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lunes, 20 de mayo de 2019

REALIDAD Y RETOS. CONTRIBUCIÓN AL DEBATE POLÍTICO Y ECONÓMICO. Comentario HHC


Por Joaquín Benavides*                      ( I)

En las últimas semanas ha surgido la pregunta: ¿Regresara Cuba al Periodo Especial?

La pregunta y el tema tienen implicaciones políticas y económicas. También requiere un breve análisis histórico.

El Período Especial que comenzó en el 90 del siglo pasado, al desaparecer la URSS, y que algunos se han aventurado a fijar su final en el 2004, fecha discutible, pero que no pretendo discutir ahora, no tiene nada que ver con la situación actual, tanto desde el punto de vista político como económico. Según mi opinión  no es comparable.

En aquel momento, el País quedo absolutamente solo en sus relaciones económicas.  Contábamos solamente con los inventarios que estaban en nuestros almacenes, con el potencial productivo que se había logrado crear en los años previos; sin prácticamente apoyo económico internacional, pero con un pueblo muy motivado políticamente para resistir y a  no renunciar a las conquistas del Socialismo. La consigna de que seriamos un eterno Baragua, enarbolada por Fidel y seguida por todo nuestro Pueblo y su juventud señaló el camino. Todos con Fidel al frente nos dedicamos a buscar los caminos, que nos permitieran sobrevivir. Era como si hubiéramos comenzado de nuevo, después de 30 años, a buscar nuestro propio camino, que era defender nuestra independencia y no ceder ante el imperio, que pensó había llegado el momento de tragarnos de nuevo.

Todo comenzó a faltar. El combustible, el transporte, el arroz, el aceite, la carne. Apareció la bicicleta, comprada masivamente a China como la única posibilidad de movernos y de asistir a trabajar. Los apagones eran de 8 y 12 horas. El peso cubano comenzó a depreciarse y hubo que tomar medidas extraordinarias discutidas y aprobadas por los trabajadores y la Asamblea Nacional para aumentar precios, entre ellos el del cigarro para tratar de mantener un cierto equilibrio financiero interno que facilitara el interés de trabajar. En medio de esa situación, Fidel capto la posibilidad de que despenalizando el dólar, que era la moneda del capitalismo, cuya tenencia estaba prohibida legalmente desde los primeros años de la Revolución, podría favorecer el incremento de las remesas en divisas y sin demorarse mucho en tomar la decisión, uso sus facultades para que legalmente la población pudiera recibir divisas del exterior. De ahí surgieron las tiendas de recuperación de divisas y comenzó a cambiar la situación económica y política interna. En ese punto comenzó el País, poco a poco a recuperar su autoconfianza en que si se podía enfrentar el golpe de la desaparición de la URSS y salvar la Revolución y el Socialismo en nuestra Patria. La economía se racionalizo y organizo para obtener divisas a través de las empresas y redistribuirlas en función de los intereses de la Revolución sin metodologías burocráticas. La planificación dejo de ser material y se convirtió en financiera para las empresas.

Ya en1997, cuando se celebró el V Congreso del Partido parecía evidente que la economía se iba  recuperando y que podíamos comenzar a crecer por nuestros propios medios. Los documentos del Congreso recogió las principales experiencias y todo indicaba que seguiríamos profundizando los cambios ya comenzados y aprobados en los documentos. Sin embargo no se avanzó más. Se comenzó a retroceder en los principales aspectos en que se había innovado en la organización y dirección de las empresas y de la gestión en general. Por fortuna, solo se mantuvo sin cambios el esquema empresarial del GAE y su sistema financiero. Se volvió a introducir la planificación centralizada empleando balances materiales, en vez de los financieros que habían contribuido a liberar de trabas a las empresas. En especial se comenzó a aplicar  una política de sustitución acelerada de los cuadros con experiencia que habían conducido los procesos de la economía en los organismos y empresas durante casi 30 años, sin crear previamente las condiciones que garantizaran que no se perdieran las mejores  experiencias y la cultura económica que se había ido acumulando. La burocracia se recuperó. Volvió a crear estructuras improductivas, los Ministerios comenzaron a crecer nuevamente en personal insuficientemente preparado y sin experiencia previa de como dirigir organizaciones complejas. Ya en el 2005 la conducción de la economía nacional se había burocratizado y solo se pensaba en pedir cada vez más recursos adquiridos en el exterior para resolver los problemas productivos del País. Se crearon estructuras presupuestadas e ineficientes al calor de la Batalla de Ideas.  La llamada empresa estatal socialista, burocratizada y llena de personal improductivo, con una contabilidad en dos monedas que impedía que se  reflejara su realidad económica y por tanto sin control sobre los recursos, en condiciones de existencia de la dualidad monetaria y cambiaria y con trabajadores muy mal pagados, se convirtió en fuente principal del robo de los recursos importados para su redistribución  anárquica y delictiva a fin de cubrir necesidades no contempladas en ningún plan. Esa burocracia, enquistada en los Organismos del Estado y sus instituciones y en la llamada empresa estatal socialista, ha sido hasta el presente la principal responsable de que los Acuerdos de dos Congresos del Partido para reconstruir y hacer avanzar a la economía cubana, no se hayan aplicado. Ahí está la principal resistencia. No están dispuestos a perder el Poder alcanzado. Se han especializado en ralentizarlo todo y en descargar las culpas en los factores externos y no en ellos.

