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sábado, 24 de abril de 2021

La verdad sobre el carbón y el clima

 Debemos hacer un esfuerzo para ayudar a los trabajadores que saldrán perdiendo en la transición energética




Planta térmica alimentada con carbón en Alabama.ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP VIA GETTY IMAGES

“El cambio se avecina, lo queramos o no”. Eso declara un extraordinario documento titulado Preserving Coal Country [Proteger las regiones productoras de carbón] que publicó el lunes el sindicato Trabajadores Mineros Unidos de América —que en su momento de mayor esplendor representaba a medio millón de mineros— y en el que acepta la realidad de que el carbón no va a volver. Sostiene que el objetivo debería ser más bien “una verdadera transición energética, que mejore las oportunidades para los mineros, sus familias y sus comunidades”.

Es bueno ver este tipo de realismo. Recuerden que allá por 2016 Donald Trump prometió devolver al carbón su antigua grandeza, reabriendo minas clausuradas, y los votantes de las regiones dependientes de la minería del carbón le creyeron. Muchos de ellos seguramente imaginan aún que algo así es posible. Sin embargo, el sindicato comprende que no. Lo que ha matado las minas no ha sido la “guerra contra el carbón”, sino los avances tecnológicos, primero en la extracción de gas natural y después en las energías solar y eólica. Generar electricidad a partir de carbón sería económicamente inviable aunque no tuviéramos que preocuparnos por el cambio climático.

Por supuesto, tenemos que preocuparnos por el cambio climático, que constituye una amenaza existencial para la civilización. La cuestión está en cómo afrontar esa amenaza. El documento del sindicato constituye de hecho un respaldo, al menos en principio, a los planes de la Administración de Biden de convertir la acción contra el cambio climático en elemento central del aumento del gasto en infraestructuras, algo que se supone que ahora debemos llamar Reconstruir Mejor, en lugar de Nuevo Pacto Verde, pero da igual. Es también una reivindicación pequeña pero alentadora de la idea en la que se basa el plan Reconstruir Mejor, la creencia de que la acción climática tiene más probabilidades de resultar factible si evita el purismo económico y confía más en la zanahoria que en el palo.

Situémonos un poco: la ciencia económica convencional da a entender que la mejor forma de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero es gravar las emisiones de carbono o crear un sistema de compensaciones en el que quienes contaminan deben comprar derechos de emisiones. Este es el argumento que subyace tras algunas iniciativas destacadas como el Consejo de Liderazgo Climático, que incluía entre sus miembros fundadores a una amplia variedad de líderes empresariales y economistas y algunas grandes multinacionales. El consejo, cuya creación se anunció en 2017, propone la creación de impuestos sobre el carbono, cuyos ingresos se redistribuirían a las familias. Este plan forma parte de una “hoja de ruta de ambos partidos” para la acción.

Sin embargo, esta no es la senda que está tomando el Gobierno de Biden. ¿Por qué? En primer lugar, los argumentos económicos para basarse exclusivamente en un impuesto sobre las emisiones de carbono olvidan la importancia crucial del desarrollo tecnológico. La razón por la que en la actualidad parece mucho más fácil que hace 12 años conseguir grandes reducciones de emisiones es que las energías renovables han experimentado un progreso espectacular: desde 2009, el coste de la energía eólica ha caído un 70%, y el de la solar, un 89%.

Y este avance tecnológico no se ha producido sin más. Se debe en parte a las inversiones efectuadas por la Administración de Obama. Estas inversiones fueron ridiculizadas por los conservadores; en 2012. Sin embargo, viéndolo en perspectiva, está claro que el gasto público proporcionó un empujón tecnológico crucial. Y esto indica que la inversión pública, sumada, o sustituyendo incluso al impuesto sobre el carbono puede ofrecer una manera de avanzar en la lucha contra el cambio climático.

En segundo lugar, la idea de que el impuesto sobre el carbono puede lograr el apoyo de ambos partidos es terriblemente ingenua. Solo el 14% de los republicanos acepta siquiera la idea de que el cambio climático sea una cuestión importante. Y redistribuir entre las familias en general los fondos recaudados con ese impuesto no atraerá los votos de quienes piensan que la acción contra el cambio climático supondrá una amenaza para sus puestos de trabajo y sus comunidades. Pero lo que sí podría conquistar al menos a parte de esos votantes es el tipo de programa que el sindicato de mineros está pidiendo: gasto específico en formación para los antiguos mineros y en ayudas al desarrollo para las comunidades que viven de la minería del carbón.

No quiero ser demasiado optimista respecto a la estrategia de Biden. Para empezar, aunque existen buenas razones para no querer que se dependa exclusivamente de un impuesto sobre el carbono para luchar contra el cambio climático, las inversiones públicas por sí solas probablemente no basten. Casi con seguridad, al final tendremos que poner precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, por difícil que resulte desde el punto de vista político.

