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miércoles, 1 de junio de 2022

¿Puede desinflarse la inflación?

 



Los bolsillos se resienten. Los precios andan por las nubes. El salario no cubre el mes completo. El dinero corre como agua entre los dedos. La inflación lejos de mermar, aumenta. ¿Se podrá en algún momento desinflar?

Las más recientes intervenciones que he escuchado afirman que para amortiguarla se necesitan más productos y servicios, o sea, potenciar la oferta para que el peso cubano alcance mayor valor de compra. Confieso que eso me resulta muy parecido al dilema manejado desde hace mucho entre la productividad y el salario. “Si no aumenta la productividad, no puede aumentar el salario”, decían reiteradamente. La realidad ha demostrado que se convirtió en un círculo por el que se andaba sin encontrar el fin, pues si no aumenta el salario no se eleva la productividad, por un elemental sentido de motivación.

Y con la inflación sucede algo parecido. Las limitaciones económicas, la crisis mundial y el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos han dificultado la adquisición de productos y materias primas y el traslado vía marítima o aérea a Cuba. Y eso no puede resolverse de hoy para mañana. Solo el fortalecimiento de la industria y los servicios nacionales podrá apaciguarla y disminuirla en alguna medida.

Es una verdad de Perogrullo que el elevadísimo costo de lo que se adquiere, sea lo que sea, resulta insostenible y que la reforma salarial —hablando en plata— complicó más la situación financiera.

No me detendré en reseñar precios que andan al galope o al aumento cada día de los revendedores de todo y abusadores de muchos, quienes se enriquecen a costa de quienes trabajan y solo disponen del salario para adquirirlos. Fue un fetiche decir que con los nuevos sueldos podríamos comprarnos una muda de ropa mensual e ir una vez al año a un hotel. Vaya ocurrencia, poca lógica y pésimo análisis de lo que sucedería.

No obstante, los cubanos hemos aprendido a enfrentar nuestros propios problemas y hacer hasta lo indecible por resolverlos, porque optamos por un sistema social en el que el ser humano ocupa el centro de la atención. Y las muestras están ahí, a la mano, en los centros asistenciales de la Salud, las escuelas, la seguridad y la asistencia social… A pesar de los pesares no se aplican políticas de choque, aunque —en mi modesto criterio— los procesos de disponibilidad se convierten cada vez en algo más en preocupante. Ese es tema para otro trabajo periodístico.



¿Qué dicen los decisores y los académicos?

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República, planteó la necesidad de potenciar la producción de alimentos, lo cual se debe hacer en condiciones desfavorables ante la falta de divisas para comprar fertilizantes y otros insumos.

Instó a impulsar la agroecología y recordó la aprobación de 63 medidas dirigidas a potenciar el sector agropecuario.

Otra cuestión imprescindible es profundizar en los análisis económicos-financieros de las empresas, apuntó. En la subida de precios, señaló, ha incidido el hecho de que algunas entidades los hayan subido para compensar la ineficiencia, lo cual va en contra del bolsillo de la población.

A ese comportamiento hay que ponerle coto y las decisiones al respecto les corresponden a las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (Osde), los ministerios y otras estructuras gubernamentales. No debe esperarse más.

En una búsqueda en Internet de elementos al respecto, encontré los criterios de tres eminentes economistas cubanos: José Luis Rodríguez, Ricardo González y Jesús Pulido Catasús.

¿Cómo frenar la alta inflación que padece la economía cubana?, les preguntaron.



Economista cubano José Luis Rodríguez García.

José Luis Rodríguez: “En primer lugar, es necesario tener en cuenta que la inflación —como aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en un período de tiempo determinado— es uno de los fenómenos de mayor complejidad que puede enfrentar una economía, y no existen soluciones sencillas y rápidas para enfrentarla y revertir sus efectos.

“A primera vista la causa de la inflación se relaciona con un fuerte desequilibrio entre una demanda solvente y la oferta en el mercado, pero esa situación puede ser provocada por múltiples causas, entre las que se destacan una caída de la disponibilidad de bienes y servicios unida a un aumento de la liquidez en manos de la población.

“(…) La eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria que se implementó en 2021 mediante una devaluación del peso cubano frente al dólar de EE.UU. respondía a la necesidad de ajustar la contabilidad social para reflejar adecuadamente los hechos económicos. En este caso y como ocurre con toda devaluación, se produjo un incremento de la presión inflacionaria y la misma se previó compensarla con aumentos de los salarios y las pensiones de los jubilados.

“Para enfrentar esta situación se requiere un programa que —por un lado— mitigue de inmediato los efectos de la inflación en las personas y por otro, reduzca el índice de precios al consumidor a mediano plazo”.

El experto considera que se deben revisar las fichas de costo de las empresas estatales con vistas a reducir los precios de sus producciones y servicios, especialmente aquellos que impactan directamente en la población y desarrollar mecanismos que permitan encadenar productivamente las Mipymes no estatales con el sector estatal, asegurando la fijación de precios por acuerdo para la producción y los servicios de las mismas.

Ricardo González: “(…) Existe una vasta experiencia internacional en el manejo de la inflación. Por lo tanto no debemos abrumarnos, sino tomar acciones oportunas. La inflación no es un fenómeno nuevo y se conoce con mucha precisión qué instrumentos permiten dar estabilidad a los precios en una economía. Casi todos los países de América Latina y el Caribe —incluido el nuestro— han experimentado (…) episodios de este tipo y al final han logrado sobreponerse; el ejemplo más reciente es el de Venezuela, donde ha habido importantes progresos al respecto en los últimos tiempos.

