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sábado, 22 de agosto de 2020

Libro. MIRADAS A LA ECONOMÍA CUBANA .Un plan de desarrollo hasta 2030 (IX)

Transformaciones necesarias en el sistema bancario cubano

Por FRANCISCO BORRÁS ATIÉNZAR *

Introducción

La actualización del modelo económico y social cubano requiere el fortalecimiento del sistema bancario cubano. Las innovaciones en la economía y sociedad cubana, pautadas por los Lineamientos 2016-2021, requieren de transformaciones en las políticas y estrategias de las instituciones bancarias nacionales con el fin de que sus productos, servicios y procesos puedan satisfacer con efectividad las necesidades financieras de los actores económicos y sociales en el nuevo contexto diseñado. 

Por otro lado, los cambios de la Banca cubana, de modo inevitable, deben considerar las tendencias internacionales. Entre las regularidades que marcan el rumbo de las instituciones bancarias a nivel mundial se destacan las siguientes: la proliferación de empresas que prestan servicios financieros a través de la tecnología —Fintech—; la desintermediación bancaria; el desarrollo vertiginoso de la innovación financiera; los avances en la seguridad cibernética de las instituciones financieras; las crecientes inversiones en servicios en la nube como factor de competitividad; los avances de la tecnología móvil y analítica para proporcionar servicios personalizados; la gestión integral de riesgos crediticios, operacionales, de liquidez y de mercado; los cambios de paradigmas en las tecnologías bancarias de gestión de clientes; la incorporación de la responsabili- dad social como factor de éxito; y el impulso de progra- mas de inclusión y educación financiera. 

Así, las transformaciones en el sistema bancario cubano son requeridas tanto por los cambios que ocurren en el proceso de actualización del modelo económico y social cubano, como por las tendencias internacionales de este sector. 

El objetivo del presente capítulo es presentar propuestas para el fortalecimiento de las instituciones bancarias cubanas, a partir de los avances y limitaciones que presentan en la actualidad. 

El papel del sistema bancario en el desarrollo económico y social de Cuba: actualización de sus enfoques estratégicos 

Las pautas estratégicas para el fortalecimiento de la Banca cubana quedan reflejadas en el número 21 de los Lineamientos 2016-2021 que orienta la consolidación de un sistema financiero eficiente, solvente y diversificado, que asegure la sostenibilidad financiera de las transfor- maciones estructurales de la economía y la sociedad (Partido Comunista de Cuba, 2017). El lineamiento 32 enfatiza la necesidad de estructurar, sobre bases racionales y bien fundamentadas, el sistema de tasas de interés de tal forma que se convierta en una herramienta relevante en el Sistema de Dirección de la Economía. Los lineamientos del 34 al 37 revelan la importancia de elevar el impacto del sistema bancario sobre los diferentes actores económicos de la economía cubana. Dentro de las líneas estratégicas que se promueven están las siguientes: dinamizar el crédito bancario como instrumento para impulsar la actividad económica del país y el desarrollo del mercado interno; el incremento y diversificación de las ofertas de ahorro, créditos y servicios financieros a la población; y perfeccionar las relaciones del banco con el sector no estatal (Partido Comunista de Cuba, 2017). 

El lineamiento 38 reclama la consolidación de los mecanismos de regulación y supervisión del sistema financiero, basado en la gestión integral de los crecientes riesgos de esta actividad en el actual entorno económico. El lineamiento 39 señala la necesidad de avanzar en el desarrollo del sistema de pagos que apoya las transacciones comerciales y financieras de los sujetos económicos (Partido Comunista de Cuba, 2017). 

La Conceptualización prevé un sistema bancario y financiero fortalecido, integrado por instituciones eficientes, eficaces y competitivas, que trabajan en función de las necesidades de la economía, los territorios, las personas naturales y jurídicas. Este documento rector enfatiza la necesidad de que el financiamiento a los sectores priorizados de la economía, el estímulo al ahorro y el acceso a los servicios financieros, sean asegrados en correspondencia con los principios del modelo (Partido Comunista de Cuba, 2017). 