Por otra parte, aunque es maravilloso ver al sindicato de mineros pedir políticas que apoyen a las “regiones productoras de carbón”, no a los empleos relacionados con el carbón, sigue siendo mucho pedir. Aunque la covid-19 ha causado alteraciones temporales, sigue siendo cierto que la economía del siglo XXI “quiere” concentrar los buenos empleos en grandes áreas metropolitanas, con mano de obra altamente preparada. Fomentar la creación de empleo en Virginia Occidental o en el este de Kentucky no será fácil, y tal vez resulte imposible.

Pero podemos y debemos hacer un esfuerzo de buena fe para ayudar a los trabajadores y a las regiones que saldrán perdiendo mientras intentamos evitar la catástrofe medioambiental, y en general, para hacer la política contra el cambio climático tan digerible como sea posible, incluso a costa de perder algo de eficacia. La acción contra el cambio climático es un cometido demasiado importante como para insistir en que hay que hacerlo a la perfección.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía © The New York Times, 2021

Traducción de News Clips
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PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD

Por Jorge Gómez Barata

Msc en Física Joel Queipo, J Dpto Económico del CC PCC

La presentación en la televisión cubana de Joel Queipo Ruiz, Jorge Luis Broche Lorenzo y Rogelio Polanco Fuentes, recién electos para el Secretariado del Comité Central, es relevante al dar continuidad a un estilo de la administración del presidente, ahora también primer secretario, Miguel Diaz-Canel de transparentar la gestión y propiciar la relación de los funcionarios de alto rango con la población. Ponerlos ante las cámaras su primer día de trabajo es todo un detalle.

Se trata de directivos que debutan en sus cargos y se dedicaran a tiempo completo al trabajo del Partido gobernante en áreas tan relevantes como la jefatura del Departamento Económico del Comité Central, a cargo de Queipo y de Educación, Ciencia y Deporte que será rectorado por Broche Lorenzo quienes, desde esas funciones, asumirán la orientación de las organizaciones de base y comités intermedios del Partido en los organismos centrales e instancias de dirección en esas ramas.

En el programa de una hora de duración Queipo, con la virtud de la brevedad, expuso un resumen de la situación internacional y de la coyuntura económica local, agravada por el bloqueo y la COVID, enfocándose además en la mención de los principales documentos mediante los cuales el Partido ha delineado la estrategia económica nacional desde los congresos VI (2011) y VII (2016), los cuales fueron evaluados, sometidos a la crítica y a la revisión en el recién concluido, Octavo Congreso.

Aunque me hubiera gustado que aterrizara en algunas interpretaciones teóricas erradas, y en los graves problemas estructurales y conceptuales de la economía nacional, el tiempo no era suficiente. Mostró altura, empatía y capacidad. Puede resultar un hallazgo. Como quiera que el primero en intervenir consumió más de la tercera parte de los 60 minutos del programa, Broche Lorenzo, asumió la contextualización realizada por el antecesor, concentrándose en asuntos generales lo que será el universo de atención de su departamento, no obstante, dio una excelente impresión y es de esperar una labor exitosa.

Cuando la conductora cedió la palabra a Polanco, restaban 11 minutos de los cuales consumió 10 dejando margen para despedir la emisión. No obstante, administró la magra dosis y aprovechando su preparación, experiencias políticas y habilidades expositivas, realizó una satisfactoria exposición y proyectó lucidez en torno a la labor ideológica en las presentes circunstancias determinada, entre otras cosas por los cambios operados en la sociedad cubana, los factores económicos sociales y la agresividad del imperialismo.

El funcionario, mostró comprensión acerca de que, a diferencia de los demás departamentos del Comité Central cuya labor es básicamente interna, el Departamento Ideológico, encargado de la prensa, la radio y la televisión, la propaganda, parte de la cultura y otros asuntos, tiene un contacto diario con la sociedad. El llamado “trabajo ideológico” es la esencia de la labor de todo el Partido que, si solo se dedicara a ello cumpliría su cometido.

Lejos de ser una entidad administrativa o de control en el Partido, se trata de una fragua de ideas y de iniciativas para machihembrar los objetivos de la dirección política y gubernamental con el pueblo, la juventud, y los militantes de base. El Departamento Ideológico es uno de los puentes entre el Partido y la sociedad, en especial con intelectualidad y la academia.

En la orientación de la propaganda, no solo política, sino también económica, habrá que corregir el triunfalismo y la mala práctica de entronizar la agitación donde se requiere la reflexión, evitar enfoques unilaterales o excesivamente politizados y enfoques en los cuales la propaganda y las loas, preceden a las realizaciones.

A mi juicio la presentación realizada por el flamante ideólogo estuvo a la altura, evidenciando, comprensión acerca de que será preciso lidiar con el fin de la homogeneidad ideológica, incluso al interior del partido donde conviven diferentes visiones, como por ejemplo los cristianos y otros religiosos y los marxistas, avanzar en el cambio de mentalidad promovido por Raúl Castro que implica una mirada desprejuiciada, a las experiencias socialistas precedentes, así como, al marxismo y al leninismo y a ciertas interpretaciones históricas, trabajando para reforzar el consenso social a partir de la diversidad.

