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lunes, 18 de octubre de 2021

EL MERCADO MAYORISTA: un imperativo de la economía cubana hoy

Por Luis Aparicio Cruz

El 3 de julio de 2020 numeraba el Mercado Mayorista como asignatura pendiente que llevamos de arrastre por varios años, que influye de manera decisiva sobre los otros actores del escenario económico, al día de hoy aún está pendiente integrando la crisis de oferta. Independientemente de las causas que hayan impedido su impulso, hoy es un imperativo para el desarrollo de todos los actores de la economía poner en funcionamiento este mercado.

Es de amplio conocimiento la dependencia importadora de nuestra economía. En el 2020 la estructura de la producción nacional en la oferta total de un grupo de productos seleccionados fue la siguiente (1) 


Una lectura inversa de este cuadro nos dice que importamos el 17.5 de los productos agropecuarios, el 31 % de los productos alimenticios, el 85 % de maquinarias y equipos, etc.      

En relación con esta estructura productiva el volumen de las importaciones cubanas en el año 2020 alcanzo los  7 230 347 miles de pesos, con un saldo de la Balanza Comercial de -5 528 millones de pesos. Resalta la reducción de un 33% del saldo negativo de la Balanza Comercial entre 2014  y 2020, con una reducción en ese período del 45% en las importaciones de mercancías, porque las exportaciones han descendido un 65 %. 

En añadidura, la estructura geográfica de nuestros proveedores se concentra entre Europa, Asia, África y Oceanía, de este grupo de regiones proviene el 61.7 % de  nuestras compras en el exterior, con la consiguiente larga travesía, nada favorable en tiempo y flete.

Con estos resultados, nuestras cuentas con el exterior no son mejores, Tenemos una deuda acumulada con los proveedores (al cierre del 2018) de 7 919 millones de pesos, que representa el 43  % de la deuda total y un aumento del 229 % respecto a la deuda del cierre 2015 a pesar de la fuerte reducción del volumen de importaciones. Más detalles en el cuadro siguiente

    

Hablar 7 230 347 millones de pesos en compras para un año representa, suponiendo un ciclo de reaprovisionamiento de 90 días y un simple cálculo aritmético, una inmovilización permanente de al menos  1 807 586  millones de pesos  y digo 90 días admitiendo que todo el proceso de compra transcurra en la mayor normalidad desde la solicitud del comprador pasando por el proceso de licitación, discusión y firma del contrato, embarque y navegación; nacionalización de la mercancía y entrega al cliente final; puede ser mucho más de 90 días si tenemos en cuenta la distribución geográfica ya señalada, ésta condiciona que los días de navegación oscilen entre 15 y hasta 40 días.

Este es el escenario actual de nuestro Comercio Exterior, que incluye las férreas restricciones comerciales y financieras impuestas por el bloqueo norteamericano, Este contexto puede ser más embarazoso con los pronósticos de crisis en la cadena global de suministros. De él depende en grado sumo la cadena interna de suministros.

Es evidente que estas cifras se corresponden a un período de crisis en la economía, por lo que es de suponer que en la medida que se recupere el crecimiento económico deben crecer las importaciones, aunque no sea directamente proporcional; también deben empezar a recuperarse las exportaciones, a ello contribuirá el desarrollo de las MPYME aprobadas recientemente, las que también reclamarán insumos desde el exterior.

Ante la realidad presente y la que se aproxima nos preguntamos:

¿Deben las finanzas del Estado continuar soportando toda la carga que representan los inventarios, o es posible buscar alternativas que aligeren esta cuenta?

¿Puede funcionar convenientemente nuestra cadena interna de suministros con tan alto grado de incertidumbre?

¿Tienen suficiente liquidez los pequeños empresarios para financiar inventarios de más de 90 días?

¿Es prudente mantener en exclusiva el sistema de compras en el exterior que tenemos hoy, o podemos incorporarle otros componentes que lo hagan más ágil y flexible para todos los actores del escenario económico?

Ante estas interrogantes reitero que hay alternativas a la vista:

·         La empresa estatal

·         MPYME privada importadora mayorista

·         Tiendas estatales en MLC con mercancías a consignación

·         Tiendas privadas de capital 100% extranjero con ventas en MLC

·         Régimen de Zona Franca Comercial

·         Almacenes in bond

Todas las alternativas en el marco que regule la ley y tributando al fisco en la moneda con la que operan, ello incluye las regulaciones inmobiliarias, laborales, fiscales, aduanales y de política monetaria que correspondan a cada modalidad.

Es evidente que las cuatro alternativas finales tienen las siguientes ventajas para el país:

·         Restauran y acondicionan las instalaciones que se ponen a su disposición por la que pagarán una renta.

·         Traen las mercancías a nuestro patio, agilizando la entrega al comprador final.

·         Asumen el costo del inventario.

·         El peso financiero sobre el Estado disminuirá

·         Los compradores finales pueden reducir sus niveles de inventario recortando el ciclo.

·         Generan empleo con el correspondiente pago de salarios

A este mercado deben concurrir todos los actores económicos sin intermediación alguna.

 

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