD y batidoras, entre otros.

Esta mejor situación se debe, por una parte, a la sustitución de equipos electrodomésticos altos consumidores de energía por equipos ahorradores que se realizó de manera masiva en el país como parte del Programa energético nacionaly que incluyó facilidades de pagopara la población. Otros han sido adquiridos por las remesas en especie (celulares, computadoras).

Sobre el comportamiento de la escolaridad, el grueso de la población en edad escolar ha terminado el preuniversitario, 38,5 por ciento (70)y 18,1 por ciento la secundaria básica; les siguen los graduados universitarios, con 10,4 por ciento (19).Pese a que no son niveles educativos bajos, no podemos olvidar que la situación de “pirámide social invertida” que caracteriza al país no garantiza que mayores niveles educativos se traduzcan en mejores ingresos.

Es interesante que, al explorar en las encuestas la percepción que tienen sobre sus condiciones de vida, 80 por ciento la consideró aceptable, mientras que 14 por ciento se reconoce como pobre. Todos coinciden al declarar que las remesas son fundamentales, ya que sin ellas estarían en una situación crítica y que estas les permiten satisfacer las necesidades básicas (alimentos,ropas),pero que no son suficientes para otros gastos como los de reparación de viviendas, o para algún tipo de inversión productiva.

“Aceptable, gracias a la ayuda que recibo, aunque no he podido arreglar la cocina y el baño por ser muy caro el trabajo que tengo que hacer, falta mucho para que sea confortable”. (Jefa mujer, entrevista mujer)

“Aceptable, porque tenemos un plato de comida todos los días y hemos mejorado la vivienda, ya que estamos arreglándola” (Jefe hombre, entrevista mujer)

Los hogares aquí descritos tienen diversas carencias en indicadores que definen su nivel de vida: pobreza de ingresos (excluyendo las remesas), problemas en la calidad de la vivienda, la mayoría de las familias no posee activos líquidos y fijos que permiten la sostenibilidad económica en el largo plazo.

En este sentido se hace necesario analizar el perfil de los migrantes.

¿Cuáles es el perfil sociodemográfico de las personas migrantes del Consejo Popular?

Entre las características sociodemográficas del migrante en el momento que emigró se identifican las siguientes:
  1. 57,9 por ciento de los migrantes de la muestra son hombres, aunque el número de mujeres (24 / 42,1 por ciento) es también significativo.
  2. Los dos grupos de edades que prevalecen son: 25-29 años, con 22,8 por ciento y 20-24 años, con 15,8 por ciento.
  3. Los blancos son 64,9 por ciento; los mestizos, 24,6 por ciento y los negros, 10,5 por ciento. Ese orden de la estructura en porcentajes también caracteriza a la emigración cubana a nivel nacional, que es mayoritariamente blanca.
  4. Situación conyugal. En el momento de emigrar, 68,4 por ciento eran casados, 24,6 por ciento solteros y la mayoría no tenía hijos (49,8%).
  5. Parentesco de los que emigraron en relación al jefe de hogar. Prevalecen los hijos (21,1%) y los hermanos (19,3%).
  6. Nivel educacional La mayoría contaba con el preuniversitario terminado (61,4%) y el nivel secundario (19,3%),pocos tenían nivel universitario.
La mayoría masculina en el grupo de migrantes se relaciona con las etapas en que se producen estas migraciones. Fuentes del Centro de Estudios Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana refieren que, en el periodo comprendido entre 1995-2005[4], se produce el segundo saldo migratorio externo negativo más importante desde 1959.

En su gran mayoría, las personas migrantes de los hogares encuestados utilizaron las vías legales para emigrar (82,5 por ciento /47), mientras que solo 17,5 por ciento (todos hombres) apelaron a la emigración ilegal por vía marítima.

De un total de 50 familias entrevistadas se identificaron 51 receptores, pues en un caso dos miembros de la misma familia reciben remesas. Las mujeres son mayoría entre los receptores (86,3 por ciento / 44). El 80,3 por ciento de los receptores de remesas son jefes y jefas de hogar. La encuesta revela que la mayoría de los beneficiarios de las remesas (25,5%) tiene entre 60 y más años, le sigue el grupo etario de 40-44 años,estrechamente relacionado con los patrones de recibo y envío de remesas.

