En el mes de enero del 2021 el blog tuvo un descenso de los visitantes del ( -4,85 %) en relación con el mes de diciembre del 2020. Sin embargo, la lista de mailchimp el cual se distribuye los posts del día por correo, tuvo un incremento del (+8.5 %).
Las diez entradas más populares de mayor a menor fueron las siguientes:
Por países, por segundo mes consecutivo los visitantes de los Estados Unidos ocupan el primer lugar, y en 2do los de Cuba, adicional se han incorporados países como Qatar, Irlanda, Nigeria y Emiratos Arabes Unidos entre el Top 20.
Una vez más agradezco la participación, colaboración y las visitas al Blog de todos los que lo hacen. Es la única motivación que tengo con el mismo.
Igualmente hago extensiva a TODOS los que tengan una opinión que expresar, compartir, dar a conocer, pueden escribirlo en forma de artículo, y pueden enviarlo a la dirección de correo de hhcarles@gmail.com
A pesar del bloqueo y del acoso imperialista, Cuba se ha convertido en un país socialmente avanzado y políticamente en vías de desarrollo. La nación cuenta con excelentes indicadores en salud pública, educación, ciencias, deportes, esperanza de vida, así como atención a la vejez, la infancia, y los sectores vulnerables. En esas áreas se dispone de personal calificado, infraestructuras y presupuestos, aunque austeros, suficientes.
El desarrollo de la cultura y la institucionalidad política son decisivos porque, desde la esfera política se ejerce el poder y se gobierna, se promueven los liderazgos y se proponen las metas en torno a las cuales se cohesiona la sociedad. En esas esferas las tareas no son técnicas sino sociales e involucran al conjunto de la población.
En tal espacio, los instrumentos de medición son necesariamente cualitativos y las dosis de subjetividad son mayores. El ejercicio del criterio, la pluralidad de visiones y la crítica son a la política como la luz y el oxígeno a la vida.
A la complejidad de esos procesos, la Isla suma la dualidad de poderes derivada de la superposición de las estructuras y las jerarquías del partido comunista y del estado, característicos del modelo de inspiración soviética, a lo cual Cuba añadió un liderazgo revolucionario que prevalece sobre ambos organigramas.
A ello se añadieron 17 años de “provisionalidad revolucionaria” en los cuales, legítimamente fue asumido el precepto de que “la revolución es fuente de derecho” se habilitó al Consejo de Ministros para realizar funciones legislativas y ejecutivas, entronizando la costumbre de gobernar por decreto. Cuando en los años setenta se puso fin a la provisionalidad se adoptó el diseño estatal y el modelo económico vigentes en la Unión Soviética. Por su parte, el partido, en tanto que aparato de poder, asumió las estructuras, normas organizativas y prácticas ideológicas de aquel país.
Particular significado ha tenido la adopción del sistema de promoción del liderazgo a partir de la llamada “política de cuadros”, tarea realizada por aparatos y métodos administrativos que cooptan los procedimientos democráticos y minimizan el papel de la sociedad, las comunidades y las organizaciones. El exagerado verticalismo, los excesos de centralización, incluido el centralismo democrático aplicado a la economía y a la gestión de gobierno, dieron lugar a un
corolario negativo.
En el ámbito de la cultura política, la aplicación con carácter exclusivo de la lectura soviética del marxismo-leninismo y la economía política marxista, asumidas y enseñadas como “filosofía oficial”, no obstante ser equilibrados por la intensa labor pedagógica de Fidel Castro, formaron la narrativa del socialismo cubano, el núcleo de la cultura política de la vanguardia y del pueblo y, el referente teórico para la labor académica, la investigación y las ciencias sociales,
todo lo cual condujo al empobrecimiento.
La estructura y el funcionamiento estatal cubano, aunque se perfecciona como parte de las reformas y por la adopción de una nueva Constitución, adolece de problemas estructurales y funcionales que necesitan ser resueltos, entre ellos: la dualidad partido-estado, la consolidación del estado de derecho y el esclarecimiento de cómo funcionará sin separación de poderes, el papel esencialmente ceremonial del parlamento, ahora más activo en la elaboración de leyes, los esclarecimientos acerca de la independencia del poder judicial y la administración de justicia.
Al impulsar las reformas en el ámbito económico y el perfeccionamiento estatal, el general de ejército Raúl Castro insiste en la necesidad de “cambiar la mentalidad” y realizar modificaciones estructurales. A ello el presidente Diaz-Canel suma la idea de avanzar hacia un modelo socialista próspero y sostenible que, añado yo, deberá ser inequívocamente democrático, lo cual significa plural.
Si bien la sociedad políticamente perfecta sigue siendo una utopía, la Isla ha registrado avances que necesitan ser completados por una cultura política más diversa y por una práctica más inclusiva y plural donde la cohesión social no necesite de la compulsión. Allá nos vemos.
MILÁN – El plan del presidente de EE. UU., Joe Biden, para poner fin a la pandemia de la COVID-19 y acelerar la recuperación económica es exhaustivo y está bien diseñado, con objetivos y prioridades claros. Pero ejecutarlo no será fácil, especialmente porque depende de la rápida implementación de la vacuna.
La pandemia causó daños con amplio alcance. En octubre, Lawrence H. Summers y David M. Cutler estimaron que el costo financiero acumulado (incluidas las pérdidas en términos de reducción del producto y de la salud) en Estados Unidos superan los 16 billones de dólares: aproximadamente el 90 % del PBI anual. En el caso de una familia de cuatro personas, la pérdida estimada —incluida la reducción del ingreso y el costo de una vida más corta y menos saludable— es de casi 200 000 dólares.
Pero esos costos no se distribuyen por igual; quienes se encuentran en el 50 % inferior de la distribución del ingreso y la riqueza fueron los que más sufrieron, lo que exacerba la ya elevada desigualdad económica.
Además, la pandemia implicó un gran impacto sobre la educación, especialmente para los más pequeños. Todavía no podemos saber cuáles serán las consecuencias a largo plazo de los cierres escolares y el aprendizaje remoto sobre el desarrollo cognitivo y social de los jóvenes, pero podemos suponer, sin temor a equivocarnos, que cuanto más se prolonguen las interrupciones, más graves serán.
Afortunadamente, el plan de Biden lo tiene en cuenta y también considera que la única forma de lograr una recuperación económica plena (y que los estudiantes vuelvan a la escuela) es controlar la COVID-19... rápidamente.
Muchos de los sectores más vulnerables a la caída de la demanda durante la crisis de la COVID-19 —entre los que se cuentan los viajes y el turismo, la hotelería, las actividades deportivas, los museos y el entretenimiento en vivo— son intensivos en mano de obra. Mientras sigan en dificultades el empleo no se recuperará... y sus dificultades solo llegarán a su fin cuando se puedan desactivar en forma segura las medidas de salud pública.
La buena noticia es que, de acuerdo con la experiencia de las economías asiáticas que lograron contener al virus, una vez que la actividad económica puede reanudarse sin trabas, el rebote es fuerte. El plan de Biden también reconoce que para reforzar ese resultado son necesarios programas fiscales correctamente dirigidos, que limiten el daño adicional a las finanzas de los hogares y las empresas.
Si pensamos en la contención y eliminación de la COVID-19 como una inversión en recuperación económica, la tasa de retorno es enorme. El seguimiento de datos de alta frecuencia de la OCDE sugiere que en EE. UU. la recuperación se estancó en un nivel limitado cercano al 8-10 % del PIB, o 1,9 billones de dólares al año, pero la rápida implementación de la vacuna (dentro de los próximos 6 a 9) traería consigo beneficios de al menos 1 billón de dólares. En otras palabras, un programa de vacunación eficaz que cueste 500 000 millones de dólares al gobierno federal tendría una tasa anual de retorno del 100 % (sin considerar las vidas que salve y otros beneficios).
Y, no lo duden, la implementación a gran escala de la vacuna es la única forma en que EE. UU. puede albergar en forma creíble la esperanza de contener el brote de la COVID-19. Eso quedó claro durante el último año, cuando la gran mayoría de los países (con unas pocas excepciones en Asia) no lograron controlar al coronavirus por otros medios.
¿Funcionará el plan de vacunación de Biden? Aunque fue diseñado por expertos científicos, la implementación rápida de las vacunas implica desafíos gigantescos. Para superarlos, Biden tendrá que enfocar la pandemia de la COVID-19, en gran medida, como si fuera una guerra.
En tiempos de guerra, los líderes civiles fijan objetivos militares e identifican qué hace falta —en términos de materiales, producción manufacturera y logística— para alcanzarlos. Todos los recursos de la economía se redistribuyen en forma acorde, incluso si eso causa escasez y perturbaciones en los sectores afectados. Se implementa el racionamiento y los controles de precios garantizan que las restricciones a la oferta no impulsen la inflación.
En muchos aspectos, EE. UU. está en guerra contra la COVID-19. Pero los sistemas existentes para proveer lo necesario para triunfar —tanto públicos como privados— son débiles, están fragmentados y carecen, en particular, de coordinación. El gobierno de Biden heredó un desastre caótico, desorganizado y descentralizado. Para superar esos inconvenientes, se apoyará en el liderazgo federal expansivo y autoritario, respaldado con fondos públicos. Es un buen punto de partida, pero el resultado dependerá de la forma en que se ejerza ese liderazgo federal.
En primer lugar, Biden debe conseguir la ayuda de administradores con experiencia en operaciones, logística y provisión de servicios, que puedan trabajar con socios en el sector privado para crear los incentivos adecuados. No es el fuerte habitual del gobierno. Los militares, sin embargo, son expertos en estas cuestiones y hay que aprovechar su conocimiento.
Con la ayuda de esos expertos, el gobierno federal debe garantizar una provisión adecuada para cumplir las ambiciosas metas de vacunación. También puede tener que establecer nuevos canales de distribución para complementar los existentes.
