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lunes, 10 de agosto de 2020

Las exportaciones, una vez más

Los esfuerzos por fomentar y diversificar nuestras exportaciones durante estos últimos más de sesenta años no han dado los resultados esperados, no creamos que los TCP, nuestros campesinos y las pequeñas y medianas empresas, cuando por fin las dejemos ser, podrán contribuir significativamente si los apoyos no son suficientes, alineados y sistemáticos.




Son muchas las buenas nuevas a pesar de la COVID-19 y del regreso de la capital a la fase epidémica. Casi todos los días nos sorprende una nueva medida para impulsar/ recuperar /dinamizar nuestra economía. Esas buenas nuevas en forma de medidas largamente esperadas se “agolpan unas con otras” como dice la canción.

Es bueno, sin dudas, notar que esta vez, parece que el pie que acelera nuestra reforma/ actualización o como se le quiera calificar a este proceso que nos ocupa en los últimos diez años, no va a abandonar el pedal del acelerador. Pero ojo: el orden en la secuencia es importante.

Aunque me ocuparé básicamente de las exportaciones de nuevo y creo que en esta columna por más de cuatro o cinco veces, quisiera apuntar que luego de la intervención de la Ministra del Trabajo anunciando que al fin, y gracias en parte a la COVID-19, se ha decidido eliminar la lista positiva que autoriza poco más de un centenar de oficios que pueden ser ejercidos por cuenta propia y crear una lista negativa de empleos que no podrán ser ejercidos, y a la vez, terminar con el carácter de “experimento” de las cooperativas industriales y de servicios y facilitar su creación como un actor más de nuestra economía, resultan de los mejores anuncios que podamos recibir. Para muchos de los economistas que durante años hemos defendido esa idea es una muy buena noticia. Cuando ello se concrete, ojalá más temprano que tarde, nuestro mayor deseo es que también contribuyan a incrementar y diversificar nuestras exportaciones.

En el foro debate dedicado a este asunto, al de las exportaciones, varias cosas me llamaron la atención, a continuación las enumero:

1. Existe una cierta confusión entre aquella primera medida que permite importar a cualquier ciudadano a través de las tiendas del grupo GAESA y esta otra medida que busca estimular las exportaciones, facilitando las importaciones de aquellos insumos que sean necesarios.

La primera, sin dudas, tiene fines recaudatorios e intenta recolectar los dólares y euros que andan por ahí, dentro o fuera de Cuba, estimulando el gasto de consumo de aquellos que puedan hacerlo.

Tener personas que puedan consumir, o sea, ser “demandantes efectivos” en tiempos en que los mercados se reducen y se ponen tan flacos como las vacas de la provincia de Las Tunas que murieron de inanición este año, es MUY bueno. La demanda efectiva es un factor dinamizador de cualquier economía, ese no es para nada un descubrimiento reciente.

La segunda, supongo tiene como objetivo principal estimular que muchos actores económicos logren exportar y contribuyan así a crear un flujo relativamente sostenido de divisas hacia nuestro país. En esta otra, entiendo yo, el propósito, más que recaudar por la operación, es estimular el gasto de inversión para facilitar las exportaciones futuras o el incremento de la producción y la oferta interna.

Si aplicáramos lo que conocemos acerca de la dependencia de las exportaciones cubanas de las importaciones y asumiéramos que el comportamiento en este sector será parecido, entonces hay que esperar que, al menos en los primeros momentos, la propensión a importar (para exportar después) sea muy alta.

Subrayo esto último ya que no tiene por qué haber una relación directa e inmediata entre lo que se importa y el incremento de las exportaciones, ni siquiera entre aquella y el incremento sustancial de la producción de bienes y servicios, aunque sin dudas la habrá, con el tiempo.

2. El interés de muchos trabajadores por cuenta propia (TCP) por poder hacer uso de esas facilidades.

Reacción esperada si tenemos en cuenta las restricciones de oferta de nuestro país. Existen en Cuba 600 000 trabajadores por cuenta propia, pero la cantidad de personas empleadas en el sector no estatal, que es mucho más que el TCP, rebasa el millón trescientas mil, ahí se incluyen también los artesanos, campesinos individuales y cooperativistas, que también padecen casi los mismos problemas de acceso a insumos.

Si suponemos que el uno por ciento de todas esas personas desea acceder a la importación o exportación y lograran concretar negocios de exportación, entonces tendríamos que nuestras 36 empresas de comercio exterior bendecidas tendrían unos nuevos 13 000 clientes, todo un regalo de mercado que nuestro gobierno les ha hecho. Si cada uno de esos nuevos clientes hiciera un par de operaciones de exportación y la misma cantidad de operaciones de importación, pues nuestras 36 escogidas estarían realizando unas 52 000 operaciones de comercio exterior al año. ¡Vaya que tendrán que cambiar para lograrlo!

