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lunes, 9 de julio de 2018

Conceptos a Debate (Segunda Parte)



A los lectores.

Estimados lectores, esta es la segunda entrega de parte del mencionado texto (“Economía, política y ciencia”) que aspira a colocarse en el libro de récord Guinnes con 11 años en la imprenta sin publicar. Pero si he decidido socializar partes de su contenido es debido a la necesidad de incrementar la densidad teórica de definiciones y juicios cargados de un pragmatismo “de bajo costo”, para emplear también un término de la práctica constructiva cubana. 

En el primer artículo de esta “temporada conceptual” nos referimos a la concepción eminentemente empírica del doctor Pedro Monreal sobre la teoría y su nexo con la práctica. Presentamos dos de sus “brillantes” ideas. En esta ocasión se abordarán algunas nociones sobre la “economía política”, su esencia e importancia para la práctica de la construcción del socialismo.

Antes queremos compartir con los lectores esta “joya” del pensamiento económico metafísico: 

“¿Qué utilidad práctica concreta pudiera tener para los funcionarios del Ministerio de Economía y Planificación, o del Ministerio de Finanzas, a la hora de diseñar y aplicar políticas empresariales, conocer la crítica de Marx y Engels a Proudhon hace más de 170 años?”( Pedro Monreal. Cuba. Las tensiones entre la teoría, las políticas y la práctica de la reforma, elestadocomotal on March 30, 2018) 

Una respuesta a la ligera pudiera ser: “ninguna”, si se analiza en un sentido totalmente pragmático. También pudiera argüirse que tampoco tiene utilidad práctica su “programa de estabilidad económica” que pretende favorecer la propiedad privada empresarial en franco menoscabo de la estatal, porque tales funcionarios no pueden modificar las estructuras de propiedad vigentes respaldadas por nuestro estado de derecho. Eso, en el hipotético caso de que algunos quisieran hacerlo.

Pero podemos responderle con mayor mesura y profundidad que si es muy importante esa sentencia de Marx a la que alude el doctor Monreal “ …la división social del trabajo y todas las demás categorías del señor Proudhon son relaciones sociales, cuyo conjunto forma lo que actualmente se llama propiedad” . Si esos funcionarios no interiorizan que detrás de cualquier indicador económico subyacen relaciones sociales y en consecuencia necesidades, intereses, motivaciones, y contradicciones, cuando trabajen en el plan o en el presupuesto lo harán de manera mecánica, metafísica, separada su labor y el producto de la misma, de la realidad. ¿No sé si puede haber algo más útil que esto? 

Para no extendernos en este preámbulo necesario pasamos al tema de hoy. Al igual que en la ocasión anterior no hemos modificado nada del contenido. La únicas adiciones son los subtítulos y las notas de actualización. 

De “Economía, política y Ciencia”. Premio Julio, 2007. Inédito. 

Carácter histórico de la economía política. 

Como ciencia social la economía cambia con el tiempo, es sustancialmente histórica. Engels al referirse a la modalidad política de la ciencia económica sentenciaba que: “Las condiciones en las cuales los hombre producen e intercambian lo producido verían con cada país y, dentro de este con cada generación. Por eso , la economía política no puede ser la misma para todos los países ni para todas las épocas históricas” (1) 

Por su importancia y síntesis se reproducen algunos párrafos del acápite “De los clásicos a la economía actual” del trabajo citado de Alfredo González: 

“Los temas de investigación de los primeros economistas, agrupados en la denominada escuela clásica, desde William Petty, hasta David Ricardo, estaban dirigidos a cuestiones esenciales de la economía: cuál era la causa de la riqueza de las naciones; el surgimiento del excedente económico y su distribución entre las diferentes clases; así como el origen y medición del valor. 

“Para los fisiócratas el único sector capaz de incrementar el producto era la agricultura, donde además esto podía ser percibido de forma natural, pues de las semillas sembradas podía recogerse una cosecha multiplicada. De ellos surge el concepto unificador a toda la economía política de producto neto, que establece la diferencia entre producto bruto, costo y excedente. 

“David Ricardo, profeta económico de la burguesía industrial, extiende el concepto de trabajo creador de nuevo valor, a la manufactura. Para él toda la fuente del valor está en el trabajo, aunque no logró resolver la contradicción entre el valor y los precios de producción, que incluyen una tasa de beneficio por el capital invertido. En sus escritos, Ricardo trató de evidenciar cómo la renta de los latifundistas era una apropiación del nuevo valor creado en la industria. Las implicaciones revolucionarias de la teoría del valor-trabajo de Ricardo no pasaron inadvertidas para sus contemporáneos. 

