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martes, 6 de junio de 2017

Finca Marta, tierra próspera: Comunión entre hombre y naturaleza (+ Fotos y Video)

Por: Dianet Doimeadios Guerrero, Irene Pérez
En este artículo: Agricultura, Campesinos, Cuba, Ecología, Fotografía, Medio Ambiente, Sociedad
 FernandoFunesDoctor en Producción Ecológica y Conservación de los Recursos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Fernando Funes, Doctor en Producción Ecológica y Conservación de los Recursos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
“Cuando vean un tendido de líneas eléctricas que atraviesan la autopista Habana- Pinar del Río, justo en el kilómetro 19 y medio, ahí está la casa”, esas fueron las pistas que nos dio Fernando para encontrar Finca Marta. Prevenidos, iniciamos viaje en busca de la tierra próspera que allí nos esperaba, no obstante, a ratos mirábamos al cielo.
“Bienvenidos”, dijo Fernando Rafael Funes Monzote, un Doctor en Producción Ecológica y Conservación de los Recursos que encontramos con el fango a los tobillos y en medio de la algarabía que provocan, ante la presencia de intrusos, seis perras y Espartaco, un cachorrillo que cuida muy bien a su dueño. Definitivamente habíamos llegado a Caimito, provincia Artemisa, donde tiene su reino el Proyecto agroecológico familiar Finca Marta.
Egresado del Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana en 1995, el ingeniero agrónomo Funes Monzote consolidó una intensa y fructífera carrera en el mundo académico, se doctoró en Holanda y visitó más de 40 países investigando e impartiendo conferencias en importantes universidades.
En el mes de diciembre de 2011, con 40 años de vida y poseedor de un conocimiento científico estructurado, “pero parcial” –aclara Funes convencido de que la ciencia agroecológica se basa en el saber de los campesinos–, decidió poner manos en tierra y “regresar al campo para entender su dinámica y transformarlo”. No pocos lo tildaron de loco.
“Profesionalmente para mí era un reto tremendo, sobre todo inicialmente, porque tenía que entender la dinámica rural, productiva y social dentro del campo. Si eres investigador, con una visita a una finca solo te llevas una visión congelada de la realidad.
“Si bien estudié sistemas integrados, diversificados, autosuficientes e investigué mucho sobre el suelo, la fauna vinculada a los sistemas agrícolas, las energías renovables, cuando llegué a la práctica me di cuenta que era más complejo todavía”, asegura el Doctor que se ha quitado las botas y se ha sentado en un taburete.

Escoger la tierra que nos dará de comer

Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Finca Marta cuenta con una alta diversidad de plantas cultivadas y silvestres, donde el sistema productivo tiene una concepción estrictamente ecológica. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El paisaje escogido por Fernando para plantar sus sueños no fue el más fértil de la zona, al menos a simple vista. Las ocho hectáreas de Cerapio, un anciano de 90 años que mediante un poder notarial le dio derecho a cultivar la tierra, conformaban la finca más pobre de Caimito. Sin embargo, el científico echó raíces en ella.
Plantó Finca Marta en una superficie de suelos rocosos, con poca profundidad y repletos de maroma y marabú: “Teníamos todo tipo de dificultades, ni siquiera había agua. Era imposible hacer agricultura así. Entonces decidimos hacer un pozo, me recomendaron que buscara a Juan Machado, el pocero de la zona, y así lo hice, el día de mi cumpleaños (6 de enero de 2012). Para no hacerte larga la historia, estuvimos siete meses rompiendo la piedra a mano y llegamos a 14 metros de profundidad”, rememora Funes y nos presenta a “Machado, el héroe”.
Juan Machado, el pocero de la zona. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Juan Machado, el pocero de la zona. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
“Me eché siete meses y un día –rectifica Juan de Dios Machado–, porque 24 horas cuentan, mi sangre. Te aseguro que este pozo es el más difícil que he hecho. Empezamos en cero y ahora tenemos un resultado maravilloso, caminen para que vean lo bello que está esto. En el campo lo que hay es que trabajar y echar pa´lante”, dice el campesino de toda la vida.
El pozo, hecho completamente a mano, es un símbolo para ambos agricultores: “Casi todo el mundo que lo ve le parece una locura. Pero el proceso fue muy rico. Trabajábamos todos los días, alrededor de 10 horas, a veces no le encontraba sentido y Machado me motivaba”.
“Valió la pena no solo porque encontramos agua suficiente, sino porque conocí a un hombre con una energía muy grande, que me trasmitió todo su conocimiento sobre el ambiente local, ecológico, económico y social de la zona. Fue la posibilidad de aprender sobre la rudeza del trabajo en el campo y los riesgos de vivir en él. Perdí 30 libras de peso, me puse extremadamente delgado y muy mal, pero tenía la voluntad de seguir”, afirma Fernando.
Así nació un  proyecto agroecológico inspirado en el legado de Marta Monzote Fernández (1947-2007), reconocida investigadora y promotora de la agroecología en Cuba. Tras cinco años de intenso trabajo, el hijo ha honrado la memoria de su madre.
“Quería transformar un pedazo de tierra cubana a través de mi esfuerzo, que mi experiencia y la vida que desarrollara en ella lo convirtieran en una tierra próspera. Fue una decisión familiar, yo no lo podía hacer si no implicaba a mi esposa y a mis dos hijos”, comenta Funes, quien también le debe un pedestal a Claudia Álvarez Delgado, pilar esencial del proyecto, la mujer que decidió dejar su trabajo en la Escuela Formadora del Turismo para acompañarlo en este empeño.

