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Si queremos ser objetivos e imparciales con el pensamiento y la obra de Fidel junto al pueblo. Comentario HHC

Por Jorgess

Si queremos ser objetivos e imparciales con el pensamiento y la obra de Fidel junto al pueblo, con todo el mérito que tiene, no puede evadirse los reiterados errores y contradicciones en la concepción y dirección de la política económica, junto a funcionarios que en digna complicidad o cobardía para asegurar sus puestos y privilegios aclamaban medidas que podían ir de un extremo a otros como expresión de una autentica falta de institucionalidad de la economía, idealismo burocrático, y subestimación de los basamento objetivos de los procesos económicos . Con excepciones de honrosos compañeros que en su momento criticaron los errores referidos en especial a la economía. Entre ellos, esta el Che que en carta a Fidel de 26 marzo de 1965 entre otras criticas señalaba las siguientes (se cita textualmente las partes de la carta) :

.- Voy a tratar de ser lo más concreto posible y tratar de hacer una crítica constructiva, por si puede servir para mejorar algunos problemas que continúan siendo graves. Entre los puntos, el primero es : Errores en la Política Económica
.- Creo que está claro para todos que la planificación es una categoría implícita al socialismo y también a este período de transición que estamos viviendo. Lo malo es que hasta ahora, no hemos podido organizar una planificación que sea realmente un canal conductor y no una válvula loca que a veces deja pasar libremente los gases y otras se cierra herméticamente poniendo en peligro de explotar la caldera
.- La Junta de Planificación comenzaba a hacer sus planes con la idea de restringir el desbalance pero, al mismo tiempo, recibiendo las presiones de todos los organismos productivos y no productivos. De tal manera, el plan quedaba muy desbalanceado, se hacía tarde y había que correr al extranjero a pedir desbalances, ayudas, comprensión, etc., etc. Luego la Junta se encargaba de complicar las cosas con sus propios errores.
.- Creo que hemos cometido muchos errores de tipo económico. El primero de ellos, el más importante, es la improvisación con que hemos llevado a cabo nuestras ideas que ha dado por resultado una política de bandazos. Improvisación y subjetivismo, diría yo. De tal manera que se daban metas que conllevaban crecimientos imposibles.
.- se han realizado una serie de inversiones no justificadas que variaban o suprimían antes de finalizar, pero también sin una justificación adecuada. Casos como estos tenemos en el fomento del arroz y su posterior restricción, el fomento del maíz y su posterior restricción, el del millo, el del algodón, el de los cerdos, ciertas inversiones en vacunos que no me parecen justificadas, las de la pesca y una buena parte de la política avícola. Todo esto en el campo de la agricultura.
,- La creación de fábricas conserveras que no trabajan actualmente. Otras fábricas que requieren materias primas importadas del área dólar, sin resolver realmente problemas. La más representativa de este tipo es el INPUD, aunque desde el punto de vista de la construcción y la racionalización de la producción es una de las mejores que hemos hecho: pero hay un sinnúmero de ellas que todos conocemos y que tienen las características apuntadas.
.- La política del ganado, sin las condiciones mínimas para aclimatarlo, en la época pasada, tiene estas características, así también como los barcos pesqueros que son comprados en cantidades excesivas para nuestra capacidad organizativa. Y hay otras menores; podríamos citar el turismo que en una época se pensó sería la gran fuente de divisas y donde se han enterrado bastantes millones de pesos los conocidos errores de la demolición de la caña, del pienso importado para vacunos y cerdos. Creo también que la compra de fertilizantes a precios fabulosos responde a una política no bien meditada y la supresión de algunas exportaciones que habitualmente hacíamos y que fácilmente podríamos haber mantenido; en este momento se me ocurren los mariscos, algunos tipos de tabacos, la soga de henequén
.- Otro de los capítulos más importante de nuestros errores es el que corresponde a Comercio Exterior [MINCEX]. No vale la pena hablar de los errores prácticos, el lío de las divisas, es simplemente la consecuencia de una total desorganización y falta de visión de la Junta, el Banco y Comercio Exterior, en este caso. .- Se pueden apuntar otras series de errores de tipo menor, claro que a veces han incidido mucho en nuestra gestión económica, por ejemplo, la falta de exigencia de responsabilidad en los cuadros de dirección, que no se vigilan, por lo tanto, no se critican a tiempo y se retiran violentamente después. Esto es parte de los grandes problemas que tiene el Estado que pienso abordar también
.- Insisto en que aun cuando se haga una división de todos estos errores en más o menos graves, más o menos fatales, lo fundamental está dado por la política de bandazos y la política de bandazos está dada por el tratamiento superficial por un lado y subjetivo por otro, de todos los problemas de la economía. Sin embargo, la economía ha demostrado que tiene una serie de leyes y que violentarlas cuesta muy caro.
.- un cuadro bueno trabaja infinitamente mejor que un cuadro mediocre o malo, pero también hay que tener en cuenta que por bueno que sea el cuadro si el marco organizativo general se lo impide solamente podrá rendir una tarea limitada… Los niveles de decisión están muy indefinidos. Ha habido bastante indefinición que nosotros hemos resuelto por la vía de centralización administrativa, muchas veces excesiva.
.- Yo sé que tu argumento es que en los lugares donde tú te has ocupado eso no ha sucedido, cosa que es real, pero creo que si tú haces un pequeño análisis convendrías conmigo en que no se te puede admitir porque eres el Jefe del Estado y hasta hace poco responsable directo de la economía en Juceplan. Tus éxitos aislados no hacen más que resaltar lo que podría haberse hecho con una política de conjunto en los aspectos fundamentales.