La situación que tenemos ahora por delante es otra completamente distinta, en sus causas originarias y en las posibilidades reales de enfrentarla y de salir adelante victoriosamente, salvando el socialismo cubano y la independencia nacional.

Ahora si sabemos lo que hay que hacer y lo sabemos por lo menos desde hace 3 anos. Incluso los elementos teóricos y conceptuales fundamentales han sido recogidos en los documentos más importantes del Partido y en la Constitución de la Republica recientemente promulgada. Todo podría estar  listo para comenzar a cambiar el rumbo anárquico de la economía y salvar al País, pero la Burocracia enquistada en los órganos superiores de la Dirección del País lo están impidiendo.

El Gobierno enemigo de Estados Unidos ha percibido, de alguna forma, nuestra timidez en comenzar los cambios ya acordados y puede haber llegado a la conclusión de que apretándonos con medidas de agresión económica, como están haciendo, nos pueden  llevar a retroceder en lugar de avanzar. Y esa debe ser precisamente su estrategia. La nuestra tiene que ser la contraria, avanzar a pesar de las dificultades, aplicando consecuentemente lo ya acordado.

Si caemos en un Periodo Especial provocado por Trump y su comparsa anticubana, no podremos salir de ella, pues nuestra situación política, totalmente distinta a la de los años 90, no nos lo permitirá y podríamos poner a la Revolución cubana ante un peligro mortal.

Uno oye y percibe preocupaciones infundadas en compañeros de la dirección revolucionaria, del Partido, del Gobierno y en los medios masivos de comunicación,  en la forma en que lo manifiestan, al referirse al sector no estatal, en vez de llamarlo sector privado y cooperativo como lo establecen los documentos del Partido y la Constitución.

A las masas debemos hablarle claramente. Evitar que piensen que no estamos seguros con el rumbo. Las pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas y los cuentapropistas son parte de la economía socialista y no hay que tener temor en decirlo. Eso educa a las masas en el concepto de socialismo cubano que queremos construir entre todos.

Quizás si alguno de ellos  hubiese oído a Fidel en 1994 decir que había que legalizar el dólar se hubiese asustado. Sin embargo esa medida salvo a la Revolución en aquel momento. Después nos ha traído dificultades, pero no causadas por aquella decisión salvadora, sino por habernos demorado, como aun nos estamos demorando en sacarlo del funcionamiento de la economía.

Introducir el dólar en la economía cubana significo un riesgo mayor para nuestra concepción socialista que el que podrá significar introducir hoy organizadamente la pequeña y mediana empresa privada en nuestra economía.

Racionar los alimentos nuevamente no es ninguna solución. A lo sumo es una aspirina, que puede servir  para aliviarnos un dolor de cabeza, pero persistir en ese camino puede conducir a un abismo. No podemos volver a una libreta de abastecimientos de nuevo tipo. Yo le oí decir a Fidel en una ocasión  que la Libreta de Abastecimientos había sido uno de nuestros errores, del cual no nos había sido posible salir. Aprendamos de sus enseñanzas, no volvamos a repetir el error.

He oído a algunos compañeros decir que la situación actual, en que las agresiones del Gobierno de Trump y nuestra situación financiera externa, nos están creando dificultades con las cuales no contábamos, aconseja que esperemos a un mejor momento para llevar a cabo los ineludibles cambios en la economía. Es exactamente lo contrario lo que debemos hacer. Hay que lograr incorporar a todo nuestro pueblo, el que vive aquí con nosotros, más el que considerándose parte del pueblo cubano, vive en otro país, mas todos los países del mundo que estén dispuestos a acompañarnos a la la gran batalla que tenemos que librar, para salvar la economía, impulsarla hacia adelante y blindar al País frente a las agresiones económicas de Estados Unidos. Si ellos se convencen, sea Trump o cualquiera de los próximos presidentes de ese País, que nosotros solos somos capaces de levantarnos, volverán a la mesa de negociones.