La agricultura como proyecto de vida

Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Trabajadores del Proyecto agroecológico familiar Finca Marta. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El ambiente huele a oreganito, mejorana y café recién colado. Bajo el resplandor del sol, que azota desde el mismísimo centro del cielo, una decena de trabajadores recolectan rúcula, tomates cherry, apio, lechuga rizada, perejil, albahaca y muchos más productos frescos. Hoy es día de cosecha.
Finca Marta cuenta con una alta diversidad de animales, plantas cultivadas y silvestres, donde el sistema productivo tiene una concepción estrictamente ecológica. Cuya mayor fortaleza radica en haber “encontrado la fórmula de combinar el saber campesino, la sensibilidad de la gente que tiene experiencia de campo y el conocimiento científico”, asegura Funes Monzote.
Los 100 canteros que tiene la huerta los construyó Alexei, el granmense, cuyo diseño se integra perfectamente al entorno. “Tanto por la riqueza del suelo como por la estructura que es estable, conformada a partir del uso de materia orgánica, muy sana. Una manera de contener las plagas es a partir de la biodiversidad que se establece. Esa es la flexibilidad de los modelos ecológicos que dependen de quién lo hace y cómo funciona en un ecosistema determinado”, explica el científico.
El equipo de trabajo está integrado por 18 personas, once hombres y siete mujeres que se dedican a la atención de hortalizas y frutales, a la ganadería vacuna, la apicultura y el agroturismo.
“Tenemos licencia de restaurante y aquí –en un fresco corredor contiguo a la casa– montamos una o dos veces a la semana una mesa buffet y  recibimos a los interesados en el turismo rural y en degustar un menú hecho con productos orgánicos. Podríamos hacerlo todos los días, pero hemos puesto como principio esa frecuencia, no más. Hay que poner límites para que los procesos del turismo no erosionen los proyectos de desarrollo social, es una oportunidad pero puede convertirse en una amenaza, por eso hay que pensar bien cómo hacemos las cosas“, alerta el horticultor.
En este proyecto de vida, Fernando Funes ha tenido en cuenta que el desarrollo rural implica ver a la agricultura desde su multifuncionalidad, donde la correcta imbricación de factores sociales, culturales y medioambientales permiten que los alimentos lleguen del campo a la mesa de una forma más eficaz y provechosa.
“Aquí comprendí la potencialidad de la práctica creativa, el componente social dentro del sistema agrícola, que el campesino no es un trabajador que produce alimentos, sino alguien con capacidad de transformar el entorno natural. Un rol fundamental que él desempeña es la preservación del Medio Ambiente. No hay agricultura que pueda ser sustentable si no tiene una visión clara sobre el uso adecuado y respetuoso de los recursos naturales”, asevera el investigador.
En la granja se ha diseñado un modelo integral que vela por el establecimiento de ciclos de reciclaje de nutrientes, que permite capturar los recursos naturales existentes sin degradarlos, donde se utilizan diferentes tipos de energías renovables que incluyen el bombeo de agua a través de paneles fotovoltaicos, la producción de biogás y el reciclaje de la biomasa.
“Recogemos el estiércol y lo convertimos en biogás. Cocinamos con él para más de 20 personas diariamente, almuerzo y comida. El pozo tan rústico y artesanal del que hablamos anteriormente combina perfectamente con una tecnología tan novedosa como el uso de energía solar para extraer agua de él. Las viejas y nuevas maneras se complementan, así es como debemos de pensar la agricultura moderna”, ilustra Funes.
Asegura que los sistemas agrícolas por sus características de estar abiertos, de tener viento, sol, biomasa, deberían tener la capacidad de producir suficiente energía para no ser dependientes de energía exterior. Y eso se aplica en Finca Marta, pero se puede aplicar a un territorio.
Este apasionado de la agroecología y del cuidado de la Madre Tierra que nutre, protege y sustenta a los seres humanos, sueña más allá de su parcela: “No pretendo, como proyecto personal y social, hacer un paraíso aquí, sino que otra gente se motive y haya un enfoque territorial, contribuir a que otras personas se establezcan en la zona y logren replicar estas ideas, no el modelo, sino los principios, la filosofía de vida”.
“Tengo esa aspiración y lo he hablado con el Gobierno local, ya estamos trabajando en un Proyecto de Desarrollo para la zona, que es la más pobre del municipio Caimito. Sin embargo, yo digo que si nosotros hemos hecho todo esto en cinco años, con los recursos que hemos tenido disponibles, los que hemos ido generando, es posible que otros lo logren”, anhela el científico.
“En el nuevo contexto de la economía cubana, hay más oportunidades. Esta finca está en el área de la Zona de Desarrollo Mariel, es una buena coyuntura para implementar varios modelos de agricultura agroecológica que cumplan otras funciones, como la preservación ambiental. Aquí podemos hacer un cinturón ecológico que llegue hasta el mar, son cinco kilómetros, que conecte con el proyecto inmobiliario de construcción de hoteles en la zona Norte hasta llegar al Salado”.
“Se podría crear un cinturón que conecte la producción de alimentos con el agroturismo y el establecimiento de sistemas agrícolas sustentables, conectados a un modelo de vida rural comunitaria a escala territorial”, insiste Fernando Funes dispuesto a regresar al punto de partida y emprender la aurora tornando utopías en realidades.

