Por Joaquín
Benavides* ( I)
En las últimas semanas ha surgido la pregunta:
¿Regresara Cuba al Periodo Especial?
La pregunta y el tema tienen implicaciones
políticas y económicas. También requiere un breve análisis histórico.
El Período Especial
que comenzó en el 90 del siglo pasado, al desaparecer la URSS, y que algunos se
han aventurado a fijar su final en el 2004, fecha discutible, pero que no
pretendo discutir ahora, no tiene nada que ver con la situación actual, tanto
desde el punto de vista político como económico. Según mi opinión no es comparable.
En aquel momento,
el País quedo absolutamente solo en sus relaciones económicas. Contábamos solamente con los inventarios que
estaban en nuestros almacenes, con el potencial productivo que se había logrado
crear en los años previos; sin prácticamente apoyo económico internacional,
pero con un pueblo muy motivado políticamente para resistir y a no renunciar a las conquistas del Socialismo.
La consigna de que seriamos un eterno Baragua, enarbolada por Fidel y seguida
por todo nuestro Pueblo y su juventud señaló el camino. Todos con Fidel al
frente nos dedicamos a buscar los caminos, que nos permitieran sobrevivir. Era
como si hubiéramos comenzado de nuevo, después de 30 años, a buscar nuestro
propio camino, que era defender nuestra independencia y no ceder ante el
imperio, que pensó había llegado el momento de tragarnos de nuevo.
Todo comenzó a
faltar. El combustible, el transporte, el arroz, el aceite, la carne. Apareció
la bicicleta, comprada masivamente a China como la única posibilidad de
movernos y de asistir a trabajar. Los apagones eran de 8 y 12 horas. El peso
cubano comenzó a depreciarse y hubo que tomar medidas extraordinarias
discutidas y aprobadas por los trabajadores y la Asamblea Nacional para
aumentar precios, entre ellos el del cigarro para tratar de mantener un cierto
equilibrio financiero interno que facilitara el interés de trabajar. En medio
de esa situación, Fidel capto la posibilidad de que despenalizando el dólar, que
era la moneda del capitalismo, cuya tenencia estaba prohibida legalmente desde
los primeros años de la Revolución, podría favorecer el incremento de las
remesas en divisas y sin demorarse mucho en tomar la decisión, uso sus
facultades para que legalmente la población pudiera recibir divisas del
exterior. De ahí surgieron las tiendas de recuperación de divisas y comenzó a
cambiar la situación económica y política interna. En ese punto comenzó el País,
poco a poco a recuperar su autoconfianza en que si se podía enfrentar el golpe
de la desaparición de la URSS y salvar la Revolución y el Socialismo en nuestra
Patria. La economía se racionalizo y organizo para obtener divisas a través de
las empresas y redistribuirlas en función de los intereses de la Revolución sin
metodologías burocráticas. La planificación dejo de ser material y se convirtió
en financiera para las empresas.
Ya en1997, cuando
se celebró el V Congreso del Partido parecía evidente que la economía se
iba recuperando y que podíamos comenzar
a crecer por nuestros propios medios. Los documentos del Congreso recogió las
principales experiencias y todo indicaba que seguiríamos profundizando los
cambios ya comenzados y aprobados en los documentos. Sin embargo no se avanzó más.
Se comenzó a retroceder en los principales aspectos en que se había innovado en
la organización y dirección de las empresas y de la gestión en general. Por
fortuna, solo se mantuvo sin cambios el esquema empresarial del GAE y su
sistema financiero. Se volvió a introducir la planificación centralizada
empleando balances materiales, en vez de los financieros que habían contribuido
a liberar de trabas a las empresas. En especial se comenzó a aplicar una política de sustitución acelerada de los
cuadros con experiencia que habían conducido los procesos de la economía en los
organismos y empresas durante casi 30 años, sin crear previamente las
condiciones que garantizaran que no se perdieran las mejores experiencias y la cultura económica que se
había ido acumulando. La burocracia se recuperó. Volvió a crear estructuras
improductivas, los Ministerios comenzaron a crecer nuevamente en personal
insuficientemente preparado y sin experiencia previa de como dirigir
organizaciones complejas. Ya en el 2005 la conducción de la economía nacional
se había burocratizado y solo se pensaba en pedir cada vez más recursos
adquiridos en el exterior para resolver los problemas productivos del País. Se
crearon estructuras presupuestadas e ineficientes al calor de la Batalla de
Ideas. La llamada empresa estatal
socialista, burocratizada y llena de personal improductivo, con una
contabilidad en dos monedas que impedía que se reflejara su realidad económica y por tanto
sin control sobre los recursos, en condiciones de existencia de la dualidad
monetaria y cambiaria y con trabajadores muy mal pagados, se convirtió en
fuente principal del robo de los recursos importados para su
redistribución anárquica y delictiva a
fin de cubrir necesidades no contempladas en ningún plan. Esa burocracia,
enquistada en los Organismos del Estado y sus instituciones y en la llamada
empresa estatal socialista, ha sido hasta el presente la principal responsable
de que los Acuerdos de dos Congresos del Partido para reconstruir y hacer
avanzar a la economía cubana, no se hayan aplicado. Ahí está la principal
resistencia. No están dispuestos a perder el Poder alcanzado. Se han especializado
en ralentizarlo todo y en descargar las culpas en los factores externos y no en
ellos.
