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jueves, 9 de enero de 2020

Lo que mi yo más joven no esperaba

Jan 3, 2020 MICHAEL SPENCE

FORT LAUDERDALE – Con el avance de la edad, tendemos a señalar cada año que pasa reflexionando sobre los grandes acontecimientos que se desarrollaron en paralelo con la propia vida. Por mi parte, suelo centrarme en las sorpresas (positivas y negativas): aquello que hubiera considerado improbable o incluso inimaginable en mis años mozos.

Nací durante la Segunda Guerra Mundial y crecí en Canadá, con una conciencia general de al menos algunos aspectos del mundo que me rodeaba, en particular la Guerra Fría. La televisión en blanco y negro nos permitió presenciar desde nuestras salas de estar el poder destructivo de las armas nucleares. Yo y muchos otros niños habíamos visto “Nuestro amigo el átomo” en la serie de televisión Walt Disney’s Disneyland, pero nos quedábamos despiertos de noche escuchando los aviones que pasaban, esperando que no portaran los instrumentos de nuestra aniquilación.

Al final las bombas se quedaron en los silos, gracias al efecto disuasivo de la “destrucción mutua asegurada” y al liderazgo eficaz demostrado en momentos de máximo riesgo como la Crisis de los Misiles Cubanos. La Guerra Fría terminó, y los que hoy tienen menos de treinta años jamás la conocieron. Para la mayoría de esos jóvenes, la primacía económica y militar de los Estados Unidos puede parecer algo tan ordinario y permanente como la Guerra Fría fue para los baby boomers. Pero ahora estamos al borde de otro cambio estresante en las relaciones de poder.

En los primeros años de la posguerra, los países en desarrollo (muchos de ellos recién independizados tras la desintegración de los imperios coloniales) comenzaron un largo y complejo viaje que transformaría el mundo y las vidas de miles de millones de personas en las décadas siguientes. Ese viaje todavía no terminó, pero muchos de esos países ya lograron niveles de prosperidad que pocos esperaban. La terminología que se usaba en aquel tiempo (“atraso”, “Tercer Mundo”) revela una creencia en que el subdesarrollo era una condición semipermanente.

Por eso considero que el ascenso de los países en desarrollo ha sido el hecho imprevisto más significativo ocurrido durante mi vida. La lenta pero persistente convergencia de esas naciones hacia el mundo desarrollado alteró radicalmente el orden internacional. Hace siete décadas, los países desarrollados poseían la mayor parte de la renta mundial pero sólo el 15% de la población. Hoy, miles de millones de personas salieron de la pobreza y tienen más riqueza, salud y oportunidades. Es posible que los historiadores futuros recuerden este período como el mayor ejercicio de inclusividad de la humanidad hasta el día de hoy. Pero hasta hace poco, nadie lo vio venir.

Esta megatendencia que nadie anticipó tiene corolarios imprevistos. Para empezar, es probable que hoy la economía mundial sea cuatro o cinco veces más grande que los pronósticos de los que anticipaban un desarrollo escaso o nulo para el 85% menos rico. De modo que países en desarrollo cuyo poder económico antes era insignificante ahora tendrán un papel más importante en la gobernanza global, y esa transición del equilibrio de poder no será fácil.

Pero este gran crecimiento es una de las principales razones de la importancia existencial que hoy tiene la sostenibilidad. Pese a los compromisos de reducir nuestra huella medioambiental, estamos perdiendo la batalla contra el cambio climático. En el nivel mundial, tendríamos que estar reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero más o menos un 7,5% al año. Pero las emisiones no paran de crecer, y hoy se encuentran en un nivel 2,5 veces superior al necesario para evitar una crisis climática. Nos estamos acercando a posibles puntos de inflexión en los que la dinámica climática y las condiciones de vida podrían empezar a cambiar en forma veloz e irreversible.

El Siglo XX, igual que el XIX, fue una era de cambio tecnológico asombroso. Avances espectaculares llegaron a parecer ordinarios y predecibles. Pero para los que crecimos con libros impresos y bibliotecas, y para los muchos millones que no tuvieron ese privilegio, es asombroso pensar que ahora es posible acceder a casi todo el conocimiento, los servicios, los mercados, etcétera, desde casi cualquier lugar de la Tierra. Esta capacidad de anular la distancia y el tiempo es una de las razones principales por las que la tecnología digital (bien empleada) puede mejorar enormemente la inclusividad y el funcionamiento de todas las sociedades.

Pero mi yo anterior tampoco hubiera anticipado que andando por las calles de cualquier ciudad uno se chocaría con gente que va mirando una pantallita, o vería a parejas que cenan juntas en un restorán haciendo lo mismo. Me pregunto si el don de poder conectarnos con personas e información a grandes distancias nos será dado al precio de tener menos contacto con el entorno inmediato.

Finalmente, la otra gran sorpresa de mi vida es algo que, vistos los descubrimientos de las ciencias sociales en años recientes, tal vez tendría que haber previsto. Como sea, muchos en mi generación no supimos prever el aumento de desigualdad de ingresos, riqueza y oportunidades en una amplia variedad de países desarrollados e incluso en algunas economías emergentes. Durante los treinta o cuarenta años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, la tendencia iba en la otra dirección: la participación de los trabajadores en el ingreso total estaba en aumento, las mediciones de desigualdad de ingresos disminuían, y se estaba formando una amplia clase media. Al ver estos avances, muchos se durmieron en los laureles, creyendo que las economías avanzadas modernas pueden funcionar en piloto automático.

Y sin embargo los economistas sabían que el capitalismo de mercado no corrige automáticamente las tendencias distributivas perjudiciales (sean seculares o transicionales), especialmente las extremas. La política pública y los servicios del Estado son esenciales, pero en muchos lugares, han sido inexistentes o insuficientes. El resultado fue una pauta duradera de desigualdad de oportunidades que está contribuyendo a la polarización de muchas sociedades. Esta divisoria en aumento tiene un efecto derrame negativo sobre la política, la gobernanza y las decisiones de gobierno, y ahora parece que nos está quitando capacidad de respuesta ante temas importantes como el desafío de la sostenibilidad.

Hay otros hechos que pocos hubieran predicho: me vienen a la mente los tipos de interés negativos y el descubrimiento del ADN (al menos, para los que no somos científicos). En cuanto al futuro, no creo que sea menos sorprendente que el pasado. Lo impensable seguirá ocurriendo, y nos seguiremos maravillando ante algunas cosas nuevas mientras nos adaptamos lo mejor que podemos a las otras.

Traducción: Esteban Flamini



MICHAEL SPENCE, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at New York University’s Stern School of Business and Senior Fellow at the Hoover Institution. He was the chairman of the independent Commission on Growth and Development, an international body that from 2006-2010 analyzed opportunities for global economic growth, and is the author of The Next Convergence: The Future of Economic Growth in a Multispeed World.

¿Cómo podrían cumplir el Plan de la economía los trabajadores en este 2020?