Claro que no va pasar, pero bien vale la pena sacar esa cuenta de bodeguero para entender lo que pudiera ser la magnitud del mercado.

3. El desconocimiento de muchos sobre las “reglas de juego” que se definieron para este tipo de actividad.

Esto era muy esperado. A hacer comercio, por más cursos que se reciban, se aprende haciendo y quien nunca ha exportado e importado, no porque no haya querido hacerlo sino porque jamás se lo permitieron, pues no puede saber cómo se hace.

Es cierto que hoy tenemos en Cuba, gracias a esas mismas prohibiciones, miles de cubanos gestores de comercio exterior. Ellos son los fenicios del Caribe. Nadie, excepto la vida, la necesidad y su afán de mejora, le dio ningún curso. Todos encontraron una oportunidad en el desabastecimiento, la pobreza del surtido de nuestras tiendas de GAESA, en los precios exorbitantes de algunos productos, en la inestabilidad de la oferta. Ellos han movido miles de millones en ese comercio de hormiga y lograron competir y hasta ganar. Pero no es lo mismo, aunque lo parezca.

Tampoco la mayoría de nuestras empresas estatales de bienes y servicios saben exportar, también por una sencilla razón, porque nunca le dejamos hacerlo. Al centralizar y concentrar la actividad de comercio exterior en unas cuantas empresas bendecidas por no se sabe quién, le quitamos a la inmensa mayoría de nuestras empresas productivas, a sus empresarios y a sus empleados, la posibilidad de aprender y entrenarse en algo que, para Cuba, por su condición de isla, es esencial: saber hacer comercio exterior.

4. El encasillamiento de algunas respuestas para justificar / argumentar por qué toda la actividad tiene que hacerse a través de empresas estatales especializadas en esa actividad.

La más frecuente de todas esas respuestas es aquella que afirma que la actividad de comercio exterior es muy compleja, que requiere de conocimientos específicos, de estudios y análisis, de conocer el mercado y de que las empresas cubanas de comercio exterior tienen elevada experticia, y suficientes habilidades para “facilitar” la operación a costos y tarifas mínimas.

La evidencia, sin embargo, parece decir lo contrario. De una parte, tenemos a nuestros fenicios que realizan esa actividad todos los días sin apenas cursos, y lograron mover y colocar en este mercado un volumen tal de productos que puso en mala posición a las empresas estatales cubanas del sector. Aprendieron a comprar, a identificar productos, proveedores y clientes y a adecuarse a las reglas de la aduana del país. No tuvo el estado que gastar un centavo en capacitación, ni dietas y viajes a “comparadores” con decenas de cursos aprobados que frecuentemente compran lo que no se vende.

De otra, está el hecho real de que tener “bajo control” del estado el comercio exterior todavía hoy parece fundamental para “planificar” la economía. También desprenderse de la cultura de la centralización como base para ejercer un control efectivo sigue siendo un ejercicio muy difícil y esa cultura permanece, aun cuando constantemente se insista en la necesidad de usar métodos indirectos de regulación. Un buen amigo le llama a esa cultura de poner intermediarios estatales en todo “digestión centralizada”.

También hay que oír aquella verdad repetida muchas veces por los empresarios a cargo de empresas mixtas que han invertido en Cuba, acerca del vía crucis de la importación y la exportación y los elevados costos de hacerlo si se comparan con otros países de la región, incluso considerando el bloqueo y las acciones punitivas de la administración Trump.

5. La certeza y la confianza en algunas respuestas provenientes de las empresas Expo-Import de que ellas hacen una gestión eficiente de comercio exterior y de que son muy buenas conocedores del mercado.

Aquí la evidencia nuevamente no acompaña a la aseveración. Como en estadística, en prueba de hipótesis, se parte de aceptar algo que no es cierto.

¿Cómo es posible aceptar que nuestro país tiene un aparato de comercio exterior (ojo no me refiero al Ministerio de Comercio Exterior únicamente) altamente eficiente si el sector externo ha sido una de nuestras grandes rémoras? Si en nuestra prensa oficial reiteradamente se publican noticias sobre la llegada tardía de materias primas, muchas veces decisivas para “exportaciones decisivas” o a la pérdida de mercados, o a la poca diversificación de nuestras exportaciones.