Vivir de lo que producimos

Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
En las ocho hectáreas de Finca Marta cultivan más de 60 productos al año y a la semana entre 25 y 30. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Recorrer Finca Marta es una fiesta para los sentidos. Paisaje de campo cubano salpimentado de árboles grávidos de frutos, sembrados uniformes y un ambiente de cooperación donde el trabajo rudo del campo parece no agobiar.
Iliana Estévez, “la jefa de la Casa de Posturas”, tiene una grabadora colgando de un horcón, “la música ayuda a las plantas a crecer –sonríe– y a mí me fascina. Es un trabajo de mucha paciencia y concentración, una semillita en cada huequito”, describe quien es bibliotecaria de profesión.
“Hemos logrado que 18 familias vivan de este Proyecto, en el cual la equidad es un pilar básico. Aspiramos a que la gente viva mejor de acuerdo a lo que aporta. Quien trabaja de 7:00 a.m. a las 12:00 m. gana 90 pesos por jornada, además de tener pagada la seguridad social, los impuestos por ser trabajador agrícola eventual y garantizado el desayuno, la merienda.
“El que se queda por la tarde, almuerza aquí, descansa hasta las 2:00 p.m. o 4:00 p.m. en verano y trabaja hasta las 5:00 p.m. o 6:00 p.m., ese cobra 120 pesos, y el que se queda por la noche, un poco más. Esa es la escala. Nunca el que mayor ingreso recibe va a ganar más del doble que el que trabaja menos. Y en la medida que mejoramos los ingresos, incrementamos los salarios semestralmente”, explica detalladamente Funes.
En las ocho hectáreas cultivan más de 60 productos al año y a la semana entre 25 y 30. “En sequía producimos más, porque nos enfocamos fundamentalmente en los vegetales y en la época seca es cuando se dan mejor”, asegura.
Muy cerca de la Casa de Posturas está el aljibe. Un sitio en el que Fernando se detiene y me dice: “Aquí se detuvo el Comandante cuando vino –descubrió una de las preguntas que le traíamos–. Sí, el 2 de abril de 2016, Fidel estuvo durante tres horas aquí. Conoció del Proyecto y tenía un nivel de motivación enorme. Entendía muy bien todo lo que estábamos haciendo.
“Él se detuvo aquí y me dijo: ‘esto es para hacer ejercicios’, realmente parecía una piscina. Y le dije: ‘no Comandante, estamos construyendo un aljibe, que hicimos con las piedras de la Finca, todo a mano. Entonces, me preguntó por la capacidad, por cómo iba a acopiar el agua, le comenté que el techo de la casa puede capturar medio millón de litros, que ya teníamos hechas las capturas, esos tubos que van por debajo de la tierra y entran al tanque que tiene un volumen para 200 mil litros. Le expliqué que así utilizábamos la energía potencial del agua que cae del techo y que era una reserva importante sobre todo para la época seca. A él le interesaban muchísimo estos temas”, cuenta Funes.
Hablaron sobre la Madre Tierra y los males provocados por el hombre que dejan huellas irreparables en ella. “La sequía es tema crítico para la agricultura cubanaen estos tiempos, hay que prepararse para seguir produciendo bajo esas circunstancias. También está el cambio de patrones y funcionamiento de las diferentes especies, plantas y animales. Muchas de las tecnologías que se generaron para la agricultura en otro escenario, ya no son factibles para el enfrentamiento al cambio climático”, comenta el agrónomo.
Aquel día, al Comandante en Jefe le llamó muchísimo la atención que el Proyecto fomentara la comercialización de circuitos cortos, basada en la venta directa de productos frescos o de temporada sin intermediario.
El sistema de conexión con los mercados, unos más valorizados y otros menos, hacen un equilibrio al lograr cubrir todo tipo de realidades, lo cual tiene un impacto mayor. Producimos miel que va a la Empresa Estatal Apícola, vendemos vegetales frescos a los restaurantes privados de La Habana, alrededor de 30 aunque podríamos hacerlo en 100 porque la demanda es enorme y para finales de este año queremos hacerlo con los hoteles a través de la Cooperativa.
“Queremos además comenzar un sistema de agricultura apoyada por la comunidad, un mercado comunitario que sería un vínculo directo con los consumidores, que permitiría que a nivel local se reciba los beneficios de la agricultura orgánica. Un punto de venta en La Habana, con una gastronomía orgánica, que esté accesible a un grupo de familias. Porque tenemos que captar todas las oportunidades que se nos presentes, sin deslindarnos de nuestro compromiso social”, afirma el Doctor.
El Proyecto agroecológico familiar Finca Marta también dona vegetales frescos a la Escuela de Remo y Canotaje José Smith Comas. “Las espinacas que cultivamos son un manjar para campeones”, dice uno de los encargados de la distribución.
“No tenemos pérdidas, un cinco por ciento, eso es ínfimo, en Cuba el índice es de un 50 por ciento, desde que se cosecha hasta que llega al plato. ¡El esfuerzo que cuesta producir para que se pierda! En mi opinión es más importante no perder lo que se produce que producir más.
“Generalmente, le decimos al campesino que tiene que producir más alimentos, pero no es solo cultivar más, sino cómo se hace y qué otras repercusiones tiene dentro del ambiente rural. Qué opciones atraen a la gente a producir y a vivir una vida más sana en el campo, a preservar los recursos naturales, a generar tecnología e innovaciones que permitan que la agricultura sea más sustentable”, cuestiona el Doctor.
Fernando va a la biblioteca de la Finca, que cuenta con más de 800 libros, toma un ejemplar titulado Agricultura con futuro y dice: “Fidel dijo en La Historia me Absolverá que Cuba podría albergar una población tres veces mayor que a la que poseía –ocho millones en aquellos momentos–, estaba pensando en 24 millones. Y era basado en la capacidad que tiene el país de producir alimentos para todos esos habitantes. Con la mitad de la tierra cultivable que tenemos se puede abastecer a toda la población, lo demostré en este libro, que es mi tesis de doctorado. La Isla tiene disponible de 6,6 millones de hectáreas en llanura agrícola, pero se puede sembrar en la montaña, en la premontaña, en terrenos fértiles e improductivos como este”.
“Lo lograremos si contamos con la gente, si somos capaces de que incorporen la agricultura como parte de su vida. Sobre la base de un modelo de sustentabilidad, de aprovechar nuestra soberanía sobre el uso de la tierra, cuando cambie la mentalidad del monocultivo; a través de la inversión de capitales en una agricultura a mediana y pequeña escala. Aquí no hay agricultores pequeños, sino agricultores que trabajan pequeñas porciones de tierra”, asegura el investigador cubano.

