La carne de cerdo, Índice Dow Jones de la
bolsa comercial de valores cubana, tanto en la economía formal como
subterránea, intentó robarse la arrancada en la carrera especulativa, en tres
puntos de venta de la capital del país, según informó el Presidente Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, en la Mesa Redonda televisiva del miércoles 3 de julio de
2019.
El hecho se conoció, durante la segunda y
última de las emisiones dedicadas a ofrecer detalles sobre las medidas
adoptadas por el Gobierno para impulsar en las actuales condiciones la
maltrecha economía cubana, y enfrentar, en lo posible, el escenario externo
adverso- incluido el bloqueo económico-financiero norteamericano-, y entre
cuyos objetivos claves para alcanzar los éxitos previstos está monitorear la
relación precio-salario, para impedir presiones inflacionarias; además de
observar el comportamiento de la oferta y demanda en el mercado.
Ha transcurrido más de un año y cuatro meses
de aquel pronunciamiento por parte del mandatario, periodo al cual se suma el
tiempo dedicado a enfrentar la pandemia, la cual agudizó aún más los efectos de
la crisis, y generó la adopción de otras medidas económico-sociales de un mayor
calado, dadas a conocer en julio de 2020, y
a las cuales se agrega el ordenamiento previsto como parte de la
unificación monetaria y cambiaria.
En el actual contexto, cuando cada día crecen
las expectativas en torno a la llegada del llamado día ´´CERO´´, a partir del
cual saldrá de circulación el peso convertible (CUC) y mantendrá su vigencia el
CUP, se aprecian las presiones inflacionarias en las diferentes transacciones
comerciales en la Isla, y la carne de cerdo, Índice Don Jones de la bolsa de
valores cubana, marca como siempre esa espiral. Tal es así que desde la cabeza,
pasando por la riñonada y el cocote , hasta las patas, la libra del cárnico se
oferta entre 55 y 70 pesos, y habrá que
observar cómo se comportará durante las festividades de fin de año, periodo en
que suele incrementarse la demanda.
El consumo de carne de cerdo creció
exponencialmente durante los años del Periodo Especial ante la persistente
escasez de otros cárnicos, y así empezó a liderar la demanda en el mercado,
cuando el dólar se cotizaba en 150 pesos en moneda nacional, la libra de ese
tipo de carne se compró en esa cifra monetaria; a pesar de que su consumo y
demanda históricos se redujo a las festividades navideñas, o en muy
determinadas celebraciones, y su precio, por lo general bajo, tendía a oscilar, ofreciendo así
oportunidades a los clientes, de acuerdo a su poder adquisitivo.
En 1989 constituyó ´´la época de bonanza en
el país´´ con relación a dicho cárnico, según declaró en diciembre de 2015 al
semanario Trabajadores Carlos Ortiz Mursulí, vicedirector del Grupo Empresarial
Ganadero, del Ministerio de la Agricultura, quien señaló que el ´´record de
producción ´´ se reportó en ese propio año, cuando se obtuvieron 102 mil 403
toneladas, y expresó que ´´la aspiración´´ entonces era ´´duplicar esa cifra,
con un crecimiento sostenido cada año. Dijo también que en ese 2015 se llegaría
a 175 mil toneladas y que la cifra para el 2016 aumentaría en 10 mil.
La crisis económico-social de los años 90 del
pasado Siglo, ubicó a la carne de cerdo como el principal indicador de la bolsa
comercial de valores de la Isla, y de su cotización empezó a depender el valor
monetario de otros productos alimenticios. De cómo se mueva el precio de la
primera, así dependerá el costo de los segundos. Incluso, cuando se produjo la
´´dolarización´´ de la economía, durante el Periodo Especial, fue el precio de
la carne de cerdo el que marcó esa evolución en el mercado monetario informal.
La carne de cerdo constituye también un
referente de cómo se comporta el resto de la producción de alimentos en el
país. Si está bien la primera, hay siempre grandes probabilidades de que esté
bien la segunda, lo cual también pudiera inducir a otras consideraciones al
respecto. Tal es así que en el año 2020 se hace tangible en el mercado ese
axioma.
El 2007 se asume como el año de despegue de
la producción de carne porcina, cuyos resultados se debieron al Programa
Porcino creado en 2005, y ello permitió un per cápita de 29 libras por
habitante, según cálculos hechos por este periodista, a partir de estadísticas
oficiales publicadas en la prensa nacional.
En 2016 se alcanzaron los más altos volúmenes
en toda su historia: 194 mil 976 toneladas- más de 428 millones 947 mil
libras-, para un per cápita superior a 38 libras.
Las producciones previstas para el 2017 por
el Grupo Empresarial Ganadero, ascendían a 200 mil toneladas, lo cual
permitiría elevar el per cápita a unas 39 libras por habitante.
Si se comparan las estadísticas oficiales
ofrecidas entre los años 2007 y 2017 se produjo un incremento de tan solo 10,2
libras por habitante, y la diferencia entre el per cápita por ciudadano entre
2016 y 2017 es de solo 1,2 libra.
Aunque indistintamente medios de prensa
cubanos informaron de que Cuba no importaba carne de cerdo, ¿desde 2010, 2011 y
2015?, hace mucha falta que la producción de dicho alimento se incremente
cuanto antes, acelerando la materialización de proyectos de la cartera de
oportunidades para la inversión extranjera con que cuenta Cuba en ese rubro
agroalimentario.
Han transcurrido cinco años de aquellas
declaraciones del vicedirector del Grupo Empresarial Ganadero del Ministerio de
la Agricultura, cuando se habló de Placetas, que seguía siendo ´´el territorio
de mayor producción con 6 mil 350 toneladas y dos provincias´´ llegaban
entonces ´´a más de 20 mil toneladas Villa Clara y Santiago de Cuba´´.
Urge subir la varilla en cuanto a la
producción de carne de cerdo, pero también es preciso mirar más allá de nuestra
frontera nacional, para conocer experiencias foráneas como la existente en la
provincia china de Sichuan, donde hace muy pocos años reportaba la tenencia de
más de 600 millones de cerdos, en una población de unos 120 millones de
habitantes, para un per cápita de cinco animales por habitante.
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