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miércoles, 28 de noviembre de 2018

El delito no puede andar sobre rieles

El robo de combustible de las locomotoras ocasiona cuantiosas pérdidas a la economía del país. Foto: Miguel Febles Hernández
El extraordinario esfuerzo que realiza la dirección del país para modernizar el ferrocarril cubano, programa desarrollado en medio de las complejas y difíciles circunstancias en las que se desenvuelve nuestra economía, no tendrá los efectos previstos si no se detiene la mano transgresora de algunos elementos inescrupulosos que en los últimos años se han dedicado a destruir silos, tolvas y remolques.
Cuando uno conoce que solo entre el pasado año y lo que va del 2018, en el territorio que atiende la Empresa de Ferrocarriles Centro, radicada en Villa Clara, han sido dañados 403 silos de los usados para la transportación de cemento hacia la región oriental del país, entonces razona que en ese caso han fallado los mecanismos de control, vigilancia y protección de una actividad que resulta vital para la economía nacional.
Cómo entender que en el 2017 cada uno de esos silos resultara dañado 2,67 veces, y que en lo que va del actual año, ese promedio se mantenga; fenómeno capaz de provocar, además de su paralización para ser reparado, el hecho de dejar de transportar miles de toneladas de mercancías y productos como el cemento, de lo cual dependen cientos de obras vitales para el desarrollo de la nación.
Solo la desidia, la falta de sistematicidad en el trabajo y de coordinación entre los organismos encargados de velar por el cumplimiento del Decreto–Ley 348 de los Ferrocarriles, que regula todo lo referente al transporte ferroviario, su infraestructura y la forma de organización de los operadores ferroviarios, la actuación ante afectaciones a la seguridad ferroviaria y la disciplina de sus trabajadores, pueden explicar esto que sucede.
Para Lázaro Moreno Ymeno, director de Material Rodante y Talleres de la referida empresa, este no es un fenómeno nuevo, al contrario, tiene muchos años y en la medida en que ha transcurrido el tiempo se incrementa, y recuerda un hecho ocurrido en Cruces, perteneciente a la provincia de Cienfuegos, donde hace unos años se produjo el robo de una tolva completa de azúcar.
«Ahora los llamados “ninjas” por la manera en que actúan, asaltan los silos de cemento que regresan vacíos de la región centro-oriental, a los cuales siempre les queda un remanente del producto que en algunos casos puede llegar a varias toneladas, para cuyo propósito utilizan picos, mandarrias y hasta equipos de oxicorte, causando un gran daño a esos medios de transportación, lo que nos obliga a paralizarlos para su reparación en los talleres», refiere el directivo.
Se trata de personas que actúan al amparo de la noche o en pleno día, señala Lázaro; para su accionar unas veces realizan sus fechorías con el tren en movimiento o  luego de detener su recorrido mediante la desconexión del sistema de aire, que paraliza su marcha, momento aprovechado para descargar lo sustraído en determinadas zonas previamente acordadas con otros forajidos.
Son personas de baja catadura moral, que han llegado a agredir a varias tripulaciones que se les han enfrentado, señala el directivo, quien explica cómo una de las últimas modalidades ha sido la sustracción de las tapas de registro de las tolvas, además del robo de las escaleras, las barras de retranca y hasta las tuberías de aire, entre otros elementos.
Iván Rodríguez Águila, jefe del Departamento de Prevención y Protección de la Empresa de Ferrocarriles Centro, explica que los tramos más peligrosos y donde se reportan el mayor número de hechos delictivos, son los comprendidos entre la zona de Majagua en Ciego de Ávila, Jatibonico en Sancti Spíritus, y Placetas, perteneciente a Villa Clara.
«En esos lugares hemos tenido que realizar operativos conjuntos con las autoridades del Ministerio del Interior y organizar acompañamientos de las tripulaciones, así se ha logrado atenuar en determinados momentos la actividad delictiva, aunque lo cierto es que no se ha sido sistemático en esos trabajos, lo que ha posibilitado la proliferación de tales hechos», asegura.
Respecto a esos eventos, Orestes Duarte Moreno, jefe del Departamento de Seguridad Ferroviaria de la mencionada entidad, reconoce que en el actuar de la empresa y las autoridades competentes para poner coto al accionar de los llamados «ninjas», ha faltado coordinación, lo cual ha propiciado, además de los daños a los equipos, pérdidas económicas.
Para demostrarlo ejemplifica con algunos datos, como es el hecho de que por las roturas provocadas en los silos se han dejado de transportar más de 15 000 toneladas de cemento, teniendo en cuenta que cada uno de ellos logra mover unas 60 toneladas del referido producto.
Menciona, asimismo, otros hechos ocurridos contra tolvas y depósitos que transportan harina de la terminal marítima de Cienfuegos, a los cuales les rompen los sellos para sustraer esa materia prima utilizada para elaborar el pan y los dulces que consume la población; además del combustible, que también ha sido objeto de sustracción.