Regreso a la semilla

Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Para Funes no hay vida humana posible sin una relación con la naturaleza. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Fernando Rafael Funes Monzote nació en 1971 dentro de un centro científico, en el Instituto de Ciencia Animal en San José de las Lajas. Recorrió todo el panorama rural de la Isla con sus padres investigadores y luego lo hizo impulsado por su propia vocación. Antes de crear Finca Marta trabajaba en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, en Perico, Matanzas, y vivía con su esposa Claudia en el Vedado capitalino.
Antes de despedirnos, Funes nos cuenta que aunque ha decidido regresar a la semilla el paisaje de la ciudad no se le ha hecho ajeno. “Estoy en la Finca entre el 80 y el 90 por ciento del tiempo. Me gusta ir a La Habana, tenemos una casa muy bonita allá, pero mi vida es esta. No cambio la vida rural por la urbana, si me dieran a escoger preferiría seguir viviendo el resto de mi vida aquí. Pero como nunca va a dejar de existir la ciudad y el campo, pues aprovecho esa combinación tan reconfortante, que te permite complementar muchas sensaciones.
“No es ver al campo solo como el sitio donde se va a producir alimentos, sino como una complementariedad de la vida. No hay vida humana posible sin una relación con la naturaleza, porque te enajenas. Tenemos que ir logrando eso como nación, destinar más recursos a la infraestructura que hace falta para tener una vida viable en el medio rural, para hacerlo fructífero. El futuro de la sociedad moderna es una mayor relación con el campo, es regresar a él”, alega convencido.
Este exitoso emprendedor, que ha sido entrevistado por disímiles agencias y medios de prensa extranjeros, donde se ha ganado el epíteto de “agricultor de manos milagrosas”, asegura que la magia está en “trabajar mucho, muchísimo; sin creerte que recogiste tu mejor cosecha ni que lo haces en beneficio propio”.
“Quiero seguir trabajando en estas ocho hectáreas. No tengo apego a la tenencia de la tierra, para mí es un bien común, un regalo para todas las generaciones. La labras, la cuidas, extraes de ella beneficios sin perjudicarla, pero no la puedes tener. El hecho de tener la propiedad de la tierra, que tú la poseas, es un mecanismo capitalista. Pienso que esto es indefinido.
“Esos muros de tierra –señala hacia los canteros–, si no los rompes, nos van a sobrevivir, porque están pensados para una escala de tiempo mayor que la humana y eso tiene que ver con la sustentabilidad. Uno puede morir mañana, pero tiene que quedar algo que siga progresando, que siga su curso”, comenta.
En medio de un círculo de alpinias, Fernando Rafael Funes Monzote quiere construir una fuente con  “agua siempre viva, reciclándola”. En este pedacito de Finca Marta se abre el paisaje y se descubre cuánto se pude hacer despertando al sol cada día.
“Ese círculo es una mandala, una técnica de permacultura, de la cual mi mamá fue precursora en Cuba, quiero dividirla en tres partes que simbolicen paz, amor y libertad. Es un lugar de reflexión. Sabes, mi mamá murió el 17 de mayo, el Día del Campesino, y nació el 15 de enero, el Día de la Ciencia”, dice con nostalgia el hijo.
¿En qué crees Fernando?, se me ocurre preguntar lo obvio. “En la vida, en la fuerza de la Madre Tierra”, responde. Y el ambiente se inunda de los silencios que nacen de la comunión humana con la naturaleza, la fe más antigua del mundo.
En las ocho hectáreas de Finca Marta se cultivan más de 60 productos al año y a la semana entre 25 y 30. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
En las ocho hectáreas de Finca Marta se cultivan más de 60 productos al año y a la semana entre 25 y 30. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Según Iliana,  jefa de la Casa de Posturas, “la música ayuda a las plantas a crecer”. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El apiario cuenta actualmente con 100 colmenas. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El apiario cuenta actualmente con 100 colmenas. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El proyecto fomenta la comercialización directa para que los productos lleguen frescos del campo a la mesa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El proyecto fomenta la comercialización directa para que los productos lleguen frescos del campo a la mesa. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Paisaje de campo cubano salpimentado de árboles grávidos de frutos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Paisaje de campo cubano salpimentado de árboles grávidos de frutos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

En video, agricultura para la vida

Riqueza, propiedad y otros males

Ricardo Torres • 6 de Junio, 2017


LA HABANA. La sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del 1 de junio tuvo como propósito fundamental la aprobación final de dos de los documentos centrales para la agenda de transformación del gobierno cubano: la Conceptualización del Modelo Cubano de Desarrollo Económico y Social, y la nueva versión de los Lineamientos que estará vigente hasta el 2021. De acuerdo a lo trascendido a partir de las informaciones de la prensa cubana, uno de los temas que recabó mayor atención, y probablemente controversia, fue el referido a la concentración de la riqueza y la propiedad en el sector no estatal, particularmente en la esfera privada.

