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jueves, 5 de enero de 2023

Economía cubana en tiempos de crisis. Indicadores de su magnitud. Parte 2. Comentario HHC

Es 5 enero 2023. La Joven Cuba

Economía cubana

Las más recientes estadísticas oficiales disponibles de Cuba son las del Anuario Estadístico de 2021 (ONEI, 2022); las cifras macroeconómicas y del sector externo de 2022 no se colgarán en Internet hasta octubre o noviembre de 2023, aunque se dispone de ciertas cifras  ofrecidas por autoridades o expertos cubanos. Para 2023 solo existen algunas metas y proyecciones. Las fuentes de las estadísticas en este ensayo, a menos que se especifique, son los referidos anuarios estadísticos de la ONEI.

Indicadores macroeconómicos

El producto interno bruto (PIB) a precios constantes, que estaba virtualmente estancado desde 2016,1 disminuyó en 0,2% en 2019 y cayó en 10,9% en 2020; el promedio anual del período 2019-2021 fue de -3.3% (Gráfico 1). La caída de 10,9% en 2020 es la mayor después de -14,9% en 1993, el peor año de la crisis de los 90, llamada el Período Especial (Marrero, 2021).

Según la CEPAL (2021a), el descenso cubano de 2020 fue el más fuerte después del venezolano (-30%) y superior al promedio regional de -6,8%. Para 2021, el gobierno cubano fijó una meta de 6%; primero dio un crecimiento de 2% y después lo redujo a 1,3%, mientras que la CEPAL (2021b) estimó 0,5%. La meta oficial para 2022 era de 4%; el Ministerio de Economía y Planificación (MEP, 2022) estimó un aumento del 10,3% en el primer trimestre y de 1,7% en el segundo trimestre, pero la cifra anual fue de 2%, y algunos la juzgan optimista o predicen una caída (Frank, 2022d).2 

Economía cubana

(Fuente: Elaboración del autor basada en ONEI, 2010, 2016, 2022.)

La formación bruta de capital, a precios constantes, declinó de 25% del PIB en 1989 a 16,5% en 2020 y 16,3% en 2021;3 la meta oficial de la formación bruta de capital para mantener un crecimiento adecuado se ha fijado en 25%, pero no se ha alcanzado desde 1989. La inversión a precios constantes declinó -1% en 2019 y -5,9% en 2020 (Cuba Standard, 2022). El déficit fiscal en 2021 fue de 17,7% del PIB, el mayor desde los años 90, pero descendió a 12% en 2021, aunque está afectado por la inflación.

Hay varias cifras sobre la inflación en 2021: el gobierno dio inicialmente una inflación de 60% para el comercio minorista, pero Murillo (2021) afirma que «ese 60% no pega con lo que la gente está viviendo [con] precios siete, diez veces más grandes». Por otra parte, el deflactor del PIB es de 401% (ONEI, 2022, cuadro 5.6). Un experto  estima la inflación entre 270% y 470% (Luis, 2021) y un informe británico la calcula en 740% (EIR, 2022), las tres últimas mayores que la de los años 90s.

Según Gil (2023c), entre enero y octubre de 2022 la inflación «ronda el 29%», una reducción substancial aunque el ministro afirma que no han funcionado las medidas tomadas para «detener el crecimiento desmedido e irracional de los precios». La liquidez monetaria en manos de la población (M-2) superaba al valor del PIB en 2019 y en 2020 creció a 120,4% del PIB, algo que no ocurría desde los años 90; según Murillo, el Estado tiene que recoger un 92% del excedente por medio de ventas, pero solo recoge 67% y eso alimenta la inflación (citado por Figueredo y otros, 2021); el año 2021 está distorsionado por la inflación.

Con dicho excedente medido en pesos nacionales (CUP)4 virtualmente no hay nada que comprar, para ello se necesitan dólares siempre que estén depositados en bancos que emiten una tarjeta magnética para comprar en las tiendas en divisas, o se tengan euros u otra moneda dura; la gran mayoría de los cubanos no tiene acceso a dichas divisas.