Al mismo tiempo, el gobierno federal debe decidir cómo priorizar el acceso a la vacuna y garantizar que el sistema sea coherente en todos los niveles. De lo contrario, los estados, municipalidades y proveedores de atención sanitaria seguirán actuando independientemente, con consecuencias económica (y moralmente) perversas. Por ejemplo, las políticas contradictorias entre los distintos niveles de gobierno y otros participantes ya llevaron a que hubiera que tirar a la basura dosis sin usar, mientras otros sitios sufren dificultades para cubrir la demanda.
Además, los diferentes esquemas de priorización afectan la percepción de justicia de la gente y llevan a desordenados intentos por vacunarse antes. Ya se informó que el turismo de vacunas está en auge. Lo último que hace falta en un país profundamente dividido y desigual es que surjan mercados secundarios que permitan a la gente comprar un lugar al principio de la fila.
De hecho, el gobierno de Biden debiera garantizar que todas las dosis de la vacuna se entreguen sin costo alguno y su estrategia debe tener en cuenta el impacto que implica la ausencia de un seguro de salud universal, así como los requisitos de residencia local para que la gente pueda recibir la vacuna.
Finalmente, el gobierno debe garantizar que los sistemas de aplicación de la vacuna sean confiables, independientemente de la cantidad de usuarios que acudan masivamente a ellos. No podemos seguir repitiendo la experiencia de la primavera pasada, cuando muchos sistemas de desempleo estatales fueron incapaces de atender el repentino aumento de solicitudes.
Biden no creó estas crisis que enfrenta al inicio de su presidencia y ya prometió evitar muchos de los errores de su predecesor —comenzando con la aplicación del conocimiento científico al diseño de esta estrategia contra la pandemia y recuperando el papel central del gobierno federal—, pero ahora el gobierno debe implementar un programa de vacunación masiva, reclutando para ello el conocimiento adecuado sobre gestión y operaciones. Sin eso, hasta los planes más escrupulosos de Biden pueden fracasar.
Michael Spence, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics Emeritus and a former dean of the Graduate School of Business at Stanford University. He is Senior Fellow at the Hoover Institution, serves on the Academic Committee at Luohan Academy, and co-chairs the Advisory Board of the Asia Global Institute. He was chairman of the independent Commission on Growth and Development, an international body that from 2006-10 analyzed opportunities for global economic growth, and is the author of The Next Convergence: The Future of Economic Growth in a Multispeed World.
El líder del partido republicano en el senado, Mitch McConnell, el pasado 26 de enero.JONATHAN ERNST / REUTERS
He aquí lo que sabemos de la política estadounidense: el Partido Republicano está atascado, probablemente de manera irreversible, en un bucle maldito de excentricidad. Si el asalto al Capitolio impulsado por Trump no devolvió de golpe la cordura al partido —y no lo hizo—, nada lo logrará.
Lo que aún no está claro es quién exactamente acabará afrontando la maldición. ¿Será el Partido Republicano como fuerza política significativa? ¿O el Estados Unidos que conocemos? Por desgracia, no sabemos la respuesta. Depende del éxito que tengan los republicanos a la hora de suprimir votos. Respecto a la excentricidad, hasta yo conservaba alguna esperanza de que la cúpula republicana intentara poner fin al trumpismo. Pero esa esperanza ha muerto esta semana.
El martes, Mitch McConnell, líder de la minoría en el Senado, que declaró que el papel de Trump a la hora de fomentar la insurrección podía ser objeto de un proceso de destitución, votaba a favor de una medida que habría considerado inconstitucional juzgar a Trump porque ya no ocupa el cargo. (La mayoría de los expertos constitucionalistas disienten). El jueves, Kevin McCarthy, líder de la minoría en la Cámara de Representantes —que todavía no ha reconocido que Joe Biden ha ganado legítimamente la presidencia, pero sí ha declarado que Trump “tiene cierta responsabilidad” por el ataque al Congreso—, visitó Mar-a-Lago, presumiblemente para hacer las paces. En otras palabras, los líderes nacionales del Partido Republicano, después de coquetear con la sensatez, se han rendido a las fantasías de los márgenes. La cobardía se impone.
Y los márgenes están consolidando su control en el ámbito estatal. En el Estado de Arizona, el partido censuró al gobernador republicano por el pecado de intentar tardíamente contener el coronavirus. El Partido Republicano de Texas ha adoptado el lema “Nosotros somos la tormenta”, que se asocia con QAnon, aunque el partido niega que exista una relación intencionada. Los republicanos de Oregón han respaldado la afirmación completamente infundada, y refutada por los propios alborotadores, de que el ataque al Capitolio fue una operación encubierta de la izquierda. ¿Cómo le ha ocurrido esto al que en otro tiempo fuera el partido de Dwight Eisenhower? Los expertos en ciencias políticas sostienen que las fuerzas de moderación tradicionales se han visto debilitadas por factores como la nacionalización de la política y el ascenso de los medios de comunicación partidistas, en especial Fox News.
Esto abre la puerta a un proceso de extremismo que se refuerza a sí mismo. Cuando los defensores de la línea dura ganan poder en un grupo, expulsan a los moderados; lo que queda del grupo es aún más extremista, y eso aleja todavía a más moderados, y así sucesivamente. Un partido empieza quejándose de que los impuestos son demasiado elevados, poco después comienza a afirmar que el cambio climático es una gigantesca mentira, y acaba creyendo que todos los demócratas son pedófilos satánicos.
Este proceso de radicalización empezó mucho antes de Donald Trump; se remonta a 1994, cuando Newt Gingrich se hizo con la presidencia del Congreso. Pero el reinado de corrupción y mentiras de Trump, seguido por su negativa a admitir los resultados electorales y su intento de revertirlos, lo ha agudizado. Y la cobardía de los dirigentes republicanos ha sellado el trato. Uno de los dos grandes partidos políticos de Estados Unidos ha roto la relación con los datos, la lógica y la democracia, y no va a retomarla.
¿Y qué pasará a continuación? Podría pensarse que un partido que se hunde moral e intelectualmente se hundirá también políticamente. Y eso ha ocurrido de hecho en algunos Estados. Esos soñadores republicanos de Oregón, que se han quedado fuera del poder desde 2013, parecen seguir el camino de sus homólogos en California, un partido en otro tiempo poderoso y reducido ahora a la impotencia frente a una supermayoría demócrata.
Pero no está en absoluto claro que esto vaya a ocurrir a escala nacional. Sin duda, a medida que los republicanos se han ido volviendo más extremistas, han perdido apoyo en general; desde 1988, el Partido Republicano solo ha ganado una vez la votación popular en las elecciones presidenciales, y la victoria de 2004 fue un caso atípico influido por el efecto bandera del 11-S.
Sin embargo, dada la naturaleza no representativa del sistema electoral estadounidense, los republicanos pueden obtener el poder a pesar de perder la votación popular. La mayoría de los votantes rechazaron a Trump en 2016, pero aun así fue presidente, y ha estado muy cerca de serlo en 2020, a pesar de perder por siete millones de votos. El Senado está dividido a partes iguales, aunque los senadores demócratas representan a 41 millones más de personas que los republicanos.
Y la respuesta republicana a la derrota electoral no es cambiar de política para atraer votantes, sino intentar amañar las próximas elecciones. Desde hace tiempo se sabe que Georgia suprime sistemáticamente la participación de los votantes negros; hizo falta un notable esfuerzo organizador por parte de los demócratas, liderados por Stacey Abrams, para superar esa supresión y hacerse con los votos electorales del Estado y con sus escaños en el Senado. Por eso los republicanos que controlan el Estado están redoblando las dificultades para acceder al voto, y han propuesto nuevas exigencias de identificación de los votantes y otras medidas para limitar la votación.
En resumidas cuentas, no sabemos si hemos obtenido algo más que un alivio temporal. Los planes de un presidente que intentaba retener el poder a pesar de haber perdido las elecciones se han visto frustrados. Pero un partido que se deja convencer por excéntricas teorías de la conspiración y niega la legitimidad de su oposición no está volviéndose más cuerdo, y tiene todavía muchas posibilidades de hacerse con todo el poder dentro de cuatro años.
Las alianzas con las empresas estatales, ya sea como suministradores de algunas materias primas o como desarrollador de productos propios, con la aplicación de la ciencia y a través del conocimiento de la marca, lograron la creación de nuevos productos con gran impacto, por el uso que se les da en renglones decisivos para el programa de la vivienda
Al cierre de 2020, el Ministerio de la Construcción (Micons) tenía aprobados cinco proyectos como sustitución directa de importaciones, controladas de forma diferenciada por la Dirección de Producción Local de Materiales.
Dentro de las producciones de estos proyectos, figuran, como aproximado, mil toneladas de base para pinturas ecológicas, 900 000 litros de Pinturas Corona, 300 000 unidades de tomacorrientes, 20 000 interruptores, 280 000 sockets, 170 000 bases de lámparas LED y 285 000 herrajes.
Estos programas han demostrado cómo se puede lograr el encadenamiento productivo, la vinculación con la empresa estatal socialista, la sustitución de importaciones y el vínculo con la academia, empeños propuestos por el Presidente Miguel Díaz–Canel Bermúdez para avanzar en la economía nacional.
Entre estos esfuerzos figura la marca Pinturas Corona, que el año pasado aportó más de 1 300 000 litros para el Programa de producción y venta local de materiales, mediante el vínculo directo con el Grupo Empresarial de la Industria Local, para la distribución y producción cooperada de este producto.
Estas alianzas con las empresas estatales, ya sea como suministradores de algunas materias primas o como desarrolladores de productos propios, con la aplicación de la ciencia y a través del conocimiento de la marca, lograron la creación de nuevos productos de gran impacto, por el uso que se les confiere en renglones decisivos para el Programa de la Vivienda.
Según explicó a Granma Manuel Vázquez Enríquez, director del Programa de producción local de materiales del Micons, los encadenamientos y acciones cooperadas de la marca Pinturas Corona, con Azcuba, la Empresa González Lines y el Instituto de Ciencias del Mar (Icimar) propiciaron, entre otras acciones, la reactivación de una fábrica de pinturas en Holguín, de la organización superior de dirección empresarial (OSDE) Azcuba, con materias primas cubanas. Esa instalación se encontraba paralizada por déficit de recursos importados.
