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jueves, 21 de diciembre de 2017

Sacudirle las demoras a la inversión extranjera

En el central azucarero Ciro Redondo se ejecuta una inversión con capital extranjero, que permitirá poner en marcha la primera bioeléctrica del país. Foto: Nohema Muñoz Díaz
Dinamizar los procesos inversionistas, en especial los vinculados al capital extranjero, y despojarlos de atrasos que contradicen hasta el más elemental sentido común, han sido temas de análisis a todos los niveles.
El propio General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de diciembre del 2016, llamó la atención sobre «las dilaciones excesivas del proceso negociador» y la necesidad de «superar la mentalidad obsoleta llena de prejuicios contra la inversión foránea».
Y quedó registrado entonces el mandato que hiciera la Asamblea de volver más expeditos estos procesos, cuestión sobre la cual rindió cuenta a los diputados de la Comisión de Asuntos Económicos Déborah Rivas Saavedra, directora general de Inversión Extranjera, del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex).
Transcurrido casi un año ya, el Mincex, como organismo rector de la política en esta rama, ha trabajado en nuevas normas jurídicas que deberán suscribirse próximamente, en aras de simplificar los trámites de las empresas para presentar a aprobación los proyectos con capital foráneo, y acortar, sobre todo, los plazos de las negociaciones.
Entre las tareas emprendidas mencionó, además, la determinación del valor mínimo del suelo para los negocios con capital extranjero por sectores y zonas. «Ya se concluyó el estudio para la actividad turística y se labora en las áreas de energía y minas».
En su intervención, Rivas Saavedra reconoció el impacto negativo del bloqueo, la dualidad monetaria y cambiaria, así como las restricciones de liquidez. Y a ello se suma el peso insostenible de las dilaciones que persisten, tanto como los atrasos en la elaboración de los estudios, demoras en el cumplimiento de los trámites y falta de preparación de las entidades cubanas.
No obstante, durante el 2017, subrayó, se logran «modestos avances». En este periodo, los negocios muestran un monto de capital comprometido que supera los 2 000 millones de dólares.
Resaltó la existencia de 80 proyectos con posibilidades reales de concreción y otros 15, con un volumen de inversión superior a los 900 millones de dólares, que andan en fase avanzada de las negociaciones.
Déborah Rivas también puso énfasis en los retos que aún pesan sobre la inversión extranjera, la cual constituye parte esencial de la estrategia de desarrollo del país.
Es preciso, dijo, lograr el apoyo efectivo de todos los patrocinadores —incluyendo los órganos del Poder Popular a todos los niveles— en la identificación de proyectos incluidos en la Cartera de Oportunidades, de alcance nacional, que se encuentran en sus territorios. Incluso, participar en la supervisión de los cronogramas de negociación previstos.

En su opinión, atraer los flujos de inversión es un proceso paulatino, en el cual queda mucho trabajo por hacer. De ahí la necesidad de profundizar en la capacitación de los empresarios y los grupos negociadores, incrementar la agilidad y proactividad de las empresas y diversificar los vínculos con potenciales socios para no depender de un solo mercado.


¿CAPACITACIÓN O CAMBIO DE MENTALIDAD?
La separación de funciones estatales de las empresariales ha sido una de las principales transformaciones emprendidas como parte de la actualización del modelo económico. La actividad inversionista es una función empresarial, fundamentalmente. Sin embargo, los empresarios aún no lo han interiorizado y continúan viéndola como una orientación que debe llegar de arriba o del lado, pero llegar, en lugar de ser gestionada por ellos mismos.
Tal reflexión compartió el diputado por Yaguajay Agustín Lage, quien significó la importancia de la capacitación sobre estos temas, aunque hizo hincapié en los tan mencionados (por impostergables) cambios de mentalidad.
«Hay que jerarquizar el tema de la inversión extranjera, porque las mentalidades aún no son lo suficientemente abiertas. Y en ese empeño debemos contar con el apoyo de los diputados, pues los proyectos están distribuidos por todas las provincias del país.
«Cambiar la mentalidad no está vinculado solo a la inversión extranjera, sino que se corresponde con el proceso de transformaciones que asume nuestra economía para ser eficiente y alcanzar los objetivos de desarrollo del país», añadió Déborah Rivas.
Pero el tema de la capacitación volvió una y otra vez en las intervenciones de los diputados, que como Regla Martínez, en representación de Guantánamo, insistieron en el diseño de un programa de preparación que llegue hasta la base.
En ese sentido, la Directora general de Inversión Extranjera explicó la existencia de tal estrategia de superación, aunque es preciso insistir en la autopreparación, sin esperar a que se organice un curso. La capacitación debe contemplar todos los niveles, porque las contrapartes extranjeras sí están preparadas y tenemos que saber negociar, con éxito, con apego a  los intereses de nuestro país.
Diseño: Claudia García Martínez

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