En 10 de junio de 2021, el gobierno prohibió el depósito en dólares en los bancos, dando un plazo de once días para hacerlo con los dólares atesorados por la población (Mesa-Lago, 2021b). El valor del dólar en el mercado informal se ha depreciado: en 2021 el oficial de 24 a 100; en 2022 el gobierno aumentó el cambio de 24 a 110 y en el mercado informal subió a 175 el 8 de diciembre (El Toque, 2022a).

Producción física

El índice de producción industrial, que se recuperó parcialmente entre  2013 y 2018, disminuyó a 54,8% en 2021, 45,2% menor al nivel de 1989 (Gráfico 2). En 1989-2021, la elaboración de productos alimenticios menguó a la mitad, la industria azucarera cayó en 89%, la producción textil en 96% y los fertilizantes en 98%.

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(Fuente: Elaboración propia basado en CCE, 1991; ONEI 1995 a 2022)

Las tasas del PIB por clase de actividad económica (agropecuaria, azúcar y pesca) en 2016-2021 se muestran en el Cuadro 1: la tasa promedio anual de crecimiento del  sector agropecuario descendió en -7,7%, la del sector azucarero en – 9,1% y la de  pesca y mariscos en -5,4%.

De un total de trece productos claves agropecuarios y pescados/mariscos en 2021, ocho estaban bajo el nivel de 1989 y todos eran inferiores a cimas de producción previas (Cuadro 2). En 2022 no se cumplió el plan de producción de alimentos, como arroz, frijoles, viandas, carne y huevos (Gil, 2022c).

En 2021-2022, la zafra azucarera fue  de apenas 474.000 toneladas (comparada con alrededor de 8 millones en los años 80), la más baja en la historia (Álvarez Quiñones, 2022). De esa suma, 600.000 toneladas deben ir al consumo interno y 400.000 han de ser exportadas a China, por lo que Cuba tuvo que importar azúcar de Brasil para cumplir con China y cubrir el consumo nacional.

La meta para la zafra de 2022-2023 es de 455.200 toneladas, 4% menor a la anterior debido al cierre de ingenios, escasez de petróleo y falta de insumos y personal, por lo cual se dedicará únicamente al consumo (Frank, 2022c); se planean exportaciones de solo 90.000 toneladas, de modo que tampoco se cumpliría la obligación con China (Gil, 2022b)

Nota: La cima de producción marcada en negrita.  a Nivel en 2021 por debajo del nivel de 1989. Miles de millones. Miles de cabezas, la cima fue de 6,8 millones en 1967. La cima fue de 55.000 toneladas en 1981.  La cima fue de 244.000 toneladas en 1986.

De un total de once productos manufacturados clave en 2020-2021, cuatro estaban bajo el nivel de 1989 y los niveles de todos eran inferiores a las cimas de producción previas (Cuadro 3). La extracción de petróleo mermó en 23% entre 2010 y 2020, y la de gas natural declinó en 47%  durante la etapa 2015-2021. El enorme  incendio en la planta de almacenamiento de combustible en Matanzas en 2022 destruyó 40% del principal tanque de almacenamiento, dañó el único puerto para súper-tanqueros y quemó 75,000 m2 de gas, una pérdida de US$10.000 millones; lo cual aumentó la dependencia cubana  a la energía importada (60% de sus necesidades, antes era 50%).

Las importaciones venezolanas de combustible, que alcanzaron una cima de 115.000 barriles diarios en 2015, mermaron a 56.610 barriles en el primer semestre de 20225 (Rodríguez, 2022b), mientras que el precio del petróleo se disparó a una cima de US$110 por barril en marzo de 2022 (Statista, 2022).

La generación de electricidad disminuyó en 16,4% en 2016-2021, lo cual obligó a contratar cinco plantas flotantes turcas, ancladas en las bahías de La Habana, Mariel y Santiago para aumentar la capacidad de generación eléctrica. Además, averías y paralizaciones de las principales plantas generadoras (Rodríguez, 2022b) provocaron que la producción de energía eléctrica en 2022 fuese de solo 2.420 GWh, 86% inferior a la de 2021 y 12% del plan de 20.168 GWH (Gil, 2022a). Estos factores han suscitado el retorno de los «apagones» eléctricos de siete a dieciocho horas diarias (Frank, 2022b), como ocurrió en la crisis de los 90.