El encadenamiento de Pinturas Corona con Icimar, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, tiene el objetivo de desarrollar, mediante la ciencia, bacterias para producir celulosa como espesante de las pinturas, proceso que luego se puede aplicar en otras empresas.
En la actualidad, se construye una fábrica de pinturas en la Base Productiva de la Empresa de Desmonte y Construcción en Marianao, La Habana, perteneciente a la OSDE Gelma, con la franquicia de la marca Pinturas Corona, que aportará su experiencia y conocimiento en la producción de polímeros y en la fabricación de distintos tipos de pinturas, donde se incluyen los anticorrosivos, esmaltes, impermeables, pinturas sanitarias de alta calidad y otras, y sus sistemas de aseguramiento de la calidad y protección del medioambiente, con el propósito principal de abastecer la alta demanda del Ministerio de la Agricultura, sin erogar divisas.
Mediante la ciencia aplicada entre Pinturas Corona y el Grupo Azcuba, y en vinculación con el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar, se tiene previsto producir, con materias primas nacionales, un anticorrosivo para la reparación de los centrales azucareros, así como desarrollar resinas y aglomerantes, para mejorar la calidad de las pinturas.
Vázquez Enríquez señaló que es determinante, para garantizar la demanda creciente de pinturas y bases ecológicas aprobadas por la dirección del país como sustitución de importaciones, que las empresas y entidades proveedoras de las materias primas nacionales faciliten su adquisición por los productores responsables de cumplir esta tarea.
Calidad y protección medioambiental
Antonio Corona Montero, titular y creador de la marca Pinturas Corona, comentó que ese producto es fabricado con productos ociosos, que se van incorporando a partir de diferentes industrias y organismos estatales, elaborando una gama de pinturas de diferentes variedades y un producto ecológico, que garantiza la resistencia al medioambiente, tanto para los interiores como para los exteriores.
De acuerdo con el Director del Programa de producción local de materiales del Micons, estos proyectos son atendidos diferenciadamente por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Construcción, para garantizar la certificación de su calidad.
De igual forma, se crearon alianzas con los laboratorios de la Unión Suchel, para la certificación de la creolina, uno de los productos elaborados durante la pandemia del nuevo coronavirus, entregado al Poder Popular del municipio de Habana del Este para la desinfección de los centros de aislamiento.
El doctor en ciencias Luis Rafael Díaz Cisneros, coordinador del grupo de Asistencia Técnica de Pinturas Corona, precisó que en cada una de las producciones velan por el control de la calidad del producto con parámetros relacionados con la densidad, viscosidad, cubrimiento y residuos secos, comparados, además, con los de otras marcas certificadas internacionalmente.
Por otra parte, dentro de los proyectos para la protección medioambiental que se están ejecutando, se encuentra la planta de tratamiento para el reúso del agua, un proceso donde la fábrica de Pinturas Corona de La Habana recupera 5 000 litros del líquido, en un esquema de recirculación, y también la red sanitaria de drenaje exterior, donde el agua que se vierte en el río Cojímar no presenta ningún tipo de residuos.
Díaz Cisneros añadió que se han realizado perfiles geológicos por organismos, demostrando que el sistema de tratamiento de la fábrica es seguro.
Exportar productos de calidad
De acuerdo con la estrategia económico-social para el impulso de la economía en el país, las formas de gestión no estatal pueden exportar, a partir de empresas especializadas estatales.
Uno de los propósitos de la marca Pinturas Corona es lograr, mediante el Ministerio de la Construcción, la exportación de sus productos a mercados internacionales, una vez satisfagan su encargo social y las proyecciones que tiene para la venta a la población.
De esta forma, precisó Corona Montero, estarían aportando a la economía nacional con divisas y con otras mercancías que adquieran, necesarias para continuar perfeccionando la calidad del producto y para sustituir importaciones, cumpliendo así con las exigencias de las máximas autoridades en el país, en correspondencia con la estrategia de desarrollo económico y social de la Isla.
Vamos recorriendo #Cuba, conociendo de cerca y valorando en cada provincia la marcha de la #TareaOrdenamiento y el enfrentamiento a la COVID-19. Son grandes los desafíos y más grandes los esfuerzos. Estas situaciones complejas son oportunidades también para vencer. #CubaViva
Probablemente no se haya hablado tanto en las últimas décadas en Cuba sobre dinero y precios como ha estado haciéndose en los dos últimos meses. Tampoco habían existido simultáneamente tantas narrativas sobre causas y soluciones.
Lo que piensan y lo que dicen los economistas, con independencia de sus diversas perspectivas, no tiene mucho peso. Es apena un murmullo en un forcejeo verbal y escrito, a veces de altos decibeles, entre ciudadanos inconformes y los decisores y funcionarios que aplican y explican las primeras acciones del “ordenamiento”.
Que el paquete del “ordenamiento” (devaluación, incremento de salarios y pensiones estatales, y eliminación de subsidios) deje a muy pocas personas indiferentes no debería sorprender.
La promesa del futuro mejor que dibuja el discurso del “ordenamiento” es insuficiente para compensar la preocupación inmediata respecto a una reducción del bienestar material y la incertidumbre que eso provoca.
Las nuevas tarifas eléctricas y los elevados precios de muchos productos condujeron, en algunos casos, a “rectificaciones” como respuesta a la inconformidad popular. La exuberancia de una narrativa oficial sobre precios “abusivos” del sector privado -que en realidad tiene un porciento pequeño de las ventas totales- no logra encubrir que la crítica ha sido principalmente respecto a precios y tarifas estatales, y también respecto a que se ha desplazado hacia mercados estatales dolarizados la venta de productos básicos.
El hecho de que se hayan producido correcciones en las medidas no es un problema en sí mismo porque en todas partes la aplicación de medidas económicas tiene un componente de “prueba y error”. Ese no es un asunto grave. Sin embargo, las apresuradas correcciones han dejado claro que el “diseño” de las medidas no ha sido precisamente una fortaleza del “ordenamiento”. No hay evidencia alguna de que ese “diseño” resultante de un ejercicio de planificación altamente centralizada tenga el nivel de superioridad de previsión y de sabiduría que se le ha atribuido.
El problema con los nuevos precios del “ordenamiento” -incluida la tasa de cambio, que es un precio relativo- no es tanto un problema de aplicación incorrecta del “diseño” como un error del concepto de precios.
Se concibe el precio como una especie de quimera de la planificación centralizada: una habilidosa invención burocrática que permite controlar el intercambio de bienes y productos, y la redistribución de valor que ello implica, teniendo como fundamento una idea a priori acerca de cómo debe funcionar la economía en su conjunto.
Es esa desmedida concepción normativa (lo que debería ser la economía) lo que ha “metido en problemas” a los nuevos precios del “ordenamiento”, los cuales, en vez de ser evaluados normativamente, son juzgados por los consumidores a partir de la realidad de la economía a la que se enfrentan.
Esa concepción de precio es equivocada precisamente porque no toma en cuenta la realidad de la oferta y demanda, desconociendo que el precio es un proceso de mercado.
Si el concepto de precio que se utiliza oficialmente es problemático, entonces también son cuestionables las herramientas teóricas (formación del precio a partir de agregar una norma burocrática de utilidad preconcebida al costo) y son controvertibles los modelos teóricos como el “diseño” que se apoyan en proyecciones diferenciadas de niveles y de incrementos de precios.
La condición problemática del concepto, de las herramientas y modelos, crea entonces una dificultad para el discurso que acompaña el proceso pues tiende a hacerlo ininteligible. Llega un punto en que empieza a reemplazarse la racionalidad económica con la que se presentó inicialmente por argumentos ideologizados (que no es lo mismo que argumentos ideológicos).
Dije anteriormente que los economistas no han tenido hasta el momento mucho peso en las discusiones sobre los precios en Cuba. El debate entre economistas ciertamente existe, pero en sentido estricto no es un debate estructurado. Hasta donde conozco, no se intercambian ideas en las publicaciones económicas del país y los debates en los eventos públicos que se han realizado tienen diseminación muy limitada.
Sin embargo, he leído en estos días opiniones que consideran que existe un debate, en el que una “línea más liberal de pensamiento económico” y otra línea a la que denomino provisionalmente línea “pro- ordenamiento”. No tengo otra manera de calificarla, hasta que logren explicarse mejor ellos mismos.
Como supongo que hay grandes probabilidades de que se me haya incluido en la línea “liberal”, una etiqueta que ahora mismo no me parece interesante abordar, creo que es conveniente aclarar que hay algunos temas que los colegas “pro- ordenamiento” intentan hacer aparecer como los grandes parteaguas del supuesto debate económico, pero que en realidad son temas menores. No hablo por otros, simplemente expreso sucintamente mi opinión sobre esos supuestos temas importantes, que en realidad no lo son:
La regulación de precios y la regulación económica en general. Es un hecho que ocurre en todas partes, desde hace tiempo, con variaciones de intensidad y de modalidades. Es normal que la regulación sea un componente de la política económica en Cuba. Lo que critico es la creencia de que los “topes” de precios generalizados (un caso extremo de regulación) tengan la efectividad que se les adjudica oficialmente en Cuba, principalmente porque no existe evidencia de que contribuyan a resolver la raíz causal de las presiones inflacionarias (crisis productiva), de manera que los “topes” tienen que ver con un intento de aliviar síntomas y no causas. Si alguien tiene evidencia concreta, con datos estadísticos confiables, acerca de la efectividad de los “topes” en la producción, sería adecuado que la presentase.
