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martes, 16 de agosto de 2022

REVOLUCIONAR LA REVOLUCION (II)

Por Joaquín Benavides Rodríguez * 

Revolucionar la Revolución es otra forma de decir lo que Fidel sentencio que significaba SENTIDO DEL MOMENTO HISTORICO Y CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO. Es el cambio de rumbo a la economía de la República Popular China, que le imprimió el revolucionario y comunista Deng Tsiao Ping, después de las protestas de Tien Am Meng. Es lo que la Dirección revolucionaria y comunista Vietnamita, denomino DOI MOI y que salvo la economía de ese heroico país, del desastre en que quedo después de derrotar a las tropas de Estados Unidos y expulsarlas de su tierra.

 En nuestro caso significaría, según mi opinión, dar una respuesta con sentido Revolucionario y sin perder más tiempo, con valentía y decisión, a la caótica y desordenada situación en que se encuentra la economía y que el Pueblo cubano todo, sin duda alguna sería capaz de superar, trabajando sin descanso para vencer las medidas impuestas por el agresivo e inmoral bloqueo norteamericano, aunque  persistan durante 60 o 100 años más.

 El inicio del mercado cambiario, anunciado por el Ministro de Economía y Planificación y la Presidenta del Banco Central, el pasado 3 de agosto, lamentablemente se queda corto. No ha ido al fondo del problema, que no es otro, como advirtieron los jóvenes economistas del Banco, que poner a producir a la economía del País. No es un mercado cambiario, porque solo compra divisas, pero no las vende. Para que haya mercado tiene que haber compra y venta. No abarca a las empresas estatales, privadas y cooperativas, sino solo a las personas naturales. Establece una tasa de compra del dólar de 120 pesos, que parece correcta para captarlos, pero a su vez al vender pesos solo para gastarlos en el comercio y no para producir, incrementa la inflación en la economía. Está concebida la medida para captar divisas, comprándolas a una tasa de 120 pesos, para entregárselas a las empresas estatales a una tasa de 24. Con todo respeto, es un disparate. Subsidiar a las empresas estatales en dólares, es un error garrafal. El Ministerio de Economía y Planificación, si es que la tiene, tendría que explicar cuál es el fundamento económico de esa decisión.

 Como se conoce, la tasa de cambio es el precio relativo más importante que tiene una economía como la cubana. Y el Ministerio de economía da la impresión que continúa sin entender esa relación fundamental. ¿Cómo es que el Banco está comprando dólares a 120 pesos y los entrega a las empresas estatales a 24? ¿Esa diferencia la está financiando el Banco? No se explicó en la comparecencia en la Mesa Redonda, pero pudiera pensarse que es el Presupuesto del Estado quien está asumiendo la diferencia. Eso pienso yo. ¿Tiene lógica económica eso? ¿Tiene sentido  continuar incrementando el déficit presupuestario con el objetivo de venderles divisas baratas a las empresas estatales? ¿No sería una solución más correcta, quizás, que el Banco le conceda crédito en pesos a las empresas estatales para que compren las divisas a la tasa de 120 y que tengan que devolverles el crédito al banco aunque sea con un interés bajo? Hay que lograr impedir que la Burocracia continúe haciendo con la economía, en medio de esta crisis, lo que ha estado acostumbrada a hacer desde hace muchos años. Tenemos que ser consecuentes. Si un dólar cuesta efectivamente, en las actuales circunstancias 120 pesos, toda la economía, sea estatal, privada, cooperativa y la población debe comprarlos a 120 pesos. Un solo precio para todos los actores.  

No se salva a las empresas estatales vendiéndoles dólares baratos. La única solución correcta es facilitarles que extraigan de las mismas todo lo que les sobra para ser eficientes y competitivas. Por supuesto que a los trabajadores no se les puede sacar para la calle. Habría que mantenerles durante un tiempo prudencial sus salarios hasta que se incorporen productivamente a un trabajo que cree valores para la sociedad. Ese gasto si tendría que ser asumido por el Presupuesto del Estado. Otros subsidios a personas vulnerables económicamente, es posible que durante un tiempo el Presupuesto del Estado tenga que asumirlo.

