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viernes, 25 de septiembre de 2020

Donald Trump: En su campaña electoral con mercenarios cubanos.

Por: Tony López R.

En una reunión con una decena de exmercenarios cubanos que formaron parte del ejército de asalariados que Estados Unidos a través de la CIA, organizó, entrenó y financió y que, en apenas 64 horas de combate con el glorioso Ejército Rebelde, el batallón de Policía Nacional Revolucionaria y las heroicas milicias nacionales, se entregaron cobardemente y lloriqueando pedían que no se les fusilara.

Por supuesto qué, no se les fusiló, esa campaña que aún los medios occidentales levantan contra Cuba, pagados por la mafia cubana-americana, no es más que manipulación mediática de noticias falsas, los mercenarios fueron juzgados con todas las garantías procesales y al año de estar cumpliendo prisión se canjearon por compotas y tractores.

El objetivo de Trump es congraciarse con la mafia cubanoamericana para ganar votos en la comunidad cubana de La Florida, pero lo que, al parecer, mafiosos al fin, no le han informado a Trump que los votantes de esa nacionalidad en la Florida, representan el seis por ciento (564 938) de los 9,5 millones del electorado en ese Estado y están divididos entre republicanos y demócratas por una diferencia no muy alta. Recordar que, en las elecciones de medio tiempo, los republicanos perdieron dos escaños frente a los demócratas.

La aplicación de sanciones a Cuba, a un alto grado demencial, que no solo afecta al Estado cubano, sino a su pueblo, niños, mujeres, ancianos, todos son víctima de una genocida política y califica como un crimen de Lesa Humanidad, que puede ser llevado a la Corte Penal Internacional, algo similar está ocurriendo con Venezuela. El gobierno de Donald Trump, prohibiendo el comercio de alimentos y medicina, siembra en la conciencia de los pueblos de nuestra América e incluso en una buena parte del pueblo estadounidense el rechazo, la animadversión y hasta odio por su gobierno y afecta moralmente a Estados Unidos como nación.

Es muy evidente, que Trump está desesperado, aunque no se puede predecir lo que sucederá en las elecciones del 3 de noviembre, este desespero puede anunciar que tiene información no muy favorable y reacciona de ese modo, su egolatría no le permite pensar y menos aceptar que va a perder y que no será reelegido.

Pero que no crea el señor Trump, que, tomando las más despiadadas sanciones contra Cuba, con eso va a lograr a su favor el voto de La Florida. Si bien es cierto que la diferencia de acuerdo a las encuestas da un pequeño margen al candidato demócrata de 1,6 % a su favor según, Real Clear Politics,  de acuerdo a  ello no es una diferencia sustancial, pero afectando a los cubanos de la isla y a los que radican en Estados Unidos y especialmente en Miami, tampoco le favorece, porque esos radicados en La Florida tienen sus familias en Cuba y lo sienten como un ataque a ellos, que son la mayoría y no están representados por la minoría batistiana y mafiosa con la que se reunió Trump, pero también hoy la comunidad cubana no es la de muchos años atrás, la juventud tiene diferencias con los republicanos y se adhieren  y apoyan a los demócratas, nada se puede vaticinar.

Trump que llegó a ser presidente de la potencia más grande del mundo, debe reflexionar por sus muy serios errores como ha sido alentar la violencia policial, promover el supremacismo blanco que ha provocado los graves acontecimientos raciales, que hacía muchos años que no se sucedía en la unión americana, un espinoso problema que puede llevar a una guerra civil en Estados Unidos, como bien lo ha venido alertando el filósofo estadounidense Noan Chomsky.

La grave crisis sanitaria y falta de atención a la Pandemia desde sus inicios, que hubiera evitado los más de 7 millones de infestados y los más de 207 mil muertos enlutando un país que tiene el mayor desarrollo científico técnico del universo y que ha sido incapaz de enfrentar exitosamente este diabólico y mortal virus. A esta grave crisis, se une el tema económico, que ha llevado a que en el mes de julio cerca de 32 millones de trabajadores hayan perdido su trabajo, sin contar los millones de emigrantes y trabajadores informales y ello podrá traerle consecuencias a Trump electoralmente.

El anuncio de sanciones a Cuba por el presidente Trump, si bien son muy claras al tratar de afectar la economía cubana, al pensar que con ello provocaría la caída de la Revolución Cubana, seguirá siendo siempre un sueño, del que cuando despierte se dará cuenta que esta isla y su pueblo, que es el verdadero protagonista y constructor de un sistema incluyente, libre e independiente, nada ni nadie lo atemoriza y que su consigna Patria o Muerte, está totalmente impregnada en el sentimiento, pensamiento y corazón de los cubanos.