Quizá conviene recrear brevemente el contexto en el que esta discusión tiene lugar. El inicio de una reforma económica (con impactos más allá de la economía) como la que adelanta Cuba en estos momentos, responde a una evaluación pragmática de la sociedad cubana que cuenta con un consenso mínimo de amplia base.

En general, estas están referidas a la necesidad inaplazable de introducir un nuevo modelo económico que dé respuesta a las aspiraciones del pueblo cubano, en las condiciones particulares del siglo XXI, con el entorno geopolítico que identifica a Cuba. Uno de los grandes méritos del gobierno de Raúl Castro radica en su capacidad de ubicar esta necesidad y el debate subsiguiente en el centro de la agenda doméstica, y haber conseguido en siete años, adelantar unos cambios que parecían impensables hace una década; cuando probablemente en vastos sectores de la sociedad no estaban creadas las condiciones para su cabal comprensión.

Con el riesgo de ser reduccionista, la cuestión de la propiedad es posiblemente el asunto que mayor encono genera en el debate dentro de ciertos sectores cubanos. Pero si hoy se discute este tema en Cuba, es porque sencillamente el enfoque adoptado en el pasado no dio respuesta cabal a las necesidades singulares del desarrollo integral de nuestro país. Ni siquiera fueron suficientes los remiendos que se introdujeron a regañadientes durante los noventa. Lamentablemente, esto que parece obvio se deja pasar por alto muy a menudo.

Las bases del debate siguen estando ancladas en el pasado, mientras que se dejan de lado argumentos útiles que provienen del examen de otras realidades, o contradicciones que han sido descritas y analizadas ampliamente por las ciencias sociales. La noción de que la propiedad estatal (que ha venido a sustituir a la propiedad social) es un vehículo automático hacia la satisfacción de las necesidades del pueblo no pasa de ser una aspiración.

Veamos por ejemplo el asunto de la distribución de la riqueza. Por diversas razones, se ha aceptado acríticamente el supuesto de que la justicia social e igualdad de oportunidades requieren que la propiedad estatal sea mayoritaria, dejando de lado un impresionante número de factores mediadores que influyen en la dirección y el carácter de esta relación. Una acepción que en ocasiones se usa indistintamente se refiere a que la propiedad estatal tiene que ser exclusiva o ampliamente dominante en los denominados “sectores estratégicos”, otra vez sin llegar a establecer qué entender por estos últimos.

Una mirada al mundo actual no ofrece una respuesta concluyente al respecto. Se pueden nombrar muchísimos países contemporáneos donde la propiedad privada es mayoritaria (quizá es el caso en el 99% de las economías del planeta) y al mismo tiempo exhiben indicadores de desigualdad de ingresos menores al caso cubano. Las estimaciones que circulan actualmente dan cuenta de que con mucha seguridad el Índice de Gini (que no es el único, ni probablemente el mejor indicador, pero sí el más usado) ya ha rebasado la barrera del 0,40 en Cuba, donde la propiedad privada tiene una presencia mínima en términos de los medios de producción que controla (sobre lo cual no hay datos precisos). Varios países de Europa, Asia, y Canadá se ubican por debajo de este nivel. A fines de los ochenta, Cuba ocupaba posiciones muy destacadas, pero no era el único país. Algunos justificarían el hecho a partir de que son en su mayoría países ricos, con grandes recursos y de que Cuba arrastra una trayectoria azarosa, sobre todo por el asedio de Estados Unidos. Pero de eso se trata, el desarrollo supone lograr cuotas crecientes de bienestar en contextos que no son necesariamente favorables. Nadie dijo que sería fácil, mucho menos obvio.

El crecimiento de las empresas (independientemente del tipo de propiedad), requiere la reinversión de utilidades y el acceso al crédito. Cuando estas lo hacen en un marco regulado, se generan beneficios para la sociedad que son difíciles de desconocer, como la creación de empleos, el pago de impuestos, la provisión de un bien o servicio antes inexistente. El marco regulatorio actual penaliza severamente a las empresas privadas cubanas (cuentapropistas) que tienen éxito, dado que pagan más impuestos que ninguna otra (50% después de 2000 CUC anuales como ingreso neto), la contratación de trabajadores después de un mínimo también supone carga tributaria adicional, y se les niega el acceso a muchísimos sectores, donde contradictoriamente, sí pueden establecerse empresas privadas extranjeras. Es difícil imaginar cómo una economía donde el 30% de sus trabajadores ya se emplea fuera del Estado (y debe seguir aumentando) puede crecer saludablemente cuando el éxito empresarial (la concentración de la riqueza y la propiedad) es un mal.

