Atrás quedó la época en que, si fertilizaban los campos, se les disparaban los costos y mermaban los ingresos y, si no los fertilizaban, bajaban las producciones y las ganancias. Eran tiempos en que, como espuma, subían las pérdidas, que por el año 2022 llegaron a los 70 millones de pesos.
En aquel entonces, el panorama sombrío se reflejaba en el campo, en los rostros; en el decir de muchos hombres y mujeres que intentaban darle luz a la Empresa Agropecuaria La Cuba, la cual, de ser una de las mejores de su tipo en el país, cayó en un barranco profundo, para algunos, imposible de rebasar.
Jorge Virella Figueredo, obrero vinculado a un colectivo laboral, habló de plátanos «raquíticos», del robo, que traspasaba fronteras y «empeoraba la cosa. Llegaban los bandoleros en carretones y te comían a pedrá limpia. Una noche casi me matan».
Solo faltaban los tiros de las películas del Oeste, porque los bandidos andaban a caballo, o en una especie de «carruaje» que por esta zona se conoce como «araña». Solo se detenían en algunos lugares en los que los nativos habían «cercado» los sembrados con zanjas profundas para evitar que entraran a las áreas en producción.
Ese era parte del panorama de la empresa, en la cual no bastaba con guataquear y mantener los surcos de frijoles, de 700 metros de largo, como hizo Armelio Díaz Sánchez, quien, a sus 59 años, iba por seis a las diez de la mañana. Su quincena, entonces, se había quedado por debajo de 4 000 pesos; un salario no tan bajo, tampoco tan alto como para satisfacer necesidades.
«TODO TIEMPO FUTURO…»
«Todo tiempo futuro tiene que ser mejor» es una máxima –sencilla y compleja– que encierra múltiples dimensiones filosóficas y sacrificios que rinden frutos; una ley de prosperidad espiritual, una lección de obsesión y esperanza en La Cuba.
Cuando el ingeniero agrónomo Ariel Nieves Concepción –desde hace poco más de un año director general de la empresa– se levantó a las 4:30 de la madrugada y llegó al lugar que iba a dirigir, supo que le había tocado bailar con la más fea; pero él siempre ha creído que no hay imposibles.
Su calmosa forma de ser, y su proyección hacia los demás, lo llevó a comprender que la «pelea» era dura, pero no de león a mono, como le dijeron cuando le hicieron la radiografía, que sabía casi de memoria en su condición de director de Acopio en la provincia, hasta que le dieron la nueva misión.
Nieves Concepción, que en poco más de un año en la empresa ha aprendido a no creer en milagros, ya puede hoy hablar de resultados. Los atribuye a varias razones, entre ellas, el trabajo coordinado y planificado de las autoridades, el rescate de la fuerza de trabajo, casi desaparecida de la entidad en los tiempos de las vacas flacas; el funcionamiento y auge de los colectivos laborales, que de seis pasaron a 32, todos con ganancias en sus arcas; el aseguramiento de un paquete tecnológico de acuerdo con las posibilidades del país y la aplicación de la ciencia y la técnica, con un vínculo estrecho con la universidad agrícola avileña y los institutos de investigaciones del país.
Tan o más importante que lo anterior, sin embargo, ha sido el aporte invisible de esa cultura de años para lidiar con un cultivo muy exigente. Un know how que en La Cuba se reparte entre mucha gente que conoció el Presidente Díaz-Canel, quien en su visita al lugar, en enero de 2024, se interesó por el estado de las producciones, principalmente de plátano y granos, por los salarios de los trabajadores y por las vías para recuperar esta entidad, que fue la mayor bananera del país y hoy muestra un alto grado de deterioro en su objeto social.
El presidente de la República supo de los primeros pasos para dejar atrás las pérdidas millonarias que la afectaron; el empleo del humus de lombriz líquido y sólido, además de la utilización de residuos de cosechas de plátano en el fomento de esta variante de fertilizante ecológico. Allí supo, también, del funcionamiento de una casita infantil para los hijos de las madres trabajadoras de La Cuba, como respuesta a un acuerdo de su visita anterior a esta entidad.
No es que Ariel esté rebosado de optimismo, pero las ambiciones de La Cuba traspasan fronteras, y al ritmo que llevan las labores allí, se espera que este año haya un salto productivo para, el próximo, irle encima a todos los récords; incluso al de la época dorada, cuando de las tierras rojas de la entidad salieron 40 618 toneladas (unos 883 000 quintales).
«Este año la contratación está por encima de las 40 000 toneladas. No se romperá el récord, pero le picará cerca. Con la siembra de unas 3 000 hectáreas podremos llegar a las 46 000 toneladas, y superar la mayor cifra de ese alimento cosechada en La Cuba. Con agua, un poco de fertilizante y mucha organización del trabajo cumpliremos con ese propósito de dejar atrás récords productivos de la época de las vacas gordas.
En ese andar dorado, La Cuba recibía 21 000 litros de diésel como promedio diario, 1 900 de gasolina, y había 127 tractores, muy por encima de los números actuales.
«Lo más importante para la empresa fue la recuperación de la fuerza de trabajo, perdida en más del 80 %. Llegó a quedarse con poco más de 400 trabajadores, y hoy ya andamos por los 1 500», asegura Ariel, quien, con más alegría que resignación en el rostro, conmina a un recorrido.
DINERO EN EL BOLSILLO, LABIOS PINTADOS Y RÉCORDS
En plena cosecha de papa, cuando los sacos en el campo parecen hombres encorvados, uno casi al lado del otro, Ariel suelta la frase: «La papa viene bien. Tendremos buenos rendimientos y representará un buen dividendo para la empresa».
