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jueves, 27 de junio de 2024

El botín de las bodegas

Bodega La Roca, en la ciudad de Las Tunas.

A finales del mes de febrero, en la bodega La Roca, de la capital tunera, se robaron todos los productos.

Las Tunas.- Robar en una bodega es una empresa de envergadura para los ladrones. Primero, hay que tener mucho tiempo, poseer un transporte, cargar sacos de arroz, azúcar, frijol, chícharo, cigarro y todo lo que aparezca que, a ojos de esta época de carencias, no es poco.

Sin embargo, tales actos se han convertido en un "paseo" en Las Tunas, al extremo de que en el 2023 saquearon 97 de esas unidades en la provincia, con el consiguiente daño económico a la entidad, el territorio, el país y cada familia en cuestión, que ve esfumarse, de un porrazo, su canasta básica. En lo que va del 2024, los hechos ascienden a 18.

De acuerdo con Raymel Espinosa Saborit, director de Comercio aquí, en los ocho municipios los sucesos en bodegas ocasionaron una afectación por más de dos millones de pesos. Dicha cifra representó el 84,7 por ciento del total del perjuicio que tuvo la provincia por concepto de robos o malversaciones en el 2023, más lo difícil que es reponer los alimentos a cada consumidor.

Por productos, fueron a parar a manos indebidas más de 43 mil 900 libras de azúcar parda y más de dos mil 900 refino; 30 mil libras de arroz, 927 litros de aceite, más de mil paquetes de café, mil 180 libras de frijol, compotas, chícharos…

Puerto Padre resultó la localidad más golpeada por este flagelo, al sumar alrededor de 30 establecimientos saqueados, con una pérdida económica ascendente a 579 mil 890 pesos.

  CAUSAS, CONDICIONES, ¿IMPUNIDAD?

Raymel Espinosa Saborit foto Chimeno
Raymel Espinosa Saborit, director de Comercio.


¿Cómo los ladrones han actuado impunemente, al extremo de que hay algunas tiendas que han sido robadas varias veces?

Un informe del Ministerio del Interior (Minint) sobre el asunto indica que estos hechos se propician por la poca iluminación y la mínima protección en las unidades, ya sea mediante medios físicos como rejas u otros dispositivos o con personal especializado, y el escaso involucramiento de los actores comunitarios en la vigilancia.

Espinosa Saborit señala que de las 692 bodegas que tiene Las Tunas, más de 100 están en mal estado constructivo, con cubiertas débiles, algunas son de tablas y otras muchas carecen de disposiciones de seguridad.

"No se utilizan las medidas de retardo (colocación de botellas y latas en las ventanas) para demorar la acción delictiva, muchas unidades no tienen rejas, candados, y solo contamos con custodios propios del Sistema de Comercio en 315 establecimientos. Asimismo, en no pocas ocasiones, los administradores son los dependientes, lo que limita su labor principal; y en 238 tiendas está implementada la guardia obrera".

Remarca que en la actualidad realizan un análisis de la plantilla en cada sitio, con el objetivo de convertir plazas para custodios, en pos de aliviar el panorama. "Disponemos de un ejemplo positivo: el municipio de Colombia es el único que cuenta con custodios propios en sus 44 bodegas. Paralelo a esa realidad, existe el problema de que pocas personas quieren desempeñarse como custodios y, entonces, de nada sirve ofertar el empleo". 

Estos robos ocurren entre las 2:00 y las 6:00 de la mañana y la mayoría ha sido en las zonas urbanas. Incluso, existen recintos con custodios en los que los malhechores han entrado a su antojo, porque, según investigaciones, los vigilantes han abandonado su puesto en un momento determinado o se han quedado dormidos, propiciando el delito.

DOS QUE SON EXPRESIÓN DE MUCHAS

Son las 3:00 de la madrugada de uno de los últimos días de febrero. En la calle Martí, esquina 24 de Febrero, en esta ciudad, se ubica la bodega La Roca, que para nada hace honor a su nombre porque no tiene rejas en sus dos puertas ni en la ventana.