La planta termoeléctrica más moderna, en Cienfuegos, que consiste en un grupo de aparatos generadores coordinados con apenas cuatro años de operación, trabaja a menos de la mitad de su capacidad instalada, y para llegar al 50% se han enviado  sus motores a Alemania para recibir mantenimiento; también se necesitan piezas de repuesto en otras plantas, pero aun en el escenario más favorable, la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional será limitada y paulatina (Martínez Molina, 2022). Según estimados de Piñón (2022), el costo de reconstruir la capacidad de generación de electricidad costará US$1.748 millones.


Cuadro 3: Producción minera y manufacturera en Cuba, 1989 y 2007-2021 (miles de toneladas métricas). (Fuente: Elaboración del autor basada en CCE, 1991; ONEI, 2008, 2012, 2017, 2022)

NOTA: Las cifras en negrita indican la cima en la producción. a Millones de metros cúbicos.  b Miles de giga vatios horas. c Millones de metros cuadrados. d Millones de unidades. Miles de millones de pesos. Nivel de producción inferior al de 1989

Entre 1989 y 2020-2021 la producción manufacturera declinó como sigue: la de fertilizantes -99%, la de acero -87%, la de azúcar cruda y la de textiles -86%, y la de cemento -77%. La producción de níquel  alcanzó su cima en 2007 y había mermado 32% en 2020 (no se han publicado las cifras de 2021). Las producciones de electricidad, puros y medicamentos también crecieron hasta una cúspide y después declinaron respectivamente en 14%, 22% y 17%. ONEI (2022) interrumpió las cifras de producción de medicamentos en 2019 (ese año, la exportación de dichos productos cayó en 35%) y dejó de publicarlos en 2021, lo cual probablemente implica descensos mayores. Las mermas en azúcar y níquel impidieron tomar ventaja de las considerables alzas de sus precios en el mercado mundial.

Un punto importante es que la producción agropecuaria y manufacturera cayó virtualmente en todos los productos al menos desde 2016 (en alrededor de la mitad desde 1989 o antes de 2016), por lo que esto no puede achacarse al endurecimiento del embargo ni a Covid-19, se ha debido a factores estructurales, principalmente el ineficiente sistema económico.

Comercio exterior 

El valor de las exportaciones en 2021  fue 67% menor que en 1989 y 63% inferior a 2013,  por su parte, las importaciones eran 5% más que en 1989 pero 43% menores que en 2013; por ello, el déficit en la balanza comercial de bienes creció 218% entre 1989 y 2021. Debido al declive de la producción agropecuaria, la proporción de las importaciones de alimentos creció de 17% de la importación total en 2018 a 23% en 2021, un evidente aumento de la dependencia alimentaria externa (Nova, 2022). Lo anterior ratifica la afirmación que hice al enunciar las causas de la crisis, de que Cuba ha sido incapaz de financiar sus importaciones de bienes con sus propias exportaciones.

El intercambio comercial de bienes con Venezuela se contrajo en 84% entre 2012 y 2021 (de US$8.563  a US$1.349 millones): las exportaciones cubanas menguaron 96%, mientras  las importaciones de Venezuela (mayormente petróleo) mermaron 80%. En todo el período ocurrió un déficit en el comercio con  esa nación, porque las exportaciones de la Isla fueron un fragmento mínimo de las importaciones venezolanas (Spadoni, 2022; ONEI, 2013 y 2022).

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El intercambio comercial de bienes con Venezuela se contrajo en 84% entre 2012 y 2021. (Foto: Notimex)

Por su parte, el intercambio comercial de bienes con Rusia aumentó 14% entre 2019 y 2021 (con una caída en 2020), pero arrojó un déficit desfavorable para la Isla (las importaciones de Rusia fueron 99,2% del intercambio total y las exportaciones de Cuba solo el 0,8%). Entre 2016 y 2021 Rusia ascendió del decimocuarto6 al quinto socio comercial de Cuba, pero principalmente por la caída en el intercambio comercial de Cuba con otros países (ONEI, 2022).  

El Cuadro 4 es una estimación del balance del comercio de bienes y servicios de Cuba en 2007-2021, basado en estadísticas de ONEI procedentes de varios cuadros; en dos casos, las cifras del saldo de bienes y servicios no concuerdan (aunque es una suma pequeña) lo que se debe al uso de diversas fuentes.