Aquí esta la esencia de la critica del Che que mantiene plena vigencia y se ha ocultado divulgando lo menos crítico, y más utópico del Che. Por supuesto estas valoraciones no gustan para nada cada turno de dirigentes y funcionarios burocráticos en el poder, que quieren ver al Che bien distante en el futuro del hombre nuevo-

La reflexión debe ser : ¿ Por qué se repiten los errores que ya se habían identificado y cada vez las deformaciones son peores? ¿Por qué continuaron la improvisación y los bandazos?

Las criticas expuestas por el Che superan en mucho a las esgrimidas por los economistas críticos en el exterior, que aparecen como novedosas y opositoras.

El análisis de la carta del Che a Fidel debia ser el mejor homenaje en su natalicio.

Comentario HHC: La Carta del Che a Fidel que se menciona y cita fue publicada de forma integra en este Blog el 14 de junio del 2019 en el siguiente link:

BANCARIZACION SIN CONDICIONES NO. TASA OFICIAL DE CAMBIO SI.

Por Joaquín Benavides Rodríguez *

La Bancarización obligatoria, sin crear previamente condiciones objetivas y subjetivas ha constituido un error garrafal de la burocracia bancaria y de todos los demás burócratas que se la propusieron al Gobierno. El error fue aceptar la propuesta del banco Central sin un debate previo con los actores económicos estatales y no estatales, incluyendo los campesinos, al menos con las comisiones correspondientes de la Asamblea Nacional, y también pudieran haber extendido la consulta con un grupo seleccionado de economistas de experiencia de muchos años en la docencia y en la administración económica del País. 

¿Por qué, por ejemplo, las autoridades económicas del País y el Banco Central no piensan como controlar a través de la concesión de Licencias de operación de Casas de Cambio, a algunas de las personas naturales que hoy están operando ilegalmente el mercado informal? ¿Sería imposible hacerlo? Yo pienso que no. Difícil quizás, pero no imposible. Para ello sería necesario admitir que ha surgido y existe objetivamente un mercado cambiario no oficial, y que lo inteligente seria encontrar la forma de oficializarlo y utilizarlo en función de los intereses del propio banco y del País. No es con burócratas con lo que se puede lograr, sino con negociadores. Si existe el mercado cambiario no oficial, y se quiere controlar y ponerlo en función de las prioridades de la economía, no es con represión que se resuelve con el cubano, es con negociación. La represión al cubano lo sumerge en la clandestinidad, y así ha sido desde que Cuba es Cuba. Si se logra negociar con algunos de los operadores y convertirlos en operadores de Casas de Cambio con Licencia Oficial del Banco Central, podría crear las bases para controlar el mercado cambiario. Y si se logra eso, posiblemente se pueda negociar con los que están financiando con divisas a las MIPYMES  y TPCP desde el exterior. 