La significación de un sistema bancario sólido y eficiente se expresa en los principios rectores 14 y 15 sobre los cuales se sustenta el Plan 2030. Por una parte, se manifiesta la importancia de garantizar la coherencia de la política crediticia en su integración con el conjunto de las políticas económicas de acuerdo con los requerimientos del plan y de la dinámica de las relaciones monetario-mercantiles, con el objetivo fundamental de preservar y fortalecer las funciones dinerarias de la moneda nacional; por otra, la necesidad de incrementar, en correspondencia con las necesidades del desarrollo económico y social, el ahorro nacional con el objetivo de consolidar y diversificar los fondos de financiamiento interno especializados (Partido Comunista de Cuba, 2017). 

El sistema bancario, a través de sus funciones, ejerce una influencia directa y transversal sobre todos los ejes estratégicos del desarrollo económico y social. Las funciones más visibles de los bancos son la provisión de medios de pago para apoyar y agilizar las transacciones económicas y financieras entre los sujetos económicos y sociales y la intermediación financiera entre demandan- tes y oferentes de recursos monetarios temporalmente libres. Pero además, el sistema bancario cumple otras tres importantes funciones vinculadas a su responsabilidad social: influir sobre la eficiencia económica de los clientes, impactar de manera favorable sobre la equidad social y apoyar la preservación y cuidado del medioambiente. Ninguno de los ejes estratégicos puede lograr un desarrollo exitoso si las entidades bancarias cubanas no cumplen cabalmente con esas funciones. 

El eje estratégico «Gobierno socialista, eficaz, eficiente y de integración social», que entre sus direcciones principales persigue el fortalecimiento del sistema institucional en todas sus dimensiones, declara como uno de sus objetivos específicos: «consolidar un sistema financiero confiable, eficiente y eficaz, que estimule la generación de ahorro y su canalización oportuna al desarrollo productivo y que asegure la sostenibilidad financiera del proceso de transformación estructural» (Partido Comunista de Cuba, 2017, pág. 17). 

El eje «Transformación productiva e inserción internacional» marca como primer objetivo «lograr un alto y sostenido crecimiento de la economía que, combinado con mecanismos eficientes de distribución, asegure el desarrollo económico y social de nuestro país» (Partido Comunista de Cuba, 2017, pág. 17) y el eje «Infraestructura» expresa entre sus primeros preceptos «el incremento del rendimiento, la productividad y la competitividad empresariales; y la disminución de los costos de transacción» (Partido Comunista de Cuba, 2017, pág. 18). Para alcanzar estas metas es imprescindible contar con sistemas de pagos rápidos, flexibles y adaptados a las tendencias internacionales, basadas en los avances de las tecnologías de la información y las comunicaciones; así como mecanismos, productos y servicios bancarios que apoyen el financiamiento del desarrollo de las empresas, las instituciones públicas y otros agentes económicos. El crédito bancario debe convertirse en un instrumento que impacte con efectividad sobre el crecimiento económico. 

Una de los procesos más costosos de la economía es el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, así como la superación continua del capital humano. Por otra parte, los ciclos de investigación, desarrollo, producción y comercialización de los resultados científicos son muy largos. Todavía más cuando se trata de industrias de alta tecnología. Los presupuestos públicos no pueden asumir la mayor parte de estos costos por lo que es necesario recurrir a los mercados financieros, tanto crediticios como de capitales, donde los bancos juegan un papel muy importante como intermediarios. Así, el eje estratégico «Potencial humano, ciencia, tecnología e innovación» exige la modernización del sistema bancario cubano. 