Nótese que en 2021 todas las cifras se incrementan de manera notable, por causa de la gran inflación mundial en ese año. El cuadro muestra que hubo un saldo negativo de bienes en todo el período, mientras que ocurrió un excedente del saldo positivo de servicios, que no solo compensó el déficit de bienes sino que lo excedió, pero con una tendencia decreciente a partir de 2014 (caída a un quinto entre 2014 y 2020).

En 2021, el antiguo excedente se convirtió en un déficit substancial (54.176 millones de pesos equivalentes a US$2.257 millones al cambio oficial), por vez primera en todo el período. Esto se debió a la caída en la compra de servicios profesionales cubanos, y asimismo respecto a los ingresos por el turismo y las remesas. El referido déficit explica por qué Cuba tuvo que suspender el pago de la deuda externa a fines de 2020 y las dificultades para pagar a acreedores, suministradores y  bancos.

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Cuadro 4: Balance de bienes y servicios en Cuba, 2007 a 2021 (millones de pesos a precios corrientes). (Fuente: Elaboración propia basada en ONEI, 2008 a 2022)

Exportaciones de servicios cubanos

Este rubro constituye el primer ingreso en divisas del país y ONEI publicó por primera vez las estadísticas en el Anuario de 2018. El total, en miles de millones de US dólares, fue como sigue: 11.355 en 2018; 9.867 en 2019; 6.880 en 2020 y 5.845 en 2021. Puede verse que disminuyeron  49% en el período, lo que concuerda con el déficit ya explicado en el balance comercial de bienes y servicios (Cuadro 4).

Del total de servicios, se desglosan dos componentes: servicios de salud y educación (ellos representan 77% del total en 2021); la combinación de ambos decreció  32% en el período. El autor ha hecho cálculos que indican una caída en la venta de estos servicios profesionales en un 43% entre 2013 y 2020 (Mesa-Lago y Vidal, 2019, actualizado con ONEI, 2020 a 2022). La causa fue el recorte en la compra de servicios por Venezuela, así como la salida de médicos de Bolivia, Brasil, Ecuador y El Salvador por cambios en sus gobiernos.

Remesas externas

Las remesas externas en efectivo (segundo ingreso en divisas), alcanzaron su cima en 2019, pero decrecieron  37% en 2020 y un 54% adicional en 2021, para una caída combinada de 71% (Gráfico 3). Las causas de tal descenso fueron: la pandemia, que redujo los vuelos y viajes de mulas que llevaban dinero a familiares, o para su venta en el mercado informal; las sanciones de Trump ya explicadas, y la crisis económica de 2020 que mermó el poder adquisitivo de los remitentes, especialmente cubano-americanos.

Las medidas de Biden para restablecer los vuelos, con el consiguiente regreso de las mulas, así como permitir envíos de remesas por plataformas digitales (lo cual parece haber aumentado la independencia de los remitentes respecto a Fincimex), ha resultado en un incremento de las remesas: para 2022 se habían recibido US$1.200 millones, 11% más que en todo 2021, y se proyecta que el total será de US$2.000 millones, aun así por debajo del nivel de 2020 (Morales, 2022a).

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(Fuente: Elaboración del autor basada en Morales, 2020, 2022a)

Turismo

Este era la tercera fuente de divisas hasta 2019. El Cuadro 5 muestra que el número de turistas se expandió diecisiete veces entre 1989 y 2018. La apertura bajo Obama impulsó el número de visitantes en 2015 (Mesa-Lago, 2020) y dicho boom continuó con Trump en 2016-2019, pero mermó 75% en 2020 y otro 67% en 2021 (un total combinado de -92% en 1918-2021) de manera que en 2021 era solo 31% superior a 1989 (ONEI, 2021). Las causas de este declive han sido varias, entre ellas la pandemia, las medidas de Trump y la baja calidad de los servicios (Mesa-Lago y Svejnar, 2020).

La distribución de los turistas por nación emisora en 2017-2020 fue aproximadamente: Canadá, cubanos en el exterior, EE.UU., Francia, Alemania, Italia y España. Sin embargo, Rusia que ocupaba el décimo lugar en 2017, ascendió al primero  en 2021 y llegó a constituir el 41% del total, principalmente por el descenso en los otros países emisores.