La situación que
tenemos ahora por delante es otra completamente distinta, en sus causas
originarias y en las posibilidades reales de enfrentarla y de salir adelante
victoriosamente, salvando el socialismo cubano y la independencia nacional.
Ahora si sabemos lo
que hay que hacer y lo sabemos por lo menos desde hace 3 anos. Incluso los
elementos teóricos y conceptuales fundamentales han sido recogidos en los
documentos más importantes del Partido y en la Constitución de la Republica
recientemente promulgada. Todo podría estar listo para comenzar a cambiar el rumbo anárquico
de la economía y salvar al País, pero la Burocracia enquistada en los órganos
superiores de la Dirección del País lo están impidiendo.
El Gobierno enemigo
de Estados Unidos ha percibido, de alguna forma, nuestra timidez en comenzar
los cambios ya acordados y puede haber llegado a la conclusión de que
apretándonos con medidas de agresión económica, como están haciendo, nos pueden
llevar a retroceder en lugar de avanzar.
Y esa debe ser precisamente su estrategia. La nuestra tiene que ser la
contraria, avanzar a pesar de las dificultades, aplicando consecuentemente lo
ya acordado.
Si caemos en un
Periodo Especial provocado por Trump y su comparsa anticubana, no podremos
salir de ella, pues nuestra situación política, totalmente distinta a la de los
años 90, no nos lo permitirá y podríamos poner a la Revolución cubana ante un
peligro mortal.
Uno oye y percibe preocupaciones
infundadas en compañeros de la dirección revolucionaria, del Partido, del Gobierno
y en los medios masivos de comunicación, en la forma en que lo manifiestan, al referirse
al sector no estatal, en vez de llamarlo sector privado y cooperativo como lo
establecen los documentos del Partido y la Constitución.
A las masas debemos
hablarle claramente. Evitar que piensen que no estamos seguros con el rumbo. Las
pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas y los cuentapropistas
son parte de la economía socialista y no hay que tener temor en decirlo. Eso
educa a las masas en el concepto de socialismo cubano que queremos construir
entre todos.
Quizás si alguno de
ellos hubiese oído a Fidel en 1994 decir
que había que legalizar el dólar se hubiese asustado. Sin embargo esa medida
salvo a la Revolución en aquel momento. Después nos ha traído dificultades,
pero no causadas por aquella decisión salvadora, sino por habernos demorado,
como aun nos estamos demorando en sacarlo del funcionamiento de la economía.
Introducir el dólar
en la economía cubana significo un riesgo mayor para nuestra concepción
socialista que el que podrá significar introducir hoy organizadamente la
pequeña y mediana empresa privada en nuestra economía.
Racionar los
alimentos nuevamente no es ninguna solución. A lo sumo es una aspirina, que
puede servir para aliviarnos un dolor de
cabeza, pero persistir en ese camino puede conducir a un abismo. No podemos
volver a una libreta de abastecimientos de nuevo tipo. Yo le oí decir a Fidel
en una ocasión que la Libreta de
Abastecimientos había sido uno de nuestros errores, del cual no nos había sido
posible salir. Aprendamos de sus enseñanzas, no volvamos a repetir el error.
