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domingo, 25 de julio de 2021

Al grito de amor México reitera histórica fidelidad a Cuba (+Fotos). Comentario HHC

  

México, 25 jul (Prensa Latina) El grito de amor del presidente Andrés Manuel López de que es el momento de una nueva convivencia entre países de América, y Cuba Patrimonio de la Humanidad, fue respaldado hoy por cientos de mexicanos.

Vísperas del 68 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, inicio de la guerra necesaria, los mexicanos salieron a festejar la fecha esta vez bajo el estímulo de lo que ya se considera un discurso histórico del presidente que rompió el formalismo de los que se pronuncian en fiestas patrias.



López Obrador explicó con precisión lo ocurrido desde la caída del colonialismo europeo en América, y el surgimiento de un imperio neocolonialista, el estadounidense, como nuevo poder hegemónico, manipulador de los ideales de independencia con su Doctrina Monroe desintegradora de los pueblos.

El único país de América, dijo, que logró zafarse de su predominio fue Cuba, la cual logró hacer valer su independencia y defenderla durante 62 años de todo tipo de ataques, y los ha vencido con la misma gloria que la población celta de Numancia y esa es una hazaña que merece un reconocimiento histórico muy alto.

Que eso lo haya dicho, además, en el Castillo de Chapultepec, el último bastión conquistado por las tropas de Estados Unidos tras su invasión militar de 1848 con la cual le robó a México dos millones de kilómetros cuadrados ricos en petróleo, minerales, agua y otros recursos naturales, lo convierte en un hecho histórico imperecedero.

Esa proclama visionaria de que llegó el momento de una nueva convivencia entre los países de América, no excluye a Estados Unidos ni a Canadá, explicó. Por el contrario, exhorta a hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva.

No es ese el camino sino el de admitir que es tiempo de expresar y explorar otra opción: dialogar y lograr el convencimiento de que una nueva relación entre los países de América es posible y persuadir de ello a los más retrógrados.

Como coincidieron varios oradores en el acto de hoy frente a la embajada estadounidense, es inaplazable que el gobierno de Estados Unidos y las fuerzas conservadoras admitan sin temores ni prejuicios que el modelo aplicado durante los casi 200 años del imperio del norte está agotado y no resiste más, y hay que sustituirlo.

Esto pasa, en lo inmediato, por la eliminación del bloqueo a Cuba y la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA) como ministerio de colonias de Estados Unidos, a cuya eliminación llamó también López Obrador y ratificaron hoy en el mitin de apoyo a la Revolución cubana ante su embajada en México.

La proclama de López Obrador de que llegó la hora de una nueva convivencia en América, que ya en México la parangonan con el Grito de Dolores pero con una visión continental, sí es un verdadero alarido que surge desde el hondón americano y no de las bodegas de esquina como pretenden sacerdotes de la palabra que se rasgan las vestiduras cuando la historia y la patria exigen todo lo contrario, coincidieron oradores.

México, dijeron, salió hoy a las calles a defender a Cuba como siempre ha hecho, y los cubanos les expresaron todo su agradecimiento en un comunicado leído en la concentración por miembros de la Asociación José Martí de residentes.

Comentario HHC: Adicional a lo expresado por Prensa Latina, volvimos a marchar contra el bloqueo y en vísperas del 26 de julio. Caminamos mas de 2 km desde el Hemiciclo Juárez hasta la embajada de EEUU, donde estuvieron oradores de diferentes organizaciones mexicanas y cubanos residentes. 

Aunque Prensa Latina me publico en la nota anterior,  "reporteando" directamente en facebook ( 2da foto con gorra primer plano), les agrego otras fotos para que se tenga idea de lo realizado por todos sobre todo por los mexicanos.  














Banco Central de Cuba alerta a la población sobre denominación de billetes. Comentario HHC

 


Banco Central de Cuba alerta a la población sobre denominación de billetes

La Habana, 25 jul (ACN) El Banco Central de Cuba alerta a la población que en las redes sociales se difunde un mensaje sobre la circulación de un billete de la denominación de 1000 pesos cubanos (CUP).