Según los distintos gobiernos que han transitados por la Casa Blanca, sean demócratas o republicanos, siempre han levantado las ideas y campañas de que en Cuba  el gobierno comunista, que es el calificativo que deben acuñar, para continuar con su política macartista y que a nosotros nos honra, no hay libertad de culto, ni de expresión, que no hay libertad de asambleas, que se realicen elecciones libres, que se legalicen partidos, o sea todo un programa dictado desde Estados Unidos frente a eso hay que decirle  al señor Trump, NO.

Cuba es un país independiente y su pueblo se ha dado un sistema opuesto al suyo, porque, nuestro sistema es incluyente de toda la sociedad, porque tenemos un solo Partido, cuyo origen está basado en el pensamiento y la obra de José Martí, cimentado en sus convicciones  antimperialista, precisamente señalaba el apóstol que la división era lo que permitía la hegemonía del imperio español y que frente a los vecinos del norte y naciente imperio era necesario la unidad  en un solo Partido, por cierto nacido en Tampa en 1892, y como dijera él “Con todos y para el bien de Todos” y explicaba que “todo lo que había hecho por la independencia de Cuba, era para impedir a tiempo que Estados Unidos caiga una vez más y se extienda sobre nuestras tierras de América”. En su país hay dos partidos Demócratas y Republicanos, pero con un mismo y solo programa, que se rifan cada 4 años la alternancia en el poder. Una dictadura bipartidista.

Usted se llena la boca al argumentar que sancionan a Cuba porque los cubanos no tienen    libertad, sin embargo usted  tiene prohibido que sus compatriotas viajen a Cuba  y además los estadounidenses que viajen a la isla, no podrán hospedarse en ninguno de los 433 hoteles existentes en la isla,  porque según usted son propiedad de las Fuerzas Armadas, tampoco podrán alojarse en residencias particulares, cuyos propietarios sean miembros del gobierno o militen en el Partido Comunista, y amenaza señalando que el Secretario de Estado Mike Pompeo, tiene la lista de todos los hospedajes privados vinculados al gobierno, semejante nivel de ridiculez y detalle, pide libertad para los cubanos y prohíbe y restringe la libertad de sus ciudadanos de viajar a donde ellos les interese y en el caso de Cuba en  qué lugar deben alojarse y el colmo de su acción dictatorial, les prohíbe a sus coterráneos comprar y llevar ron y tabaco cubano a Estados Unidos.  Que vergüenza.

Por último señor Trump, sepa que nuestro aguerrido y heroico pueblo, con esas disposiciones, prohibiciones y abusos de poder, lo único que consigue es que las convicciones revolucionarias de nuestro pueblo se consoliden y se unan en una poderosa defensa del sistema socialista  que hemos escogido y que nadie nos apartara de ese camino, por el cual transitamos hace 60 años y usted sabe porque, porque cuando Estados Unidos cuando llegó, prácticamente a gobernar a Cuba desde 1898, hasta el primero de enero de 1959, o sea durante 61 año y le diré brevemente que país recibimos en esos 61 año.

En 61 año de dominación de Estados Unidos en Cuba, que nos trajeron ustedes: las dictaduras de Fulgencio Batista y Gerardo Machado, a las cual apoyaron hasta que ambos huyeron por el rio de sangre y pobreza en el cual sumieron al país, el apoyo a gobiernos corruptos como los de Grau San Martin y Carlos Prio, y que la mafia italo-americana con apoyo sus gobiernos, convirtió a la isla en un lupanar, salas y garitos de juegos, abusos de sus corrompidos  marines, vicios y prostitución.

La explotación más inicua del sector azucarero. La Revolución heredó la más terrible miseria, desempleo, analfabetismo, insalubridad, todo quedo atrás, hoy el 99,8 % de la población esta alfabetizada y con un mínimo escolar de 9no grado, de 17 mil estudiantes universitarios en 1958, hoy nos acercamos a los 300,000 mil educandos. De 3 Universidades hoy contamos con 56,  incluyendo Institutos Especializados.  

Todos los jóvenes tienen derechos a estudios universitarios, de 6 mil médicos en el año 59, hoy sobre pasamos los 90 mil y una buena parte de ellos especializados en diferentes ramas de la salud, con un sistema de salud preventivo,  1 medico por cada 159 habitantes. En 1958 habían 826 enfermera en todo el país, hoy tenemos 94,512, es decir por cada enfermera en 1958 actualmente hay 114 enfermeras. Toda la salud y la educación es gratuita. Los principales medios de producción en manos del Estado, al servicio de su pueblo y los servicios públicos subsidiados.  El 80 por ciento de la población es propietaria de sus viviendas. Este es el país que usted quiere que regrese a la inmundicia, la perversión, el vicio, la prostitución y la miseria, no señor Trump, a esa cloca inmunda no regresara este pueblo jamás.  

 

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.

La Habana, 25 de septiembre de 2020.  14.30 hrs.

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