La iluminación de la calle no es óptima, pero tampoco está en penumbras. En una casa contigua a la bodega, la cámara de seguridad graba al coche de caballo forrado con sacos que se detiene frente al establecimiento. Se bajan dos hombres y el cochero se mantiene al lado del vehículo. La puerta principal es forzada y comienza el saqueo. Los dos ladrones salen una y otra vez cargados de la "tranquilidad" de muchas casas.

"Se lo llevaron todo: arroz, azúcar, aceite, cigarros, ron... Hasta las bolsitas de exhibición que tenían arena y la pesa. La tienda quedó completamente vacía y la cámara de la vecina grabó todo", dice Malena Reynaldo Sánchez, administradora de La Roca desde el 4 de marzo de este año.

"La unidad estaba muy vulnerable, sin custodio ni seguridad alguna. Aquí trabajamos dos mujeres y mandamos a hacer las rejas de las dos puertas, compramos un llavín nuevo y el candado. Todo eso costó alrededor de 28 mil pesos que pagamos nosotras con el aporte de algunos vecinos, y todavía falta la ventana.

"Como seguimos sin custodio, vengo algunas noches de la semana acompañada por mi esposo, pero eso no resuelve el problema. Mi dependienta vive por El Cornito y yo en La Guayaba; además, tengo dos niños. No es fácil trabajar aquí ocho horas, realizar las labores domésticas y luego venir a hacer guardia".

Yoel Rey González administra hace apenas un mes la bodega El Sazón, situada en la calle Rubí esquina Julián Santana, y que fuera robada en marzo pasado.

"Cargaron con dos sacos de arroz, tres mil cajas de cigarros y unos refrescos gaseados. Ese día el custodio abandonó el servicio de guardia porque fue a su casa y los ladrones aprovecharon. Por supuesto que el guardián ya no es el mismo.

"Este inmueble no tiene seguridad porque las seis puertas no están buenas ni cuentan con rejas. Lo que hacemos es ponerles objetos por dentro para tratar de retardar los robos, además del custodio que permanece frente a la unidad". También yo hago recorridos junto a miembros del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), el delegado de la circunscripción y el presidente del consejo popular".

 ¿Y ENTONCES?

Hay que retomar las causas que señala el Ministerio del Interior, las cuales pueden solucionarse a corto plazo. La poca iluminación es una dificultad que se erradica, quizás, a partir de una labor conjunta con la Empresa Eléctrica: ante la carencia de lámparas, ¿por qué no mover algunos de esos aditamentos de otro lugar para frente a las bodegas, el objetivo económico más importante de una comunidad?

A la Dirección de Comercio le corresponde porque es su responsabilidad darles a estas entidades toda la seguridad que requieren. Y que nadie crea que una lata o una botella detrás de una puerta o ventana frena a los raptores, pues dentro no hay nadie que escuche, y fuera, muy pocos.

Por otra parte, ¿cómo es posible que los trabajadores, de su salario, tengan que pagar el montaje de rejas? En nuestras averiguaciones supimos que lo hacen porque, si hay un robo, "ellos responden, al ser los responsables". Por supuesto que ese es un concepto erróneo.

Completar las plazas de custodios es misión de la Dirección de Comercio, y si no hay personas con disposición para asumirlas, se debe acudir a los servicios especializados de protección.

Está muy bien realizar la guardia obrera en apoyo a los celadores, aunque en establecimientos como La Roca, donde solo existen dos trabajadoras, madres de familia, que viven lejos, ¿cómo se resuelve el dilema los siete días de la semana? Imposible. Recordemos que suman 454 las tiendas que todavía no cuentan con ese respaldo.

Y hay que detenerse en la comunidad. ¿El CDR se preocupa lo suficiente por la seguridad de las bodegas? ¿Los consejos populares, las circunscripciones y los demás factores se ocupan realmente de este asunto?

Estos recintos son del Estado cubano, pero sus mercancías, de la población, por lo que estamos frente a un problema de todos. De ahí lo inadmisible de convivir con la falta de vigilancia.