Una fortaleza extraordinaria con la que contamos es la nueva Constitución. Pero solo es aún una fortaleza virtual.  Para que sea real tiene que tener elaboradas y aprobadas las principales leyes. Por supuesto que las Leyes que dejen establecidas las principales instituciones estatales y de Gobierno tienen que tener prioridad. Pero dejar para después, y demorar más de la cuenta,   las Leyes que permitan introducir los cambios más importantes en la economía puede resultar contraproducente y crearles dificultades adicionales a los nuevos órganos estatales.

Hay dos leyes que tienen que ser prioritarias: La Ley de la Empresa Estatal y la Ley de las Pequeñas, Medianas y Microempresas privadas. Habría que controlar su elaboración, tal y como se controla por el Gobierno la construcción de las viviendas para los damnificados con subsidio estatal.

La burocracia no quiere ninguna de estas dos leyes y van a intentar demorarlas todo lo que le sea posible. Tienen una amplia experiencia en esa práctica. Observe durante muchos años, las técnicas dilatorias de la burocracia cubana. Estamos celebrando el 60 Aniversario de la Ley de Reforma Agraria. Si Fidel se la hubiese dejado a la burocracia, no la hubiese podido firmar a los 4 meses del triunfo de la Revolución. Si la Dirección del Gobierno no toma en sus manos estas dos leyes y se encarga de dirigir su elaboración, sin permitir que la burocracia interfiera y las demore, estas dos leyes, que son estratégicas no saldrán este ano y sería muy importante que estuvieran listas para el 2020.

Otras acciones muy importantes, que no deberían dejarse a la burocracia.

1.       Acabar de resolver el problema de la tasa de cambio en la empresa estatal.  No tiene sentido económico, seguir exhortando a incrementar las exportaciones y a sustituir importaciones, sin resolver esta tarea que lleva años dando vueltas como si fuera algo sin importancia. Es inconcebible que el Ministerio de Economía y Planificación no haya incluido esa tarea como una de las más importantes a resolver en el 2019. Ese no es un tema que deba resolver el Presidente. Quizás seria del Primer Ministro si ya existiera. Pero no hay dudas de que el que dirige la economía tiene que encargarse de que se resuelva, junto a la Ministra de Finanzas y la Presidenta del Banco. La decisión es del Gobierno, pero la propuesta tiene que ser de ellos. Si no la resuelven o si la resuelven mal, deberían de responder personalmente por ello.

2.       Los cambios que está realizando la Ministra de Comercio Interior en el sistema del comercio son muy confusos.  ¿Debe ser solo la Mesa Redonda la vía que tenga la población para enterarse de cambios tan importantes que afectan el consumo de la población? Lo que afecta al consumo, afecta también el estímulo al trabajo. ¿Qué análisis se ha hecho sobre esto? ¿Es racional desde el punto de vista político comenzar a cambiar el sistema de comercio interior sin entrar a un análisis a fondo de este problema? ¿No se está introduciendo una nueva modalidad de comercio con la venta en CUC de paquetes de pollo y de carne, generadora de enormes colas y de nuevas prácticas de vender los puestos de la cola para poder obtener más paquetes de pollo y que pone de alguna forma de manifiesto que nuestro principal problema no está en que falta dinero en amplios sectores de la población, sino que faltan productos alimenticios que vender?   ¿Se puede dejar en el aire el tema de los cuentapropistas, como  si no fuera un asunto del Ministerio de Comercio Interior ocuparse de eso también? ¿Si no es de ese Ministerio, de quién es? ¿Les estamos diciendo, sin decirlo, que sigan comprando por bajo cuerdas en el mercado de la población?  ¿O hará falta otro  Ministerio de Comercio para organizar el mercado mayorista para el sector privado y cooperativo?  ¿Porque no se aborda el tema, que corresponde al Comercio, de que una buena pare de las remesas que entran a la economía por una puerta, salen por otra para adquirir en los más diversos países, las más diversas mercancías para resolver la falta de un mercado nacional? Nos hemos acostumbrados a mirar y a no ver lo evidente. ¿Podemos educar así a nuestra juventud? Ya hay un mercado, que funciona on line al que no le falta nada, y si no lo tiene hoy asegura que lo tendrá la semana que viene. ¿No es eso una responsabilidad del Ministerio de Comercio?  ¿No nos damos cuenta que el cambio que tenemos que hacer es profundo y que no podemos seguir teniendo miedo de los fantasmas? ¿Porque no organizamos un comercio para el sector privado en la zona franca donde puedan ir a comprar sin salir de Cuba lo que adquieren en el extranjero? ¿No podría convertirse en el tan anunciado e incumplido mercado mayorista para el sector privado, sin afectar las divisas del Estado?  ¿A que le tenemos temor? ¿Porque no asumimos valientemente la realidad y la organizamos sin tabúes en función del socialismo cubano, refrendado por la Constitución y en que la empresa privada es tan legal como la estatal?  No podemos dejar un tema tan importante para la educación de nuestros jóvenes, que dentro de cinco años creerán que esta anarquía es normal, esperando por leyes que pueden llegar cuando ya no hagan falta.

