La Empresa de Productos Lácteos de Pinar del Río ha sabido arreglárselas para salir a flote en un escenario en el que jamás había tenido que desenvolverse
Emilia Aguirre, la directora de Control de Producción, lo dice sin rodeos: «Si no fuera por los encadenamientos para conseguir materia prima, más de la mitad de los 450 trabajadores que tenemos estarían interruptos».
Así de imprescindibles para poder subsistir, considera que han sido las alianzas con distintos actores de la economía para la Empresa de Productos Lácteos y Confiterías de Pinar del Río.
«Aquí estábamos acostumbrados a trabajar con los insumos que nos enviaba nuestro grupo empresarial; pero, a raíz de la compleja situación económica del país, las cosas han cambiado».
Muchas de las asignaciones que habitualmente recibían para alimentar la industria han dejado de llegar. «Nos hemos visto en la necesidad de buscar alternativas con mipymes y trabajadores por cuenta propia, para mantener nuestras líneas funcionando», dice.
Gracias a ello, asegura, se han seguido cumpliendo las entregas a escuelas, círculos infantiles, casas de abuelos, instituciones de Salud, y también a la gastronomía.
«El encadenamiento con otros actores ha permitido una sostenibilidad en el acceso a materias primas como la leche en polvo, los estabilizadores, la grasa vegetal, la harina de pan y, en algún momento, hasta el azúcar», detalla Emilia, y añade que, mediante una innovación constante, se han mejorado algunos productos y se han creado otros nuevos, que han permitido generar ingresos y rescatar a una parte del personal que estaba en sus casas.
«Por ejemplo, la línea de empaque de mezclas físicas y la de las leches, se paralizaron totalmente, pero sus trabajadores se encuentran reubicados, fundamentalmente, en la fábrica de helado».
En tanto, en la línea de queso azul, que ya no se produce, actualmente se incursiona en la elaboración de hamburguesas.
«Todo eso nos ha dado la posibilidad de ir reorganizando los procesos, dándoles empleo a los trabajadores y utilizando una infraestructura que estaba prácticamente ociosa», agrega.
Orlando Echevarría es de los que hoy estarían en su casa de no ser por el empeño de la industria pinareña en abrirse camino, a partir de todas las facilidades que se le han otorgado al sector empresarial.
«Yo soy trabajador de la línea de soya, que se encuentra parada temporalmente. Sin embargo, estamos haciendo refrescos para la merienda escolar de los niños, gracias al encadenamiento con una mipyme», explica Orlando.
Nilda Acosta, jefa de brigada de la línea de yogurt natural, coincide en que «lo más importante es que tenemos trabajo todos los días y que nuestra fábrica no va a parar».
Pero no es la única ventaja. Los beneficios para los cientos de hombres y mujeres que laboran en la entidad no solo se expresan en toneladas y máquinas que se mantienen activas, sino, además, en un significativo incremento salarial.
«Con los encadenamientos comenzaron a aumentar las producciones y, junto con ellas, los salarios», reconoce Nilda.
Así también lo cree Odalys Vilaú, de la línea de paleticas de helado. «Anteriormente ganábamos 2 300 pesos y ahora estamos cobrando entre 6 000 y 7 000 pesos mensuales, y utilidades trimestrales de hasta 16 000».
Wicher Rivera, director general de la entidad, reconoce que lo que hoy constituye una fórmula exitosa, que el Ministerio de la Industria Alimentaria ha recomendado tomar como ejemplo al resto de las empresas lácteas del país, es el resultado de las circunstancias y de la necesidad.
«Esta es la única vía que tenemos actualmente para adquirir las materias primas y mantener un ciclo productivo con estabilidad».
El directivo recuerda que, debido al déficit de suministros, llegaron a tener casi paralizadas todas las líneas y que, gracias a las gestiones realizadas, las han podido reanimar.
«En el caso del helado, por ejemplo, estábamos haciendo 30 000 galones mensuales y ahora son cerca de 130 000. Lo mismo ha sucedido con el yogurt natural, que solo se obtenían unas 50 toneladas mensuales para la canasta básica, y eso se ha incrementado a alrededor de las 200 toneladas.
«Cada vez que pasa un mes, se va ganando en experiencia con esta vinculación y vamos aumentando las producciones», afirma Rivera.
En lugar de hablar exclusivamente de encadenamientos, prefiere ampliar los términos.
«El encadenamiento se puede lograr en algunas áreas de producción, pero en otras no, por eso hay que hablar de articulación, de contratación, de compra y venta», dice.
Con esa filosofía, aprovechando las oportunidades que abren las decenas de medidas aprobadas para fortalecer la gestión de la empresa estatal, la entidad pinareña ha sabido arreglárselas para salir a flote en un escenario en el que jamás había tenido que desenvolverse.
Además de subsistir, las alianzas con diferentes actores económicos le han permitido adquirir equipamiento para el mejoramiento de sus líneas, medios de transporte, neumáticos, baterías, máquinas de refrigeración, y acariciar nuevos proyectos que en un futuro cercano esperan que se traduzcan en mayor producción de alimentos.
Más allá de recomendar una fórmula, Wicher Rivera advierte que, para lograr buenos resultados, «hay que tener sentido de pertenencia y deseos de trabajar».
Comentario HHC: Lo que no explica el articulo es a qué precio y tasa de cambio le venden las Mipymes, que importan en USD, ¿ a la del Toque? ¿ A 120 ? , porque las mipymes tendran que ir al " lavadero" del mercado ilegal para abastecerse de usd. ¿ O como es?