Otro aspecto importante de los receptores reside en su nivel de educación. Poco más de la mitad (52,9%) ha terminado sus estudios preuniversitarios y nueve afirman tener un diploma universitario.

Patrones de recibo y envío de remesas

Entre los hogares entrevistados se encontraron los siguientes patrones de envio:
  1. Hijos e hijas que envían a padres y madres:lo hacen regularmente para garantizar la subsistencia de hogares de adultos mayores solos o que no cuentan con suficientes recursos (jubilados y amas de casa).También adultos que viven con hijos e hijas con discapacidad o a cargo de muchos dependientes menores, en hogares en los que conviven varias generaciones. En estos casos se encuentra la presencia de varios hijos e hijas en Estados Unidos que alternan y complementan el envío de remesas.
  2. Envíos entre hermanos (as): tienden a ser montos menores y en varios casos aparecen con el ingrediente de préstamos o inversión en negocios que co-administran hermanos o hermanas. En varios casos se envía remesas a hermanas que son responsables de padres enfermos. Estas hermanas que administran el dinero que les envían a sus padres reciben también remesas de sus hermanos o hermanas, pero en montos menores.
Aunque se han diversificado los países receptores de migrantes cubanos, en Estados Unidos reside la mayor parte de los emigrantes de los hogares entrevistados (ver cuadro)

Cuadro 4

País donde reside


Los montos reportados por las personas entrevistadas dan cuenta de cantidades relativamente bajas, que van desde los 10 hasta los 500 dólares. La media del valor promedio de los hogares es de 111 CUC.

Cuadro 5

Valores promedios de las remesas


Las familias receptoras de remesas destacan que los montos que se reciben han disminuido en relación con períodos anteriores. La explicación que dan al fenómeno tiene como sustrato: la presencia de matrimonios de hijos e hijas, el aumento del pago de los impuestos, costo de viviendas y de la vida, la inestabilidad laboral y mayores dificultades económicas. En estos elementos se plasma la crisis económica que ya estaba afectando a los Estados Unidos y a los países de la eurozona en el momento del estudio (junio 2013).

Otro cambio que se destaca es la disminución de la frecuencia en los envíos. Si bien antes se hacían envíos regulares y constantes, mensualmente, en varios casos se destaca que los envíos han disminuido a dos veces al año, trimestralmente u ocasionalmente.

A los problemas económicos que afectan a las familias en Estados Unidos y Europa, se agregan los de inflación en Cuba, que disminuyen el impacto de las remesas. Las familias receptoras destacan que las remesas anteriormente tenían más impacto en sus condiciones de vida y este impacto ha disminuido por la inflación.

En fin de año, días especiales como el día de las madres y padres, se realizan envíos especiales tanto para hijos(as), como padres/madres, hermanos(as). Estos envíos especiales tienen montos que oscilan entre 50 y 200 dólares, dependiendo de la relación familiar; en caso de padres/madres e hijos(as), los montos son mayores.

Resulta interesante que, cuando se compara el ingreso per cápita sin remesa con el que sí lo incluye, se observa que en 92 por ciento de los hogares se da un movimiento en la escala. Esto se refleja en el cuadro siguiente.

Cuadro 6

Escala de los ingresos cuando se incorpora la remesa.


Usos de las remesas

Como se ha visto, los montos de las remesas son bajos y apenas cubren las necesidades alimentarias, por lo que el hogar receptor no tiene muchas opciones para diversificar su uso, priorizando así suplir estas necesidades. Estas familias tienen como uno de sus principales ingresos las remesas, de ahí que su uso se destine, principalmente, a la compra a alimentos.

Teniendo en cuenta el estado constructivo de las viviendas, parte de las remesas también se destinan a la mejora de las casas (ver imágenes). En la observación del territorio se hizo evidente que las viviendas nuevas o renovadas corresponden a familias con remesas o negocios exitosos.