Robar un establecimiento de este calibre no es llegar y llevarse algo en cinco minutos. Se requiere tiempo y transporte; por eso, parece ciencia ficción que nadie sienta ni vea nada, mucho más cuando la mayoría de los hechos se cometen en la zona urbana, con viviendas en las cercanías.

Hay que acabar con las debilidades que propician este botín. La batalla la tiene que ganar Comercio, dueño de las bodegas, con el trabajo de toda la comunidad. No hay de otra.

1 comentario:

  1. Esta historia que se cuenta es replicable al resto del país. Pueden existir muchos culpables, pero la génesis y solución es otra. Abordaré algunas aristas.
    Génisis
    - Hay más de 12 mil bodegas en Cuba. Las bodegas o tiendas de productos normados surgieron de miles de chinchales que existieron como privados hasta 1968 y fueron nacionalizados. La ventaja mayor es la cercanía a los consumidores, no existe otra.
    - El comercio o expendio de productos de primera necesidad en las bodegas es sumamente arcaico, creo que comparable al mismo comercio que a finales del siglo XIX o principios del XX. Aquí los cubanos no hemos avanzado casi nada. Las mercancías casi en su totalidad son vendidas a granel, no en envases sellados. Para los líquidos (aceite) se utilizan variantes propias del más atrasado país.
    - Las unidades vendidas se pesan en balanzas de libras y no por el sistema métrico decimal (28 de junio de 2017 Mesa Redonda, Granma 4 de julio de 2018)( Ramón, un internauta comentó: El Sistema Métrico Decimal fue establecido en Cuba por el gobierno colonialista español a finales del siglo 18 y todavía estamos arrastrando unidades de medidas antiguas, tanto españolas, inglesas y estadounidenses, ademas de las medidas inventadas por los vendedores de productos agrícolas, tales como el mazo, la lata, el jarro, la mano, la pata, la ristra y otros engendros, de los cuales los compradores nunca saben qué cantidad realmente están comprando. Muchas balanzas de brazo tienen las unidades en libras y en Kg, lo que pudiera pensarse facilitaría el pesaje, pero los picaros venden en libras, pero pesan en Kg y al hacer la conversión estafan impunemente a los compradores, pues rara vez la conversión es correcta. Ya se ha puesto de moda que una libra equivale a 400 gr. Por otra parte colocan el brazo de la balanza perpendicular al cliente, pero para adentro, para que nadie vea realmente lo que están pesando. En los casos de las balanzas electrónicas les manchan el cristal por el que las personas pueden ver lo que están pesando o las colocan lejos de las personas o de la do, para dificultar la visibilidad. Todo esto lo hacen delante de las administraciones que por lo general reciben su parte del botín que los pillos le roban a los consumidores. Lo mismo sucede con la mayoría de los inspectores, que no se dan por enterados de estas anomalías y muchos de ellos reciben su recompensa cada vez que visitan estos mercados.)
    - La necesidad del racionamiento de los productos de primera necesidad dadas las condiciones de bloque a que fue sometido el país desde inicios de la Revolución, con el objetivo de que no le faltara a ningún cubano la dieta básica del mes
    ¿Es posible mantener por más de 60 años este anacrónico modelo de comercio?
    Lo que me preocupa en la respuesta es que a casi nadie le interesa. Este es un comercio de indígenas, nada que ver con lo que existe, no ya en países desarrollados, sino en nuestro entorno geográfico. Como decimos los cubanos, estamos en taparrabos.
    Soluciones:
    - Concebir instalaciones comerciales robustas, que aunque alejen los productos de las residencias, se respire un ambiente de modernidad. Instalaciones con sistemas de seguridad, mucho menos vulnerables a los robos desde fuera y desde dentro.
    - Invertir en un sistema de pesaje que utilice el sistema métrico decimal, acompañado de un sistema de envase y embalaje para estas producciones de la Industria Alimentaria, que limite al máximo el expendio de productos a granel.
    - Producir más en Cuba lo que hoy tenemos que comprar en el extranjero, mitigando o eliminando el daño de la acciones punitivas de los gobiernos de EEUU, para que los cubanos pasen hambre y necesidades.
    Esto no está en el Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030. Dónde lo van a incluir?

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