La Tarea
Ordenamiento fue concebida, correctamente, como una herramienta imprescindible
que contribuyera a romper y eliminar las trabas que han tenido paralizada
durante anos el avance de la economía.
¿Sera que la
burocracia ha logrado lo que parecía imposible, o muy difícil, paralizar el
avance del Ordenamiento monetario? Yo al menos no lo creo. Es verdad que en la
fijación de algunos precios muy sensibles, han existido errores administrativos
y burocráticos, semejante a chapucerías que han obligado a marchas y contramarchas y que
han dado la impresión de falta de rigor en la instrumentación de una tarea tan
compleja. Pero no es esa en mi opinión la causa principal de la parálisis y el
subsiguiente empantanamiento que comienza a producirse. Paralizar los procesos
y empantanarlos si es una especialidad de la burocracia criolla cuando no se
establece una secuencia obligatoria.
Mi opinión es que
por alguna razón desconocida, pues se advirtió, el diseño de la tarea no
contemplo la secuencia de como continuar una vez fijados los precios y los
salarios.
No hay como eludir,
salvo que continúe el irracional y tenaz empecinamiento, que el llamado sector
no estatal se incorpore lo más rápidamente posible a la tarea imprescindible de
integrar en un solo cuerpo económico a todos los actores de la economía. La
empresa estatal no podrá despegar eficientemente sola. Ni siquiera las
exportadoras podrán alcanzar costos competitivos.
La Ministra del
Trabajo explico en una Mesa Redonda hace más de tres meses las decisiones de
flexibilización del Trabajo por cuenta propia, que recogía una buena parte de
las propuestas que se le habían hecho durante meses. No deberían demorar más. ¿Qué
mantiene trabada esa legislación tan importante, no solo para dar empleo,
también para incrementar los ingresos de muchos núcleos con dificultades
económicas a los cuales sus gastos se les han incrementado por el ordenamiento
monetario?. Los subsidios por la asistencia social hay que utilizarlos cuando
no hay otra vía, pero seguramente muchos vulnerables socialmente preferirían
poder ser útiles realizando algún trabajo por cuenta propia que posiblemente
les den ingresos superiores y además no se sentirían unos asistenciados, que en
determinados casos lesiona su dignidad de viejos trabajadores.
Hace por lo menos
dos meses el Ministro de la Agricultura compareció en la Mesa Redonda para
exponer los importantes cambios que el Consejo de Ministros le había aprobado
esa misma semana para aplicar en la agricultura cubana. Se podrían cuestionar
algunos aspectos, pero sin duda significaban un cambio muy importante en las
formas de gestionar los actores empresariales, cooperativos y privados y sus
relaciones con el acopio y las estructuras municipales y provinciales de
Gobierno. ¿Hay algo más importante en estos momentos que incentivar por todas
las vías a los productores agrícolas, que deben estar aguardando la legislación
que se les prometió y que en un evento sobre Soberanía alimentaria celebrado hace
unos días, se informó que aún no estaba concluida? Cuando las legislaciones
importantes en forma de proyectos novedosos caen en manos de la burocracia lo
mismo pueden concluirse en un mes que en un ano. A la burocracia no le importa
la demora, pues son los agricultores los que tienen el problema y no ella. Solo
cuando los Jefes extraen los proyectos de manos de los burócratas encargados de
su conclusión y obligan a decidir sobre los desacuerdos, que a veces son solo
de palabras, es cuando los proyectos de leyes importantes logran salir adelante
para que el Gobierno les de la aprobación definitiva. Fidel actuó así desde el
principio. En los primeros meses de 1959, siendo Primer Ministro asumió
directamente la redacción de la Ley de Reforma Agraria y la concluyo de
redactar en La Plata, donde convoco al Consejo de Ministros en pleno y con la
presencia del entonces Presidente Urrutia, termino de redactar la Ley y allí
mismo se firmó. Esta legislación que no acaba de salir no tiene la misma
connotación de aquella Ley, pero en los momentos actuales tiene una enorme
importancia para destrabar en muchos sentidos la producción y comercialización
agropecuaria del País.
Sin la legalización
de las pequeñas y medianas empresas privadas aprobadas en la Conceptualización
acordada en el VII Congreso del Partido y refrendadas en la Constitución del
2019, no será posible completar el proceso del Ordenamiento monetario y
consecuentemente el fortalecimiento y despegue de la empresa estatal. Tampoco
se podrán acabar con las colas y los coleros que ponen en evidencia un grave
problema de oferta de alimentos y también de empleo, que junto con el rebrote
de la Covid crea una sensación de ansiedad en toda la población.