Si la Banca no tiene en consideración el impacto de su actividad en la equidad social y la protección del medioambiente, entonces no ejercerá la acción deseada sobre el desarrollo sostenible del país. La responsabilidad social de las instituciones bancarias coloca en el centro de su atención la satisfacción de las necesidades de la población, el mejoramiento sostenido de su calidad de vida, la inclusión financiera y la preservación de los recursos ambientales. Una investigación realizada por el autor del presente capítulo, basada en la revisión de informes anuales de sostenibilidad de ochenta bancos comerciales de treinta países, emitidos en 2017 en correspondencia con las GRI (Global Reporting Iniciative) evidenció que más del 90 % de las instituciones bancarias le dan un alto protagonismo a la gestión del impacto social y ambiental de su actividad. Por estas razones la Banca cubana está llamada a tener un rol importante en el desarrollo de los ejes estratégicos «Recursos naturales y medioambiente» y «Desarrollo humano, ciencia, tecnología e innovación». 

Las nuevas estrategias económicas y sociales del país marcan la necesidad de la actualización de los enfoques estratégicos de la Banca cubana que logre acciones disruptivas que refuercen su impacto en los componentes económico, social y ambiental del desarrollo próspero y sostenible del país. 

Avances y limitaciones del sistema bancario actual

Diversos autores cubanos han llamado la atención sobre la relación directa entre el desarrollo próspero y sostenible del país y el fortalecimiento del sistema bancario (Triana, 2013; Escobedo, 2014; León y Pons, 2014). El autor del presente trabajo ha dirigido diversas investigaciones en los últimos cinco años con el fin de revelar las principales fortalezas, insuficiencias y vacíos en la gestión de los bancos comerciales (González L., 2015; Echevarría, 2016; Imperatori, 2016; González B., 2016; Moreira, 2016; Rodríguez, 2016; Guillén, 2017; Ramos, 2017; López, 2017; Marrero, 2017; Borrás F., 2017a y 2017b; Borrás, González y Hung, 2017a y 2017b). Las evidencias y argumentos de los avances, limitaciones y propuestas de fortalecimiento del sistema bancario cubano que serán tratadas a continuación han sido resultado de los estudios científicos realizados. 

En la última década el sistema bancario ha tenido significativos avances en el camino de su perfeccionamiento y modernización, en correspondencia con los requerimientos de los Lineamientos 2016-2021. Uno de los logros más importantes ha sido el proceso de perfeccionamiento institucional que debe garantizar su actualización en correspondencia con los cambios en la economía cubana y las tendencias internacionales. Una expresión fehaciente de ello ha sido la promulgación de los decretos-leyes no. 361, 362 y 363 de 2018 que amplían, flexibilizan y modernizan la institucionalización, las políticas y la gestión bancaria. En este nuevo marco normativo del sistema bancario se establecen las funciones, facultades, organización, gobierno y operaciones del Banco Central de Cuba (BCC); se define el régimen jurídico para la constitución, organización, funcionamiento, regulación, supervisión, vigilancia y sanción de las instituciones bancarias; y se detallan las infracciones administrativas de las disposiciones en materia bancaria, así como las medidas aplicables por incurrir en ellas. 

Novedoso es la tipificación de las instituciones financieras que pueden ser autorizadas mediante licencia del BCC. Además de los bancos universales, los bancos de inversión, las instituciones financieras no bancarias y las casas de cambio, existentes en la actualidad, aparecen nuevos tipos de instituciones como los bancos corporativos, los bancos de segundo piso y las sociedades administradoras de fondos de inversión. Se amplían las operaciones permitidas a los bancos cubanos, acercándolas aún más a las prácticas internacionales de avanzada. 

El sistema bancario cubano ha tenido en la práctica de sus instituciones avances significativos. Entre ellos se destacan las políticas direccionadas hacia el impacto en las necesidades económicas y sociales del país; el fortalecimiento del proceso de supervisión bancaria; la creación del mercado interbancario; la extensión del financiamiento crediticio a las nuevas formas de gestión no estatal; el desarrollo de los créditos sociales; el diseño de nuevos servicios basado en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones; los esfuerzos en la informatización de los procesos bancarios; la preparación del personal, entre otros muchos. Ha sido importante el reconocimiento internacional por los resultados de Cuba en la lucha contra el lavado de activos, el financiamiento al terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. 