¿Cuantas nuevas oportunidades de exportación nuestras empresas de Export-Import encuentran al año? ¿Cuántas de aquellas “oportunidades” logran convertirse en nuevos negocios? Es muy probable que todos sean magníficos compañeros y compañeras, altamente capacitados, con decenas de cursos especializados en su haber, todos revolucionarios y honestos, pero el resultado no avala aquella afirmación y Cuba sigue padeciendo de un sector externo débil, concentrado, mal gestionado y con escasa capacidad de respuesta. No es un problema de los hombres y las mujeres que trabajan en esas empresas, al menos no únicamente, es un problema de concepto.

6. La necesidad que tienen todas nuestras empresas de la PUBLICIDAD en este nuevo mercado, en este, el cubano, en el cual deberían competir por esos nuevos clientes.

Sé que usar el vocablo publicidad ya es un problema. En Cuba la palabra publicidad tiene espinas. Defender la publicidad como un instrumento necesario de la modernización /actualización / reforma de la economía nacional es casi estéril ante los tremendos argumentos que se han esgrimido en contra de ella durante tantos años.

Pero necesitamos de la publicidad, si queremos que nuestro país avance y crezca y conquiste nuevos mercados y sobre todo que nuestras empresas puedan complementarse mejor con sus productos nacionales y disminuir las “importaciones por desconocimiento” que son esas que se producen cuando existe en el país el producto o el servicio con la calidad requerida pero el demandante no lo sabe. Pasa hoy, ha pasado y puede seguir pasando, excepto que logremos tener la publicidad que necesitamos.

Triste que en nuestros estadios de pelota no haya un cartel anunciando a nuestra empresa de servicios médicos, ni vallas en la carretera del aeropuerto de Holguín a la ciudad con el logo de la empresa del níquel, o de la cerveza Cristal, etc., etc.

Un buen amigo me reveló un día los tres frijoles mágicos de la exportación:

  1. Acceso automático a financiamiento para el que encuentra un mercado externo y logra cerrar un negocio. ¿Lo tenemos en Cuba como parte de las reglas de juego?
  2. Apoyo al ejercicio de exportar a través del Seguro a las exportaciones. ¿Existe en Cuba dicha institución?
  3. Incentivos fiscales al exportador. ¿Son suficientes los que hemos definido ya?
Algo más que tendríamos que pensar es en la desigualdad de los exportadores. No puede tratarse igual a lo que es intrínsecamente desigual. Exportar commodities es un asunto bien distinto a exportar software, o frutos frescos, o artesanías, o servicios de diseño. ¿Y si las intermediarias Export- Import son tan buenas por qué entonces no lo han podido hacer antes? ¿Por qué Cuba sigue teniendo más del 80% de sus exportaciones concentradas en apenas seis productos? ¿Por qué están a su vez concentradas en más de un 85% en productos de baja y media tecnología?

Los esfuerzos por fomentar y diversificar nuestras exportaciones durante estos últimos más de sesenta años no han dado los resultados esperados acorde al capital y el esfuerzo invertido en ello, no creamos que los TCP, nuestros campesinos y las pequeñas y medianas empresas, cuando por fin las dejemos ser, podrán contribuir significativamente si los apoyos no son suficientes, alineados y sistemáticos.

Bienvenidas las medidas, que se agolpen unas con otras es casi mejor que no tenerlas. Si existen se pueden mejorar, tomémoslo como lo que es, un ejercicio en el cual todos debemos aprender y desaprender.

Y entonces hagamos algo distinto, permitamos, ahora que en algún momento saldrá esa lista negativa, la creación de cooperativas de exportación e importación. 

Potencian en la Ciénaga de Zapata inversiones para el desarrollo turístico

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Matanzas, 10 ago (ACN) Con el objetivo de potenciar la calidad de los servicios en la región y diversificar las ofertas, la empresa integral turística Ciénaga de Zapata lleva a cabo un grupo de inversiones en el mayor humedal del Caribe insular.
Jorge Sagarra Almenares, director de la empresa, explicó que desde la aparición de los primeros casos positivos a la COVID-19 en el país, que conllevó al cierre de las instalaciones turísticas, en la Ciénaga se trazaron estrategias encaminadas a renovar un grupo de entidades.
Desde el mes de abril último contamos con brigadas de trabajo en instalaciones como la villa turística Playa Girón, el hotel Playa Larga y el Campismo Popular Victoria de Girón, los cuales exhiben hoy una imagen renovada con gran parte de las obras concluidas.
En estos momentos se trabaja en la reparación del bar indio de la aldea taína y el fondo habitacional de Boca de Guamá, uno de los sitios de la Ciénaga de Zapata con mayor presencia de visitantes cada año, dijo.
Sagarra Almenares explicó que el mayor humedal del Caribe insular cuenta con más de 400 habitaciones de las cuales 200 se encuentran en procesos inversionistas en aras de fomentar la estancia en las instalaciones y el intercambio con la naturaleza.
El directivo señaló que existe un fuerte movimiento del sector no estatal en la Ciénaga en cuanto a las actividades que fomentan el intercambio con la geografía de la región, por lo que la empresa integral turística intensifica su labor para brindar productos de calidad y competitivos.
Según Sagarra Almenares cada año la empresa aporta una cifra superior a los 26 millones de pesos moneda total y pese a la situación provocada por la COVID-19, la cantidad de visitantes en el 2020 resulta significativa, sustentada por el mercado nacional.