De todas sus obras, la más eficaz de las realizadas por la Revolución Cubana, que permitió desterrar el anticomunismo, acatar las ideas socialistas, entronizar formas de vida colectivas, asumir el ateísmo realizar enormes sacrificios, especialmente en el consumo en aras de construir un porvenir que no ha llegado, y crear un férreo consenso social, es la labor ideológica, tan eficaz que convirtió ideas en valores, algunas erradas y ahora difíciles de sobrepasar.

Lamento que a ellos les haya faltado tiempo, en mi caso se trata de espacio. En resumen, los tres fueron convincentes. Éxitos compañeros. Allá nos vemos.

Congreso vivo y actuante (+Video)

 La certeza de que el Partido Comunista de Cuba, en su renovación, se nutre de cuadros capaces y comprometidos con la continuidad de la Revolución, se puso de manifiesto en las intervenciones realizadas ayer en la Mesa Redonda por Joel Queipo Ruiz, Jorge Luis Broche Lorenzo y Rogelio Polanco Fuentes, nuevos integrantes del Secretariado del Comité Central de la organización política

Foto: Captura de video

La certeza de que el Partido Comunista de Cuba, en su renovación, se nutre de cuadros capaces y comprometidos con la continuidad de la Revolución, se puso de manifiesto en las intervenciones realizadas ayer en la Mesa Redonda por Joel Queipo Ruiz, Jorge Luis Broche Lorenzo y Rogelio Polanco Fuentes, nuevos integrantes del Secretariado del Comité Central de la organización política.

Sobre la batalla económica que libra el país, definida como prioridad del trabajo partidista, Joel Queipo Ruiz, jefe del Departamento Económico del Comité Central, insistió en que se desarrolla en medio del peculiar contexto creado por la pandemia y por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.

El Congreso, comentó, evaluó la implementación de los Lineamientos, vistos en su imbricación con la nueva Constitución, así como en su relación con la Tarea Ordenamiento, puesta en marcha en enero pasado. Esto último, opinó, fue una osadía asumida con inteligencia, porque permitió implementar más de 50 Lineamientos.

A la magna cita, explicó, la marcan tres documentos importantes, y el primero es el Informe Central presentado por Raúl, también muy osado, que enseña a mirar al futuro. Además, marca retos como el que tiene por delante la empresa socialista en su articulación con el sector no estatal.

Otros momentos claves fueron las profundas discusiones en comisiones, y la reseña de la economía, que estuvo creciendo hasta que fue impactada por varios centenares de medidas contra Cuba aplicadas por la administración de la Casa Blanca.

Al referirse al rol de la ciencia, la tecnología y la innovación para impulsar la economía y la sociedad en general, Jorge Luis Broche Lorenzo, jefe del Departamento de Educación, Ciencia y Deporte, aseveró que esa visión defendida por Fidel se remonta a las Tesis y Resoluciones del 1er. Congreso del Partido, que dio paso a un proceso evolutivo que tuvo nuevas etapas a partir del 7mo. Congreso, y de la conceptualización del Modelo económico y social del país, así como en la aprobación del Plan de desarrollo económico y social hasta 2030.

En todos estos años, dijo, se han aprobado 12 políticas que favorecen el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, varias de ellas convertidas en normas jurídicas, y otras en fase de implementación, que han salido de intensas discusiones, generadas en los sectores académicos y productivos.

A su juicio, una de las grandezas del reciente Congreso es haber movilizado todo ese conocimiento, para llevarlo a documentos que permitan nuevas discusiones frescas y dinámicas, vinculadas entre sí, para que aporten al desarrollo presente y futuro.

Rogelio Polanco Fuentes, jefe del Departamento Ideológico, afirmó que «el Congreso ha repotenciado nuestras convicciones y esperanzas en la capacidad del pueblo para seguir adelante, y hay que mantenerlo vivo».

Tras calificar de profundas, críticas y aleccionadoras las jornadas de la cita, dijo que, en lo adelante, el trabajo político-ideológico se enfrentará a varios desafíos en medio de las nuevas transformaciones impuestas por el complejo escenario internacional y nacional.

«No podemos seguir haciendo lo mismo que hemos hecho hasta ahora en el trabajo político. Hay que revitalizar, actualizar, lograr mayor democracia y participación en nuestras estructuras organizativas, para que se garanticen más combatividad, ejemplaridad, creatividad y sensibilidad ante los problemas», subrayó.

Frente al cambio global de la era de la informatización, donde más de 4 700 millones de personas están conectadas a internet, y el 55 % de la población del planeta está en redes sociales, explicó que hay que defender, también, dentro de los pilares fundamentales de la labor partidista, la comunicación de toda la sociedad y la del Partido.



https://www.youtube.com/watch?v=Tt_DsI69WOQ&t=115s

Enfrentando problemas sistémicos y un triple golpe: la economía cubana a principios de 2021. Comentario HHC

A principios de 2021, la economía cubana se encuentra en condiciones muy precarias.