Hay muy poca incidencia de remesas dirigidas al ahorro o la inversión. Las dificultades que presentan las familias receptoras de remesas para el ahorro tienen que ver con que los montos recibidos son reducidos y su finalidad principal es solventar los gastos en alimentos.No había objetos de lujo, ni bienes suntuarios. Algunas personas receptoras de remesas afirmaron que los migrantes habían dado una pequeña proporción de dinero para la adquisición de vehículos, como es el caso de una mujer receptora cuyo ex -cónyuge le envió dinero para comprar un bicitaxi.

Remesas en especie

En los hogares receptores se encontraron remesas en especie, principalmente ropa y calzado, electrodomésticos, muebles y enseres del hogar, principalmente lavadoras, televisores,DVD, planchas,hornos eléctricos.

La crisis económica en Estados Unidos y en España, las dificultades para obtener empleos de la población migrante y el aumento de sus compromisos familiares influyen notablemente en ello. Destaca un tipo de remesas en especie: el envío de ropa para vender. Este patrón de remesas en especie garantiza unos pequeños ingresos en la economía informal que posibilita otra fuente de ingresos; se produce, mayoritariamente, entre hermanas.

Cuadro 7

Tipos de productos que reciben como remesas


¿Qué diferencias hay entre los hogares dirigidos por hombres y mujeres, y hacia su interior?

En el proceso de construcción de la muestra se pretendió mantener una cuota semejante para jefes de hogares femeninas y masculinos, pero fue absolutamente imposible lograrlo de manera exacta por dos razones:1)la población femenina del territorio excede a la masculina, hecho que también sucede con respecto a la conducción de los hogares (38).La primera de las desigualdades que se detecta está entre los ingresos: los hogares dirigidos por mujeres están más representados en el estrato más bajo (23), en el que apenas se accede a cubrir la canasta básica de alimentos, mientras solo siete hogares dirigidos por hombres se encuentran en ese estrato.

El cuadro, que ilustra la estructura ocupacional por cada tipo de hogar según sexo del jefe, expresa muy nítidamente dónde viven aquellos miembros que tienen las ocupaciones que más ingresos aportan.

Cuadro 8

Distribución de las categorías ocupacionales de la población según jefatura de hogar.


Las ocupaciones que prevalecen en el estrato de ingreso más bajo son los trabajadores de los servicios y los jubilados. La primera es la más representada en los hogares dirigidos por mujeres. En el caso de los jubilados,los ingresos de la totalidad de quienes integran esos hogares se ubican en el estrato bajo, mientras que en los hogares dirigidos por hombres están en el estrato superior.

En los hogares entrevistados, son las mujeres la mayoría de las receptoras, controlan las remesas y deciden en qué se gastan. Sobre la estructura de los gastos de las remesas, se apreció que las mujeres priorizan los gastos en alimentos y el bienestar de sus hijos y sus esposos. La percepción más constante es que los hombres no acceden, no gastan, pero la segunda es que, cuando lo hacen, priorizan sus gastos personales. El aseo es su aseo, no el de la casa, es su ropa y calzado. Para los hombres, el peso de los gastos se concentra en fumar y beber (ver cuadro).

Cuadro 9

Percepción sobre el comportamiento de la estructura de los gastos de las remesas según productos que consume hombres y mujeres en el hogar.


Las desigualdades se acentúan porque las mujeres llevan el peso de todas las actividades domésticas y, en particular, son las que desarrollan las tareas relacionadas con el proceso de la confección de la dieta, la higiene de los alimentos y su compra.

En 84 por ciento de los hogares las mujeres son las que cocinan y solo ocho por ciento lo comparten entre mujeres y hombres. En 82 por ciento son las que friegan y 14 por ciento lo comparten hombres y mujeres. Donde más participan los hombres es en el momento de botar la basura, comprar el pan y, en tercer lugar, en el acto de la compra, pues la escasez y los problemas de disponibilidad en el mercadoobligan a las familias a realizar esta actividad de manera más colectiva y construyendo estrategias muy diversas de búsqueda de alimentos y otros insumos básicos para el hogar.Pero, incluso en el proceso de la compra, las mujeres tienen mayores aportes: en 66 por ciento de los hogares lo hacen ellas, en el 10 por ciento se comparte la actividad y en 24 por ciento la ejecutan solo los hombres.