Había grandes esperanzas de que aumentase el turismo ruso, pero la guerra en Ucrania provocó una disminución de su participación a 3,5% en 2022. La meta  de turistas a que se aspiraba en 2022 era de 2,5 millones, pero a fines de noviembre solo habían arribado 1.377.191, y se ha reconocido que no se logrará dicha  cifra (MINTUR, 2022; Perelló, 2022).

La cima del ingreso bruto por turismo fue de US$3.186 millones en 2017, pero descendió un 87%, a US$404 millones, en 2021. En 2019 se informó que por cada dólar de ingreso generado por el turismo, se requerían 60 centavos de importaciones (Gil, 2019), o sea,  el ingreso neto era solo  40% del ingreso bruto. En 2018 el ingreso fue de US$1.081 millones (alrededor del 1% del PIB), similar al valor combinado de las exportaciones de níquel y azúcar en ese año. Si se asume que el número de turistas en 2022 será de 1,6 millones y que gastarán un promedio similar a 2021, el ingreso bruto sería de US$1.816 millones y el neto de US$726 millones.

El número de habitaciones hoteleras casi se duplicó en 2007-2021, pero la tasa de ocupación cayó de 61% a 12% en el período; sin embargo, se planean para 2023 diez hoteles con 3.147 nuevas habitaciones (Gil, 2022c). Lo anterior cuestiona la inversión de 24% del total en turismo en 2022 (principalmente en construcción de hoteles), cuando hay sectores como la agricultura y la energética, esenciales para el bienestar del pueblo, que demandan grandes inversiones (Rodríguez, 2022b)

Cuadro 5: Indicadores del Turismo Internacional, 1989 y 2007-2021. (Fuente: Elaboración del autor basado en 1989 de CCE, 1991; 2007 a 2021 de ONEI, 2008, 2019, 2022)

Sin substraer el valor de las importaciones para el sector; el ingreso neto (substrayendo dichas importaciones) se estimó en 2018 como 40% del ingreso bruto, basado en la cifra oficial de 60% de importaciones para el turismo.

Inversión Extranjera Directa (IED)

A pesar de su importancia, la ONEI no publica una serie estadística de la IED que muestre su monto y contribución a la economía, un vacío notable que no ayuda a los inversores extranjeros. Solo se informa de manera esporádica por las autoridades sobre los nuevos negocios  creados, pero las cifras se refieren a cosas diversas y no son siempre comparables. Así, pueden ser en general (el total en la Isla) o en la Zona de Desarrollo Económico del Mariel (ZDEM) en particular. También hay tres conceptos con diferentes grados de realismo: intenciones de inversióncompromisos firmados en negociación e inversión materializada (la última es la más realista).

La meta oficial de una IED anual de US$2.500 millones para lograr un crecimiento del PIB de 5% nunca se ha cumplido. Para el período 2014-2017, el autor estimó que la inversión materializada promedió anualmente US$500 millones, o sea, un quinto de la meta (Mesa-Lago y Svejnar, 2020). Se cree que la IED sufrió fuertemente debido al recrudecimiento del embargo y la implementación por Trump del Título III ya explicado, pero no hay estadísticas.

Un nuevo estimado de la IED (no está claro cuál de los tres conceptos referidos) en 2014-2021, muestra un aumento hasta 2018 y después un declive, para un promedio anual de US$680 millones o 27% de la meta (EIU, 2022; Spadoni, 2022). Entre 2020 y 2021 se aprobaron  cuarenta y siete nuevos negocios, pero solo se habían constituido veinticinco (Rodríguez, 2022b).7 

En una visita a la ZDEM en julio de 2022, Raúl Castro y otros funcionarios anunciaron que de sesenta y dos negocios aprobados entre 2013 y 2022, cincuenta y seis estaban operando con US$3.000 millones comprometidos pero solo US$1.000 millones materializados, o sea, un promedio anual de US$100 en el período («Cuba has approved…», 2022). En agosto de 2022 se aprobaron medidas para estimular la IED: capital extranjero en las microempresas, en comercio al por mayor (parcial o totalmente de propiedad foránea) y en el comercio minorista.

Economía cubana

Zona Especial de Desarrollo Mariel.