February 06, 2021


Con las operaciones de exportación ya no concentradas en la venta de bienes primarios, la economía cubana de hoy es, básicamente, una economía de servicios en la que las exportaciones de servicios profesionales, y en menor medida el turismo internacional (junto con las remesas) se han convertido en las principales fuentes de ingresos en moneda dura.

A principios de 2021, la economía cubana se encuentra en condiciones muy precarias. Sobre todo, Cuba sigue sufriendo las ineficiencias, la burocracia y las distorsiones de su economía, dominada por el Estado y excesivamente centralizada. Al necesitar cambios estructurales profundos, el sistema socialista que se aplica no puede servir como herramienta eficaz para desencadenar las fuerzas productivas, ni como un modelo para fomentar el desarrollo real.

Además, el entorno externo de Cuba se ha deteriorado de manera notable debido a la crisis económica y política en Venezuela, y a los esfuerzos del expresidente Donald Trump para revertir la política de compromiso de Estados Unidos con La Habana, iniciada por Barack Obama. No hace falta decir que las consecuencias económicas adversas de la nueva pandemia del coronavirus (COVID-19) han agregado otro problema importante.

Figura 1. Crecimiento del PIB cubano, 2004-2020



Fuentes: ONEI 2020, 2019, 2013, 2007; MEP 2020.

Condiciones económicas

La Figura 1 presenta datos sobre las tasas de crecimiento anual del PIB de Cuba a precios constantes de 1997 entre 2004 y 2020. Impulsado en particular por las prósperas exportaciones de servicios médicos y otros servicios profesionales en virtud de un acuerdo integral con Venezuela (que involucra grandes suministros de petróleo venezolano a Cuba) y, en menor grado, ingresos considerables por exportaciones de níquel y las actividades relacionadas con el turismo internacional, el PIB creció 11,2% en 2005, 12,1% en 2006 y 7,3% en 2007.

No obstante, después de 2007 la economía experimentó una fuerte desaceleración. El PIB anual promedió 2.7% en 2008-2013 y solo 1.6% en 2014-2019. Aunque pequeña, la contracción del PIB (-0,2%) en 2019 fue la primera caída anual desde 1993. Debido principalmente a los efectos negativos de la pandemia mundial de coronavirus, se anunció que el PIB se redujo alrededor del 11% en 2020, lo cual es notablemente peor que el resultado promedio (-7,7%) en América Latina y el Caribe (MEP 2020; CEPAL 2020).

Figura 2. Exportaciones e importaciones de bienes y servicios 2004-2020a


Fuentes: ONEI 2020; 2019, 2013, 2007; MEP 2020.
Nota a: Estimados para 2020.

En la Figura 2 se destaca la evolución del comercio exterior cubano (valores anuales de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios) entre 2004 y 2020. La economía nacional siempre ha sido una economía abierta con una fuerte dependencia de las actividades del sector externo, sobre todo de las que involucran el comercio exterior.

La balanza comercial anual de bienes y servicios registró regularmente déficits entre 1990 y 2004, ya que los ingresos del turismo, en rápida expansión, no lograron compensar el creciente déficit del comercio de mercancías. Solo después de 2004, cuando las exportaciones de servicios profesionales aumentaron de manera abrupta, la balanza comercial general comenzó a registrar superávits, aunque no en todos los años. Las exportaciones de bienes y servicios aumentaron de $ 5.6 mil millones en 2004 a $ 18.6 mil millones en 2013, pero han disminuido considerablemente desde entonces a $ 12.6 mil millones en 2019.

Cayeron aún más en 2020, posiblemente a menos de $ 10 mil millones, porque los ingresos del turismo se desplomaron drásticamente y con fuerza. Los ingresos en divisas de otras fuentes importantes también disminuyeron. La balanza comercial general de Cuba pudo registrar un superávit en 2020 solo porque las importaciones se redujeron alrededor del 30%.[1] De todos modos, el país sigue dependiendo de grandes cantidades de importaciones-- principalmente combustibles, alimentos, maquinaria y equipo y productos manufacturados-- para complementar la insuficiente producción nacional y aliviar las necesidades de su sociedad.

Además de los decepcionantes resultados del sector agrícola, excesivamente centralizado, vale la pena señalar que en 2019 la producción de la industria manufacturera fue solo el 70% de su nivel de 1989 (ONEI, 2020). Cuba también enfrenta varios problemas que limitan el funcionamiento del sector externo. Estos incluyen un gran déficit comercial de mercancías, una concentración comercial excesiva en términos de productos y mercados, vulnerabilidad a las perturbaciones del comercio exterior --en particular a las oscilaciones de los precios internacionales-- y una dependencia también excesiva de las actividades de exportación con escasos efectos indirectos intersectoriales.

Sin embargo, desde fines de 2019, a medida que se intensificaba la escasez de efectivo debido al endurecimiento de las sanciones de los Estados Unidos, así como a la disminución de las divisas y las reservas internacionales, Cuba ha vuelto a tener dificultades para pagar su deuda con empresas extranjeras y países acreedores.