“Lo segundo que quiero decir es que controlar la inflación no es sinónimo de volver a los precios que existían en enero de 2020, o sea, antes de que tuviera lugar la crisis económica de la Covid-19, y luego, el ordenamiento monetario. Por lo tanto, debemos ajustar nuestras expectativas sobre el objetivo a alcanzar. La meta que debemos proponernos es la de detener la tendencia que hemos estado observando en los mercados (…).

“Para controlar la inflación debemos actuar al unísono sobre factores de oferta y demanda.

“Si queremos incrementar la oferta y mitigar así la inflación, es muy importante reducir los importantes problemas de asignación de recursos que tiene nuestra economía. Sucede que hay empresas de alto desempeño que acceden a menos recursos productivos que los que les correspondería según sus niveles de productividad. Por el contrario hay otras de menor productividad relativa que retienen una proporción mayor de dichos recursos.

“La inflación debe atenderse también desde el lado de la demanda. En este sentido el control de ciertas fuentes de emisión monetaria es clave”.

Jesús Pulido Catasús considera que para afrontar la inflación resulta necesario hacer extensiva la medida tomada con los viajeros, quienes pueden entrar al país alimentos, medicinas y productos de aseo, a otros bienes de consumo popular, a través del sistema de paquetería desde el exterior.

También ampliar la gestión de las transitarias con la contratación de gestores y transportistas particulares para aumentar la eficiencia en la distribución de esos productos, permitir a todos los actores económicos que puedan decidir acerca de cómo realizar sus exportaciones e importaciones y detener el inicio de algunas inversiones que requieren grandes volúmenes de Moneda Libremente Convertible (MLC) y dedicarlo al financiamiento de pequeñas fábricas para producir alimentos por productores de las cooperativas agropecuarias, mediante préstamos con bajas tasas de interés.

Propuso además, estimular la inversión extranjera en la producción de caña de azúcar, azúcar crudo y refino y los derivados respectivos hasta lograr niveles de producción que se correspondan, inicialmente, con la capacidad industrial con que cuenta el país.



Causas multifactoriales

El Doctor en Ciencias Económicas Jesús René Pino Alonso, académico de la Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez (UCf), respondió algunas interrogantes sobre el tema.

¿Cuáles han sido las causas de la inflación que afrontamos en el país?

“Son multifactoriales. Ante todo las propias contradicciones inherentes a las mercancías y su movimiento encierran la potencialidad de crisis, una de cuyas manifestaciones es la inflación.

“La distinción entre el valor y el precio da la posibilidad de que se disocien. Además, el precio no sólo se relaciona con el valor, sino que hay infinidad de factores de diversa índole (no solo económicos) que inciden sobre él.

“La correlación entre demanda y oferta (teoría cuantitativa del dinero) puede provocar variaciones en los precios.

“La tasa de cambio de la moneda y su respaldo real generan presiones inflacionarias.

“La cantidad de dinero en circulación, frente a un volumen determinado de mercancías y la velocidad de rotación del dinero, en su conjunto, determinan la cantidad existente en la circulación. Cuando esa cantidad, por la incidencia de alguno de esos tres factores o de los tres al unísono, se desfasa, surge la presión inflacionaria.

“Inciden también la presencia de monopolios y oligopolios en la producción, falta de transparencia en los mercados, insuficiente dotación de capital fijo, escasa diversificación de las exportaciones, creciente dependencia de importaciones, población creciente e inestabilidad social y política.

“La amortización acelerada de las inversiones lleva a transferir a los costos parte de esa amortización.

“Están presentes también normativas que provocan el incremento irracional de los costos, como es el caso de incorporar a ellos los impuestos, bien por indicaciones directas o por la presión por el pago anticipado, los que gravan los ingresos totales y no los netos o ganancias (regulaciones del Ministerio de Finanzas y Precios) y la situación inflacionaria en la economía”.

¿Existe la posibilidad de ponerle coto al aumento desmedido de los precios?

“Sí, ésta se encierra en la precisión de un sistema normativo de la gestión económica que elimine las irracionalidades del mismo, así como que se oriente a la conducción de los procesos económicos- productivos hacia la mejora continua y la elevación de la productividad del trabajo. (La productividad del trabajo debe ser considerada correctamente, y no como hasta el momento se ve en la estadística oficial como producción por trabajador, lo que es un error”).

¿Cómo frenar esa inflación y revertirla?

“Alcanzando un sostenido incremento de la productividad del trabajo y un sistema institucional (regulaciones, normativas…) correctamente formulado para conducir los procesos socio-económicos al logro del incremento sostenido de la socialización real del trabajo y la producción. Esa es la vía del desarrollo en el proceso de la construcción del socialismo.

Nota final

Como puede apreciarse la inflación es un asunto en extremo complejo, pero debe ser atendido con rigor y urgencia, dada su influencia muy negativa en la vida de los cubanos. Se sabe que existe conciencia de ello y que más temprano que tarde aparecerá el camino a seguir para desinflarla.

( 5 de Septiembre)

1 comentario:

  1. Ya yo perdí la esperanza de una solución a este problema. Por más que el gobierno hable de un plan de medidas para enfrentar este fenómeno, que una de las prioridades en este año es la recuperación del papel del peso cubano, ya estamos en la mitad del año y no se vislumbra solución alguna, todo es bla bla bla y el cuartico sigue igualito. Para mí nuestros gobernantes no son más que unos desvergonzados que hace rato perdieron la brújula, y están jugando un juego muy peligroso.

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