3.       Liberar totalmente de trabas y de disposiciones burocráticas a la agricultura cubana. Revisar a fondo y modificar la política de precios de acopio y la de impuestos que se aplica tanto a las empresas estatales, como a las cooperativas, a los propietarios privados de tierras y a los usufructuarios. Si los agricultores no pueden cubrir sus costos y obtener una utilidad para poder invertir, con el precio que fija acopio por sus producciones, no estarán estimulados a entregar sus producciones al mercado estatal y por el contrario buscaran formas legales o no, de vender en un mercado que les cubra el déficit en los costos. La política social del País no puede recaer en los agricultores.  A las empresas agrícolas, estatales, cooperativas y privadas o usufructuarios, hay que cobrarles impuestos, pero que estos salgan de sus utilidades y no de los ingresos brutos. Si queremos una agricultura moderna, eficiente y generadora de riquezas, deben tener unos precios que le cubra sus costos y un sistema fiscal que se base en la contabilidad y que sea transparente. El sistema impositivo debe ser más riguroso con los productores agropecuarios que obtienen altas utilidades, entre otros factores por cultivar las mejores tierras y más consecuente, con aquellos que cultivan tierras de muy baja calidad en muchos casos que no llegan a una hectárea de cultivo. El Estado en su política agrícola, más que con exhortaciones,  debe estimular económicamente a los agricultores a que produzcan el máximo. Si exportan mucho y además producen los alimentos suficientes para minimizar las importaciones de alimentos, estarán cumpliendo su papel principal en la economía cubana.  No se les debe subsidiar los insumos productivos, que deben adquirirlos a precios internacionales y el producto de sus exportaciones se les deben acreditar a precios internacionales, por supuesto a la tasa de cambio oficial vigente en el País.

El Estado no debería invertir en las microindustrias. Debería si, facilitar que los campesinos pudieran adquirir e invertir en tecnología moderna y constituir eficientes microindustrias que vendan sus producciones al turismo, al comercio de la región donde están ubicadas e incluso a la exportación. Ese es un campo donde la inversión privada nacional pudiera constituir un apoyo importante, liberando a la inversión estatal para que pudiera concentrarse en los grandes objetivos de desarrollo industrial y social del país.

Finalmente, con todo respeto, me atrevo a sugerir al Presidente y Vicepresidente, que en sus visitas a los territorios, se reúnan con los campesinos, cooperativistas y usufructuarios, personalmente y sin intermediarios. Los dirigentes estatales de la agricultura no siempre reflejan las verdaderas opiniones y preocupaciones de los campesinos. Fidel acostumbraba, y así lo hizo muchas veces, reunirse en un gran teatro, directamente con ellos. Se establecía entre ellos y Fidel un ambiente de mucha confianza en que ellos le exponían a Fidel sus opiniones y preocupaciones y el los educaba en lo que en ese momento requería el País y la Revolución.

