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jueves, 24 de junio de 2021

Se construyen, también, buenas noticias

Jueves, 24 de junio de 2021 2:10 PM

Katia Siberia ECONOMÍA 24 Junio 2021, Invasor


Foto: Pastor Batista Valdés

¿Qué ha hecho la Empresa Productora de Materiales de la Construcción en Ciego de Ávila ante la falta de cemento?

La industria local de materiales de la construcción está triturando sus adversidades y ha hecho polvo los inconvenientes que ha podido, porque el cemento no viene de las minas de yeso de Punta Alegre ni se produce en ninguna de las modernas minindustrias que han venido a demostrarnos que ahora… sobra capacidad y falta materia prima.

Hasta el mes pasado, Ismel Gómez Colina, director de la Empresa Productora de Materiales de la Construcción (PROMAC), estuvo así: haciendo todo lo que podía, que no fue poco ni tampoco mucho; un término medio que podría traducirse en ocho modernas minindustrias a media máquina, a causa de la paralización de la fábrica de cemento de Cienfuegos. En consecuencia, las entregas a los silos avileños mermaron en un 42 por ciento.

Casi la mitad del cemento que debía llegar al cierre de mayo no cimentó el plan de construcciones para los subsidiados, que es en este 2021 el destino principal de las industrias locales. 822 viviendas que se mantenían en un ocho por ciento de ejecución, sin que podamos decir que todo lo que se ha dejado de hacer constructivamente es por falta de materiales.

No obstante, la semana pasada ya lo advertíamos: los bloques se quedaron al 48 por ciento; los techos al 49 y los elementos de piso al 43. En ese contexto otras subjetividades podrían cobijarse en la escasez que, para colmo, se ha hecho crónica el año en que la provincia pretendía barrer con el atraso de este programa.

Lo aclaraba en febrero Leiter Méndez Valdivia, subdirector general en la dirección provincial de la Vivienda, cuando admitía que durante el primer quinquenio de esa política (2012-2017) apenas quedaron 23 células básicas (subsidios) por ejecutar en el territorio; pero luego esa cifra se fue ampliando, sobre todo, por el paso del huracán Irma, y escaló a 822; una deuda que este 2021 parece impagable, si decimos que mayo cerró con solo 69 terminadas.

Aun cuando Ismel asegura que de mantenerse estable la entrada de cemento ellos en octubre podrían “ponerse al día” y reconozca que en el trimestre final del año parece irrecuperable el plan de ese programa, el esfuerzo de la empresa se construye en presente.

Por suerte se eliminó aquella orientación ministerial que impedía que PROMAC accediera a los áridos de la Empresa de Materiales de la Construcción (AVILMAT) y la obligaba, hace dos años, a recoger piedra de los potreros, encareciendo todo el proceso. Entonces, la conversión descendió de cinco metros cúbicos de áridos, por cada tonelada de cemento, a uno. Y entre otras muchísimas irregularidades, la entidad anduvo con salarios mínimos y pérdidas millonarias.

Ya el panorama es otro. Ismel habla de cerrar el año con utilidades y de minindustrias donadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con varias prestaciones que les permiten, además, procesar los áridos, que en un 96 por ciento llegan desde AVILMAT. “Lo mismo te convierten la piedra en polvo, en granito, que en gravilla”, advierte.

Habla además de otras alternativas, como la de insertar el mármol que están trayendo de Granma para usarlo en elementos de piso, en enchapes, en cimeras…

Cuenta de la diversificación que se propusieron y lograron al tener licencia para todas las actividades de la construcción en edificaciones de hasta cinco niveles, “pues antes éramos una empresa de construcciones varias y la mayoría de nuestros trabajadores hoy fabrican materiales, pero saben construir. ¿Entonces, nos vamos a parar porque no tenemos cemento, si al mismo tiempo podemos buscar ingresos en la ejecución de obras?”, se pregunta, con evidente retórica.

No obstante, cuando habla de “parar” no es exacto del todo, porque en PROMAC no suelen sentarse a esperar por lo asignado. Ante el déficit de cemento, por ejemplo, optaron por la ceniza de la bioléctrica avileña, un extensor que puede usarse para elementos de pared, y aporta entre un 10 y 15 por ciento a la mezcla.

Lo dice, como si no fuera novedad, porque ciertamente no lo es. Es un componente avalado por los laboratorios cubanos y que tiene ya décadas de uso en otros países: no hablamos de un “invento cubano” por estrecheces económicas del país.

Encadenados de esa forma a la bioléctrica de Ciro Redondo, PROMAC ahorró parte del cemento que llegó a predios avileños, aunque un reporte del diario Juventud Rebelde dejaba entrever otros posibles usos que podrían despertar el interés de Ismel y su equipo.

En febrero del pasado año Pedro Julio de la Torre Alejo, supervisor principal de la obra civil, aludía a las posibilidades de Biopower para insertarse en una línea de desarrollo local y obtener un producto impermeabilizante.

Explicaba el ingeniero al diario que la combinación de la ceniza con el betún del asfalto líquido y otros ingredientes, logró un material que ha demostrado sus virtudes para sellar fisuras y reforzar la adhesión de losas. Alegó que el nivel de adherencia fue muy bueno, y aunque el producto podría usarse para la impermeabilización de las viviendas y sus áreas húmedas, “para tener una conclusión definitiva se necesita llevar la mezcla al laboratorio y que allí se diga la última palabra”, sentenciaba.

Podría ser ese un nicho también para PROMAC, aunque cuando uno ve a sus trabajadores pintando el bulevar no le queda claro si lo de ellos es edificar o reparar inmuebles, hacer bloques, pisos y techos… o pintar. O todo eso, y más.

No es tajante Ismel al sostenerlo, pero el exceso de capacidad en su industria local —incluso en momentos donde todos los recursos para el plan han estado— los mantiene con ganas de hacer más. Y lo están haciendo.

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