Cuadro 10

Quién hace las tareas domésticas


La sobrecarga de la mujer tiene con las tareas del hogar se produce también hacia el interior de los hogares dirigidos por los hombres y abarca todas las actividades, no solo las mencionadas.

La posesión de bienes domésticos las favorece a ellas en todos los hogares, en el sentido de ser sus dueñas en la mayoría de los casos, explicable porque todos son instrumentos necesarios para realizar su actividad en el hogar.

En el cuadro se percibe la asimetría en la participación de las mujeres en todas las actividades de los hogares de jefatura femenina, aunque se acentúa en las concebidas como tradicionales para las mujeres. Pero la división sexista del trabajo también se observa en las familias dirigidas por hombres, según confirman los mayores porcentajes de participación de mujeres en las actividades diarias.Todas estas desigualdades son expresión de la prevalencia de la cultura patriarcal en todas las familias, lo cual explica la mayor carga de trabajo no remunerado de las mujeres jefas y de las que viven en los hogares dirigidos por hombres.

En todos los aspectos,ellas llevan el peso de las decisiones en estos hogares, que en su mayoría ellas encabezan, pero esto no significa que se reduce el peso que las mujeres tienen en la distribución y realización de las tareas domésticas.

Cuadro 11

Estructura de las decisiones según sexo.


Respecto a los hogares que no declararon distribución de las decisiones con relación a la educación de los niños, es porque no hay niños en el hogar.

El tiempo que las mujeres dedican a sus hogares –sean jefas o no, trabajen solo en el hogar o lo compartan con otras actividades extradomésticas– las hace las apropiadoras por excelencia de sus espacios y, por ende, las que reciben los mayores impactos de los problemas al interior de la familia, de la escasez y las presiones cotidianas sobre su salud física y emocional. Tal realidad determina que la pobreza la sufran y sientan más las mujeres que los hombres.

Cuando a las familias encuestadas se les pidió valorar quién vive la peor situación, en todos los casos se menciona a las mujeres. Es cierto que ellas son mayoría en la jefatura del hogar, pero hasta los hombres encuestados reconocen que la peor situación la llevan ellas. Y en ningún caso se menciona solo a los hombres.

A los hombres no les interesa nada, solo tener comida y comodidades, las mujeres llevan el peso de la casa (jefa mujer, entrevista a mujer)

Las mujeres son las más preocupadas porque no falte nada en la casa y las que más sufren por las carencias, sobre todo de los jóvenes, que en muchas ocasiones no cumplen con las expectativas y los enfermos por las carencias de las medicinas. Mi padre falleció de cáncer y, si no hubiera sido por la ayuda de mi tía, no sé cómo nos hubiéramos arreglado con el hospital, el transporte y la alimentación, por suerte no le faltó nada(jefa mujer, entrevista a mujer).

Las mujeres, porque tenemos más gastos que los hombres, todo está caro y en ocasiones hay que hacer magia para que el dinero alcance (Jefe hombre, entrevista a mujer)

El estudio en el Consejo Popular de Santa Fe reveló la vulnerabilidad económica que caracteriza en general a los hogares pobres receptores de remesas,en especial los hogares de jefatura femenina. La excesiva dependencia de las remesas de los hogares pobres provoca que, en caso de disminuir o cesar los envíos, estos se sitúen en la escala de bajos ingresos, con mayor afectación para los hogares de jefatura femenina, que se sitúan en las escalas de menores ingresos.

El peso de los alimentos en los gastos de los hogares receptores es muy alto y, sobre todo, en aquellos hogares que cuentan con un mayor número de dependientes, los niños menores de cinco años, estudiantes y personas de la tercera edad que implican mayores gastos en la alimentación y compra de medicamentos.