La tasa de cambio de equilibrio y la tasa de cambio informal. El problema principal con la tasa de cambio de equilibrio en Cuba es que no se informa oficialmente cuál es. Asumo que tiene que haberse calculado oficialmente por varios métodos, pero no se ha hecho pública. De hecho, ni siquiera existe información oficial sobre los indicadores económicos que permitirían que los economistas pudieran calcular “por la libre” esa tasa. Si se ofreciera esa posibilidad, no habría debate alguno: la tasa de equilibrio sería “X” y entonces los funcionarios deberían explicar cualquier desviación que tuviese la tasa oficial. En el caso de la tasa de cambio del mercado informal, el problema no es que la tasa de cambio oficial tenga que coincidir con esta. La cuestión es que cuando no hay información sobre tasa de equilibrio y cuando la diferencia entre tasa oficial y tasa informal es muy alta, la información que trasmite esa brecha en la experiencia internacional es que hay probabilidades de que el movimiento futuro de la tasa oficial deba seguir la tendencia de la tasa informal. Eso está corroborado por evidencia empírica y hay suficientes análisis sobre el tema. Por supuesto, la tasa oficial puede seguir inmutable, pero no es razonable pensar que eso no tendría un efecto negativo en la competitividad del país.
La relación entre ideología y Economía. Probablemente sea uno de los temas mejor aclarados, aunque no necesariamente convenza a algunos economistas. Por supuesto que la ciencia, cualquier ciencia, es un producto social que no escapa de múltiples influencias de un lugar, un tiempo y diversas formas de pensamiento, incluida la ideología. Ríos de tinta han corrido sobre el tema y por tanto no me detengo en eso, excepto para decir que lo que parece estarse llamando ahora en Cuba “economía liberal” no es una entidad intelectual monolítica que se contrapone a la línea “pro-ordenamiento”. Sugiero evitar ese tipo de ensoñación.
La existencia de sesgos ideológicos contrapuestos entre quienes critican topar los precios y quienes defienden los “topes”, tomando como elemento diferenciador la manera en que se favorece a las personas más humildes en Cuba. No conozco entre los economistas cubanos activos en los intercambios sobre la actualidad del país ninguno que se caracterice por tener un sesgo ideológico, ni de otro tipo, contra la gente humilde de Cuba. Ese prejuicio de intenciones no cabe en un debate serio en Cuba. Si alguien quiere validar la noción de que el “ordenamiento” o cualquier otra medida económica funciona a favor de los más humildes (supongo que es más preciso hablar de los más pobres) es suficiente con que se presente la evidencia, incluyendo el efecto de las medidas en un índice de desigualdad (índice de Gini o índice de Palma) y una tasa de pobreza, incluyendo, de ser posible, información desagregada por género, etnia, edades y territorios. Cualquier otra cosa es narrativa hueca.
La justificación que se utiliza recientemente respecto a que los actores en “la base” (funcionarios municipales, directivos y técnicos de empresas) tomaron mal las señas que se les enviaron respecto a los precios del “ordenamiento” indica claramente que el problema de los precios es parte de un proceso mayor que obstaculiza que el “diseño” funcione bien.
Utilizando la jerga actual: parecería que en vez de que el “ordenamiento” destrabe el modelo económico, sería el modelo de planificación centralizada lo que está trabando el “ordenamiento”.
Cualquier crítica a los precios del “ordenamiento” debería partir de una reflexión crítica sobre el esquema de planificación centralizada que se utiliza en Cuba, pero como se dice ahora, no sé si haya muchos que estén preparados para tener esa conversación.
Contribuir con esa premisa es fundamental, a decir de Rafael Santiesteban Pozo, presidente nacional de la ANAP, porque el sector campesino siempre ha constituido un pilar de la economía cubana y los tiempos actuales ameritan de su buen desempeño, sobre todo por lo que significa el ramo en medio de los cambios que trae consigo la Tarea Ordenamiento.
En ese sentido, explicó que la organización ha acompañado todo el proceso relacionado con este aspecto de la estrategia económica y social que se implementa actualmente, sobre todo en la batalla contra las ilegalidades y la tendencia al incremento de los precios de los productos. Además, se ha insertado en el propósito de continuar estimulando el trabajo y la eficiencia.
En esta etapa, próxima a la fecha esperada por los agricultores pequeños, las acciones más necesarias entre las 123 definidas responden al aporte de la ANAP para el mejoramiento de las cooperativas y el apoyo a la comunidad, el fortalecimiento de la vigilancia campesina y el enfrentamiento al delito; entre otras tantas que, según Santiesteban Pozo, repercuten de alguna manera en el aumento de la producción de alimentos, las exportaciones y la sustitución de importaciones.
“A pesar de todos los efectos de la pandemia hemos aplicado diferentes métodos de trabajo para mantener la vinculación y el seguimiento a todos los niveles, de manera que se logren todas esas actividades previstas, adecuadas al contexto actual”, subrayó.
Por eso, no se dejaron de realizar, señaló el Presidente de la ANAP, los actos de inicio de la campaña de siembra tabacalera, cuyo plan sobrepasa las 22 mil hectáreas, de las cuales se han sembrado un poco más de 15 mil hasta la fecha.
Igualmente, se iniciaron los cortes de caña de las áreas del sector con vista a la actual zafra azucarera y hasta el momento se logra un poco más de 600 mil toneladas de este insumo que- aunque no alcanza el compromiso de más de 3 millones 700 mil toneladas, debido a mediaciones climatológicas, la situación sanitaria, entre otros factores- representa una recuperación paulatina.
“En ese aspecto ha influido la dinámica volcada en defender la producción cañera. Por esto últimos días, se han realizado recorridos e intercambios con los pelotones cañeros en los diferentes lugares del país, teniendo en cuenta que es determinante este primer trimestre del año”, precisó.
Sobre el autoabastecimiento local, informó que se incrementan los módulos pecuarios de las cooperativas de producción agropecuaria (CPA) y las de créditos y servicios (CCS), así como algunas áreas de uso colectivo. Hasta ahora existen 697 cooperativas completando los módulos en las diferentes categorías y con conceptos actualizados.
Al calor de las celebraciones tampoco pasan por alto los incentivos morales, como la entrega de sellos a campesinos y estructuras destacadas, el reconocimiento a las provincias con mejores resultados como Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos y Santiago de Cuba, y el recorrido por el territorio nacional de la Bandera 60 Aniversario de la Constitución de la ANAP, la prueba simbólica más genuina de que el trabajo de la organización continúa alineado a lo que la historia y el país esperan de eAunque la jornada de celebración por el aniversario 60 de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) ha estado marcada por la actual situación sanitaria en el país provocada por la COVID-19, las prioridades de la organización siguen enfocadas en esperar este cumpleaños con los mejores resultados en la producción agropecuaria.
Transcribimos la videoconferencia “Los desafíos de un ordenamiento económico”, tema de “La Tertulia” de la Unión de Periodistas de Cuba, en la que participaron Pascualina Curcio y Ernesto Merill Domenech. Moderada por Iroel Sánchez y celebrada en la Casa de la Prensa, el jueves 14 de enero de 2021
Iroel Sánchez: Comenzando hoy de nuevo con este espacio de La Tertulia, que lo llevamos desde la Unión de Periodistas de Cuba a la una de la tarde todos los jueves. Hoy vamos a estar conversando sobre este proceso en marcha en Cuba, que se le ha llamado ordenamiento económico, monetario, y lo vamos a estar haciendo con dos personas que a pesar de pertenecer a distintas generaciones y a distintos países creo que concuerdan en alguna medida en acercarse a estos temas tan complejos de la economía, y hacerlo con un sentido no complaciente con, diríamos, las lecturas más convencionales o más hegemónicas.
Desde Venezuela vamos a tener a la académica, doctora en Ciencias, Pascualina Curcio, con varios libros publicados, el más reciente, creo yo, que lo he conocido y por el cual la he entrevistado incluso, es La mano visible del mercado, un libro que ha tenido una tremenda repercusión en su país, a mi juicio muy aleccionador, un libro econométrico, con muchas estadísticas, con un análisis muy sólido de estos procesos de desabastecimiento, que ella llama desabastecimiento inducido, la inflación, inducida también desde el exterior a través del manejo por internet de los tipos de cambio, más toda la guerra económica a que ha estado sometida el proceso revolucionario bolivariano, y sus antecedentes históricos en otros procesos, como ha ocurrido en Chile durante el gobierno de Allende, en la propia Nicaragua en los años ochenta, como ocurrió también en la Rusia de, la Unión Soviética de la perestroika, y bueno, vamos a estar conversando con Pascualina sobre eso, un saludo, Pascualina, desde La Habana, un placer que estés aquí con nosotros.
Y aquí a mi lado tengo a Yoel Ernesto Merrill Domenech, estudiante de economía de quinto año de la Universidad de La Habana, creo que a pesar, decía, de pertenecer a otra generación, que no digo que Pascualina no sea joven, ustedes la ven que es un princesa caraqueña, pero Yoel es mucho más joven, y a pesar de esa juventud, o tal vez por esa juventud, yo creo que se ha convertido también en una de las personas que desde la economía política viene haciendo un trabajo más interesante con textos y entrevistas muy aportadoras por disidentes, diría yo, del sentido común, de la idea dominante, que a veces vemos sobre estos temas…y Yoel ha estado publicando en distintos espacios como La Tiza, más recientemente en un nuevo espacio que recomiendo mucho, en Bufa subversiva, que ha surgido en las últimas semanas en Cuba, y el último de estos trabajos que Yoel ha publicado, y voy a empezar por él, es sobre el control o la regulación de los precios, un tema siempre polémico, se habla de control administrativo, de regulación indirecta, y también hablamos en Cuba de control popular.
Este proceso de ordenamiento, para los que no estén en Cuba, aunque se ha dado una información muy amplia sobre esto, consiste en primer lugar, en que Cuba hasta el 31 de diciembre del año pasado circulaban el peso cubano y el peso cubano convertible, uno con veinticuatro veces más valor, el convertible que el cubano, y las empresas estatales y las entidades presupuestadas estatales trabajaban con un tipo de cambio de uno a uno, a diferencia del de veinticuatro por uno, que era el que estaba en la calle, con el que trabajaba el sector no estatal o privado y cooperativo, y también las personas en su vida cotidiana.