Antes de bancarizar los pesos habría que haber hecho un esfuerzo por reducir el déficit presupuestario,  a fin de evitar que más pesos entraran en circulación, sin afectar por supuesto a los más vulnerables, a los que habría que garantizarles sus ingresos.  No han sido las MIPYMES y los TPCP los que han llenado de pesos la economía; es principalmente el déficit presupuestario. Y no se acuerdan medidas para reducirlo. No es el Ministerio de Finanzas quien puede reducirlo solo. Se requieren medidas de política económica. En primer lugar reducir lo más posible el aparato del Estado. Solo hacerse algunas preguntas: ¿Cuánto se está pagando en salarios innecesarios en Organismos de la Administración del Estado y en empresas que no están produciendo o producen muy poco? ¿Cuánto se pagó en salarios y en pagos en efectivo en la última zafra azucarera, para casi no producir azúcar? ¿Y cuánto en las empresas estatales de la agricultura para producir menos que los campesinos y usufructuarios privados? Por ahí es por donde hay que empezar. 

Y poner a trabajar a las empresas estatales, salvo un número muy pequeño que no deben pasar de 100, como si fueran MIPYMES. Son propiedad del Estado, o de todo el Pueblo, ¿pero que les puede impedir que operen como si fueran MIPYMES? Solo una cosa: mentalidad retrograda. A las que no deben pasar de 100, continuar protegiéndolas por ahora, pero al resto, incluidas las agrícolas, que comiencen a operar como si fueran MIPYMES, y si no saben o no pueden hacerlo, que quiebren, que el Estado Socialista no debe subsidiar a empresas estatales que no sean capaces de producir y desarrollarse como si fuera, al menos, una MIPYME. Y dejar lo de la Ley famosa sobre las Empresas, para cuando el País logre salir de este atolladero. Ignoro si habrá la valentía revolucionaria para dar ese paso, pero si se apartan a unos cuantos burócratas y se confía en los empresarios cubanos de las empresas estatales, el salto podría ser tan grande como el logrado por las MIPYMES, o mayor. Y ellos serían capaces de resolver también el financiamiento para sus compras. En el Periodo Especial en los años 90 se demostró. 

Paralelamente, en lo que sí debería trabajar a fondo el Banco Central es en controlar y bancarizar todas las divisas que entran al País. Y a partir de ello fijar el valor diario de la moneda nacional, el CUP. O sea establecer la Tasa de Cambio del CUP con todas las monedas extranjeras. Y garantizar el cambio. 

No es el Ministerio de Economía quien debe fijar la tasa de cambio. No son sus funciones. Fijar la Tasa de cambio de la moneda nacional frente a las monedas del resto de los países, es una función de las principales del Banco Central. Y hay que respetarle la función, pero también hay que exigirle que la cumpla. Una economía como la cubana, que para exportar tiene que importar, y que para producir sus alimentos tiene que importar, y que además requiere de inversionistas extranjeros, no puede carecer de una tasa de cambio para su moneda frente a las monedas extranjeras, el dólar, el euro, el yuan, el rublo, etc. Fue en un momento de nuestra historia 1 peso igual a un dólar. Pero ya no es así. Ahora, si nos atenemos al mercado informal, 1 dólar es igual a 245 pesos. Podrá discutirse por alguien que no es ese, pero el Banco Central no ha fijado otro distinto que pueda respaldar ante las demandas de las empresas estatales, las privadas y la población. Tiene fijada una de 24 para empresas estatales, que es una burla. Otra de 120 para el sector privado y la población. Pero es casi también una burla, porque no puede darle respaldo. Y así no hay una economía como la cubana que funcione. 