“Marx partió de la teoría del valor-trabajo de Ricardo y mostró como el excedente surgía de la diferencia entre el costo de reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo efectivamente incorporado en las mercancías. De igual modo expuso como el valor se transforma en precios de producción bajo un sistema de reproducción capitalista. 

“En la medida en que el trabajo pretérito eleva la productividad del trabajo vivo, el mismo deberá ser utilizado allí donde resulte más efectivo en la fase capitalista del desarrollo esto significa que el capital acudirá a las actividades donde se presenten las mayores tasas de ganancias. 

“Al coronarse el sistema de la economía política clásica argumentando a favor del trabajo como principio unificador y fuente primaria del valor; y exponer como dentro de las reglas del intercambio de equivalentes surgía la plusvalía, Marx daba fundamento económico a las ideas socialistas en cuanto al logro de una mayor justicia social. De ahí su insistencia en el carácter históricamente condicionado del régimen capitalista y de la posibilidad de su transformación a fin de eliminar por primera vez en la historia la explotación de una clase por otra como base de creación de la riqueza. 

“Carlos Marx marcó un hito en el desarrollo del pensamiento económico y social de la humanidad. Su influencia no depende de la validez de uno u otro aspecto de sus doctrinas sino de la amplitud de su pensamiento, su rigor intelectual y su pasión humanística, que encontró profunda resonancia en millones de personas. Su método de análisis constituye hoy en día punto de partida enteramente válido para el estudio de las cuestiones económicas y de la sociedad. 

“Con posterioridad a los clásicos se produce un vuelco en la visión conceptual de los economistas, junto con un cambio en el tipo de preguntas que tratan de responder. Ya no se busca una medida del valor, ni la forma en que se reparte el producto entre las clases, sino se interesan por una investigación más empírica : las causas de las variaciones de los precios. Con ello limitan su horizonte respecto al núcleo teórico de la economía, a la par que reducen los principales problemas económicos a los nuevos términos. 

“De un modo independiente surgen la escuela austriaca y Jevons en Inglaterra, a los que seguiría Alfred Marshall, y Walras y Pareto de la llamada escuela de Lausana, los cuales crean las bases generales dentro de los cuales se movería el pensamiento económico desde entonces. Esta corriente de pensamiento fue denominada como de la Utilidad Marginal, lo cual refleja el desplazamiento de la oferta y el costo, hacia la demanda del consumidor y la utilidad como determinantes del valor de cambio.(...) 

“Estas ideas serían refinadas posteriormente hasta llegar a sus formulaciones actuales.(...) 

“En síntesis, la economía contemporánea ha desarrollado una serie de técnicas que permiten el estudio de aspectos particulares del mundo económico. La formulación en términos de ecuaciones funcionales y del análisis de los incrementos en el margen, han brindado una precisión al pensamiento económico que no era posible con anterioridad. Sin embargo, el alejamiento respecto a los temas esenciales de la economía y el carácter apologético de una serie de conceptos que, entre otras cosas, intentan elevar la racionalidad mercantil por encima de la racionalidad social, obligan a una asimilación crítica de estas teorías.” (2)

Aunque un poco extensas, las citas se relacionan directamente con el tema que estamos tratando además de ofrecer una perspectiva histórica muy resumida, y lo más importante demuestran el carácter clasista, de defensa de los intereses de determinada clase: el proletariado o los trabajadores en el caso de la teoría económica marxista leninista y de la burguesía en el caso de la economía política clásica burguesa y la posterior y actual economía política vulgar ,por principio subjetivista.

Subjetivismo y pragmatismo de la economía política burguesa.¿ Superado en la actualidad? 

La teoría económica burguesa apunta, como regla, a los aspectos funcionales de la economía capitalista, simplifica tanto las relaciones sociales que las lleva a fórmulas, ecuaciones y otras construcciones matemáticas. Las leyes y contradicciones de la competencia y del mercado desaparecen o son sustituidas por fórmulas y formulaciones en apariencia inocuas. El subjetivismo y el pragmatismo se subliman al máximo pero siempre en defensa del capitalismo. (Nota de actualización: Los trabajos del doctor Monreal clasifican sin lugar a dudas para este juicio.) 

La economía política marxista leninista. 