Sin embargo, existen factores externos al sistema bancario que interponen barreras a su desarrollo efectivo. Las más significativas son las limitaciones eco- nómicas-financieras del país y los efectos de la dualidad monetaria y cambiaria. El sistema bancario no podrá cumplir cabalmente sus funciones en la economía sin que la moneda nacional a su vez cumpla totalmente las funciones del dinero. 

Existen además insuficiencias en la economía cubana que limitan la gestión de las instituciones bancarias: los problemas inherentes al proceso actual de planificación con un enfoque que aún no abandona totalmente el enfoque de los balances físicos para darle el protagonismo necesario a los balances financieros; la falta de liquidez externa en Moneda Libremente Convertible (MLC) y los altos niveles de endeudamiento en divisas; las debilidades estructurales de la economía cubana; el ablandamiento de las restricciones presupuestarias; las limitaciones relacionadas con la efectividad del proceso inversionista nacional. 

Las relaciones de los bancos comerciales con los diferentes segmentos del mercado cubano se ven afectadas por los débiles incentivos de los actores económicos a la elevación de la efectividad, la eficiencia, la eficacia y la innovación, sobretodo en el sector estatal; la poca autonomía de las empresas y sus unidades estructurales; y la baja educación financiera de las nuevas formas de gestión no estatal y de la población. 

No obstante, existen limitaciones propias del sistema bancario cubano, entre las que se destacan las siguientes: 

1. Insuficiente grado de informatización de los procesos y baja conectividad lo que crea barreras a la calidad de los servicios, la innovación tecnológica y la pertinencia de la Contabilidad. Existen oficinas bancarias sin comunicación informática ni telefónica. 

2. Poco desarrollo de la innovación financiera. 

3. Limitada autonomía de los bancos. La gestión de las instituciones bancarias no siempre es resulta- do de sus estrategias propias, sino de indicacio- nes del BCC y otros organismos rectores. 

4. Especialización y segmentación institucional del mercado, en ocasiones existe asignación administrativa de sectores y segmentos del mercado a los bancos. La segmentación de la actividad bancaria en ocasiones implica que cada cliente tiene un solo banco al que acudir, o a lo sumo dos; debiendo cumplir las condiciones establecidas. En esta situación, la mejora y desarrollo de los servicios bancarios no está estimulada, en la medida requerida, por incentivos económicos, sino por factores institucionales. 

5. Baja orientación al mercado, insuficiente estudio de las necesidades de los clientes, limitada segmentación de la clientela y poca atención personalizada. Limitada diferenciación de productos y servicios en correspondencia con las particularidades y necesidades de diferentes segmentos del mercado. 

6. Poca diversificación de los productos y de los servicios bancarios: baja utilización del fideicomiso, el leasing financiero, el factoring, el confirming, el descuento de letras, la asesoría económica y financiera a clientes, entre otros. 

7. Creciente fluctuación del capital humano e insuficiente cultura financiera y preparación del personal bancario en los territorios. 

8. Baja influencia del crédito bancario en el apoyo y acompañamiento a las empresas estatales, como resultado de múltiples factores, entre ellos, la situación financiera de las empresas, el conservadurismo de las instituciones bancarias y la cultura de aversión al riesgo. Limitado financiamiento bancario a las inversiones. Desigualdades en la presencia del financiamiento bancario en diferentes sectores económicos del país. 

Un estudio realizado en 107 empresas pertenecientes a los grupos empresariales Frutícola, de la Unión Nacional de Alimentos, de la Ganadería, de la Electrónica, de la Industria Química y de la Industria Sideromecánica evidenció que el 19 % no utiliza el crédito bancario como fuente de financiamiento y el nivel de endeudamiento bancario promedio alcanza el 37 %. Sin embargo, los niveles de endeudamiento bancario son diferentes en empresas de diferentes sectores de actividad. Existen actividades con muy alto endeudamiento y otras donde las empresas apenas recurren al crédito bancario. Pero sobretodo se demuestra que el financiamiento bancario no tiene una relación directa con los resultados económico-financieros de las empresas estatales. Otra investigación realizada en 72 empresas agrícolas con información de 2017 demuestra que se trata de un sector que ha recibido altas cuantías de financiamiento bancario que no ha impactado lo suficiente en la liquidez, solvencia y rentabilidad de las empresas, como se muestra en la ilustración 1. 