La serie del billete (2100D) y el número consecutivo (58586181) confirman que ese billete no ha sido emitido ni puesto en circulación por el Banco Central de Cuba y no tenemos evidencia física de su existencia.

Se informa a la población, que el número de serie de los billetes de 1000 actualmente en circulación comienzan con las letras JA y las medidas de seguridad con las que cuenta el referido billete lo convierte en un billete seguro.

25 de julio de 2021

Banco Central de Cuba

Comentario HHC: La introducción de billetes falsos en circulación forma parte de la guerra económica que se quiera hacer contra cualquier pais, para implosionar una economía.

Ahora bien la información es insuficiente porque si la serie es lo único que lo diferencia de los verdaderos,  estamos en presencia de algo mas preocupante. 

UNIR ES LA PALABRA DE ORDEN. OÍR Y DIALOGAR DEBE SER EL MÉTODO

Por Joaquín Benavides Rodríguez*

Hay que tratar de que no se pierda este ejemplo extraordinario que nos ha dado Silvio a todos de que es necesario oír a los jóvenes y estar dispuestos a dialogar con ellos. Oírlos a todos, no solo a los que se manifiesten y piensen igual al Gobierno y a los que nos llamamos revolucionarios. También y en especial a los que discrepan y piensan distinto.

 No hay otra salida posible para salvar la Revolución. Nadie debe considerarse dueño de ella. Ni de sus ideas. No es racional ni revolucionario subestimar sin debatirlas, las ideas, opiniones y aspiraciones de una parte de la juventud de este país, que no están conformes con el futuro que ven ante ellos, tampoco con la forma en que no participan en las decisiones que los afectan, ni con la percepción que tienen, con razón o sin ella, pero percepción al fin,  de cómo el Gobierno en cualesquiera de sus instancias se despreocupa de atender debidamente necesidades tan vitales como conseguir como trabajar para atender las necesidades familiares, así como facilidades para exponer sus ideas libremente, sin estar sujetos a limitaciones burocráticas que tienden a situarlo fuera de la Ley. Una vez fuera de la Ley, todo comienza a complicarse mucho, tanto para los jóvenes como para los gobernantes.

Los jóvenes, piensen como piensen, no son nuestros enemigos, son nuestros jóvenes.

Que alguien que tenga hijos o nietos jóvenes todos educados en muestras escuelas, pero influidos por el mundo real, intente obligarlos a pensar igual a nosotros y verá lo que descubre.

Recordemos que a algunos de nosotros han intentado acusarnos de centristas, y sin discutir a fondo las ideas, se intenta también de acusar a otros de neoplatistas y anexionistas. Y a donde conduce eso? Con toda seguridad a dividir y a debilitar la Revolución. Nadie debe tener derecho a proclamarse más revolucionario que otro ni más patriota que otro. Ni a considerarse que tiene toda la verdad, y que los demás están equivocados. Tenemos un enemigo bien poderoso que lo que si quiere es que fracase el proyecto revolucionario cubano y volver a dominar al país. Y ese enemigo no renunciará nunca a su objetivo estratégico. Su táctica principal ha sido y será siempre dividir. Pero la unión tiene que surgir del consenso nacional y no de la imposición de unos con situación de poder sobre los otros simples ciudadanos. Y solo el respeto de todos a la Constitución, y a métodos realmente democráticos cada vez más inclusivos, puede crear una muralla a través de la cual el enemigo imperial no pueda introducirse.

 Los que hemos sido trabajadores políticos, y yo lo he sido desde que me incorpore a la lucha revolucionaria en 1957, aprendimos y sabemos que la única forma de incorporar a los jóvenes es conversando mucho con cada uno de ellos y convencerlos de que vale la pena unirse a una empresa revolucionaria como la cubana. Y ese trabajo hay que hacerlo con todos. No se puede excluir a ninguno. Piensen lo que piensen o crean en lo que crean. Lo decisivo es incorporarlos. Y una vez incorporados oírlos siempre. No hay peor ofensa para un joven que no se le oiga su queja o lo que quiera decir. Y no solo para los jóvenes, es una ofensa para cualquier ciudadano de cualquier edad.