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La Habana, 9 ene (ACN)Grandes retos en función de elevar su competitividad, la calidad y la eficiencia en sus renglones productivos, y ocupar un lugar protagónico en la sustitución de importaciones, tiene hoy la industria cubana, como parte de ese empeño superior que se encamina al perfeccionamiento de nuestro modelo económico social.
Tales aspectos constituyen líneas de trabajo priorizadas para los cuadros desde la base, hasta la máxima dirección del país. Este principio quedó demostrado una vez más durante la visita del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a la empresa Metal-Mecánica Varona (EMMV), del municipio de San Miguel del Padrón, en La Habana, perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Sideromecánica.
Según reseña el sitio web de la Presidencia de Cuba, la EMMV, que como parte de su objeto social sustituye importaciones por medio de varios de sus renglones, y contribuye también al desarrollo local, proyecta actualmente producciones para el Ministerio del Turismo, la Zona Especial de Desarrollo Mariel, la industria del carbón y la recuperación de puentes, así como para el apoyo a obras sociales.
Desde allí el mandatario cubano reflexionó sobre la necesidad de que los directivos analicen constantemente las posibles soluciones a las trabas que hoy limitan las metas propuestas para el fortalecimiento de la empresa estatal socialista.
Ese análisis, lógicamente, constituye también un elemento indispensable para proteger y garantizar el cumplimiento del Plan de la Economía previsto para el presente calendario. Sin embargo, a todas luces, no depende únicamente de los directivos, sino del concurso de todos los trabajadores, que durante los meses de enero y febrero tendrán la oportunidad de discutirlo y comprometerse para convertir la eficiencia, el ahorro, el control de los recursos y la explotación de reservas y potencialidades en prácticas cotidianas.
Por ese motivo, el Presidente cubano participó también, junto a los secretarios generales de los sindicatos nacionales, de todas las provincias y del municipio especial Isla de la Juventud; el Presidente de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y otros funcionarios de la CTC, en el abordaje del proceso de discusión con los trabajadores del Plan de la Economía para el año 2020.
Díaz-Canel estuvo acompañado, además, por Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la CTC; el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil; y Meisi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios. Llamó a convertir la discusión del Plan de la Economía en un proceso que comprometa y convoque, que conmueva, en el que todos se sientan parte, a ser ante todo aportadores, donde el debate genere ideas y medidas en pos de cumplir el Plan, exhortó Díaz-Canel, de acuerdo con el sitio de la Presidencia de Cuba.
En la discusión, los trabajadores deben buscar respuestas a preguntas clave, como qué vamos a producir y cómo lo vamos a hacer; cómo vamos a ahorrar y en qué renglones; qué diseñar para exportar más. Empezamos el año discutiendo el Plan –subrayó el mandatario cubano–, pero este tiene que convertirse en un proceso continuo, que permita seguir evaluando durante todo el año cómo va su cumplimiento, y saber si hay cosas que tendremos que cambiar, actualizar o proponer en función de cómo marchen los tiempos.
Díaz-Canel abordó las cuatro prioridades de trabajo definidas por el Gobierno en la actualidad: la batalla ideológica, la defensa del país, el intenso ejercicio legislativo iniciado, y que debe continuar para apoyar la Constitución de la República; y la batalla económica.
Los titulares de Economía y Planificación, y de Finanzas y Precios se refirieron a algunos aspectos que no deben faltar en esos análisis, como el ahorro, el rendimiento de las inversiones y los salarios, la importancia de maximizar los ingresos y ser cada día más racionales en los gastos.
Recientemente, durante el iv Periodo Ordinario de Sesiones de la ix Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al referirse a este tema, el máximo dirigente sindical cubano señaló que en ese proceso es vital el acompañamiento de las direcciones administrativas, así como la creatividad y el intercambio para enfrentar las problemáticas latentes. «Lo primero es generar la riqueza para después poder distribuirla», afirmó.
Distribuirla, sí, de manera justa y equitativa. Esa es la base del socialismo cubano y es el principio por el que defender el plan de la economía, se traduce en sostenibilidad de nuestros programas sociales, en mayor respaldo para nuestros derechos, en promover bienes y servicios, en mantener nuestras metas de desarrollo hasta 2030.
En la medida en que cada cubano, desde el plano individual, se sienta responsable también de las transformaciones que se gestan al interior de nuestro modelo económico, será posible materializarlas.
¿Qué nos proponemos en el Plan de la Economía 2020?
Generar ingresos constituye una necesidad inaplazable para la economía cubana. Es por ello que, durante 2019, se trabajó de forma intensa en la búsqueda de alternativas que pudieran contribuir a esa premisa, que lógicamente se mantiene en este 2020.
No es de extrañar entonces que en la elaboración del plan de este año, el punto de partida radicara en identificar cuáles son, desde el punto de vista de la exportación de bienes y servicios (principal vía para la generación de ingresos), las potencialidades y reservas con las que cuenta el país.
«A partir de los ingresos en divisas, se debe realizar la asignación primaria de los recursos a la economía, priorizándose la compra de alimentos, combustibles, fertilizantes y plaguicidas para la producción nacional de alimentos; el pago de deudas que en lo fundamental garanticen retomas de nuevos créditos y priorizar los financiamientos para la industria nacional, cumpliendo con la estrategia de no importar lo que se pueda producir eficientemente en el país.
«Para la elaboración del plan se tuvo en cuenta, además, el cumplimiento de las directivas de gobierno aprobadas, entre las que se destacan: ajustarse a los recursos disponibles y no incrementar la espiral de endeudamiento; no deteriorar la relación del saldo final de las cuentas por cobrar en el exterior y asegurar el equilibrio monetario interno, entre otras».
Así señalaba en su información al Parlamento cubano el Titular de Economía y Planificación, quien aseveró que, como prioridad de la Revolución, se mantiene el respaldo a los que constituyen logros de la obra iniciada en 1959 (salud, educación, cultura, deporte).
Para este 2020, constituyen prioridad los sectores que generan exportaciones, y resulta imprescindible desarrollar un proceso inversionista, con estudios de factibilidad profundos, que no se concentren únicamente en garantizar la aprobación de un presupuesto, sino con visión de futuro.
A estos elementos se suman la necesidad de disminuir el componente importado del turismo y garantizar los encadenamientos productivos para la industria nacional. De igual manera, sistematizar las medidas de ahorro implementadas durante los meses de 2019 más críticos en relación con la disponibilidad de combustibles, debe ser una realidad palpable.
Más allá de los términos que desde el punto de vista económico pueden resultar complejos, más allá de los números que necesariamente constituyen indicadores a seguir, necesita la economía un componente subjetivo, que depende del ser humano.
Esa es una tarea colectiva, que fortalece nuestra visión de país, porque el cumplimiento del plan se logra en cada turno productivo, en cada jornada laboral, en el accionar diario y comprometido de cuadros y trabajadores de todos los sectores.

Prioridades del Plan de la Economía:
Incrementar y diversificar las exportaciones. Asegurar su cobro. El plan aprobado es mínimo.
Sustituir importaciones, concentrándose en los productos que hoy se importan.
Lograr eficiencia en el proceso inversionista.
Mantener e incrementar las medidas de ahorro.
Disminuir la importación para el turismo y aumentar la participación de la industria nacional.
Propiciar encadenamientos productivos con la inversión extranjera.
Potenciar los proyectos de desarrollo local.
Avanzar en el ordenamiento monetario del país y el perfeccionamiento de la empresa estatal.
Fomentar los vínculos entre todos los actores económicos: sector estatal, sector no estatal e inversión extranjera.
Aprovechar las oportunidades de las medidas aprobadas para impulsar la economía.
Asegurar el cumplimiento de los ingresos en divisas y de la circulación mercantil minorista, en función del equilibrio financiero externo e interno del país.
Aprovechar el aporte de la academia, el potencial científico y el vínculo universidad-empresa.
(Tomado de Granma)

Decenio 2010-2019: Diez aspectos que marcaron la actualización del modelo económico cubano

9 enero 2020 




En los últimos 10 años la economía cubana ha experimentado importantes y profundos cambios. Se trata de la etapa que enmarca el inicio y desarrollo de un proceso complejo y abarcador, que involucra e impacta en todos los ámbitos de la vida del país: la actualización del modelo económico nacional. Cubadebate ofrece un resumen de las principales transformaciones y medidas que aprobó el Gobierno durante este periodo. 