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN LOS ESTADOS UNIDOS. (TERCERA PARTE).


Por: Julio Sergio Alcorta Fernández.

Todos los pronósticos hasta hoy, 9 de agosto 2020, indican que Donald Trump no será reelecto en las elecciones del primer martes de noviembre de este año.
No es necesario emborronar este escrito con todas las barbaridades, disparates y bestialidades que ha mostrado en estos fatídicos 4 años de anarquía, caos y desgobierno.

El más despreciable ha sido la forma tan perversa e inhumana en que ha ejercido sus prerrogativas para hacerle frente a la pandemia del  Covid-19, lo que ha causado la infestación y la muerte de millones de estadounidenses, a pesar de ser la nación más opulenta y poderosa del mundo.

Sin embargo, al faltar solamente 80 días para las elecciones, nos han sorprendido las informaciones que estamos recibiendo en las encuestas de instituciones renombradas.-

Para poner algunos ejemplos: el 31 de julio una encuesta dio el siguiente resultado. Trump 4l%, Biden 49%  ¡Sólo un 8% de diferencia!

Otra, la Fox News Poles, hizo la siguiente pregunta: “Será reelegido Trump en el 2020? Resultado: ¡Sí 45%, No 45%!

¿Podrá alguien sano mentalmente comprender cómo es posible que un cavernícola como el actual presidente de los Estados Unidos, después de 4 años de su caótico desgobierno, pueda aún contar con encuestas como éstas?

Por otro lado, existe una discreción muy anormal en relación con la presencia en los asesores de Donald Trump, para definir su estrategia que lo catapulte a su opulento capricho, del facineroso Steve Bannon, que resultó fundamental en la victoria de Trump en el año 2016.

Antes que nada, es necesario que veamos algo de la historia de este espécimen:
En el mundo actual hay una perspectiva estratégica de largo plazo que busca instaurar un nuevo momento de gloria para la extrema derecha mundial. Un nombre aflora en él: STEVE BANNON.

THE MOVEMENT”, la nueva iglesia de la ultra-derecha en su versión oficial afirma que BANNON se separa del gabinete de Trump por diferencias irreconciliables con el yerno del presidente de Estados Unidos, Jared Kushner. Sin embargo, visto los pasos posteriores de BANNON, no es descartable que solo se trata de una “puesta en escena” para ocultar lo que realmente vendrá en la construcción de una red de liderazgos mundiales que emulen a Trump.

Los tentáculos de “The Movement” en América Latina se pudieran examinar al constatar la ineptitud política de Mauricio Macri para erigirse en el líder necesario, por lo que se decidió el reclutamiento de Jair Bolsonaro como el próximo garante de sus intereses en la región latino-americana.

De esta forma, se logró clarificar las semejanzas del presidente de los Estados Unidos y Bolsonaro, reforzando la tesis de que lo próximo que vendría serían liderazgos políticos que reúnan en sus discursos dos ideas centrales: La necesidad de volver a una edad de oro en que las naciones “eran grandes y firmes, pero se degradaron con el tiempo”, y también la urgencia de una mano dura que no se acompleje a la hora de defender la tortura y las prácticas brutales.

Teniendo en cuenta todo esta estrafalaria configuración tan habitual en los procesos fascistas, concibo que ya en estos momentos las estrategias que desplegarán en las próximas semanas, serán tan calumniosas, engañosas y embaucadoras; pero a la vez, tan hábiles, astutas y pérfidas, que nos  dilucidarán definitivamente la participación de este sujeto en una nueva confabulación para lograr lo que sería la degradación definitiva del imperio yanqui: la victoria increíble del troglodita de Donald Trump.

Trump por su parte ha estado desplegando hace rato y con mucha frecuencia, lo que se le ha preparado, que consiste en lo que anteriormente he descrito como: LOS ALGORITMOS DEL MIEDO, que tanto efecto e impresión causa en ese pueblo; lo que no hay dudas va desquiciándolo, y a la vez empujándolo a definirse en las elecciones por el aspirante que luzca más prepotente, enérgico y viril.