Una deuda externa considerable en moneda fuerte, una contracción de la liquidez y otros problemas financieros cada vez mayores, exacerbados por el empeoramiento del entorno externo, han colocado cargas adicionales sobre la atribulada economía nacional.

La deuda total aumentó de $ 11,6 mil millones en 2008 a $ 18,2 mil millones en 2016 (pero cayó ligeramente a $ 17,8 mil millones en 2017, la última vez que se informó), aunque el país pudo obtener un alivio sustancial de la deuda. Las principales condonaciones de la deuda cubana incluyeron $ 6 mil millones con China en 2011, unos $ 1,4 mil millones con acreedores comerciales japoneses en 2012 y casi $ 500 millones con México en 2013. Más recientemente, en 2014, Rusia canceló el 90% de la deuda de Cuba de $ 35,2 mil millones con la otrora Unión Soviética, mientras que en 2015 un acuerdo con el Club de París perdonó $ 8.5 mil millones de la deuda en mora de $ 11.1 mil millones de Cuba y reestructuró los pagos del resto.

Sin embargo, desde fines de 2019, a medida que se intensificaba la escasez de divisas debido al endurecimiento de las sanciones estadounidenses, así como a la disminución de las reservas internacionales, Cuba ha vuelto a tener dificultades para pagar su deuda con empresas extranjeras y países acreedores.[2] Además, la Isla sufre de niveles insuficientes de inversión extranjera y grandes fallas sistémicas que sofocan el crecimiénto y el desarrollo económicos.

Problemas sistémicos

De hecho, la economía cubana sufre graves problemas estructurales. Entre ellos se encuentran:
  • una débil capacidad de generar ahorros internos para apoyar la inversión;
  • bajos niveles de productividad de la mayoría de las empresas estatales;
  • distorsiones de precios relativos derivadas de controles gubernamentales que obstaculizan los mecanismos de mercado; y
  • hasta el 1 de enero de 2021, un sistema de doble moneda con múltiples tipos de cambio que creaba esferas de actividad económica fuertemente segmentadas, disminuía los vínculos entre empresas y desalentaba la inversión extranjera.
La insuficiente formación bruta de capital, que se refiere a la inversión interna en fábricas, maquinaria, herramientas, equipos y otros bienes de capital productivos, es un factor de debilitamiento importante para la economía cubana. La relación entre la formación bruta de capital y el PIB, sorprendentemente, fue del 25,6% en 1989; pero desde entonces nunca ha superado el 15% y en realidad promedió solo el 10,4% entre 2000 y 2019. Se requieren resultados anuales similares a los de 1989 para revertir la descapitalización de sectores clave y estimular tasas adecuadas de crecimiento económico (Pérez Villanueva, 2017).

Con la esperanza de impulsar su economía, Cuba ha intensificado sus esfuerzos para atraer la inversión extranjera que tanto se necesita después de la apertura, a fines de 2013, de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y la promulgación de una nueva legislación sobre inversión extranjera (Ley 118) en junio de 2014. Cuba busca $ 2 mil millones a $ 2.5 mil millones en IED por año para lograr tasas anuales de acumulación de capital del 20-25% del PIB y tasas de crecimiento económico anual de más del 5%. Las autoridades revelaron que desde la promulgación de la Ley 118 hasta noviembre de 2020, se aprobaron unos 180 proyectos de inversión extranjera por un valor de $ 7,400 millones; más proyectos por un valor de miles de millones de dólares recibieron autorización en el Mariel.[3]Sin embargo, estos montos se refieren al valor total de los acuerdos pactados y no al capital real entregado al país. The Economist Intelligence Unit informó que entre 2014 y 2020, Cuba recibió alrededor de $ 4,7 mil millones en IED o un promedio de $ 676 millones por año (EIU 2020, 2019), muy por debajo de los objetivos del gobierno.

Los empresarios privados y las cooperativas podrían constituir un complemento viable de las actividades económicas estatales, pero hasta ahora han desempeñado un papel marginal en la economía.

Abordar las notorias ineficiencias de las grandes empresas estatales que continúan dominando la economía cubana es, sin dudas, uno de los desafíos más abrumadores para el gobierno. Varias empresas estatales, sobre todo en los sectores agrícola, industrial y turístico, operan con pérdidas mientras reciben importantes subsidios gubernamentales. El control de la gestión empresarial se basa principalmente en métodos administrativos centralizados en vez de métodos económicos y financieros: las empresas estatales disfrutan de poca autonomía para gestionar fondos y para tomar decisiones comerciales. Los empresarios privados y las cooperativas podrían constituir un complemento viable de las actividades económicas estatales, pero hasta ahora han desempeñado un papel marginal en la economía.

Además, el sistema de doble moneda, recientemente eliminado, reducía el efecto estimulante de los salarios y subestimaba la contribución económica de las empresas exportadoras, mientras que las importaciones parecían artificialmente baratas. También generaba subsidios ocultos y producía distorsiones en casi todos los indicadores económicos, hasta el punto de que era prácticamente imposible medir la verdadera rentabilidad de las empresas. Todos los problemas antes mencionados conspiran a la hora de lograr una mayor eficiencia y productividad y mejorar la calidad de los bienes y servicios. En pocas palabras, los factores internos pesan aún más que los externos en el desempeño general de la economía cubana.