1. Lineamientos socioeconómicos 

En abril de 2011 el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social para un periodo de cinco años. El documento, sometido previamente a un amplio debate popular, fijó 313 tareas que buscaban, entre otras cosas, dar solución a los desequilibrios macroeconómicos y problemas de eficiencia presentes en la economía nacional. 

Importantes definiciones quedaron refrendadas: 
  • El sistema económico continuará basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, donde deberá regir el principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”. 
  • La política económica del Partido se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución. 
  • En la actualización del modelo económico primará la planificación, la cual tendrá en cuenta las tendencias del mercado. 
  • El modelo reconocerá y promoverá, además de la empresa estatal socialista—forma principal en la economía nacional— a las modalidades de la inversión extranjera, las cooperativas, los agricultores pequeños, los usufructuarios, los arrendatarios, los trabajadores por cuenta propia y otras formas que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia. 
  • El socialismo significa igualdad de derechos y de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo. 
  • En la sociedad socialista cubana nadie quedará desamparado. 
Cinco años después el VII Congreso del PCC actualizó este paquete de transformaciones. Se añadieron nuevos lineamientos mientras otros fueron ajustados. En total quedaron 274. 

Durante estos ocho años de cambios económicos se han implementado 216 políticas y medidas, de acuerdo con el informe presentado al Comité Central, en diciembre pasado. No pocos señalan la necesidad de imprimirle mayor velocidad a este proceso, a fin de alcanzar —en menor tiempo posible— la meta de una sociedad próspera y sostenible. En cambio, hay quienes opinan que la marcha debe hacerse con cautela. 

Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, valoró recientemente que “la compleja situación económica que se ha agudizado en los últimos meses no puede convertirse en un factor para ralentizar esos procesos, por el contrario, exige otorgar mayor impulso a la actualización del modelo económico y social para eliminar las trabas que aún persisten en el desarrollo de las fuerzas productivas y de la eficiencia”.

2. Perfeccionamiento del sistema empresarial 

Desde 2011 el sistema empresarial cubano transita por una nueva etapa de transformaciones que, entre otros propósitos, buscan desatar viejas ataduras, otorgar mayores facultades y lograr más eficiencia y organización. 

La separación de funciones estatales de las empresariales marcó el inicio de los ajustes, con un impacto directo en las estructuras de los principales actores económicos del país. 




Principales transformaciones en el sistema empresarial cubano (Periodo 2011-2019): 
  • Separación de funciones estatales de las empresariales. 
  • Flexibilización del objeto social. Resolución 134/2013 de Ministerio de Economía y Planificación. 
  • Relaciones financieras con el Presupuesto del Estado: 
  • Las empresas dejan de aportar al presupuesto la depreciación y las reservas voluntarias aprobadas en años anteriores. 
  • Se disminuye el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo de 25% a 5%. 
  • Se incrementa del 30% al 50% la utilidad a retener por las empresas después de impuestos. 
  • Se aprueba que las empresas, a partir de las utilidades después de impuesto, cumplidos los compromisos con el Estado y los requisitos establecidos, puedan crear fondos para el desarrollo, las inversiones y la estimulación a los trabajadores. 
  • Se incrementan las reservas voluntarias a constituir, incorporándose la posibilidad de amortizar deudas por préstamos recibidos y se faculta a los directores de empresas a utilizar anticipadamente hasta el 20% de las utilidades retenidas para financiar inversiones. 
  • Se incrementa la distribución de utilidades a los trabajadores hasta el límite de tres salarios medios. 

4. Se eliminan las restricciones administrativas para la formación del salario. Se aprueba la Resolución 17 de 2014, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, referida al pago por resultados, que luego es sustituida por la Resolución 6 de 2016.

5. En 2019 se aprobaron 28 medidas dirigidas fundamentalmente a incrementar las producciones de bienes y servicios, así como propiciar encadenamientos productivos y capacidad de exportar. 

Pese a las flexibilizaciones, la autonomía continúa siendo un tema que desata opiniones encontradas. En el criterio de expertos y empresarios, las libertades parecen limitarse en el rediseño que sitúa a las empresas bajo el “tutelaje” de las OSDE. Según se informó, estas organizaciones serían revisadas durante el primer trimestre del pasado año para evaluar su efectividad.

Más allá de los desaciertos e inconformidades, en la etapa 2011-2017 los indicadores de las empresas muestran números positivos, de acuerdo con un balance oficial.

3. Ampliación del sector no estatal



Ilustración: Edilberto Carmona / Cubadebate.

Poco antes de la aprobación de los Lineamientos ya se había dado paso a la reapertura del trabajo por cuenta propia, como alternativa de empleo ante el proceso de reordenamiento laboral en el país. Las primeras licencias se entregaron en octubre de 2010, cuando se podía optar por 178 oficios. Más tarde este número se elevó a 181 modalidades, hasta llegar a existir 201 en 2013. 

En la actualidad suman 127, a partir de la reorganización de algunas actividades. 

En este decenio no pocas han sido las modificaciones al trabajo privado, derivadas de experiencias en la práctica de esa forma de gestión y también por indisciplinas y “desviaciones” de lo establecido. No obstante, hay un beneficio incuestionable: creciente es el número de cubanos incorporados al cuentapropismo. 

Datos al cierre de noviembre de 2019:


La autorización en Cuba de las primeras cooperativas fuera del sector agropecuario tuvo lugar a inicios de 2013. En ese año se constituyeron 198. Desde entonces ha sido ascendente su desarrollo, aunque de manera gradual. Todavía su práctica se concibe como un “experimento”. 

Precisamente en 2019 entraron en vigor nuevas normas y se supo que no se crearían más cooperativas, pues la prioridad sería concentrar los esfuerzos en la consolidación de las constituidas, según informó Yovana Vega Matos, segunda jefa del Área de Perfeccionamiento a Entidades de la Comisión de Implementación.

Esta decisión, aclaró la directiva, no significa “dejar de avanzar en el experimento, sino hacerlo de manera coherente, eliminando las desviaciones que han ocurrido para lograr su generalización”.

Las autoridades reconocen que el impacto económico más favorable se muestran en las actividades de la construcción, los servicios personales y técnicos, y en la industria; no obstante persisten restricciones para su desarrollo, como el limitado acceso al mercado mayorista y a los servicios conexos. 

En la actualidad funcionan más de 400 cooperativas no agropecuarias, que agrupan a más de 17 mil socios. Están presentes en 10 sectores de la economía, con ingresos superiores a 6 mil millones de pesos en el año 2018. 

4. Entrega de tierras en usufructo 

A partir del 2008, debido a la situación en general del país y al continuo deterioro de la agricultura, se decide entregar la tierra en usufructo a personas naturales con la aprobación del Decreto-Ley 259. Cuatro años más tarde, al observar los resultados de la implementación de esa política, se opta por otra renovación mediante el Decreto-Ley 300. En 2014 hubo otras modificaciones. 

Se abrieron varias oportunidades, entre ellas la de extender el área otorgada hasta 67,10 hectáreas (cinco caballerías) para las personas naturales que —vinculadas a una Granja Estatal con personalidad jurídica, Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA)— ya posean tierras, las mantengan en plena producción y cumplan sus obligaciones legales y contractuales.

Por otro lado, se aprobó la vigencia del usufructo de tierras para todas las personas naturales por el término de 20 años, prorrogables sucesivamente por igual término y para las personas jurídicas por tiempo indefinido, siempre que se cumplan las obligaciones pactadas.