Se ha hecho una reforma que implica la unificación de ese tipo de cambio, toda a veinticuatro por uno; se ha hecho una reforma que incrementa de los ingresos de la población, o sea, los salarios, las pensiones…
Se ha hecho una reforma de los precios, y se ha hecho una, también un cambio en los subsidios, antes de manera muy generalizada, extendidos en la economía cubana, se eliminaron un grupo de subsidios generalizados relacionados con los precios que las personas tienen que pagar por un grupo de productos que reciben en una canasta normada de alimentos, también la electricidad, el agua… Se ha tomado el dinero de esos subsidios y se han convertido en ingresos de la parte de la población o que es jubilada o pensionada, o que es asalariada del sector estatal, y estamos en ese proceso desde hace dos semanas, que ha tenido que conllevar ajustes en algunos casos; y también hay una presencia de esos precios en el sector no estatal de la economía, un impacto, diría, de precios, en los productos agrícolas, en los productos de la llamada gastronomía, que también han crecido, no son de estos precios regulados, y bueno, esto ha generado también distintos puntos de vista, debates, y Yoel ha sido parte de este debate. Yo le pediría a Yoel que nos resumiera sus tesis sobre este tema en ocho, en diez minutos, y también, bueno, qué piensa de todo este proceso, cómo lo ve, qué ha ocurrido, y qué piensa, qué puntos de vista están en este debate, Yoel, te doy la palabra entonces.
Yoel E. Merill: El ordenamiento monetario en Cuba es un proceso extremadamente complejo, diverso, con muchas aristas; y en especial el tema de los precios, que bueno, que Iroel comentaba, se refiere a las modificaciones que este proceso implica en el sector de la población.
El ordenamiento monetario dentro del sector de la población implica fundamentalmente una transformación del mecanismo histórico de distribución de los ingresos en la economía cubana.
La economía cubana venía durante los primeros veinte años de este siglo manteniendo el mecanismo de distribución de los ingresos que se percibió en el modelo de socialismo real cubano, o sea, la visión del modelo de socialismo donde primaban los subsidios generalizados al consumo, de forma universal para toda la población; este proceso implica un reordenamiento de la forma en que se perciben los ingresos en la economía, la eliminación de subsidios por un lado, y el aumento de los ingresos a la población vía el salario y las pensiones por el otro, este proceso conllevó una transformación muy grande de los flujos monetarios en el sector de la población, y conllevó por lo tanto un reordenamiento en los precios tanto en el sector estatal como en el sector privado.
En la economía cubana, no es un problema que se esté dando con el tema del ordenamiento, ya era un problema anterior al proceso de ordenamiento, pero con el ordenamiento afloran de una manera más clara las contradicciones que han existido en los flujos redistributivos en lo interno del sector privado.
¿Qué significa esto? En los mercados cubanos, suelen ser los mercados agrícolas y los mercados de alimentos, suelen ser mercados pequeños, quiere decir mercados que tienen pocos oferentes y gran cantidad de demanda, en estos mercados han ocurrido históricamente problemas de sobreprecios, problemas de grandes cantidades de precios superiores a los costos, que se están dando problemas también en los mecanismos de acercar los alimentos desde los centros de producción hasta las zonas de comercialización, se han dado problemas que han conllevado a un gran debate en torno a cómo mejorar los mercados agrícolas en Cuba, los mercados que brindan alimentos a la población, lo cual ha sido un debate que no es nuevo, no está con el ordenamiento, es un debate anterior al ordenamiento pero que se agudiza en el proceso de ordenamiento por el incremento de la demanda que se ha dado en los mercados agrícolas en estos últimos años, en los mercados alimenticios, sobre todo en los mercados no estatales; esto ha conllevado a posiciones muy diversas dentro del panorama de posiciones económicas en Cuba, que es un panorama diverso, con diversas posturas y teorías económicas representadas, y en ese sistema se ha dado la necesidad desde nuestra perspectiva que los dirigentes del gobierno, los que llevan al frente la medida, el diseño, la Tarea Ordenamiento, de por lo menos en estos momentos en donde se está dando la gran transformación del sistema redistributivo de los ingresos, y pensiones, y subsidios en Cuba, controlar los precios que se formen de manera abusiva y especulativa.
Un precio abusivo, dentro de una conceptualización sencilla, podría verse como aquel precio que supera excesivamente los márgenes de ganancia medios de la economía, o sea, los márgenes de ganancia que se fijarían por un mercado en condiciones más competitivas, mercados restringidos por la oferta determinan la capacidad de imponer precios sobre los consumidores, lo que determina en algunos mercados la capacidad de grandes sobreprecios.
También los precios especulativos se están dando en un momento en donde escasea mucho un producto
Se produce el acaparamiento y la reventa de precios muchas veces desde los propios mercados estatales, que lo venden a mayores precios, los sobreprecios se dan en algunos sectores, el sector privado, muchas veces el sector informal, que no está totalmente formalizado, la sobre venta de precios a productos que se compraron en el sector estatal; en esto, la necesidad del control popular de precios, la necesidad de la fiscalización de los precios que se ponen desde los gobiernos, desde los gobiernos provinciales, ha conllevado a un gran debate dentro de la academia cubana, dentro de las posiciones de diferentes académicos, economistas cubanos.
Una tesis que nosotros defendemos, es que es válido y necesario los controles de precios para evitar sobre todo los procesos especulativos, y sobre todo un proceso de expectativas a la escasez. Cuando se da un proceso de la escasez se da la idea de que como hay un entorno de escasez, un entorno de aumento de los ingresos, los productores tienen, sobre todo los comercializadores tienen capacidad de fijar los precios mayores, los topes de precios tratan de evitar esos procesos especulativos, esos procesos de presión abusiva, y conllevan por lo tanto tratar de que los precios no se desvíen enormemente de sus costos de producción, o sea, los costos más una tasa de ganancia, más una determinada ganancia que se percibe para los productores y los comercializadores en el sentido económico dentro del sector no estatal, y que no se desvíen de ese nivel de ganancia. Eso ha conllevado a un gran debate, muchos desde posturas que nosotros podríamos identificar asociadas a una línea más liberal del pensamiento económico, que no significa que todo posicionamiento que implique dejar a los procesos mercantiles dentro de la economía socialista sea un enfoque liberal.
Hay que decir que no existe ninguna posibilidad de topes de precios o de control popular de precios sobre ningún sistema de mercado, sobre ningún aspecto o rama del mercado, sí es una visión liberal de la economía, yo comparto eso, no soy el único que lo hace, realmente es un debate abierto en la economía cubana.
Los controles de precios no solamente son un proceso que en algunas experiencias ha demostrado eficiencia en el caso cubano, aunque en otras no ha sido tan eficiente si se mantiene durante muchos períodos de tiempo, se habla de un proceso coyuntural en el proceso de reordenamiento monetario, se habla de la necesidad de evitar procesos especulativos, y por tanto, se habla de la necesidad, sobre todo, de que ese control de precios no sea tan administrativo como que responda al control popular, al control de los gobiernos locales, de los gobiernos locales y no de la administración central del estado, o sea, los precios en Cuba hasta hace menos de una década venían siendo controlados pero por el Ministerio de Finanzas y Precios, los Ministerio de Finanzas y Precios era los que tenían la potestad de la centralización de los precios topados en la economía, y esta facultad se ha ido descentralizando, esa es otra de las posibilidades que abre el ordenamiento monetario, la capacidad de los gobiernos locales, de los gobiernos provinciales, incluso a nivel de municipio, de ejercer directamente los controles de precios y la fiscalización de estos controles desde la comunidad; esto yo creo que está en la línea del socialismo cubano, de la necesidad de democratizar las estructuras económicas en Cuba, es un reclamo histórico también hacia donde el socialismo en Cuba ha ido progresando, a ser menos administrativos y más socializados los controles sobre la economía, también los ha llevado a ser los más atemperados a nuestra época; Cuba, literalmente tiene grandes problemas con toda la oferta, pero eso no condiciona, no justifica, que se den procesos especulativos, revender al tres, cuatro, cinco veces, lo que una cosa costó, no está condicionado por la oferta, está condicionado por procesos que se dan a lo interno de los procesos mercantiles, que necesitan una regulación.
El ordenamiento es causa de posibilidad para que esos procesos especulativos se den, es causa de posibilidad para que esos procesos se generalicen también en el sector informal, no solamente en el sector privado formalizado, sino también en el sector informal, lo que se conoce muchas veces como mercado negro, y ese es menos controlable por el control popular, pero aquel parte de que sí está formalizado, necesita, y es legítimo, está en la conceptualización de nuestro modelo, nos es algo nuevo, que se logre un control efectivo de precios.
El control efectivo de precios en Cuba es un proceso complicado, no es un proceso sencillo, porque es un proceso que necesita mucha información, es un proceso que no siempre se ha hecho logrando los mejores resultados posibles, pero lo que ha permitido el ordenamiento ha sido llevar eso a los niveles más bajos de la administración, estar más pegados al pueblo, a la ciudadanía, cuando esos controles ocurren, y que la ciudadanía se implique en esos controles de precios, porque si el pueblo no se implica va a hacer falta un ejército de personas, se podría decir de personas que fiscalicen, mientras que el pueblo lo puede hacer, y se han creado los mecanismos para que eso se haga.
La visión más liberal dentro de este debate dice que cualquier control popular de precios está totalmente fuera de las necesidades del mercado, que el mercado no solamente regularía a un equilibrio óptimo sino que ese equilibrio óptimo sería al mismo tiempo la mejor forma de redistribución posible que se lograría en las condiciones mercantiles, muchos de los economistas lo imputamos, decimos que es necesario un control de precios que está también alineado con las necesidades de la construcción de una sociedad diferente que emplee el mercado pero que no se deje domesticar, que no se deje regular solamente por los procesos mercantiles.
Y bueno, en el sentido general esa es de la forma en que se ha dado este debate, en los últimos días ha sido un debate bastante fructífero, creo que se ha llegado a diferentes posiciones donde se han delimitado las posiciones más que todo, aunque no se ha llegado a puntos de acuerdo se han delimitado las posiciones en el debate, y bueno, así se están dando los procesos.
Iroel Sánchez: Gracias, Yoel, hay algo relacionado con lo que tú dijiste de que hay un impacto también en esa escasez de oferta, de un factor externo, una política del gobierno más poderoso del mundo es provocar escasez en Cuba, es lo que Pascualina le llama el desabastecimiento inducido, de hacerle los productos más caros al país, muchas veces incluso inaccesibles, como en determinados momentos se ha hecho, por ejemplo, con el combustible, impedir, multar a las navieras, impedir que llegue el combustible a la isla, creo que es algo también importante.