Factores externos

En cualquier caso, los factores externos sí afectaron duramente a la economía cubana. La economía venezolana ha estado en caída libre desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia en abril de 2013, lo cual imposibilitó que su gobierno mantuviera las estrechas conexiones económicas con Cuba, construidas por Chávez. El comercio bilateral de mercancías de Venezuela con Cuba fue de alrededor de $ 2 mil millones en 2019, menos de una cuarta parte de su nivel de 2012. Para 2019, las exportaciones cubanas a Venezuela habían caído casi un 90% a solo $ 231 millones, mientras que las importaciones habían caído más del 70% a $ 1.8 mil millones (ONEI, 2020).

Los envíos de petróleo venezolano disminuyeron notablemente durante la primera mitad de 2019, lo que obligó al gobierno de La Habana a promulgar medidas de austeridad y aumentar sus compras de crudo a proveedores alternativos como Rusia y Argelia. Los envíos se recuperaron después de alguna manera, pero siguieron siendo poco confiables: la administración Trump impuso sanciones a la industria petrolera de Venezuela y a los tanqueros que transportaban crudo venezolano a la Isla[4]. Mientras tanto, los ingresos de Cuba por los servicios de sus trabajadores profesionales en Venezuela también disminuyeron. En resumen, Cuba está perdiendo lentamente un salvavidas mientras Venezuela se tambalea al borde del colapso y es poco probable que esta tendencia se revierta.

En el contexto de la disminución de la ayuda venezolana y el apretón económico por el endurecimiento de las sanciones estadounidenses, la pandemia de COVID-19 afectó a Cuba en la primavera de 2020 para completar un triple golpe potencialmente devastador para la economía de la Isla.

Para complicar aún más las cosas, el comienzo de la presidencia de Trump a principios de 2017 puso fin a dos años de mejoramiento en las relaciones entre Washington y La Habana bajo la administración Obama y llevó a la reanudación de la tradicional política estadounidense de confrontación. Las medidas de Obama impulsaron los viajes desde Estados Unidos y las remesas a Cuba, produciendo beneficios económicos tangibles y creando oportunidades comerciales para las empresas estadounidenses aunque se completaron relativamente pocos acuerdos comerciales (Spadoni, 2017). En cambio, las medidas de Trump provocaron una caída importante en los arribos de viajeros estadounidenses a Cuba al poner fin a la popular licencia general de pueblo-a-pueblo y prohibir los viajes de cruceros estadounidenses a la Isla. Como resultado, muchos pequeños empresarios privados cubanos quebraron por falta de clientes e ingresos.

Excluyendo a los cubanoamericanos, el número de visitantes estadounidenses que viajaron a Cuba por avión cayó de 448.475 en 2017 a 298.269 en 2019. Las llegadas de pasajeros de cruceros estadounidenses alcanzaron un máximo de 341.005 en 2018, pero se desplomaron a 200.269 en 2019 porque la prohibición de cruceros entró en vigor en junio de ese año. Para intensificar la presión económica sobre Cuba, la administración Trump limitó las remesas familiares a $ 1,000 por trimestre, y a fines de 2020 cortó la mayoría de las transferencias de dinero desde Estados Unidos mediante canales formales al sancionar a dos entidades administradas por los militares (Fincimex y American International Services) que controlan el negocio de remesas en Cuba.

La administración Trump también sancionó a bancos internacionales que hacen negocios con Cuba y permitió que entrara en vigencia el Título III de la Ley Helms-Burton. Y en septiembre de 2020 prohibió a los viajeros estadounidenses alojarse en hoteles estatales cubanos. En definitiva, las medidas punitivas de Trump redujeron los flujos de visitantes y las remesas a Cuba, dificultaron los envíos de petróleo a La Habana, y obstaculizaron la capacidad de Cuba para obtener créditos externos y atraer inversión extranjera (Mesa-Lago y Svejnar, 2020).

Figura 3. Principales fuentes de divisas de Cuba, 2014-2020a


Fuentes: ONEI 2020, 2019; MEP 2020; Morales 2020, 2019.
Note a: Estimados para 2020.

La Figura 3 proporciona datos anuales para el período 2014-2020 sobre los ingresos en moneda dura de fuentes como exportaciones de servicios profesionales, remesas, exportaciones de mercancías y turismo internacional. En una señal de que la economía cubana ya estaba en problemas, todas las fuentes antes mencionadas, con excepción de las remesas, generaron ingresos sustancialmente más bajos en 2019 que en 2018. En el contexto de la disminución de la ayuda venezolana y el apretón económico por el endurecimiento de las sanciones estadounidenses, la pandemia de COVID-19 afectó a Cuba en la primavera de 2020 para completar un triple golpe potencialmente devastador para la economía de la Isla. La pandemia, sin dudas, provocó un nivel de incertidumbre completamente nuevo al detener el turismo, interrumpir los canales informales de remesas, aumentar los costos de envío y exacerbar la escasez de alimentos.