Se sabe muy bien, aunque se prefiere no hablar tanto, de que la propiedad estatal también genera numerosas contradicciones. ¿Quién y cómo se ejerce el control real sobre estos medios de producción declarados de propiedad pública, en términos de las decisiones fundamentales sobre su uso? La experiencia histórica de los que un día se denominaron estados socialistas es abrumadora en el sentido de que la socialización real a través de la denominada propiedad estatal fue meramente una realidad jurídica y administrativa. El control real sobre los mismos terminó recayendo en las burocracias, cada vez más alejadas de los propósitos originales del ideal marxista.

Las ciencias sociales han descrito por mucho tiempo los problemas asociados a la tragedia de los comunes, o las contradicciones entre agente y principal. Este último se refiere al caso en que un actor económico (el principal) requiere la intermediación de otro (el agente), pero no cuenta con información suficiente para determinar y controlar las decisiones de este último.

En nuestro contexto, se pueden describir situaciones de este tipo con gran facilidad. El pueblo (el principal, dueño de todos los medios de producción) requiere de la gerencia de las empresas y la burocracia (los agentes) para administrar su propiedad, dado que sería impracticable hacerlo directamente. Sin embargo, por diversas razones (seguridad nacional, secretismo, interés propio de las administraciones para ocultar el mal trabajo, deficiente sistema de control, y un largo etcétera) el principal no cuenta con información ni con los mecanismos reales para controlar y evaluar el desempeño del agente. La situación extrema llega cuando cualquier demanda relacionada con la rendición de cuentas del agente, se interpreta como un ataque al modelo mismo. La situación termina en que, con frecuencia, las decisiones de los agentes no están completamente alineadas con los intereses del principal.

Otro caso interesante sería la denominada “tragedia de los comunes”. Esta describe una situación en la que la acción independiente de los individuos termina por comprometer la disponibilidad de un recurso de propiedad compartida, lo que a su vez los afecta en el largo plazo. Esto es frecuente cuando el comportamiento de los individuos no está adecuadamente regulado para tener en cuenta esta tendencia a actuar aisladamente y no siguiendo el interés colectivo. En nuestro caso, son frecuentes los análisis en los medios de prensa relacionados con el cuidado de la “propiedad social”, por ejemplo, parques, ómnibus públicos, playas, y otros muchos. Es otra muestra de que la propiedad pública no resuelve automáticamente estos asuntos, de gran incidencia en el bienestar del pueblo.

Pongamos un ejemplo concreto derivado de la posición singular que ocupa el monopolio estatal de las telecomunicaciones, ETECSA. Es un buen caso porque dado que es el único proveedor, el pueblo es a su vez dueño y cliente de la empresa. ¿Qué ocurre cuando la empresa tiene que cumplir con un plan de aporte de dividendos al Estado que supone una estructura determinada de tarifas que limitan el acceso a los servicios de una parte sustancial del pueblo?

Estos son problemas presentes en todas las sociedades y en todas las formas de propiedad, pero ilustran perfectamente cómo la propiedad estatal (ni siquiera social) no es la respuesta automática a todos los desafíos de la sociedad contemporánea. En muchos casos, estas contradicciones requieren una estructura de propiedad más compleja y diversa, donde el sector privado y el cooperativo ocupa un lugar destacado. En otros, es preciso acompañar la propiedad social de un entorno regulatorio mucho más sofisticado que el existente actualmente en Cuba, y sobre todo uno que pueda evolucionar a lo largo del tiempo para recoger los intereses del principal, y no de sus agentes.

El debate franco y abierto sobre estos asuntos es necesario y pertinente. La cuestión no puede reducirse a si el excedente económico es apropiado individual o colectivamente. Si una empresa estatal no tiene un buen desempeño que le permita pagar mejores salarios a sus trabajadores, o no crea empleos, o contamina el medio ambiente, o trata inadecuadamente a sus clientes, tampoco estará sirviendo a los intereses del pueblo. Es urgente dejar atrás el sinsentido de casi tres décadas, en las que Cuba exhibe un desempeño económico mediocre y un incremento simultáneo de la desigualdad, la peor combinación posible.

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Los cubanos ganaron unos $40 millones gracias a Airbnb en dos años

EFE, MIAMI, Nuevo Herald 

Las ganancias de los cubanos que alquilan habitaciones o sus casas o apartamentos a través de Airbnb totalizan unos $40 millones desde abril de 2015, informó el 5 de junio la plataforma tecnológica en un informe sobre Cuba.

El cofundador de la plataforma Airbnb Nathan Blecharczyk sale de un auto clásico en La Habana a su llegada a una casa que alquila a turistas en La Habana, en junio del 2015. Desmond Boylan AP

La compañía que conecta a propietarios de viviendas con personas que buscan alojamientos turísticos publicó un informe sobre Cuba, donde Airbnb comenzó a tener presencia en 2015 y que hoy en día es el país donde el número de ofertas crece más rápido, con más de 22,000 repartidas por 70 ciudades y pueblos de la isla.

La demanda de alojamiento en Cuba sigue creciendo y en lo que va de 2017 es el noveno país más popular en Airbnb para los turistas estadounidenses, por delante de Australia, Alemania, Holanda y Tailandia, entre otros países, dice el informe.

En 2016, más del 12 % de los estadounidenses que viajaron a Cuba se alojaron en lugares que buscaron por Airbnb.

Al respecto, la empresa señala que la comunidad Airbnb nació en Cuba en pleno deshielo de las relaciones cubano-estadounidenses.

“Por primera vez en décadas, algunos viajeros estadounidenses autorizados pudieron compartir el pan con anfitriones cubanos en las mesas de la cocina en toda la isla”, indica el informe.