5. Inicio del proceso de unificación monetaria y cambiaria 

El Consejo de Ministros de la República de Cuba acordó en 2013 poner en vigor un cronograma de ejecución de las medidas que conducirán a la unificación monetaria y cambiaria. Dos años antes, en los lineamientos, se dejaba claro la importancia de avanzar hacia ese proceso. 

A lo largo de los últimos 6 años se han implementado algunas medidas encaminadas a preparar condiciones para enfrentar este paso, considerado imprescindible a fin de garantizar el restablecimiento del valor del peso cubano y de sus funciones como dinero, es decir, de unidad de cuenta, medio de pago y de atesoramiento.

6. Ley Tributaria 

Con el objetivo de acompañar la actualización del modelo de desarrollo nacional, que concibe la actuación de nuevos agentes económicos, en enero de 2013 entró en vigor la Ley 113 del Sistema Tributario, que derogó la anterior de 1994 e introdujo importantes cambios en la definición de los tributos, así como los sujetos obligados a su pago, los hechos y bases imponibles, los tipos impositivos o cuantías fijas a pagar. 

Con este paso se innovó en cuanto a la posibilidad de que anualmente, en la Ley del Presupuesto del Estado, puedan establecerse modificaciones en el pago de los tributos y el alcance de las personas a quienes se les exige.

La aplicación de este cuerpo jurídico, de manera gradual y bajo el principio de la generalidad, convirtió a los tributos en la principal fuente de ingresos al Presupuesto del Estado.

7. Inversión Extranjera y Zona Especial de Desarrollo Mariel 

En los Lineamientos aprobados en 2011 quedó escrito la necesidad de continuar propiciando la inversión extranjera como complemento del esfuerzo inversionista. Muestra de esa decisión, en septiembre de 2013, el Consejo de Estado adoptó el Decreto-Ley 313 que dispuso la creación de la Zona Especial de Desarrollo Mariel. 

Un año después, en enero de 2014, se inauguró la primera fase de la Terminal de Contenedores, que se ubica en el corazón de esa zona estratégica situada a 45 kilómetros de La Habana. 

Luego, en marzo, la Asamblea Nacional del Poder Popular dio luz verde a la Ley 118 de Inversión Extranjera, lo cual reafirmó la apuesta de Cuba por desarrollar esta actividad como vía indispensable para dinamizar el crecimiento de su economía.

Los Lineamientos actualizados en 2016 también ratificaron ese interés, y añadieron una definición importante: la inversión extranjera no es un complemento —como era vista durante décadas—, sino un factor decisivo, estratégico para el desarrollo. 

A pesar de ser una voluntad manifiesta, el establecimiento de inversión extranjera, tanto en la ZEDM como fuera de ella, no ha avanzado a la velocidad requerida. Trabas burocráticas han frenado más de un proyecto, al tiempo que el bloqueo impuesto por Estados Unidos persiste con su poder disuasivo sobre los posibles empresarios deseosos de negociar con la Isla. 

8. Bases del Plan de Desarrollo y Conceptualización del Modelo Económico

En los nuevos documentos aprobados en el VII Congreso del PCC se precisaron, por primera vez, las prioridades fundamentales para la estrategia a desarrollar a mediano y largo plazo. 

Por un lado la “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista” resume los principios y las bases teóricas que sustentan el proceso de construcción del socialismo en las actuales condiciones de Cuba. El escrito también recoge importantes definiciones acerca de las relaciones de propiedad sobre los medios de producción, la planificación y las relaciones sociales.

Apareció, a su vez, las “Bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos”, el cual fija los objetivos principales para iniciar el proceso de desarrollo sostenible del país a largo plazo.

9. Turismo, sector priorizado 

Desde los años noventa, cuando el Periodo Especial, el Gobierno cubano puso su mira en el sector del turismo, que tuvo la responsabilidad de constituir uno de los ingresos más importantes para el país y ayudar a levantar al resto de la economía (en aquel entonces deprimida). Según estimados de especialistas, la industria sin chimeneas aportó más del 10% del crecimiento acumulado de la economía en el período 1995-1998. 

En el último decenio esta apuesta se ha redoblado. Precisamente, en el plan de desarrollo previsto hasta 2021, el turismo resulta uno de los seis sectores priorizados para desarrollar la economía nacional. 

A partir de 2012, el arribo de vacacionistas internacionales a Cuba ha mantenido una tasa de crecimiento promedio del 13 por ciento. En 2014 llegaron por primera vez al destino 3 millones de visitantes. Apenas dos años después la cifra ascendió a 4 millones de viajeros. 

En cuanto a los ingresos, desde 2008 a 2016, las OSDE atendidas por el Ministerio de Turismo no mostraron incrementos significativos. De 2014 a 2016 se logra un considerable ascenso, resultado inferior al experimentado en los dos años siguientes.

10. Incremento salarial y otras medidas económicas

El aumento salarial en el sector presupuestado, el más impactado durante años por las bajas remuneraciones, fue una de las medidas aprobadas en 2019 por el Gobierno cubano, “enfocadas a dar una mayor respuesta a las necesidades de la población y de la economía”.

Con este paso se benefició a un millón 470 mil 736 trabajadores de los organismos de la Administración Central del Estado, los órganos locales del Poder Popular, las organizaciones y asociaciones, con un costo estimado anual de 7 mil 50 millones de pesos. 

También benefició a más de un millón 550 mil personas que reciben pagos por conceptos de jubilación o Seguridad Social..

La medida demandó, para un semestre, gastos de alrededor de 4 mil 300 millones de pesos, que se asumió a partir de reajustes presupuestarios. 

Como parte del paquete de medidas aprobado por el Gobierno cubano para enfrentar la situación económica del país, en octubre de 2019 se autorizó la compra de electrodomésticos, partes y piezas de carros y otras mercancías en divisas convertibles. Otras decisiones respondieron al propósito de potenciar la industria nacional.

Perspectivas económicas mundiales, enero de 2020: crecimiento lento y desafíos normativos




Un buque de carga vacío navega en el mar. © sergeisimonov/Shutterstock

TITULARES

La economía mundial experimentará un ligero repunte, si todo va bien.

El crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo se acelerará en 2020 debido a que algunas economías emergentes superarán el período recesivo.

El aumento de la deuda y la desaceleración del crecimiento de la productividad plantean desafíos para los encargados de la formulación de políticas.


Esta lenta recuperación se ve amenazada por otras dos tendencias que despiertan interrogantes sobre el curso del crecimiento económico: el aumento sin precedentes de la deuda a nivel mundial y la prolongada desaceleración del crecimiento de la productividad, que debe recuperarse para mejorar los niveles de vida y contribuir a la erradicación de la pobreza. 

Según lo previsto en el informe semestral Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, este año el crecimiento mundial aumentará un 2,5 %, lo que representa un ligero repunte respecto del 2,4 % registrado en 2019, a medida que el comercio y la inversión se recuperen gradualmente. Se prevé que el crecimiento de las economías avanzadas en su conjunto disminuirá del 1,6 % al 1,4 %, debido principalmente a la persistente debilidad en las manufacturas. 


El crecimiento se desaceleró en 2019, pero se espera que aumente entre 2020 y 2022.

El crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo se acelerará del 3,5 % registrado el año pasado al 4,1 %. Sin embargo, se anticipa que el repunte provendrá mayormente de un pequeño número de grandes economías emergentes que superarán el estancamiento económico o se estabilizarán tras salir de un período recesivo o turbulento. En muchas otras economías, se prevé que el crecimiento se desacelerará mientras las exportaciones y las exportaciones seguirán registrando un nivel deficiente.