 Para Unir hay que aprender a Oír y Dialogar. Con los jóvenes es imprescindible ese Método. No aplicarlo lleva a restar y a no sumar.

 25 de julio de 2021

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte

Texto del Discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador en el 238 Aniversario del Natalicio de Simón Bolívar, desde el Castillo de Chapultepec

 Julio 24, 2021


2021: Año de la Independencia

Respetables cancilleres y representantes de países hermanos de nuestra América:

Agradezco la presencia de Isabel Allende, gran escritora chilena que nos acompaña en este acto para homenajear al Libertador Simón Bolívar, recrear su proyecto de unidad entre los pueblos de América Latina y el Caribe, y apoyarnos en la historia para enfrentar mejor el presente y el porvenir.

Amigas y amigos todos,

Nacido en 1783, exactamente 30 años después que Miguel Hidalgo, Simón Bolívar decidió desde muy joven luchar por causas grandes, nobles y justas. Como el propio Hidalgo y como José María Morelos y Pavón, los padres de nuestra patria, el libertador Bolívar reunía virtudes excepcionales.

Simón Bolívar es un vivo ejemplo de cómo una buena formación humanista puede sobreponerse a la indiferencia o a la comodidad de quienes provienen de cuna fina. Bolívar pertenecía a una familia acomodada, de hacendados, pero desde niño fue educado por Simón Rodríguez, un pedagogo y reformador social que lo acompañó en su formación hasta que alcanzó un elevado grado de madurez intelectual y de conciencia.

En 1805, con apenas 22 años, en el Monte Sacro de Roma “jura en presencia de su maestro y tocayo no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que haya logrado libertar al mundo hispanoamericano de la tutela española”.

Al igual que su padre, tenía vocación militar, pero al mismo tiempo era un hombre ilustrado y como solía decirse, de mundo, pues viajó mucho por Europa; vivió o visitó España, Francia, Italia, Inglaterra; hablaba francés, sabía de matemáticas, de historia, de literatura, pero no sólo era un hombre de pensamiento era también un hombre de acción.

Conocía el arte de la guerra y era al mismo tiempo un político con vocación y voluntad transformadora: sabía de la importancia del discurso, de la fuerza de las ideas, de la eficacia de las proclamas y era consciente de la gran utilidad del periodismo y la imprenta como instrumentos de lucha. Conocía el efecto que causaba la promulgación de leyes en beneficio del pueblo y, sobre todo, valoraba la importancia de no rendirse, de la perseverancia y de no perder nunca la fe en el triunfo de la causa por la que se lucha en bien de los demás.

En 1811, Bolívar se incorpora al ejército anticolonialista, bajo las órdenes de Francisco de Miranda, precursor del Movimiento Independentista. Poco después, ante titubeos de este militar, Bolívar toma el mando de las tropas y en 1813 inicia la liberación de Venezuela; poco antes, como escribe Manuel Pérez Vila, uno de sus biógrafos, los pueblos lo empezaron a llamar Libertador, “título que le confieren solemnemente, en octubre de 1813, la municipalidad y el pueblo de Caracas, y con el cual habría de pasar a la historia”.

En su lucha incansable por los caminos y los mares de América se entrelazan triunfos y derrotas; su campaña militar lo lleva a refugiarse en Jamaica y en Haití; de este pueblo, de Haití, y de su gobierno recibe en dos ocasiones apoyo para sus campañas, algo verdaderamente excepcional y un ejemplo de solidaridad y hermandad latinoamericana.

En 1819 entra triunfante a Bogotá y poco después se expide la Ley Fundamental de la República de Colombia. Este gran estado, la gran Colombia, creación del Libertador, comprendía las actuales repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.

No todo fue fácil en su lucha: perdió batallas, enfrentó traiciones y, como en todo movimiento transformador o revolucionario, aparecieron las divisiones internas que pueden llegar a hacer hasta más que las contiendas contra los verdaderos adversarios.

En la lucha para liberar a los pueblos de nuestra América, Bolívar contó con el gran apoyo del general Antonio José de Sucre y en 1822 se encontró, en Guayaquil, Ecuador con el general José de San Martín, otro ilustre titán de la independencia sudamericana.