9. Baja incidencia del crédito bancario en el financiamiento a las nuevas formas de gestión no estatal. 

Los estudios científicos realizados (Borrás, 2017b) demuestran que los bancos comerciales cubanos han dado importantes pasos de avance en el fortalecimiento del financiamiento crediticio a las nuevas formas de gestión no estatal. Sin embargo, los créditos otorgados a este sector están muy por debajo de las necesidades reales de estos sujetos económicos. En 2016 el porcentaje de créditos a los trabajadores por cuenta propia (TCP, en lo adelante) representaba en el Banco Popular de Ahorro (BPA) solo el 4.3 %; en el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) el 1.3 % y en el Banco Metropolitano (BANMET) apenas alcanzaba el 0.6 %. Un estudio realizado en el centro histórico de La Habana evidenció que el 67 % de los TCP financió sus negocios con ahorros propios; el 18 % con remesas del extranjero; y el 5 % financió el inicio del negocio con préstamos de «garroteros» a través de vías informales. Solo un 3 % utilizó el crédito bancario para el desarrollo posterior de su emprendimiento. 

10. Baja bancarización del sector de la población. Poco desarrollo de productos de créditos a la población. 

Una encuesta realizada a 283 personas naturales, a través de una muestra estratificada por regiones del país, mostró como la primera barrera de acceso a los servicios bancarios las colas en las oficinas bancarias; en segundo lugar, el desconocimiento de las ofertas bancarias; y en tercer puesto, la complejidad de los trámites. Estas tres causas fueron identificadas por el 78.3 % de los encuestados. La cantidad de oficinas no salió como una insatisfacción significativa de la población. Sin embargo, se evidenció la conveniencia de potenciar otros canales de distribución de los servicios bancarios, que minimicen la necesidad de acudir a las oficinas bancarias, tales como la extensión de los cajeros automáticos, la banca telefónica, la banca virtual, la banca móvil, entre otros. 

11. La medición y gestión exhaustiva de los riesgos bancarios no ha alcanzado los niveles deseados y se manifiesta un insuficiente tratamiento integral de los riesgos. En ocasiones, la gestión bancaria se asienta en una alta aversión al riesgo, cuando el negocio bancario exige la adminis- tración de los mismos. La gestión integral de riesgos como concepto contempla la asunción, tolerancia y optimización de estos. Es incipiente la administración de los riesgos operacionales. Existencia de limitaciones para el desarrollo de la gestión de los riesgos de mercado. 

12. Baja efectividad de las garantías que se utilizan en la actualidad. 

13. Deficiente inclusión y cultura financiera de los actores económicos y sociales. Inexistencia de programas de educación financiera a clientes actuales y potenciales. 

A pesar de los indudables avances que ha tenido el sistema bancario cubano en el camino de su institucionalización y modernización, aún existen barreras externas e internas que enlentecen el cumplimiento cabal de sus funciones. En el plano interno de las instituciones bancarias las principales limitaciones están en el sistema de innovación; la gestión bancaria y su impacto en los actores económicos y sociales; la administración de los riesgos; y la informatización. 

Propuestas para el fortalecimiento de la Banca cubana 

El fortalecimiento de la Banca cubana debe transitar en cuatro direcciones: la innovación financiera; el rediseño de las políticas y gestión bancaria; la administración integral de riesgos; y la informatización de los procesos y servicios. A continuación se propondrán algunas posibles acciones para el perfeccionamiento del sistema bancario.1 

Diseñar e implementar una estrategia integral de innovación financiera 

1. Formulación e implementación de estrategias para el desarrollo de la innovación financiera en las instituciones bancarias. 

2. Conformación de áreas de innovación y desarrollo en cada institución bancaria, en dirección hacia al mejoramiento continuo de la calidad de los servicios y el diseño de nuevos productos, en correspondencia con las necesida des de los clientes. 