Hay un elemento, o sea, no es que el control de precios sea la herramienta absoluta ni ideal, porque tú hablaste allí de un elemento coyuntural en un proceso que se acaba de iniciar, y no es el elemento incluso principal, hay políticas de estímulo, hay políticas de empoderamiento de los gobiernos locales, y hay también políticas de estímulo a la producción.
Entonces Pascualina, desde Venezuela, esto que yo hablaba de tu libro, de todos estos procesos también inducidos, del papel en la desestabilización económica, de esta guerra económica, y también de grandes empresas privadas internas, ¿cómo tú nos pudieras resumir todo eso en diez minutos con tu sonrisa siempre amable? Adelante.
Pascualina Curcio: Bueno, lo primero, gracias Iroel, un saludo a Yoel, gracias por la invitación. Además, un tema interesantísimo, que da para mucho más de diez minutos, solamente el tema de control de precios, ¿no?
Fíjense, yo coincido con Yoel, con el tema de que a veces hay discursos que buscan ir en contra del control de precios, y bueno, con una posición más liberal, en el comportamiento de la economía.
En el caso de Venezuela, un poco para mostrar lo que ha sido la experiencia en Venezuela, ustedes saben, la Revolución comienza en 1999; en el 2003 el Comandante Chávez establece un control de precios, ¿y cuáles son las condiciones y por qué se estableció ese control de precios en el 2003?, bueno, primero para garantizar el acceso de bienes y servicios a la población, una intención de, digamos, un acceso igualitario, que los mercados jamás, los mercados apuntan, según la teoría de los mercados, a la eficiencia y al supuesto equilibrio, pero no se pasean por el tema de la distribución, y ese es un aspecto importante que nosotros tenemos que tomar en cuenta.
Entonces el Comandante Chávez establece un control de precios, y además, porque es una economía, y de hecho lo sigue siendo, donde los bienes esenciales, alimentos, medicamentos, bienes de, productos de higiene, por ejemplo, para el hogar, incluso repuestos para la movilización, el transporte, están en manos de grandes monopolios, además, transnacionales; cuando hay un monopolio, además, ese factor de especulación, de incremento de los precios, se acentúa, y particularmente cuando son bienes esenciales, que son bienes que la población busca tener acceso incluso independientemente de su nivel de salario, porque bueno, necesita comer, necesita el medicamento, etcétera; en esas condiciones, reconociendo los monopolios para esos tipos de bienes, y reconociendo además la necesidad del acceso a los bienes, se establece un control de precios; ese control de precios funcionó perfectamente bien hasta el año 2013, es decir, diez años de controles de precios, además, no estamos hablando de todos los precios de la economía, como a veces se lee en los medios de comunicación, “todo está controlado”, estamos hablando particularmente, sobre todo, de esos bienes de primera necesidad; funcionó perfectamente bien, no hubo escasez durante esos diez años de controles de precios.
¿Pero qué ocurrió en el 2013?, y un poco para compartir la experiencia. Ustedes saben que desde el ‘99, que inició la Revolución, pues los ataques, el asedio y los intentos de parte del imperialismo para derrocar la Revolución no han cesado.
En el 2013, cuando fallece el presidente Chávez se intensificaron las acciones, y una de las primeras acciones en contra de, bueno, nosotros decimos de la población en general, ni siquiera en contra del gobierno revolucionario, fue generar una escasez que nosotros llamamos inducida, o un desabastecimiento inducido y además programado.
¿Qué comenzamos a ver en el 2013?, que por cierto, ellos lo fueron ensayando, incluso lo ensayaron en el 2007 en un proceso electoral, en los procesos electorales lo ensayaban, ¿no?, y es que de repente y mágicamente comenzaban a escasear los bienes de primera necesidad, entonces de repente la harina, la pasta, la carne, el pollo, los huevos, los bienes de primera necesidad, y los medicamentos, y los productos de higiene, no estaban en los anaqueles, entonces uno decía primero “Bueno ¿Cómo que de un día para otro hay escasez?”, y segundo, lo otro que observábamos es que esos bienes no estaban en los anaqueles formales pero sí estaban en los mercados informales que comenzaron a proliferar, es decir, esos mismos bienes los vendían, quienes aquí llamamos bachaqueros, los bachaqueros en esos mercados informales, es decir, los bienes estaban.
Esa acción, que no es otra cosa que un arma de guerra económica en el marco de la guerra no convencional, ¿cómo funcionaba?, no era un problema que no se producía, porque eso iba acompañado de un discurso, ¿cuál era el discurso en los medios de comunicación?, bueno, hay escasez porque ese modelo revolucionario fracasó y no le permite a las empresas producir los bienes para la población, es decir, la culpa es de la Revolución, y por eso es que la gente como no consigue el producto tiene que hacer largas filas para conseguir y adquirir el producto, ese era el discurso; ¿y por qué ese proceso fracasó?, porque controló los precios, o sea, el discurso era, la Revolución controló los precios y entonces las empresas no podían cubrir con esos precios sus costos de producción, y por lo tanto no estaba el producto, escaseaba, y la gente tenía que hacer filas.
Cuando comenzamos a investigar resulta que si eso fuese así la empresa definitivamente no produce, porque si no le cubre los costos de producción de hecho no debería producir, pero las empresas de esos bienes que escaseaban seguían produciendo, no solamente seguían produciendo, sino que jamás reportaron pérdidas operativas, por el contrario, reportaban ganancias, incluso las empresas transnacionales de medicamentos, de alimentos.
¿Entonces qué era lo que estaba ocurriendo?, ellos producían, pero el mecanismo de desestabilización social era que los productos no los colocaban de manera puntual y suficiente en los anaqueles y en los mercados, sino que los desviaban a esos mercados informales, ¿para qué?, para dar una sensación de escasez inducida y programada y culpar y responsabilizar al gobierno bolivariano y a la Revolución, es decir, la causa no fue el control de precios, que como decimos, funcionó perfectamente durante diez años hasta que intensificaron esta arma en el marco de la guerra no convencional.
¿Cuál es el objetivo al final?, desestabilizar, generar angustia, malestar en la población, responsabilizar al gobierno, porque esa escasez inducida, con la excusa del control de precios genera tres efectos, primero, largas colas, largas filas, genera racionamiento.
Entonces si yo llego al establecimiento y hay poquitos productos pues entonces me van a dar uno, máximo dos, y como hay personas que se van a quedar sin el producto, y es un producto muy necesario, imagínense un anti hipertensivo, por ejemplo, entonces esa persona está dispuesta a ir a un mercado informal a pagar un precio mayor por el producto, entonces ese es el tercer efecto.
Entonces quería comentar un poco eso del control de precios. Luego, el gobierno identificó que el problema era la distribución, o sea, el problema estaba en la distribución malintencionada de esos bienes, y por ejemplo, en el caso de los alimentos creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, que son los CLAP, y comenzó a distribuir alimentos a la población con el pueblo, con la población se estructuró, digamos, a nivel de las bases pues toda una organización para alimentos adquiridos por el estado, se distribuían en manos de la población.
¿Qué hicieron las empresas?, ya entonces como vieron eso empezaron a disminuir la producción, y comienza un segundo ataque, que sé que no me va a dar tiempo a comentarlo, Iroel, pero sí lo quiero dejar aquí, y fue el ataque a la moneda para afectar directamente los precios de los bienes, entonces generaron un ataque a la moneda, no es que esa arma nunca estuvo, pero la intensificaron, cuando el gobierno más o menos resuelve el problema de la escasez inducida entonces comenzaron a atacar el bolívar, que es nuestra moneda, y por esa vía generar una hiperinflación inducida, que ha sido una hiperinflación importante, y por esa vía de los precios, pues entonces desencadenar una serie de efectos.
Tú decías en la primera parte, estas son prácticas, lo del desabastecimiento programado inducido lo aplicaron en Chile en el ‘70, luego en Nicaragua, o sea, las filas en Nicaragua para conseguir alimentos, y en la Unión Soviética también, son prácticas de manuales de guerra no convencional.
No sé, si quieres lo dejamos hasta aquí Iroel, y si da chance luego hablamos del tema del ataque al bolívar.
Iroel Sánchez: Gracias, Pascualina. Tú decías, Chile en el ‘70 contra el gobierno de Salvador Allende para crear las condiciones para un golpe de estado; Nicaragua en los ochenta, como parte de la guerra sucia contra el gobierno sandinista; y en la Unión Soviética, también unido a las propias deficiencias internas del sistema económico soviético, para crear las condiciones para el derrumbe de ese país, junto a las condiciones endógenas de la Unión Soviética y todas las deficiencias económicas que tenía ese sistema.
Ahora, Yoel, también sería bueno comentar, porque ahí Pascualina dijo de pasada un elemento importante, que es el tema de la inducción desde el exterior, hay unos sitios en internet que todos los días sacan una cotización desde Estados Unidos del dólar en Venezuela, y que a partir de ahí crea esta tendencia especulativa con la moneda, ¿no?, ya en Cuba hay también sitios en internet que hablan constantemente, que casualmente también son pagados desde Estados Unidos y son parte de toda una guerra mediática, y hablan de otras cotizaciones del dólar en Venezuela, y todas esas cosas las estamos también viendo desde hace algunos meses en Cuba, todas esas herramientas.
Ahora, están todas estas acciones, pudiéramos decir prácticas sobre la economía, pero también está la construcción de todo un pensamiento sobre eso, un pensamiento dominante, tú hablas en tu libro y utilizas, parafraseas a Adam Smith, de la mano invisible, tú hablas de la mano visible del mercado, ¿pero cómo pudiéramos decir que se ha construido este pensamiento?, ¿qué papel juegan en eso los medios de comunicación dominantes, la academia dominante?, porque una cosa es la ciencia económica, y las cosas cuando son ciencia tienen una argumentación, y otra cosa es la presentación como ciencia de la conveniencia, ¿no?, y entonces sobre ese tema también quisiera conversar un poquitico, Yoel Ernesto, te doy la palabra. Gracias.