En ese entonces se constituyó la “República Bolívar” hoy Bolivia, y se consuma la independencia de Perú. Por cierto, en la costa de este país, a principios de 1824, Bolívar se enferma y a pesar de las malas noticias, por traiciones y derrotas, se cuenta que desde el butaque, la silla donde estaba sentado surgió la famosa exclamación: “¡Triunfar!”. Esta anécdota la hizo poesía el maestro Carlos Pellicer, quien lo admiraba con intensidad y vocación; dice el verso:

Señor don Joaquín Mosquera

de cierta villa, llegaba.

Apeóse de su mula

y al Libertador buscara.

Vieja silla de baqueta

en la pared reclinada

de una miserable casa;

sobre de ella el cuerpo triste

de Bolívar descansaba.

Abrazóle don Joaquín

con muy corteses palabras.

El héroe del Mundo Nuevo

apenas si contestaba.

Luego que el señor Mosquera

las penas enumerara,

le preguntó a don Simón:

“Y ahora, ¿qué va usté a hacer?”

“¡Triunfar!” El Libertador

respondió con loca fe.

Y fue sólido silencio

de admiración y de espanto…

Luego de este aciago momento, el Libertador vivió muchos otros de igual desdicha; el último tramo de su existencia está marcado por las constantes divisiones en las filas liberales, que llevaran incluso a que, en vísperas de su muerte, Venezuela se proclamara estado independiente de la Gran Colombia. El 17 de diciembre de 1830, el gran libertador Simón Bolívar cerró los ojos y ya no despertó.

Pero como los grandes hombres, cierran los ojos y se quedan velando, no se mueren del todo.

La lucha por la integridad de los pueblos de nuestra América sigue siendo un bello ideal. No ha sido fácil volver realidad ese hermoso propósito. Sus obstáculos principales han sido el movimiento conservador de las naciones de América, las rupturas en las filas del movimiento liberal y el predominio de Estados Unidos en el continente. No olvidemos que casi al mismo tiempo que nuestros países se fueron independizando de España y de otras naciones europeas, fue emergiendo en este continente la nueva metrópoli de dominación hegemónica.

Durante el difícil periodo de las guerras de independencia, inaugurado por lo general alrededor de 1810, los gobernantes estadounidenses, con óptica enteramente pragmática, siguieron los acontecimientos con sigiloso interés. Estados Unidos maniobró en diferentes tiempos conforme a un juego unilateral: cautela extrema al principio, para no irritar a España, Gran Bretaña, la Santa Alianza, sin obstaculizar la descolonización, que por momentos se veía dudosa; sin embargo, hacia 1822, Washington inició el reconocimiento rápido de las independencias logradas a fin de cerrar el paso al intervencionismo extracontinental, y en 1823, al fin, una política definida.

En octubre, Jefferson, progenitor de la Declaración de Independencia y convertido para entonces en una especie de oráculo, dio respuesta por carta a una consulta que sobre la materia le hiciera el presidente Monroe. En un párrafo significativo, Jefferson dice: “Nuestra primera y fundamental máxima debería ser la de jamás mezclarnos en los embrollos de Europa. La segunda, nunca permitir que Europa se inmiscuya en los asuntos de este lado del Atlántico”. En diciembre, Monroe pronunció el famoso discurso en el que quedó delineada la doctrina que lleva su nombre.

La consigna de “América para los americanos” terminó de desintegrar a los pueblos de nuestro continente y destruir lo edificado, lo material, por Bolívar. A lo largo de casi todo el siglo XIX se padeció de constantes ocupaciones, desembarcos, anexiones y a nosotros nos costó la pérdida de la mitad de nuestro territorio, con el gran zarpazo de 1848.

Esta expansión territorial y bélica de Estados Unidos se consagra cuando cae Cuba, el último bastión de España en América, en 1898, con el sospechoso hundimiento del acorazado Maine en La Habana, que da lugar a la enmienda Platt y a la ocupación de Guantánamo; es decir, para entonces Estados Unidos había terminado de definir su espacio físico-vital en toda América.