Puedo poner como ejemplo, el enfermizo accionar de Trump contra China, casi diariamente, lo que ha dado lugar, lamentablemente a que se engendre una hostilidad y odio al chino como tal. Pero no solamente odio, sino un temor y un miedo desquiciante, y como es natural en esos casos, habrá una buena parte de ese pueblo que decidirá votar por el aspirante que está defendiendo a los Estados Unidos del PELIGRO AMARILLO: una horda bárbara y cruel dispuesta a devorar el planeta.

Muy pronto nos percataremos si toda esta disquisición tiene alguna parte de certidumbre, o, al contrario, hemos estado arando en el mar.

La Habana, 9 de agosto de 2020. “Año 62 del Triunfo de la Revolución”
JSAF

SI DONALD TRUMP FUERA SHERIFF

Por Jorge Gómez Barata

Cuentan en que en una localidad de Estados Unidos se convocaron elecciones para designar al sheriff, a las cuales asistió un elector: el sheriff en ejercicio quien resultó ganador por un voto: el suyo que, a la vez representó el ciento por ciento de los sufragios emitidos. De no haber asistido nadie, el poblado hubiera carecido de autoridad policial y se habría interrumpido el ritmo institucional.

Con razón o sin ella, Ortega y Gasset lo advirtió: “Un sistema en el cual tres idiotas pueden derrotar a un genio no puede ser el mejor”. De ese modo rechazaba la idea de que la democracia y las mayorías electorales sirvieran para que la “masa”, o el “populacho” impusiera a los notables su voluntad.

Aunque ciertamente, en el culto a la mayoría se manifiesta cierta dosis de populismo, muchos lo prefieren al elitismo con que operan procederes electorales en los cuales el voto popular es mediado por una o más instancias que lo convierten en indirecto.

En Estados Unidos donde senadores, representantes y gobernadores, son electos de modo directo por los habitantes de las circunscripciones y estados, la elección presidencial se realiza de modo indirecto. En 2016, como antes ocurrió con otros 4 candidatos (John Quincy Adams (1824), Rutherford Hayes (1876), Benjamin Harrison (1888) y George W. Bush (2000), Donald Trump ganó las elecciones sin obtener la mayoría del “voto popular”.

Ello se debe a que, en las elecciones presidenciales en ese país, el sufragio popular no define al ganador que es electo por un Colegio Electoral que, en las elecciones del 2020, estará formado por 538 compromisario o electores. Obviamente los 55 constituyentes estadounidenses que en el siglo XVIII diseñaron ese sistema, no conocieron los juicios de Ortega y Gasset que nació 90 años después, pero compartían el credo.

Se trata de una versión exclusivista de la democracia en la cual, como es usual se impone la mayoría, aunque no la mayoría del pueblo, sino de la élite convocada para decidir. De este modo, a los operadores del sistema en su conjunto, llamados a veces el “estado profundo”, les resulta indiferente quien resulte electo porque siempre será funcional al status quo vigente. A tales efectos la abstención conviene porque los consensos se alcanzan mejor cuando son entre menos.

En 2016 la población total de los Estados Unidos era de 324 289 210 habitantes. De ellos podían votar 231 556 622, de los cuales 137 053 916 lo hicieron efectivamente. Así la participación en los comicios fue del 55,4 por ciento. Es decir, poco más de la mitad de los votantes registrados.

De ese universo, en números redondos, por Hillary Clinton votaron unos 65 millones y 62 lo hicieron por Donald Trump que fue proclamado ganador por haber obtenido mayoría en el Colegio Electoral. En ambos casos, cada uno de los candidatos obtuvo aproximadamente la mitad de la mitad que concurrió a votar, es decir aproximadamente una cuarta parte para cada uno. Aunque en una escala mayor se reprodujo la paradoja del sheriff.

De ahí que la estrategia del Partido Demócrata para derrotar a Trump, aconsejada entre otros por Barack Obama sea la de salir a votar. Al hacerlo, como en la anécdota de marras, cada ciudadano responsable, joven, mujer, latino o negro, como hizo el sheriff, estará votando por sí mismo.

No se trata de que Joe Biden sea mejor que Trump, sino de que es otro. Como muchas veces ocurre: En la diferencia radica la oportunidad. Allá nos vemos.