Las tolvas de cemento han sido blanco predilecto de los malhechores. Foto: Empresa de Ferrocarriles Centro
COMBUSTIBLE QUE SE ESFUMA
La Empresa Centro-Este de los Ferrocarriles de Cuba es un gigantesco conglomerado de vías férreas, trenes, estaciones, talleres y otras dependencias diseminadas por las provincias de Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas, que no ha estado exenta de los fenómenos ocurridos en su homóloga de la zona central que atiende a los territorios de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
Tamaña infraestructura, agrupada en 12 unidades empresariales de base (UEB), demanda de la aplicación de sistemas de dirección que privilegien el estricto control y seguimiento de cada uno de los procesos que a diario tienen lugar, como aval de seguridad en las operaciones y uso racional de los recursos.
Gilberto Baró Gálvez, su director general, informa que bajo jurisdicción de la entidad se localizan 130 locomotoras, en su mayoría chinas y rusas, con un elevado consumo de combustible diésel en el trasiego de mercancías de todo tipo y en la circulación de los trenes locales y nacionales de pasajeros.
Reconoce el directivo que todas las medidas de control que se adoptan siempre tienen que parecer pocas, pues al menor descuido o fisura en la vigilancia, vuelven a «dispararse» los hechos de sustracción de ese estratégico portador energético, lo cual ocasiona cuantiosas pérdidas a la empresa y a la economía del país.
«La labor fundamental, explica, está dirigida a los hombres, a persuadirlos, alertarlos, a fortalecer el compromiso y el sentido de pertenencia con su organización y sumarlos a esta batalla contra el robo de combustible y a favor de la honradez y la decencia. De lo que se trata es de salvar antes de llegar a una situación extrema».
Sin embargo, Baró Gálvez admite que el nivel de compromiso no es el mismo en todos los trabajadores, algunos de los cuales persisten en cometer esas prácticas inmorales, un peligro que está latente y solo puede vencerse con valentía y acciones de control sistemáticas, no con campañas de ocasión.
En lo que va de año se han operado por parte de la Policía Nacional Revolucionaria cinco casos de tripulaciones de la empresa que prestan servicios en trenes nacionales de carga, involucradas en el robo y la venta ilícita de combustible en diferentes puntos del país en combinación con ciudadanos ajenos al sector.
«A cada uno de los hechos detectados, tanto por agentes externos como por los sistemas de control de la entidad, aclara el directivo, se les levanta un expediente, se realiza la denuncia, las personas implicadas se ponen en manos de la justicia y en su mayoría han terminado con sanciones privativas de libertad».
Roberto Escalona Durán, director de Fiscalización de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure) en Camagüey, refiere que al sector ferroviario se le han realizado este año 20 acciones de control y no siempre se ha podido justificar el consumo de combustible según los niveles de actividad ejecutados.

«Los directivos y especialistas, señala, deben hacer un mejor empleo de la información que ofrecen el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y las tarjetas magnéticas prepagadas, herramientas que bien analizadas permiten evaluar tendencias y determinar violaciones en el empleo del diésel».
En ello coincide Raimundo Montero Atis, director de la UEB Ferrocarriles Camagüey, pues, si bien en la oficina despachadora hay un equipo de trabajo que se encarga de la visualización, monitoreo y revisión del recorrido de las locomotoras, la valoración de sus resultados puede ser mucho más rigurosa.
«Todos los días, precisa, las tripulaciones de trenes participan en una junta instructiva, en la que se aborda, como elemento esencial, el tema del combustible, lo que se puede y no se puede hacer, es decir, cada trabajador sabe bien a qué se expone de ser detectado en un acto de robo».
Además de corregir el tiro en la calidad de la planificación, las normativas de los trenes y el control de las tarjetas magnéticas y las hojas de ruta, se ejecutan otras medidas de carácter práctico, como las inspecciones sorpresivas y el sellado de los tanques y demás conductos por donde se le puede sustraer el diésel a la locomotora.
«Lo importante, subraya Montero Atis, es aplicar con rigor las acciones de control, determinar las causas y condiciones que favorecen la ocurrencia de manifestaciones negativas y mantener el enfrentamiento constante, lo que significa no cansarnos y no bajar la guardia ni un minuto hasta llevar a cero el robo de combustible».
El problema exige, como se acostumbra a decir en el mundo del baloncesto, un «gardeo a presión» por parte de los directivos, especialistas y trabajadores honestos, que cierre toda brecha al actuar delictivo, elimine la impunidad y eleve la severidad de las medidas a aplicar a los responsables e implicados.