Desde aquel tiempo, Washington nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del Río Bravo. La influencia de la política exterior de Estados Unidos es predominante en América. Solo existe un caso especial, el de Cuba, el país que durante más de medio siglo ha hecho valer su independencia enfrentando políticamente a los Estados Unidos. Podemos estar de acuerdo o no con la Revolución Cubana y con su gobierno, pero el haber resistido 62 años sin sometimiento, es toda una hazaña. Puede que mis palabras provoquen enojo en algunos o en muchos, pero como dice la canción de René Pérez Joglar de Calle 13: “yo siempre digo lo que pienso”.

En consecuencia, creo que, por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba, merece el premio de la dignidad y esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia, y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad.

Pero también sostengo que ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América, porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie. Hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a Estados Unidos o de oponernos en forma defensiva.

Es tiempo de expresar y de explorar otra opción: la de dialogar con los gobernantes estadounidenses y convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible.

Considero que en la actualidad hay condiciones inmejorables para alcanzar este propósito de respetarnos y caminar juntos sin que nadie se quede atrás.

En este afán puede que ayude nuestra experiencia de integración económica con respeto a nuestra soberanía, que hemos puesto en práctica en la concepción y aplicación del Tratado económico y comercial con Estados Unidos y Canadá.

Obviamente, no es poca cosa tener de vecino a una nación como Estados Unidos. Nuestra cercanía nos obliga a buscar acuerdos y sería un grave error ponernos con Sansón a las patadas, pero al mismo tiempo tenemos poderosas razones para hacer valer nuestra soberanía y demostrar con argumentos, sin balandronadas, que no somos un protectorado, una colonia o su patio trasero. Además, con el paso del tiempo, poco a poco se ha ido aceptando una circunstancia favorable a nuestro país: el crecimiento desmesurado de China ha fortalecido en Estados Unidos la opinión de que debemos ser vistos como aliados y no como vecinos distantes.

El proceso de integración se ha venido dando desde 1994, cuando se firmó el primer Tratado, que aun incompleto, porque no abordó la cuestión laboral, como el de ahora, permitió que se fueran instalando plantas de autopartes del sector automotriz y de otras ramas y se han creado cadenas productivas que nos hacen indispensables mutuamente. Puede decirse que hasta la industria militar de Estados Unidos depende de autopartes que se fabrican en México. Esto no lo digo con orgullo sino para subrayar la interdependencia existente. Pero hablando de este asunto, como se lo comenté al presidente Biden, nosotros preferimos una integración económica con dimensión soberana con Estados Unidos y Canadá, a fin de recuperar lo perdido con respecto a la producción y el comercio con China, que seguirnos debilitando como región y tener en el Pacífico un escenario plagado de tensiones bélicas; para decirlo en otras palabras, nos conviene que Estados Unidos sea fuerte en lo económico y no sólo en lo militar. Lograr este equilibrio y no la hegemonía de ningún país, es lo más responsable y lo más conveniente para mantener la paz en bien de las generaciones futuras y de la humanidad.

Antes que nada debemos ser realistas y aceptar, como lo planteé en el discurso que pronuncié en la Casa Blanca en julio del año pasado, que mientras China domina 12.2 por ciento del mercado de exportación y servicios a nivel mundial, Estados Unidos solo lo hace en 9.5 por ciento; y este desnivel viene de hace apenas 30 años, pues en 1990, la participación de China era de 1.3 por ciento y la de Estados Unidos de 12.4 por ciento. Imaginemos si esta tendencia de las últimas tres décadas se mantuviera, y no hay nada que legal o legítimamente pueda impedirlo, en otros 30 años, para el 2051, China tendría el dominio del 64.8 por ciento del mercado mundial y Estados Unidos entre el 4 y 10 por ciento; lo cual, insisto, además de una desproporción inaceptable en el terreno económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza, lo que nos pondría en peligro a todos.

Podría suponerse de manera simplista que corresponde a cada nación asumir su responsabilidad, pero tratándose de un asunto tan delicado y entrañable, con respeto al derecho ajeno y a la independencia de cada país, pensamos que lo mejor sería fortalecernos económica y comercialmente en América del Norte y en todo el continente. Además, no veo otra salida; no podemos cerrar nuestras economías ni apostar a la aplicación de aranceles a países exportadores del mundo y mucho menos debemos declarar la guerra comercial a nadie. Pienso que lo mejor es ser eficientes, creativos, fortalecer nuestro mercado regional y competir con cualquier país o con cualquier región del mundo.

