Por José Carlos Gómez Borrero
Photo credit–Foto: Foto: Keystone. Public Domain.
Las relaciones de todos los sectores con todos los sectores
Por si cabía alguna duda, la W intermedia de su nombre es la abreviatura de Wasielevich, con lo que su origen eslavo parece indiscutible. Sin embargo, este economista ambulante nace en Munich, estudia en San Petersburgo, hace su doctorado en Berlín y termina nacionalizándose norteamericano y dando clases en Harvard y en Nueva York.
Al haber nacido en 1906, cuando inició sus estudios académicos los hizo en la Universidad de Petrogrado y cuando se licenció esa misma universidad se había convertido en la de Leningrado. Con ello queremos decir que su formación se realizó en plena revolución rusa, durante el gobierno comunista bolchevique y donde la planificación estatal era el principal instrumento de la política económica. Indudablemente estas circunstancias influyeron en su aportación básica a la teoría económica, donde el nombre de Leontief va indisolublemente asociado al de las tablas input-output, que interrelacionan los distintos sectores productivos de una determinada zona geográfica o política.
La tabla input-output
La idea de que los diferentes sectores de la economía dependen unos de otros no es nueva ni difícil de aceptar, y desde el “Tableau Economique” de Françoise Quesnay, hasta el propio Carlos Marx, pasando por Leon Walras, ya lo habían señalado anteriormente. Lo que distingue al trabajo de Leontief del de sus colegas, es el hecho de pretender sustituir adjetivos ambiguos como poco, mucho, o regular, por coeficientes numéricos que determinasen mediante ecuaciones matemáticas la estructura de los diferentes procesos de producción.
La tabla input-output, que a veces se traduce por la de insumo- producto, establece mediante una tabla de doble entrada, en cada fila lo que cada sector produce para él mismo, para los otros sectores y para el consumo final. La suma de todas estas cantidades representa la producción o el output generado por ese sector. Verticalmente cada sector recibe suministros de sí mismo y de los demás sectores para realizar sus funciones, y la suma de ellos constituye el input o las entradas totales empleadas por el sector.
El sector agropecuario, por ejemplo, en su primera casilla reflejaría lo que produce para sí mismo: semillas, forraje para el ganado, abonos orgánicos, etc. En la segunda casilla de su fila aparecería lo que entrega a la industria y que suponen insumos para ella: cereales para las fábricas de harinas, uvas para las bodegas, o animales para las empresas fabricantes de productos cárnicos. La cantidad que aparecería en la primera fila y la tercera columna, correspondiente a los servicios, reflejaría los caballos destinados al hipódromo, al circo, y con un poco de imaginación y trasladándonos en el tiempo, lo que supuso para los servicios postales la contribución del Poney Express. Finalmente, una cuarta columna supondría lo aportado por ese sector para el consumo final. Lo mismo haríamos con el resto de los sectores, configurándose una matriz de pagos de cada sector a los restantes y al consumo final.
Este elegante diseño ya se había expuesto como dijimos anteriormente, pero lo que no se había atrevido nadie era a cuantificar cada casilla y a determinar los coeficientes que relacionaban cada una de ellas con todas las demás. Leontief intenta además algo todavía más ambicioso, divide la economía nada menos que en cuarenta sectores, con lo que se encontraba con una matriz del orden de 2.000 elementos a determinar y con otros 2.000 coeficientes que los relacionasen entre ellos.
La dificultad matemática para invertir semejante matriz y resolver el sistema, sin la ayuda de las potentes computadoras actuales, le obligó a desistir de su proyecto original, limitando el número de sectores a una decena, a pesar de lo cual su modelo proporcionaba un instrumento de extraordinaria utilidad para planificar los crecimientos propuestos de los diferentes sectores. Si lo que se pretendía era aumentar la producción de automóviles, por ejemplo, la tabla indicaba lo que tenían que hacer los demás sectores si no querían estrangular y hacer inviable el objetivo propuesto.
Ya en los Estados Unidos, Leontief aplicó su modelo, con todas sus limitaciones formales, a dos situaciones concretas de gran trascendencia. En primer lugar, para diseñar la reconversión de la producción americana, desde una economía de guerra a una economía de paz –Plan Marshall incluido, y en 1950 para todo lo contrario, para reorganizar la industria americana para hacer frente al desafío que suponía la guerra de Corea.
Los esfuerzos de la confección de una tabla input-output chocan con la frustración que supone su escasa vigencia temporal, pues estas relaciones corresponden a un momento dado, donde las funciones de producción no varían y no existe una apreciable innovación tecnológica. Cualquier cambio significativo de este tipo obligaría a reformular la matriz de producción y a recalcular los correspondientes coeficientes que la correlacionan. Al menos ahora se dispone de potentes ordenadores. De cualquier forma, el modelo de Leontief ha ayudado a comprender mejor como funciona una economía, cada vez más heterogénea y donde la producción final es más dependiente de los escalones intermedios, entre los que se encuentran nuevos sectores con los que hasta hace poco tiempo no se soñaba siquiera que pudiesen existir.