 Si en vez de las casi 5000 Mipymes y Cooperativas no agropecuarias aprobadas, fueran diez mil, o quince mil las ya autorizadas, sería menos traumático para toda la sociedad enfrentar la solución del problema. Seria además nuestra solución realmente socialista. No puede concebirse el Socialismo con desempleo ni con empleo superfluo. Para sacar a nuestro País de la crisis económica, hay que generar empleo para sus hombres y mujeres. Empleo productivo que creen valores en bienes y servicios. No empleo superfluo en las empresas estatales, subsidiado por el Presupuesto del Estado.  

 El llamado sector no estatal, o sea las Mipymes, las Cooperativas y los Trabajadores por cuenta propia, se financian ellos mismos. No requieren del presupuesto del estado. El Presupuesto les cobra impuestos para sostener a toda la sociedad. ¿Por qué no se ve claro? Pienso que la confusión ideológica que padecemos, o que padecen algunos, lo impide. El Socialismo no se define por el número de empresas propiedad del Estado. Las grandes y estratégicas empresas en manos del Estado Socialista aseguran en primerísimo lugar la política social socialista. Pero todas las grandes empresas propiedad del estado tienen que ser eficientes y competitivas. No existen para vivir del Presupuesto del Estado. Tienen que ser las mayores aportadoras al Presupuesto del Estado. Para eso es que el Estado socialista invierte en ellas. No las subsidia, es inversionista. Y si no son eficientes y competitivas, el estado tiene que tener todo el derecho de reestructurarlas y si es necesario disolverlas y emplear los recursos humanos y materiales en otros objetivos donde sean más productivos.

 El lunes 15 de Agosto comparecieron a la Mesa Redonda la Viceministra primera del Ministerio de Comercio exterior y la Inversión extranjera y la Ministra de Comercio Interior para informar nuevas medidas en el marco de las anunciadas en la Asamblea Nacional en julio por el Vice primer ministro y Ministro de economía Alejandro Gil. La exposición pudo ser muy interesante, e incluso importante, pero fue confusa y dejo muchos aspectos sin definir. El principal, en mi opinión, que no se aclaró como recuperarían el capital invertido las empresas extranjeras que decidieran invertir en el mercado mayorista. Al no existir aun venta de divisas en el mercado cambiario, y al vender el mercado mayorista en moneda nacional, CUP, no tendrían una solución legal para transferir al exterior los resultados de su inversión en ese objetivo. Sin ese problema resuelto, dudo que el anuncio de ambas altas funcionarias del Gobierno, pueda llevar a eventuales inversionistas extranjeros a invertir en esa importante área de negocios. Sobre otros aspectos, habrá que esperar la legislación concreta. Las preguntas del moderador, como generalmente ocurre, no ayudaron mucho a esclarecer lo que exponían aceleradamente las expositoras. Se ha puesto de moda que funcionarios de alto nivel del gobierno se sientan obligados a llevar por escrito y leer sus exposiciones.

 Los temas fueron realmente importantes, acerca de cuestiones que también llevamos años discutiendo y proponiendo por muchos especialistas, académicos y economistas y que la Ministra lo resolvió diciendo, que la explicación estaba en que se venían siguiendo políticas restrictivas. ¿Por quién, por el organismo que ella gestiona, o por otro cuyo dirigente  no asistió a la Mesa Redonda? Los Jefes, cuando reciben una orden u orientación con la que no están de acuerdo, si no renuncian,  están obligados a asumir plenamente las responsabilidades por los errores o por las políticas equivocadas.   En un próximo texto de Revolucionar la Revolución, opinare con más elementos sobre esta, repito, importante decisión acerca de la participación de la inversión extranjera en el comercio mayorista e incluso como participante en una empresa mixta en el comercio minorista.