Desde luego esto pasa por planear conjuntamente nuestro desarrollo; nada del dejar hacer o dejar pasar. Deben definirse de manera conjunta objetivos muy precisos; por ejemplo, dejar de rechazar a los migrantes, jóvenes en su mayoría, cuando para crecer se necesita de fuerza de trabajo que, en realidad, no se tiene con suficiencia ni en Estados Unidos ni en Canadá. ¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio? Y en el marco de este nuevo plan de desarrollo conjunto deben considerarse la política de inversión, lo laboral, la protección al medio ambiente y otros temas de mutuo interés para nuestras naciones.

Es obvio que esto debe implicar cooperación para el desarrollo y bienestar en todos los pueblos de América Latina y el Caribe. Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia; digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos.

Apliquemos, en cambio, los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual, “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.

Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica: la propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que, afortunadamente, existen en todos los países de nuestro continente.

Lo aquí planteado puede parecer una utopía; sin embargo, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo.

Mantengamos vivo el sueño de Bolívar.

Muchas gracias.

Castillo Chapultepec, Ciudad de México, 24 de julio de 2021





 

Presidente Diaz Canel se reune con cientistas sociales para debatir sobre la construccion del socialismo en Cuba.

Por Humberto Herrera Carlés

Una vez más se debate sobre un tema que no hay, ni acaso puede haber , unanimidad. Sin embargo, ese es el principal problema, que en nombre de la construcción del socialismo se han obtenido grandes éxitos y se han cometido grandes errores.

Solo enumeraré algunos pocos aspectos a tener en cuenta, que no son todos, y quizás ni los más importantes.

1- La URSS se cayó, "desmerengó" o como quiera llamarse, después que años antes había proclamado que habían alcanzado  el socialismo en lo fundamental. Toda la economía política del socialismo escrita hasta en entonces, se sustituyo por la Economía del Samuelson y las ideas de nuestros líderes. Es decir esta por escribirse aún.

2- El objetivo de los socialistas ha sido siempre la idea de una sociedad que permita el pleno desarrollo del potencial humano.

En el primer borrador del Manifiesto Comunista, Federico Engels se preguntó “¿cuál es el objetivo de los comunistas?” y respondió, “organizar la sociedad de tal manera que cada uno de sus miembros pueda desarrollar y usar su potencial y sus facultades en completa libertad, sin desnaturalizar así la esencia básica de esa sociedad.” En la versión final del Manifiesto, Marx resume todo esto diciendo que el objetivo es “una asociación en que el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos.”

3- En Cuba en nombre del socialismo hemos pasado por diferentes etapas, que se han caracterizado por la concepción que se tenga de lo que es o no Socialismo. Así en 1968 arrasamos con los residuos de la pequeña propiedad privada, en la década del 90 del siglo pasado la reactivamos un poco y después la congelamos, en el siglo XXI ha pasado lo mismo, y ahora al parecer en 2021 vamos a estimular las Mipymes, que es mas allá de lo que eliminamos en 1968. Hemos realizado "rectificación de errores", hemos analizado "las tendencias negativas", hemos superados errores de idealismos, y hemos introducido elementos del capitalismo por la parte trasera de nuestra casa, y decimos que salió por el portal.

4- Se ha centralizado todo y se quiere descentralizar hoy lo esencial, una y otra vez . Hemos sustituido al Consejo de Ministros por el Grupo Central y por el Grupo de Apoyo ante la lentitud de la ejecución de las políticas ( nos movemos en cámara lenta y el mundo no es así). Se ha intercambiado el papel de la Administración por la labor del Partido. La simultaneidad del cargo me hizo  preguntarme en la convocatoria del IV Congreso del PCC, cuando se está hablando por  uno u otro, si es la misma persona a nivel de país. 