La paradoja de Leontief
Como consecuencia de sus numerosos estudios y de la aplicación de su modelo en diferentes escenarios, Leontief descubrió lo que supone una aparente contradicción con lo que es admitido generalmente como cierto, dando lugar a su famosa paradoja.
Cualquiera afirmaría sin temor a equivocarse que los países menos desarrollados exportarían productos intensivos en la aplicación de trabajo, mientras los más avanzados exportarían bienes con una mayor aportación de capital. Esta proposición que parece incuestionable, cuando la tabla input-output aumenta el número de sectores de su matriz, se encuentra con que los países industrializados venden a los demás bienes con un mayor componente de trabajo incorporado, pero del trabajo cualificado de ingenieros, químicos, investigadores y demás profesionales especializados.
Por su parte los países en vías de desarrollo, posiblemente debido a una legislación más permisiva y con mayores alicientes para atraer inversiones, producen bienes intensivos en capital, ya que las multinacionales han encontrado en la deslocalización de sus inversiones una manera de conseguir una mayor rentabilidad para los importantes capitales que exigen las nuevas tecnologías. Una paradoja que una vez explicada resulta menos inverosímil.
Leontief falleció con 93 años, y hasta el final de sus días discutió con sus colegas académicos, reprochándoles que se mantuviesen anclados en el Olimpo de sus planteamientos teóricos, sin bajarse a pelear en el barro de lo concreto. Les acusaba de que los brillantes modelos abstractos que diseñaban no los sometían a demostrar su utilidad aplicándolos al crudo y prosaico mundo real. Algo que sí hizo él con su famosa y tantas veces invocada tabla.
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Ir a la búsquedaWassily Leontief (Múnich, 5 de agosto de 1906 - Nueva York, 5 de febrero de 1999)1 fue un economista estadounidense, de origen ruso.
En 1973 fue laureado con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel.
Biografía
Estudió en la Universidad de San Petersburgo y se doctoró en la Universidad Humboldt de Berlín en 1928, tras investigar un nuevo método, basado en estudios intersectoriales, para determinar un completo sistema de Economía Nacional.
En 1929 fue nombrado asesor económico del gobierno chino en Nankín y en 1931 se estableció definitivamente en Estados Unidos comenzando sus investigaciones para el National Bureau of Economic Research, en Nueva York. Este mismo año inició sus trabajos en la Universidad Harvard que, además de proporcionarle cuantiosos medios, contaba con un plantel de destacados investigadores al frente de los cuales se encontraba Schumpeter.
En 1973 fue galardonado con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel por "el desarrollo del método insumo-producto y su aplicación a los más importantes problemas económicos". Su análisis supuso la introducción del álgebra matricial al tratamiento de los problemas del equilibrio general, desarrollando un modelo estático muy operativo para estimar los niveles productivos sectoriales y las relaciones intersectoriales.
El método input-output representa una aproximación empírica de las interrelaciones existentes entre los distintos sectores en que puede dividirse una economía nacional, tratadas como piezas de un equilibrio general. Leontief se inspiró en el famoso esquema propuesto por el fisiócrata François Quesnay en su Tableau Économique, en el esquema del equilibrio general de Léon Walras, en el análisis de Karl Marx sobre la circulación entre los sectores de la producción y en el método de los Balances de la Planificación Soviética; sobre este último tema publicó en 1925 Die Bilanz der russischen Volkswirtschaft: Eine methodologische Untersuchung.
Terminó los primeros trabajos en 1931, pero continuó desarrollándolos y ampliándolos, y en 1941 publicó sus resultados en The Structure of American Economy. Más tarde, en 1953, formuló el modelo dinámico en Studies on the Structure of American Economy. llegó a incursionar en la interrelación de la estructura económica y el medio ambiente como sectores en su artículo de 1973 Environmental Repercussions and the Economic Structure: An Input-Output Approach: A Reply.
Aunque el método input-output es universal, al principio encontró fuertes oposiciones en el bloque de las doctrinas económicas socialistas, siendo incluso duramente criticado por Stalin y Nikita Jrushchov. Fue necesario que Leontief se trasladase a Moscú y expusiese su método junto con los resultados obtenidos para que fuese admitido sin reservas.
La fase siguiente de su trabajo científico parte de su investigación sobre El futuro de la economía mundial publicada en 1977. Luego, con Faye Duchin estudió el futuro de gasto militar en Military Spending: Facts and Figures, Worldwide Implications and Future Outlook (1983); con J. Koo, S. Nasar and I. Sohn, el futuro de los minerales no combustibles en The Future of Non-Fuel Minerals in the U. S. And World Economy (1983); y otra vez con Duchin, analizó las proyecciones del impacto de la automatización sobre los trabajadores, en The Future Impact of Automation on Workers (1986). Luego vuelve a trabajar sobre el modelo input-output y con Andras Brody publicó en 1993 Money-Flow Computations que perfecciona su modelo al profundizar el análisis de los flujos monetarios.
El año de su fallecimiento (1999), la revista Peace Economics, Peace Science and Public Policy publicó su trabajo Disarmament, Foreign Aid and Economic Growth (Desarme, ayuda externa y crecimiento económico), que recoge investigaciones realizadas entre 1959 y 1969. Fue republicado por Harvard en 2004.
Referencias
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