“Cambio globos por botellas … papalotes sin frenillos…” Así sonaba estribillo de un pregón criollo de un vendedor ambulante con su carretilla, que también fue parte de una pieza musical de la época, y del folklor cubano décadas atrás. Hoy el caso viene a la palestra tratando de hacer un símil, cuando se publican resultados de una gran estafa que se comete a programas de ayuda social del estado en Estados Unidos
Se calcula en $ 13 millones el monto de esta operación recién concluida y que llevó tres años su investigación. Han sido muchas y de variados tipos, pero esta es la que hoy se destapa a la luz. Hace mucho tiempo que estas operaciones se realizan a todo lo largo y ancho del país sumando los fraudes a las cuentas de lo Medicare y Medicaid, que suman ya miles de millones de dólares, todos los años.
El asunto estriba en que existe una especie de mafia que trabaja en combinación con pequeños comerciantes y personas que poseen la tarjeta para recibir alimentos auspiciado por el gobierno estatal. Los propietarios y empleados en contubernio con los portadores de esas tarjetas, les cambian por unas cantidades muy inferiores a los beneficios de cada una por dólares constantes y sonantes, convirtiendo estas operaciones en delitos graves.
La información trata de probar con declaraciones de testigos, que inclusive muchos de estos resultados de los negocios (el cash) se usan para costear viajes a Cuba, sin que esto sea una prueba total de participación de cubanos en las ilícitas operaciones, ya que otras nacionalidades también participan en las actividades.
Han arrestado tanto a cubanos como a árabes acusados de defraudar programas oficiales de asistencia pública. Por ejemplo una persona que le adjudican unos $ 200. en una tarjeta para alimentos (Asistencia de nutrición Suplementaria – SNAP en ingles), la puede negociar con los inescrupulosos comerciantes delincuentes, por unos cien dólares, para su uso particular en lo que desee incluyendo parte del precio de un pasaje a Cuba. Tanto es así que se ha comprobado que muchos de los que reciben ayudas del Estado, que se supone que están como se dice en buen cubano, “en la fuácata” (precaria situación económica), se la pasan viajando como “mulas” a la isla o enviando mucho más de lo que pueden a sus parientes allá. Inclusive se han detectado informes de personas que utilizan medicinas recetadas para enviarlas a Cuba, como parte de estos negocios, ya que las mismas no les cuestan pues son poseedores de los beneficios del Medicare y Medicaid. En esto hay hasta centros de atención a la salud envueltos incluyendo en algunos casos, hasta profesionales del giro participantes. Todo como el título de aquella película del oeste americano, “Por unos dólares m”
Así las cosas son ya 22 los arrestados en esta última redada como resultado de mucho tiempo de operaciones encubiertas de las autoridades de Miami. Esto serviría de ejemplo para los que aún lo hacen, tanto los beneficiarios por estas a ayudas, como el intermediario o el comerciante, como el agente viajes, si es que este está al corriente y proporciona el pasaje como medio del negocio.
Les habló, "Desde Miami" Roberto Solís, Ávila
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