He oído a algunos compañeros
decir que la situación actual, en que las agresiones del Gobierno de Trump y
nuestra situación financiera externa, nos están creando dificultades con las
cuales no contábamos, aconseja que esperemos a un mejor momento para llevar a
cabo los ineludibles cambios en la economía. Es exactamente lo contrario lo que
debemos hacer. Hay que lograr incorporar a todo nuestro pueblo, el que vive
aquí con nosotros, más el que considerándose parte del pueblo cubano, vive en
otro país, mas todos los países del mundo que estén dispuestos a acompañarnos a
la la gran batalla que tenemos que librar, para salvar la economía, impulsarla
hacia adelante y blindar al País frente a las agresiones económicas de Estados
Unidos. Si ellos se convencen, sea Trump o cualquiera de los próximos
presidentes de ese País, que nosotros solos somos capaces de levantarnos, volverán
a la mesa de negociones.
Una fortaleza
extraordinaria con la que contamos es la nueva Constitución. Pero solo es aún
una fortaleza virtual. Para que sea real
tiene que tener elaboradas y aprobadas las principales leyes. Por supuesto que
las Leyes que dejen establecidas las principales instituciones estatales y de
Gobierno tienen que tener prioridad. Pero dejar para después, y demorar más de
la cuenta, las Leyes que permitan
introducir los cambios más importantes en la economía puede resultar
contraproducente y crearles dificultades adicionales a los nuevos órganos
estatales.
Hay dos leyes que
tienen que ser prioritarias: La Ley de la Empresa Estatal y la Ley de las Pequeñas,
Medianas y Microempresas privadas. Habría que controlar su elaboración, tal y
como se controla por el Gobierno la construcción de las viviendas para los damnificados
con subsidio estatal.
La burocracia no
quiere ninguna de estas dos leyes y van a intentar demorarlas todo lo que le
sea posible. Tienen una amplia experiencia en esa práctica. Observe durante
muchos años, las técnicas dilatorias de la burocracia cubana. Estamos
celebrando el 60 Aniversario de la Ley de Reforma Agraria. Si Fidel se la
hubiese dejado a la burocracia, no la hubiese podido firmar a los 4 meses del
triunfo de la Revolución. Si la Dirección del Gobierno no toma en sus manos
estas dos leyes y se encarga de dirigir su elaboración, sin permitir que la
burocracia interfiera y las demore, estas dos leyes, que son estratégicas no
saldrán este ano y sería muy importante que estuvieran listas para el 2020.
Otras acciones
muy importantes, que no deberían dejarse a la burocracia.
1. Acabar de resolver el problema de la tasa de cambio en la empresa
estatal. No tiene sentido económico,
seguir exhortando a incrementar las exportaciones y a sustituir importaciones,
sin resolver esta tarea que lleva años dando vueltas como si fuera algo sin
importancia. Es inconcebible que el Ministerio de Economía y Planificación no
haya incluido esa tarea como una de las más importantes a resolver en el 2019.
Ese no es un tema que deba resolver el Presidente. Quizás seria del Primer
Ministro si ya existiera. Pero no hay dudas de que el que dirige la economía
tiene que encargarse de que se resuelva, junto a la Ministra de Finanzas y la
Presidenta del Banco. La decisión es del Gobierno, pero la propuesta tiene que
ser de ellos. Si no la resuelven o si la resuelven mal, deberían de responder
personalmente por ello.
2. Los cambios que está realizando la Ministra de Comercio Interior en el
sistema del comercio son muy confusos. ¿Debe
ser solo la Mesa Redonda la vía que tenga la población para enterarse de
cambios tan importantes que afectan el consumo de la población? Lo que afecta
al consumo, afecta también el estímulo al trabajo. ¿Qué análisis se ha hecho
sobre esto? ¿Es racional desde el punto de vista político comenzar a cambiar el
sistema de comercio interior sin entrar a un análisis a fondo de este problema?
¿No se está introduciendo una nueva modalidad de comercio con la venta en CUC
de paquetes de pollo y de carne, generadora de enormes colas y de nuevas
prácticas de vender los puestos de la cola para poder obtener más paquetes de
pollo y que pone de alguna forma de manifiesto que nuestro principal problema
no está en que falta dinero en amplios sectores de la población, sino que
faltan productos alimenticios que vender?