Además, mientras la COVID-19 le dio a Cuba la oportunidad de enviar a sus médicos al extranjero por dinero en divisas, las exportaciones cubanas de servicios médicos han disminuido durante los últimos años, y no solo por la reducción de las actividades en Venezuela. El número de médicos y enfermeras en el exterior se redujo de más de 50.000 en 2015 a alrededor de 28.000 en 2020, principalmente porque tuvieron que dejar países como Bolivia, El Salvador, Ecuador y sobre todo Brasil, donde los presidentes de izquierda perdieron el poder.[1] Por consiguiente, la pandemia ha tenido un impacto negativo significativo sobre los ingresos en divisas de Cuba. En 2020, las ganancias totales estimadas en divisas de Cuba fueron alrededor de un 30% más bajas que su nivel de 2019 ($ 4.6 mil millones menos) y casi la mitad de su nivel de 2014 ($ 9.4 mil millones menos).

Reformas necesarias

Una combinación de tres factores externos importantes, como la terrible situación económica en Venezuela, la línea dura de Trump y la COVID-19, han golpeado a Cuba con extrema dureza, aumentando la necesidad de reformas económicas sistémicas dirigidas a liberar las fuerzas productivas, elevar la eficiencia, estimular el crecimiento y fomentar el desarrollo sostenible.

La respuesta inicial de Cuba a la crisis económica provocada por el coronavirus fue recortar las importaciones, reactivar el sistema de racionamiento de alimentos, abrir tiendas en dólares para captar divisas y suspender o retrasar algunos pagos de su deuda externa.

Luego, en julio de 2020 el gobierno cubano dio a conocer amplias reformas económicas que incluyen la promoción de pequeñas y medianas empresas privadas, a las que se les permitirá formar alianzas con empresas estatales y extranjeras y realizar operaciones de importación y exportación.

El plan de reformas también contempla la creación de un mercado mayorista para el sector privado, la expansión de las cooperativas no agrícolas y el autoempleo, así como otorgar mayor autonomía de decisión y operativa a las empresas estatales.

Sin embargo, la mayoría de estas medidas se habían anunciado en el pasado. Queda por ver cuándo y cómo se implementarán. Incluso la tan esperada unificación monetaria y cambiaria que se inició el 1 de enero del 2021 como parte de la Tarea Ordenamiento, necesaria y acompañada por un aumento de salarios y pensiones, constituye un proceso complejo que conlleva el riesgo de generar una alta inflación y perjudicar a muchos cubanos.

El tiempo dirá si el año 2021 será para Cuba mucho mejor que el 2020.

Referencias

CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). 2020. Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2020. Santiago, Chile: CEPAL.

EIU (Economist Intelligence Unit). 2020. Country Forecast: Cuba. Londres: EIU.

------. 2019. Country Forecast: Cuba. Londres: EIU.

Mesa-Lago, Carmelo y Jan Svejnar. 2020. “The Cuban Economic Crisis: Its Causes and Possible Policies for a Transition.” Florida International University, School of International and Public Affairs, October, https://issuu.com/fiupublications/docs/20370_havel_cuba_report-issuu.

Morales, Emilio. 2020. “COVID-19 Hits the Remittance Market Hard in Latin America.” The Havana Consulting Group, March 31, http://www.thehavanaconsultinggroup.com/en-us/Articles/Article/80.

------. 2019. “Remittances, an Investment Route for Cubans?” The Havana Consulting Group, septiembre 27, http://www.thehavanaconsultinggroup.com/en-us/Articles/Article/69.

MEP (Ministerio de Economía y Planificación). 2020. Principales Aspectos del Plan de la Economía 2021. La Habana: MEP.

ONEI (Oficina Nacional de Estadísticas e Información). 2020. Anuario Estadístico de Cuba 2019.La Habana: ONEI.

------. 2019. Anuario Estadístico de Cuba 2018. La Habana: ONEI.

------. 2013. Anuario Estadístico de Cuba 2012. La Habana: ONEI.

------. 2007. Anuario Estadístico de Cuba 2006. La Habana: ONEI.

Pérez Villanueva, Omar Everleny. 2017. “La economía cubana: situación actual y qué se podría hacer”, en Cuba in Transition 27, 18–29. Washington, DC: Association for the Study of the Cuban Economy, https://www.ascecuba.org/c/wp-content/uploads/2018/01/v27-perezvillanueva.pdf.

Spadoni, Paolo. 2017. “U.S.-Cuba Business Relations Under the Obama Administration and Prospects Under the Trump Administration”, en Cuba in Transition 27, 235–252. Washington, DC: Association for the Study of the Cuban Economy, https://www.ascecuba.org/c/wp-content/uploads/2018/01/v27-spadoni.pdf.
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[1] Marc Frank, “Cuban Economy Shrank 11% in 2020, Government Says,” Reuters, 17 de diciembre de 2020, https://www.reuters.com/article/cuba-economy/cuban-economy-shrank-11-in-2020-government-says-idUSL1N2IX1V9.