Un aspecto preocupante de la tendencia de crecimiento lento es que, aun cuando las economías emergentes y en desarrollo se recuperen tal como está previsto, el crecimiento per cápita se mantendrá muy por debajo de los promedios a largo plazo y avanzará a un ritmo demasiado lento para alcanzar los objetivos de erradicación de la pobreza. De hecho, el crecimiento del ingreso será más lento en África al sur del Sahara, la región donde vive el 56 % de los pobres del mundo. 


El crecimiento del ingreso per cápita está rezagado respecto de los promedios a largo plazo.

Además, incluso este modesto repunte podría verse alterado por varias amenazas. Podría tener lugar una nueva escalada de conflictos en las relaciones comerciales. Del mismo modo, una desaceleración mayor a la esperada en las principales economías como China, Estados Unidos o la zona del euro generaría amplias repercusiones. El resurgimiento de las tensiones financieras en grandes mercados emergentes —como las que experimentaron Argentina y Turquía en 2018—, la escalada de las tensiones geopolíticas o una serie de fenómenos meteorológicos extremos podrían provocar efectos adversos en la actividad económica mundial.

Oleada de endeudamiento

Un aspecto que ensombrece las perspectivas es el hecho de que en los últimos 50 años se ha registrado la oleada de acumulación de deuda más grande, más rápida y más generalizada entre las economías emergentes y en desarrollo. La deuda total entre dichas economías trepó del 115 % del producto interno bruto (PIB) en 2010 a alrededor del 170 % del PIB en 2018. Los niveles de deuda también han aumentado en los países de ingreso bajo luego del marcado descenso registrado entre 2000 y 2010.

La actual oleada de endeudamiento difiere de las anteriores en que se ha incrementado la proporción de tenencias de deuda pública de no residentes en los mercados emergentes y economías en desarrollo, de deuda privada denominada en moneda extranjera en dichos mercados y economías, y, en el caso de los países de ingreso bajo, de los préstamos de los mercados financieros y acreedores bilaterales que no son miembros del Club de París, lo que genera inquietud acerca de la transparencia y la colateralización de la deuda. 


En las economías emergentes y en desarrollo, durante la última década, el crecimiento se ha desacelerado y la deuda se ha incrementado.

El endeudamiento público puede ser beneficioso e impulsar el desarrollo económico cuando se utiliza para financiar inversiones que promueven en desarrollo, por ejemplo, en infraestructura, atención de la salud y educación. La acumulación de deuda también puede servir para estabilizar la actividad económica durante las recesiones.

Sin embargo, las tres oleadas de acumulación de deuda anteriores acabaron mal: incumplimientos en el pago de deuda soberana a principios de los años ochenta; crisis financieras a fines de la década de 1990; la necesidad de importantes alivios de deuda en la década de 2000, y la crisis financiera mundial en 2008-09. Y si bien hoy en día algunos de los riesgos se ven mitigados por las bajas tasas de interés, el alto nivel de deuda conlleva riesgos significativos. Puede llevar a que los países se tornen demasiado vulnerables a las conmociones externas, limitar la capacidad de los Gobiernos para contrarrestar las recesiones con estímulos fiscales y obstaculizar el crecimiento a largo plazo desalentando la inversión privada que mejora la productividad.

Esto significa que los Gobiernos deben tomar medidas para minimizar los riesgos asociados a la acumulación de deuda. La sólida gestión de la deuda y la transparencia de la deuda pueden ayudar a mantener controlados los costos de endeudamiento, mejorar la sostenibilidad de la deuda y reducir los riesgos fiscales. Contar con sólidos regímenes de regulación y supervisión, una gestión institucional adecuada y normas internacionales comunes puede ayudar a contener los riesgos, garantizar que la deuda se utilice de manera productiva e identificar vulnerabilidades desde temprano.
Desaceleración de la productividad

Otro aspecto del ritmo decepcionante al que crece la economía mundial es la desaceleración generalizada del crecimiento de la productividad que se viene registrando en los últimos 10 años. Dicho crecimiento —producción por trabajador— resulta indispensable para elevar los niveles de vida y alcanzar los objetivos de desarrollo.

En esta edición de Perspectivas económicas mundiales se incluye un extenso análisis de las tendencias de la productividad centrado en la manera en que las economías emergentes y en desarrollo se han visto afectadas por la desaceleración de la productividad. Un trabajador de una economía emergente o en desarrollo produce menos del 20 % que un trabajador de una economía avanzada, y en las economías de ingreso bajo esta cifra disminuye al 2 %.


Desde la crisis financiera mundial, se ha registrado una desaceleración generalizada de la productividad en las economías emergentes y en desarrollo.

Entre las economías emergentes y en desarrollo, que tienen un historial de aumentos y retrocesos de los niveles de productividad, la desaceleración que pasó del 6,6 % en 2007 a un escaso 3,2 % en 2015 ha sido la más pronunciada, la más prolongada y la más generalizada hasta la fecha. Dicha desaceleración se debe a la reducción de los niveles de inversión y de mejoras en términos de eficiencia, la disminución de los beneficios derivados de la reasignación de recursos a sectores más productivos, y la desaceleración de los avances en relación con los factores clave de la productividad, como la educación y la calidad institucional. 

¿Cómo se reactiva el crecimiento de la productividad? Las perspectivas para la productividad siguen siendo un desafío. Por lo tanto, se requieren esfuerzos para estimular la inversión privada y pública; actualizar las capacidades de la fuerza laboral para promover sólidos niveles de productividad; ayudar a que los recursos se asignen a los sectores más productivos; revitalizar la adopción de tecnología y la innovación tecnológica, y promover un entorno macroeconómico e institucional favorable al crecimiento. 

En esta edición del informe se analizan otras dos cuestiones: las consecuencias negativas de los controles de precios y las perspectivas de inflación en los países de ingreso bajo. 

Si bien en algunos casos los controles de precios se consideran una herramienta útil para suavizar las fluctuaciones que afectan a bienes y servicios como la energía y los alimentos, también pueden obstaculizar la inversión y el crecimiento, empeorar los resultados de la reducción de la pobreza, y dar lugar a cargas fiscales más onerosas. Reemplazarlos con redes de protección social ampliadas y dirigidas a beneficiarios específicos, fomentando al mismo tiempo la competencia y un entorno regulatorio eficaz, puede ser beneficioso tanto para la erradicación de la pobreza como para el crecimiento. 

Y aunque en los últimos 25 años la inflación ha disminuido marcadamente en los países de ingreso bajo, es necesario seguir tomando medidas para que se mantenga baja y estable. Una inflación baja se asocia con niveles más estables de producción y empleo, mayor inversión, y disminución de las tasas de pobreza. Sin embargo, el aumento de los niveles de deuda y de las presiones fiscales podría poner a algunas economías en riesgo de sufrir disrupciones que podrían generar subas de precios considerables. Para mantener los precios bajo control, es indispensable fortalecer la independencia del Banco Central, establecer objetivos claros para la autoridad monetaria y fortalecer la credibilidad de dicha institución. 

Si bien las perspectivas económicas mundiales para 2020 anticipan una frágil tendencia ascendente que podría verse alterada, existe un alto grado de incertidumbre respecto de las previsiones, debido a la imprevisibilidad que existe en torno a las políticas comerciales y de otro tipo. Si los encargados de la formulación de políticas logran mitigar las tensiones y esclarecer las cuestiones no resueltas en varias esferas, podrán demostrar que el pronóstico estaba equivocado generando un crecimiento mayor que el previsto.