¿Se puede dejar en el aire el
tema de los cuentapropistas, como si no
fuera un asunto del Ministerio de Comercio Interior ocuparse de eso también? ¿Si
no es de ese Ministerio, de quién es? ¿Les estamos diciendo, sin decirlo, que
sigan comprando por bajo cuerdas en el mercado de la población? ¿O hará falta otro Ministerio de Comercio para organizar el
mercado mayorista para el sector privado y cooperativo? ¿Porque no se aborda el tema, que corresponde
al Comercio, de que una buena pare de las remesas que entran a la economía por
una puerta, salen por otra para adquirir en los más diversos países, las más
diversas mercancías para resolver la falta de un mercado nacional? Nos hemos
acostumbrados a mirar y a no ver lo evidente. ¿Podemos educar así a nuestra
juventud? Ya hay un mercado, que funciona on line al que no le falta nada, y si
no lo tiene hoy asegura que lo tendrá la semana que viene. ¿No es eso una
responsabilidad del Ministerio de Comercio?
¿No nos damos cuenta que el cambio que tenemos que hacer es profundo y
que no podemos seguir teniendo miedo de los fantasmas? ¿Porque no organizamos
un comercio para el sector privado en la zona franca donde puedan ir a comprar
sin salir de Cuba lo que adquieren en el extranjero? ¿No podría convertirse en
el tan anunciado e incumplido mercado mayorista para el sector privado, sin
afectar las divisas del Estado? ¿A que
le tenemos temor? ¿Porque no asumimos valientemente la realidad y la
organizamos sin tabúes en función del socialismo cubano, refrendado por la Constitución
y en que la empresa privada es tan legal como la estatal? No podemos dejar un tema tan importante para
la educación de nuestros jóvenes, que dentro de cinco años creerán que esta
anarquía es normal, esperando por leyes que pueden llegar cuando ya no hagan
falta.
3. Liberar totalmente de trabas y de disposiciones burocráticas a la
agricultura cubana. Revisar a fondo y modificar la política de precios de
acopio y la de impuestos que se aplica tanto a las empresas estatales, como a
las cooperativas, a los propietarios privados de tierras y a los
usufructuarios. Si los agricultores no pueden cubrir sus costos y obtener una
utilidad para poder invertir, con el precio que fija acopio por sus
producciones, no estarán estimulados a entregar sus producciones al mercado
estatal y por el contrario buscaran formas legales o no, de vender en un
mercado que les cubra el déficit en los costos. La política social del País no
puede recaer en los agricultores. A las
empresas agrícolas, estatales, cooperativas y privadas o usufructuarios, hay
que cobrarles impuestos, pero que estos salgan de sus utilidades y no de los
ingresos brutos. Si queremos una agricultura moderna, eficiente y generadora de
riquezas, deben tener unos precios que le cubra sus costos y un sistema fiscal
que se base en la contabilidad y que sea transparente. El sistema impositivo
debe ser más riguroso con los productores agropecuarios que obtienen altas
utilidades, entre otros factores por cultivar las mejores tierras y más
consecuente, con aquellos que cultivan tierras de muy baja calidad en muchos
casos que no llegan a una hectárea de cultivo. El Estado en su política
agrícola, más que con exhortaciones, debe estimular económicamente a los
agricultores a que produzcan el máximo. Si exportan mucho y además producen los
alimentos suficientes para minimizar las importaciones de alimentos, estarán
cumpliendo su papel principal en la economía cubana. No se les debe subsidiar los insumos
productivos, que deben adquirirlos a precios internacionales y el producto de
sus exportaciones se les deben acreditar a precios internacionales, por
supuesto a la tasa de cambio oficial vigente en el País.
El
Estado no debería invertir en las microindustrias. Debería si, facilitar que
los campesinos pudieran adquirir e invertir en tecnología moderna y constituir
eficientes microindustrias que vendan sus producciones al turismo, al comercio
de la región donde están ubicadas e incluso a la exportación. Ese es un campo
donde la inversión privada nacional pudiera constituir un apoyo importante,
liberando a la inversión estatal para que pudiera concentrarse en los grandes
objetivos de desarrollo industrial y social del país.
Finalmente,
con todo respeto, me atrevo a sugerir al Presidente y Vicepresidente, que en
sus visitas a los territorios, se reúnan con los campesinos, cooperativistas y
usufructuarios, personalmente y sin intermediarios. Los dirigentes estatales de
la agricultura no siempre reflejan las verdaderas opiniones y preocupaciones de
los campesinos. Fidel acostumbraba, y así lo hizo muchas veces, reunirse en un
gran teatro, directamente con ellos. Se establecía entre ellos y Fidel un
ambiente de mucha confianza en que ellos le exponían a Fidel sus opiniones y
preocupaciones y el los educaba en lo que en ese momento requería el País y la
Revolución.