Yo he venido defendiendo el criterio de poner a ¨flotar¨ el peso. Eso significaría que si el banco pone el peso a ¨flotar¨ a 245 pesos por dólar, tiene que darle respaldo tanto para compra como para venta. Tendría que ser para las empresas estatales, las privadas y la población. Conozco que no todos los compañeros coinciden con este criterio. Están preocupados con el efecto que puede tener con las importaciones de industrias estratégicas y el impacto que puede tener en los precios de toda la economía. En mi opinión hay fórmulas para lidiar con ese problema, que es objetivo. Pero hay que discutirlas, y no por esta vía. Lo realmente importante es que se acabe de entender por los decisores que sin establecer una tasa de cambio oficial para toda la economía y la población, que sea capaz de competir con la informal, y vencerla, no será posible salir de este atolladero que se puede convertir en un abismo. Y el abismo puede tener serias implicaciones políticas. 

Hoy 13 de Agosto, cumpliría Fidel 97 años. Este artículo se lo dedico a quien nos inculco a todos y nos educó con su ejemplo,  que los problemas por complejos que sean pueden tener solución.

13/08/2023

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte. 

Fidel Castro, en su natalicio 97, recordando citas sobre agricultura

Por Manuel David Orrio 

La Habana, 23/08/13. Hoy Cuba celebra el natalicio de Fidel Castro; pero ayer  en mi hogar  sólo se comió arroz, frijoles negros y pollo, no "para llenarse"; de paso,  "el emplumado" por  la suerte de que en colaboración familiar  se pudo comprar una caja del "ave que ya aburre". Una bicoca: 40 libras por 10 mil pesos..."y guarda pan para mayo".

Si la barriga no está llena, el corazón no está contento; se piensa mucho, y hasta se tienen malas ideas, las cuales traen malas consecuencias; así gustaba decir  La Vieja Madeleine Albright, quien supongo esté de  diplomática de Satanás.

Quizás  por ese pensar de  estómago quejoso  me haya venido a la mente un fragmento de mi artículo "¿Cuba ante un corralito financiero?" (1), recientemente publicado. En el mismo medito sobre la inexplicable desproporción existente entre las inversiones en "servicios empresariales, actividad inmobiliaria y de alquiler" (básicamente turismo), respecto a la magra apuesta por la "agricultura, silvicultura y ganadería". 

Me cito a mí mismo: "...lo que más está dañando a la población es la inflación galopante, combinada con el déficit de alimentos. Pues bien, las inversiones en 'agricultura, ganadería y silvicultura', representaron el 8,2 % del total en 2014, y mantuvieron una tendencia decreciente hasta que en el 2022  sólo ascendieron al  2,6, de acuerdo con  estadísticas oficiales citadas por el economista cubano Pedro Monreal. Al mismo tiempo, el sector de 'servicios empresariales, actividad inmobiliaria y de alquiler' (básicamente hoteles para el turismo) ascendió  en idéntico período  hasta llegar a un 45,2 % del total en el  2020, si bien se redujo al 32,9 en el 2022, según la misma fuente" .

Por elemental sentido común, si en Cuba hay ya quien debe de estar pasando hambre - claro, no la de África, pero se parece "un tin" -, en día como hoy el recuerdo de Fidel, quien me es muy cercano de mis "tiempos guerreros" en la Seguridad del Estado cubano, me provoca pensar en la agricultura criolla y en qué opinó el Comandante sobre la misma. Me provoca pensar, porque esa desproporción "cubiche" tan a favor de las inversiones turísticas viola al sentido común ¿ Los turistas se van a alimentar con importaciones de alimentos y no con producciones nacionales, supuestamente estimuladas por la demanda turística? ¿No suena a "pitirre en el alambre"?

Internet a la mano,  sitio web "Fidel soldado de las ideas que tú conoces" (2), y a ver qué dijo el  líder de la Revolución cubana ( no jodan, que no hay otro) sobre este asunto de arroz, frijoles negros y pollo, para no "machucarme la corbata" soñando con el humilde huevito "de granja o criollo", amor proteico de mi vida. Sin pensar dos veces cambio un filete de res por una tortilla de papas. Vaya, si además tiene chorizo...

No más; les dejo con Fidel y haga cada quien sus conclusiones. Comentarios, bienvenidos.