La economía cubana en 2019

Por Ricardo Torres Actualizado Ene 9, 2020

LA HABANA. De acuerdo a los reportes de prensa, el crecimiento del Producto Interno Bruto (a precios constantes) se situará en el entorno del 0,5 por ciento respecto al período precedente. Ello estaría en línea con la estimación que realizó la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de Naciones Unidas. Sin embargo, al cierre del año no se ofrecieron estimaciones precisas, aun cuando estuviesen sujetas a revisión. El propio gobierno cubano había establecido una meta del 1,5 por ciento, pero desde inicios de año la economía se ha visto afectada por numerosos choques negativos, domésticos y externos, que han pesado enormemente en el desempeño del período.

El año comenzó con el impacto de un poderoso e inesperado tornado que afectó severamente la infraestructura en tres municipios de la Capital. Esto en medio de los preparativos para la celebración de los 500 años de La Habana. La respuesta de los ciudadanos y las autoridades fue rápida y efectiva, pero obligó a realizar gastos extraordinarios.
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Algunos factores domésticos que incidieron en la economía cubana en 2019

Precios:

Los precios tuvieron una tendencia hacia la moderación durante el primer semestre, aunque en algunos mercados como el transporte se han detectado incrementos, pero solo a partir de información anecdótica. En otros como los alimentos, la dinámica ha tendido a estabilizarse hacia fines de año, después de un primer semestre marcado por la escasez de bienes de todo tipo, pero particularmente ciertos productos alimenticios básicos. Ello determinó que las ventas minoristas se hayan contraído un 8,5 por ciento al cierre del año. Como norma, situaciones de escasez contribuyen a exacerbar las presiones inflacionarias.

Déficit fiscal:

El déficit fiscal se estima superior a lo previsto, ello debido a los incrementos salariales decididos en el verano, y el impacto negativo en los ingresos de menores niveles de actividad económica. El sector no estatal contribuye con casi el 13 por ciento de los ingresos totales, la mitad de ello corresponde al “cuentapropismo”.

Escasez de combustible:

Otro impacto adverso tuvo lugar a partir de la escasez de combustible en septiembre y octubre. La baja disponibilidad ya venía afectando al país por lo menos desde el verano de 2016. Sin embargo, entró en una fase aguda a partir de septiembre, cuando el gobierno se vio obligado a poner en práctica un plan de emergencia para asegurar niveles de actividad mínimos, lo que incluía evitar o reducir al máximo los molestos “apagones”. La causa inmediata tiene que ver con la exacerbación de las sanciones de Estados Unidos, que entraron en una nueva etapa cuando se decidió multar y perseguir a las navieras, aseguradoras y tripulaciones involucradas en el traslado de combustible a la Isla.

Dependencia energética:

A lo anterior se adiciona una dependencia creciente del sector eléctrico del uso del diésel para la generación, sobre todo en los horarios pico. La importación de este portador energético se ha duplicado desde 2012, importándose actualmente el 84 por ciento del consumo, que ha crecido 33 por ciento desde 2013. Este es un caso particularmente complejo, porque ese combustible no tiene otros sustitutos en el transporte pesado y de pasajeros, lo que ha afectado directamente el transporte público (ya insuficiente) y el traslado de mercancías, que a su vez tiene efectos negativos sobre el abastecimiento y los precios. 

Producción nacional de hibrocarburos: 

A ello se suma una tendencia de más largo plazo que da cuenta de la caída de la producción doméstica de hidrocarburos desde 2003, la cual alcanza el 31 por ciento en el caso del crudo y el 20 por ciento en el gas natural. Esto se debe en gran medida al declive de los reservorios y la inexistencia de nuevos yacimientos en desarrollo.

Impactos del racionamiento de energía:

Las medidas de austeridad energética deben haber incidido negativamente en la producción manufacturera, dado que la protección del consumo privado llevó a una reducción más que proporcional de la disponibilidad para grandes consumidores del sector, entre los que se encuentra el cemento y la fabricación de acero. Ello a su vez impacta desfavorablemente sobre planes de alto impacto social, entre ellos el de la vivienda y sectores claves como la construcción.

Turismo internacional: 

El arribo de visitantes internacionales cambió de tendencia abruptamente a partir de junio. Si en el primer cuatrimestre se observaba un incremento, el acumulado hasta noviembre se deja un 8,5 por ciento (360 000 visitantes menos en 11 meses), respecto al mismo período del año anterior. En este resultado concurren varios factores, que habrá que observar con detenimiento. Primeramente, los crecientes obstáculos para los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba comenzaron a afectar el sector. En el período de análisis se suspendieron las llegadas de cruceros, y a partir del 15 de diciembre se terminan todos los vuelos de aerolíneas de ese país a ciudades del interior de la Isla. Permanecen, de momento, los enlaces a La Habana y los vuelos chárter. Pero hay otros factores de tipo comercial, como la quiebra de Thomas Cook, que reducirá los vuelos desde Reino Unido y Alemania, junto a la recuperación de los destinos de África del Norte y Medio Oriente, que son competidores del área caribeña. Se aprecia cierta recuperación en Canadá, pero las autoridades han incrementado su apuesta por mercados emergentes como Rusia y China.

Zafra azucarera:

La zafra entregó volúmenes superiores del dulce, pero quedó por debajo de lo previsto, al menos en un 12 por ciento. Se estima la producción en poco más de 1,3 millones de toneladas. Las cotizaciones tampoco ayudaron a mejorar los ingresos.

Producción de alimentos: 

Los datos disponibles hasta junio daban cuenta de una evolución desfavorable de la producción de varios bienes agropecuarios, cuyos planes de entregas ya estaban ajustados a una disponibilidad de recursos financieros más limitada. Ello incluye hortalizas como el tomate, con una caída notable de los volúmenes, la carne de cerdo, y el arroz, cuyo cultivo se ha visto afectado por las carencias de insumos. Esta es una situación que en diverso grado también ha afectado a otras producciones.

Telecomunicaciones: 

En 2019 continuaron creciendo los servicios de telecomunicaciones, aunque se mantienen las quejas respecto a la calidad del servicio, su alto costo, y una relativamente menor utilización de estas tecnologías para aumentar la eficiencia de la producción o los canales de comercialización. En el sector no estatal la evidencia es heterogénea, con un grupo de negocios que hacen un uso intensivo de Internet y demandan continuas mejoras en la calidad del servicio. La trasmisión de datos debe soportar también los pagos en línea y el uso de tarjetas magnéticas, pero ello solo se encuentra en las primeras etapas. ETECSA reportó que llegó a seis millones de clientes de teléfonos móviles, más de tres millones acceden a Internet y Nauta Hogar alcanza a 125 mil hogares.

Construcción e inversiones: 

Un sector que debe haber contribuido positivamente al dinamismo económico es la construcción y las inversiones. Por ejemplo, se anunció la construcción de 43 mil 700 viviendas, lo que representaría un 43 por ciento de incremento respecto al año anterior y las labores de reconstrucción del tornado y las actividades asociadas a la celebración de los 500 años de la Capital deben haber representado un impulso en este sentido. Asimismo, tanto las inversiones en el turismo como la instalación de empresas en la Zona del Mariel continuaron a buen ritmo. No obstante, se reportaron problemas en la producción de cemento y otros materiales de construcción, lo que podría restar fuerza al proceso inversionista en el período siguiente.

Salarios: 

Por una parte, se decidió un incremento notable de los salarios en el sector público no empresarial. Los nuevos montos representan un aumento no despreciable para la mayoría de los beneficiados. La medida es difícilmente cuestionable en el terreno social o político. Sin embargo, su éxito depende en gran medida del incremento de la oferta de bienes y servicios en una proporción similar al movimiento de la demanda. La evidencia hacia fines de año es mixta, pero se logró contener una espiral alcista generalizada de los precios.