10/08/2020

Nueva Zelanda cumplió 100 días sin nuevos contagios para coronavirus

Nueva Zelanda cumplió ayer 100 días sin nuevos casos de coronavirus. Las autoridades, que celebraron el logro, recordaron la importancia de mantenerse alertas para evitar futuros contagios. Actualmente, solo cuenta con 23 personas infectadas, que fueron detectadas en la frontera cuando ingresaban al país y todavía se encuentran en cuarentena.

«Lograr 100 días sin contagios en la población es un paso importante. Sin embargo, como todos sabemos, no podemos permitirnos la más mínima negligencia», dijo el director de Salud Ashley Bloomfield.

«Hemos visto en el extranjero lo rápido que el virus puede resurgir y propagarse en lugares donde antes estaba bajo control, y debemos estar preparados para frenar rápidamente cualquier nuevo caso en el futuro en Nueva Zelanda», agregó.

El último diagnosticado se remonta al 1º de mayo, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado de «ejemplar» al país por haber «eliminado con éxito la transmisión en la población».

El secreto de Nueva Zelanda contra el Covid 19

El primer secreto de su éxito en tener el coronavirus bajo control, es que las autoridades todavía realizan pruebas a miles de personas al día.

En el caso de una segunda ola, el gobierno ha pedido que todos los hogares tengan kits de emergencia, que incluyan mascarillas.

«Necesitamos estar preparados para acabar rápidamente con cualquier caso futuro en Nueva Zelandia. No decepcione al equipo, ninguno de nosotros puede permitirse el lujo de hacer eso», dijo en declaraciones que relevó CNN.

La estrategia de Nueva Zelanda era simple: en palabras de la primera ministra Jacinda Ardern (en foto principal), el país tenía que «esforzarse y hacerlo pronto».


Cuando Ardern cerró la frontera a los extranjeros el 19 de marzo, el país solo tenía 28 casos confirmados. Y cuando anunció un confinamiento nacional el 23 de marzo, solo había 102 casos confirmados y ninguna muerte. Cualquier persona que llegue al país, en tanto, debe realizar una cuarentena de 14 días.

El confinamiento de Nueva Zelanda fue relativamente estricto: no había comida para llevar ni playas y no se podía conducir fuera del propio vecindario. Las reglas más estrictas estuvieron vigentes durante unas cinco semanas, pero el país permaneció bajo confinamiento efectivo durante otras dos semanas.

Fuera de esas semanas de cuarentena, la estrategia general para atacar la pandemia fue «la eliminación».

«La eliminación no significa erradicar el virus de forma permanente de Nueva Zelanda; más bien, se trata de confiar en que hemos eliminado las cadenas de transmisión en nuestra comunidad durante al menos 28 días y podemos contener de manera efectiva cualquier caso futuro importado desde el extranjero», según el sitio web del Ministerio de Salud.

Nueva Zelanda esperó hasta que bajó su curva antes de levantar las restricciones. El 8 de junio, cuando Ardern anunció que se levantarían todas las restricciones, casi 40.000 pruebas en los 17 días anteriores no habían arrojado un solo resultado positivo.

Desde junio, el país ha vuelto casi a la normalidad y no ha habido necesidad de volver al confinamiento.

Nueva Zelanda también combinó el confinamiento con estrictas restricciones fronterizas. Solo los ciudadanos pueden ingresar al país y deben pasar dos semanas en una instalación aprobada por el gobierno. Se les cobra 3.100 dólares neozelandeses (USD 2.040) por las instalaciones si regresan temporalmente.

En total, se han identificado 95 casos confirmados en la frontera y el 70% de los casos del país fueron casos importados o relacionados con la importación, según las estadísticas del Ministerio de Salud.

Lo que Nueva Zelanda no hizo

En todo el mundo, se ha puesto mucho énfasis en el uso de barbijos para controlar la propagación del coronavirus. Pero en Nueva Zelanda no fueron una herramienta importante contra el brote.

Hay algunas razones para eso. El país no tiene una cultura de usar «mascarillas» y en marzo, cuando Nueva Zelandia se preparaba para entrar en cuarentena, era difícil comprarlas en las tiendas locales. Para cuando la gente pudo salir en público y viajar nuevamente por el país, había muy pocos casos de coronavirus en la nación.

Además de las estrategias de salud pública de Nueva Zelanda, el país tenía algunas ventajas naturales.

No tiene fronteras terrestres, lo que le da más control sobre quién ingresa al país. Y no está densamente poblada; según datos del Banco Mundial, Nueva Zelandia tiene solo 18 personas por kilómetro cuadrado, en comparación con 36 en EE.UU. y 275 en Reino Unido. India, que tiene el tercer número más alto de casos en el mundo, cuenta con 455 personas por kilómetro cuadrado.