Cada maquinista debe velar por el adecuado empleo de los recursos asignados para la correcta operación de la locomotora. Foto: Miguel Febles Hernández
DE LO QUE PUEDE HACERSE
El sistema de ferrocarril en Cienfuegos posee una elevada actividad en la transportación de carga, con movimientos priorizados de productos como el cemento, el combustible y la harina de trigo, además de trasegar azúcar durante la zafra.
José Ramón Bernal, director provincial y representante del sector de la Empresa –con sede en Villa Clara, como se dijo anteriormente–, no niega la responsabilidad que le compete en la transportación de esos «productos estrella», de suma atracción para los «ninjas», por su alta demanda en el mercado informal y su rápida venta.
Reconoce el directivo que durante bastante tiempo la mercancía proveniente de enclaves industriales de Cienfuegos con destino a distintos objetivos del país ha sido vulnerada y saqueada por elementos inescrupulosos, quienes se han cebado tanto en la falta de control como en la ausencia de métodos científicos de atención al fenómeno.
Si bien en la actualidad no sería objetivo afirmar que el asunto se convirtió en una panacea, la situación difiere en algo de la verificada hace tres o cuatro años atrás, refiere Bernal.
Tal opinión la comparte Florencio Piobet Moreira, vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular que atiende la esfera de Transporte, y Bárbara Isolina Alver Hernández, al frente del puesto de dirección de la Operación Puerto-Transporte-Economía Interna en el Gobierno provincial.
Los hechos extraordinarios suscitados hasta noviembre del 2018 así lo confirman, entre los cuales menciona la usurpación de 22 sacos de harina de una casilla, en el tramo de Candelaria, acción frustrada por la policía.
Otro hecho se relaciona con una acción de hurto y venta, por parte de obreros del propio sistema de ferro-
carriles de Cienfuegos en la provincia de Sancti Spíritus, en el tren que transporta los combustibles desde la Perla del Sur hasta Ciego de Ávila, quienes fueron sorprendidos luego de extraer 400 litros de petróleo a una locomotora y vendérselos a unos particulares, por lo cual fueron enjuiciados y cumplen prisión, indica el Director Provincial.

Y el último tuvo que ver con la extracción de 22 sacos de cemento de una casilla, también en Candelaria. «Fue ocupada parte del producto, transcurren las investigaciones y los autores se encuentran pendientes a juicio», precisa.
Nótese el daño provocado a esta tolva y el arreglo de que fue objeto. Foto: Miguel Febles Hernández
Las autoridades cienfuegueras adoptaron medidas que han logrado disminuir en alguna medida los hechos delictivos contra el ferrocarril, según cuenta el Vicepresidente del Gobierno. Menciona el implante de las Guías de Posición Satelital (GPS) en cada una de las locomotoras, para la observancia de sus recorridos en tiempo real, lo cual conllevó a la drástica eliminación de paradas innecesarias y de «problemas» registrados en esos equipos, en la práctica inexistentes.
A lo antes explicado, Bernal agrega el acompañamiento al tren por parte de Cupet desde su origen hasta el destino. «En cuanto al control interno del combustible, hacemos un análisis diario de la trayectoria de los trenes, con el consumo de combustible que da realmente el GPS. De acuerdo con el tráfico de carga que estamos generando, los consumos de combustible son mucho menores», suscribe Bernal.
Otra alternativa ha sido el acompañamiento a los trenes cargados de harina por parte de los compañeros de la Agencia de Seguridad y Protección del Ministerio de Transporte, desde el origen hasta el destino.
Asimismo, se procedió al cercado de la terminal marítima de Cienfuegos, que era un lugar muy proclive para la acción de los «ninjas», en tanto allí llegan todas las casillas repletas de productos para el centro de carga y descarga, explica el Vicepresidente del Gobierno en Cienfuegos.

Además, se acomete una inversión en Candelaria –nudo ferroviario entre Palmira y Cienfuegos y sitio estratégico de convergencia de todas las líneas que entran al territorio, a la Fábrica de Cemento Carlos Marx y a la Refinería Camilo Cienfuegos–, donde será construida una estación de control; ya se hizo el vial de acceso, y también dispondrá de su cercado perimetral, refiere Piobet Moreira.

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