"Necesitamos desarrollar nuestra agricultura, de tal modo que nuestros campesinos tengan dinero para comprar los productos industriales y manufacturados; eso es cierto, porque no existe otro modo. He ahí por qué el programa económico de nuestra Revolución se basa en el desarrollo de la industria y en la Reforma Agraria, de tal modo que las tierras que no producen, se pongan a producir”.

Referencia al texto original: Discurso en el hotel Statler con la Asociación Americana de Editores de Periódicos, 17 de abril de 1959

“Y la agricultura es la que alimenta al hombre; es la que no solamente alimenta, sino que viste y calza al hombre. Y para un país subdesarrollado, para un país pobre, la necesidad fundamental, la primera necesidad a satisfacer perentoriamente, es la necesidad de alimentarse, la necesidad de vestirse y la necesidad de calzarse”. 

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de graduación de los primeros 425 técnicos del consejo del plan de enseñanza tecnológica de suelos, fertilizantes y ganadería, en la escalinata de la Universidad de La Habana.

"Darles duro en la agricultura a los yankis es derrotar el arma principal, o una de las armas principales, que ha estado empleando contra nuestra Revolución, que es el arma del bloqueo económico, es decir, el arma del hambre."

Referencia al texto original: Clausura del III Congreso Nacional de la ANAP, en el Instituto Tecnológico “Rubén Martínez Villena”, 18 de mayo de 1967.

“Nosotros tenemos que impulsar las producciones agrícolas de las empresas estatales, pero tenemos que impulsar también la producción agrícola de las cooperativas de producción agropecuaria y la producción agrícola de los campesinos independientes. Si uno solo de estos pilares nos falla, la mesa queda incompleta, la mesa queda coja; el esfuerzo que hagamos en otro sentido lo perdemos si alguno de estos pilares falla”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruiz en la clausura del VII Congreso Campesino, celebrado en el Palacio de las Conversaciones, el 18 de mayo de 1992.

Notas y enlaces:

1.- ¿Cuba ante un corralito financiero? Por Manuel David Orrio.
2.- "Fidel soldado de las ideas". Citas.

La ciencia que de Fidel me llevo

 ¿Qué tipo de científico fue Fidel? Difícil de decir, asumiendo como cierto el implícito de la pregunta. Ciertamente es más fácil decir qué tipo de científico no fue. Pero no tengo dudas de que llevaba en la sangre aquello de que la práctica es el criterio de la verdad, y con ello carga de raíz contra todo dogmatismo de reducir el pensamiento a tesis y las tesis a dogmas

Foto: Juvenal Balán

Puesto a pensar en la primera vez que tuve conciencia de Fidel como algo más que una referencia de mis padres o la escuela, la adivino en aquel discurso de despedida de los asesinados en el crimen de Barbados. Aquel día en la plaza, yo aún niño, lo percibí de una manera distinta por el silencio gigantesco que me rodeaba, los rostros familiares con una expresión que no había visto antes y la voz que me llegaba sin rostro, por mi corta estatura. Esas palabras cuyo contenido no podía aquilatar tanto, como la intuición de que algo tremendo estaba ocurriendo; el clamor al final, de unanimidad cerrada, dura, terrible e irrevocable me acompaña desde entonces.

Con Fidel, como con Martí, corremos el riesgo de reducirlo a frases más que a pensamientos, aislados de las circunstancias en las que reflexionó en voz alta y más aún en las que actuó. Si de ciencia se trata, la relación que Fidel estableció con ella rebasó el lugar común de citarlo en aquella premonitoria frase de hacer del país uno de ciencia y de científicos. Hay pocos ejemplos de praxis dialéctica más acabada, en su riqueza compleja, que la que Fidel practicó en toda su vida revolucionaria.

¿Qué tipo de científico fue Fidel? Difícil de decir, asumiendo como cierto el implícito de la pregunta. Ciertamente es más fácil decir qué tipo de científico no fue. Pero no tengo dudas de que llevaba en la sangre aquello de que la práctica es el criterio de la verdad, y con ello carga de raíz contra todo dogmatismo de reducir el pensamiento a tesis y las tesis a dogmas. Eso es pensamiento científico.