No obstante, el Ministerio de Salud de ese país insular recomienda que todos los hogares se preparen para otro posible brote abasteciéndose de barbijos.

«Es una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo», dijo Bloomfield a la emisora nacional Radio New Zealand la semana pasada, cuando se le preguntó si era inevitable otro caso de transmisión comunitaria en Nueva Zelandia. «Estamos trabajando sobre la base de que podría ocurrir en cualquier momento», afirmó.


Fuente: Página 12/ iProfesional

Resumen semanal sobre la evolución de la economía mundial


CENTRO DE INVESTIGACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL CUBA
(del 28 de julio al 3 de agosto 2020 – No.31/2020)

Debate acerca de la vuelta a la “normalidad” una vez controlada la Covid-19. Mariana Mazzucato, profesora de Economía de la Innovación y el Valor Público de University College of London (UCL), y directora fundadora del Instituto para la Innovación y Propósito Público (IIPP, por sus siglas en inglés) plantea que "No podemos volver a la normalidad. Lo normal es lo que nos metió no solo en este caos, sino también en la crisis financiera y la crisis climática. La crisis nos ha mostrado las deficiencias en las capacidades de los estados y también nos ha demostrado que la forma como hemos estado pensando en el rol del Estado en el último medio siglo ha sido completamente inapropiada. Desde la década de 1980, se les ha dicho a los gobiernos que pasen a un segundo plano y que permitan que las empresas dirijan y creen riqueza y que intervengan sólo para solucionar los problemas cuando surjan. El resultado es que los gobiernos no siempre están adecuadamente preparados y equipados para hacerle frente a crisis como la del Covid-19 o la emergencia climática”.

“Al asumir que los gobiernos tienen que esperar hasta que se produzca un gran shock sistémico para tomar la decisión de actuar, se toman medidas en plena marcha que resultan insuficientes. En ese proceso, las instituciones esenciales que brindan servicios y bienes públicos de una manera más amplia (como el Servicio Nacional de Salud en Reino Unido, donde se han producido recortes a la salud pública por un total de mil millones de dólares desde 2015) quedan debilitadas”.

Temores ante posible estallido de una nueva crisis de deuda global: El economista J. E, Stirgliz ha planteado que más de 100 países de bajos y medianos ingresos tendrán que pagar este año un total de 130.000 millones de dólares por concepto de servicio de la deuda, de los cuales aproximadamente la mitad se debe a acreedores privados. Cabe recordar que, en virtud de los paquetes financieros reconocidos como flexibilización cuantitativa, aprobados por muchos gobiernos, la deuda pública (en su mayoría bonos soberanos) de los países de ingresos bajos y medios se ha triplicado con creces desde la crisis financiera mundial de 2008. Los bonos soberanos son más arriesgados que la deuda "oficial" de las instituciones multilaterales y los organismos de ayuda de los países desarrollados porque los acreedores pueden deshacerse de ellos por capricho, lo que provoca una fuerte depreciación de las monedas implicadas, así como otros desequilibrios económicos de gran alcance.

EE.UU. entra en recesión tras histórica contracción del PIB. El Departamento de Comercio informó que en el segundo trimestre del 2020 la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 32,9%, lo que marca el peor desempeño de la historia, desde que comenzaron los registros en 1947  La caída se explica por el desplome en todos los componentes del PIB, con la única excepción del consumo del gobierno, pero sobre todo por la caída en el consumo de servicios. La contracción se debe en gran medida al descenso del gasto en consumo, que es el principal motor del PIB y que se desplomó 34,6% en el segundo trimestre. La caída en el gasto de los individuos se explica por el fuerte deterioro en los ingresos laborales. Los gastos en el sector de los servicios cayeron en 43,5%, y las inversiones privadas descendieron en 49%. Las expectativas para la recuperación económica resultan muy débiles ya que en estos momentos el virus sigue avanzando sin control.

Si bien el gobierno implementó un paquete de estímulo fiscal en busca de la contención sanitaria y social - el cual elevó el déficit fiscal a unos 13 puntos del PIB faltando 3 meses para el cierre del año fiscal -, el mismo no impidió la fuerte caída de la actividad ya que no logró compensar las bajas en la demanda asociadas al aislamiento ni revertir las expectativas negativas de los individuos. Adicionalmente, ante la enorme incertidumbre, una parte importante del estímulo se canalizó al segmento del ahorro, en particular a la demanda de bonos del Tesoro, mientras que el excedente se habría volcado a otros activos financieros. Con estos resultados, EE.UU. registra su segundo trimestre consecutivo con una contracción del PIB (-5% en el primer trimestre), lo que indica que el país entró en recesión. El Departamento de Trabajo publicó otro dato preocupante sobre la economía, al reportar el pasado 25 de julio que los desempleados sumaron 1,43 millones, un incremento de 12.000 con respecto a los números revisados de la semana anterior, lo que revela un mercado laboral en estancamiento.