Que las mujeres jefas de hogares vivan situaciones de mayor vulnerabilidad se entiende porque ellas son, en su mayoría, trabajadoras del hogar sin remuneración,se concentran en sectores con menores ingresos que con los hombres. En general, las mujeres muestran mayores niveles de escolaridad respecto a ellos,pero esto no se ha traducido en mejores oportunidades económicas y de inserción laboral.

Las mujeres viven situaciones de empoderamiento y desempoderamiento en los hogares pobres receptores de remesas. Contar con recibir y gestionar las remesas no supone decidir sobre su uso; las que reciben las remesas no siempre tienen capacidad de decisión sobre su empleo, que con frecuencia está principalmente definido por quien las envía.El poder de negociación y decisión en el seno del hogar no se produce de forma automática.

La distinción entre acceso y control es muy relevante en términos de género, pues la capacidad para usar algo no implica necesariamente que pueda decidirse sobre el destino del recurso y su efectivo beneficio.

Las remesas actúan como sustituto del ingreso con que las mujeres no cuentan o que resulta insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas. De esta manera, pueden contar con mejores condiciones de trabajo en el hogar, pero se incrementa la carga global de trabajo (remunerado y no remunerado) y no se modifica su posición dentro de la división sexual del trabajo al interior de las familias, continúan siendo las cuidadoras y las responsables por excelencia del trabajo doméstico no remunerado.

Con respecto a las reducidas inversiones productivas que las mujeres hacen con las remesas, el estudio reveló las diferencias con respecto a las inversiones realizadas por los hombres:
  • las inversiones realizadas por ellas son muy pequeñas y se hicieron en negocios considerados “femeninos”, como peluquería y venta de ropa, películas de videos y accesorios. Mientras los hombres son taxistas, crían animales.
  • las mujeres por lo general siempre han trabajado en el sector de los servicios estatales o en el hogar y no cuentan con una cultura empresarial y tributaria previa.
  • Cuentan con pequeñas sumas disponibles para inversión(la mayor parte se destina al consumo) y los negocios se apoyan en mayor medida del trabajo de familiares no remunerados, con muy poca capacidad de generar empleo.
  • Se caracterizan por su baja rentabilidad y sus dificultades de sostenibilidad a mediano y largo plazo (alta mortalidad de los emprendimientos productivos).
Por otro lado, los emprendimientos que los hogares realizan con remesas no pueden superar las fuertes condicionantes estructurales que padecen las comunidades de origen de las personas migrantes: los problemas de infraestructura, la debilidad de los mercados internos, la inestabilidad de los insumos necesarios para el funcionamiento de los emprendimientos, entre otros.

Los resultados de estos estudios reportan, en general, que las mujeres invierten largas jornadas en las actividades no remuneradas, entre ellas las tareas del hogar, las labores de cuidados de niños y enfermos, y el trabajo comunitario Estos datos permiten sustentar la hipótesis de quela alta exposición de las mujeres al trabajo no asalariado les dificulta participar en condiciones de igualdad en el empleo remunerado. Aún más, eleva su vulnerabilidad para entrar o permanecer en situaciones de empobrecimiento. (2015).

Citas

[1]Todos los cuadros de este epígrafe son de elaboración propia, a partir de los datos de la encuesta de hogares.

[2] Comúnmente llamada ama de casa. Aquí simplemente queremos reconocer que es una trabajadora, aunque no se le pague por ello.

[3]En 1994 el Banco Central de Cuba determinó la sustitución de todos los dólares estadounidense por pesos convertibles. Las tres monedas circularon hasta octubre de 2004. A partir de marzo de 2011 se devaluó el CUC y se igualó al dólar, pero mantuvo la penalización del 10 por ciento.

[4] Las tasas del saldo migratorio externo de mayor significación se presentan en 2004. Este comportamiento responde directamente a la puesta en marcha del Acuerdo Migratorio de 1994-1995 entre Estados Unidos y Cuba, en particular por el otorgamiento de visados a ciudadanos cubanos para emigrar a ese país (Aja, A y López C,2009)

[i]Sandoval, Raúl:La pobreza en Cuba, La Habana: Universidad de La Habana, 2012, digital.

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