En mi anterior texto del 15 de julio, Revolucionar la Revolución (1)  , no incluí entre los temas importantes a resolver, uno que debí haber incluido. El compañero José Luis Rodríguez me lo señalo, con mucha razón, en una nota personal que me envió. También ha insistido en esto el compañero Juan Triana. Me refiero al importantísimo tema de la deuda externa del País, que se encuentra en una situación de impago desde el 2019, lo que ha provocado que se hayan cerrado líneas de crédito, incluyendo crédito a proveedores y que se haya ralentizado la inversión extranjera directa.

Esta situación pone en evidencia de que es necesario renegociar la deuda vencida y no pagada si se quiere destrabar el flujo de recursos externos que el país necesita, tanto por la vía de los créditos, como de la inversión extranjera directa.

Para lograr este objetivo no basta con posponer pagos, lo que se ha logrado hasta el 2027 con diversos acreedores, sino que es preciso iniciar gradualmente erogaciones que permitan restablecer la confianza de los acreedores y poder acceder a líneas de crédito actualmente inexistentes.

Por supuesto que en nuestras condiciones tal renegociación no podría partir de destinar un elevado nivel de fondos, de los que no se dispone, pero se podrían intentar algunas opciones que se utilizaron en los años más duros del Periodo especial, consistente en iniciar pagos con un mínimo de dinero líquido así como diversas variantes que son práctica común en otros países, tales como swap de deuda por inversiones;  la emisión de bonos de deuda externa que ofrezcan una garantía de pago a los acreedores con un documento que constituye un activo financiero negociable en el mercado de recompra de deudas; pago de deudas reconvertidas a moneda nacional; pago de deudas en especie, tanto en mercancías como en servicios y pago de deudas mediante compensaciones mutuas.

Sera necesario enfrentar decididamente desde ahora, este estratégico asunto, dándole participación a personas de larga experiencia que están en el País, en sus casas, y que pudieran contribuir a encontrar  las soluciones posibles sin ceder soberanía. En cualquier otro país, ante dificultades que pudieran parecer insuperables, pero que no lo son, los que dirigen, buscan consejo en quienes han ocupado grandes responsabilidades en circunstancias también difíciles, y que permitieron seguir adelante. Las naciones de mucha experiencia y de cientos y hasta de miles años de vida, acuden a este método para encontrar las mejores y menos traumáticas soluciones a problemas muy difíciles.

Hasta aquí este Revolucionar la Revolución de hoy. En próximas semanas volveremos a insistir en estos temas. Es nuestra modesta contribución, sin que por ello pensemos que tenemos toda la verdad y la razón, a llamar la atención de que hay que actuar ya, sin más demora y venciendo la falta de voluntad y visión estratégica  de la Burocracia.

 16/08/2022

(1) Revolucionar la Revolución (I) https://cubayeconomia.blogspot.com/2022/07/revolucionar-la-revolucion.html

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte. 

2 comentarios:

  1. La aplicación de la tasa de 120 para el sector estatal es una variante pero con riesgos inmensos de que con el ajuste de precios que generaría sería la chispa para el inicio de un proceso de hiperinflación descontrolado. Medidas restrictivas del lado de la demanda junto a más incentivos del lado de la oferta , sobre todo en pesos, el "destrabe' de la deuda externa y el inicio cuanto antes de la venta de divisas podrían hacer bajar el tipo de cambio.
    La reforma de la empresa estatal jugaría un papel protagónicos para la unificación cambiaria.
    Si la empresa estatal entrara en un mercado cambiario, el resultado esperado sería un aumento enorme de la demanda de divisas y más inflación.
    De manera q este proceso de encarar la dualidad monetaria y cambiaria se compone de un enfoque integral en el cual intervienen todas las políticas.

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  2. Articulo muy bueno, Necesidad de al eficencia socialista, creo ser uno de los desafios centrales

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