Dolarización parcial: 

El otro paso se relaciona con la reapertura de tiendas que ofrecen artículos de alta demanda (por el momento, electrodomésticos, motos eléctricas, y piezas de repuesto para autos) que se adquieren directamente en dólares. Es una medida inevitable ante la aguda escasez de divisas y el desabastecimiento generalizado. Se dijo que el objetivo no solo es mejorar el acceso a esos bienes sino utilizar la recaudación para financiar otras producciones industriales que tienen capacidad ociosa.

Depreciación del CUC: 

En las primeras semanas de funcionamiento de estas tiendas lo que se ha observado es un nivel de demanda que excede la oferta y una depreciación del peso convertible (CUC) en el mercado informal de cambio. En junio, estimaciones de Isladata situaban la cotización del dólar en 0,98 CUC (por debajo de la paridad), mientras que en noviembre su precio se situaba en 1,2 CUC por unidad del billete verde. Si bien ambas medidas contribuyen a aumentar el consumo, mejorar la situación de familias de rentas bajas, reducir el desabastecimiento, y canalizar hacia circuitos formales la circulación de divisas en el país; su implementación puede acelerar la irrelevancia del peso convertible y complicar en cierta medida el proceso de unificación monetaria y cambiaria, que sigue siendo un objetivo primordial de la política económica, según han admitido las autoridades.

Transporte: 

Como lamentable ejemplo de la larga lista de experimentos sin concluir está el transporte privado, que ha operado al amparo de varios marcos normativos, los cuales se han saldado con precios más altos y menos oferta. Todos los involucrados permanecen inconformes: choferes, dueños de autos, clientes y Gobierno. Ya se ha adelantado que en 2020 comienza otra fase del experimento, que no el avance hacia la solución de algunos de sus problemas más acuciantes.


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Tampoco hubo muchas buenas noticias en el ámbito externo. El entorno económico internacional fue adverso durante 2019, a partir de tendencias negativas observadas en la economía mundial y aspectos específicos de Cuba.

Este escenario se completa con una desaceleración generalizada en todas las regiones, incluyendo a China; el debilitamiento del comercio por guerras comerciales y otras tensiones; mayor volatilidad en los mercados financieros y el efecto negativo de choques como el Brexit, o las tensiones geopolíticas en Oriente Medio. A lo anterior hay que agregar factores específicos del contexto cubano, como las sanciones económicas de Estados Unidos.
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La economía cubana y el contexto internacional en 2019

Bajo crecimiento en la América Latina y el Caribe:

En la región, el promedio de incremento del PIB, fue del 0,1 por ciento, el menor desde la crisis de 2009. Cinco países reportaron crecimiento negativo, mientras que otros ocho se ubicaron en el umbral del 1 por ciento.

Deterioro de relaciones con varios países latinoamericanos: 

La protesta social en América Latina ha afectado a países como Chile, Ecuador y Bolivia. Se han deteriorado las relaciones con países de la región latinoamericana a partir de procesos internos de diversa naturaleza, que han determinado la suspensión de las misiones médicas cubanas en esos estados. Ya había ocurrido a fines de noviembre de 2018 en Brasil, por decisión de las autoridades cubanas. En el último trimestre de 2019, se sumaron Ecuador y Bolivia, y aunque ninguna de ellas tiene la importancia económica del mercado brasileño o venezolano, sin dudas es una pérdida neta de recursos económicos para una economía ya golpeada por choques negativos de diversa índole. Brasil votó por primera vez en contra de la resolución que exige la terminación del embargo de Estados Unidos en la Asamblea General de la ONU, mientras que Colombia se abstuvo.

Relaciones Cuba-Estados Unidos: 

En 2019 se implementaron decisiones que retrotraen el estado de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos a varias décadas atrás. Las principales medidas se pueden agrupar en cinco áreas fundamentales: la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, decisión que introduce un efecto disuasorio poderoso para las empresas de terceros países y las propias estadounidenses, al incrementar el riesgo asociado a inversores en suelo cubano, hasta enero de 2020 se habían introducido 20 demandas en contra de 67 empresas, menor a lo esperado, pero no por ello desestimable; limitaciones adicionales a los viajes de norteamericanos a Cuba que incluye la suspensión de la operación de los cruceros y la cancelación de vuelos a ciudades del interior del país; el establecimiento de un límite máximo de 1000 USD por persona cada tres meses para el envío de remesas; las sanciones a navieras, aseguradoras y tripulaciones relacionadas con el transporte de combustible de Venezuela a Cuba; y la aplicación de multas a bancos extranjeros acusados de violar las disposiciones del embargo, lo que aumenta el riesgo y con ello el costo de las transacciones financieras externas. El efecto económico combinado no es pequeño, estimándose en varios cientos de millones de dólares.

Oportunidades positivas: 

Se aprecian oportunidades positivas en México (visita presidencial incluida), Argentina (a partir de la victoria de la izquierda y la visita para la toma de posesión del presidente Alberto Fernández) y Canadá. En ninguno de estos casos, se pueden anticipar vínculos económicos de magnitud suficiente para compensar las pérdidas incurridas en otros mercados, pero suponen una nota claramente favorable en un entorno que se ha vuelto incluso hostil.

Relación bilateral con China : 

Las relaciones con China contienen elementos de continuidad que reflejan en primera instancia las características de la economía cubana y su proceso de “actualización”, junto a las prioridades de la agenda de ese país en la escena internacional. Las relaciones bilaterales se han venido describiendo como buenas, pero contentivas de un desequilibrio entre los vínculos políticos y los económico-comerciales. El amplio superávit comercial a favor del gigante asiático que se ha convertido en crónico solo puede ser mantenido a partir de mecanismos de compensación basados en créditos, pero la parte cubana tiene recurrentes problemas para honrar esas deudas, los que se han agravado desde 2017. El comercio en 2019 refleja el impacto de esta situación. La mejoría de este desbalance comercial depende de un incremento de las exportaciones cubanas, lo que no se avizora a mediano plazo debido a carencias estructurales de la economía cubana. Una vía para resolver estas dificultades sería la concreción de acuerdos que posibiliten a la parte cubana monetizar la calificación de su fuerza de trabajo, lo que requeriría inevitablemente el desplazamiento de personal hacia la nación asiática. Los recientes acuerdos en la esfera de la biotecnología y la inteligencia artificial apuntan en esa dirección.

A diferencia de su contraparte rusa, la economía china sí se encuentra fuertemente vinculada a la de Estados Unidos, de una forma tal que los desencuentros comerciales han gravitado negativamente sobre el desempeño chino. En este contexto, no es extraño que este país haya identificado la solución de este diferendo como su prioridad. Los responsables chinos en las negociaciones llegaron a declarar que todo lo que entorpeciera el logro de un acuerdo debería apartarse de la mesa. Parece lógico suponer que las energías del ministerio de comercio de ese país se han dedicado fundamentalmente a este asunto, dejando en un segundo plano otros temas. Asimismo, la activación del Título III se convierte en un elemento disuasorio, dado que muchas grandes empresas chinas tienen intereses económicos en Estados Unidos, lo que las hace vulnerables a demandas en tribunales que deriven en sentencias adversas.