Desde entonces miles de cubanos se han beneficiado directamente del acceso a una red de viajeros internacionales que proporciona Airbnb, una compañía creada en 2008 que tiene en Miami su sede para América Latina y el Caribe.

Los propietarios de las 22.000 propiedades cubanas incluidas en la plataforma, 13.000 de ellas situadas en La Habana, han ganado casi 40 millones de dólares desde abril de 2015, gracias a los 560.000 turistas que han buscado alojamiento en Cuba por medio de Airbnb en estos más de dos años.

Por mes llegan como promedio unos 70.000 turistas a la isla con alojamiento hallado por Airbn.

El precio promedio por reserva es de 164 dólares y 2.700 dólares el promedio anual y, en promedio, los cubanos alquilan 33 noches al año sus propiedades inmobiliarias, ya sean por piezas o completas.

En cuanto a los propietarios el estudio revela que la edad promedio son 43 años y el 58 % de ellos son mujeres.

La Habana tiene más alojamientos Airbnb que Austin, Houston, San Francisco, Boston, San Diego y Chicago.

Airbnb, que defiende que el contacto persona a persona es la mejor manera de derribar barreras y que los mejores embajadores de cualquier cultura son los miembros de esa cultura, señala que La Habana ha llegado a ser uno de los más populares destinos y experiencias para la comunidad de la plataforma.

¿De qué hablaron en el pleno "extraordinario" del club Bilderberg?

RT,Publicado: 6 jun 2017 09:38 GMT

El club Bilderberg celebró su reunión anual en un hotel de lujo a pocos kilómetros de la Casa Blanca.




pixabay.com / RT

Entre el 1 y el 4 de junio, el club Bilderberg celebró su 65.ª reunión anual en la localidad estadounidense de Chantilly, en el estado de Virginia (EE.UU.). Sus integrantes celebraron el encuentro en el hotel de lujo Westfields Marriott, ubicado a pocos kilómetros de la Casa Blanca.

El selecto club se había reunido en este lugar en tres ocasiones anteriores: en 2002, 2008 y 2012, destaca el economista ruso Valentín Katasónov en su artículo en el portal de la Fundación de Cultura Estratégica. Este apunta que, normalmente, el club suele cambiar la sede de sus encuentros, por lo que celebrar "cuatro reuniones en un solo lugar es un récord absoluto".

Entre las cuestiones que se debatieron en esta conferencia figuraban temas como 'Las relaciones transatlánticas', 'La actividad de la OTAN', 'Las guerras de información', 'El papel de Rusia en el orden mundial', 'China' y 'La proliferación de armas nucleares', entre otros. Pero este año, la ponencia central de la reunión fue una titulada 'La Administración Trump: informe de avances'.

Katasónov sugiere que si el club exige este tipo de informe, esto "significa que la Administración tenía una tarea determinada". También cree que se puede afirmar que probablemente no todos están satisfechos con los resultados de las política del republicano, ya que necesitan un informe tan solo cuatro meses y medio después de la investidura de Trump. El experto llama a este encuentro un "pleno extraordinario del club Bilderberg", ya que demuestra que este grupo "no es solo una plataforma de debate de la élite mundial, sino también una reunión cuyos participantes se consideran a sí mismos capacitados para pronunciar veredictos".


Los encargados de presentar este informe fueron el asesor de Trump en seguridad nacional, Herbert McMaster, el secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, y el director del Centro de Iniciativas Estratégicas en la Casa Blanca, Christopher Liddell. Dos exdirectores de la CIA, John Brennan y David Petraeus, así como el senador Lindsey Graham, hicieron de "testigos de este juicio", según el economista ruso.

Un total de 131 personas de 21 países tomaron parte en las reuniones en Chantilly. Por tercer año consecutivo, la cumbre fue presidida por Henri de Castries, expresidente ejecutivo de la empresa francesa AXA Group y actual presidente del Instituto Montaigne, un laboratorio de ideas que promueve el desarrollo de Francia en el mundo. Algunos expertos afirman que jugó un importante papel en la promoción de Emmanuel Macron a la presidencia del país galo.

La lista de invitados de este año contenía el nombre de diversas personalidades de la geopolítica mundial, entre ellas la directora del FMI, Christine Lagarde, el rey de Holanda, y Cui Tiankai, el embajador de China en EE.UU. Representantes de grandes empresas de tecnología, banqueros y jefes de medios de comunicación influyentes también asistieron a la reunión. Además, la cumbre estuvo marcada por una amplia presencia de representantes del mundo financiero y bancario.

Restaurar servicio de agua en La Habana: Historia Monumental (+ Videos)

Por: Elias Argudín



Obreros trabajan en la reparación de la Cuenca Sur para restaurar el servicio de agua a La Habana. Foto: Oilda Mon/ Tribuna de La Habana.

La avería hizo aparición como una desproporcionada tragedia, en la madrugada del pasado 25 de mayo. Había colapsado el conducto del principal aporte de agua a la capital. Desde entonces se está escribiendo una historia monumental. Y ya resulta de dominio público el esfuerzo de los trabajadores de Aguas de La Habana, Empresa de Mantenimiento y Rehabilitación de Obras Hidráulicas de Occidente (Emroho), y de los contingentes Blas Roca y Raúl Roa.

No es un secreto que estas fuerzas plantaron porfía al reloj, y en dos turnos de 12 horas cada uno, laboran sin tregua, por convicción y disciplina, pero sobre todo, conscientes de que —ahora mismo— en ellos los capitalinos depositan sus esperanzas.