4. Es muy importante que el País haga un esfuerzo por pagar o negociar con
los proveedores extranjeros la deuda que mantiene con ellos. Es imprescindible
lograr en el corto plazo que el sistema comercial y bancario cubano gane en
credibilidad. Hay que poner reglas que apruebe el Gobierno y que nadie pueda
violar, ni siquiera el Ministerio de Economía y Planificación. Una Carta de Crédito
emitida por un Banco con Licencia del Banco Central, debe tener una garantía
total de que se va a honrar en la fecha comprometida. No es posible que continúe
pasando que una empresa importadora con licencia oficial para negociar con empresas
proveedoras extranjeras emita letras de cambio para ser cobradas en una fecha y
pasados 6 meses aun no las han honrado. Eso en cualquier parte del mundo es un
delito. Aquí desprestigia al País y a la seriedad de sus dirigentes. El Banco
Central tendría que hacerse cargo de este importantísimo tema. En la década del
90 se logró organizar una red de entidades financieras no bancarias que contribuyó
a que los proveedores extranjeros ganaran en confianza de que iban a cobrar sus
deudas garantizadas por letras. Incluso se logró, hasta cierto punto, burlar el
bloqueo financiero externo. Ahora será seguramente más difícil y posiblemente
será necesario mover todas nuestras operaciones comerciales externas hacia el
Euro u otras monedas internacionales. En este campo nos mantenemos vivos varios
de los que trabajamos estos temas durante el Periodo Especial. Estoy seguro que
si el Banco Central convoca pueden exponer
experiencias que fueron útiles y todavía pudieran serlo. En el Banco Central
hay también compañeros y compañeras con mucha experiencia de esos años. Para
poder lidiar con el sofisticado bloqueo financiero que nos está imponiendo el
Departamento del Tesoro con la complicidad activa de la banca mundial que opera
en dólares, pienso que sería muy útil que el Banco Central creara una especie
de ¨fuerza de tarea¨ voluntaria, de especialistas y cuadros con experiencia en
burlar el bloqueo financiero. Estamos librando una batalla muy complicada y
encontrar las mejores soluciones tácticas y estratégicas en un tema que domina
totalmente el enemigo, debe ser tarea de la experiencia acumulada en el País.
Mayo 19 de 2019
Aniversario 124 de la Caída en combate del
Apóstol.
Comentario HHC:
Estimado Benavides excelente, te comento que es bueno recordar que entre 1993 y 1997 no existía , la URSS y el campo socialista al menos para nosotros, y la economia empezó a crecer como bien dices a partir de 1994; la despenalización del dólar, la creación de las TRD y los mercados libres campesinos, así como se impulsó la biotecnología y el turismo aún mas, y siendo nuestro principal socio comercial de entonces Canadá. Eso no debemos olvidarlo como dices, Fidel tomo las decisiones que había que tomar, fueron las más audaces hasta ese momento en materia económica, pero es una lección imperecedera de un país que por si mismo, con el apoyo del pueblo y la creatividad de este salio adelante. Muchos íbamos en bicicleta a trabajar, con la convicción que no nos íbamos a dejar vencer.
En 1997 empezó a retroceder, ese año empezaron las relaciones con la Venezuela de Chavez, siempre los proyectos " grandes" tienen la capacidad y el riesgo de triunfar y perecer en poco tiempo, la realidad es que no hemos sido sustentable más que en esos años que menciono y los primeros tiempos de 1959, donde la euforia política y el apoyo al proceso revolucionario estaba en estado de delirio y así debía ser.
El presidente Diaz Canel en su cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ( al nivel de Fidel y Raul cuando lo ostentaron) puede empezar a tomar las decisiones, las que planteas mediante Decretos Leyes que cuando sesione la Asamblea Nacional se deben ratificar, modificar o derogar ( seria también buena práctica porque siempre se ha ratificado aunque este contemplado por ley su discusión ), no hay que buscar la perfección, hasta el sistema Windows salvando la distancia, lo sacan al mercado y después lo van ajustando sobre la práctica con " parches", así mismo hacen con la economia y las regulaciones, las van adecuando lo que no está dando resultado pero no paralizan todo como nosotros con los cuentapropistas, como si tuviéramos todo el tiempo.