La economía política marxista leninista estudia relaciones de producción y sus mecanismos de manifestación concreta, su objeto de estudio contempla las leyes, intereses y contradicciones económicas. Atiende y explica procesos económicos esenciales y defiende los intereses de clase de los obreros y demás trabajadores. Parte del legado teórico general de Marx y Engels, del desarrollo leninista de la economía política en condiciones del imperialismo y del primer tránsito al socialismo desde el subdesarrollo y el aislamiento nacional, e incorpora críticamente los avances de la teoría económica revolucionaria en condiciones del sistema socialista mundial y después de la desaparición de éste. 

Aún con toda la carga dogmática que la lastraba, la escuela soviética de economía política y de los demás países socialistas de Europa del Este, incursionaron en numerosos temas históricos y de actualidad. No se pueden confundir los manuales, las exageraciones, la apología, el copismo, etc, con importantes avances en la economía política del imperialismo y del socialismo. Analizada desde una óptica crítica, la economía política marxista leninista actual puede encontrar en esa literatura ahora virtualmente proscripta o desdeñada, una fuente más de nutrición.( Nota de actualización. Resultan importantes los estudios de economistas de los ex países socialistas de Europa del Este, otrora considerados revisionistas y reprimidos, Wlodzimierz Brus(Polonia) y Ota Sik(Checoslovaquia) por la coincidencia de sus ideas y recomendaciones con el proceso de Actualización del modelo económico y social cubano) 

El marxismo leninismo como teoría revolucionaria general y la economía política, no pueden asumirse como la suma de las obras de Marx y Engels más las de Lenin e incorporarles todo lo que se escribió después, o lo que es más dañino aún separarlos y parcializarse o bien por los primeros o bien por el segundo. Debe interpretarse como continuidad y ruptura, como síntesis de lo perdurable, de lo que aporta en un tema o concepto, como unidad y no como segmentación, como método, no como catecismo, como brújula, no como mapa antiguo que no incluye los nuevos territorios y divisiones políticas. 

Los elementos fundamentales del marxismo son el materialismo dialéctico e histórico y la economía política. Lo fundamental, la esencia, el grano racional de estos componentes que integran un sistema no sólo está en pie sino que se ha enriquecido por las ciencias sociales marxistas leninistas. 

La economía política tiene dos objetos fundamentales o un solo objeto con dos grandes divisiones: el capitalismo y el socialismo. Ni el capitalismo actual ni el socialismo son los de Marx, Engels y Lenin pero sin las obras de estos, sus tesis y teorías, el estudio, interpretación y valoración de los nuevos fenómenos y tendencias no serían científicos ni revolucionarios, sino cualquier variante de la economía política vulgar burguesa o simplemente una teoría económica subjetivista más. 

Marx y Engels fundaron la economía política marxista como crítica al capitalismo y a partir de ello sentaron las bases para la economía política de la sociedad llamada a sustituirla revolucionariamente. Esa concepción humanista basada en la solidaridad, en el trabajo colectivista, en la programación, en el perfeccionamiento del hombre en todas sus capacidades y posibilidades intelectuales y físicas, en la eliminación de la vieja división del trabajo, en la satisfacción de las crecientes y racionales necesidades materiales y espirituales del hombre, es la médula de la economía política del socialismo, que no puede ser sepultada por el fracaso de una experiencia socialista concreta. 

La crítica actual al capitalismo tiene que ser a las contradicciones y procesos vigentes pero sin desconocer las leyes generales descubiertas por Marx y Engels y más tarde por Lenin sobre una fase superior del mismo capitalismo que estudiaron y sometieron a dura crítica los fundadores de esta economía política. 

¿ Qué mueve hoy en día a los capitalistas ?, no será acaso, como todo parece indicar, el apetito insaciable de ganar , el afán absoluto de enriquecimiento, la carrera desenfrenada en pos de los valores (3). La autoría del apotegma pudiera atribuírsele a cualquier politólogo o marxista contemporáneo, pero la verdad es que se debe al autor de El Capital que estudió en sus detalles la ley que preside el movimiento de la sociedad moderna y las formas que asume. 

Búsquese detrás de cada concepto moderno una categoría marxista esencial, por ejemplo “capital humano”-trabajo complejo; “globalización”- internacionalización del capital ;” la brecha entre el Norte y el sur, entre ricos y pobres” – ley de la acumulación capitalista y del desarrollo desigual del capitalismo, etc. 