En la visita de Díaz-Canel a China en noviembre de 2022, aquel firmó doce acuerdos con Xi Jinping, pero ninguno es de financiamiento de inversión. Dos de los acuerdos son políticos: consultas entre los ministerios de relaciones exteriores de ambos países, y coordinación entre sus partidos comunistas. Tres acuerdos son económicos pero sin concretar en qué consisten: cooperación para la implementación de la Iniciativa China de la Franja y la Ruta de la Seda; fortalecimiento de la cooperación económica y comercial; y cooperación entre el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba y su homólogo chino.

Por último, hay siete «donativos» pero no se dice su cuantía: uno es en efectivo de emergencia y otro es el envío de medicamentos, insumos médicos y alimentos (en ese orden). Los restantes cinco son para proyectos de poca monta, tales como: materias primas para uniformes escolares y ropa de trabajo; sistema de telepresencia en la nube de Biocubafarma; utensilios de cocina; sistema de identidad nacional de personas naturales y supervisión de redes inalámbricas; y laboratorio forense de datos (Martínez, 2022). El hecho que no se haya revelado el monto total de estos donativos sugiere que la suma no es  substancial.

Deuda externa y reservas internacionales 

La ONEI no publica la deuda externa total de Cuba, solo la «deuda corriente» («activa» o negociada) que aumentó 69% entre 2008 y 2019 — último año publicado—, de US$11.600 millones a US$19.618 millones, a pesar de una condonación de 81% de la deuda (Spadoni, 2022; Cuadro 6). Del total, US$10.000 millones es la deuda renegociada, y además hay $1.462 millones de deuda bancaria y US$7.402 millones adeudados a proveedores, los dos principales son empresas chinas y españolas (primer y tercer socios comerciales de Cuba).

China era el principal suministrador de insumos para la industria farmacéutica  insular y suspendió esas exportaciones, lo que provocó la caída ya explicada de la producción y exportación de medicamentos cubanos. Esto repercute adversamente en la población-

Cuadro 6: Estimados gruesos de la Deuda Externa Total de Cuba, 2019-2020 (millones U.S. dólares). (Fuente: Elaboración del autor basada en Frank, 2013, 2015; Rapoza, 2019; Mesa-Lago y Svejnar, 2020; Morales, 2022b; Spadoni, 2022.)

Catorce países. Dependiendo de la tasa de cambio que se use, el rango va de US$ 25.000 a US$ 35.000 millones, se ha usado el punto medio. Esta suma es muy similar a la cifra de la deuda negociada de US$10.754 millones publicada por ONEI para 2019; la diferencia puede surgir de una sobreestimación de la deuda condonada, o de deudas reestructuradas de las que se carece de información.

En 2015 Cuba firmó un acuerdo con catorce de los veinte miembros del Club de París para reestructurar la deuda acumulada de US$11.100 millones, y se le condonó el 76.5%. El resto,  US$2.611 millones, debe pagarse en dieciocho años (hasta 2033), con una tasa de interés creciente (los catorce países han renegociado su deuda con Cuba de forma bilateral).

La Isla hizo los pagos en 2016-2018, pero falló en el de US$80 millones en octubre de 2019, por lo que incurrió en una sanción de 9% de interés sobre el saldo. El gobierno cubano solicitó postergar los pagos en 2021 para reiniciarlos en 2022, pero solo logró posponer los pagos de 2020. También incumplió el pago de la deuda renegociada con Rusia y China y ambos  difirieron su pago hasta 2027, pero cargando intereses (Rodríguez, 2022b). China redujo sus exportaciones totales a Cuba en 58% en 2015-2021, mientras que Rusia suspendió cincuenta proyectos de inversión; además, la guerra en Ucrania ha reducido la capacidad rusa para ayudar a Cuba.8

Economía cubana

La deuda con Venezuela, similar a la tenida con el Club de París, no se está cobrando por el gobierno de Maduro. La contraída con Argentina se originó  a partir de dos préstamos, en 1973 y 1985, por un total de US$2.400 millones y se estima que, considerando intereses y sanciones, el total debe ser  US$8.000, y los gobiernos de izquierda no han exigido su pago. La deuda original con Brasil era de US$682 millones, sin embargo, ha crecido con los intereses; en 2018 Cuba no  efectuó el pago de US$17 millones y solicitó una restructuración, pero el gobierno de derecha de Bolsonaro la rechazó. Se supone que Lula estará en mejor disposición. Según se informa,  el incumplimiento de pagos se ha recrudecido en 2021 y 2022 (Rodríguez, 2022b).