Relación bilateral con Rusia: 

En el caso de Rusia, las declaraciones de las autoridades de ese país documentan que el comercio bilateral sobrepasó los 500 millones de dólares en 2019, lo que continúa la tendencia de incrementos de dos dígitos. A ello se le puede agregar el otorgamiento de préstamos por varios miles de millones de dólares destinados a obras industriales y de infraestructura. Asimismo, en el período el mercado ruso mostró el mayor dinamismo dentro de los grandes emisores de turistas a Cuba, lo que contribuye a mejorar el saldo comercial bilateral para el lado cubano. Un aspecto notable de estos vínculos fue el intercambio de visitas al más alto nivel entre ambas capitales, y los pronunciamientos del Primer Ministro ruso estableciendo las bases para el intercambio bilateral, el cual se basa en el “beneficio mutuo”, y en la posibilidad de crear “miles de puestos de trabajo” en la Federación Rusa. De esta forma, se emite una clara señal desligándolas de lo que fueron en su momento las relaciones con la extinta Unión Soviética. Aunque se han obtenido ciertos éxitos, el aspecto que marcha más rezagado es la inversión, donde tienen que conjugarse los intereses de las empresas, con el proceso de aprobación en Cuba, cuyos estándares siguen alejados de lo que se necesita, de acuerdo a las propias autoridades.

Relaciones con la Unión Europea: 

Estas continuaron por buen camino, aunque estas están basadas en primerísimo lugar en la fortaleza de las relaciones con socios claves dentro del bloque, que para Cuba son España, Francia, Italia, y Reino Unido (ya pronto fuera de la UE). Han crecido mucho con los Países Bajos y Alemania. La cooperación comunitaria ha aumentado, incluyendo aspectos prioritarios de la agenda económica cubana como las energías renovables, agricultura y la creación de capacidades en atracción de inversión extranjera y comercio. Por su fuerte vinculación con Estados Unidos, las empresas europeas son vulnerables al Título III y a las sanciones financieras. No deben pasar por alto, las visitas de las Coronas británica y española, señalando la intensificación de los vínculos con ambos países.

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La “actualización” en 2019

El año 2019 estuvo marcado por una política económica con un fuerte sesgo hacia el manejo de los agudos problemas económicos en el corto plazo, mientras que la “actualización” no consigue más que desplazamientos incrementales, carentes de peso para comenzar a transformar el panorama productivo en el sentido y la profundidad que requiere el país. Algunos pueden pensar que este es un mérito deliberado del proceso, la gradualidad como garantía de orden y “control”. El problema con este razonamiento es la incorrecta identificación de la naturaleza de los problemas. Estos son, en el caso cubano, estructurales y sistémicos, difícilmente superables en los marcos del modelo económico vigente. El estancamiento económico generalizado no atribuible a las sanciones de Estados Unidos (qué parte es autóctona y cuál externa, queda para el debate popular), pareciera un costo asumible a cambio de estabilidad; sin embargo, algunos creemos que debilita peligrosamente el país en todos los frentes.

Por ello, las transformaciones, si verdaderamente están dirigidas a superar esos fallos, no pueden ser cosméticas o superficiales, sino profundas. En ese caso, no es una “actualización”, sino una reforma que, entre otros aspectos, modifique radicalmente el sistema de propiedad y la relación del Estado con las empresas, independientemente del tipo de propiedad.

Por áreas, se introdujeron modificaciones en la empresa estatal, el sector cuentapropista y las cooperativas no agropecuarias, pero estos cambios no se movieron en el mismo sentido: algunos son positivos, mientras que otros introducen restricciones adicionales. La ambivalencia es lo que viene distinguiendo el enfoque hacia el sector no estatal. El “perfeccionamiento” de estas actividades ha estado signado por una propuesta inicial altamente restrictiva, que tuvo que ser suavizada debido a su inviabilidad política y social en un momento de clara ralentización económica.

El momento para su implementación no pudo ser peor (fines de 2018), con una economía en crisis y una paralización de facto de los cambios en las áreas claves de la “actualización” que se extiende por casi 4 años (2016 en adelante). Todo ello a pesar de haber refrendado esas transformaciones en el Congreso del Partido Comunista en 2016 (aunque tomó otro año tener las versiones finales de aquellos documentos), e incorporadas en la nueva Constitución.

El efecto neto de avances y retrocesos alimenta la percepción de la ciudadanía respecto a la escasa utilidad práctica de documentos que lleva años redactar y aprobar, y que luego no aportan mucho a la toma de decisiones. A ello se suma un proceso extraordinariamente dilatado para implementar políticas ya acordadas, con un mínimo o nulo proceso de discusión con las partes interesadas. Las consecuencias están a la vista en la ya larga lista de experimentos que no tienen conclusión o pocas lecciones que aprender.

Respecto a la empresa estatal lo que se ha conseguido es una acumulación de medidas de escaso peso, algunas con efectos positivos a corto plazo, como puede ser la mejoría de los ingresos de los trabajadores. Se anunció ante la Asamblea Nacional que en el año recién concluido se habían aprobado hasta 28 nuevas medidas para impulsar a la empresa estatal.

Se pueden advertir dos problemas comunes en el enfoque adoptado: Por una parte, ninguna de las medidas aborda las contradicciones que emanan de los incentivos perversos que se establecen a partir de intereses divergentes en el dueño (el pueblo), la administración de las unidades y el Gobierno. A ello se puede sumar el hecho de que el control que puede ejercer el pueblo o los trabajadores está debilitado, entre otras cosas, debido a la falta de transparencia y escasa información sobre la gestión de las unidades.

Adicionalmente, las funciones de gestión y regulación aparecen dispersas entre la empresa, la OSDE, los ministerios respectivos y el Gobierno Central. Todos son jueces y partes en ese proceso. El segundo problema es que se está pasando a un esquema de máxima atomización de las empresas, en tanto cada una llega a tener una combinación prácticamente única de atribuciones: algunas operan esquemas cerrados y otras no, el esquema cerrado de financiamiento puede ser ampliado para otros fines en ciertos casos (micro inversiones), las que realizan operaciones mercantiles con la Zona del Mariel retienen el 50 por ciento de las divisas, algunas tendrán facultades de importación de ciertos productos y otras no, y un largo etcétera.

Las consecuencias de lo descrito anteriormente son múltiples. Primeramente, no resulta raro que se verifiquen tantos problemas para incrementar la productividad en las unidades. Y se puede entender claramente porqué los reguladores tienen tantas dificultades para “controlar” a miles de empresas y unidades. En la práctica, lo que tenemos es un marco normativo para cada empresa del país. El intento de maximizar los resultados en el estrecho universo de la empresa lleva a una enorme ineficiencia social. El sistema económico debe procurar (entre otras funciones) la mayor eficiencia en el CONJUNTO de la economía, lo que supone un trasvase perpetuo de factores (trabajo, capital, tierra, conocimiento) entre empresas y sectores. Este proceso está doblemente debilitado en el caso cubano por el esquema monetario-cambiario al uso.

La raíz de todos estos fallos se ubica en la incapacidad de aceptar valientemente los graves fallos que aquejaron a las economías de planificación central. Lo verdaderamente frustrante es que ninguno de estos problemas es nuevo, hace más de cinco décadas existe un cuerpo de análisis bastante profundo de ellos, incluyendo sus causas.

Si se confirman cifras anunciadas, Cuba habrá completado un ciclo de 10 años con un promedio de crecimiento económico del 2,1 por ciento anual, distante de lo necesario para transformar el panorama productivo y elevar el nivel de vida del conjunto de la población. Además, los frutos de ese crecimiento se reparten más desigualmente. Donde unos ven fallos estructurales graves, otros insisten en las causas externas. Lo cierto es que a pesar de todo lo hecho y dicho, el objetivo de dinamizar la economía permanece esquivo, quizá conviene prestar atención. Para 2020, se debe alcanzar otra vez un desempeño muy discreto. En las condiciones actuales, se puede esperar que incluso medidas audaces causen más disrupción que aceleración del crecimiento. Pero sería de todas formas un buen momento para empezar.

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