4.       Es muy importante que el País haga un esfuerzo por pagar o negociar con los proveedores extranjeros la deuda que mantiene con ellos. Es imprescindible lograr en el corto plazo que el sistema comercial y bancario cubano gane en credibilidad. Hay que poner reglas que apruebe el Gobierno y que nadie pueda violar, ni siquiera el Ministerio de Economía y Planificación. Una Carta de Crédito emitida por un Banco con Licencia del Banco Central, debe tener una garantía total de que se va a honrar en la fecha comprometida. No es posible que continúe pasando que una empresa importadora con licencia oficial para negociar con empresas proveedoras extranjeras emita letras de cambio para ser cobradas en una fecha y pasados 6 meses aun no las han honrado. Eso en cualquier parte del mundo es un delito. Aquí desprestigia al País y a la seriedad de sus dirigentes. El Banco Central tendría que hacerse cargo de este importantísimo tema. En la década del 90 se logró organizar una red de entidades financieras no bancarias que contribuyó a que los proveedores extranjeros ganaran en confianza de que iban a cobrar sus deudas garantizadas por letras. Incluso se logró, hasta cierto punto, burlar el bloqueo financiero externo. Ahora será seguramente más difícil y posiblemente será necesario mover todas nuestras operaciones comerciales externas hacia el Euro u otras monedas internacionales. En este campo nos mantenemos vivos varios de los que trabajamos estos temas durante el Periodo Especial. Estoy seguro que si el Banco Central  convoca pueden exponer experiencias que fueron útiles y todavía pudieran serlo. En el Banco Central hay también compañeros y compañeras con mucha experiencia de esos años. Para poder lidiar con el sofisticado bloqueo financiero que nos está imponiendo el Departamento del Tesoro con la complicidad activa de la banca mundial que opera en dólares, pienso que sería muy útil que el Banco Central creara una especie de ¨fuerza de tarea¨ voluntaria, de especialistas y cuadros con experiencia en burlar el bloqueo financiero. Estamos librando una batalla muy complicada y encontrar las mejores soluciones tácticas y estratégicas en un tema que domina totalmente el enemigo, debe ser tarea de la experiencia acumulada en el País.

Mayo 19 de 2019
Aniversario 124 de la Caída en combate del Apóstol.


Comentario HHC: 

Estimado Benavides excelente, te comento que es bueno recordar que entre 1993 y 1997 no existía , la URSS y el campo socialista al menos para nosotros, y la economia empezó a crecer como bien dices a partir de 1994; la despenalización del dólar, la creación de las TRD y los mercados libres campesinos, así como se impulsó la biotecnología y el turismo aún mas, y siendo nuestro principal socio comercial de entonces Canadá. Eso no debemos olvidarlo como dices, Fidel tomo las decisiones que había que tomar, fueron las más audaces hasta ese momento en materia económica, pero es una lección imperecedera de un país que por si mismo, con el apoyo del pueblo y la creatividad de este salio adelante. Muchos íbamos en bicicleta a trabajar, con la convicción que no nos íbamos a dejar vencer. 


En 1997 empezó a retroceder, ese año empezaron las relaciones con la Venezuela de Chavez, siempre los proyectos " grandes" tienen la capacidad  y el riesgo de triunfar y perecer en poco tiempo, la realidad es que no hemos sido sustentable más que en esos años que menciono y los primeros tiempos de 1959, donde la euforia política y el apoyo al proceso revolucionario estaba en estado de delirio y así debía ser.

El presidente Diaz Canel en su cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ( al nivel de Fidel y Raul cuando lo ostentaron) puede empezar a tomar las decisiones, las que planteas mediante Decretos Leyes  que cuando sesione la Asamblea Nacional  se deben ratificar, modificar o derogar ( seria también buena práctica porque siempre se ha ratificado aunque este contemplado por ley su discusión ), no hay que buscar la perfección, hasta el sistema Windows salvando la distancia, lo sacan al mercado y después lo van ajustando sobre la práctica con " parches", así mismo hacen  con la economia y las regulaciones, las van adecuando lo que no está dando resultado pero no paralizan todo como nosotros con los cuentapropistas, como si tuviéramos todo el tiempo.

Por ejemplo estamos ahogados porque gastamos 5000 millones de usd AL AÑO  en Combustible y Alimentos (3000 y 2000 millones de usd respectivamente ) ¿Qué pasa si liberamos de impuestos la importación de los alimentos por 6 meses o un año? ¿ Qué pasa si todo los que nos ahorre electricidad en los hogares (que es el 58 % del total que gastamos en el país), a que igualmente se autorice la libre importación sin impuestos ? ¿ Qué pasa si empezamos por la producción de alimentos y utilización de energías renovables, en la creación de Pymes, cooperativas y mini-industrias en todo el país de manera acelerada con capacidad de importar y exportar y vinculadas o no a las estatales siempre que estén de acuerdo?. Y en una semana se hace un proyecto de Decreto-Ley para ambas, con base a tantos estudios y experiencias existentes y disponibles, desde el Perfeccionamiento empresarial de las FAR hasta la Comisión de implantación de los lineamientos de Marino Murillo en los últimos años. ¿Nos quitaríamos parte de la presión financiera? ¿ Elevaríamos la productividad y el nivel de vida de la población ? ¿ Seríamos menos vulnerables del exterior y la agresividad compulsiva del gobierno de EE.UU?.

Abrazo,

Humberto Herrera Carlés.

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