Pastor Batista Valdés ECONOMÍA 31 Mayo 2018
Economía
Pudiera parecer que la reapertura, en un nuevo y confortable local (otrora comedor), de la tienda con que ahora cuenta la Empresa Agroindustrial Ceballos para estimular a unos 1 500 trabajadores y la puesta en marcha de un también magnífico comedor obrero en la Finca La Charca, no van más allá de lo meramente cotidiano en una provincia como Ciego de Ávila, en permanente ascenso y movimiento.
Ambas novedades, sin embargo, tienen convergente denominador: seguir creando condiciones cada vez más favorables, a tono con el empeño que cada día ponen cientos de hombres y mujeres en plantaciones de las unidades productoras.
Pero hay un elemento más que no puede ser obviado. Coincidentemente, se cumplen 50 años del momento en que, por iniciativa y orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Ciego de Ávila, entonces parte territorial de Camagüey, unió en uno solo sus programas de cítrico, piña y frutales.
Así lo explicó Wílber Bringas Fernández, director general de la mencionada empresa, al ponderar el buen aspecto que muestra la guayaba sembrada en parte de las 615 hectáreas incorporadas recientemente a producción, luego de varios años sin uso en la empresa agropecuaria Cubasoy.
Considerado uno de los territorios que más ha fomentado los frutales, Ciego de Ávila tiene hoy más de 8 000 hectáreas plantadas de diferentes variedades, en el contexto de un programa que, según explica Orlando Pérez Pedreira, delegado provincial de la Agricultura, debe mantenerse en progresivo aumento, hasta sobrepasar las 20 000 hectáreas.
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