Imperio del dólar de EE.UU. como moneda de reserva mundial se ve seriamente amenazado por aumento exponencial en los precios del oro. El 31 de julio del 2020, el precio del oro llegó a su máximo histórico y anual del 2020, cotizándose a 1.974,70 dólares la onza en la bolsa de metales preciosos LBMA en Londres. Ello implica que el reinado del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial se encuentra seriamente amenazado por el este aumento en los precios del oro. En un reciente informe, los analistas del Goldman Sachs Group Inc. plantean que el dólar enfrenta varios riesgos: entre ellos un cambio de la política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU. hacia un “sesgo inflacionario”, un incremento de la incertidumbre política y las crecientes preocupaciones en torno a otro repunte en las infecciones por coronavirus en el país. A este panorama también se agrega el peligro que entraña la acumulación de deuda como resultado de la pandemia. El creciente nivel de deuda en Estados Unidos, ahora supera el 80% del PIB del país. En otros países este fenómeno también aumenta el riesgo de que los bancos centrales y los gobiernos permitan que la inflación se acelere. Todo ello bien puede provocar la desvalorización del dólar.

Como se conoce, el oro es una moneda de último recurso, particularmente en un entorno como el actual donde los gobiernos están degradando sus monedas fiduciarias y empujando las tasas de interés reales a mínimos históricos. Esta carrera por el precio del oro pone de relieve la creciente incertidumbre ante la crisis de la economía mundial. Goldman Sachs elevó su pronóstico de 12 meses para el oro desde 2.000 USD a 2300 USD por onza, lo que acrecienta la preocupación sobre los temores en los mercados financieros globales.

Firma china de telecomunicaciones Huawei es la compañía que más smartphones vende del mundo, a pesar del veto de Estados Unidos, la guerra comercial y el coronavirus. Por primera vez en la historia el fabricante chino superó a su competidor más fuerte, la coreana Samsung. En el segundo trimestre de 2020, de abril a junio, Huawei vendió 55,8 millones de dispositivos frente a los 53,7 millones de Samsung. Ello pese a que los teléfonos de la marca china se vieron obligados a retirar las aplicaciones y el sistema operativo de Google, debido a las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos en 2019. Debe aclararse que, a causa de los impactos del coronavirus, las ventas de la compañía china son un 5% inferiores a las del año pasado. Huawei es, además, líder en la fabricación y venta de tecnologías claves para las infraestructuras de telecomunicaciones de la generación 5G. Según otra firma de análisis, Market Pulse, las ventas de smartphones en China aumentaron un 9% intertrimestral, y este desempeño se relaciona con las crecientes ventas en China. Según cifras de Canalys, si bien las ventas de Huawei en el extranjero disminuyeron un 27%, la firma vende ahora más del 70% de todos los teléfonos inteligentes de China continental.

Precios del petróleo en descenso el lunes 3 de agosto ante temores por impacto económico del incremento de casos de Covid-19 en el mundo, y por el exceso de suministros ahora que los miembros de la OPEP y sus aliados comienzan a reducir sus recortes de producción. El pasado 3 de agosto el barril del West Texas Intermediate (WTI) operaba a 40,16 dólares, mientras el barril de Brent lo hacía a 43,46 dólares.

En medio de debilidad del mercado petrolero mundial desde inicios de este año, las compañías petroleras registran crecientes pérdidas. Un ejemplo en este sentido ha sido la evolución de la compañía Shell, con pérdidas de 18.000 millones de dólares por el colapso de los precios del petróleo y el gas. Shell espera que los precios mundiales del petróleo se mantengan muy por debajo del promedio de 2019 (64,36 dólares por barril) durante los próximos tres años. Ha pronosticado que los precios del petróleo promediarán los 35 dólares por barril en 2020, que aumentarán a 40 dólares en 2021, unos 50 dólares en 2022 y 60 dólares en 2023. La caída de los pronósticos del precio del petróleo también ha afectado a la compañía petrolera francesa Total, que anunció una reducción de 8.000 millones de dólares en el valor de sus activos, incluyendo 7.000 millones de dólares de sus arenas petrolíferas canadienses.

http://www.ciem.cu/resumenes/Resumen%20sobre%20economia%20mundial-%20%20%20%2028%20al%203%20agosto%202020.pdf