Quienes limiten la importancia de la obra de Marx y Engels al reconocimiento de que eran geniales pensadores de su tiempo y para su tiempo desconocen lo fundamental consistente en descubrir las leyes más generales del movimiento de la sociedad, las leyes, categorías y procesos esenciales del capitalismo y la grandeza de la lucha y establecimiento del comunismo que nunca lo vieron como algo definitivo sino como un proceso de cambios constantes y de eliminación de lo reaccionario u obsoleto. “Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que debe sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual.” (4) 

Sobre esta base se pueden estudiar y comprender los nuevos fenómenos incluyendo el comportamiento actual de la administración norteamericana.(Nota de actualización. Se trata del gobierno de Bush junior o el señor de la guerra como se auto tituló. La semejanza con el actual gobernante de la Casa Blanca es evidente) 

Mientras mejor se conozca la realidad económica capitalista actual mejor se podrán validar las tesis marxistas. Es importante para los economistas cubanos actuales e incluso para los cuadros partidistas y estatales conocer o al menos tener nociones del funcionamiento del capitalismo actual, sus principales mecanismos de sojuzgamiento individual, clasista, regional y mundial y las concepciones o teorías más difundidas. El líder de la Revolución ha insistido en este aspecto básico de la educación del pueblo.(Nota de actualización. Después de escrito este libro, el comandante en Jefe escribió su paradigmática Reflexión “El analfabetismo económico” en la que fundamenta esta necesidad teórica e ideológica) 

El marxismo leninismo surgió y se desarrolló en gran medida por su actitud ante el conocimiento, es decir por la asimilación crítica de los descubrimientos científicos naturales y sociales, y esta idea es primordial para la actualidad. 

Es importante conocer y aplicar las teorías económicas modernas aun sabiendo de antemano que en última instancia encubren y de esta manera defienden al capitalismo. Para Alfredo González sería ideal someter las teorías al análisis económico-social socialista pero esto era posible cuando existía el campo socialista y miles de instituciones dedicadas al estudio de la economía política marxista. 

“Hay que reconocer- precisa- que hoy día este tipo de valoración, aunque esencial, sólo existe posibilidad de hacerla de forma selectiva. Hay, sin embargo, importantes logros científicos dentro del pensamiento económico contemporáneo y pasado, a los cuales no se puede renunciar. Por ahora sólo cabe una fórmula: navegar con una brújula marxista por el extenso campo de los conceptos y teorías económicas surgidas para su aplicación a las economías capitalistas” (5) 

(Nota de actualización: Esta sentencia es completamente válida para hoy, mañana y los años que siguen hasta la crisis fatal del capitalismo) 

La experiencia nos dice que cuando un profesor de formación económico política explica macro y microeconomía es capaz de fundamentar socialmente las construcciones abstractas y las propuestas pragmáticas. Lamentablemente el caso anterior no es la generalidad. ( Nota de actualización. A más de 10 años de esta constatación no creo que el panorama se haya modificado, al menos de manera favorable) 

“Hay que darle a la teoría revolucionaria toda la importancia que tiene...es esencial para la Revolución, es esencial más que en nadie, en la juventud.(”Fidel Castro,”Por el camino correcto”, 1988) 

“...somos idiotas si creemos, por ejemplo, que la economía- y que me perdonen las decenas de miles de economistas que hay en el país- es una ciencia exacta y eterna, y que existió desde la época de Adan y Eva. (..) A mil leguas de mi pensamiento el revisionismo, rindo verdadero culto a Marx, a Engels y a Lenin.” (Fidel Castro, Aula magistral de la UH, noviembre del 2005) 

De nuevo con los lectores: 

Dedicamos este artículo a Carlos Marx en el bicentenario de su nacimiento. También a los profesores de marxismo en general y de economía política en particular que desde las aulas y otras tribunas creen y defienden la concepción económica marxista y leninista, conscientes que la teoría es mucho más que una simple receta para hacer un dulce, un jarabe o tomar una medida concreta. 

Citas. 

(1) F. Engels; Anti Duhring, Editora Política, La Habana 1963, p 179 

(2) Alfredo González, prólogo a Instrumentos para el análisis económico de Oscar Echevarría y otros, INIE; 2001, pp 18-20 

(3) Ver Carlos Marx, El Capital, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1973, tomo I, p 116. 

(4) C. Marx y F. Engels. Feuerbach. Oposición entre las concepciones materialistas e idealistas, en Obras escogidas, Editorial Progreso Moscú, 1974, tomo 1, p 35. 

(5)Alfredo González, obra citada, p 14.

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