Yoel E. Merill: Gracias. Bueno, sí, Iroel, como tú decías. Hay que dejar claro, en toda la economía, o sea, la economía convencional ha tenido siempre el aquello, aquel gran interés de pasar todas sus teorías como puramente científicas y aideológicas, o sea, yo creo que si algo tiene que hacer la heterodoxia dentro de la economía es criticar esa visión aideologizada de la ciencia, porque detrás de toda construcción científica hay determinados presupuestos que sesgan las construcciones científicas, o sea, esa ciencia sin ideología es algo que la economía convencional ha querido muchas veces hacer pasar, como por ejemplo con el tema del mercado, diciendo que la regulación del mercado no es una cuestión ideológica, tú hablabas de los medios, de cómo esas cosas se han ido construyendo, varios medios de los que han estado muchas veces implicados en el golpe suave contra Cuba han querido vender la idea de que los controles de precios son un sesgo ideológico del gobierno, que no deja desarrollarse a los productores cubanos.
Los controles de precios extendidos en el tiempo pueden llegar a tener determinadas cuestiones regresivas, así que no es una cuestión recomendable, pero la visión de que toda actuación del gobierno supone un sesgo político es totalmente falsa. Dejar actuar al mercado sin regulación es un sesgo político.
Lo que se avala desde la racionalidad de la academia, de muchos libros de texto y de doscientos cincuenta años de producción científica de la economía convencional, que ha convertido en una ciencia, ellos le llaman objetiva, positiva, lo que hay que hacer, la verdadera economía, a toda la construcción teórica, que cuando uno analiza desde Adam Smith, y desde la fisiocracia francesa, y desde toda la construcción del dejar hacer al mercado hasta la actualidad, con mayor, con menor formulación matemática, ha sido más o menos igual.
Tú hablabas de los lugares donde los precios de la moneda cubana se ponen en diferentes lugares, diferentes medios de prensa, muchas veces con asentamiento en los Estados Unidos y demás; eso me hacía recordar, hace poco, cuando, durante casi veinte años, o sea, desde los noventa hasta el 2019 la economía cubana había logrado controlar la tasa de cambio paralela a los mismos niveles de la tasa de cambio formal, después del arreciamiento del bloqueo en el segundo semestre del 2019 esa convertibilidad, esa paridad de tasas, o sea, esa paridad en la igualdad de la tasa oficial y la tasa informal se pierde, también ahí tuvieron que ver la apertura de tiendas en moneda libremente convertible entre otros procesos que se dieron a la par, y lo primero que fue saliendo en los medios como ADN Cuba, CiberCuba…es que la tasa de cambios iba a estar a ochenta, a noventa pesos; la tasa de cambio informal ha pasado, ha estado en cincuenta pesos, cuarenta pesos, contando de que la tasa de cambio formal está en veinticuatro, veinticuatro pesos por dólar, y había toda una parafernalia montada diciendo que luego del ordenamiento esa tasa iba a llegar a los valores de ciento cincuenta, doscientos, trescientos pesos, o sea, tres, cuatro, cinco veces… por demás.
En los últimos días se ha dado toda una parafernalia para cuestionar la tasa del ordenamiento diciendo que esa tasa no es una tasa de cambio fundamentada, y que la tasa de cambio debería devaluarse hasta la tasa de cambio informal, muchas veces cincuenta, cien, sesenta, seiscientos pesos si quieren, algunos medios están informando eso; mientras que en el mercado paralelo si bien no está la tasa de cambio estatal, y no debería estarlo, o sea, es ilógico que en un momento donde se está en el medio de la restricción de divisas, donde muchos mercados en Cuba se nutren con las divisas del turismo, no sé qué, sea, y con la permanencia de una gran demanda estimulada por las tiendas en moneda libremente convertible que existen en Cuba, esa tasa se encuentre lo mismo a los mismos niveles de la tasa estatal.
Pero sí hay una campaña, y es reconocible, que muchos medios de prensa, estoy hablando, no estoy hablando solamente de los precios, donde se publican esas tasas de cambio, sino los medios de prensa que han citado que la tasa de cambio está muchas veces incluso superior a la propia tasa que en el mercado informal se encuentra, lo cual crea unas expectativas negativas, porque cuando uno dice, bueno, si la tasa mañana va a estar a doscientos, eso hace que la gente quiera comprar, y hace incluso que la tasa se deprecie aún más, o sea, es una forma de lograr unas expectativas autocumplidas, enfocar al miedo, y eso se ha dado en la economía cubana, se daba menos antes, o sea, se daba menos en un contexto, pero desde el arreciamiento del bloqueo en el segundo semestre del año pasado se ha dado con bastante fuerza.
La construcción de la teoría liberal en Cuba ha sido un proceso bastante largo, de los años ochenta hacia la actualidad se ha visto una reducción de los espacios del marxismo y de una teoría crítica, y eso ha dado que en las condiciones actuales, donde se hace el ordenamiento, haya habido un gran debate con posiciones muy enfocadas desde posturas más liberales de la economía, que realmente han llevado a un fuerte debate en el cual realmente el control de precios ha sido vapuleado desde muchas posiciones teóricas, y sin embargo se ha visto en experiencias históricas, por lo menos de las economías socialistas, donde estas han tenido determinada eficiencia, aunque como ya se dice, no debe alargarse en el tiempo.
Quería antes de terminar señalar dos diferencias y dos semejanzas con respecto al caso venezolano porque me parecieron muy vívidas; lo primero, lo que decía el profe Iroel, el tema del bloqueo; el segundo, el tema del crecimiento del mercado paralelo, el mercado paralelo sobre todo desde el segundo semestre, cuando se han arreciado las medidas del bloqueo económico a Cuba en el segundo semestre del 2019 ese mercado ha ido creciendo, y ha sido incentivado también por toda una serie de mecanismos muchas veces creados desde fuera de Cuba, donde eso se ha ido incentivando, y eso no es una excusa para no decir nuestros problemas, Cuba necesita mayor estímulo a la oferta, el ordenamiento es una forma de estimular la oferta, necesita reordenar el sistema institucional, el tema de abrir mayor formalización a los negocios del sector no estatal, dar mayor capacidad para también poder controlarlos, reclamarles, una vez que se formalicen de una forma más, o sea, mejor institucionalizada, pero eso no puede ser una barrera que no nos permita reclamar un control que está conceptualizado en nuestro modelo, un control que además es democrático, y además, un proceso de una construcción del socialismo que no va hacia ese dejar hacer al mercado que muchos promulgan, sino que ese dejar hacer al mercado tiene que estar definido dentro de unos márgenes sociales y de un consenso democrático que se lleve dentro de la construcción del socialismo en Cuba, y eso es lo que algunos quieren negar completamente, y otros, bueno, tratamos de defenderlo también desde posiciones teóricas, teoría, que no es una ciencia neutral, porque la economía no es una ciencia neutral, ni la de ellos ni la de nosotros, hay un sesgo ideológico en topar los precios, un sesgo a favor de las personas más humildes en Cuba, de la necesidad de controlar la distribución de alimentos, de temas básicos, también hay un sesgo ideológico en decir que no se tope, que no se controle el mercado, y bueno, ese es un debate que actualmente estamos teniendo en Cuba.
Y yo creo que hay que hacer notar las diferencias también con el tema del mercado, con el caso venezolano, y yo creo, y con esto termino, si algo ha logrado Cuba con el tema de la estabilidad de precios durante muchos años, desde la crisis de los noventa hasta ahora, ha sido el gran control del sector estatal sobre el comercio minorista.
Algunos en la conceptualización, cuando se habla en Cuba de medios fundamentales de producción que deben estar en manos del estado, muchas veces ponen las fábricas, los bancos, los puertos, los aeropuertos, pero si algo ha sido neurálgico en Cuba para controlar la inflación, para controlar los procesos de desabastecimiento, para hacer política monetaria en el sector de la población, es controlar el comercio minorista, eso es un medio fundamental, que después de lo que la profe Pascualina hablaba, es un medio que nosotros tenemos diferente de Venezuela, donde las grandes transnacionales parece que controlan gran parte del comercio minorista, caso que no es en Cuba, y eso ha sido una diferencia importante y es un punto a favor para el caso de Cuba, es un punto que no debemos perder en ningún momento.
Iroel Sánchez: Gracias, Ernesto. Quería también apuntar, yo creo que es bueno que hayas marcado semejanzas y diferencias, quería apuntar y preguntarle a Pascualina, porque tú decías una cosa al principio, y Ernesto como que lo decía entre líneas, pero que, esta intervención del estado no es un prejuicio ideológico, es un modo de proteger el poder adquisitivo de las mayorías, y no es privativo de gobiernos socialistas.
Yo leía creo que el año pasado, y está publicado, lo pueden buscar, un elogio del The New York Times, que es un, yo diría, del departamento ideológico del liberalismo, a Axel Kicillof, que fue el ministro de Economía del gobierno de Cristina Fernández en Argentina, por el control de precios efectivo que había implantado, entonces es algo que no es fruto de un prejuicio ideológico, es una estrategia que es la que en determinada contingencia de agresión, de reducción del poder adquisitivo de una economía por una política de guerra económica, en ambos casos del país más poderoso del mundo, o por otras coyunturas, puede ser un desastre natural, puede ser una pandemia… se toman estrategias para evitar una terapia de shock, que sabemos adónde condujo a importantes sectores de la población en la propia post Unión Soviética, o en el propio ex campo socialista europeo.
Entonces Pascualina, sobre estos temas te doy la palabra, disculpa que haya intervenido un minutico. Gracias.
Pascualina Curcio: Sí, bueno, incluso ahorita estamos viendo con la pandemia cómo se han desmoronado muchas teorías económicas que han estado presentes, desde el dejar hacer de Adam Smith y que los mercados lo pueden todo, hasta la teoría monetarista, que tiene un peso impresionante, y nosotros decimos, esa teoría monetarista es el velo del modelo neoliberal dentro del mismo capitalismo, incluso dentro de las armas de guerra económica, entonces allí vemos cómo la Reserva Federal imprime, imprime e imprime dinero, cuando decían los monetaristas que eso sería terrible, generaría inflación, pero entonces el estado está interviniendo en ese caso, ¿no?