5- Se ha creído que la propiedad social sobre los medios de producción es el rasgo principal del socialismo, algo que es cierto en parte, pero lo importante  en última instancia la socialización de los medios de producción, y la correcta y sistemática y rendición de cuentas.

6-  La construcción del socialismo es en esencia, un acto de creación. No olvidar las palabras de Raúl: 

"La edificación de la nueva sociedad en el orden económico es también un trayecto hacia lo ignoto".

Ni las de Fidel: "Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo."

Ni las de Lenin: “El factor más importante, el decisivo para el triunfo del nuevo régimen social es, en última instancia, la productividad".  En Cuba  en el año 1971 que se llamó "Año de la productividad" esta estuvo en el centro de atención, cuando el XIII Congresos de la CTC igualmente, y esporádicamente en la Asamblea Nacional cuando se  anunciaba el comportamiento del indicador relación salario medio- productividad,  ahora ni se menciona casi, y dicen que es el "ahorro" lo importante. 

7- Lo que está demostrado por la Ciencia económica es que el desarrollo de los países, solo es posible con el incremento sostenido de la productividad del trabajo. Y en el caso de la construcción socialista adquiere un papel mas que relevante, con la carga presupuestal de todo aquello que constituyen los Fondos sociales de Consumo.

8-  ¿Es socialista o conduce al mismo, la economía de mercado y toda su formulación, de China y Vietnam ?

9- ¿Se puede llamar socialistas en el espíritu marxista, a muchos gobiernos, que dicen pertenecer a la socialdemocracia o  a partidos socialistas.?

10-  ¿Qué es el Socialismo? ¿Qué es el período de tránsito en que nos encontramos según Marx y Lenin.? 

11- El Socialismo mal llamado real, era en esencia irreal. Mas no hay que tirar el agua con el bebé. 

12- Los clásicos del marxismo solo esbozaron en líneas muy generales qué era el socialismo y su período de tránsito, por lo que han existido dosis de voluntarismo en la interpretación de lo planteado, en los intentos de construcción del mismo de parte de algunos "iluminados".  Hemos estado años citando a los clásicos muchas veces mal traducidos y otras con supresiones del original en temas esenciales , de parte de Engels en los tomos II y III del El Capital, lo que hace necesario  re-estudiar  TODO, como se hace actualmente en el mundo intelectual marxista fuera de Cuba.....

13-El socialismo no será nunca desechado como proyecto social porque es el único que formula, como ningún otro, el perseguir el bienestar  y emancipación de todos y cada uno de los ciudadanos como objetivo, por ello buscar la hoja de ruta sigue siendo una tarea al decir de Marx concienzuda...

Sin embargo, no partimos de cero hay una basta literatura nacional y extranjera que aborda la esencia de lo que hay que hacer, que quizás no se ha tomado en cuenta del todo:

Solo menciono algunos autores, hay muchos mas, y sus obras imprescindibles  en los aspectos que menciona el Presidente Diaz Canel,  por tanto esta relación es para motivar y los invito a  sugerir autores y obras.

Cuba:

1- Luis Marcelo Yera en particular el libro Repensando la economía socialista : el quinto tipo de propiedad".

2- Colectivo de autores: Jesús Pastor García Brigos, Rafael Alhama Belamaric, Roberto Jesús Lima Ferrer y Daniel Rafuls Pineda. Libro "Cuba: propiedad social y construcción socialista".

3- Camila Piñeiro. Compiladora . Libro "Cooperativas y Socialismo. Una mirada desde Cuba".

4-  Fidel Vascos González: Libro "Socialismo y Mercado".

5- Alfredo González Gutiérrez.  Ensayo :  SOCIALISMO Y MERCADO EN LA ETAPA ACTUAL".

6-  Dr. Jose Luis Rodríguez . Libros ,ensayos y artículos.

Extranjero: 

1- La obra de István Mészáros. Toda

2- Alec Nove. "Economía del Socialismo Factible"

3- Wlodzimierz Brus "El Funcionamiento De La Economia Socialista" 

4- Claudio Katz "El Porvenir del Socialismo "

5-  Varios en aspectos puntuales en la obra de los autores:  Oscar Lange, Janos Kornai,  Radoslav Selucky.