Las pequeñas y
medianas empresas privadas, Pymes conocidas en todo el mundo, no requieren capital
estatal para comenzar a producir bienes y servicios. Ellas invierten su propio
capital. Pueden constituir un factor
importante en la necesaria estabilización productiva, comercial y financiera de
la economía. Casi de inmediato comenzarían a generar posibilidades de empleo y
en relativamente poco tiempo incrementarían la oferta de productos principalmente
alimenticios para la población. Dentro del propio 2021 podrían comenzar a
ejecutar pequeñas inversiones en asociación productiva y de negocios con los pequeños
productores agrícolas, privados y usufructuarios, introduciendo elementos de
industrialización tanto en la producción como en la comercialización moderna de
productos de origen agrícola y pecuario.
Un caso en que
pudiera darse un salto importante en el corto plazo, dentro del ano, es en la
producción porcina. Las Pymes que se asocien económica y productivamente con pequeños
productores privados y usufructuarios pueden adquirir pienso porcino en dólares
en la empresa GELMA del Ministerio de la agricultura y sobre esa base producir
carne porcina para la población de la Habana a precios previamente acordados
con las autoridades de comercio municipal y provincial. No debe volver a ocurrir que desaparezca la carne de puerco
de nuestras ciudades. Bien dirigido por las autoridades municipales y
provinciales este esfuerzo inversionista de las Pymes y los agricultores
privados podrían conjuntamente con las grandes unidades porcinas de la
agricultura estatal lograr un desarrollo importante de la producción porcina
del país, que en el medio plazo puede convertirse en una exportación que aporte
al desarrollo de la agricultura y de la economía nacional.
En resumen es urgente Destrabar el Ordenamiento, sacarlo del estancamiento y empantanamiento y reiniciar el avance hacia la implantación de lo establecido en la Conceptualización aprobada por el VII Congreso del Partido para poderle mostrar al VIII Congreso de Abril que en medio de la COVID y de la agresión incrementada de Trump y su pandilla se ha cumplido para poder seguir avanzando en la construcción de una economía socialista prospera, democrática y sostenible con la participación de todos los cubanos.
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte
Nos recuerda el autor que "Fidel actuó así desde el principio. En los primeros meses de 1959, siendo Primer Ministro asumió directamente la redacción de la Ley de Reforma Agraria y la concluyó de redactar en La Plata, donde convocó al Consejo de Ministros en pleno y con la presencia del entonces Presidente Urrutia, terminó de redactar la Ley y allí mismo se firmó."
ResponderEliminarNo dice que en el proyecto de la ley estaba contemplada la entrega de las tierras a los campesinos, como se había planteado en "La Historia me Absolverá", editada por Jorge Mañach, según lo expresado por Fidel en el juicio por el ataque al Cuartel Moncada y allí en La Plata el modificó el texto y no entregó tierra alguna a los campesinos sin tierra, pasando los millones de Ha. de tierra expropiadas a los latifundistas al estado y cuatro años más tarde, con la segunda Ley de Reforma Agraria, le arrebató las tierras a todos los campesinos que tenían más de cinco caballerías, con ello el estado se apropió de varios millones más de tierras hasta acumular más del 80 % de las tierras de cultivo. Los campesinos pequeños con menos del 20 % de las tierras de cultivo han estado produciendo más del 60 % de los alimentos por la agricultura cubana y esa es la causa fundamental de nuestros problemas para garantizar la alimentación de nuestro pueblo.
Cuando Raúl Castro asumió el poder se inició, por primera vez en Cuba, después de casi 50 años de “revolución”, la entrega de tierras, en usufructo, a los campesinos, primero hasta cinco caballerías y luego hasta 10, creando nuevamente en nuestro país una nueva clase de terratenientes que emplean decenas de miles de trabajadores asalariados, en lugar de haber creado cientos de cooperativas agropecuarias que ya hubieran resuelto el problema de la producción de alimentos para nuestro pueblo.
Por eso es muy difícil resolver ese grave problema en las actuales condiciones. No dice el autor que a los campesinos les han aumentado el precio de todos los insumos indispensables para poder hacer producir las tierras y les quieren mantener los mismos precios a sus productos, lo que no tiene lógica alguna. Por esas razones el problema de la producción de alimentos en nuestro país está muy lejos de resolverse.
Las trabas en el ordenamiento son las mismas de todos los tiempos. Son como los lineamientos presentes en un listado y ausente en la realidad.
ResponderEliminarQuién se atreve a exponer todas trabas y marcar al lado las eliminadas.
Una sociedad inmóvil no puede tener una economía en desarrollo. Hay que liberar el pensamiento, cambiar la forma de gobernar siendo las natural, más humano, que toda medida exprese el reconocimiento de todos como seres necesitados. No es tomar medidas humanitarias, es tomar medidas para el desarrollo de la humanidad.
El sentido común es eso que nos hace menos estupidos, aunque la estupidez sea lo único que nos distingue de los animales (frase de profesor Manfred Max Neef).
Rogelio Castro Muñiz