Por ejemplo estamos ahogados porque gastamos 5000 millones de usd AL AÑO en Combustible y Alimentos (3000 y 2000 millones de usd respectivamente ) ¿Qué pasa si liberamos de impuestos la importación de los alimentos por 6 meses o un año? ¿ Qué pasa si todo los que nos ahorre electricidad en los hogares (que es el 58 % del total que gastamos en el país), a que igualmente se autorice la libre importación sin impuestos ? ¿ Qué pasa si empezamos por la producción de alimentos y utilización de energías renovables, en la creación de Pymes, cooperativas y mini-industrias en todo el país de manera acelerada con capacidad de importar y exportar y vinculadas o no a las estatales siempre que estén de acuerdo?. Y en una semana se hace un proyecto de Decreto-Ley para ambas, con base a tantos estudios y experiencias existentes y disponibles, desde el Perfeccionamiento empresarial de las FAR hasta la Comisión de implantación de los lineamientos de Marino Murillo en los últimos años. ¿Nos quitaríamos parte de la presión financiera? ¿ Elevaríamos la productividad y el nivel de vida de la población ? ¿ Seríamos menos vulnerables del exterior y la agresividad compulsiva del gobierno de EE.UU?.
Abrazo,
Humberto Herrera Carlés.
Estimado Benavides excelente, te comento que es bueno recordar que entre 1993 y 1997 no existía , la URSS y el campo socialista al menos para nosotros, y la economia empezó a crecer como bien dices a partir de 1994; la despenalización del dólar, la creación de las TRD y los mercados libres campesinos, así como se impulsó la biotecnología y el turismo aún mas, y siendo nuestro principal socio comercial de entonces Canadá. Eso no debemos olvidarlo como dices, Fidel tomo las decisiones que había que tomar, fueron las más audaces hasta ese momento en materia económica, pero es una lección imperecedera de un país que por si mismo, con el apoyo del pueblo y la creatividad de este salio adelante. Muchos íbamos en bicicleta a trabajar, con la convicción que no nos íbamos a dejar vencer.
En 1997 empezó a retroceder, ese año empezaron las relaciones con la Venezuela de Chavez, siempre los proyectos " grandes" tienen la capacidad y el riesgo de triunfar y perecer en poco tiempo, la realidad es que no hemos sido sustentable más que en esos años que menciono y los primeros tiempos de 1959, donde la euforia política y el apoyo al proceso revolucionario estaba en estado de delirio y así debía ser.
El presidente Diaz Canel en su cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ( al nivel de Fidel y Raul cuando lo ostentaron) puede empezar a tomar las decisiones, las que planteas mediante Decretos Leyes que cuando sesione la Asamblea Nacional se deben ratificar, modificar o derogar ( seria también buena práctica porque siempre se ha ratificado aunque este contemplado por ley su discusión ), no hay que buscar la perfección, hasta el sistema Windows salvando la distancia, lo sacan al mercado y después lo van ajustando sobre la práctica con " parches", así mismo hacen con la economia y las regulaciones, las van adecuando lo que no está dando resultado pero no paralizan todo como nosotros con los cuentapropistas, como si tuviéramos todo el tiempo.
Por ejemplo estamos ahogados porque gastamos 5000 millones de usd AL AÑO en Combustible y Alimentos (3000 y 2000 millones de usd respectivamente ) ¿Qué pasa si liberamos de impuestos la importación de los alimentos por 6 meses o un año? ¿ Qué pasa si todo los que nos ahorre electricidad en los hogares (que es el 58 % del total que gastamos en el país), a que igualmente se autorice la libre importación sin impuestos ? ¿ Qué pasa si empezamos por la producción de alimentos y utilización de energías renovables, en la creación de Pymes, cooperativas y mini-industrias en todo el país de manera acelerada con capacidad de importar y exportar y vinculadas o no a las estatales siempre que estén de acuerdo?. Y en una semana se hace un proyecto de Decreto-Ley para ambas, con base a tantos estudios y experiencias existentes y disponibles, desde el Perfeccionamiento empresarial de las FAR hasta la Comisión de implantación de los lineamientos de Marino Murillo en los últimos años. ¿Nos quitaríamos parte de la presión financiera? ¿ Elevaríamos la productividad y el nivel de vida de la población ? ¿ Seríamos menos vulnerables del exterior y la agresividad compulsiva del gobierno de EE.UU?.
Abrazo,
Humberto Herrera Carlés.
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