3. Creación de una institución financiera no bancaria especializada en el microcrédito con una tecnología crediticia que responda con flexibilidad a las particularidades de las nuevas formas de gestión no estatal y sea fondeada, en lo funda- mental, por los bancos. 

4. Desarrollo en los bancos comerciales de estrategias para el estudio y segmentación del mercado. 

5. Diversificación de los productos y servicios bancarios, otorgando mayor presencia del fideicomiso, el leasing, el factoring, el descuento de letras, entre otros. 

Diseñar e implementar estrategias de desarrollo institucional orientadas a elevar la efectividad de las políticas y gestión bancaria 

1. Otorgamiento de mayor autonomía a las instituciones bancarias. 

2. Descentralización de los planes y presupuestos de las instituciones bancarias. 

3. Rediseñar las instituciones financieras no ban- carias, su funcionamiento y su alianza con las entidades bancarias, en correspondencia con las nuevas exigencias del modelo económico cubano. 

4. Crear Bancos de Desarrollo dirigidos a la intermediación financiera para el apoyo de áreas o sectores económicos estratégicos para el desarrollo del país. Estas instituciones se especializarían en la captación de recursos financieros de diversas fuentes, para su canalización mediante préstamos con tasas preferenciales a mediano y largo plazo hacia la inversión productiva fundamentalmente. La principal fuente de estos bancos serían los fondos públicos dirigidos a programas o actividades específicas, garantizando bajos costos de financiamiento. Asumirían también el otorgamiento de garantías a financiamientos de terceros, la asesoría económico-financiera a proyectos, entre otras funciones. 

5. Realización de estudios para la determinación de la demanda de créditos por sectores económicos del país. 

6. Fortalecimiento del enfoque de orientación hacia las necesidades financieras de los actores económicos y sociales, así como la atención personalizada a clientes, con énfasis en el sector de la empresa estatal socialista. 

7. Profundizar el enfoque y los mecanismos de impacto del banco sobre la equidad social y sustentabilidad ambiental. 

8. Perfeccionar las vías de financiamiento bancario a los proyectos de desarrollo local, teniendo en consideración el carácter multifactorial del desarrollo territorial, donde convergen los esfuerzos de diferentes actores económicos y sociales, dándole una mirada especial a las cadenas pro- ductivas territoriales. 

9. Establecimiento de alianzas con instituciones financieras no bancarias y empresas de servicios que apoyen o complementen las funciones de los bancos comerciales. Potenciación del aprovechamiento por el sistema bancario de las oportunidades que pueden ofrecer la compañía fiduciaria y las empresas de seguros. 

10. Impulsar la creación y gestión fondos de inversión con las remesas y otras fuentes financieras externas. 

11. Determinación de los indicadores directivos específicos para las instituciones financieras que respondan a las particularidades de este sector y diseño de sistemas de pago por resultados sobre la base de esos indicadores. 

12. Fortalecimiento de la superación profesional y capacitación del personal bancario. 

13. Diseño e implementación de un programa nacional de inclusión y educación financiera, con una participación activa del sistema bancario. El programa de inclusión financiera debe con- templar sus cuatro dimensiones: el desarrollo de capacidades para la utilización de los servicios financieros disponibles —acceso—; la sostenibilidad y profundidad en la utilización de los productos y servicios financieros —uso—; la correspondencia de los atributos de los productos y servicios financieros a las necesidades de los clientes y el desarrollo de innovaciones considerando esas necesidades —calidad—; y la cultura que permita que los demandantes puedan tomar decisiones financieras de forma consciente y efectiva —educación financiera—. 

Desarrollar la gestión integral de riesgos en las instituciones bancarias, que permita administrar de forma sistémica los riesgos crediticios, operacionales, de mercado y de liquidez 

1. Implementación en las instituciones bancarias de sistemas de administración integral de riesgos con un enfoque sistémico y global, en correspondencia con las pautas internacionales sobre la gestión de riesgos corporativos, reflejadas en los Acuerdos de Basilea y el Informe COSO sobre Control Interno. La administración integral de riesgos implica desarrollar una cultura de manejo efectivo de los riesgos, asumiéndolos no solo como amenazas sino también como oportunidades de mejora y desarrollo. 