No obstante, a los sembradíos no pudieron darles toda la atención que llevan, con afectaciones por la falta de electricidad. «De 22 o 24 riegos, solo le dimos entre 18 y 20; aun así, debemos cumplir el plan en el rendimiento, que es de 14 toneladas por hectárea en la papa de semilla nacional, y 18 toneladas en la de importación».
Labios pintados, como si paseara por la Rampa habanera un sábado de verano, Yilian Vargas Popa, natural de Chivirico, municipio de Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba, es de las más «largas» en la recogida de papa; incluso, pulsea con los hombres y a algunos los ha vencido en fraternal competencia de recolección. Todo al compás de sonrisa y media, casi a carcajada.
Estamos en el colectivo laboral Higinio, y le preguntamos cuánto es el salario en tiempo de la cosecha de papa.
Yilian hace silencio. ¿Más de 15 000?, se interesa Granma. Yilian sigue en silencio. ¿Más de 20 000? Hace silencio y ríe.
La persistencia periodística puede más. Afirma que ha llegado a ganar en un mes «un poquito más de 40 000 pesos. «Lo que hay es que llenar sacos como una condená. Llenar y llenar, sin pensar en los dolores de la cintura. La empresa ha cambiado y cambiará más con el esfuerzo de todos. Ella sube la barranca, más, con el empuje de nosotras, las mujeres», asegura.
«No hay trabajo difícil si lo haces con deseos y sabes que vas a ganar un dinerito. La vida está muy dura. ¿Se atreve a recoger papas conmigo?», pregunta, ríe y se pierde surco adentro, en posición de semicuclillas. Así deberá andar 700 metros.
Están por llegar momentos cruciales. Para que se tenga una idea de lo que es La Cuba, en su época de esplendor abastecía de plátano fruta a 253 instalaciones hoteleras de los distintos destinos turísticos, y enviaba el fruto a casi todas las provincias, sobre todo a la capital del país; un potencial que está al alcance de la mano.
El año 2025, asegura su Director, será de cita con la historia, porque romperemos todos los récords en la producción de alimentos, y para responder a ello, tenemos sembradas, escalonadamente, 2 137 hectáreas de plátano, y aspiramos llegar a las 3 000 hectáreas, más 500 de yuca, 500 de soya y 200 de arroz, entre lo más significativo. «Solo así podremos hablar de recuperación», afirma.
Entregaron, además, 70 toneladas de frijoles al Mincin y piensan llegar a las 402 planificadas, casi todas salidas del programa de granos Tres María, en el que la vista se pierde por encima de los sembrados.
De las tierras de La Cuba, para 2026 saldrán unas 60 000 toneladas de viandas, granos y hortalizas –si no ocurre una debacle, fenómenos atmosféricos incluidos–; de ellas, unas 20 000 para otros destinos, cifras indicadoras de que va en serio la revancha de La Cuba.
Comentario HHC: Pues ahí tiene razón el Presidente, cuando habla de replicar los buenos ejemplos y resultados por doquier. ¿La Cuba tiene preferencias en asignaciones de recursos, etc. ? Aunque los tenga está tendiendo resultados y va por más. Me temo que es un " laboratorio" desde que Fidel la " apadrino", y que no se pudo replicar por todo el país. ! Qué bueno que se ha podido recuperar!.
Aunque se relata como una heroicidad lo de la mujer que recoge
papa a la par de los hombres y gano más de 40 000 pesos mensuales, a mí en lo
personal me dio pena y hasta algo de lastima. He trabajado en el campo, y en
particular en la recogida de papa allá por 1994, y puedo decir con propiedad,
que es uno de los trabajos más duros del campo, a pleno sol con surcos
interminables, y doblados y cargando las papas del surco para llenar los sacos,
es cansado sobre todo cuando te pasas 12 horas en esa labor, porque es una
meta y una necesidad de recoger la misma ante la época de la lluvia de
mayo, de lo contrario se pierde y queda bajo tierra.
En aquel entonces pregunté si no hay tecnología para
humanizar e incrementar la productividad, y me dijeron que era imposible y que
si se lograba algo sería muy costoso. Han pasado 31 años, y se sigue haciendo
en Cuba de la misma manera.
La vida, como necesidad de la práctica, me dio la razón, ya existen cosechadoras de papas de todo tipo y tamaño en diferentes países, en Alibaba las hay desde 8 000 usd a 70 000 usd. Claro a los chinos hay que pagarle por anticipado por las deudas que tenemos. Por no hablar de drones, de calculos del momento exacto de cosecha, de tratamiento de los cultivos, etc . Exportamos productos Biotecnologicos y con el retraso existente en la agricultura, no solo no producimos suficientes alimentos, sino que estamos retrasados en relación a otros países. ¿ Para qué graduamos tantos universitarios? ¿ para regalarlos a otros países y no emplearlo eficientemente en el país?
Se acabarían las movilizaciones, y es más eficiente y
rentable el proceso. Ese es nuestro futuro, y más con el déficit de mano de
obra creciente.
Uno de los problemas mas graves que tiene nuestro sistema económico es que no estimula, no incita, no se necesita el incremento de la productividad y esta, su incremento constante y sostenido, es la única forma de alcanzar el desarrollo económico y social. ! Hay tecnología vetusta en todos los sectores de la economía, y no hay incentivos para crearla y sustituirla en lo fundamental.!
Video de una cosechadora de papa:
https://www.tiktok.com/@12vida.salvaje/video/7407556036506209566