Algunos hoy lo olvidan. Y en ese olvido, el peligro de reproducir con él, ese rito nefasto y supersticioso que practicamos con Martí, de arrimar sus expresiones a nuestra sardina. «Cambiar lo que tiene que ser cambiado» va pareciéndose a «con todos y por el bien de todos», volver las dos máximas un saco donde queremos que quepa lo terrenal y lo divino, siempre que sea de nuestra conveniencia. Lo primero que debemos cambiar es querer hacer de Fidel un recetario de lugares comunes para usarlo, con oportunismo, como lapidación de opiniones contrarias a las nuestras. En una ocasión, en el Palacio de Convenciones, lo oí decir, con esa sonrisa franca con la que decía verdades profundas: «No invoquéis mi nombre en vano». No lo hagamos.

La unidad postriunfo Fidel la construyó desde la minoría dentro de la mayoría. Aquel pueblo de intuiciones no era comunista, y Fidel construyó el consenso inicial para el socialismo en solo dos años. Para ello, no se encerró en tesis preconcebidas como verdades absolutas ni concibió la vanguardia co­mo un sacerdocio excluyente. Nunca oí a Fidel despreciar en la práctica al pueblo. Si su comprensión de la realidad concreta difería de la de las  mayorías, escuchaba, y del silencio inteligente de oír, emergía, ya fuera con el criterio consolidado, o ya fuera cambiado, una praxis que comenzaba por convencer a los demás mirando de frente. Fiel a sus ideas, podía ser tozudo, pero de ese tipo que termina siempre convirtiendo los errores propios en nuevos derroteros para superarlos.

En ese escenario, al comienzo de la Revolución, de heterogeneidad tremenda de fuerzas revolucionarias, Fidel se propuso sumar a todos los que no fueran «incorregiblemente contrarrevolucionarios», sin distinción, sin suspicacias, con «una gran paciencia». Un gran frente de pueblo en el que había espacio para todas las personas «honestas» dispuestas a «trabajar para la Revolución», en contraposición con las posiciones «mercenarias». Deberíamos, cada vez que la brújula se nos atasque, leernos con calma ese discurso de Fidel a los intelectuales, entre tantos otros, que pronunció el último día de junio de 1961, a solo dos meses de la victoria de Girón. Es siempre un buen antídoto contra las fiebres pediátricas del izquierdismo, que ve en la supuesta claridad de la autoasumida vanguardia, un privilegio que justifica la agresividad arrogante.

Los consensos en Revolución no están dados, se construyen a diario contra la realidad objetiva y concreta, entendiendo las correlaciones de las hegemonías endógenas y exógenas, políticas, sociales y culturales y en el mismo ejercicio permanente de balancear la intransigencia revolucionaria con el propósito permanente de sumar por la Revolución, ya asumiéndola irrevocablemente socialista. Creo no andar lejos de Fidel, en el convencimiento de que el que crea que no se trata de sumar a toda la heterogeneidad social sin distinción que llamamos pueblo, y que sigue siendo la base de esta Revolución, no tiene confianza en sí mismo como revolucionario. Nuestro centro revolucionario, ese que nada tiene que ver con el centrismo ideológico restaurador sibilino del capitalismo, es el que hace, desde la minoría de la mayoría, la unidad. Lejos de los extremos que de conciencia o de facto atentan contra ella y, por tanto, contra el socialismo que nos hemos dado en construir. El cielo se toma por asalto, de a poco, construyendo, «sin prisa, pero sin pausa».

Hay paralelos que parecen fortuitos y no lo son. Poco antes de dejarnos, Fidel dijo aquello de que nuestro mayor error era creer que sabíamos cómo se construía el socialismo. La frase me recuerda aquella de Marx, también al final, de que él no era marxista, cerrando con ello las puertas a asumirlo como dogma religioso. Sigamos buscando cómo construir al socialismo, por terriblemente hermoso que sea, sin perder ese clamor, de unanimidad cerrada, dura, e irrevocable, que debe acompañarnos siempre, con el Fidel inmenso e irreductible, como brújula.