[2] Katell Abiven,“Pressured by US Sanctions, Cuba Struggles to Pay its Debt,” Agence France-Presse, 22 de febrero de 2020, https://www.yahoo.com/entertainment/pressured-us-sanctions-cuba-struggles-pay-debts-015228669.html.

[3] Sarah Marsh, “Cuba Attracts $1.9 Billion in Foreign Investment Despite U.S. Sanctions,” Reuters, 8 de diciembre de 2020, https://www.reuters.com/article/us-cuba-economy-tradefair/cuba-attracts-1-9-billion-in-foreign-investment-despite-u-s-sanctions-idUSKBN28I37O; José Luis Rodriguez, “Cuba y Su Economía en 2019: Un Año de Avances en Medio de Dificultades,” Cubadebate, February 18, 2020, http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/02/18/cuba-y-su-economia-en-2019-un-ano-de-avances-en-medio-de-dificultades-ii/

[4] Annie Karni and Nicholas Casey, “New U.S. Sanctions Seek to Block Venezuelan Oil Shipments to Cuba,” New York Times, 5 de abril de 2019, https://www.nytimes.com/2019/04/05/us/politics/trump-sanctions-venezuela-cuba.html.


Paolo Spadoni es profesor asociado en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Augusta. Recibió su doctorado en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de la Florida. También tiene una Maestría en Estudios Latinoamericanos del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de la Florida y un Laurea en Ciencias Políticas de la Universidad de Urbino, Italia.

El Dr. Spadoni ha desarrollado una extensa investigación sobre la economía cubana y sobre el impacto económico de las sanciones de Estados Unidos contra Cuba. Ha publicado en distintos foros académicos y es autor de los libros Cuba's Socialist Economy Today: Navigating Challenges and Change (Lynne Rienner, 2014) y Failed Sanctions: Why the US Embargo Against Cuba Could Never Work (University Press of Florida, 2010).

Comentario HHC: Si tenemos en cuenta que la economía cubana creció ininterrumpidamente de 1994 al 2018, en condiciones de bloqueo económico de parte de EEUU, pues eso dice que las reservas del modelo socialista son proporcionales a las sanciones del vecino del norte. ¿Dónde empieza y donde termina la supuesta ineficiencia nuestra?, es lo que los gobernantes de EEUU no quieren someternos a prueba, porque saben que creceríamos más de modo importante.

El artículo describe la situación económica y enuncia bien las sanciones a que somos sometidos, lo que no se detiene a evaluarlas, y ese es un déficit que presenta importante, ya que además de ilegales, constituyen en la práctica un acto de guerra, tanto contra Venezuela, como con Cuba, y por consiguiente un acto de genocidio (1). Así por ejemplo el costo el año pasado de este bloqueo fue de más de 5 000 millones de dólares, más que el turismo, servicios médicos y remesas juntos, en la actualidad. Trump se dedicó deliberadamente a afectar las fuentes de ingresos de divisas del país.

Por otra parte, los crecimientos que necesitamos para aspirar al desarrollo como país deben ser entre el +7 a 9 % anual, algo difícil en las condiciones de bloqueo económico y financiero de EEUU, y por añadidura las insuficiencias que tenemos en nuestro modelo económico, en ese orden.

Todos los países tienen dificultades, EEUU por ejemplo tiene años con un deterioro de la productividad del trabajo que no recupera, y un crecimiento descontrolado de la desigualdad, amén del déficit presupuestario, entre otros. Pero pocos tienen el nivel de sanciones y acoso contra su economía y sociedad , como lo tienen Cuba y Venezuela, y mas de la principal potencia mundial. Esa variable es determinante y no se puede minimizar en lo más mínimo, y es así porque habría que preguntarse ¿Cuantos países resistirían tal embate durante tantos años, sin que colapsaran?. 

Por otra parte, el haber resistido, deja al descubierto las posibilidades enormes que tuvieramos sino existiera el bloqueo de EEUU. Y ejecutar adicionalmente las reformas estruturales que estan pedientes y se ratificaron en el recien finalizado VIII Congreso del PCC, desde mi punto de vista,  contribuiría a garantizar el necesario desarrollo para conquistar toda la justicia y todo el bienestar que nos merecemos como pueblo.



La Agricultura urbana, suburbana y familiar: la comida más cerca de casa

 El recorrido 88 de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar se realizó ajustado a las condiciones impuestas por la COVID-19

El recorrido 88 de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar se realizó ajustado a las condiciones impuestas por la covid-19. La visita del Grupo Nacional a cada municipio se sustituyó, en esta ocasión, por una autoevaluación del Grupo municipal y provincial de cada provincia, siguiendo la metodología e indicaciones elaboradas para este fin por la Dirección Nacional del Programa.

El análisis de los municipios de cada territorio se realizó mediante plenario provincial, presidido por la directora nacional del Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, doctora en Ciencias Elizabeth Peña Turruellas.