La obra en su conjunto tendrá un costo aproximado de unos seis millones de pesos. Por otra parte, en circunstancias normales, empalmar y montar un kilómetro de conductora de tal magnitud (900 mm), clasifica como una inversión de consideración, que exige proyectos bien pensados y no menos de tres meses de laboreo intenso. En Cuenca Sur ya se va para el tercer kilómetro en solo 11 o 12 días, y se llegará a cuatro antes de las 20 jornadas.

Ah, y lo más asombroso, a pesar del sol, el calor abrasador, los insectos y la tierra colorada, quien se aventure por el lugar en condición de espectador, quedará recompensado con el entusiasmo y la disposición que reina en el colectivo, o las historias de vida que se esconden detrás del evidente agotamiento reflejado en el rostro de cada uno de sus integrantes.

A lo cubano


Para la reparación de la Cuenca Sur se han unido los trabajadores de Aguas de La Habana, Empresa de Mantenimiento y Rehabilitación de Obras Hidráulicas de Occidente (Emroho), y de los contingentes Blas Roca y Raúl Roa. Foto: Oilda Mon/ Tribuna de La Habana.

La sensación de placer embarga al hablar con la ingeniera Edelsy Ramos Guillarte, directora de Producción de la Emroho, la única mujer entre tantos hombres, con la misión de dirigir a un grupo de quienes se encargan de soldar los tubos, abrir las zanjas y del acople final.

Esta santiaguera no deja oír una queja, ni por los inconvenientes de la vida en campaña ni por el hecho de que sale de su casa antes del amanecer y regresa cuando el sol hace rato desapareció. Reconforta sí, porque a contrapelo de las adversidades, trabaja Alexander Concepción Molina, uno de los cinco operarios de las máquinas de termofusión, utilizadas para soldar las tubería de PAD.

Alexander no ve despierto a su pequeño hijo de cuatro años al llegar a su hogar, bien entrada la noche; los dolores de cabeza amagan, unas veces, y otras dicen aquí estamos “porque tantas horas de exposición al sol han empezado a hacer de las suyas”, pero él no hace caso, se sobrepone y piensa: “Entre los muchos perjudicados, también está mi familia; mañana cuando completemos la solución definitiva, estarán asimismo entre los beneficiados. Entonces, cuanto antes mejor”, afirma sonriente.

El desenfado de Mario Ernesto Ávila Delgado y la frescura que denota su rostro contrastan con lo áspero del paisaje. No es en modo alguno el único joven, le acompañan otros 60 que no sobrepasan los 30 años, pero él, con solo 18 años, es el de menor edad entre todos.

Mario Ernesto vive su estreno como trabajador después de haber sido desmovilizado del Servicio General Activo. Ocupa plaza como ayudante, asegura, y aprovecha para aclarar que el debut “ha resultado muy duro”.

Sin embargo, pronunciadas estas palabras, de inmediato él —que había estado sonriendo en todo momento—, cambió el rostro. Puso la cara muy seria y adoptó pose de buen catador, para apresurarse en aclarar:


“Probé en serio, incluso me saboreé y no me caben dudas que me gustó. No me arrepiento. Quiero seguir en estas lides, experimentar cuánto doy, superarme, llegar a ser un operario experimentado. El buen salario y la atención exquisita estimulan, ciertamente, pero no es solo eso. Creo, sinceramente, que nada es comparable con el goce que uno experimenta al saberse útil en grande”.

Esta semana concluirán las reparaciones para normalizar servicio de agua


El tercero de los cuatro tramos de la Cuenca Sur ya se terminó. Foto: Oilda Mon/ Tribuna de La Habana.

Aunque persisten algunas afectaciones, lo peor ya pasó.El tercero de los cuatro tramos de un kilómetro de tuberías de Polietileno de Alta Densidad (PAD) de 900 milímetros (mm) de diámetro quedó instalado en la conductora Cuenca Sur.

Tras siete jornadas de trabajo intenso e ininterrumpido durante el día y la noche, a partir del colapso de la tubería, quedaron listos y conectados al tubo original, los dos nuevos primeros tramos de PAD. Ello dio paso a las pruebas de carga cuyo resultado exitoso permitió un aumento paulatino de las presiones, hasta llegar a los mil 500 litros/segundo.

Está a punto de entrar en funcionamiento el penúltimo segmento de PAD previsto a instalar en función de tal propósito. Al mismo tiempo se trabaja las 24 horas en la soldadura y empalme de las piezas de 12 metros que conformarán el cuarto y último cauce artificial que, una vez en activo, quedará definitivamente compensado el caudal total del tramo de 78 pulgadas dañado.

Según apuntó el ingeniero Javier Toledo Tápanes, delegado del Instituto de Recursos Hidráulicos en la provincia, el servicio ha mejorado y continuará aún más tras cada nuevo avance; sin embargo, únicamente podrá retornarse al régimen establecido (en ciclos y horarios), cuando concluyan totalmente las labores, el jueves o viernes.

La conductora de Cuenca Sur clasifica como el principal aportador al Sistema Central, del cual resultan beneficiados los habitantes de los cinco municipios del centro (Plaza, Cerro, Habana Vieja, Centro Habana, y 10 de octubre) y parte de Boyeros. Esas son las noticias que llegan de Cuenca Sur, tan frescas, transparentes y halagüeñas como el agua misma.
Lea sobre este mismo tema:

Reportaje sobre la restauración del servicio de agua en La Habana

(Tomado de Tribuna de La Habana)