Yo quería hacer varios comentarios con respecto al ataque a las monedas, porque de verdad que de todas las armas de la guerra que nos han aplicado esa es, sinceramente, además del bloqueo, porque estamos bloqueados, del embargo, del tema de la escasez inducida, pero el ataque a la moneda es la más poderosa, no es nueva, también la aplicaron en Chile, en Nicaragua sandinista, en la Unión Soviética, es parte de ese manejo.
Y aquí en Venezuela, y me impresioné cuando tú dijiste que desde hace unos meses también lo están viendo en Cuba, que en Venezuela eso lo están preparando desde el 2006, eso no es nuevo, ¿y qué van haciendo?, y es importante que estemos alertas con este tema.
¿Qué van haciendo?, ellos a través de portales van posicionando un supuesto precio de la moneda que no es el verdadero precio, independientemente de las condiciones económicas, del producto interno, de las reservas internacionales, no tiene nada que ver con las características de la economía, lo que sí van haciendo es que lo van posicionando con el discurso de que el tipo de cambio que da el estado no es el verdadero, un poco lo que decía Yoel, entonces por allí se meten.
¿Y qué genera?, y Yoel lo mencionó, es un asunto de expectativas. Cuando los agentes económicos van viendo que ese tipo de cambio en ese portal que van posicionando y que va adquiriendo cierta credibilidad, todos los días aumenta. Los agentes económicos, los que producen, los que comercian, dicen: “Bueno, el tipo de cambio si hoy está así, históricamente ha subido, lo más probable es que siga subiendo”, y tienen la expectativa de que suba, y esa expectativa, y es lo que se conoce como expectativa racional adaptativa, ¿qué hace ese comerciante y ese productor?, él se adapta racionalmente entre comillas, porque su racionalidad es ganar, ¿no?, en el marco de un sistema de mercado, y él va ajustando sus costos a ese tipo de cambio aunque no sea el tipo de cambio verdadero, aunque los productos los haya comprado a un tipo de cambio menor, él se adapta a esa expectativa, lo incorpora en sus costos y los traslada a los precios, y ese es el mecanismo a través del cual el ataque a la moneda deriva en incrementos de precios; repito, están desde el 2006 posicionándolo, era imperceptible en el 2006, incluso en el 2012, en el 2013, pero ya ahora es en Venezuela evidente, es decir, un comerciante en Venezuela te da el precio en bolívares, te va a dar el precio de un producto y lo primero que hace es ver ese portal a ver a cómo está el tipo de cambio para decirte cuánto, cuál es el precio en bolívares de ese producto, entonces los precios de la economía están referenciados a ese tipo de cambio que sube sin ningún criterio económico, pero sí un criterio político, incluso de guerra, es decir, afectar los precios de toda la economía.
¿Y qué es lo que buscan al final?, generar inflación, y en nuestro caso una hiperinflación que llegó al ciento ochenta mil por ciento sólo en 2018. Para que tengan una idea del ataque al bolívar, desde el 2013 hasta hoy, se ha depreciado, o mejor dicho, han inducido la depreciación del bolívar a través de ese mecanismo un billón por ciento, o sea, uno y doce ceros a la derecha por ciento, es una cifra de verdad, Iroel, que uno la dice y no se cree, porque es que han pasado muchas cosas en Venezuela económicas y políticas, pero jamás para decir que el bolívar se haya depreciado un billón por ciento en estos cinco o seis años, ese ha sido el ataque, y eso se ha traducido en incremento de precios.
Ahora, ¿qué ha implicado el incremento de precios?, pérdida del poder adquisitivo real, del salario real, a pesar de los ajustes, pero los ajustes de los salarios, digamos, se van ajustando los salarios y los precios aumentan a una velocidad impresionante en función de ese ataque a la moneda; pero tiene otros efectos, contrae los niveles de producción, porque al deteriorarse el salario pues en los hogares el poder adquisitivo no alcanza, compramos menos, y eso también incide sobre la producción, e incide particularmente sobre el desempeño del estado y de la administración pública, y no es casual, porque eso va acompañado con un discurso, ¿cuál discurso?, bueno, por supuesto, la culpa de la inflación es del gobierno, con un discurso que tiene el velo monetarista, y dicen, la inflación es culpa del gobierno, que imprimió dinero y generó inflación, que es ese discurso monetarista que cubre el arma de guerra; pero además, ¿al deteriorarse el desempeño del sector público, qué dicen?, el estado es ineficiente, y por lo tanto hay que privatizar; digamos, todo está armado para justificar, minimizar el estado y para, digamos, derrocar la Revolución, generar desestabilización social, etcétera.
Entonces, ya cerrando, el tema de la moneda, Iroel, no es cualquier tema, hay que estar muy pendientes. Hoy en día están atacando por lo menos a Venezuela con la moneda, a Irán, hay portales en Irán, no es casual, a Argentina, y bueno, y como te comento, Venezuela, es por lo menos visible este tipo de ataque, lo dejo hasta ahí, Iroel.
Iroel Sánchez: Sí, gracias, Pascualina. A ver, yo oyéndote, y también relacionándolo con lo que ocurre acá; acá está en marcha todo este proceso de ordenamiento después de un discurso de años donde se ha estado insistiendo desde determinadas publicaciones y determinados eventos financiados desde el exterior, uno, que no era posible el ordenamiento sin desempleo masivo, que no era posible el ordenamiento sin privatización de los activos estatales, y que no era posible el ordenamiento sin bajar de manera importante el poder adquisitivo de los trabajadores; Cuba ha acometido esto sin hacer ninguna de esas tres cosas, entonces hay que buscar otras vías por las cuales sea sostenido ese discurso, me parece a mí, y las personas que durante todo este tiempo estuvieron diciendo eso , no tienen cómo sostener un discurso, sino tienen que concentrarse en otras cosas, me parece a mí.
Entonces para ir cerrando, ya que nos quedan unos minuticos, no sé si alguno de los dos quiera agregar algo, Yoel, muy brevemente.
Yoel E. Merill: Bueno, yo solamente quería decir que realmente el ordenamiento es un proceso muy profundo, un proceso que nos va a revolver la vida a todos, en el sentido más claro de la palabra, nos va a poner a replantearnos muchas de las cosas importantes que hace el socialismo en Cuba, y que tiene que hacer en el futuro, hacer las cosas diferentes.
Y yo creo que lo que abre el ordenamiento también es eso, el ordenamiento tiene muchos temas económicos, pero ese tema de poder descentralizar también la capacidad de controlar la estructura económica desde el poder popular es un gran beneficio del ordenamiento, un gran beneficio que se enfrenta a una lucha económica asimétrica que nos están haciendo desde muchos sectores de la contrarrevolución, y como decía el profe Iroel, alguna contrarrevolución que está más posicionada dentro del mundo, podemos decirle intelectual, académico, dentro de Cuba, y bueno, realmente es una lucha que lleva también mucho pensamiento de parte de nosotros, y que bueno, la Revolución cubana va a tratar de echar para alante con eso, con un ajuste que sea económicamente factible dentro de las posibilidades de la economía cubana, pero manteniendo las garantías sociales y los beneficios sociales que han caracterizado siempre a la Revolución cubana; en ese, un famoso dilema entre inflación y desempleo en la economía convencional, para nosotros es inaceptable el desempleo porque uno prefiere tener tensiones en los mercados, problemas en los mercados, a trescientas mil personas desempleadas, porque es una cuestión de humanismo, que va más allá de cualquier visión económica, técnica, que nos puedan decir los teóricos desde otras líneas de pensamiento.
Iroel Sánchez: Pascualina, entonces te doy la palabra también muy brevemente si quieres agregar algo. Venezuela.
Pascualina Curcio: No, bueno, en el caso de Venezuela un poco mostrar, ya aquí mostramos estas dos armas de la guerra, de verdad que han impactado bastante, y sin embargo, y es parte del proceso revolucionario, la intención del gobierno bolivariano de a pesar de estos ataques, la Revolución se mantiene, el ataque que hemos recibido, ya les mencioné el número de la moneda, más otras acciones, el bloqueo, que bueno, ustedes de eso saben más que nosotros, el bloqueo económico y el embargo comercial; pero es un poco lo que decía Yoel, las intenciones del gobierno bolivariano y del estado venezolano en garantizar la protección a la población, mantener el proceso revolucionario, y así lo entendemos, como esa guerra donde cada vez que se toma una decisión el enemigo, en este caso el imperialismo, va a reaccionar, pero sobre la marcha pues hay que ir ajustando en función de avanzar con el proceso revolucionario, y además, la protección a la población. Y agradecerte, Iroel, la invitación, y un saludo a Yoel.
Iroel Sánchez: Bueno, gracias a Yoel, aquí a mi lado, a Pascualina. Creo que, para mí por lo menos ha sido ilustrativo y me ha ampliado también el conocimiento y los puntos de vista, esperamos que para nuestra audiencia también, un tema tan complejo, con tantas aristas, y es bueno que tengamos dos miradas desde dos lugares con semejanzas, como decía Yoel, y también con diferencias, pero también que han sido víctimas sus pueblos de una agresión en el área de la economía tan tremenda.
Los esperamos el próximo jueves a la una de la tarde para otro tema de actualidad en Cuba y en el mundo desde acá, desde la Unión de Periodistas de Cuba. Le agradecemos a su vicepresidenta, Rosa Miriam Elizalde, que ha estado aquí con nosotros, a su presidente, Ricardo Ronquillo, que está también acá. Y decirles que ha sido para nosotros un placer tener a estos invitados, que además, con un pensamiento crítico, con una visión que no es la dominante, han expuesto aquí sus argumentos. Muchas gracias a ustedes, a nuestros invitados, y nos vemos el próximo jueves a la una de la tarde desde la Unión de Periodistas de Cuba. Gracias.