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jueves, 10 de febrero de 2022

EL DESARROLLO TURISTICO DESDE LOS GOBIERNOS LOCALES.

Por Dr. Jose L. Perello Cabrera.

                          Las Terrazas

El espacio de trabajo de la comunidad local manifiesta sus ventajas comparativas frente a otras escalas de actuación, de cara a la consecución del desarrollo turístico en dos aspectos básicos.  

En primer lugar, lo local es concreto y tangible, por lo tanto, más fácil de planificar, diseñar, gestionar y controlar; en segundo lugar, lo local presenta los valores de la especificidad y el sentido de identidad diferencial, por cuanto que presenta caracteres o peculiaridades que lo hacen irrepetible y con amplias posibilidades de atracción turística, siempre y cuando se realice una planificación adecuada de la actividad.

El principal argumento o recurso con que cuenta la comunidad a la hora de proyectar el desarrollo turístico es su propio substrato social y cultural. La identidad colectiva, las relaciones sociales, los valores y creencias, la estructura económica y productiva tradicional son elementos que han de ser aprovechados como sólidos basamentos sobre los que se han de asentar los procesos de desarrollo turístico.

El desarrollo local es un proceso controlado por los actores, públicos y privados, del propio territorio, donde resultan fundamentales las capacidades locales, como la gestión, la organización, la articulación, el dialogo, el consenso, la confianza, la creación, la innovación, el emprendimiento; y donde es particularmente importante la capacidad de gestionar los propios recursos laborales y materiales, mediante la producción endógena; aprovechando estratégicamente los posibles recursos externos al territorio, incluyendo la inversión extranjera.

Los procesos de desarrollo turístico, al igual que las actividades productivas como la agricultura, la ganadería, la pesca o la transformación agroalimentaria, han de hundir sus raíces en la propia sociedad local, si es que se concibe al turismo como una actividad socialmente integrada y culturalmente beneficiosa.

No es menos cierto que todos los territorios, tanto rurales como urbanos, poseen en mayor o menor medida, un conjunto particular de recursos humanos, naturales y físicos; un patrimonio histórico y cultural; infraestructuras de soporte; un sistema productivo, conocimientos técnicos, capacidad empresarial, estructura social y política, y formas de organización y relación, entre otros. Estos recursos otorgan la base potencial para responder a los retos que presenta el aumento de la competitividad, la integración, la adaptación de los procesos productivos y organizativos requeridos por las nuevas condiciones de la dinámica económica y social. A partir del conocimiento de estos recursos, en un momento histórico concreto, una comunidad puede encontrar ideas y proyectos que le permitan producir bienes y servicios, articulando nuevas estrategias e iniciativas locales.

Resulta imprescindible destacar, que aquellos territorios que deseen enfrentar un proceso de desarrollo local basado en el turismo tienen ante todo que conocer los recursos existentes con que cuentan, realizando un diagnóstico de los mismos. De esta manera, a partir de la evaluación de estos recursos desde la perspectiva turística, es posible conocer todo aquello que muchas veces la propia comunidad no percibe que posee, o desconoce el estado actual en que se encuentran.

El verdadero producto turístico final es de escala local y de responsabilidad municipal. Es decir, el turista visita un destino para consumir su entorno, sus recursos, sus servicios e infraestructuras públicas, los establecimientos turísticos de ocio y restauración, su cultura, su gente. La suma agregada de estos factores configura el producto turístico en el espacio administrativo del municipio.

La identificación, diagnóstico y valoración de los componentes del sistema turístico, constituye la primera etapa para el desarrollo y la gestión del territorio. En esta tarea resulta prioritario analizar las características geográficas y demográficas de la zona, conocer la historia laboral y productiva local, la infraestructura y servicios básicos y generales, los aspectos relativos a la gestión y desarrollo del turismo (si los hubiera), la disponibilidad de atractivos turísticos culturales o naturales, la existencia de entidades públicas y privadas vinculadas a la actividad turística, la legislación o normativa que regula al sector para ese territorio, la accesibilidad hasta el lugar, la existencia de servicios relacionados con la atención al visitante (alojamiento, gastronomía, actividades recreativas, señalización, etc.), la disponibilidad de recursos humanos capacitados, entre otros elementos.

En síntesis, si bien el turismo puede ser un incentivo para el desarrollo local de pequeñas localidades o territorios, al constituirse en una oportunidad que dinamiza las actividades económicas tradicionales y valoriza las particularidades de la cultura local, tiene que ser previamente evaluado, ordenado y planificado desde los gobiernos locales.

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