Las reservas internacionales, aunque no se publican, deben estar a muy bajo nivel o virtualmente exhaustas debido a la crisis económica. Por ello prácticamente no hay recursos para enfrentar el aumento de los costos de importación, y esta escasez limita el espacio de las políticas fiscales. Por último, Cuba carece de un prestamista de último recurso que pudiese ayudarla financieramente en la unificación, al no pertenecer al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y al Banco Inter-Americano de Desarrollo.

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1: Nótese también que el promedio anual de crecimiento del PIB en 2009-2018 (bajo Raúl Castro), fue de 2,1%, lo que dejó una economía maltrecha a Díaz-Canel.

2: La CEPAL (2022b) ha reproducido el estimado oficial de Cuba de 2% de crecimiento en 2022; esta cifra coloca a la isla en el tercer lugar inferior entre 33 países de América Latina y el Caribe y también por debajo del promedio regional de 3,7%.

3: A precios corrientes las cifras respectivas fueron de 9,9% en 2020 y 23,8% en 2021, la última refleja el impacto inflacionario.

4: Antes de la unificación monetaria en enero de 2021 había dos monedas: el CUP y el CUC (“peso convertible”, pero que no se tranzaba en el mercado internacional); un CUC equivalía a 24 CUP y era similar al dólar estadounidense. La unificación eliminó el CUC y devaluó el CUP en 2.300% (Vidal, 2021).

5: En octubre de  de 2022 se reportó una exportación de 57.000 barriles, cifra similar al promedio (Piñón, 2022).

6: En 2016 el intercambio comercial de Cuba con los EE.UU. fue mayor que el intercambio con Rusia.

7: En 2022 solo hubo seis intenciones de inversión, de las que apenas cinco proyectos se encuentran en fase de negociación (Gil, 2022c).

8: Rusia ha enviado a Cuba alimentos y ayuda humanitaria, el último en 2021; en una conversación telefónica entre Díaz-Canel y Putin en enero de 2022, Putin prometió reforzar la cooperación estratégica con Cuba, pero las promesas en el pasado de inversión rusa han tomado mucho en materializarse. Además, las fuerzas armadas cubanas dependen fuertemente del envejecido equipo soviético y del mantenimiento y apoyo técnico de Rusia, pero la guerra en Ucrania ha demostrado la baja calidad de estos, a la par que ha debilitado a Rusia (Frank, 2022a).

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Referencias bibliográficas

Comentario HHC: Mantengo los criterios de la primera parte (1).  Las tercas cifras están ahí,  reflejo de nuestra gestión como país, en condiciones de bloqueo económico, financiero y comercial de parte del gobierno de EEUU ( que impactan muy negativamente en la vida económica y social), y en un entorno internacional más  o menos favorable, según los años. Eso es lo que nos toca, la explicación de estas es lo que marca la diferencia.   

No es lo mismo la época de Obama en su segundo mandato, que el de Trump con Pandemia COVID y bloqueo arreciado con intencionalidad manifiesta de afectar las principales fuentes de ingresos en divisas de Cuba, siendo afectadas sustancialmente: servicios médicos (campañas de descrédito y amenazas a países receptores para suspenderlas), turismo ( suspensión de cruceros, disminución de vuelos y limitar el intercambio cultural), remesas ( limitadas con una campaña feroz previa en Miami), todas con excusas inventadas como pretextos, al estilo de los inexistentes ataques sónicos a sus funcionarios en la embajada de Cuba, y llegar al extremo de activar el capítulo III de la Helms Burton que ningún presidente de EEUU lo había hecho.  

Lo anterior, es lo que no dice el Profesor claramente. A pesar de nuestro informe anual a la ONU sobre el bloqueo donde hay detalladas 242 medidas tomadas por Trump (2), que son ilegales, unilaterales y arbitrarias. Que de calcularse exactamente quedaría nuestra " gestión neta" al menos sin bloqueo " directo". De todas formas, nuestro reto es vencer el bloqueo con nuestras reservas internas, que si las tenemos y bastantes. 