2. Creación de áreas de gestión integral de riesgos que dirijan el proceso metodológico de los diferentes riesgos bancarios y sus interrelaciones. 

3. Diseño de mecanismos de evaluación, monitoreo y cobertura de riesgos operacionales y de mercado. 

4. Revisión de la legislación vigente para que permita una mayor eficacia de las garantías utilizadas en la actualidad y la incorporación de nuevas garantías al financiamiento bancario. 

5. Desarrollo de metodologías en las instituciones bancarias para la determinación de la suficiencia de capital económico ajustada a sus perfiles de riesgos. 

6. Estudio de la posibilidad de aplicación de procesos de resolución de las instituciones financieras teniendo en consideración las particularidades de la economía cubana y la experiencia de la práctica internacional. 

Desarrollar la informatización de los procesos y la conexión de las redes bancarias 

1. Continuar el trabajo con las entidades correspondientes con el fin de implementar los lineamientos de automatización del sistema bancario. 

2. Informatización de los procesos internos. 

3. Desarrollo de la banca remota y la banca móvil. 

4. Desarrollo de productos y servicios con base tecnológica. 

5. Fortalecerlas alianzas con instituciones de tecnologías informáticas. 

Todas las propuestas hechas deben realizarse de forma paralela e integrada, en tanto cada una de ellas complementa el resto. El impacto real que se espera ejerza la Banca cubana sobre los objetivos estratégicos definidos en la proyección económica y social hasta el año 2030 depende en gran medida de su acción disruptiva a través del protagonismo de la innovación. Sin embargo, las estrategias de innovación no pueden tener éxito sin el perfeccionamiento de la gestión bancaria con un reforzamiento de la mirada hacia las necesidades de los clientes; la administración integral de riesgos; y la informatización de los procesos, productos y servicios financieros. 

Conclusiones 

El fortalecimiento de la Banca cubana es un imperativo de la actualización del modelo económico y social cubano e impacta de forma transversal a todos los ejes de desarrollo nacional hasta el 2030 a partir de sus propias funciones. El sistema financiero cubano debe interactuar de manera activa, a través de sus funciones, con una economía y una sociedad que cambia con rapidez. 

Por ello, el sistema bancario cubano actual debe so- meterse a profundas transformaciones en sus políticas y estilos de gestión pues, a pesar de los avances logrados, aún persisten insuficiencias y vacíos en su funciona- miento. Las principales direcciones de perfeccionamiento de las instituciones bancarias cubanas encuentran sus pilares en la innovación financiera; las políticas y gestión bancaria; la administración integral de riesgos; y la informatización. 

Bibliografía 

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Citas


1 Las propuestas fueron trabajadas junto al Dr. Alejandro Bermúdez Rivacoba como parte del Proyecto Nacional del CITMA «Fortalecimiento del Sistema Bancario Cubano». 

FRANCISCO BORRÁS ATIÉNZAR *

Licenciado en Economía. Doctor en Ciencias Económicas, en 1986. Máster en Contabilidad, en 2008. Especialista en Banca, Finanzas y Gestión de intangibles. Profesor Titular de la Universidad de La Habana. Vicepresidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba. Ha dirigido diversas redes científicas nacionales e internacionales. Ha impartido cursos y conferencias en diversas universidades de Iberoamérica. Autor de 15 libros y más de 70 artículos en Bolivia, Colombia, Cuba, España, México y Venezuela. Ha recibido en cuatro ocasiones el Premio de la Academia de Ciencias de Cuba. Por su labor científica ha sido galardonado ocho veces con el Premio Anual al Mejor Resultado Científico que otorga la Universidad de La Habana. Ha recibido la Distinción Especial del Ministro de Educación Superior de Cuba, condecoración científica y académica del país en seis ocasiones.

Continuará

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