Por ejemplo: ¿Si en la zafra azucarera no hay combustible para trasladar la caña a los centrales, es por falta de previsión nuestra, o por las sanciones a los buques de petróleo que debieron traerlo y por las medidas de bloqueo no llegaron o no lo hicieron a tiempo? . Y así una cadena interminable de relaciones concatenadas que existen en la economía, que parte de la burocracia nuestra se justifica con ellas, porque son  objetivas. ¿Pero quién determina hasta dónde? ¿Si fue exactamente así y que no hubo alternativas viables? 

Hay abundantes cifras, que se deben analizar con calma, acorde a la laboriosidad de este trabajo, así como se comparten afirmaciones del mismo. Por otra parte, las cifras de la ONEI  sin objeción, son las del país. Las estimadas por "expertos" hay que tener una reserva prudencial con las mismas. Se dice por ej: " Un experto estima la inflación entre 270% y 470% (Luis, 2021) y un informe británico la calcula en 740% (EIR, 2022), las tres últimas mayores que la de los años 90s.". La ONEI empezó a publicar su informe de IPC en agosto del 2021, y no reflejan esas cifras, aun cuando podamos tener observaciones a las mismas. Y en diferentes sitios web, lo mismo nos sitúan en 2do lugar a nivel mundial que en el 16 de más inflación. La realidad es que la inflación provocada por la Tarea Ordenamiento fue en los primeros tiempos según la prevista, y  siguió más allá, pero no a los niveles que se plantean por los "expertos". 

En los estimados, se observa que según el economista es la cifra, y hay citados hasta periodistas del libelo Diario de Cuba, según pude leer, que de nuestra Patria todo es malo por definición para ellos, porque para eso lo financia la NED. Hay otro de Reuters, que no hay que cuestionarla a ultranza, pero ya el Dr Jose Luis Rodriguez hizo una reseña de su último libro, y alerto que muchas de las cifras no son las oficiales (3). Pero el autor del ensayo los toma de referente a ambos. 

Presentar unas cada vez mejores estadísticas, en ello radica nuestra responsabilidad,   porque sino las publicamos, pues las " estiman" y esos son los riesgos, y como tienen mejor cobertura de prensa que nosotros, pues terminan imponiéndose como matriz de opinión. 

La radiografía de los números nos dice todo lo que debemos remontar en los próximos años, es con prisa y sin pausa, y con determinación. 




2 comentarios:

  1. Una cosa es indudable. Desaprovechamos la oportunidad de llevar a cabo reformas como la tarea Ordenamiento en momentos de mejor contexto económico, cuando el país estaba en mejores condiciones de enfrentar la inflación que se generaría. Recuerdo claramente a Murillo en aquellos años diciendo que las condiciones no estaban dadas, que si el PIB que no crecía, que si no se podía aumentar salarios porque no había respaldo productivo, y la incansable letanía de que el diseño de la unificación monetaria estaba en estudio, que doscientas mentes expertas estaban en ello... ¿Y al final? Al final, mágicamente, todos esos pretextos dejaron de ser pretextos, hicieron lo q les dio la gana en el momento que les dio la gana y aquí estamos, hundidos en la miseria y sin perspectivas. Si los cambios y las reformas que se han aplicado recientemente hubieran comenzado hace una década, haciendo énfasis en la infraestructura productiva, no estuviéramos en este atolladero. Y por falta de ideas y sugerencias no fue, y se advirtió a tiempo de las consecuencias.
    Con esto quiero decir que, apartando las causales objetivas, no es posible rebasar una crisis, ni aspirar a la prosperidad y el desarrollo, con un gobierno incapaz y negligente, que permite la prevalencia de prejuicios ideológicos y de inmovilismos absurdos, antes que llevar el bienestar material a sus ciudadanos, escudándose en el ridículo miedo a la acumulación de riquezas y a la prosperidad individual.
    El coraje y la valentía en la política no consiste solamente en pararse en un podio en la ONU a despotricar del Imperio y sus obscenas ambiciones, sino también en hacer lo que hay que hacer en el momento oportuno, para llevar a las personas una vida decente y alejada de escaseces atroces que nunca debió padecer un pueblo que llevó adelante una Revolución de los humildes y para los humildes.

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  2. Excelente por Carmelo. Lastima que abandono Cuba.

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